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    [Juventud Comunista de la Ribera] Manifiesto Constituyente

    Joseph Dietzgen
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    Mensaje por Joseph Dietzgen Vie Jul 15, 2016 1:48 pm

    Manifiesto Constituyente



    “Tienen ustedes que educarse como comunistas. La tarea de la Unión de Juventudes consiste en organizar su actividad práctica de modo que al estudiar, organizarse, unirse y luchar, dicha juventud haga su educación de comunistas y la de todos los que  la reconocen como su guía. Toda la educación, toda la enseñanza y toda la formación de la juventud contemporánea deben darle el espíritu de la moral comunista.”

    V.I. Lenin, Tareas de las Juventudes Comunistas


    1. Presentación

    Somos el colectivo juvenil denominado como Juventud Comunista de la Ribera, organización nacida a fines del verano de 2015 con el objetivo de colaborar y participar en la lucha por la emancipación de la Humanidad.

    Tras un breve periodo de unos dos meses, hemos comenzado un proceso de reflexión que ha culminado con un drástico reposicionamiento de nuestros principios y objetivos y de nuestra táctica .Como hecho destacable, que ante todo quiere aclarar las aspiraciones de ésta organización, decidimos cambiar nuestro nombre de acuerdo a nuestros nuevos propósitos.  Los cambios que ha sufrido nuestro colectivo serán expuestos a continuación.

    La Juventud Comunista de la Ribera es un colectivo juvenil marxista-leninista de vanguardia de ámbito comarcal. En un primer momento nos posicionamos en el espectro ideológico como un destacamento izquierdista, aunque con nítidas influencias del marxismo. Esto fue debido a dos motivos: en primer lugar, decidimos rebajar nuestro discurso para atraer a sectores un tanto politizados de nuestro entorno y en segundo lugar, por una negligente lectura de la realidad material en la que nos encontrábamos, lo que nos hacía caer en la ingenuidad reformista , ante esta situación, y tras un proceso de lucha entre lo viejo y lo nuevo, el marxismo se impuso cómo única cosmovisión verdaderamente transformadora y capaz de erigir un nuevo sistema de las ruinas del capitalismo monopolista y decadente.

    Una vez que asumimos el marxismo-leninismo como nuestro pensamiento guía y nuestra herramienta transformadora, se hizo patente la inexistencia del  Partido de Nuevo Tipo del proletariado, aun existiendo numerosos autodenominados “Partidos Comunistas”, es decir, la relación social existente entre vanguardia y masas, en resumidas cuentas, el movimiento obrero organizado revolucionariamente.

    2. La situación actual

    Todos sabemos que vivimos en una época de “crisis”, expresión utilizada hasta la saciedad por la prensa del régimen, ahora bien, el capitalismo no es nada más que una continúa sucesión de crisis con breves períodos de expansión económica o “bonanza”.

    Sin embargo, ésta crisis adquiere un significado distinto para una generación, para nuestra generación. Para nosotros y nosotras, ésta crisis ha supuesto una bofetada a nuestra continúa apatía ante los cambios que tenían lugar en nuestra sociedad, muchos nos hemos interesado por la política, hemos leído y nos hemos  frustrado ante la continúa incertidumbre que tiñe nuestras vidas y de las que ahora, más que nunca, somos conscientes. No obstante, en la mayor parte de los casos, nuestras intenciones carecían de una base sólida sobre la que sustentarse más allá del idealismo y el reformismo.

    Del mismo modo, esta crisis se caracteriza por la brutal embestida que el capital ha realizado sobre la clase obrera y demás clases populares.

    Aprovechando la coyuntura actual, la burguesía ha comenzado a desmantelar todas las concesiones que en tiempos pretéritos realizó ante la clase obrera. De esta manera, la burguesía comenzó a demoler el conocido como “Estado de Bienestar”. El “Estado de Bienestar”, que tiene sus orígenes en el escenario existente tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, en el cual, las masas veían en el socialismo el paso consecuente en el progreso de la Humanidad, supuso una medida de contención ante las aspiraciones revolucionarias de millones de obreros. Desvanecida esa amenaza, ante la ausencia de un sujeto revolucionario con una línea proletaria independiente, es evidente que mantener esos servicios carece de sentido de acuerdo a la lógica de la clase dominante.

    Tras el triunfo de la revolución de Octubre se inauguró un período de revoluciones en todo el mundo al que denominamos como Ciclo de Octubre. Como hemos dicho anteriormente, se iniciaría en 1917 con la Revolución rusa y concluiría en 1989 con la caída de Muro de Berlín como fecha simbólica.

    Este período significó-tras la brevísima y heroica coMuna de París-la constatación de que la dictadura revolucionaria del proletariado era un paso inevitable para enviar al capitalismo al Museo de la Historia, parafraseando a Engels. Por primera vez en la historia, el proletariado caminaba decidido a alcanzar la sociedad sin clases con todo lo que ello conllevaba

    Sin embargo, las limitaciones con las que el marxismo emprendió la tarea de la edificación de la sociedad sin clases junto a una serie de circunstancias en las que se desarrollo ésta empresa, propiciaron el surgimiento dentro de las filas del comunismo del revisionismo, agente en muchos casos de la burguesía burocrática surgida inevitablemente como consecuencia de la burocratización de los países socialistas y en otros, servidora de los intereses conciliacionistas de la aristocracia obrera y de la pequeña burguesía.

    Ante todo, debemos de ser honestos, abandonar el sentimentalismo y el romanticismo que no son nada más que un lastre para nuestro movimiento y ser conscientes de que el imperialismo, si bien influyó en el desarrollo de los acontecimientos, no fue el hecho decisivo que propició el descalabro del comunismo. Esto es lo que nos exige el momento actual.

    3. Los comunistas y las tareas actuales

    “¿Cuál es, aparentemente, la característica principal de esta práctica? Cierta hostilidad para con la “teoría”. Esto es natural, puesto que nuestra “teoría”, es decir, los principios del socialismo científico, imponen limitaciones claramente definidas a la actividad práctica: en lo que hace a los objetivos de dicha actividad, los medios para alcanzar dichos objetivos y el método empleado en dicha actividad. Es bastante natural que la gente que persigue resultados “prácticos” inmediatos quiera liberarse de tales limitaciones e independizar su práctica de nuestra “teoría”
    Rosa Luxemburgo, Reforma o Revolución

    “Los comunistas rechazan ocultar sus opiniones y propósitos. Declaran abiertamente que sus objetivos sólo pueden alcanzarse mediante el derribo violento de todo el orden social hasta ahora existente. Que tiemblen las clases dominantes ante una revolución comunista. Los proletarios no tienen en ella nada que perder, sino sus cadenas. Tienen un mundo que ganar.
    ¡Proletarios de todos los países, uníos”

    Marx y F. Engels, El Manifiesto comunista




    “Un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo. Todas las potencias de la vieja Europa se han aliado en santa cacería contra este fantasma: el papa y el zar, Metternich y Guizot, radicales franceses y policías alemanes.” Marx y Engels escribían estas palabras en 1848 ante la inminente revolución que se gestaba fruto de las contradicciones del desarrollo del capitalismo. En ese momento, el hastío de las clases populares generaba un suelo fértil donde el comunismo brotaba sin cesar. El capitalismo no era más que un freno para el progreso de la sociedad, del mismo modo que lo es ahora.

    En la actualidad, tras el fin del Ciclo de Octubre y la subsiguiente pérdida del lugar hegemónico del marxismo como teoría de vanguardia dentro del movimiento obrero, las masas no ven ningún referente ideológico en el comunismo revolucionario como guía emancipatoria. Ante ellas, lo que se les presenta como su panacea no es otra cosa que una suerte de siglas con poco o nada que ofrecerles, desde el   “keynesianismo” republicanista hasta el oportunismo más inconsecuente.

    El revisionismo, que hace tiempo que abandonó la senda del marxismo y emprendió su camino por la del politiqueo burgués, siempre ha soñado con una crisis económica de magnitudes similares a las del crack del 29, o que, al menos, empeorase las condiciones de vida de la clase obrera con el aumento del movimiento espontáneo que esto conllevaría, esperando de esta manera poder liderar sus luchas parciales contra el capital y que esta labor a su vez les reportase un considerable incremento de votos en  el caso de IU, o bien para originar un estallido revolucionario a partir del espontaneísmo.

    Señores revisionistas, su esperada crisis ya hace tiempo que llegó, y esto no ha hecho sino que agravar su crisis. El revisionismo que desprecia la teoría, como no puede ser de otra forma, aún es incapaz de asimilar que en su lucha económica, en su lucha parcial, el obrero no adquiere conciencia de clase sino falsa conciencia o conciencia en sí y no ve la necesidad de destruir el sistema capitalista.

    Para evitar cualquier acusación, infundada, nosotros no negamos ni criticamos que la clase obrera se organice para la defensa y la mejora de sus condiciones. La capacidad organizativa de la clase obrera para la defensa de sus intereses inmediatos ha quedado patente en infinidad de ocasiones, en las cuales, los “comunistas” sindicalistas no han ejercido como nada más que de retaguardia del movimiento espontáneo, como una mera comparsa, sin nada absolutamente que aportar. Criticamos el hecho de que supuestos “comunistas” pretendan liderar estas luchas, reduciendo el papel del militante comunista a sindicalista, a líder de barricada, cuando este debe ser el de revolucionario profesional.

    La tarea de un comunista no puede ser otra que la de organizar la revolución socialista y destruir todo el orden establecido. Hoy como ayer la dictadura del proletariado debe ser el objetivo de cualquiera que desee estar a la altura de lo que implica la palabra comunismo.

    Pero la revolución son una sucesión de fases consecutivas, con sus formas y sus métodos dependiendo del momento en el que nos encontremos, y el primer paso para andar el camino hacia la sociedad sin clases no puede ser otro que la Reconstitución del  Partido Comunista como condición insoslayable para el triunfo de la Revolución Proletaria en España, sirviendo esto de apoyo al desarrollo de la revolución a nivel mundial.

    El lector inteligente ya se habrá percatado de cuál ha sido a grandes rasgos nuestro viraje ideológico, sobre todo después de las declaraciones que acabamos de realizar en el párrafo anterior. Por eso, en lo sucesivo, no vamos a extendernos en exceso y recomendamos la lectura de los documentos fundamentales de la Línea de Reconstitución elaborados por el PCR (la Nueva Orientación y la Tesis de Reconstitución del Partido Comunista).

       El Balance del ciclo de octubre

    Octubre iluminó como nunca las tortuosas vidas de millones de desposeídos que por fin eran dueños de sus destinos. Bajo la dirección de los bolcheviques y al calor de la Revolución rusa, florecieron Partidos Comunistas a lo largo de todo el globo.

    Sin embargo, la estrepitosa derrota sufrida por el proletariado víctima de su inexperiencia nos ha hecho retroceder a situaciones que en la década de los años 20 sería impensable pensar que aún no han sido superadas. El desprecio por la teoría y años de hegemonía del revisionismo dentro de las filas comunistas han multiplicado la incomprensión de la ciencia marxista y las incongruencias entre lo que aspiramos a conseguir y lo que hacemos para ello.

    Ante esta situación la única posición consecuente que puede contemplarse es la realización del Balance de Octubre, pues el pasado Ciclo revolucionario nos legó una serie de experiencias que aún no han sido estudiadas por el marxismo, desde el marxismo, sin apriorismos, con honestidad y con el objetivo inequívoco de extraer las enseñanzas pertinentes que  nos permitan acometer la definitiva batalla contra el trabajo asalariado.

    Las distintas experiencias de “Unidad de los comunistas” frente a un programa común, si bien tuvieron su razón de ser en las primeras décadas del pasado siglo por una serie de razones, en la actualidad no están abocadas más que al fracaso. El futuro Partido Comunista tan sólo puede construirse bajo una ideología sólida que permita a la vanguardia compactarse y forjarse como verdadera vanguardia del movimiento obrero sin fisuras ni vacíos ideológicos.

    Por lo tanto, creemos necesario pasar por el rodillo de la crítica las experiencias del pasado ciclo en especial la soviética y la china como referentes ideológicos e impulsores del movimiento comunista que fueron, y dadas las peculiaridades del MCEe, la experiencia albana por la relevancia que ha podido adquirir el conocido como “hoxhismo”. Asimismo, debemos esclarecer el papel que jugó el PCE desde su fundación, sobre todo en el período que discurre desde la República hasta su declive actual, y su papel en la configuración del entramado político surgido tras la “Transición”.

       Lucha contra el revisionismo

    El movimiento obrero certifica su final en el momento que olvida su escisión en dos alas irreconciliables, la proletaria y la burguesa. En el estado actual de cosas en el cual el revisionismo es la tendencia hegemónica dentro de la vanguardia, nuestra tarea como comunistas revolucionarios debe ser la de desenmascararlo y combatirlo en una lucha tenaz y decidida para ganarnos a la vanguardia. Y es que sin vanguardia no puede haber movimiento revolucionario plausible. En el momento actual nuestra tarea primera en el proceso de Reconstitución partidaria es la de ganarnos a esa vanguardia como diría Lenin si estuviera presente.

    En consecuencia y dado el panorama existente dentro del movimiento comunista, debemos de realizar una lucha continúa contra todo tipo de oportunismo y doctrinarismo que no ve en el marismo nada más que algo terminado. Por lo tanto, creemos que la lucha contra el revisionismo derechista republicano (PCPE, IU/PCE, etc.) ocupará un lugar privilegiado. Obviamente, la lucha contra el revisionismo de toda condición es relevante, no puede ser de otra manera, sin embargo, parapetados en el romanticismo y sentimentalismo que dejó la República tras de sí, está siendo rentabilizada por ciertas organizaciones oportunistas que bajo la bandera tricolor tratan de evitar su inevitable desaparición del escenario.

    Bajo la propuesta republicana, ya sea confederal, laica, como proyecto de la clase trabajadora, (¡PROYECTO!), democrática o el nombre con el que se le quiera pintar, se esconde el engaño descarado hacia las masas populares que identifican equivocadamente República con las aspiraciones que tanto tiempo llevan siendo aplastadas.

    Ante esta situación, nuestra labor es denunciar el filisteísmo oportunista “republicanista”, pues en nada se pretende con la bandera tricolor cambiar el dominio de la clase capitalista sobre el proletariado.

    Y es que la democracia puede ser tan sólo para clase que ostenta el poder y lo que las masas proletarias necesitan no es otra cosa que el establecimiento de la dictadura del proletariado mediante la revolución comunista. “Democratizar” el estado burgués únicamente puede servir para beneficio de la burguesía, para apuntalar el régimen de dominación y la explotación del hombre por el hombre y en nada favorece a variar el estado de anquilosamiento y postración del marxismo.

    Por este motivo creemos que la lucha contra esta variante del revisionismo adquiere gran importancia para nuestro movimiento, por la influencia que el republicanismo ha adquirido dentro de la vanguardia y de las masas proletarias debido a la frustración existente y a la ausencia del sujeto político independiente del proletariado, del Partido Comunista.

    Por lo tanto, nuestro colectivo se organiza con la intención de construir un núcleo prepartidista del futuro Partido Comunista que acometa las tareas pertinentes para su reconstitución, a  saber, Balance y Lucha de dos Líneas o lucha contra el revisionismo para lo que nos   serviremos distintos actividades, sin abandonar nuestros principios (lucha por el  establecimiento de la dictadura del proletariado por medio de la acción violenta de las masas desposeídas) como la organización de charlas, debates, emisión de nuestro órgano de expresión (Estrella Roja), encuentros con otras organizaciones o camaradas, etc.

    Juventud Comunista de la Ribera La Ribera, Navarra, España 8 de Febrero de 2016



    ¡Por la Reconstitución del Partido Comunista!



    ¡Por la Revolución Socialista!



    ¡Golpear con puño de hierro al oportunismo de toda laya!

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