Un texto del PCE(r) y una cronica de una charla dada por dicho paerido
REFORMAR EL PCE DESDE DENTRO :UNA POSTURA REFORMISTA
Refundar el partido desde dentro: esta es la ideaguía
de los “rupturistas” con el PCE. ¿Pero qué
se esconde detrás de este planteamiento? Se
esconde, básicamente, un planteamiento reformista,
se esconde un planteamiento no de lucha y
enfrentamiento con los que claramente ya -y no
desde hace poco tiempo- forman parte del campo
de la contrarrevolución, planteando en cambio el
reformar un partido podrido hasta la médula, que
nada tiene que ofrecer a las masas salvo traición.
partido a lo que yo creo que debe ser
un partido revolucionario.
Es la famosa ley del mínimo esfuerzo,
muy típica cuando se ha estado
acostumbrado a ser un “revolucionario”
sin complicarse mucho la vida.
Pero debemos ver el porqué de
estos posicionamientos en su contexto,
no como algo aislado, pues no es
que sean revolucionarios
L. Montes
esde hace ya algún tiempo, algunos
sectores del PCE, más en concreto las
juventudes de este partido, han dicho basta
a la política pro-oligárquica de los popes “peceros”;
pero es, en mi opinión, un basta con
la boca pequeña, parece como si al amagar
con romper con el PCE, se les hubiera abierto
el suelo a sus pies, como si se les hubiera
presentado una fatal cuestión: ¿qué hay después
del PCE? ¿hay vida al otro lado?
Se podría hacer una analogía con los
pensamientos que invadían a los hombres
de la antigüedad cuando aún no se sabía que
la Tierra era redonda. Estos pensaban que
existía un fin del mundo, que si se sobrepasaban
ciertos límites geográficos uno caía por
un precipicio hacia no se sabe dónde.
En muy parecida situación se encuentran
las juventudes comunistas; piensan: no
puedo seguir colaborando con esta gentuza,
tengo que romper con ellos; pero luego dicen:
¿y hacia dónde voy? No voy a crear yo
ahora un partido, con lo que cuesta. Mejor
sigo trabajando aquí e intento moldear este
formistas allá, sino que tienen una gran
confusión de ideas, unos “devenires” tanto
a izquierda como a derecha que les impiden
tomar una posición consecuentemente
revolucionaria.
Enumeremos una por una esas ideas,
para así poder tener el cuadro completo de
la situación.
-SOBRE LA LUCHA LEGAL E ILEGAL.
Arrastran lacras tremendamente reformistas
en este sentido. Sobrevaloran en
exceso el papel de la lucha legal en general
y de la lucha parlamentaria en particular.
Es obvio que no aciertan a determinar el carácter
del Estado español -si es democrático
o fascista. Aunque en algunos momentos lo
puedan tachar de fascista, siempre en un
plano como abstracto y nebuloso, en la práctica,
quizá inconscientemente, lo aceptan
como un Estado democrático, o cuando menos
como mínimamente tolerante con las libertades
políticas.
Esto es algo inevitable, teniendo en
cuenta a quienes han tenido de “maestros”.
Ahí tenemos que estar nosotros para contrarrestar
toda la “formación” que han recibido.
-SOBRE LA LUCHA ARMADA.
Muchos de ellos muestran una actitud
favorable hacia la práctica de la lucha armada
y la sienten como justa. Pero les pasa
lo de siempre: a un primer planteamiento
más o menos consecuente en el sentido revolucionario
se les suma un segundo que
anula el “revolucionarismo” del primero.
Sería bueno apuntar que en ningún momento
se pronuncian en contra, pero tampoco
completamente a favor.
Esto es también muy lógico, por el hecho
de haber sido “educados” en la famosa
vía parlamentaria al socialismo, para la cual,
como es natural, la teoría militar no existe,
ya que, según esta esquelética ideúcha, la
vía de la revolución armada no tiene validez,
está superada, y por tanto no es necesario
profundizar en ella.
Me da la impresión de que les han tenido
encerrados en una burbuja, donde los
ecos de la guerra popular prolongada (GPP)
propugnada por Mao no les han llegado, por
lo que se encuentran completamente perdidos
y desarmados en lo que a teoría militar
se refiere.
-SOBRE LA CUESTION DE LA ORGANIZACIÓN
CLANDESTINA.
Esto, para ellos, ni existe. Están tan
acostumbrados a reunirse en su local y a cantar
«La Internacional» en voz alta que lo de
andar escondiéndose ni se lo plantean. Esta
cuestión está muy ligada a la primera, a la
de la lucha legal, pues a una forma de lucha
corresponde una determinada forma de organización.
Cuando se les comenta lo de la
organización clandestina se les pone una
cara como de decir: ¿clandestinidad, para
qué? ¿de quién nos debemos esconder?
Legalismo, legalismo y legalismo, esa
es la base de todos sus problemas.
Una razón que ellos aducen para defender
lo de «refundar el partido desde dentro
» es el hecho de que todos aquellos que en
algún momento se separaron del PCE no han
conseguido formar un partido realmente
fuerte, con base social, y por eso ellos plantean
lo de refundar el partido con las mismas
siglas y demás para mantener su base
social. Y yo me pregunto: ¿cuál es la base
social actual del PCE? ¿Los que van a su fiesta
en la Casa de Campo? ¿Los que se toman
los vinos en sus chiringuitos en las ferias de
barrio? ¿O los que les votan cuando hay elecciones,
sin prestar atención a su programa, y
que sólo lo hacen por costumbre?
Que me digan a mí cuál es el grado
de influencia del PCE en el movimiento
obrero actualmente. Yo diría que ese grado
de influencia es igual a cero. Que convoquen
una huelga general de las de antaño, seguro
que no participa ni Camacho. Que convoquen
una manifestación; no va ni la policía,
y ya es decir.
También me comentaron en algún
momento lo de reunificar a todos los grupos
comunistas. En eso estoy completamente de
acuerdo con ellos; y porque estoy a favor de
reunificar a todos los comunistas (los de verdad)
no quiero que mi Partido, el PCE(r) se
una con los vendidos anticomunistas del
PCE. Yo estoy a favor de la reunificación comunista;
¿pero reunificar sobre qué? Reunificar
sobre la base de los principios, reunificar
sobre la base del marxismo-leninismo.
Esta es la postura del PCE(r) y, por tanto, la
mía; y como comunistas que somos no vamos
a movernos ni un ápice de estos postulados.
A mí esto de «refundar desde dentro»
me suena a ese “desde dentro” de los posibilistas; esta posición, básicamente, esconde o
camufla unos postulados conciliadores, unos
postulados nada combativos. Si realmente se
quiere ser revolucionario, se ha de serlo siempre
(desde el comienzo al fin) y en todos los
planos (organizativo, político y propagandístico).
Una revolución es un conjunto de revoluciones:
revoluciones individuales, grupales
y revoluciones sociales. No se puede querer
encabezar un proceso revolucionario, si la
vanguardia política de ese proceso revolucionario
“nace” de un proceso reformista.
El PCE se podría reformar si sus desviaciones
políticas e ideológicas se mantuvieran
dentro de lo que podemos denominar
campo revolucionario, si aún se mantuviera
dentro de los límites de éste.
Ahora bien, si
esas desviaciones políticas e ideológicas han
sobrepasado ya cualquier límite y ya no se
sitúan en el campo revolucionario, sino en
el de la contrarrevolución, la posibilidad de
reformarlo se desvanece. Se puede reformar
la casa cuando aún está en pie, no cuando
está derruida; cuando está derruida ya no
se reforma, se vuelve a construir.
Lo que quiero decir es que ser revolucionario
en materia de refundación es reconstruir
el partido sobre la base de la ruptura
consecuente con el revisionismo, sobre
la base del marxismo-leninismo; lo de las siglas,
la base social, la infraestructura y demás
es secundario, en tanto que si se tiene
una línea política justa y una clara determinación
de hacer la revolución, todo llegará:
si no hay gente, vendrá gente; si no hay infraestructura,
se creará. Lo importante es
ser firme en los principios y mantener una
línea política consecuentemente revolucionaria,
todo lo demás vendrá, más tarde o
más temprano, vendrá.
CHARLA CON UN REVI DE TURNO
Estuvimos dando una charla en Casavieja, un pueblo cerca de Avila; asistieron 15
personas, la mayor parte jóvenes que se movían en el ámbito de IU. Empezaron la
velada poniendo un vídeo del Instituto de la Mujer conteniendo entrevistas a mujeres
que habían participado activamente en la guerra de resistencia del 36, lo que nos dio
pie para lo que pretendíamos: hablar del revisionismo y el porqué de nuestra existencia.
Tras una breve exposición sobre la Reforma y el papel de los carrillistas, el personal
empezó a preguntar cosas y a hablar de sus experiencias. Hubo una altísima
participación y un gran interés por saber de nosotros. Entre las preguntas, cabe destacar:
¿Por qué la ‘E’ del Partido? ¿Por qué la lucha clandestina? ¿Por qué no hemos
querido legalizarnos? ¿Cómo se puede trabajar, qué ofrecemos nosotros…? ¿Por qué
es necesaria la lucha armada? ¿Cómo nacieron los GRAPO?
También estaba aquí el revi de turno “radicalizado” y que pretende canalizar la
rebeldía de los jóvenes. Ya al principio tuvimos algún encontronazo acerca de las
elecciones, pero viendo que por aquí las cosas se le iban de las manos, cambió de
táctica, dirigiendo las preguntas y el debate hacia temas puramente carcelarios. Naturalmente,
que todas nuestras respuestas se orientaban rápidamente hacia la calle. Al
final, optó por darme la razón en todo y no seguir con polémicas: al fin y al cabo, yo
sólo iba a estar unas horas y él tiene todos los días con los chavales para hacer su
nefasta labor. De todas formas, y de eso me siento contenta, allí mismo le di un buen
repaso y sin necesidad de “ataques” directos, sino desmontándole todos sus argumentos
trasnochados del tipo «no se puede hacer nada, este país es de derechas, en
este pueblo la gente no se mueve». Eso es todo lo que tienen que ofrecer.