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No, mi general
Irene Lozano y Zaida Cantera de Castro
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Después de seis años de persecución, la hoy comandante Zaida Cantera de Castro ha decidido romper su silencio. No, mi general denuncia, a través de un caso personal, la desprotección de los militares que se atreven a hacer frente al acoso de sus superiores. Zaida Cantera de Castro ingresó en el ejército español en 1997. En 2008, tras regresar de una misión internacional en Líbano bajo mandato de la ONU, se reincorporó a su puesto en el Ejército de Tierra y dio comienzo una terrible historia de acoso por parte de uno de sus superiores. Tras un durísimo juicio, consiguió una de las pocas sentencias condenatorias por abuso de poder dictada por un tribunal militar. Sin embargo, la condena no puso fin a su pesadilla, pues los amigos y compañeros del Teniente Coronel condenado se esforzaron en que aprendiera la lección: no se puede denunciar a un superior sin pagar las consecuencias. Su estremecedor relato, escrito por Irene Lozano, la diputada que puso voz a su caso en el Congreso, cuenta la experiencia brutal y traumática de ser acosada sexualmente primero, y perseguida laboral, profesional y personalmente después, a modo de escarmiento, por aquellos que tendrían que haberla protegido. La comandante Zaida se encuentra de baja médica desde febrero de 2014. El Teniente Coronel que la acosó ha conseguido la libertad condicional sin haber cumplido tres cuartas partes de la condena.
«La capitán Zaida era brillante, honesta y leal, pero se permitió un único error: no callarse ante una injusticia. En el Ejército, si te atreves a denunciar a superior, aunque tengas razón, antes o después acabas perdiendo.» Jordi Évole.
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Después de seis años de persecución, la hoy comandante Zaida Cantera de Castro ha decidido romper su silencio. No, mi general denuncia, a través de un caso personal, la desprotección de los militares que se atreven a hacer frente al acoso de sus superiores. Zaida Cantera de Castro ingresó en el ejército español en 1997. En 2008, tras regresar de una misión internacional en Líbano bajo mandato de la ONU, se reincorporó a su puesto en el Ejército de Tierra y dio comienzo una terrible historia de acoso por parte de uno de sus superiores. Tras un durísimo juicio, consiguió una de las pocas sentencias condenatorias por abuso de poder dictada por un tribunal militar. Sin embargo, la condena no puso fin a su pesadilla, pues los amigos y compañeros del Teniente Coronel condenado se esforzaron en que aprendiera la lección: no se puede denunciar a un superior sin pagar las consecuencias. Su estremecedor relato, escrito por Irene Lozano, la diputada que puso voz a su caso en el Congreso, cuenta la experiencia brutal y traumática de ser acosada sexualmente primero, y perseguida laboral, profesional y personalmente después, a modo de escarmiento, por aquellos que tendrían que haberla protegido. La comandante Zaida se encuentra de baja médica desde febrero de 2014. El Teniente Coronel que la acosó ha conseguido la libertad condicional sin haber cumplido tres cuartas partes de la condena.
«La capitán Zaida era brillante, honesta y leal, pero se permitió un único error: no callarse ante una injusticia. En el Ejército, si te atreves a denunciar a superior, aunque tengas razón, antes o después acabas perdiendo.» Jordi Évole.
