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    Informe Kim Jong Un ante el VII Congreso

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    Mensaje por Argala82 Mar Jul 12, 2016 1:26 pm

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    INFORME SOBRE LAS LABORES DEL COMITÉ CENTRAL PRESENTADO
    ANTE EL VIIº CONGRESO DEL PARTIDO DEL TRABAJO DE COREA


    Compañeros:

    El período comprendido entre el VI Congreso del Partido del Trabajo de Corea y la fecha actual ha sido una época de la lucha más cruenta en la larga historia de nuestro Partido y una etapa de gloriosas victorias que ha conocido grandes transformaciones.

    Durante el período del que rendimos cuenta, el PTC presentó líneas y políticas originales en cada etapa de la revolución en desarrollo y continuó ininterrumpidamente el proceso revolucionario y constructivo apoyándose en nuestro gran pueblo, pese a las adversidades sin precedentes, cosechando así una brillante victoria en la causa socialista y abriendo una nueva era de prosperidad para la patria.

    En su trayecto revolucionario tan escabroso y tortuoso que jamás fue recorrido por ningún otro partido y pueblo, nuestro Partido se convenció más de la justeza e invencibilidad de su ideología y causa y nuestro pueblo reafirmó su decisión y voluntad de seguir para siempre al Partido por el camino del Juche.

    Hoy todos nuestros militantes y otros sectores del pueblo celebramos significativamente el VII Congreso del Partido con el orgullo de ser vencedores, evocando las gloriosas proezas que realizaron con su indomable espíritu y heroica lucha.

    Esta cita será un hito en la historia, pues servirá para fortalecer más nuestro Partido al identificar toda la sociedad con el kimilsungismo-kimjongilismo, acelerar la construcción de una potencia socialista y anticipar el triunfo definitivo de la revolución del Juche.

    1. GRAN TRIUNFO DE LA IDEA JUCHEY LA POLÍTICA DEL SONGUN

    Compañeros:

    En el período que revisamos el PTC organizó y movilizó a todos sus militantes y otros sectores de la población a la causa revolucionaria del Juche, sosteniendo firme la bandera de la gran idea Juche y la línea de la revolución del Songun (prioridad de los asuntos militares –N.T.)

    La idea Juche es la bandera victoriosa que ha conducido a nuestra revolución en medio de múltiples dificultades y convulsiones políticas de alcance mundial. Por su parte, la política del Songun es un medio omnipotente que les ha permitido a nuestro Partido y pueblo engendrar el milagro de la historia superando las duras pruebas.

    Gracias a la gran idea Juche y la política del Songun del PTC y al abnegado esfuerzo de nuestros militares y civiles, se obtuvo una victoria dignificante en la construcción del socialismo y se asentó una base duradera para la culminación de la causa del Juche.

    1) Lucha para el victorioso avance de la causa socialista

    Compañeros:

    El socialismo es una causa honrosa dirigida a materializar los ideales y las exigencias de las masas populares por la independencia, una causa revolucionaria que avanza con una encarnizada lucha contra el imperialismo y todas las demás fuerzas contrarrevolucionarias.

    Durante el período que examinamos, el PTC se esforzó para llevar adelante la causa socialista en medio de pruebas y dificultades que no tienen parangón en la historia.

    El VI Congreso del PTC fue un jalón histórico para consolidar las potencialidades políticas, militares y económicas de la revolución y conducir al triunfo la causa socialista al transformar todas las ramas de la vida social según la idea Juche enarbolando el lema de la identificación de toda la sociedad con esta doctrina.

    Fiel al programa de la transformación de toda la sociedad según la idea Juche presentado por su VI Congreso, nuestro Partido aceleró la labor de pertrechar con la idea Juche a toda su militancia y el ejército y formar la conciencia revolucionaria e imprimir los rasgos de la clase obrera y los intelectuales en todos los miembros de la sociedad, consolidando así el sujeto de la causa socialista. Al asumir como línea estratégica la adecuación de la economía nacional a las condiciones del país, su modernización y la introducción en ella de los últimos logros científicos y movilizar al pueblo para esa tarea, nuestro Partido dio gigantes pasos de avance en el cumplimiento de los 10 objetivos en perspectiva de la construcción económica socialista. En el fragor del movimiento para crear la velocidad de la década de los 80 se obtuvieron grandes triunfos y éxitos en el empeño por materializar la resolución del VI Congreso, lo cual sirvió de una sólida base para poner de manifiesto la superioridad del socialismo y anticipar su victoria final.

    En las postrimerías del siglo pasado la lucha de nuestro Partido y pueblo para lograr esa victoria bajo la consigna de identificar a toda la sociedad con la idea Juche tropezó con un desafío descomunal de las fuerzas antisocialistas y contrarrevolucionarias del mundo.

    Las maniobras de los imperialistas y los traidores al socialismo acarrearon en la arena internacional sucesos trágicos como el desmoronamiento del socialismo en varios países, y a raíz de ello se intensificó su ofensiva antisocialista contra nuestro país, baluarte del socialismo. Los imperialistas actuaron con saña para estrangular nuestro socialismo en todos los dominios como político, militar, económico, ideológico y cultural.

    Frente a la crítica situación, el PTC libró una lucha audaz para defender y llevar adelante la causa socialista, con la resuelta determinación de desbaratar la ofensiva contrarrevolucionaria del imperialismo con la ofensiva revolucionaria.

    Se valió de una ofensiva ideológica para defender del ataque y las calumnias de los imperialistas a la doctrina y el ideal socialistas y consolidar nuestra trinchera política e ideológica.

    Pese al debilitamiento del socialismo y las corrientes ideológicas antisocialistas, comprobó de manera científica y teórica que el socialismo es la justicia y el ideal de los pueblos para lograr su independencia y que su victoria es inevitable. Con ello logró que los pueblos confiaran en el socialismo y propinó golpes demoledores a los imperialistas y reaccionarios que pregonaban el “fin” del socialismo.

    Intensificamos aún más la educación política e ideológica entre los miembros del Partido y demás trabajadores, de modo que todo el pueblo, convencido de que saldrá victorioso si defiende el socialismo, pero que terminará muriendo si renuncia a él, se esforzara con denuedo para glorificar nuestro socialismo.

    Ateniéndose a los cambios de la situación internacional y a la lección histórica de la construcción socialista, nuestro Partido consolidó por todos los medios la trinchera política e ideológica y, al mismo tiempo, conservó las características propias del socialismo y puso de manifiesto las ventajas de nuestro socialismo en todos los campos de la construcción socialista y la vida social.

    Inspirado en la justeza y la victoria de la causa socialista del Juche y en la plena confianza en nuestro pueblo que le sigue invariablemente, nuestro Partido siguió llevando adelante la causa socialista, sosteniendo la bandera de la idea Juche, la del socialismo.

    En un momento en que nuestra causa socialista avanzaba victoriosamente por el camino del Juche, pese a los imprevistos cambios de la situación, y se abría una halagüeña perspectiva de la reunificación nacional, nuestro Partido y pueblo sufrieron de repente una tragedia de proporción descomunal: el fallecimiento del gran Líder Kim Il Sung en quien confiaban como en el cielo. Su deceso supuso la mayor tristeza y pérdida para nuestro Partido y pueblo, y la mayor prueba para nuestra revolución.

    Tras los funerales, los imperialistas y sus seguidores intensificaron como nunca antes las presiones políticas y militares, las provocaciones de guerra y el bloqueo económico, en un vano afán de asfixiarnos. Por si fuera poco, devastadores desastres naturales arrasaron el territorio coreano, lo cual produjo indescriptibles dificultades en la construcción económica y la vida de la población. La seguridad de la patria y el destino del socialismo corrían peligro y nuestro pueblo se vio en la necesidad de iniciar la Marcha Penosa, la Forzada, de una arduidad sin par en la historia.

    En aquellos tiempos en que el mundo se inquietaba por el futuro de Corea y la reacción imperialista auguraba con desatino el “cambio” de nuestros lineamientos y el “derrumbe” de nuestro sistema, el gran compañero Kim Jong Il declaró que defendería invariablemente y culminaría a toda costa la causa del Juche emprendida por el Líder, por muy tortuoso que fuera el camino de la revolución, y dirigió con acierto el proceso revolucionario y constructivo, solamente según el propósito del Líder y a su manera.

    Bajo la acertada orientación de Kim Jong Il, el PTC dio continuidad a la causa del gran Líder: mantuvo firmemente la línea revolucionaria del Songun, rumbo de la revolución coreana que promete victorias consecutivas, y aplicó en todos los dominios la política del Songun.

    Como fórmula principal de la política socialista al estilo de Kim Jong Il, Songun antepone los asuntos militares a todos los demás según el principio de darle importancia a las armas y prioridad a la defensa, consolida el sujeto de la revolución teniendo al Ejército Popular como núcleo y destacamento principal y, apoyándose en él, conduce al triunfo la causa socialista. Refleja el fundamento de la revolución del Songun de que sobre las armas de la revolución descansan tanto la dignidad del país y la nación como el triunfo de la misma. Sintetiza el espíritu de que uno debe hacer la revolución solamente fortaleciéndose a sí mismo y valiéndose de sus propios recursos, así como la firme posición antiimperialista e independentista y los principios revolucionarios de nuestro Partido.

    Songun es una gloriosa tradición de la revolución coreana, en tanto que la política del Songun estriba en la historia y las experiencias de nuestra revolución que comenzó y ha avanzado con el fusil bajo la bandera del Juche. La fórmula de la política del Songun, creada sobre la base de la gran idea Juche, y el poderío político, ideológico y militar, consolidado en el empeño por transformar toda la sociedad según la idea Juche, pusieron de manifiesto las potencialidades del Songun y abrieron la época del Songun, una nueva era de la revolución del Juche.

    Con su plena confianza en nuestro ejército y otros sectores del pueblo que acatan fielmente la causa del Partido, Kim Jong Il condujo la causa socialista del Juche al triunfo en sus infatigables viajes de orientación mediante el Songun.

    Nuestro Partido fortaleció por todos los medios el Ejército Popular, fuerza fundamental de la revolución del Songun, al tiempo que estableció un sistema de aparatos estatales en el que prevalece la defensa nacional y reajustó todos los sectores de acuerdo con los principios y las exigencias del Songun.

    Nuestro Partido concedió atención primordial al desarrollo de la industria de la defensa nacional bajo el principio de darle prioridad a los asuntos militares.

    En los días difíciles en que había llegado al extremo la intentona enemiga de aislar y asfixiar a nuestra República y en que el país entero debía apretarse el cinturón, Kim Jong Il tomó la firme decisión de elevar la capacidad militar del país e hizo de la industria de la defensa nacional un renglón poderoso que garantizara la autodefensa. Esa industria autóctona, construida en virtud de la política del Songun, sirvió de garantía para rechazar las maniobras de agresión de los imperialistas, preservar la seguridad de la patria y defender fidedignamente el bastión del socialismo.

    A lo largo de todos estos años en que ha venido aplicando la política del Songun, el PTC ha sostenido invariablemente la posición antiimperialista e independentista y el principio socialista.

    Estos dos devienen la posición y el principio básico que el partido revolucionario debe mantener para cumplir con la causa socialista, así como la piedra de toque que distingue la revolución de la contrarrevolución y el socialismo del oportunismo. Fue durante el período de la Marcha Penosa cuando defender la posición antiimperialista e independentista y el principio socialista se presentó ante nuestro Partido y pueblo como el asunto más peliagudo, un asunto de importancia vital que podía hacerles vivir a los coreanos con decoro, como una nación soberana, o como esclavos del imperialismo, como lo habían sido en el pasado. A medida que se tornaba compleja la situación, nuestro Partido sostuvo en alto la bandera del Songun y mantuvo firmemente la referida posición y principio, apoyándose en su potencial militar, para así garantizar el triunfo de nuestra revolución.

    Con su gran intransigencia de blandir la espada contra el cuchillo y el cañón contra el fusil, superó decididamente las brutales presiones y retos del imperialismo, rechazó con el fusil del Songun las perturbadoras corrientes procedentes de sus alrededores como el liberalismo burgués, la “reforma” y la “apertura”, y avanzó recto por el camino del socialismo, opción escogida por nosotros mismos.

    Al final de la Guerra Fría muchas naciones renunciaron a sus principios doblegándose ante las presiones militares y la arbitrariedad de los Estados Unidos y optaron por la reconciliación y sumisión. Sin embargo, el PTC mantuvo sin ningún titubeo su posición antiimperialista, de independencia y sus principios socialistas. Con esta experiencia, demostró que en estos tiempos de confrontación de fuerza con el imperialismo los principios del antiimperialismo, la independencia y el socialismo se defienden solamente con un gran poderío militar y no con discursos o escritos.

    Con ese poderío, condujo al triunfo el empeño por defender el destino de la patria y el pueblo y salvaguardar y llevar adelante el socialismo.

    Apoyándose en tal poderío, frustró resueltamente todas las presiones militares e intentos de agresión de los imperialistas y sus acólitos.

    En un intento de detener nuestro avance y asfixiar nuestro socialismo, la reacción imperialista nos impuso las sanciones y el bloqueo movilizando a muchos países, nos calificó como blanco del ataque nuclear anticipado y se entregó frenéticamente a las maniobras de agresión. Con todo, ni siquiera pudo tocar a nuestra República, convertida en una fortaleza de acero gracias al Songun.

    Nuestro Partido respondió categóricamente a los cínicos chantajes militares y maniobras de agresión del enemigo dirigidos a poner en peligro el destino de nuestro pueblo y sofocar nuestro régimen, así como convocó a todos sus miembros, militares y civiles a la justa defensa de la patria y del socialismo.

    En virtud del heroico bregar de todo el pueblo coreano que, unido monolíticamente en torno al Partido, respondió al unísono a su llamamiento, logramos sucesivas victorias en este feroz enfrentamiento con el imperialismo acaudillado por EE.UU. que duró muchos años, nos coronamos con el triunfo de la Marcha Penosa, la Forzada, y salvaguardamos con honor la seguridad y la soberanía de la patria y el socialismo.

    Al frustrar las incesantes provocaciones de guerra del imperialismo y salvar al pueblo de la hecatombe, nuestro Partido cumplió impecablemente sus deberes como protector del destino de la patria y del pueblo. Hoy los conflictos continúan a lo largo y ancho del mundo y muchos pueblos no saben a dónde dirigirse y cómo ganarse el sustento, pero en los últimos decenios en nuestro país no se ha escuchado un solo cañonazo de la guerra y nuestro pueblo ha llevado una vida pacífica y estable, ajena a la guerra, aunque con algunas limitaciones. Se lo debemos precisamente a la política del Songun y he aquí el mérito más destacado de nuestro Partido.

    Aun en los momentos críticos de la defensa del socialismo, nuestro Partido, convencido del triunfo y del futuro luminoso de la patria, proyectó una gran meta de la construcción de una potencia socialista, hizo esfuerzos tesoneros para alcanzarla y colocó la causa socialista en un peldaño superior.

    La edificación de dicha potencia fue el propósito del gran Líder y es el sueño y el deseo de nuestro pueblo. Nuestro Partido presentó una nueva línea de la construcción económica a la altura de la era del Songun, consistente en desarrollar primero la industria de la defensa nacional y simultáneamente la industria ligera y la agricultura, y convocó a todo el ejército y pueblo al avance general para la construcción de una potencia socialista. Gracias a la dirección del Partido que presentó al Ejército Popular como fuerzas principales de la revolución del Songun y benefactor del pueblo y que orientó a toda la sociedad a aprender el espíritu revolucionario del militar, se creó el espíritu de Kanggye y se levantó la antorcha de Songgang, ambos reflejos del primer espíritu, y se registraron sucesivos hechos admirables y proezas en todos los dominios de la construcción socialista.

    Al generar grandes cambios en la construcción de la potencia socialista a través de la dirección mediante el Songun, nuestro Partido comprobó la verdad de que con el poderío militar se puede levantar una potencia en cualquier adversidad y deparó una nueva fase superior para el desarrollo independiente de la nación y la causa socialista.

    El hecho de que bajo su dirección nuestro ejército y pueblo hayan defendido el socialismo enfrentándose solos con la alianza imperialista acaudillada por Estados Unidos y conducido al triunfo la causa socialista, constituye un milagro de la historia. Esto es un gran triunfo de la idea Juche y la política del Songun.

    Compañeros:

    En un período en que se registraban cambios históricos en la causa del Juche y nuestro socialismo avanzaba impetuosamente por el camino de victoria allanado por la política del Songun, nuestro Partido y pueblo sufrieron otra gran tragedia: el inesperado deceso del gran General Kim Jong Il.

    Llorando lágrimas de sangre por la pérdida de Kim Jong Il, todos nuestros miembros del Partido, militares y civiles, que son soldados y discípulos del General, se levantaron resueltamente para hacer realidad sus propósitos y deseos, cambiando la tristeza por el ánimo y unidos compactamente en torno al Comité Central del Partido.

    En acato a su idea y propósito, el PTC organizó la tarea de abrir una nueva coyuntura trascendental para la causa socialista.

    Con motivo de su histórica IV Conferencia, declaró su férrea voluntad de enaltecer a los grandes compañeros Kim Il Sung y Kim Jong Il como eternos Líderes de nuestro Partido y revolución y enarbolar el gran kimilsungismo-kimjongilismo como eterna ideología rectora, y llamó a todos sus miembros y el pueblo a cumplir el legado de los Líderes.

    En respuesta a la demanda de un período de cambios históricos para la continuidad de la causa del Juche, consolidamos más en lo organizativo e ideológico el Partido, fuerza orientadora de la revolución, intensificamos en todas las organizaciones la lucha para erradicar el abuso de poder, el burocratismo, la degeneración y la corrupción, e implantamos en su seno una férrea disciplina, elevando considerablemente su combatividad y poderío.

    En consonancia con la situación creada y el imperativo de la revolución en desarrollo, el PTC presentó la línea estratégica de simultanear la construcción de la economía y la de las fuerzas armadas nucleares y se esforzó con tesón para su puesta en práctica. Esta nueva línea no es una medida provisional para contrarrestar los bruscos cambios de la situación, sino un lineamiento estratégico al que se debe atener permanentemente, sobre todo para defender los supremos intereses de nuestra revolución. También es la línea más justa y revolucionaria que permite elevar en gran medida la capacidad de defensa del país con las fuerzas armadas nucleares como columna vertebral, impulsar más la construcción económica y de esta manera levantar cuanto antes una potencia socialista. El denodado esfuerzo de nuestro ejército y pueblo por materializar esa línea brindó una garantía para ponerle el punto final a la confrontación con el imperialismo capitaneado por Estados Unidos y así anticipar la victoria definitiva de nuestra causa.

    El PTC organizó un movimiento de todo el pueblo para levantar un paraíso, tal y como soñaban los grandes Líderes, abriendo así una nueva era de florecimiento.

    Conducimos a las organizaciones del Partido y los órganos del Poder a que mantuvieran el principio de conceder preferencia absoluta a los intereses y la comodidad del pueblo y trabajaran con abnegación para ofrecerle a nuestro pueblo, el mejor del mundo, todos los beneficios del sistema socialista.

    En fiel obediencia a la dirección del Partido, nuestro ejército y pueblo libraron audazmente la batalla para materializar el legado de los Líderes y defender la política del Partido. Como resultado, crearon una nueva velocidad coreana en la construcción socialista y depararon una era de Mallima (caballo legendario que corre al día diez mil ríes –N.T.) en que diez años se acortan en uno solo.

    La maravillosa realidad de la patria de hoy confirma a todos los miembros del Partido y al pueblo la verdad de que es del todo posible levantar por nuestra propia cuenta la potencia socialista con que tanto soñaban los grandes Líderes y que en un futuro cercano alcanzaremos la victoria final de la causa del Juche.

    La causa del socialismo del Juche es ciencia. Nuestra revolución triunfa y la nación prospera eternamente si mantenemos invariablemente y materializamos cabalmente las líneas y los métodos revolucionarios de carácter independiente defendidos por los grandes Líderes. Este es el resumen más importante de la lucha que nuestro Partido y pueblo libraron para el avance de la causa socialista durante el período del que rendimos cuenta.

    La heroica lucha con que el PTC y el pueblo coreano condujeron al triunfo la causa socialista enarbolando la bandera del Juche, la del Songun, y sobreponiéndose a las adversidades sin precedentes, quedará registrada eternamente en la historia de nuestro Partido y en los anales de la lucha de las masas populares por la independencia.

    2) Brillantes éxitos en la construcción de un Estado poderoso y próspero

    Compañeros:

    En el período que examinamos se logró un gran triunfo en la construcción socialista y se asentó una base permanente para la prosperidad de la patria.

    Uno de los enorgullecedores éxitos que nuestro Partido y pueblo obtuvieron en la edificación socialista es la construcción de una potencia política e ideológica con su unidad monolítica y de una indestructible potencia militar.

    La ideología y la política desempeñan el papel principal en la vida social. Por consiguiente, consolidar la trinchera política e ideológica del socialismo y elevar el poderío político e ideológico constituyen tareas primordiales para construir una potencia socialista.

    Al aplicar la teoría del Juche de dar importancia a la ideología, la filosofía revolucionaria de la unidad monolítica y la línea política de la independencia, el PTC logró convertir a nuestro país en una prestigiosa potencia política e ideológica.

    Durante el período que revisamos, nuestro Partido siempre consideró esencial la ideología, dio primacía a la educación ideológica, la labor política y formó a todos sus miembros y el pueblo como inflexibles combatientes revolucionarios convencidos de que son mejores nuestro Partido, nuestro régimen, nuestra ideología y nuestra causa. A pesar de su cruel maniobra para introducir en nuestro seno las extrañas ideas y culturas burguesas y pervertir y descomponer nuestras filas revolucionarias, la reacción imperialista no pudo doblegar la voluntad de nuestro pueblo formado en el regazo del Partido ni su fe en el socialismo. Hoy nuestro país se ha convertido en una indestructible potencia ideológica donde toda la sociedad se ha identificado con la idea Juche, la Songun, y donde todo el pueblo, dispuesto a defender resueltamente la revolución y el socialismo, escribe una historia de colosales transformaciones haciendo gala del gran espíritu de la nación de Kim Il Sung.

    El logro de la unidad monolítica de toda la sociedad en torno al Líder, basada en una sola idea y voluntad y en el deber moral, es el mayor éxito y mérito alcanzados por nuestro Partido durante el período que examinamos.

    La unidad inquebrantable del Líder, el Partido y las masas es la filosofía revolucionaria de Kim Jong Il. Este presentó la idea de dicha unidad en torno a un centro y sustentada en una sola ideología y con su probado arte de dirección la logró en todo el Partido y sociedad.

    Al lanzar la consigna ¡Todo para el pueblo y todo apoyándose en las masas populares!, nuestro Partido orientó a toda su militancia a que amara al pueblo, le sirviera con total entrega y luchara apoyándose en él. Gracias a su política de amor al pueblo y de benevolencia, el pueblo confía más en él, se ha logrado la estabilidad política de la sociedad y se ha consolidado la armonía entre esa organización política y las masas. El Líder, el Partido y las masas se funden con una sola idea y fe y con el amor y deber entre los compañeros, y toda la sociedad se ha convertido en una gran familia armoniosa donde corren el mismo destino ayudándose y guiándose unos a otros. He aquí el verdadero aspecto de nuestro socialismo.

    La fuerza indestructible de nuestra patria como potencia política e ideológica se pone de manifiesto en el hecho de que la soberanía y la dignidad del país han llegado a la cumbre gracias a su política independiente que encarna la idea Juche.

    Resolvemos todos los problemas que enfrentamos en la lucha revolucionaria y la labor constructiva en conformidad con los intereses del pueblo y la realidad concreta del país, mantenemos firmemente el principio revolucionario y nuestros propios criterios en las actividades del Partido y el Estado, así como ejercemos con todo derecho nuestra autoridad e influencia como prestigiosa potencia política en el escenario de la política internacional.

    En todo el transcurso de su dirección sobre el proceso revolucionario, el PTC consideró el aprecio a la juventud como línea estratégica y la formó como fidedigna heredera de la revolución que le da continuidad a la estirpe del Juche, construyendo así una potencia juvenil, única de su tipo en el mundo.

    Nuestro Partido consideró la educación ideológica de los jóvenes como lo más elemental para resolver el problema de la juventud y puso un gran empeño en esa tarea. Enalteció a la juventud como protagonista de la época y asignó tareas de gran envergadura a la Unión de la Juventud, fogueando a sus integrantes en la práctica. Al construir excelentemente la Central Hidroeléctrica Jóvenes Héroes Paektusan, tarea confiada a ellos por el Partido, nuestros jóvenes demostraron plenamente su espíritu indoblegable y capacidad de fortalecerse con sus propios recursos, propinando duros golpes al imperialismo norteamericano y sus seguidores. El espíritu de la época actual es el de la juventud heroica del monte Paektu, creado por vanguardias juveniles en esa región, cuna de la revolución del Juche. Los jóvenes se han preparado como vanguardias fieles y gigantes de la creación que defienden antes que nadie el prestigio del Partido y luchan contra viento y marea en respuesta a su llamamiento, y esta es una prueba elocuente de la justeza y vitalidad de la idea y la línea de aprecio a la juventud de nuestro Partido.

    Haber resuelto satisfactoriamente el problema de la juventud, el de los continuadores de la revolución, que constituye uno de los más complicados que enfrenta la humanidad y haber levantado una potencia juvenil para la envidia del mundo, es un motivo de gran orgullo y un gran triunfo de nuestro Partido. Por haberla levantado, nuestro país ha podido manifestar plenamente su aspecto majestuoso como potencia política e ideológica del Juche, llena de vigor y optimismo.

    El éxito excepcional alcanzado por el PTC en el período del que rendimos cuenta es haber materializado la línea revolucionaria del Songun y la militar de autodefensa, convirtiendo a nuestra patria en una indestructible potencia militar.

    Partiendo del principio de la revolución del Songun, nuestro Partido presentó la construcción de la mencionada potencia como importante tarea estratégica de la construcción de una potencia socialista y puso un gran empeño en su materialización.

    Bajo su dirección nuestro Ejército Popular se ha formado como potentes tropas revolucionarias y como fundamento de la causa del Juche que tienen bien establecido el sistema de mando único del Comandante Supremo y que se han pertrechado con el espíritu de defender firmemente el Comité Central del Partido y de convertirse en balas y bombas.

    Hoy el Ejército Popular se ha fortalecido como tropas de genuinos compañeros de armas aglutinados compactamente en torno a su Comandante Supremo sobre la base del compañerismo y el deber revolucionarios, así como hace gala de su condición de fuerzas élite que tienen implantado un ambiente revolucionario con una férrea disciplina y que representan el ejército regular. Por el fervor del entrenamiento con el espíritu del monte Paektu que se ha propagado en todo el Ejército, sus oficiales y soldados se han preparado como combatientes capaces de aniquilar cada uno a cien enemigos, versados en las ideas militares, estrategias y tácticas de Kim Il Sung y Kim Jong Il y plenamente capacitados para la batalla real. Nuestro Ejército Popular se ha convertido en invencibles fuerzas armadas revolucionarias equipadas con modernos medios de ataque y defensa a nuestro estilo que les permiten aniquilar de un golpe a cualquier agresor imperialista que intente violar la soberanía y dignidad de la nación. Al poner de manifiesto su espíritu revolucionario, abre brecha en las principales obras de la construcción socialista para la prosperidad de la patria y la felicidad del pueblo y hace gala de su temple como potentes fuerzas revolucionarias para las cuales nada es irrealizable.

    Siguiendo la orientación del Partido, el Ejército de Seguridad Interior del Pueblo se ha fortalecido como tropas armadas revolucionarias fieles al Partido y como fidedigno defensor de la patria y el pueblo y cumple intachablemente su misión de la defensa del Líder, el régimen y el pueblo.

    Durante el período que revisamos, la industria de la defensa nacional y la ciencia y la tecnología del sector dieron saltos espectaculares que asombraron al mundo.

    En cumplimiento de la idea del Partido de conceder importancia a la defensa nacional, los funcionarios, científicos y técnicos del sector impulsaron el desarrollo de nuevas armas y abrieron una perspectiva halagüeña para superar a otros en la tarea de aplicar la tecnología de punta en su sector. Actualmente nuestra ciencia y tecnología de defensa nacional ha alcanzado su máximo nivel y en ese sector fabrican todas las armas y equipos sofisticados de nuestro estilo que desean y que son de gran precisión, ligeros, no tripulados e inteligentes. Los éxitos alcanzados por el sector de la investigación de armas nucleares en las tres pruebas nucleares subterráneas y el ensayo de la bomba de hidrógeno constituyó una victoria resonante que situó con todo derecho a nuestro país entre las primeras potencias nucleares y que puso el punto final a la historia de sangrientas invasiones y chantajes nucleares del imperialismo norteamericano.

    Nuestra defensa nacional se ha convertido en una industria independiente al servicio de la revolución que fabrica y provee poderosos armamentos y equipos capaces de eliminar cualquier artefacto moderno del enemigo. Por el poderío de esa industria autóctona de un nivel insuperable, el enemigo tiembla de miedo y nuestro pueblo, protegido por la gran capacidad de defensa y de disuasión de guerra, libre de la preocupación por la existencia y convencido del triunfo, impulsa la construcción socialista.

    En toda la sociedad se ha establecido un ambiente de aprecio del fusil y de los asuntos militares y se van perfeccionando los preparativos de las fuerzas armadas civiles para la guerra. El país entero considera los asuntos militares como los más importantes del Estado, lo subordina todo a ellos y arde en el deseo de lograr la causa de la reunificación de la patria con una guerra de todo el pueblo cuando llegue el momento decisivo. Las fuerzas armadas civiles como la Guardia Roja Obrero-Campesina se han consolidado como tropas revolucionarias capaces de defender con sus propios medios provincias, distritos y terruños, y se ha establecido un sistema de defensa de todo el pueblo y Estado.

    En las pésimas condiciones y circunstancias nuestro Partido, ejército y pueblo han hecho ingentes esfuerzos apretándose el cinturón para edificar una indestructible potencia militar que provoca la admiración del mundo. Esto los colma de orgullo y honor y constituye un mérito histórico que le ha dado una garantía militar al florecimiento de la patria y el triunfo de la causa del Juche y que ha permitido preservar la paz en la Península Coreana y la región a la que ella pertenece.

    La construcción de una formidable potencia política e ideológica y potencia militar ha consolidado incomparablemente las fuerzas internas de nuestra revolución. Un pueblo armado con la idea revolucionaria del partido y unido estrechamente en torno a él, un pueblo que empuña el poderoso fusil, es el sujeto más fuerte de la revolución y su sagrada causa triunfa infaliblemente.

    Durante el período que revisamos, también se dieron agigantados pasos de avance en la construcción económica y cultural.

    En su tesonero esfuerzo para materializar la línea estratégica de la construcción económica socialista, nuestro Partido y pueblo consolidaron la base material y técnica de la economía nacional independiente y levantaron un trampolín para dar saltos en la construcción de una potencia económica.

    Se impulsaron la adecuación de la economía nacional a las condiciones del país, su modernización y la introducción de los últimos logros científicos.

    Se afianzaron las bases de materias primas, de combustibles y de generación energética para la economía independiente, se instalaron los procesos de producción autóctonos en los renglones importantes y se renovaron las estructuras sectoriales de la economía. Se construyeron centrales eléctricas de distintos tamaños como la Juventud de Anbyon, la de Huichon y la Jóvenes Héroes Paektusan y se inauguraron las minas con perspectivas prometedoras. Se establecieron el sistema de producción de hierro, fertilizantes y vinalón con recursos nacionales y se levantaron nuevas bases productoras en distintas ramas de la economía nacional, lo cual subrayó el carácter independiente y autóctono de la economía.

    En el fragor de la revolución industrial del nuevo siglo, se aceleró la modernización de equipos y procesos en las fábricas y empresas y se elevó el nivel de la dotación técnica del conjunto de la economía nacional. Se establecieron modernas instalaciones de fabricación de máquinas, aparatos y componentes electrónicos y automáticos que aseguran el desarrollo económico y nuestras industrias han llegado a producir equipos de tecnología de punta. Hubo innovaciones en el sector de las comunicaciones y se modernizaron los procesos, la dotación técnica y otros medios de distintos renglones como los de transporte y de materiales de construcción.

    Durante el período del que rendimos cuenta, nuestro Partido presentó el tema del nivel de la vida de la población como el de mayor importancia y dedicó un gran esfuerzo a mejorar su vida material y cultural.

    En la agricultura se promovieron la revolución de variedades de semillas y la del cultivo de papas, la doble cosecha y el cultivo científico, más de 320 mil hectáreas fueron acondicionadas como terrenos de la Corea socialista y se construyeron canales de riego por gravedad en un tramo de más de diez mil kilómetros, lo cual garantiza el incremento de la producción de cereales. Los modernos centros ganaderos, instalaciones piscícolas, invernaderos de verduras, centros de producción de hongos y extensas huertas frutales jóvenes, levantados a lo largo y ancho del país bajo la dirección del Partido, son valiosas bases para elevar el nivel de vida de la población. El empeño por hacer realidad el propósito del Partido de escribir una nueva historia del mar de oro ofreció mejoras para la pesca. En las fábricas y empresas de la industria ligera se activaron la remodelación técnica y el aprovechamiento de materias primas y materiales del país, lo cual hizo posible producir y suministrar en mayor cantidad artículos de uso masivo de buena calidad.

    En respuesta al gran propósito del Partido referente a la construcción, se levantaron numerosas obras monumentales que representan la era del Partido del Trabajo y que plasman la original idea arquitectónica, sentando una sólida base para la construcción económica socialista y la vida de la población.

    Se logró un gran éxito en la construcción de la cultura socialista.

    Al materializarse la línea del Partido que concede importancia a las ciencias y la tecnología, pese a la precaria situación económica del país se formaron excelentes equipos de científicos y técnicos, se afianzó la base material y técnica del sector de la investigación científica y ese renglón experimentó un avance vertiginoso. Frente a las siniestras maniobras de obstaculización del imperialismo norteamericano y sus seguidores, nuestros fidedignos científicos y técnicos lograron éxitos maravillosos que asombran al mundo en los renglones más avanzados como la tecnología básica medular y la cosmonáutica, demostrando el ingenio y talento de los intelectuales coreanos formados en el regazo del Partido. En vísperas del histórico VII Congreso del Partido, nuestros científicos de la astronáutica, fidedignos héroes de la Corea del Juche, lanzaron exitosamente el satélite de observación de la Tierra Kwangmyongsong-4, acaparando la atención del mundo, con lo cual elevaron el prestigio del país e hicieron gala del espíritu indomable de nuestro gran pueblo.

    Durante el período que examinamos, se lograron éxitos como la implementación de la enseñanza obligatoria general de 12 años y el establecimiento del sistema de enseñanza a distancia en acato a la idea y línea de nuestro Partido que concede importancia a la educación, lo cual imprimió un nuevo avance en la labor docente conforme a las exigencias de la era de la informática. El Palacio de Ciencias y Tecnología fue construido como centro de estudio del pueblo del siglo XXI y de divulgación de últimos adelantos científicos y técnicos, en tanto que en todas partes del país se levantaron locales de divulgación de ciencia y tecnología como la biblioteca digital Mirae. Estos logros sentaron una base para dar saltos vertiginosos en la construcción de la potencia científica y técnica y la potencia de talentos.

    Gracias a la original idea y política del Partido sobre la salud pública, se establecieron modernos establecimientos como el Instituto de Tumor Mamario adjunto a la Casa de Maternidad de Pyongyang, el Hospital Pediátrico de Okryu y el Hospital Odontológico de Ryugyong y todo el país se cubrió de una red de servicios de telemedicina, mejorando la atención médica para la población.

    Como resultado de la política del Partido que aprecia el deporte, se produjo una fiebre del deporte, se renovaron las instalaciones y equipos deportivos y el deporte nacional conoció nuevos cambios en su desarrollo. Nuestros fidedignos deportistas dieron gran ánimo y estímulo al pueblo al honrar a la Corea del Juche con sus medallas en las lides internacionales como los Juegos Olímpicos y campeonatos mundiales.

    En el período que revisamos, se crearon paradigmas de la cultura del Songun en el Ejército Popular, muchos colectivos artísticos como el Coro Estatal Benemérito, orgullo del país, desempeñaron su papel como trompeteros en la marcha revolucionaria, las películas en serie La nación y el destino y la gran función gimnástica y artística Arirang fueron creadas como éxitos de la literatura y el arte jucheanos y como obras maestras de nivel mundial y se desarrollaron vigorosamente entre militares y trabajadores las actividades culturales y artísticas de masas, colmando a toda la sociedad del optimismo revolucionario.

    Conscientes de su misión como fieles abogados, firmes defensores y poderosos divulgadores de la política del Partido, los periodistas, redactores y otros trabajadores del sector de publicaciones e información apoyaron lealmente la idea y la causa del Partido con el pincel de la revolución.

    A escala nacional se llevó a cabo la campaña para transformar ciudades, campos, calles y aldeas en lugares pintorescos del socialismo y se acondicionaron excelentemente los lugares con hermoso paisaje y los centros culturales y recreativos, lo cual mejoró las condiciones y el ambiente de la vida cultural.

    Los enorgullecedores éxitos que nuestro ejército y pueblo alcanzaron en la construcción socialista, en concordancia con la gran idea Juche y la dirección del Songun del Partido, poniendo de manifiesto el espíritu revolucionario de apoyo en sus propias fuerzas y de la perseverancia y el fervor patriótico, son valiosos tesoros de la nación impregnados de la inapreciable sangre y sudor de todos los militares y civiles, y una inestimable base que asegura la construcción de una patria poderosa y próspera y la culminación de la causa socialista.

    3) Excelente continuación de la causa revolucionaria

    Compañeros:

    El factor principal de todas las victorias y éxitos que nuestro Partido y pueblo lograron en la labor para llevar a cabo la causa revolucionaria del Juche durante el período del que rendimos cuenta consiste en que han luchado bajo la acertada dirección de los grandes compañeros Kim Il Sung y Kim Jong Il enalteciéndolos como Líderes y han realizado magníficamente esa obra revolucionaria generación tras generación.

    La obra revolucionaria de las masas populares, la socialista, es una causa honrosa que comenzó y avanza bajo la dirección del líder, una obra duradera que continúa de generación en generación. La orientación de un gran líder y la invariable continuidad de la causa revolucionaria emprendida y desarrollada por él deciden la victoria de la revolución y el futuro del país y la nación. La historia de la lucha de las masas populares por la independencia nos enseña la seria lección de que el partido que no tenga un gran líder no puede ganar la revolución y que, de no heredar fielmente su obra, se corrompe y finalmente fracasa la revolución.

    En el curso de la lucha revolucionaria nuestro Partido y pueblo han enaltecido como máximos dirigentes de la revolución a los grandes compañeros Kim Il Sung y Kim Jong Il.

    Kim Il Sung es el gran Líder de nuestro Partido y pueblo que concibió la inmortal idea Juche y condujo a la victoria la causa revolucionaria del Juche.

    Durante un largo tiempo desde que emprendió tempranamente la lucha revolucionaria, guió al triunfo la revolución coreana, proceso plagado de dificultades y pruebas sin precedentes, dignificando así la nación. Asimismo, levantó un Estado independiente en lo político, económico y militar, dando la eterna garantía del triunfo de la causa revolucionaria del Juche. Desde que luchaba en las selvas del monte Paektu para rescatar el país hasta los últimos momentos de su vida, sufrió todas las penurias y se dedicó en cuerpo y alma a la felicidad del pueblo, la prosperidad de la patria, la reunificación nacional y la causa de la independencia en el mundo. Es decir, hizo todo cuanto pudo en aras de la patria, el pueblo y la nación.

    Kim Jong Il es el eminente líder que siguió fiel al pensamiento y la obra de Kim Il Sung, fortaleció y desarrolló el Partido del Trabajo de Corea como organización revolucionaria del Juche y condujo a la victoria la causa revolucionaria del Juche.

    Considerando como misión de toda su vida llevar a cabo la causa revolucionaria iniciada en el Paektu, dirigió sabiamente nuestro Partido, Estado, ejército y pueblo y escribió una nueva historia de acontecimientos maravillosos y transformaciones en todos los campos de la revolución y la construcción. Cuando nuestra revolución atravesaba por los momentos más críticos, salvó de la crisis el destino de la revolución, la patria y el pueblo con su original dirección revolucionaria del Songun y abrió una nueva era de prosperidad para la nación y de apogeo para la causa del Juche.

    Su vida revolucionaria fue la más digna de un gran revolucionario que, enarbolando la bandera roja de la revolución y recorriendo un camino tortuoso, realizó imperecederas proezas ante la época, la revolución, la patria y el pueblo. También fue la más noble de un patriota eminente y un gran hombre que se consumió por entero como una vela por nuestra patria y pueblo que le entregó el Líder.

    Durante el período que analizamos, al enaltecer como Líderes de la revolución a los grandes compañeros Kim Il Sung y Kim Jong Il y luchar bajo su sabia dirección, nuestro pueblo se hizo más independiente y digno, nuestra patria se convirtió en un poderoso Estado socialista del Juche y nuestra revolución recorrió un camino de victorias y glorias sobreponiéndose a las tempestades de la historia.

    El Partido del Trabajo de Corea, que solamente conoció victorias teniendo como Líderes a Kim Il Sung y Kim Jong Il, resolvió satisfactoriamente los problemas teóricos y prácticos referentes a la continuación de la causa revolucionaria y ha venido siguiendo y desarrollando fielmente la ideología y la obra de los Líderes.

    En este trabajo, el PTC dio su ejemplo al mundo.

    Kim Jong Il enalteció a Kim Il Sung como eterno líder de nuestro Partido y pueblo, defendió e hizo prevalecer invariablemente su pensamiento y causa, así como dio inicio a su inmortalidad. El Partido del Trabajo de Corea infundió a todo el ejército y el pueblo la fe en que el gran Líder está siempre en nosotros y perpetuó su gran vida revolucionaria y méritos inmortales.

    Con la firme convicción revolucionaria y la obligación moral, enaltece a los grandes compañeros Kim Il Sung y Kim Jong Il como eternos Líderes de nuestro Partido y revolución y continúa con lealtad su ideología y obra.

    Hizo acondicionar majestuosamente como supremo lugar sagrado del Juche el Palacio del Sol Kumsusan donde yacen embalsamados los grandes Líderes y levantar con respeto por doquier sus estatuas y retratos con la sonrisa radiante como el Sol, de manera que ellos estén siempre en nuestro pueblo y vivan eternamente en el alma de nuestro pueblo y otros progresistas del mundo. Dirigió a todos los sectores y unidades a que tomaran como línea principal y vía respiratoria la obra encaminada a materializar los legados de los grandes Líderes rigurosa y cabalmente, sin ninguna concesión, para que su sagrada historia revolucionaria siga ininterrumpidamente su curso, al igual que la de la patria que prospera cada día más.

    En la lucha dirigida a salvaguardar y hacer prevalecer el socialismo enarbolando la bandera de la idea Juche y del Songun, nuestro Partido y pueblo patentizaron que el líder juega el papel decisivo en la causa revolucionaria de las masas populares por la independencia y que la continuación de su obra constituye un asunto fundamental que determina el destino de la revolución y el porvenir del pueblo.

    El Partido del Trabajo de Corea, que ha recorrido un camino de victorias en varios decenios de su historia, es una organización prestigiosa y gloriosa que tiene la fortuna de contar con grandes Líderes. Y es invencible porque sigue acatando fielmente su pensamiento y dirección.

    2. PARA CULMINAR LA CAUSA SOCIALISTA

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      Fecha y hora actual: Lun Mayo 13, 2024 2:16 am