SOCIO-LIBERALISMO, SOCIAL-DEMOCRACIA, ESTALINISMO Y OTROS SUCEDÁNEOS DEL “SOCIALISMO GENUINO. (Parte I /5)
La socialdemocracia ha girado a la derecha asumiendo los postulados del socio-liberalismo, cuyo ejemplo más reciente lo encontramos en Albert Rivera (C’s), flamante líder apoyado por el Ibex-35 y el imperialismo mundial, que renunció a la etiqueta “socialdemócrata” que aparecía en su anterior programa, pretendiendo robarle los votantes al PP, quedando claro su oportunismo y sus mentiras, pues siempre ha sido un liberal con bastantes tics derechistas y falangistas, como buen aprendiz de la ultraderecha, desde que estuvo afiliado a las NNGG del P.P.
Con la huida de muchos de los llamados “socialdemócratas” hacia la derecha, abrazando la doctrina más ultra del “socio-liberalismo”, cumpliendo la hoja de ruta trazada por la clase dominante a la que han servido, aún intentan ser fieles con el poder, como hemos visto a Macron en Francia, Trudeau en Canadá, Blair en Gran Bretaña y sobre todo el reciente caso de “Catalogne: Le parti d’extrema droîte C’s propose à Manuel Valls d’être candidat à Barcelone” (El partido de extrema derecha C’s propone a M. Valls ser candidato en Barcelona). Esa deriva a la derecha en toda Europa es similar a la nueva corriente no declarada surgida en el PSOE, renunciando a la socialdemocracia y declarando que ya no son ni de izquierdas ni de centro ni de derechas, que también ha contagiado a un sector de Podemos y otras corrientes políticas del reformismo y el populismo.
Con esos giros al centro de algunos, y otros totalmente a la derecha, queda claro que son defensores del neoliberalismo, los mismos que han claudicado ante las presiones y que se decían representantes de las izquierdas, por lo que es necesario debatir sobre qué es el “socialismo genuino” y la “verdadera democracia”, para diferenciar esos sucedáneos en manos de tanto oportunista y mentirosos que confunden a la clase trabajadora, con el objetivo de captar votos y perpetuar en el poder a la clase dominante.
Iniciaremos este debate al que quedan todas y todos invitados, con una primera parte que comienza con el análisis de lo que representa el sectarismo y el oportunismo, que la mayoría de las veces son la cara y la cruz de una misma moneda. Hemos dividido esta iniciación al debate en cinco apartados, para mejor digerir, analizar y debatir la dramática situación a las que nos están conduciendo tales actitudes personalistas de esos líderes de una izquierda fluctuante que parecen haber perdido el rumbo, la ética o ambas cosas a la vez.
Contra el Oportunismo y el Sectarismo:
Existe en la izquierda una enorme cantidad de grupos sectarios y oportunistas que se reclaman del socialismo en todas sus variantes, pero la mayoría de ellos, están dirigidos por compañeros que desconocen, han olvidado o han tergiversado el método, las ideas, la estrategia y la táctica que puede conducir a la clase trabajadora a la toma del poder y construir una nueva sociedad genuinamente socialista y verdaderamente democrática, como alternativa global al sistema capitalista, que en su fase imperialista multinacional ha entrado en un estancamiento tras 10 años de crisis y se perfila una recaída de la recesión que incluso a largo plazo, pone en peligro la especia humana sobre el planeta, por la explotación, la especulación y la depredación de los recursos naturales, el Medio Ambiente, las materias primas y el frenazo a la investigación y al desarrollo.
Cualquier recaída de la economía mundial, con la guerra comercial detrás de la puerta, por el “nacionalismo económico” que está planteando Trump, golpeará duramente a la economía española, sostenida sobre el sector Turismo, mucho más débil y con recursos públicos mucho más raquíticos que los países más avanzados. Para millones de trabajadores y pobres esa endeble recuperación de Rajoy no ha supuesto ninguna mejora sustancial. Los dirigentes sindicales, en vez de defender los intereses de la clase trabajadora pasando a la ofensiva para recuperar lo perdido durante la crisis y la rapiña de sus recortes y estafas de la burguesía, siguen anclados en la desmovilización y el pacto sin contenidos, lo que es la clave de los beneficios de banqueros y capitalistas y la terrible precariedad, desigualdad y bajos salarios a la que nos ha conducido la política liberal del PP.
La burguesía insiste en la muerte del marxismo, pero para algunas corrientes críticas, el materialismo dialéctico representa una herencia preciosa que debemos seguir desarrollando a la vez que animamos a los jóvenes y a la clase trabajadora en general a que lean a los clásicos, aunque en realidad no podemos tomarlos como un esquema acabado del proceso histórico, sino que es preciso adaptarlos a la realidad concreta, para transformarla en favor de la clase trabajadora, los pobres y las clases menos favorecidas.
Es necesario reconocer que debido a las desviaciones del estalinismo y a la deriva hacia la derecha del reformismo socialdemócrata, los verdaderos marxistas, quedaron prácticamente aislados en pequeños grupos diseminados, siendo atacados principalmente por el capitalismo, pero también por el estalinismo y la socialdemocracia.
Remontándonos en la historia sabemos que terminada la II Guerra Mundial, salieron fortalecidas las corrientes estalinistas y en cierta medida la II Internacional socialdemócrata también, pues ante el miedo de la burguesía a la revolución, infiltró y utilizó a los dirigentes reformistas para que actuasen de cortafuego, otorgando algunas mejoras a los trabajadores para contrarrestar los avances que experimentaba la URSS que se había convertido en un polo de atracción para los obreros del mundo.
Pero ni los estrategas del estalinismo ni los reformistas socialdemócratas fueron capaces de comprender los acontecimientos internos y las luchas sociales que el proceso histórico hizo imparables e inevitables, incrementándose el desarrollo de los Estados estalinizados en el Este de Europa, que se convirtieron en estados bonapartistas obreros deformados y degenerados, que la burguesía empezó a llamar del “socialismo real”, cuando en realidad se estaba dando desde hacía años una contra-revolución que caminaba hacia el capitalismo, si no se producía una revolución política donde los trabajadores interviniesen implantando el control obrero y la planificación democrática, pero el proceso se produjo a la inversa asumiendo la burocracia corrupta el modelo capitalista del que estaban más cercano.
Mucho antes de esa implosión, las revoluciones que ocurrieron posteriormente a 1944 con los acontecimientos de Grecia, las Revoluciones en China y Cuba, junto con otros cambios similares que se estaban dando en otras zonas e incluso en el posterior Mayo francés del 68, no fueron previstas por ninguna fuerza política con garantías de llevarlas a buen puerto, por la incapacidad burocrática de sus direcciones y su sumisión al capitalismo, en el abrazo del oso que representó la guerra fría, donde los estalinistas y los socialdemócratas negaban la posibilidad de avanzar al verdadero socialismo democrático y autogestionario.
La confirmación más clara de la bancarrota de la dirección estalinista se dio en la Revolución de los claveles de Portugal, donde el PCP que tuvo todo el poder en sus manos, fue incapaz de desarrollar un plan que concediese el poder y la autogestión de las empresas a los trabajadores y colaboraron en deshacer la reforma agraria que se había llevado a cabo en la práctica por las propias masas de los campesinos y jornaleros, y con la participación activa de la dirección del PCP procedieron a la devolución de los latifundios y de las empresas a los capitalistas.
En los textos de los clásicos del marxismo la interrelación entre el llamado factor subjetivo y los factores objetivos ocupan bastantes libros. Una de las principales conclusiones es la necesidad de una Internacional marxista, debido a la disolución de la I Internacional de Marx y Bakunin, al sometimiento de la II a sus burguesías respectivas aprobando los créditos de guerra y…/...
(…/… Continuará mañana con la Parte 2 de 5).
ÁREA DE COMUNICACIÓN
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA-PSOE. A
La socialdemocracia ha girado a la derecha asumiendo los postulados del socio-liberalismo, cuyo ejemplo más reciente lo encontramos en Albert Rivera (C’s), flamante líder apoyado por el Ibex-35 y el imperialismo mundial, que renunció a la etiqueta “socialdemócrata” que aparecía en su anterior programa, pretendiendo robarle los votantes al PP, quedando claro su oportunismo y sus mentiras, pues siempre ha sido un liberal con bastantes tics derechistas y falangistas, como buen aprendiz de la ultraderecha, desde que estuvo afiliado a las NNGG del P.P.
Con la huida de muchos de los llamados “socialdemócratas” hacia la derecha, abrazando la doctrina más ultra del “socio-liberalismo”, cumpliendo la hoja de ruta trazada por la clase dominante a la que han servido, aún intentan ser fieles con el poder, como hemos visto a Macron en Francia, Trudeau en Canadá, Blair en Gran Bretaña y sobre todo el reciente caso de “Catalogne: Le parti d’extrema droîte C’s propose à Manuel Valls d’être candidat à Barcelone” (El partido de extrema derecha C’s propone a M. Valls ser candidato en Barcelona). Esa deriva a la derecha en toda Europa es similar a la nueva corriente no declarada surgida en el PSOE, renunciando a la socialdemocracia y declarando que ya no son ni de izquierdas ni de centro ni de derechas, que también ha contagiado a un sector de Podemos y otras corrientes políticas del reformismo y el populismo.
Con esos giros al centro de algunos, y otros totalmente a la derecha, queda claro que son defensores del neoliberalismo, los mismos que han claudicado ante las presiones y que se decían representantes de las izquierdas, por lo que es necesario debatir sobre qué es el “socialismo genuino” y la “verdadera democracia”, para diferenciar esos sucedáneos en manos de tanto oportunista y mentirosos que confunden a la clase trabajadora, con el objetivo de captar votos y perpetuar en el poder a la clase dominante.
Iniciaremos este debate al que quedan todas y todos invitados, con una primera parte que comienza con el análisis de lo que representa el sectarismo y el oportunismo, que la mayoría de las veces son la cara y la cruz de una misma moneda. Hemos dividido esta iniciación al debate en cinco apartados, para mejor digerir, analizar y debatir la dramática situación a las que nos están conduciendo tales actitudes personalistas de esos líderes de una izquierda fluctuante que parecen haber perdido el rumbo, la ética o ambas cosas a la vez.
Contra el Oportunismo y el Sectarismo:
Existe en la izquierda una enorme cantidad de grupos sectarios y oportunistas que se reclaman del socialismo en todas sus variantes, pero la mayoría de ellos, están dirigidos por compañeros que desconocen, han olvidado o han tergiversado el método, las ideas, la estrategia y la táctica que puede conducir a la clase trabajadora a la toma del poder y construir una nueva sociedad genuinamente socialista y verdaderamente democrática, como alternativa global al sistema capitalista, que en su fase imperialista multinacional ha entrado en un estancamiento tras 10 años de crisis y se perfila una recaída de la recesión que incluso a largo plazo, pone en peligro la especia humana sobre el planeta, por la explotación, la especulación y la depredación de los recursos naturales, el Medio Ambiente, las materias primas y el frenazo a la investigación y al desarrollo.
Cualquier recaída de la economía mundial, con la guerra comercial detrás de la puerta, por el “nacionalismo económico” que está planteando Trump, golpeará duramente a la economía española, sostenida sobre el sector Turismo, mucho más débil y con recursos públicos mucho más raquíticos que los países más avanzados. Para millones de trabajadores y pobres esa endeble recuperación de Rajoy no ha supuesto ninguna mejora sustancial. Los dirigentes sindicales, en vez de defender los intereses de la clase trabajadora pasando a la ofensiva para recuperar lo perdido durante la crisis y la rapiña de sus recortes y estafas de la burguesía, siguen anclados en la desmovilización y el pacto sin contenidos, lo que es la clave de los beneficios de banqueros y capitalistas y la terrible precariedad, desigualdad y bajos salarios a la que nos ha conducido la política liberal del PP.
La burguesía insiste en la muerte del marxismo, pero para algunas corrientes críticas, el materialismo dialéctico representa una herencia preciosa que debemos seguir desarrollando a la vez que animamos a los jóvenes y a la clase trabajadora en general a que lean a los clásicos, aunque en realidad no podemos tomarlos como un esquema acabado del proceso histórico, sino que es preciso adaptarlos a la realidad concreta, para transformarla en favor de la clase trabajadora, los pobres y las clases menos favorecidas.
Es necesario reconocer que debido a las desviaciones del estalinismo y a la deriva hacia la derecha del reformismo socialdemócrata, los verdaderos marxistas, quedaron prácticamente aislados en pequeños grupos diseminados, siendo atacados principalmente por el capitalismo, pero también por el estalinismo y la socialdemocracia.
Remontándonos en la historia sabemos que terminada la II Guerra Mundial, salieron fortalecidas las corrientes estalinistas y en cierta medida la II Internacional socialdemócrata también, pues ante el miedo de la burguesía a la revolución, infiltró y utilizó a los dirigentes reformistas para que actuasen de cortafuego, otorgando algunas mejoras a los trabajadores para contrarrestar los avances que experimentaba la URSS que se había convertido en un polo de atracción para los obreros del mundo.
Pero ni los estrategas del estalinismo ni los reformistas socialdemócratas fueron capaces de comprender los acontecimientos internos y las luchas sociales que el proceso histórico hizo imparables e inevitables, incrementándose el desarrollo de los Estados estalinizados en el Este de Europa, que se convirtieron en estados bonapartistas obreros deformados y degenerados, que la burguesía empezó a llamar del “socialismo real”, cuando en realidad se estaba dando desde hacía años una contra-revolución que caminaba hacia el capitalismo, si no se producía una revolución política donde los trabajadores interviniesen implantando el control obrero y la planificación democrática, pero el proceso se produjo a la inversa asumiendo la burocracia corrupta el modelo capitalista del que estaban más cercano.
Mucho antes de esa implosión, las revoluciones que ocurrieron posteriormente a 1944 con los acontecimientos de Grecia, las Revoluciones en China y Cuba, junto con otros cambios similares que se estaban dando en otras zonas e incluso en el posterior Mayo francés del 68, no fueron previstas por ninguna fuerza política con garantías de llevarlas a buen puerto, por la incapacidad burocrática de sus direcciones y su sumisión al capitalismo, en el abrazo del oso que representó la guerra fría, donde los estalinistas y los socialdemócratas negaban la posibilidad de avanzar al verdadero socialismo democrático y autogestionario.
La confirmación más clara de la bancarrota de la dirección estalinista se dio en la Revolución de los claveles de Portugal, donde el PCP que tuvo todo el poder en sus manos, fue incapaz de desarrollar un plan que concediese el poder y la autogestión de las empresas a los trabajadores y colaboraron en deshacer la reforma agraria que se había llevado a cabo en la práctica por las propias masas de los campesinos y jornaleros, y con la participación activa de la dirección del PCP procedieron a la devolución de los latifundios y de las empresas a los capitalistas.
En los textos de los clásicos del marxismo la interrelación entre el llamado factor subjetivo y los factores objetivos ocupan bastantes libros. Una de las principales conclusiones es la necesidad de una Internacional marxista, debido a la disolución de la I Internacional de Marx y Bakunin, al sometimiento de la II a sus burguesías respectivas aprobando los créditos de guerra y…/...
(…/… Continuará mañana con la Parte 2 de 5).
ÁREA DE COMUNICACIÓN
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA-PSOE. A