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La madre no controla el parto
-Mujeres y matronas demandan partos más humanizados y un menor uso de la tecnología
-Las reclamaciones se hacen sobre el parto normal, el que 'a priori' no tiene complicaciones
-La tasa de cesáreas y de instrumentalización es más alta de las que recomienda la OMS'
-Las mujeres están perdiendo su capacidad de dar a luz'
En España, la edad media de las mujeres que dan a luz a su primer hijo es de 30 años. A diferencia de lo que ocurre en países en desarrollo, donde sólo reciben atención prenatal el 35% de las gestantes y asistencia al parto el 50%, en nuestro país el 98% de las españolas es atendida por un profesional durante la gestación y el alumbramiento. Esa atención ha hecho que la mortalidad materna haya disminuido y esté en 2,9 muertes por cada 100.000 nacimientos, al igual que la neonatal, que se sitúa en 4,58 muertes por cada 1.000 nacidos en un año. Pero, las buenas cifras obtenidas en supervivencia no son suficientes para muchas mujeres que reclaman una atención menos medicalizada de su embarazo. El retrato de la atención al parto varía en función de dónde viva la mujer. Según el último informe de la Secretaría General de Sanidad y Consumo, perteneciente al Ministerio de Sanidad, entre 2001 y 2011 el número de cesáreas ha aumentado un 9,5%, ocurriendo en el 21,9% de los partos de atendidos en 2011 en los hospitales públicos. Sin embargo, esta cifra varía por comunidades, oscilando entre el 15,1% en el País Vasco y el 30,1% en la Comunidad Valenciana. VariabilidadSegún un estudio realizado por Adela Recio Alcaide, anterior presidenta de la asociación El Parto es Nuestro y estadística de profesión, además de la variabilidad entre CCAA también hay disparidad de cifras si se comparan centros privados y públicos. «La sanidad privada se caracteriza por realizar sistemáticamente más partos instrumentales que la pública. Basar su actividad en un negocio regido por horarios muy específicos hace que la instrumentalización de los partos sea mucho mayor. Lo raro es que una mujer salga ilesa de una clínica privada», explica. La tasa de cesáreas en el sector privado supera el 30%, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que debe estar en torno al 10%, y no superar nunca el 15%. Otro ejemplo es la evolución de las episiotomías. En la Comunidad Valenciana, una de las pocas que también publica los resultados de los hospitales privados, el porcentaje de partos en los que se realiza esta técnica quirúrgica en la privada es del 72% y en la pública es del 58%, según los datos del estudio publicado en la revista Dilemata. En cuanto a partos instrumentales (aquellos que utilizan forceps o ventosas), alcanzan el 15% en España, según datos de centros públicos, frente al 5% de los que se realizan en Letonia o Lituania. «Pero en los privados es mucho mayor. En cambio, no existe la sensación generalizada entre las mujeres de que esto sea así», explica Recio. «Este intervencionismo no parece justificarse con unos mejores resultados en aspectos como puede ser la mortalidad perinatal o neonatal», asegura Recio. Algo con lo que no está de acuerdo Ángel Aguarón, jefe de servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Gregorio Marañón. «Hay países que tienen una cifra de mortalidad perinatal menor, pero son aquellos en donde se puede practicar un aborto en cualquier etapa del embarazo y esas muertes no se contabilizan dentro de la tasa de mortalidad perinatal. Las cifras españolas abarcan los fallecimientos fetales que se dan a partir de la semana 37 de gestación, los ocurridos intraparto y las muertes durante el posparto, entre los 10 y 20 días después del alumbramiento». Sin embargo, no son los grandes hospitales públicos los que cuentan con unas cifras mayores de instrumentalización, «y eso que los privados acaparan los partos menos complejos», aclara la anterior presidenta de El Parto es Nuestro, asociación en la que participan unas 800 mujeres y que trabaja «codo con codo» con el Ministerio de Sanidad. También lo ha hecho y lo sigue haciendo la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME). «En 2006, el Observatorio de Salud de la Mujer encargó a FAME la elaboración de la Iniciativa al Parto Normal. Nos reunimos matronas de toda España y elaboramos una definición de lo que es un parto normal, porque por entonces había mucha confusión. Al año siguiente, a través del Consejo Interterritorial, se propuso la elaboración de la Estrategia al Parto Normal, que se publicó en 2007, que incluye una serie de recomendaciones», explica Pepa Santamaría, vicepresidenta de FAME. Incumplimiento de protocolosSin embargo, un informe de 2012 publicado por Sanidad mostraba que tan sólo el 15,5% de los centros seguía los protocolos recomendados por este Ministerio para atender a partos normales, entre los que se incluye que el uso de oxitocina durante la dilatación no supere el 5-10% de los casos, la libertad de movimientos de la mujer durante el parto, que el porcentaje de parturientas que tengan una posición de litotomía (tumbada) durante el expulsivo no supere el 30% o que el contacto de piel con piel en las dos primeras horas se de en el 80% de los partos. «En muchos centros no se cumplen. Es una lucha. Precisamente, ahora se está evaluando cuántos cumplen esas recomendaciones y cuántos no», aclara Santamaría.La edad en la que dan a luz las españolas, cada vez más avanzada, el aumento de las técnicas de reproducción asistida y el gran volumen de partos que ciertos hospitales atienden al año, podrían estar detrás de algunas intervenciones. En el Gregorio Marañón, señala Aguarón, «tenemos unos 6.000 partos al año, una media de 20 diarios en verano. No es posible atender demandas totalmente individuales». Tampoco ve factible el plantear un plan de parto: «Me parece un contrasentido. La mujer quiere imponer un procedimiento en un centro público sometido a una alta carga asistencial. Si lo pide en uno privado, es otra cosa». Para Recio, lo más importante es que la información. «Desde la asociación, lo que defendemos es que la mujer de a luz con asistencia sanitaria y su derecho a decidir». De la misma opinión es Santamaría, que señala que la principal desventaja de los avances en la atención al parto ha sido la pérdida de confianza en el cuerpo de la mujer: «El parto debería ser atendido como un proceso fisiológico. Al atenderlo en los hospitales quizás hemos hecho un abuso de la tecnología, los hemos medicalizado y eso resta poder a la mujer. El principal objetivo es que cada mujer tenga el parto que desee, pero sin riesgos. Para ello la información es el primer paso». Algo fundamental, argumenta esta matrona, es que se lleve a cabo una formación continuada de los profesionales. «Cuando se dan talleres y cursos, y se realiza una actualización de los protocolos, el cambio es progresivo. Quizás nuestros gestores se lo tendrían que creer más y ponerlo como objetivo».