¿Qué es la "regla de oro" del Partido Comunista Portugués?
extractos de una entrada publicada en el blog del viejo topo en febrero de 2017
Referencia documental:
Álvaro Cunhal: "La regla de oro", en el cap. 2 ("El Partido, la clase y sus masas") de su libro Un Partido con paredes de cristal, págs. 24-26. Trad. y edición en castellano supuestamente de la UJCE, aunque no se especifica. Revisión de la traducción del portugués: Ariel Bignami, Buenos Aires, 1986.
Original en portugués: O partido com paredes de vidro, Ed. Avante, Lisboa, 1985.
Se puede descargar el libro completo dede el link:
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La regla de oro
Álvaro Cunhal - (De su libro Un Partido con paredes de cristal, págs. 24-26)
Importante garantía de la política de clase del Partido es la participación determinante de militantes obreros en la Dirección. O sea, una mayoría obrera en la Dirección.
Puede objetarse con la propia experiencia del Partido, según la cual, en determinado momento, una identificación esquemática del origen social obrero con la conciencia política llevó a promover a la Dirección, cuadros que resultaron carentes del mínimo de condiciones para tal responsabilidad.
Puede objetarse también que hay intelectuales con conciencia política proletaria y obreros fuertemente influidos por la ideología burguesa.
Es cierto. Pero no es lo más frecuente, mucho menos como regla. Lo más frecuente (y la regla) es que la ideología burguesa influye más en los intelectuales que en los obreros, y que la participación determinante de obreros en la Dirección asegura mayor solidez de principios que la participación determinante de camaradas de otros orígenes sociales.
Si considerando casos individuales, lo importante no es tanto el origen social proletario como la conciencia política proletaria, considerando el colectivo de dirección el origen social proletario es la fuente natural y constantemente revivificante de la conciencia de clase y de la conciencia política.
La mayoría obrera en los organismos de dirección es una importante garantía para que el Partido se mantenga fiel a una ideología y a una política de clase, sea capaz de analizar las situaciones y los problemas desde un punto de vista de clase, no sufra la influencia ideológica de la burguesía y mantenga firmemente los objetivos revolucionarios de la liquidación del capitalismo y de la construcción de una sociedad socialista.
Cuadros intelectuales integrados en un colectivo revolucionario de mayoría obrera logran, con el tiempo y la experiencia, la conciencia de clase del proletariado. Pero si los cuadros intelectuales predominan mayoritariamente en organismos de dirección, se corre el riesgo de que, manteniendo preconceptos negativos de la clase de origen, hagan prevalecer criterios y orientaciones no conformes con la naturaleza de clase, la ideología y los objetivos del partido.
No se niega que numerosos movimientos y partidos revolucionarios hayan alcanzado grandes victorias teniendo en su dirección una mayoría de elementos oriundos de la pequeña y la mediana burguesía. Pero existen también ejemplos en que el origen de clase burgués de la mayoría de los miembros de la dirección llevó a grandes distanciamientos de la causa obrera en el plano ideológico, político, programático y de acción.
En el PCP, la mayoría obrera en el Comité Central, en sus organismos ejecutivos y en todos los organismos de dirección siempre que es posible, se considera como una “regla de oro”.
No se trata de una imposición que no tenga en cuenta los cuadros existentes en un momento dado. Se trata de una orientación que determina criterios de selección y de promoción.
Ya en la clandestinidad, aunque condicionada por los golpes represivos, se siguió
dicha orientación. Después del 25 de Abril, desaparecidas las contingencias de la represión, se hizo un mayor esfuerzo en ese sentido.
El Comité Central (titulares y suplentes) electo en el VIII Congreso del Partido (1976) tenía un 49 % de obreros; el CC electo en el IX Congreso (1979), el 50,4%; el CC electo en el X Congreso (1983), 51%. La Comisión Política electa en la primera reunión del CC después del X Congreso tiene trece obreros en el total de veinticinco miembros titulares y suplentes.
La situación ya no es tan nítida en las direcciones de las organizaciones regionales. Tomando las ocho direcciones electas de las asambleas de las organizaciones regionales, realizadas en 1984 y 1985 (hasta Abril), en cinco la cantidad de obreros excede el 50 %. En las otras tres no llega a la mitad.
Es natural que en regiones, distritos o municipios donde la clase obrera tiene un peso reducido, en la composición social de la población, no se verifique la mayoría obrera en los órganos dirigentes. La tendencia es, sin embargo, al aumento general del porcentaje de obreros.
Hay quien plantea la cuestión de saber si la aplicación de la “regla de oro” no significará una injusta discriminación en relación a los cuadros no obreros, especialmente intelectuales, conduciendo a dificultades en su promoción y al no aprovechamiento de sus cualidades o capacidades.
El hecho es que no hay discriminaciones. Los numerosos cuadros de origen no obrero tienen igual posibilidad de desarrollarse, de ser promovidos, de desempeñar responsabilidades elevadas. Hay en el Partido y en los organismos de dirección un elevado porcentaje de cuadros no obreros, especialmente de intelectuales. Más de diez mil miembros del Partido son intelectuales y cuadros técnicos. En el total de los miembros efectivos y suplentes del CC electo en el X Congreso, 25,4 % son de origen intelectual. En la Comisión Política hay cinco camaradas de origen intelectual.
Es cierto, no obstante, que el Partido presta particular atención a la preparación, educación y formación de cuadros obreros. En razón de la naturaleza de clase del propio Partido. Es también porque son los cuadros obreros los que sufrieron y sufren las graves discriminaciones sociales, educativas y culturales del capitalismo que impide que, fuera del Partido, puedan ganar una preparación general en el nivel de la de los intelectuales.
En nuestro Partido se considera indiscutible que la mayoría obrera en los organismos superiores durante muchos años ha sido determinante para la firmeza ideológica, política y revolucionaria. Por todo eso se mantiene la “regla de oro”.
extractos de una entrada publicada en el blog del viejo topo en febrero de 2017
Referencia documental:
Álvaro Cunhal: "La regla de oro", en el cap. 2 ("El Partido, la clase y sus masas") de su libro Un Partido con paredes de cristal, págs. 24-26. Trad. y edición en castellano supuestamente de la UJCE, aunque no se especifica. Revisión de la traducción del portugués: Ariel Bignami, Buenos Aires, 1986.
Original en portugués: O partido com paredes de vidro, Ed. Avante, Lisboa, 1985.
Se puede descargar el libro completo dede el link:
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La regla de oro
Álvaro Cunhal - (De su libro Un Partido con paredes de cristal, págs. 24-26)
Importante garantía de la política de clase del Partido es la participación determinante de militantes obreros en la Dirección. O sea, una mayoría obrera en la Dirección.
Puede objetarse con la propia experiencia del Partido, según la cual, en determinado momento, una identificación esquemática del origen social obrero con la conciencia política llevó a promover a la Dirección, cuadros que resultaron carentes del mínimo de condiciones para tal responsabilidad.
Puede objetarse también que hay intelectuales con conciencia política proletaria y obreros fuertemente influidos por la ideología burguesa.
Es cierto. Pero no es lo más frecuente, mucho menos como regla. Lo más frecuente (y la regla) es que la ideología burguesa influye más en los intelectuales que en los obreros, y que la participación determinante de obreros en la Dirección asegura mayor solidez de principios que la participación determinante de camaradas de otros orígenes sociales.
Si considerando casos individuales, lo importante no es tanto el origen social proletario como la conciencia política proletaria, considerando el colectivo de dirección el origen social proletario es la fuente natural y constantemente revivificante de la conciencia de clase y de la conciencia política.
La mayoría obrera en los organismos de dirección es una importante garantía para que el Partido se mantenga fiel a una ideología y a una política de clase, sea capaz de analizar las situaciones y los problemas desde un punto de vista de clase, no sufra la influencia ideológica de la burguesía y mantenga firmemente los objetivos revolucionarios de la liquidación del capitalismo y de la construcción de una sociedad socialista.
Cuadros intelectuales integrados en un colectivo revolucionario de mayoría obrera logran, con el tiempo y la experiencia, la conciencia de clase del proletariado. Pero si los cuadros intelectuales predominan mayoritariamente en organismos de dirección, se corre el riesgo de que, manteniendo preconceptos negativos de la clase de origen, hagan prevalecer criterios y orientaciones no conformes con la naturaleza de clase, la ideología y los objetivos del partido.
No se niega que numerosos movimientos y partidos revolucionarios hayan alcanzado grandes victorias teniendo en su dirección una mayoría de elementos oriundos de la pequeña y la mediana burguesía. Pero existen también ejemplos en que el origen de clase burgués de la mayoría de los miembros de la dirección llevó a grandes distanciamientos de la causa obrera en el plano ideológico, político, programático y de acción.
En el PCP, la mayoría obrera en el Comité Central, en sus organismos ejecutivos y en todos los organismos de dirección siempre que es posible, se considera como una “regla de oro”.
No se trata de una imposición que no tenga en cuenta los cuadros existentes en un momento dado. Se trata de una orientación que determina criterios de selección y de promoción.
Ya en la clandestinidad, aunque condicionada por los golpes represivos, se siguió
dicha orientación. Después del 25 de Abril, desaparecidas las contingencias de la represión, se hizo un mayor esfuerzo en ese sentido.
El Comité Central (titulares y suplentes) electo en el VIII Congreso del Partido (1976) tenía un 49 % de obreros; el CC electo en el IX Congreso (1979), el 50,4%; el CC electo en el X Congreso (1983), 51%. La Comisión Política electa en la primera reunión del CC después del X Congreso tiene trece obreros en el total de veinticinco miembros titulares y suplentes.
La situación ya no es tan nítida en las direcciones de las organizaciones regionales. Tomando las ocho direcciones electas de las asambleas de las organizaciones regionales, realizadas en 1984 y 1985 (hasta Abril), en cinco la cantidad de obreros excede el 50 %. En las otras tres no llega a la mitad.
Es natural que en regiones, distritos o municipios donde la clase obrera tiene un peso reducido, en la composición social de la población, no se verifique la mayoría obrera en los órganos dirigentes. La tendencia es, sin embargo, al aumento general del porcentaje de obreros.
Hay quien plantea la cuestión de saber si la aplicación de la “regla de oro” no significará una injusta discriminación en relación a los cuadros no obreros, especialmente intelectuales, conduciendo a dificultades en su promoción y al no aprovechamiento de sus cualidades o capacidades.
El hecho es que no hay discriminaciones. Los numerosos cuadros de origen no obrero tienen igual posibilidad de desarrollarse, de ser promovidos, de desempeñar responsabilidades elevadas. Hay en el Partido y en los organismos de dirección un elevado porcentaje de cuadros no obreros, especialmente de intelectuales. Más de diez mil miembros del Partido son intelectuales y cuadros técnicos. En el total de los miembros efectivos y suplentes del CC electo en el X Congreso, 25,4 % son de origen intelectual. En la Comisión Política hay cinco camaradas de origen intelectual.
Es cierto, no obstante, que el Partido presta particular atención a la preparación, educación y formación de cuadros obreros. En razón de la naturaleza de clase del propio Partido. Es también porque son los cuadros obreros los que sufrieron y sufren las graves discriminaciones sociales, educativas y culturales del capitalismo que impide que, fuera del Partido, puedan ganar una preparación general en el nivel de la de los intelectuales.
En nuestro Partido se considera indiscutible que la mayoría obrera en los organismos superiores durante muchos años ha sido determinante para la firmeza ideológica, política y revolucionaria. Por todo eso se mantiene la “regla de oro”.
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Dos fotografías para recordar a Álvaro Cunhal. Izda.: Lisboa, 30 de abril de 1974. La víspera del 1º de mayo, regresaba a Portugal desde el exilio Álvaro Cunhal, Secretario General del Partido Comunista Portugués (PCP). En la lo vemos dirigiéndose a la multitud, subido a un vehículo militar a su llegada a Lisboa. Drcha.: Vasco Gonçalves saluda a Álvaro Cunhal a finales de los 90.
Última edición por RioLena el Dom Feb 26, 2017 9:54 pm, editado 1 vez