La separación entre comunistas

Creo que todos los camaradas somos conscientes de esto y es que estos enfrentamientos entre, por ejemplo, estalinistas y trotskistas (los que yo más he observado), son ya casi rutinarios.
Yo personalmente no me llego a convencer de que crear brechas (aún más) entre el comunismo sea beneficioso y aunque considero que, por ejemplo, el trotskismo no es la mejor corriente tampoco creo que debamos repudiarnos pues uno de nuestros grandes problemas cómo colectivo es que estamos muy separados, tanto el comunismo cómo el resto de la izquierda, a tal punto que no podemos combatir a ningún enemigo con un mínimo de unidad a día de hoy.
A esto se le suma la gran variedad de partidos con diferencias que no son realmente tan importantes y que unidos serían mucho más potentes.
Dado que este tema me parece sumamente interesante abro este debate y además dejo un sondeo para conocer vuestra opinión.
Un abrazo camardas

El comunismo está tan dividido porque es una corriente cuyos adeptos están más politizados que en otras ideologías. También está tan dividido porque es muy longevo, y bebe del deseo de monopolización de la economía por un Estado que se hace llamar proletario, en vez de por el proletariado mismo, error propio de los siglos XIX y XX, pero no del XXI, y que el propio Marx corrigió en sus últimos años de vida tras la Comuna de París. Éstos estatistas, falsos comunistas, y cuyas propuestas, sea concienzudamente o no, no llevan a la socialización de los medios de producción, sino al establecimiento de una nueva clase dominante que sustituye a los capitalistas, el Estado, fueron los que resultaron victoriosos tras 1917, quedando sus ideales despóticos como referentes de cualquiera que empieza en esto del comunismo. De ahí surge la principal controversia: elegir entre el control obrero o el control del Estado (opción que se hizo más famosa y referente del comunismo a nivel mundial por el poder de las armas).
Dentro de los que preferían el Estatismo surgieron disputas y rivalidades, como entre Stalin y Trotski, pero no os engañéis, Trotski era tan estatista como el que más, y sólo se apoyó en quienes deseaban un verdadero control obrero tras su persecución por Stalin, con una visión claramente tacticista, comparable al apoyo de Isabel II a los liberales contra un enemigo común: los carlistas.
Entiendo que la mayoría de los comunistas sean (mayoritariamente sin saberlo) defensores del estatismo, pues fue esta tendencia la que por el triunfo de las armas salió victoriosa y eclipsó por completo a los verdaderos defensores del proletariado.

Abogo por la unidad y me gustaría formar parte de un partido comunista unificado, democrático y asambleario, donde quepan todos los que deseen la supresión de las clases sociales y la explotación, como es mi caso, aunque tengan opiniones distintas a las mías.

El tema que cuando ni se sabe la diferencia entre Stalinismo (mal llamado) o trotkismo y se pide la unión es poco serio. Es practicamente no entender el marxismo

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sumkinplan41 escribió:El comunismo está tan dividido porque es una corriente cuyos adeptos están más politizados que en otras ideologías.

Si se repasan los programas de distintos partidos comunistas, en un mismo país o en varios, lo que se verá es una similitud muy importante.
A hechos prácticos proponen: en economía nacionalizar, en ecología antinuclear, en pobreza reparto de los recursos, en defensa/ejército antiOTAN, en género o bien RADFEM o feminismo marxista, en discriminación no discriminar etc... .

Las 2 corrientes principales ( que no 10 o 12) son: los negacionistas del leninismo y los no negacionistas.
El hecho de que en España haya más de 5 partidos comunistas y al menos 2 internacionales comunistas lo que refleja es sectarismo, politización más bien poca.

Yo abogo por la unidad, pero una unidad constructiva, nacida en base del debate entre las organizaciones o partidos comunistas para (Re)Construir el Partido Comunista (dependiendo del país). Si nos juntásemos todos los comunistas en un único partido, así de buenas, al final acabarían todos desperdigados por ahí.

Habría que definir primero qué se entiende por "la izquierda". Si dentro de ese grupo se consideran a las fuerzas políticas que buscan un capitalismo más humano, con inclusión social y que respete el medio ambiente, definitivamente no puede existir entendimiento alguno con ellas más que en circunstancias muy concretas.

Buensaludo.

Si hablásemos de diferencias irrelevantes, creo que evidentemente no se llegaría a una fragmentación notable en la interpretación del Comunismo de cada individuo. Sobre todo, es notable en las morales y cualquier doctrina psicológica que persiga uno mismo. El nivel de conocimiento conlleva a una etapa filosófica por reflexión, por lo que asumo que somos bastante empiricistas para que muchos lleguen a resoluciones lo menos diferentes posibles.
Si existen diferencias, es porque hay un fallo comunicativo e interpretativo sea las condiciones en las que cada emisor / receptor posee.

Apoyo la unidad por ser sencillamente la condición más apta en la cual los métodos son ejecutados con las eficacia, sean correctos o incorrectos, deben ser corregidos de la forma en la cual la sociedad lo considere más apropiada e informada posible.

Cheers.

UNIDAD SIEMPRE. Eso si, quienes traicionen o se autoexcluyan en posiciones altermundistas o sociocapitalistas, no puede llevar entadartes ni postulados socialistas. Ejemplo: IU la semana pasada [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Hay lineas demasiado antagónicas y naturalmente irreconciliables dentro del comunismo. Hasta es difícil considerar alianzas estratégicas. De hecho, veo cada vez nuevas divisiones y subdivisiones, corrientes marginales que por cuestiones conceptuales, aunque sean irrisorias, son causantes de la fragmentación del partido. 
 Si al menos los partidos comunistas pudieran definir una agenda en común, y en principio una estrategia meramente electoral, seria un paso importante. Pero no lo veo ni cerca eso, pesa mas el egoísmo, el idealismo y las utopías, que el deseo de empezar a construir (o al menos intentarlo) una estructura de partido que pueda disputarle parte del poder a los partidos tradicionales.