José Díaz Ramos nació el 3 de mayo de 1895 en Sevilla.
Comenzó su activismo en el sindicato panadero, La Aurora, en su tierra natal Sevilla, convirtiéndose en 1917 en su líder. Más tarde ingresaría junto al resto de su sindicato en la CNT. Paso a la clandestinidad en 1923 con el golpe de estado que establecería la dictadura de Primo de Rivera. En 1925 fue detenido y torturado, y encarcelado en Madrid. En prisión enfermo del estomago, enfermedad que arrastraría hasta el final de su vida.
Al salir de la cárcel en 1927 entro en el PCE y el 17 de Marzo 1932, durante el IV Congreso del partido, a recomendación de la internacional comunista, fue elegido miembro del Comité Central, responsabilidad que mantuvo hasta el final de su vida.
En 1930 viajó a la Unión Soviética, donde recibió formación política y militar junto a otros comunistas del Estado como Enrique Líster.
Impulsó la creación de Las Milicias Antifascistas Obreras y campesinas (MAOC) en 1933, que participaron en la revolución de asturiana de Octubre de 1934 de la que el partido comunista asumió toda responsabilidad.
“El partido comunista está, pues, identificado con el movimiento insurreccional y asume su plena responsabilidad política. Repito esto, porque parece que hay por ahí gentes que se sacuden las pulgas y no quieren que se les diga nada de lo que ha pasado. No quieren nada con la insurrección de Asturias no con las luchas de Octubre.
Nosotros, el partido comunista, comprendemos muy bien que ciertas gentes se desentiendan de las responsabilidades del movimiento. […] y, por si esto no es bastante, por si aún hubiese alguna duda, yo, en nombre del partido comunista, digo a todos los obreros, a los campesinos, a los trabajadores todos – y que nos oigan también las huestes de la reacción-, que nosotros somos los responsables del movimiento revolucionario de Octubre, que el partido comunista de España recaba para sí toda la responsabilidad política que se derive del movimiento y de la insurrección victoriosa de Asturias.” (Tres años de lucha, José Díaz)
Bajo su dirección el partido comunista asumió la política de los movimientos de liberación nacional y colonial del estado por lo que en 1935 la Federación Comunista de Euskadi se constituyó en el Partido Comunista de Euskadi.
“Hasta el momento presente, ha sido el partido comunista de España el único que con su programa de liberación nacional y social, ha luchado por el derecho de autodeterminación de las nacionalidades oprimidas, incluso hasta su separación política del estado español. Consecuentes con esta política, la Internacional Comunista y el Partido Comunista de España, de acuerdo con los comunistas de Cataluña, procedieron a la constitución del Partido Comunista de Cataluña, que ha logrado ya serios éxitos en la lucha por la liberación nacional y social del pueblo catalán. La constitución del partido comunista de Euskadi es, pues, la confirmación de la política de liberación nacional y social de nuestro partido hermano de España y de la internacional comunista.” (Acta de fundación de los comunistas vascos, 1935)
“La necesidad de consolidar la victoria del 16 de febrero y de afianzar el régimen democrático ordena imperiosamente que se dé satisfacción a las reivindicaciones nacionales de Catalunya, Euskadi y Galicia. No puede haber una democracia ni una república sólidas, no puede haber una solida alianza entre los pueblos de España, si la desigualdad nacional subsiste. Solo acabando con esta desigualdad y reconociendo el derecho de todas las minorías nacionales a determinar libremente sus destinos, así como el derecho de Marruecos a librarse del yugo colonial, se creará una base de confianza mutua y una firme solidaridad entre estos pueblos y los del resto de España.” (Tres años de luchas, José Díaz)
En el verano de 1935 participó en el VII Congreso de la Internacional Comunista, en el que el movimiento comunista internacional dio un viraje histórico de táctica ante la aparición del fascismo. Este cambio de táctica se basó en que los partidos comunistas impulsasen la creación de frentes populares antifascistas con todas las fuerzas progresistas de los distintos países.
El partido comunista asumió esta táctica:
Promovió la creación de una única central sindical que se materializo en la fusión de la CGTU y la UGT y que buscó la fusión con la CNT, que a pesar de no materializarse, si que supuso que los anarquistas votasen en las elecciones del 16 de febrero de 1936. Promovió la coalición electoral de todos los partidos obreros y republicanos de izquierda que se materializo en la creación del frente popular. Promovió las alianzas obreras y campesinas, y promovió la creación del partido único del proletariado que se materializó en la unificación de la juventud socialista y la juventud comunista en la juventud socialista unificada, en la constitución del Partit Socialista Unificat de Catalunya y en el acercamiento momentáneo, entre el ala izquierda del PSOE y el PCE.
José Díaz siguió siendo el secretario general durante toda la guerra, aunque en ciertos momentos tuvo que ser delegado por su enfermedad, hasta que en 1938 partió definitivamente a la unión soviética para ser operado, dónde falleció en 1942 en la capital de la RSS de Georgia, Tiflis. En 1937, a cinco años del comienzo de su dirección, el partido comunista paso de ser, un partido que apenas consiguió un diputado en 1931, a ser el partido más grande del país con 300000 militantes y unas juventudes de 250000 militantes. Sin duda José Díaz demostró ser un experto de la táctica de tipo leninista, sabiendo adaptar la táctica de partido a cada momento concreto, adelantándose siempre a los acontecimientos venideros.
Desde IC queremos reivindicar a José Díaz como el máximo líder del comunismo, del proletariado y del campesinado español.
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Comenzó su activismo en el sindicato panadero, La Aurora, en su tierra natal Sevilla, convirtiéndose en 1917 en su líder. Más tarde ingresaría junto al resto de su sindicato en la CNT. Paso a la clandestinidad en 1923 con el golpe de estado que establecería la dictadura de Primo de Rivera. En 1925 fue detenido y torturado, y encarcelado en Madrid. En prisión enfermo del estomago, enfermedad que arrastraría hasta el final de su vida.
Al salir de la cárcel en 1927 entro en el PCE y el 17 de Marzo 1932, durante el IV Congreso del partido, a recomendación de la internacional comunista, fue elegido miembro del Comité Central, responsabilidad que mantuvo hasta el final de su vida.
En 1930 viajó a la Unión Soviética, donde recibió formación política y militar junto a otros comunistas del Estado como Enrique Líster.
Impulsó la creación de Las Milicias Antifascistas Obreras y campesinas (MAOC) en 1933, que participaron en la revolución de asturiana de Octubre de 1934 de la que el partido comunista asumió toda responsabilidad.
“El partido comunista está, pues, identificado con el movimiento insurreccional y asume su plena responsabilidad política. Repito esto, porque parece que hay por ahí gentes que se sacuden las pulgas y no quieren que se les diga nada de lo que ha pasado. No quieren nada con la insurrección de Asturias no con las luchas de Octubre.
Nosotros, el partido comunista, comprendemos muy bien que ciertas gentes se desentiendan de las responsabilidades del movimiento. […] y, por si esto no es bastante, por si aún hubiese alguna duda, yo, en nombre del partido comunista, digo a todos los obreros, a los campesinos, a los trabajadores todos – y que nos oigan también las huestes de la reacción-, que nosotros somos los responsables del movimiento revolucionario de Octubre, que el partido comunista de España recaba para sí toda la responsabilidad política que se derive del movimiento y de la insurrección victoriosa de Asturias.” (Tres años de lucha, José Díaz)
Bajo su dirección el partido comunista asumió la política de los movimientos de liberación nacional y colonial del estado por lo que en 1935 la Federación Comunista de Euskadi se constituyó en el Partido Comunista de Euskadi.
“Hasta el momento presente, ha sido el partido comunista de España el único que con su programa de liberación nacional y social, ha luchado por el derecho de autodeterminación de las nacionalidades oprimidas, incluso hasta su separación política del estado español. Consecuentes con esta política, la Internacional Comunista y el Partido Comunista de España, de acuerdo con los comunistas de Cataluña, procedieron a la constitución del Partido Comunista de Cataluña, que ha logrado ya serios éxitos en la lucha por la liberación nacional y social del pueblo catalán. La constitución del partido comunista de Euskadi es, pues, la confirmación de la política de liberación nacional y social de nuestro partido hermano de España y de la internacional comunista.” (Acta de fundación de los comunistas vascos, 1935)
“La necesidad de consolidar la victoria del 16 de febrero y de afianzar el régimen democrático ordena imperiosamente que se dé satisfacción a las reivindicaciones nacionales de Catalunya, Euskadi y Galicia. No puede haber una democracia ni una república sólidas, no puede haber una solida alianza entre los pueblos de España, si la desigualdad nacional subsiste. Solo acabando con esta desigualdad y reconociendo el derecho de todas las minorías nacionales a determinar libremente sus destinos, así como el derecho de Marruecos a librarse del yugo colonial, se creará una base de confianza mutua y una firme solidaridad entre estos pueblos y los del resto de España.” (Tres años de luchas, José Díaz)
En el verano de 1935 participó en el VII Congreso de la Internacional Comunista, en el que el movimiento comunista internacional dio un viraje histórico de táctica ante la aparición del fascismo. Este cambio de táctica se basó en que los partidos comunistas impulsasen la creación de frentes populares antifascistas con todas las fuerzas progresistas de los distintos países.
El partido comunista asumió esta táctica:
Promovió la creación de una única central sindical que se materializo en la fusión de la CGTU y la UGT y que buscó la fusión con la CNT, que a pesar de no materializarse, si que supuso que los anarquistas votasen en las elecciones del 16 de febrero de 1936. Promovió la coalición electoral de todos los partidos obreros y republicanos de izquierda que se materializo en la creación del frente popular. Promovió las alianzas obreras y campesinas, y promovió la creación del partido único del proletariado que se materializó en la unificación de la juventud socialista y la juventud comunista en la juventud socialista unificada, en la constitución del Partit Socialista Unificat de Catalunya y en el acercamiento momentáneo, entre el ala izquierda del PSOE y el PCE.
José Díaz siguió siendo el secretario general durante toda la guerra, aunque en ciertos momentos tuvo que ser delegado por su enfermedad, hasta que en 1938 partió definitivamente a la unión soviética para ser operado, dónde falleció en 1942 en la capital de la RSS de Georgia, Tiflis. En 1937, a cinco años del comienzo de su dirección, el partido comunista paso de ser, un partido que apenas consiguió un diputado en 1931, a ser el partido más grande del país con 300000 militantes y unas juventudes de 250000 militantes. Sin duda José Díaz demostró ser un experto de la táctica de tipo leninista, sabiendo adaptar la táctica de partido a cada momento concreto, adelantándose siempre a los acontecimientos venideros.
Desde IC queremos reivindicar a José Díaz como el máximo líder del comunismo, del proletariado y del campesinado español.
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