Mi intención es debatir sus actuaciones y sus consecuencias, y si estos actos están justificadas.
Qué es justo y que no. A debate
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G.R.A.P.O.libertad- Novato/a rojo/a
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- Mensaje n°1
Qué es justo y que no. A debate
Bolesław Bierut- Comunista
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- Mensaje n°2
Re: Qué es justo y que no. A debate
el terrorismo utilizado contra gente agena al conflicto o simplemente civiles nunca esta justificado,aparte de que es poco eficiente solo justifico algunos actos,como lo de carrero blanco.
Blood- Revolucionario/a
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Localización : En todos los barrios, junto a la clase obrera♫
- Mensaje n°3
Re: Qué es justo y que no. A debate
Veamos: Así planteados los términos, yo apostaría a responder todas. ¿Por qué?
Estoy en contra del planteo de ETA y GRAPO. Defiendo, como leninista, la construcción de un partido de combate de la clase obrera de tipo bolchevique, un partido revolucionario. Estoy en contra de la violencia terrorista, pero no desde un punto de vista moral, sino exquisitamente político: El éxito de la revolución social no depende del perfeccionamiento de una vanguardia aislada, sino de la experiencia que atraviesan las masas (incluyendo los balances que realizan), del éxito que este partido revolucionario tenga en fusionarse con las masas, en construirse como su dirección política para dirigir la intervención popular en la "grieta" que se abre, en las crisis políticas "por arriba" (crisis de régimen), sobre la base de la etapa histórica de revolución social (esto es: la etapa irreversible de descomposición del capital, la fase imperialista). La violencia de un grupo aislado no sólo no "anima" a las masas a "seguir su ejemplo", sino que puede ser factor de desmoralización e incluso dejarlas aisladas a las masas mismas frente al impulso reaccionario de la represión incentivada por los actos terroristas, que llegan a ser auténticos actos de provocación.
Pero no pongo un signo igual entre la violencia de los oprimidos y la violencia de los opresores. Repudio en toda línea la violencia terrorista que nace del corazón del Estado (grupos para-militares, para-estatales, como el GAL), porque es una violencia terrorista reaccionaria. Pero la violencia terrorista que nace de los explotados y oprimidos sólo es incorrecta por su programa. Frente a un acto de represión del Estado contra las células de ETA, donde sus miembros resulten asesinados, torturados o desaparecidos, la primera crítica que debe hacerse es contra los represores reaccionarios y solidarizarse con los torturados. Si debo discutir presionado por los medios o cualquier tipo de exposición, mi primera respuesta es: No es lo mismo la violencia del GAL que la de ETA. ¿"Qué es lo justo"? ¡Estoy en contra del GAL, toda mi solidaridad con ETA!
Sí estoy a favor de la formación de órganos de auto-defensa obreros en las condiciones en que son necesarias, y esto no es una afirmación abstracta, sino un planteo político. Defiendo la violencia de las masas. Defiendo los cortes de calle a los que se acusa de violentos. Y no lo digo sólo porque uno pueda responder que son pacíficas (porque lo son, en verdad), también defiendo las protestas que se tornan violentas, los choques con la policía, la violencia revolucionaria de las masas contra el Estado represor de la burguesía.
Estoy en contra del planteo de ETA y GRAPO. Defiendo, como leninista, la construcción de un partido de combate de la clase obrera de tipo bolchevique, un partido revolucionario. Estoy en contra de la violencia terrorista, pero no desde un punto de vista moral, sino exquisitamente político: El éxito de la revolución social no depende del perfeccionamiento de una vanguardia aislada, sino de la experiencia que atraviesan las masas (incluyendo los balances que realizan), del éxito que este partido revolucionario tenga en fusionarse con las masas, en construirse como su dirección política para dirigir la intervención popular en la "grieta" que se abre, en las crisis políticas "por arriba" (crisis de régimen), sobre la base de la etapa histórica de revolución social (esto es: la etapa irreversible de descomposición del capital, la fase imperialista). La violencia de un grupo aislado no sólo no "anima" a las masas a "seguir su ejemplo", sino que puede ser factor de desmoralización e incluso dejarlas aisladas a las masas mismas frente al impulso reaccionario de la represión incentivada por los actos terroristas, que llegan a ser auténticos actos de provocación.
Pero no pongo un signo igual entre la violencia de los oprimidos y la violencia de los opresores. Repudio en toda línea la violencia terrorista que nace del corazón del Estado (grupos para-militares, para-estatales, como el GAL), porque es una violencia terrorista reaccionaria. Pero la violencia terrorista que nace de los explotados y oprimidos sólo es incorrecta por su programa. Frente a un acto de represión del Estado contra las células de ETA, donde sus miembros resulten asesinados, torturados o desaparecidos, la primera crítica que debe hacerse es contra los represores reaccionarios y solidarizarse con los torturados. Si debo discutir presionado por los medios o cualquier tipo de exposición, mi primera respuesta es: No es lo mismo la violencia del GAL que la de ETA. ¿"Qué es lo justo"? ¡Estoy en contra del GAL, toda mi solidaridad con ETA!
Sí estoy a favor de la formación de órganos de auto-defensa obreros en las condiciones en que son necesarias, y esto no es una afirmación abstracta, sino un planteo político. Defiendo la violencia de las masas. Defiendo los cortes de calle a los que se acusa de violentos. Y no lo digo sólo porque uno pueda responder que son pacíficas (porque lo son, en verdad), también defiendo las protestas que se tornan violentas, los choques con la policía, la violencia revolucionaria de las masas contra el Estado represor de la burguesía.