Foro Comunista

¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

    PTD - Cuestiones relativas al dogmatismo en internet y sus redes sociales, un fenómeno más de la posmodernidad

    Echospace
    Echospace
    Miembro del Soviet
    Miembro del Soviet

    Cantidad de envíos : 2571
    Reputación : 3015
    Fecha de inscripción : 10/10/2011

    PTD - Cuestiones relativas al dogmatismo en internet y sus redes sociales, un fenómeno más de la posmodernidad Empty PTD - Cuestiones relativas al dogmatismo en internet y sus redes sociales, un fenómeno más de la posmodernidad

    Mensaje por Echospace Lun Feb 16, 2015 11:02 pm

    Cuestiones relativas al dogmatismo en internet y sus redes sociales, un fenómeno más de la posmodernidad [Parte I. El culto a la marginalidad].

    «La injuria en política encubre a menudo la completa carencia de ideas, la impotencia, la flojedad, flojedad repugnante de los injuriadores.»

    Lenin, (El significado político de la injuria)


    Es indudable que internet y sus redes sociales son un medio más que eficiente para difundir ideología, sobre todo teniendo en cuenta que cada vez son más las personas que tienen acceso a la diversa información que aquí se ofrece, de manera inmediata en prácticamente cualquier parte del mundo. A día de hoy, la mayoría de activistas y organizaciones políticas disponen de cuentas en todas las redes sociales habidas y por haber, de modo que estas sirven como altavoz para la difusión de sus actividades teóricas y prácticas. Hace unos pocos años, cualquiera que buscase documentos como actas de congresos de partidos, correspondencia entre organizaciones, o estadísticas relativas a diferentes economías o sociedades debía armarse de paciencia y tener claro que su tarea iba a ser harto complicada. Sin embargo, ahora tenemos acceso a inmensos archivos mediante un simple click o una búsqueda en línea. Cabe destacar que la inmediatez y la rápida caducidad de la información que circula por la red son elementos que revisten una componente extremadamente peligrosa, pues pueden hacer que caigamos en un déficit de atención analítica, permitiendo que obviemos diferentes partículas de la realidad, dando por sentado que la parte significa lo mismo que el todo. La importancia a la hora de tener esto en cuenta es vital para un marxista, principalmente porque su mayor objetivo dentro de la sociedad no es otro que transformarla, y ello es algo prácticamente inalcanzable cuando no se dispone de todos los elementos posibles de la realidad para llegar a una síntesis resolutiva, una vez analizados todos ellos. En este aspecto; las sociedades representan sus ideas en función de las condiciones materiales en las que desarrollan su actividad y, evidentemente, en una sociedad basada en la producción que da paso a una sociedad basada en el consumo, la producción de las ideas es dirigida de modo que estas pasen a convertirse en un objeto dedicado al mismo, al consumo.

    En su obra La ideología alemana, Marx y Engels describían este proceso de la siguiente manera:

    «La producción de las ideas y representaciones, de la conciencia aparece al principio directamente entrelazada con la actividad material y comercio material de los hombres, como el lenguaje de la vida real. Las representaciones, los pensamientos, el comercio espiritual de los hombres se presentan todavía, aquí, como emanación directa de su comportamiento material. Y lo mismo ocurre con la producción espiritual, tal y como se manifiesta en el lenguaje de la política, de las leyes, de la moral, de la religión, de la metafísica, etcétera, de un pueblo. Los hombres son los productores de sus representaciones, de sus ideas, etcétera, pero los hombres reales y actuantes, tal y como se hallan condicionados por un determinado desarrollo de sus fuerzas productivas por el intercambio que a él corresponde, hasta llegar a sus formaciones más amplias. La conciencia no puede ser nunca otra cosa que el ser consciente, y el ser de los hombres es un proceso de vida real. Y si en toda la ideología los hombres y sus relaciones aparecen invertidos como en una cámara oscura, este fenómeno responde a su proceso histórico de vida, como la inversión de los objetos al proyectarse sobre la retina responde a su proceso de vida directamente físico.»

    Tal transformación es un resultado particular de la posmodernidad; una componente de la ideología burguesa imperante que sirve como correa de transmisión en la construcción de la estructura hegemónica implantada en la mentalidad de prácticamente todos los sectores de la sociedad. Por supuesto, este proceso también influye en el movimiento obrero, pues éste también está sujeto a las leyes de la dialéctica y contiene elementos contradictorios entre si. No obstante, hemos de señalar claramente que las contradicciones que dimanan del movimiento obrero distan de tener un grado similar en todas las parcelas del mismo, ya que la asunción de ideología burguesa depende de innumerables factores, y como ninguna persona es exactamente igual a otra, estos factores varían según su disposición. En este ámbito, encontramos que entre muchos sujetos, la absorción de la base de su conocimiento revolucionario no parte de fuentes clásicas, sino de entradas en blogs y redes sociales; muchas de ellas correctas, otras tantas incorrectas. Uno de los principales problemas en lo relativo al estudio proveniente de estas fuentes es que tienden a obviar el movimiento profundo de la materia, centrándose en el movimiento aparente, es decir, disponen de información para conocer un tema, pero no de las herramientas que permiten conocer lo profundo dentro mismo. Es evidente que no se aprende lo mismo sobre socialismo científico estudiando los textos de Marx o Lenin, que leyendo las breves líneas que ocupa este texto, independiente de la corrección que estas puedan tener, o de lo ajustadas al socialismo científico que estén. Por este motivo, muestro especial preocupación ante el surgimiento de un nuevo tipo de agentes políticos particularmente dogmáticos y sectarios que tienen en las redes sociales su hábitat natural; una cohorte de legionarios de la ignorancia que, autoproclamándose defensores de la Revolución, aprovechan el vacío intelectual de las masas para convertir la red en un estercolero plagado de inmundicia y dogmatismo que, lejos de crear una conciencia superadora que destruya las restricciones impuestas por la ideología burguesa, significa un soplo de aire fresco para ésta. Por ello; es vital discernir sobre los peligros del dogmatismo y el sectarismo en las redes, especialmente entre los más jóvenes, pues el contenido impresionante publicado por los defensores de estas vertientes de la ideología burguesa —principalmente el culto a la marginalidad y la violencia— tiene la particularidad de ir acompañado de una componente atractiva, basada en una distorsión del folklore comunista y una visión romántica de algo tan serio y peligroso como la lucha revolucionaria.

    La principal característica de estos sujetos es el culto a la marginalidad, es decir, al aislamiento autoinducido y a la confrontación sistemática con aquellos sectores del movimiento obrero que disponen de una visión menos radical o dogmática que la suya, sin tener en cuenta la posibilidad de progreso que una eventual alianza con ellos pueda suponer para el proletariado. Estos elementos actúan como depredadores en la red, evitando militar en ningún frente de masas u organización y tendiendo a una táctica basada en negar todo compromiso, situándose en un plano ideológico que ignora por completo las leyes de la dialéctica, convirtiendo tanto su teoría como su práctica en un absoluto caos dogmático, especialmente porque sus contradicciones afloran en buena medida en cuanto dan un sólo paso. E.g. confluyen con aquellos a quienes injurian en procesos reformistas como la huelga, mientras desprecian alianzas tácticas con los mismos para enfrentarse a un capital monopolista que todo lo posee en un periodo de agudización de contradicciones como el actual. Esta rigidez en la táctica dista de ser una particularidad del marxismo, siendo más bien un elemento puramente oportunista y reaccionario —más propio del anarquismo— que tiene su origen en una enorme ausencia de cultura militante, disciplina revolucionaria, y formación política. Otro factor característico de esta corriente es su total y absoluta hostilidad hacia lo culto, siendo habitual que critiquen a sus rivales políticos bajo el pretexto de que los obreros han de utilizar un lenguaje coloquial, olvidándose de dominar el léxico con la mayor maestría posible. Esta actitud lumpenesca demuestra hasta que punto desconocen el marxismo, ya que el socialismo científico, como ideología de la clase obrera que es, defiende que los proletarios han de formarse sin cesar, rompiendo las barreras del embrutecimiento impuestas por la burguesía. Es más, sólo hay que observar las dificultades para el acceso al estudio que la burguesía impone a los hijos de la clase obrera para entender que la lucha de clases también se da en el plano intelectual, pues a mayor formación de la clase obrera, mayor capacidad de ésta para comprender y transformar la realidad. Asimismo, su predilección por la teoría de la conspiración también es destacable, ya que según ellos, prácticamente todo lo que no haya salido de sus entrañas es una estratagema de la CIA o los fascistas para llevar a la sociedad a una nueva era oscura. En este ámbito, mención especial tiene la posición que todos estos dogmáticos mantuvieron durante la efervescencia del 15M y sus derivados que, independientemente de no ser la llave para la emancipación de la clase obrera, sí son elementos muy a tener en cuenta por su carácter progresivo y por ser puntos de debate donde la lucha ideológica puede permitirnos —como ha ocurrido en muchos casos— arrebatar masas al oportunismo.

    Debemos tener claro que hemos de permanecer abiertos al debate con las organizaciones revisionistas independientemente del carácter oportunista de los social-traidores que ostentan el poder en sus cúpulas, fundamentalmente porque en esas organizaciones hay bases que arrebatar y concienciar. Es más; en un proceso de agudización de contradicciones, la valoración de su grado y la aplicación de una táctica en función de éste deben ser las tónicas a seguir. Por tanto, negar los compromisos tal y como hacen los dogmáticos es un auténtico despropósito y un insulto al socialismo científico, sobre todo teniendo en cuenta que, independientemente de que los revisionistas jamás sean la clave para la emancipación de la clase obrera, las contradicciones entre los diferentes sectores de la sociedad pueden ser aprovechadas por el movimiento revolucionario para elevar la conciencia de las masas, teniendo en cuenta el papel que estos revisionistas podrían jugar como elemento creador de conciencia en oposición al núcleo monopolista que controla el poder económico y el poder político, y sobre todo, teniendo en cuenta su futuro fracaso y el espacio que dejarán a los que anunciábamos que mediante reformas no se llega a ninguna parte, pues el poder sólo se alcanza mediante la Revolución. La flexibilidad en la táctica es un arma que los marxistas hemos estado utilizando desde el principio de nuestra lucha, y no debe entenderse ni mucho menos como una traición o como una rendición ante el revisionismo, sino como la aplicación de una actividad coyuntural ante una realidad particular sin renunciar a los principios. Ejemplos como el de Lenin proponiendo un compromiso con los eseristas y los mencheviques en 1917, o el del Partido Comunista de China aliándose con el Koumintang incluso después de que estos masacraran a miles de comunistas demuestran que la flexibilidad en la táctica siempre es una opción a tener en cuenta cuando existe una contradicción de grado superior. Evidentemente, la burguesía monopolista supone una contradicción muy superior para la clase obrera a la que puedan suponer los revisionistas, sobre todo en un lugar como el Estado español, donde el modelo de producción capitalista se halla en su fase imperialista tendiente a la reacción.

    Como conclusión destacaría que, independientemente del valor de las nuevas tecnologías y la difusión que estas puedan permitir, el estudio de los clásicos es la única vía hacia la obtención de las herramientas para transformar la sociedad mediante la Revolución socialista. Serán ellos quienes nos ayuden a saber diferenciar entre lo justo de los planteamientos que podamos encontrar en internet y la basura vertida por aquellos dogmáticos que ejercen el culto a la marginalidad a lo largo y ancho de internet y sus redes sociales. Esto nos servirá para rechazar sus posturas heredadas de la ideología burguesa y aislarles junto a su absurda concepción de la realidad de manera paulatina. Hemos de prestar mucha atención a estos elementos para impedir que sus posiciones erróneas se conviertan en factores creadores de hegemonía dentro del movimiento obrero, pues como herederos genuinos de la posmodernidad tienen el poder de atracción que esta componente genera entre las masas más embrutecidas.
    Echospace
    Echospace
    Miembro del Soviet
    Miembro del Soviet

    Cantidad de envíos : 2571
    Reputación : 3015
    Fecha de inscripción : 10/10/2011

    PTD - Cuestiones relativas al dogmatismo en internet y sus redes sociales, un fenómeno más de la posmodernidad Empty Parte 2

    Mensaje por Echospace Lun Feb 16, 2015 11:04 pm

    Cuestiones relativas al dogmatismo en internet y sus redes sociales, un fenómeno más de la posmodernidad [Parte II. - Los fanáticos y los nuevos mencheviques].

    «Según la fórmula de Mártov "se considera miembro del P.O.S.D.R. a cualquiera que acepte su programa, ayude al Partido en el aspecto material y le preste con regularidad una colaboración personal bajo la dirección de una de las organizaciones del Partido". Como puede verse, en esta fórmula se ha omitido la tercera condición necesaria para ser miembro del Partido, en virtud de la cual los miembros del Partido están obligados a participar en una de sus organizaciones. Resulta que Mártov considera superflua esta condición precisa y necesaria y, en lugar de ella, introdujo en su fórmula una oscura y dudosa "colaboración personal bajo la dirección de una de las organizaciones del Partido". ¡De ello se infiere que es posible ser miembro del Partido sin ingresar en ninguna de sus organizaciones —¡vaya “partido”!— y sin considerarse obligado a someterse a la voluntad del Partido —¡vaya "disciplina de partido”!—. Pero, ¿cómo puede dirigir el Partido "con regularidad" a los que no pertenecen a ninguna de sus organizaciones ni se consideran, por tanto, incondicionalmente obligados a someterse a la disciplina del Partido?»

    José Stalin (La clase de los proletarios y el partido del proletarios)


    Como observé en la primera parte de este artículo; internet y sus redes sociales permiten comunicaciones instantáneas desde prácticamente cualquier parte del mundo, dando pie a un amplio numero de posibilidades para la difusión de ideología entre las masas. Asimismo, señalé que esta inmediatez lleva adherida una componente peligrosa en cuanto no fuera tratada con corrección, pues tal circunstancia podría ser el caldo de cultivo de errores analíticos tendientes a transformarse en desaciertos prácticos. En su enormidad, internet ha facilitado la generación de múltiples espacios para expresar críticas y opiniones, así como fórmulas para organizar colectivos humanos de manera que personas anónimas y desconocidas entre si tengan la capacidad de desarrollar elementos prácticos de lucha en torno a cuestiones concretas, es decir, frentes de masas. Estos formatos participativos y los ejes sobre los que se sustentan ofrecen ciertas particularidades que merecen nuestra atención, principalmente porque el desarrollo paulatino que algunos de ellos vayan adquiriendo irá ligado a una serie de contradicciones cuyo resultado negativo es más que previsible. Pese a ser elementos de apariencia novedosa, ciertos espacios y fórmulas de organización parten de un proceso histórico que arrastra partículas del pasado, de ahí que podamos determinar el resultado de su desarrollo mediante un análisis comparativo que tenga en cuenta las particularidades compartidas entre la realidad actual y la pretérita. Debemos entender que el estudio de los clásicos no sólo es válido para descubrir cuales son las prácticas correctas; también lo es para encontrar las desviaciones anticientíficas que ellos mismos señalaron. Cabe mencionar que si la primera parte de este artículo estaba centrada en criticar a los dogmáticos sin partido cuya práctica consistía en ejercer el culto a la marginalidad, obstaculizando la unidad en torno a la lucha contra el capital monopolista; estas líneas tienen como objetivo señalar la conducta desviada de personas que se hallan adscritas a diversas formaciones políticas de corte popular. Personas que como veremos, también sufren el mal del dogmatismo pese a estar “organizadas” en diferentes destacamentos, sean de orientación comunista o transversal. A fin de cuentas, el oportunismo de derecha y el oportunismo de izquierda son dos caras de la misma moneda, y esa moneda no es otra cosa que la ideología burguesa.

    Si la comunicación en internet nos ha ofrecido innumerables elementos positivos, también ha heredado particularidades negativas del pasado. Es más; el hecho de que la accesibilidad a la red haya permitido que ésta sea un elemento global abierto a todos ha magnificado ciertos aspectos que antes sólo eran visibles mediante un estudio meticuloso. El desarrollo en espiral de la materia —negación de la negación— termina por hacer que diferentes particularidades históricas del pasado se repitan yendo y viniendo en un flujo constante que está muy lejos de ser algo estático. No obstante, y pese a su aparente obviedad; muchas personas distan de comprender lo nocivo de ciertas prácticas relacionadas con estas particularidades negativas heredadas de tiempos pretéritos, viéndose inmersas en comportamientos sectarios, o cayendo en trampas políticas que aparentan ser correctas y democráticas por su carácter inclusivo y transversal, pero que esconden el peligro de atraer a elementos de la más baja calidad a su órbita. Internet nos muestra abiertamente a sujetos cuyo fanatismo podría ser comparable al de los miembros de algunas sectas religiosas; personas que son incapaces de observar los errores de sus líderes —o ídolos— que atacan ferozmente a cualquiera que ejerza críticas contra ellos por muy correctas que sean. Asimismo, la red de redes también ha permitido que el sueño de los mencheviques se convierta en realidad, desarrollando herramientas que facilitan que cualquier individuo pueda participar de la organización interna de partidos políticos, indistintamente de su capacidad política o su calidad moral. Aquellos que se pregunten qué hay de común entre los fanáticos y los nuevos mencheviques tienen la respuesta en que a veces; diferentes problemas comparten una misma raíz. Ahondaré describiendo las particularidades que han dado origen a nuestros protagonistas a lo largo de las siguientes líneas, ofreciendo un breve retrato que permita descubrir las desviaciones de carácter burgués que destacan en su comportamiento.

    Entre los diversos espacios para expresar críticas y opiniones políticas en los que hallamos a los fanáticos de la red podemos encontrar diferentes plataformas como paginas especializadas, secciones de comentarios en periódicos digitales, grupos dedicados a temáticas políticas en las redes sociales, perfiles personales en estas mismas redes, etcétera. El flujo de información que se maneja en estos espacios es inmenso, y muestra particularidades propias de la posmodernidad como la inmediatez con la que los temas surgen y caducan, la excesiva información derivada de esta inmediatez, o la construcción de la opinión en torno a las publicaciones de unos medios de masas convertidos en representantes de una aparente pero habitualmente falsa verdad. Dicho esto; cabe señalar que la génesis del comportamiento de los fanáticos puede tener múltiples orígenes, como un adoctrinamiento educacional incorrecto, una interiorización de los valores sectarios que puedan esconderse dentro las organizaciones en las que militan o simpatizan, o una asunción de opiniones construidas desde los medios de masas que mencioné con anterioridad, es decir, los orígenes señalados —y tantos más— nacen de procesos en los que las ideas no son adquiridas a partir de su validez revolucionaria, sino todo lo contrario, ya que surgen como parte de un procedimiento histórico de colonización ideológica que trabaja en función de los intereses económicos de la clase dirigente. Tal y como observé en la primera parte de este artículo: «las sociedades representan sus ideas en función de las condiciones materiales en las que desarrollan su actividad y, evidentemente, en una sociedad basada en la producción que da paso a una sociedad basada en el consumo, la producción de las ideas es dirigida de modo que estas pasen a convertirse en un objeto dedicado al mismo, al consumo». Por tanto, podemos concluir que una sociedad mediatizada que convierte todo lo imaginable —desde el agua que bebemos hasta la información que escuchamos o visualizamos— en objetos dedicados al consumo mediante publicidad y tendencias fugaces, también impone líderes que no surgen por sus dotes para transformar el mundo, sino por su capacidad para ser vendidos como productos de consumo adaptados a los valores impuestos por el modo de producción imperante. Una aparente actitud rebelde, un físico atractivo y joven situado dentro de los actuales cánones de belleza, o un uso de discursos transversales con los que la mayoría se siente identificada, suelen ser algunas de las particularidades que definen a los nuevos ídolos de la posmodernidad. Estas particularidades no tienen por qué ser negativas cuando son analizadas de manera superficial, pero si profundizamos en ellas y en el uso que se les da encontraremos que son utilizadas para dibujar una imagen que sirve como catapulta para la introducción de ideología, principalmente porque la estructura transforma a los nuevos líderes políticos en estrellas mediáticas de las que no se espera un gran disco o una película maravillosa, sino un cambio que difícilmente llegará. Evidentemente; los fanáticos de internet y las redes sociales están sujetos a diferentes contradicciones y no pueden ser criticados de la misma manera, pero se da la particularidad de que el chovinismo de siglas y el fanatismo en torno a los líderes políticos son elementos proporcionales al nivel y al tipo de desviaciones burguesas que esas mismas siglas y esos mismos líderes albergan en su interior. Por tanto; podemos determinar que el perfil de los fanáticos tendrá la tendencia de ir ligado al de las organizaciones con las que se identifican, y eso queda patente ante el nivel de intransigencia con el que llegan a defender las desviaciones o los errores que sus líderes y organizaciones puedan cometer, llegando incluso a caer en la contradicción de justificar actividades que ellos mismos tildarían de corruptas si se dieran en ámbitos ajenos a sus círculos relacionales u organizativos.

    Presenciamos un momento histórico muy peculiar, durante el cual se están desarrollando fórmulas alternativas que pretenden superar dialécticamente la concepción clásica del partido y los métodos convencionales de organización de masas. Internet es uno de los principales protagonistas de este cambio, ya que las nuevas tecnologías permiten el desarrollo de elementos participativos que abren la organización de manera transversal, convirtiendo una cadena de publicaciones en redes sociales en movilizaciones masivas que abarcan amplios sectores de la sociedad indistintamente de su clase social o sus preferencias políticas profundas. Asimismo, y como mencioné con anterioridad, ciertos movimientos y partidos políticos se han dotado de herramientas digitales que facilitan algo tan insólito como que personas ajenas a los mismos tengan la capacidad de participar de su organización interna, llegando a poder elegir a los cuadros dirigentes y a la Secretaría General. Que las organizaciones de la clase obrera trabajen dentro de la transversalidad puede valorarse de manera positiva siempre y cuando ésta tenga un propósito concreto, es decir, cuando esté sujeta a un programa de mínimos que ayude a resolver una serie de contradicciones. Sin embargo, que ésta sea el propósito en si es un error de proporciones épicas, ya que los diferentes actores implicados entrarían en una seria contradicción una vez el programa de mínimos fuera superado, y todos ellos buscarían una salida dirigida hacia sus aspiraciones superiores, siendo esta forma de actuar un equivalente a la política menchevique de aglutinar a sectores ampliamente contradictorios entre si dentro de una misma organización por el hecho de sumar cuantitativamente, sin tener en cuenta los más que previsibles resultados negativos que la misma acarrearía. Ha de decirse que esta práctica puede suponer un problema para los movimientos o los partidos que se acojan a ella de manera mecánica, pues se daría la particularidad de que elementos de la más baja calidad pudieran aprovechar tal coyuntura para introducir una línea reaccionaria o dinamitar la organización. Podría decirse que esta clase de menchevismo es un culto ultrademocrático cercano a lo religioso que no tiene en cuenta las contradicciones inherentes a las relaciones establecidas por el modelo económico y la lucha de clases que el mismo engendra, y que ha nacido como un modelo oportunista de aglutinación de masas que ocupa el espacio que el movimiento obrero ha perdido durante los últimos tiempos.

    Cabe señalar que el concepto posmoderno de multitud desarrollado por Antonio Negri y Michael Hardt entre finales del siglo veinte y principios del veintiuno es fundamental para entender la transversalidad inherente a las fórmulas alternativas de organización en internet, ya que los diferentes grupos que han estado poniendo estas prácticas sobre la mesa beben directamente de estos autores. Unos autores que obvian elementos clave como clase social o pueblo para dar rienda suelta a un compendio de desviaciones burguesas que nació a partir del cataclismo que la caída del Muro de Berlín supuso para el movimiento proletario mundial, así como de la invasión de ideología neoliberal que acompañó a esta caída, y que tanto daño hizo entre las organizaciones populares. Según estos intelectuales; la multitud es un sujeto político que debe ser entendido como «una multiplicidad de singularidades» en la que el hecho de formar parte de un colectivo no implica perder la esencia de lo individual, es decir, es un ente que engloba a un colectivo de sujetos individuales que no se halla en un estado de uniformidad y que supera dialécticamente las concepciones de clase social o pueblo, un sujeto que surge con motivo de una supuesta transición del imperialismo a una especie de imperio global que podría asimilarse al ultraimperialismo teorizado por Karl Kautsky. Como podemos observar, esta teoría oportunista es absolutamente errónea y dista de guiarse por concepciones científicas de la realidad, ya que obvia elementos clave que siguen funcionando tal y como fueron expuestos por tantos socialistas científicos en sus análisis sobre los diferentes grupos sociales que desarrollan sus actividades dentro de la superestructura. Es más; los acontecimientos que han ido desarrollándose desde que Antonio Negri y Michael Hardt expusieron sus ideas han ido demostrado que sus teorías son papel mojado, ya sea por la continuidad del imperialismo estadounidense como centro mundial del poder, o por la brutal lucha de clases que ha ido dándose después de la ruptura contractual entre los diferentes sectores de un pueblo que entra en descomposición tras el derrocamiento de diferentes gobiernos y la consecución del programa de mínimos que antes mencioné, tal y como ocurrió en casos como el egipcio, o el tunecino. Además; hay que señalar que independientemente del carácter de uniformidad que la clase obrera o el pueblo puedan aparentar, los sujetos pertenecientes a estos colectivos están sujetos a las leyes de la dialéctica, es decir, se hallan inmersos en un proceso de cambio constante derivado de diferentes contradicciones y aspiraciones individuales que, pese a poder ser similares en el plano superior, tenderán a diferenciarse según se profundice.

    Como señalé con anterioridad: «a veces, diferentes problemas comparten una misma raíz». En este caso hemos visto que el fanatismo —dentro y fuera de la red— y el nuevo menchevismo nacen a partir de la asimilación de ideología burguesa. Por tanto, el combate sin cuartel contra esta ideología y los elementos que la componen debe ser una prioridad irrenunciable que debería cimentarse mediante el establecimiento de un proyecto comunista cuyo núcleo se fije en torno a los principios del socialismo científico. Este núcleo —como el de una estrella que expulsa energía desde dentro hacia fuera— debería tener como prioridad superior la resolución de las contradicciones internas dentro del movimiento revolucionario para, una vez superadas, dar un salto cualitativo que actúe como una onda expansiva que permita arrebatar la hegemonía a la clase dirigente, destrozando la posibilidad de que los oportunistas lancen al aire sus aparentemente novedosos —pero viejos— proyectos, y abriendo el camino para el surgimiento de un Partido Comunista de Vanguardia con el que la clase obrera se sienta identificada. Un Partido de la clase obrera en el que la participación disciplinada sea una regla a seguir, y en el que sólo tengan cabida personas honestas y luchadoras. Será entonces cuando esa aparente actitud rebelde, ese físico situado dentro de ciertos cánones de belleza, o ese uso de discursos transversales no signifiquen nada para el proletariado, ya que la conciencia subjetiva de éste se habrá superado dialécticamente para abrazar valores como la disciplina, el internacionalismo, o la solidaridad. Por supuesto, construir un partido no es cosa de uno o dos días. Harán falta mucha autocrítica, mucho debate y mucho sufrimiento, pero como dijo Carlos Marx: «los trabajadores no tienen nada que perder, salvo sus cadenas».
    Echospace
    Echospace
    Miembro del Soviet
    Miembro del Soviet

    Cantidad de envíos : 2571
    Reputación : 3015
    Fecha de inscripción : 10/10/2011

    PTD - Cuestiones relativas al dogmatismo en internet y sus redes sociales, un fenómeno más de la posmodernidad Empty Críticas

    Mensaje por Echospace Lun Feb 16, 2015 11:49 pm

    Podéis leer éste y otros documentos en la página del PTD, cuya dirección es: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

    Vuestras críticas y aportes ideológicos serán bienvenidos siempre y cuando que se den en un marco respetuoso que nos permita debatir y enriquecer nuestra teoría política. Seguimos trabajando por mejorar y superarnos dialécticamente, de ahí que el debate abierto sea un elemento de vital importancia para nuestra organización.

    Recibid un cordial saludo.
    DP9M
    DP9M
    Colaborador estrella
    Colaborador estrella

    Cantidad de envíos : 16767
    Reputación : 21296
    Fecha de inscripción : 16/06/2010

    PTD - Cuestiones relativas al dogmatismo en internet y sus redes sociales, un fenómeno más de la posmodernidad Empty Re: PTD - Cuestiones relativas al dogmatismo en internet y sus redes sociales, un fenómeno más de la posmodernidad

    Mensaje por DP9M Mar Mayo 19, 2015 8:28 pm

    esto es lo que venimos hablando en el foro desde hace tiempo.

    No hay mucho mas que decir ante la obviedad del problema que al fin, se entiende cual es.

    Contenido patrocinado

    PTD - Cuestiones relativas al dogmatismo en internet y sus redes sociales, un fenómeno más de la posmodernidad Empty Re: PTD - Cuestiones relativas al dogmatismo en internet y sus redes sociales, un fenómeno más de la posmodernidad

    Mensaje por Contenido patrocinado


      Fecha y hora actual: Sáb Abr 27, 2024 3:43 am