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    Sobre la nueva corriente maoísta de moda: los «reconstitucionalistas»

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    Mensaje por Enver19 Vie Mayo 18, 2018 1:45 am

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    «Nos resulta especialmente graciosa esta nueva moda maoísta de los «reconstitucionalistas». ¿Qué es este movimiento? Una unión de grupos provenientes del brezhnevista PCPE, de los fracasados proyectos maoístas y los salones intelectuales. Sus grupos han sido expresiones online como Nueva Praxis, Revolución o Barbarie Movimiento Antiimperialista Internacional (MAI) hasta que han decidido juntarse en el llamado órgano teórico «Línea Proletaria» y formar parte conjunta del presunto órgano político «Comité por la Reconstitución». A partir de entonces parece que ya ha hecho efecto la «lucha de dos líneas» maoístas y han empezado a escindirse y disgregarse rápidamente.

    Esta corriente quizás es la corriente más caricaturesca del maoísmo, se podría decir algo así como que son la personificación real de aquellos jóvenes ficticios que salían en la película La Chinoise de Jean-Luc Godard publicada en 1967 que creían en Mao a base de fe ciega, sin pararse lo más mínimo a analizar nada, achacando a sus adversarios los mismos defectos que ellos profesaban. Aquellos jóvenes que aprendían como loros las citas arregladas y poéticas del Libro Rojo de Mao como si del Oráculo de Delfos se tratase, repetían constantemente aquello de «superar el dogmatismo de la época de Stalin» uno que solo habían conocido más que por la propaganda aprendida de la Revolución Cultural, unos jóvenes acomodados que charlaban a menudo entre ellos de la necesidad de cometer atentados terroristas en las universidades o contra los representantes del imperialismo, como si esto fuera el súmmum de lo revolucionario. Por desgracia nuestros maoístas modernos de esta rama llamada reconstitucionalista son personajes de carne y hueso.

    Los reconstitucionalistas se ganaron a otras organizaciones maoístas en el momento de su decadencia diciendo, por ejemplo, que las limitaciones del PCE (r) se originan en su economicismo, espontaneismo, terrorismo y falta de ligazón con las masas, ahí no les falta razón, pero fallan en su diagnóstico sobre el origen de estas desviaciones, cuando en su fanatismo maoísta lo achacan todo a «las limitaciones del ciclo de Octubre», para ellos en realidad todo grupo está poco maoizado, ellos se elevan por encima de estos presuntos fallos históricos de los «stalinistas, dimitrovistas y hoxhistas», incluso presentándose a veces no como maoístas, sino también como superadores de los errores del maoísmo, pero finalmente es un maoísmo disfrazado, ya que todas las experiencias y figuras que tienen como referencia y panacea lo son.

    En nuestra firme opinión el problema en grupos como el PCE (r) reside más bien en no haber asimilado nada del «ciclo de Octubre» abierto desde 1917, porque si algo hubiesen aprendido de los axiomas del marxismo-leninismo no hubieran sido maoístas.

    Para más inri los reconstitucionalistas nos presentan como panacea a los problemas del PCE (r) las tesis del «Presidente Gonzalo» y Sendero Luminoso; si señores, aquellos maoístas conocidos por asumir todo el núcleo central de las tesis revisionistas de Mao, esos que particularmente se hicieron famosos por colocar coches-bomba en las calles de Lima, de cometer asesinatos selectivos al estilo anarquista y creer que estaban «haciendo la revolución», aquellos que alcanzaron notoriedad en el país andino por acometer matanzas indiscriminadas de trabajadores como «represalias»: lo que precisamente debido a esta incapacidad de persuadir a los campesinos para su causa éstos últimos acabaron formando las famosas «rondas» de campesinos armados contra ellos. Ese mismo todopoderoso líder que lleva años y años pidiendo una «solución política» basada en la «amnistía general» y la «reconciliación nacional» como se ha demostrado en mil documentos salidos a la luz y que los reconstitucionalistas se niegan a reconocer, ese líder que ha dado la directiva de aceptar la constitución peruana y confluir con los movimientos reformistas y parroquiales. ¿Nos pretendeís plantear como Profeta de la Revolución a este patán que ya ha sido desmontando por sus propias confesiones y las de su círculo cercano?

    Curiosamente los reconstitucionalistas nos proponen que para superar a un grupo como el PCE (r) nos fijemos en la línea seguida por otro grupo que ha cometido los mismos errores e incluso otros mayores: como es Sendero Luminioso. Es decir nos proponen salir de Guatemala para ir a Guatepeor. ¡Genial! ¿¡Tantos «cuidadosos análisis» durante estos años de reflexión tras la salida de muchos de ellos de las entrañas del brezhnevista PCPE para recomendarnos como panacea seguir al zoquete de Gonzalo!? ¿En serio? ¿A este «revolucionario» que pasó de aventurero terrorista a reformista socialdemócrata? ¿Eso es todo lo que se os ocurre como nueva mercancía revisionista?

    Los reconstitucionalistas nos proponen además como modelo del partido revolucionario el maoísta, con su teoría de la «lucha de dos o varias líneas» en su seno que como se ha demostrado históricamente por el propio desenvolvimiento del Partido Comunista de China (PCCh) este modelo maoísta no ha sido más que un modelo fraccionalista de tipo trotskista-socialdemócrata, y así lo han sabido en sus carnes todos los partidos que lo han adoptado como el PCE (r) al hacerle el seguidismo a este modelo menchevique de organización.

    Los reconstitucionalistas nos ponen de gran referencia a estudio la «Revolución Cultural» de China, la cual como vimos en el histórico apoyo seguidista del PCE (r) a la misma, fue un fraude del que todavía produce vergüenza pensar en sus eslóganes y fórmulas organizativas ridículas. Este fenómeno que fue vendido siempre al exterior como «gran triunfo de los revolucionarios chinos contra el revisionismo», no hizo sino continuar prolongando las desviaciones antiguas del revisionismo chino y de crear otras nuevas.

    Por otro lado los reconstitucionalistas nos traen a la palestra las tesis anarcoides y luxemburguistas de Ernst Thälmann, vamos, que no han aprendido nada de las reflexiones que Dimitrov y Stalin hicieron a las tesis erradas de la Komintern durante ese periodo –como puede verse en el intercambio de cartas de 1934-1948–. Estas gentes son como el esperpéntico revisionista thälmanniano alemán Wolfgang Eggers o el dengxiaopista australiano Edward Hill: unos calumniadores de la línea del frente popular y de las luchas de los partidos comunistas de aquella época así como sus figuras, algo que hacen convencidos que, desprestigiando sin pruebas a otros refuerzan propia línea en una maniobra megalómana digna del peor trotskismo. En realidad los movimientos reconstitucionalistas y los movimientos thälmannianos como el de Eggers comparten un mismo rasgo: por suerte sus proclamas no pasan de ser «partidos» fantasma sin presencia ni influencia entre las masas. Sus ideas están de capa caída frente a la evidencia histórica y la abundante información que refuta sus idioteces no les deja avanzar, pero eso no quita que estas ideas deban ser combatidas para que no enraícen de nuevo entre los revolucionarios más avanzados.

    Repetimos. Todo esto es la receta de los reconstitucionalistas, su panacea para «superar el momento de reflujo del movimiento comunista». ¡Cómicas soluciones cuanto menos! Adorables. ¿Cómo era el dicho? Es peor el remedio que la enfermedad. Han tenido «duros años» de charlas y reflexiones en las cafeterías de las universidades y en los salones para traernos esta bazofia ya refutada por la historia.

    El definirse «reconstitucionalista», o de cualquier otra rama maoísta, ya no tiene excusa. En los años 60 se podía ser maoísta bajo la excusa de falta de información y documentación, pero hoy en día no es posible debido a la completa disponibilidad de documentación de la época y a la repercusión de los actos históricos contrarrevolucionarios del maoísmo con las luchas de los pueblos.

    En pleno siglo XXI solo los más simples y seguidistas pueden continuar en la senda maoísta, pues como hemos visto las obras originales y retocadas de Mao Zedong son un atentado teórico contra el marxismo-leninismo, recogen los epítetos más infames contra Stalin, se da apoyo expreso a la CEE y la OTAN, además, eran frecuentes las reuniones y las amistades de los maoístas con revisionistas como Carrillo, dictadores militares como Mobutu, financiando a fascistas como Pinochet, haciendo negocios con banqueros como Rockefeller, todo ello revelado en las actas de las reuniones con Ford, Kissinger y Nixon, más los documentos chinos y los desclasificados de la CIA al respecto.

    Ahora, no es que el problema sean los «límites del ciclo de Octubre», los límites son la herencia premarxista y antimarxista en el pensamiento de Mao Zedong a la hora de estructurar esa ideología ecléctica llamada maoísmo.

    El mito del maoísmo hace tiempo que falleció, solamente quedan revisionistas empecinados en pasear su cadáver ideológico que huele a oportunismo y que todo revolucionario sabe que de seguir cargando con él es sinónimo de fracasos.

    En especial los grupúsculos maoístas «reconstitucionalistas» de España no se habrán enterado que Carrillo comentaba alegre en 1957 que se fijaba mucho en Mao para constituir su proyecto de «socialismo multipartidista» en «alianza con la burguesía como parte del pueblo» y «bajo un tránsito pacífico» de «reeducación paulatina de los elementos burgueses». ¿Sabrán esto? Seguro que no. Y seguro que no quieren buscar información sobre esto pese a que la [tienen], y cuando la encuentren buscarán cualquier excusa para salvar a su ídolo de barro.

    Curiosamente el periódico del Partido Comunista de España «Nuestra Bandera», dirigido por Santiago Carrillo, en su edición Nº 17 de septiembre de 1957, publicaba como artículo la obra de Mao Zedong: «Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo» del 27 de febrero de 1957, un clásico sin duda del revisionismo chino donde los haya, y no sólo en su versión original, sino también en su versión «retocada» y liberada para las Obras Escogidas del Tomo V de Mao Zedong en 1977.

    Muestra del gran interés de los revisionistas españoles en rescatar los «aportes» revisionistas de esta obra de Mao Zedong es el artículo de Santiago Carrillo: «Sobre la burguesía nacional en China» de 1957, o su otro artículo: «Sobre una singularidad de la revolución china: la alianza de los capitalistas nacionales con el proletariado» de 1957 también». (Equipo de Bitácora (M-L); Estudio histórico sobre los bandazos oportunistas del PCE(r) y las prácticas terroristas de los GRAPO, 30 de junio de 2017)


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