La primera Constitución socialista de la historia: contexto histórico y texto
Comisión del Centenario de la Revolución Socialista de Octubre
LA CONSTITUCIÓN DE LA RSFSR DE 1918: CONTEXTO HISTÓRICO Y RESUMEN INTRODUCTORIO
El contexto histórico de la primera Constitución socialista
La Constitución de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR), adoptada por el V Congreso de los Soviets de toda Rusia el 10 de julio de 1918, unos meses después de la proclamación del poder de los soviets a finales de 1917, es la primera ley fundamental de carácter socialista de la historia de la humanidad. Para entender mejor la literalidad del propio texto constitucional que a continuación reproducimos, veamos previamente, a modo de presentación, unos breves apuntes sobre su contexto histórico y líneas maestras o bases fundamentales.
De forma similar a los acontecimientos históricos que sucedieron a la Toma de la Bastilla de París en la Revolución Francesa, tras la Toma del Palacio de Invierno de Petrogrado y el triunfo de la Revolución Socialista de Octubre de 1917, el nuevo Estado revolucionario en Rusia tuvo que hacer frente, cuando daba sus primeros pasos, a una conjunción involucionista de fuerzas internas y externas cuyo objetivo era el derrocamiento del poder soviético.
En el campo de las fuerzas contrarrevolucionarias internas eran hegemónicos los partidarios de antiguo régimen zarista (con importantes apoyos en el Ejército, el aparato estatal y la Iglesia Ortodoxa rusa) y las clases explotadoras, representadas por la tradicional aristocracia terrateniente —agrícola y rural—, los campesinos propietarios de tierras o kulaks y la burguesía —industrial y urbana—, que cobró fuerza a partir del proceso de industrialización del país iniciado en la segunda mitad del siglo XIX. A los agentes sociales hegemónicos de la atrasada estructura semifeudal del antiguo régimen (terratenientes y propietarios agrícolas) y sus aliados capitalistas (burguesía), se unían fuerzas políticas reformistas igualmente partidarias del derrocamiento del poder soviético. Es el caso de los partidos liberales, los social-revolucionarios o eseristas (reformistas radicales o populistas con importantes apoyos en el campesinado) o los mencheviques; estos últimos la facción derecha y minoritaria de Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), abiertamente enfrentada al ala izquierda y mayoritaria del POSDR: los bolcheviques liderados por Vladimir Ilich Ulianov, Lenin.
En cuanto a las fuerzas contrarrevolucionarias externas, al igual que la Francia revolucionaria de finales del siglo XVIII, el nuevo Estado soviético en Rusia tuvo que enfrentarse a una coalición o Entente de potencias extranjeras intervencionistas que apostaron decididamente por derrocar el poder revolucionario. Estas potencias imperialistas, capitaneadas por los principales países que ganaron la Primera Guerra Mundial (como el Imperio Británico, EEUU o el Imperio de Japón), invadieron Rusia en varios frentes y aportaron decenas de miles de efectivos (hasta un cuarto de millón de tropas invasoras) en apoyo al Ejército Blanco de las fuerzas contrarrevolucionarias internas. A partir de la primavera de 1918, poco tiempo después del triunfo de la Revolución de Octubre de 1917, la guerra civil y la intervención extranjera estaban servidas en un país ya de por sí devastado por los desastrosos efectos de la participación de Rusia en la Gran Guerra.
Además de lo anteriormente descrito, varios factores agravaron la situación del joven país de los soviets y lo colocaron al borde de un colapso económico que ponía en serio peligro la permanencia de la Revolución:
el aislamiento internacional consiguiente y complementario a la agresión extranjera, un bloqueo económico de las potencias capitalistas a la Rusia soviética que afectaba muy negativamente al comercio exterior y, por extensión, al sector industrial;
las cesiones territoriales contempladas en el Tratado de paz de Brest-Litovsk con las potencias centrales y aliados (Alemania, Imperio Austro-Húngaro, Turquía…), que si bien cumplió con la imperiosa necesidad de poner fin a la desastrosa participación de Rusia en la Gran Guerra, ocasionó importantes pérdidas económicas (de recursos agrícolas, industriales y energéticos de importancia estratégica) aparejadas a las cesiones territoriales en el Oeste;
así como las nefastas consecuencias para la economía de la guerra civil provocada por los enemigos internos y externos de la Revolución, especialmente en la agricultura y la ganadería. Aparte de que los excedentes agropecuarios de los extensos territorios controlados por las fuerzas contrarrevolucionarias rebeldes no llegaban a los centros urbanos de la RSFSR, al otro lado del frente, los propietarios de pequeñas y medianas explotaciones de las zonas rurales declararon una auténtica guerra económica al joven Estado soviético, apuntando al talón de Aquiles de cualquier sociedad: la distribución de alimentos; con el fin de condenar a la población a privaciones que provocaran malestar social e inestabilidad política.
Es en ese contexto caracterizado por la guerra civil y la intervención extranjera, que se puede calificar como de emergencia revolucionaria, cuando se redacta y promulga la ley fundamental del primer Estado socialista: la Constitución de la RSFSR de 1918. Esta etapa histórica de emergencia, que fue denominada comunismo de guerra, aparece reflejada en las bases fundamentales del texto constitucional que nos ocupa. Se trata, además, de una Constitución promulgada para un “periodo transitorio” cuya base es “el establecimiento de la dictadura del proletariado” para “el aplastamiento completo de la burguesía” y construir el socialismo (artículo 9). El concepto “dictadura del proletariado” se basa en la obra de Marx, que definió la misma como “el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases” en la que la existencia del Estado, como aparato de dominio u opresión de unas clases sobre otras, dejaría de tener sentido (“ni división de clases ni poder del Estado”, art. 9). Así, la ley fundamental de la RSFSR de 1918 establece una serie de medidas radicalmente revolucionarias para ese período transitorio (y de emergencia revolucionaria) y las eleva a rango constitucional:
El poder soberano del país reside en los soviets o consejos de obreros, campesinos y soldados. Se pone así punto y final constitucionalmente a la dualidad entre el parlamentarismo burgués surgido tras la Revolución de Febrero de 1917 (la Asamblea Constituyente basada en un sistema de partidos y hegemonizada por la minoritaria burguesía rusa) y el poder soviético proclamado en Octubre, basado en un sistema representativo de la mayoría social: los diputados de las clases trabajadoras (la clase obrera y el campesinado); elevándose así a rango constitucional una de las consignas maestras de la Revolución: “Todo el poder para los soviets”.
Armamento de los trabajadores. Para hacer efectiva la implantación del poder de los soviets, se establece el armamento de los trabajadores, el desarme de las clases poseedoras y se instituye el servicio militar obligatorio en el recién creado Ejército Rojo de Obreros y Campesinos, reservándose de forma exclusiva a las clases trabajadoras la posesión y uso de armas (“defender la Revolución con las armas en la mano” como deber y honor, art. 19).
Derechos electorales para las clases trabajadoras y supresión de derechos a las clases explotadoras. El derecho a ser electores o elegibles en la República y, por tanto, sujetos constitucionales del poder soberano de los soviets, se establece para todos aquellos que no formen parte de la minoría explotadora; es decir, derechos electorales para todos aquellos que viven de su trabajo productivo o público, los obreros de todos los sectores de la industria o el comercio, los trabajadores que ya no están capacitados profesionalmente (incapacitados o jubilados), los dedicados a tareas domésticas en las familias trabajadoras, los soldados, así como los campesinos y cosacos sin mano de obra ajena (art. 64). Se trata de una medida constitucional que priva de derechos electorales a la minoría social de las clases no productivas del antiguo régimen: los que viven del trabajo ajeno (burguesía urbana o propietarios rurales que explotan mano de obra para lucrarse), los que viven de rentas o dividendos de capital y empresas, monjes y sacerdotes, exfuncionarios y exagentes policiales del aparato de represión política del Estado zarista o los miembros de la Casa de la antigua familia imperial.
Resumen introductorio de la Constitución de la RSFSR de 1918
El texto propiamente dicho de la Constitución divide sus 17 capítulos (con 90 artículos) en media docena de títulos que desarrollan las líneas maestras del nuevo ordenamiento jurídico revolucionario; a saber:
Título Primero (capítulos I a IV): Declaración de los Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado. Aprobada por el III Congreso de los Soviets de toda Rusia en enero de 1918, este documento se podría considerar la primera ley fundamental de la RSFSR y su trascendencia es histórica: la Declaración de los Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado constituye lo que podríamos definir como el acta de emancipación de los trabajadores de Rusia tras el triunfo de la Revolución Socialista de Octubre.
Título Segundo (Capítulo V): Bases fundamentales de la Constitución de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia. Establece los objetivos políticos generales de la Constitución: “abolición de la explotación del hombre por el hombre” e “instauración del socialismo” (art. 9); contempla la posibilidad de organizar el Estado soviético de forma federal mediante la unión de entidades territoriales (art. 11); define cuáles son los órganos representativos centrales (el Congreso de los Soviets de toda Rusia y su Comité Ejecutivo Central, art. 12); y declara los derechos fundamentales de los ciudadanos, los deberes de éstos y del Estado, y cómo se garantizan todos ellos (art. 13-22):
La libertad de conciencia de los ciudadanos y la laicidad del Estado, la libertad religiosa y de propaganda antirreligiosa, estableciéndose la separación efectiva entre las confesiones religiosas y el Estado, incluyendo su sistema educativo (art. 13).
La libertad de pensamiento y la libre difusión de éste, estableciéndose para tal fin la anulación de la “dependencia de la prensa respecto del capital” y el paso de la propiedad de los medios de comunicación a manos de los trabajadores (art. 14).
Las libertades de reunión, manifestación y asociación, para lo que el Estado pone a disposición de los trabajadores los medios adecuados para el ejercicio de estos derechos, así como de la libertad efectiva de asociación, estableciéndose que el Estado garantizará el derecho de los trabajadores a organizarse libremente para su unión y acción (art. 15 y 16).
El derecho a la educación pública y gratuita. El derecho de los trabajadores a tener acceso a todos los conocimientos y el deber del Estado de hacer efectivo el acceso a una educación completa y gratuita de éstos (art. 17).
El deber de trabajar y el deber de defender la Revolución. El trabajo se considera un deber de todos los ciudadanos de la República (art. 18), al igual que la defensa de las conquistas de la Revolución, por lo que se instituye el servicio militar obligatorio (art.19).
La igualdad de derechos civiles sin distinción de raza o nacionalidad. Concesión de iguales derechos políticos que los ciudadanos rusos a los extranjeros que habiten los territorios de la República y pertenezcan a la clase trabajadora (art. 20), así como garantizar el derecho de asilo en Rusia a extranjeros perseguidos en sus países por motivos políticos o religiosos (art. 21) y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley independientemente de su raza o nacionalidad, con la abolición de privilegios en función de la nacionalidad y de la opresión de unas naciones sobre otras (art. 22).
Título Tercero (capítulos VI a XII): Estructura del poder de los soviets. Este Tercer Título está dividido en dos partes: A. Organización del poder central (capítulos VI a IX); y B. Organización del poder en el ámbito local (capítulos X a XII). La organización del poder central de la RSFSR se basa en tres órganos representativos y ejecutivos principales:
Congreso de los Soviets de diputados obreros, campesinos y soldados de toda Rusia como órgano representativo del poder supremo de la República (Capítulo VI, art. 24-30).
Comité Ejecutivo Central de los Soviets de toda Rusia (CEC), órgano legislativo, de administración y de control entre congresos de los soviets y que responde ante ellos (Capítulo VII, art. 31-36). En el Capítulo IX (art. 49-52) se establecen las competencias de los órganos representativos y de poder supremos de la RSFSR, el Congreso de los Soviets y el CEC.
Consejo de Comisarios del Pueblo, órgano de gobierno encargado de la administración general de la RSFSR y que responde ante el CEC y el Congreso de los Soviets (Capítulo VIII, art. 37-48). Se instituyen un total de 18 Comisariados del Pueblo para los diferentes ámbitos de la gestión gubernamental (equivalente a ministerios, art. 43).
El poder soviético en el ámbito local se organiza en los diferentes niveles territoriales de la RSFSR de la siguiente forma:
Congresos de soviets (Capítulo X, art. 53-56): Soviet de región (oblast), Soviet de provincia (gubernia), Soviet de distrito (uezd), Soviet de cantón (volost);
Soviets de diputados (Capítulo XI, art. 57-60). Para ciudades y demás localidades (villas, pueblos o aldeas), una estructura de poder local equivalente a los ayuntamientos o comunas.
El Capítulo XII (art. 61-63) establece las competencias de los órganos locales anteriormente referidos (Congresos de soviets y Soviets de diputados).
Título Cuarto (capítulos XIII a XV): Del derecho a elegir y a ser elegido. El Título Cuarto de la Constitución de la RSFSR versa sobre los derechos electorales de los ciudadanos: votar en elecciones y, en su caso, presentarse a ellas. Tanto quién elegir como ser elegido corresponde a la voluntad del pueblo trabajador, a los propios electores, todos con derecho a presentar su candidatura a los diferentes órganos representativos del poder soviético, recabar apoyos para ello y solicitar el voto. No es, por tanto, un sistema electoral de listas de partidos y por eso no se hace referencia a ninguno a lo largo de todo el texto constitucional.
Como referimos anteriormente, el Capítulo XIII (art. 64 y 65) define quiénes tienen derecho a ser electores y elegibles en toda la estructura del poder soviético en esa fase de transición que la Constitución denomina “dictadura del proletariado”, dictadura de la mayoría social obrera y campesina, razón por la que se priva de derechos electorales a las clases poseedoras o los que viven de rentas o del trabajo ajeno, así como a elementos del antiguo régimen zarista, considerados antisociales en la nueva sociedad soviética (Capítulo XIII, art. 65). Al mismo tiempo, se promulgan derechos electorales que hasta el momento habían sido considerados utópicos en el contexto histórico mundial de principios del siglo XX: el derecho a voto a partir de los 18 años de edad y el derecho de las mujeres a votar; que, en suma, los ciudadanos mayores de edad puedan ser elegibles y elegidos sin distinción ni discriminaciones por razón de sexo, religión, nacionalidad o residencia (Capítulo XIII, art. 64).
El Capítulo XIV (art. 66-70) establece la normativa básica del sistema y de los procedimientos electorales (convocatoria, actas, etc.), mientras que el Capítulo XV (art. 71-78) regula la revisión de elecciones, así como las normas generales de resolución de reclamaciones electorales y el establecimiento del derecho a la revocación de electos por parte de los electores (art. 78).
Título Quinto (Capítulo XVI): El derecho presupuestario. En este Título de la Constitución se regulan los principios generales de la política económica y financiera de la RSFSR en la fase de transición del capitalismo al socialismo, cuyo objetivo principal declarado es “la expropiación de la burguesía” y “crear condiciones de igualdad general (…) en materia de producción y reparto de las riquezas” (art. 79), priorizando las necesidades locales y nacionales de la República sobre los derechos de propiedad privados. En el articulado siguiente (art. 80-88) se regulan los Presupuestos Generales de la RSFSR, las competencias al respecto de los órganos centrales representativos del poder soviético y la aplicación de los objetivos económicos planificados en los ámbitos territoriales locales, así como la política de gastos e ingresos y de créditos del Tesoro Público a los soviets de ámbito local.
Título Sexto (Capítulo XVII): El escudo de armas y la bandera de la RSFSR. Finalmente, el sexto y último Título de la Constitución de la Rusia soviética de 1918 (art. 89 y 90) establece los símbolos de la República: la bandera roja, enseña de la Commune de Paris, y un escudo que integra por primera vez un logo que luego sería universalmente reconocido: una hoz y un martillo entrecruzados como símbolo de la unión de los obreros y los campesinos, la base del nuevo Estado soviético.
Comisión del Centenario de la Revolución Socialista de Octubre
LA CONSTITUCIÓN DE LA RSFSR DE 1918: CONTEXTO HISTÓRICO Y RESUMEN INTRODUCTORIO
El contexto histórico de la primera Constitución socialista
La Constitución de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR), adoptada por el V Congreso de los Soviets de toda Rusia el 10 de julio de 1918, unos meses después de la proclamación del poder de los soviets a finales de 1917, es la primera ley fundamental de carácter socialista de la historia de la humanidad. Para entender mejor la literalidad del propio texto constitucional que a continuación reproducimos, veamos previamente, a modo de presentación, unos breves apuntes sobre su contexto histórico y líneas maestras o bases fundamentales.
De forma similar a los acontecimientos históricos que sucedieron a la Toma de la Bastilla de París en la Revolución Francesa, tras la Toma del Palacio de Invierno de Petrogrado y el triunfo de la Revolución Socialista de Octubre de 1917, el nuevo Estado revolucionario en Rusia tuvo que hacer frente, cuando daba sus primeros pasos, a una conjunción involucionista de fuerzas internas y externas cuyo objetivo era el derrocamiento del poder soviético.
En el campo de las fuerzas contrarrevolucionarias internas eran hegemónicos los partidarios de antiguo régimen zarista (con importantes apoyos en el Ejército, el aparato estatal y la Iglesia Ortodoxa rusa) y las clases explotadoras, representadas por la tradicional aristocracia terrateniente —agrícola y rural—, los campesinos propietarios de tierras o kulaks y la burguesía —industrial y urbana—, que cobró fuerza a partir del proceso de industrialización del país iniciado en la segunda mitad del siglo XIX. A los agentes sociales hegemónicos de la atrasada estructura semifeudal del antiguo régimen (terratenientes y propietarios agrícolas) y sus aliados capitalistas (burguesía), se unían fuerzas políticas reformistas igualmente partidarias del derrocamiento del poder soviético. Es el caso de los partidos liberales, los social-revolucionarios o eseristas (reformistas radicales o populistas con importantes apoyos en el campesinado) o los mencheviques; estos últimos la facción derecha y minoritaria de Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), abiertamente enfrentada al ala izquierda y mayoritaria del POSDR: los bolcheviques liderados por Vladimir Ilich Ulianov, Lenin.
En cuanto a las fuerzas contrarrevolucionarias externas, al igual que la Francia revolucionaria de finales del siglo XVIII, el nuevo Estado soviético en Rusia tuvo que enfrentarse a una coalición o Entente de potencias extranjeras intervencionistas que apostaron decididamente por derrocar el poder revolucionario. Estas potencias imperialistas, capitaneadas por los principales países que ganaron la Primera Guerra Mundial (como el Imperio Británico, EEUU o el Imperio de Japón), invadieron Rusia en varios frentes y aportaron decenas de miles de efectivos (hasta un cuarto de millón de tropas invasoras) en apoyo al Ejército Blanco de las fuerzas contrarrevolucionarias internas. A partir de la primavera de 1918, poco tiempo después del triunfo de la Revolución de Octubre de 1917, la guerra civil y la intervención extranjera estaban servidas en un país ya de por sí devastado por los desastrosos efectos de la participación de Rusia en la Gran Guerra.
Además de lo anteriormente descrito, varios factores agravaron la situación del joven país de los soviets y lo colocaron al borde de un colapso económico que ponía en serio peligro la permanencia de la Revolución:
el aislamiento internacional consiguiente y complementario a la agresión extranjera, un bloqueo económico de las potencias capitalistas a la Rusia soviética que afectaba muy negativamente al comercio exterior y, por extensión, al sector industrial;
las cesiones territoriales contempladas en el Tratado de paz de Brest-Litovsk con las potencias centrales y aliados (Alemania, Imperio Austro-Húngaro, Turquía…), que si bien cumplió con la imperiosa necesidad de poner fin a la desastrosa participación de Rusia en la Gran Guerra, ocasionó importantes pérdidas económicas (de recursos agrícolas, industriales y energéticos de importancia estratégica) aparejadas a las cesiones territoriales en el Oeste;
así como las nefastas consecuencias para la economía de la guerra civil provocada por los enemigos internos y externos de la Revolución, especialmente en la agricultura y la ganadería. Aparte de que los excedentes agropecuarios de los extensos territorios controlados por las fuerzas contrarrevolucionarias rebeldes no llegaban a los centros urbanos de la RSFSR, al otro lado del frente, los propietarios de pequeñas y medianas explotaciones de las zonas rurales declararon una auténtica guerra económica al joven Estado soviético, apuntando al talón de Aquiles de cualquier sociedad: la distribución de alimentos; con el fin de condenar a la población a privaciones que provocaran malestar social e inestabilidad política.
Es en ese contexto caracterizado por la guerra civil y la intervención extranjera, que se puede calificar como de emergencia revolucionaria, cuando se redacta y promulga la ley fundamental del primer Estado socialista: la Constitución de la RSFSR de 1918. Esta etapa histórica de emergencia, que fue denominada comunismo de guerra, aparece reflejada en las bases fundamentales del texto constitucional que nos ocupa. Se trata, además, de una Constitución promulgada para un “periodo transitorio” cuya base es “el establecimiento de la dictadura del proletariado” para “el aplastamiento completo de la burguesía” y construir el socialismo (artículo 9). El concepto “dictadura del proletariado” se basa en la obra de Marx, que definió la misma como “el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases” en la que la existencia del Estado, como aparato de dominio u opresión de unas clases sobre otras, dejaría de tener sentido (“ni división de clases ni poder del Estado”, art. 9). Así, la ley fundamental de la RSFSR de 1918 establece una serie de medidas radicalmente revolucionarias para ese período transitorio (y de emergencia revolucionaria) y las eleva a rango constitucional:
El poder soberano del país reside en los soviets o consejos de obreros, campesinos y soldados. Se pone así punto y final constitucionalmente a la dualidad entre el parlamentarismo burgués surgido tras la Revolución de Febrero de 1917 (la Asamblea Constituyente basada en un sistema de partidos y hegemonizada por la minoritaria burguesía rusa) y el poder soviético proclamado en Octubre, basado en un sistema representativo de la mayoría social: los diputados de las clases trabajadoras (la clase obrera y el campesinado); elevándose así a rango constitucional una de las consignas maestras de la Revolución: “Todo el poder para los soviets”.
Armamento de los trabajadores. Para hacer efectiva la implantación del poder de los soviets, se establece el armamento de los trabajadores, el desarme de las clases poseedoras y se instituye el servicio militar obligatorio en el recién creado Ejército Rojo de Obreros y Campesinos, reservándose de forma exclusiva a las clases trabajadoras la posesión y uso de armas (“defender la Revolución con las armas en la mano” como deber y honor, art. 19).
Derechos electorales para las clases trabajadoras y supresión de derechos a las clases explotadoras. El derecho a ser electores o elegibles en la República y, por tanto, sujetos constitucionales del poder soberano de los soviets, se establece para todos aquellos que no formen parte de la minoría explotadora; es decir, derechos electorales para todos aquellos que viven de su trabajo productivo o público, los obreros de todos los sectores de la industria o el comercio, los trabajadores que ya no están capacitados profesionalmente (incapacitados o jubilados), los dedicados a tareas domésticas en las familias trabajadoras, los soldados, así como los campesinos y cosacos sin mano de obra ajena (art. 64). Se trata de una medida constitucional que priva de derechos electorales a la minoría social de las clases no productivas del antiguo régimen: los que viven del trabajo ajeno (burguesía urbana o propietarios rurales que explotan mano de obra para lucrarse), los que viven de rentas o dividendos de capital y empresas, monjes y sacerdotes, exfuncionarios y exagentes policiales del aparato de represión política del Estado zarista o los miembros de la Casa de la antigua familia imperial.
Resumen introductorio de la Constitución de la RSFSR de 1918
El texto propiamente dicho de la Constitución divide sus 17 capítulos (con 90 artículos) en media docena de títulos que desarrollan las líneas maestras del nuevo ordenamiento jurídico revolucionario; a saber:
Título Primero (capítulos I a IV): Declaración de los Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado. Aprobada por el III Congreso de los Soviets de toda Rusia en enero de 1918, este documento se podría considerar la primera ley fundamental de la RSFSR y su trascendencia es histórica: la Declaración de los Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado constituye lo que podríamos definir como el acta de emancipación de los trabajadores de Rusia tras el triunfo de la Revolución Socialista de Octubre.
Título Segundo (Capítulo V): Bases fundamentales de la Constitución de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia. Establece los objetivos políticos generales de la Constitución: “abolición de la explotación del hombre por el hombre” e “instauración del socialismo” (art. 9); contempla la posibilidad de organizar el Estado soviético de forma federal mediante la unión de entidades territoriales (art. 11); define cuáles son los órganos representativos centrales (el Congreso de los Soviets de toda Rusia y su Comité Ejecutivo Central, art. 12); y declara los derechos fundamentales de los ciudadanos, los deberes de éstos y del Estado, y cómo se garantizan todos ellos (art. 13-22):
La libertad de conciencia de los ciudadanos y la laicidad del Estado, la libertad religiosa y de propaganda antirreligiosa, estableciéndose la separación efectiva entre las confesiones religiosas y el Estado, incluyendo su sistema educativo (art. 13).
La libertad de pensamiento y la libre difusión de éste, estableciéndose para tal fin la anulación de la “dependencia de la prensa respecto del capital” y el paso de la propiedad de los medios de comunicación a manos de los trabajadores (art. 14).
Las libertades de reunión, manifestación y asociación, para lo que el Estado pone a disposición de los trabajadores los medios adecuados para el ejercicio de estos derechos, así como de la libertad efectiva de asociación, estableciéndose que el Estado garantizará el derecho de los trabajadores a organizarse libremente para su unión y acción (art. 15 y 16).
El derecho a la educación pública y gratuita. El derecho de los trabajadores a tener acceso a todos los conocimientos y el deber del Estado de hacer efectivo el acceso a una educación completa y gratuita de éstos (art. 17).
El deber de trabajar y el deber de defender la Revolución. El trabajo se considera un deber de todos los ciudadanos de la República (art. 18), al igual que la defensa de las conquistas de la Revolución, por lo que se instituye el servicio militar obligatorio (art.19).
La igualdad de derechos civiles sin distinción de raza o nacionalidad. Concesión de iguales derechos políticos que los ciudadanos rusos a los extranjeros que habiten los territorios de la República y pertenezcan a la clase trabajadora (art. 20), así como garantizar el derecho de asilo en Rusia a extranjeros perseguidos en sus países por motivos políticos o religiosos (art. 21) y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley independientemente de su raza o nacionalidad, con la abolición de privilegios en función de la nacionalidad y de la opresión de unas naciones sobre otras (art. 22).
Título Tercero (capítulos VI a XII): Estructura del poder de los soviets. Este Tercer Título está dividido en dos partes: A. Organización del poder central (capítulos VI a IX); y B. Organización del poder en el ámbito local (capítulos X a XII). La organización del poder central de la RSFSR se basa en tres órganos representativos y ejecutivos principales:
Congreso de los Soviets de diputados obreros, campesinos y soldados de toda Rusia como órgano representativo del poder supremo de la República (Capítulo VI, art. 24-30).
Comité Ejecutivo Central de los Soviets de toda Rusia (CEC), órgano legislativo, de administración y de control entre congresos de los soviets y que responde ante ellos (Capítulo VII, art. 31-36). En el Capítulo IX (art. 49-52) se establecen las competencias de los órganos representativos y de poder supremos de la RSFSR, el Congreso de los Soviets y el CEC.
Consejo de Comisarios del Pueblo, órgano de gobierno encargado de la administración general de la RSFSR y que responde ante el CEC y el Congreso de los Soviets (Capítulo VIII, art. 37-48). Se instituyen un total de 18 Comisariados del Pueblo para los diferentes ámbitos de la gestión gubernamental (equivalente a ministerios, art. 43).
El poder soviético en el ámbito local se organiza en los diferentes niveles territoriales de la RSFSR de la siguiente forma:
Congresos de soviets (Capítulo X, art. 53-56): Soviet de región (oblast), Soviet de provincia (gubernia), Soviet de distrito (uezd), Soviet de cantón (volost);
Soviets de diputados (Capítulo XI, art. 57-60). Para ciudades y demás localidades (villas, pueblos o aldeas), una estructura de poder local equivalente a los ayuntamientos o comunas.
El Capítulo XII (art. 61-63) establece las competencias de los órganos locales anteriormente referidos (Congresos de soviets y Soviets de diputados).
Título Cuarto (capítulos XIII a XV): Del derecho a elegir y a ser elegido. El Título Cuarto de la Constitución de la RSFSR versa sobre los derechos electorales de los ciudadanos: votar en elecciones y, en su caso, presentarse a ellas. Tanto quién elegir como ser elegido corresponde a la voluntad del pueblo trabajador, a los propios electores, todos con derecho a presentar su candidatura a los diferentes órganos representativos del poder soviético, recabar apoyos para ello y solicitar el voto. No es, por tanto, un sistema electoral de listas de partidos y por eso no se hace referencia a ninguno a lo largo de todo el texto constitucional.
Como referimos anteriormente, el Capítulo XIII (art. 64 y 65) define quiénes tienen derecho a ser electores y elegibles en toda la estructura del poder soviético en esa fase de transición que la Constitución denomina “dictadura del proletariado”, dictadura de la mayoría social obrera y campesina, razón por la que se priva de derechos electorales a las clases poseedoras o los que viven de rentas o del trabajo ajeno, así como a elementos del antiguo régimen zarista, considerados antisociales en la nueva sociedad soviética (Capítulo XIII, art. 65). Al mismo tiempo, se promulgan derechos electorales que hasta el momento habían sido considerados utópicos en el contexto histórico mundial de principios del siglo XX: el derecho a voto a partir de los 18 años de edad y el derecho de las mujeres a votar; que, en suma, los ciudadanos mayores de edad puedan ser elegibles y elegidos sin distinción ni discriminaciones por razón de sexo, religión, nacionalidad o residencia (Capítulo XIII, art. 64).
El Capítulo XIV (art. 66-70) establece la normativa básica del sistema y de los procedimientos electorales (convocatoria, actas, etc.), mientras que el Capítulo XV (art. 71-78) regula la revisión de elecciones, así como las normas generales de resolución de reclamaciones electorales y el establecimiento del derecho a la revocación de electos por parte de los electores (art. 78).
Título Quinto (Capítulo XVI): El derecho presupuestario. En este Título de la Constitución se regulan los principios generales de la política económica y financiera de la RSFSR en la fase de transición del capitalismo al socialismo, cuyo objetivo principal declarado es “la expropiación de la burguesía” y “crear condiciones de igualdad general (…) en materia de producción y reparto de las riquezas” (art. 79), priorizando las necesidades locales y nacionales de la República sobre los derechos de propiedad privados. En el articulado siguiente (art. 80-88) se regulan los Presupuestos Generales de la RSFSR, las competencias al respecto de los órganos centrales representativos del poder soviético y la aplicación de los objetivos económicos planificados en los ámbitos territoriales locales, así como la política de gastos e ingresos y de créditos del Tesoro Público a los soviets de ámbito local.
Título Sexto (Capítulo XVII): El escudo de armas y la bandera de la RSFSR. Finalmente, el sexto y último Título de la Constitución de la Rusia soviética de 1918 (art. 89 y 90) establece los símbolos de la República: la bandera roja, enseña de la Commune de Paris, y un escudo que integra por primera vez un logo que luego sería universalmente reconocido: una hoz y un martillo entrecruzados como símbolo de la unión de los obreros y los campesinos, la base del nuevo Estado soviético.
Última edición por RioLena el Lun Mar 06, 2017 9:30 am, editado 1 vez