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    La trampa de la diversidad

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    La trampa de la diversidad Empty La trampa de la diversidad

    Mensaje por DP9M Dom Jul 22, 2018 2:15 pm

    Ahora se reivindica la diferencia sin darnos cuenta de que se puede estar defendiendo la desigualdad



    Acaba de ser publicado el libro del periodista Daniel Bernabé La trampa de la diversidad. Cómo el neoliberalismo fragmentó la identidad de la clase trabajadora. Es de rabiosa actualidad, e incluso, Alberto Garzón ha escrito un artículo criticándolo de una manera furibunda y acusándolo de que tras su lectura no ha llegado a entender la tesis defendida. Yo discrepo de Garzón. La tesis es tan clara como el agua cristalina. La diversidad, la cuestión identitaria, las diferencias han servido como camuflaje de la desigualdad. ¿De qué escriben los columnistas de la izquierda? De la ideología de género. Leemos denuncias y análisis sobre feminismo, acoso, machismo y temas similares. De animalismo, los toros, y los derechos de las mascotas. De los derechos de los gays, lesbianas, transexuales y bisexuales. De la memoria histórica. De temas medioambientales. Todas estas luchas son totalmente legítimas, necesarias e imprescindibles aduce Daniel Bernabé, pero ese activismo, esas luchas por cosas concretas y diversas han eclipsado la lucha por la emancipación de la clase obrera o la mejora de las condiciones de la mayoría de la población, que es una labor colectiva. Estas reivindicaciones por la diversidad tienen a veces el grave problema de competir entre ellas, además de algunas contradicciones, como, por ejemplo, sucumbir ante el modelo neoliberal, tal como acabamos de constatar con la Jornada por el Orgullo Gay en Madrid, que es un gran negocio.

    Mas, todo tiene un porqué. Desde los años 60 se produjo un repliegue ideológico, que supuso el abandono de la lucha colectiva para entregarnos con auténtico frenesí a la individualidad. La gran trampa o invento de la diversidad es convertir nuestra individualidad en aparente lucha política, activismo social y movilización. La lucha deja de ser colectiva para ser manifestación de diversidad, pero una diversidad llevada hasta el límite, es decir, individualidad. En inglés, unequal quiere decir «desigual». Antes, quienes luchaban por una sociedad más justa combatían la desigualdad. El nuevo giro, denunciado por Daniel Bernabé, es que unequal también significa «diferente». Ahora se reivindica la diferencia sin darnos cuenta de que tras ella se puede estar defendiendo lo que antes se combatió: la desigualdad, unequal. Esto supo hacerlo muy bien el neoliberalismo, y una de sus más genuinas representantes, Margaret Thatcher, destruyendo la lucha colectiva y fomentando el individualismo. Esa ha sido y sigue siendo la gran trampa del neoliberalismo: el haber fragmentado la identidad de la clase obrera.

    Este viraje ideológico de reivindicación del individualismo frente a lo colectivo en las décadas de los 60 y 70 lo expresa muy bien Tony Judt en su libro Algo va mal. La nueva izquierda y su base mayoritariamente joven, rechazaba el colectivismo de sus predecesores. Para estos había sido muy evidente que justicia, igualdad de oportunidades y seguridad económica eran objetivos comunes, que sólo podían alcanzarse por medio de la acción colectiva. La generación siguiente veía las cosas de manera muy diferente. Lo que unió a la generación de los 60 no fue el interés de todos, sino las necesidades y derechos de cada uno. El individualismo se convirtió en la consigna izquierdista del momento. «Prohibido prohibir», «haz lo que quieras» son objetivos muy atractivos, pero son fines exclusivamente privados, no de bienes públicos. Todo desembocó en una suma de reivindicaciones individuales a la sociedad y al Estado. La identidad empezó a colonizar el discurso público: la identidad individual, la sexual, la cultural. Estaba abierto el camino a la fragmentación de la política radical. Reconociendo la legitimidad de las reivindicaciones individuales y la importancia de sus derechos, darles prioridad tiene un precio: se debilita el sentido de un propósito colectivo.

    Ernesto Laclau, Chantal Mouffe advirtieron ya en 1985 del peligro de la imposición de esta hegemonía neoliberal en su libro Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia. Si la lucha política es siempre la confrontación de diferentes proyectos hegemónicos, el proyecto de la izquierda si quiere alcanzar la hegemonía es la «democracia radical y plural», una radicalización de las instituciones democráticas existentes para hacer efectivas la libertad y la igualdad. El gran reto para la izquierda, dijeron, era articular las nuevas reivindicaciones de los movimientos feministas, antirracistas, homosexuales, ecologistas… con las de clase. De ahí el concepto de «cadena de equivalencias». Frente a la separación total entre movimientos defendida por algunos filósofos posmodernos, la izquierda debe establecer una cadena de equivalencias entre esas luchas diferentes para que, cuando los trabajadores definan sus reivindicaciones, no olviden las de los otros movimientos. Y a la inversa. Las advertencias de Laclau y Mouffe de nada sirvieron y por eso estamos donde estamos.

    La conclusión es clara. La clase trabajadora no está enojada porque la izquierda reivindique cosas. Está enojada porque tiene la sensación de que se presta demasiada atención a estas demandas, mientras que las suyas no reciben ninguna. Por ello, una buena parte cada vez más se inclina hacia otras opciones políticas.

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    La trampa de la diversidad Empty Re: La trampa de la diversidad

    Mensaje por DP9M Dom Jul 22, 2018 2:18 pm

    Y aqui, el problema de la izquierda en Occidente y su desmantelamiento ideologico marxista materialista y este cisma que se ha dado entre el movimiento comunista de principios del siglo XX y de la progresía izquierdista liberal de la segunda mitad y que infesta al comunismo y a la izquierda occidental.
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    La trampa de la diversidad Empty Re: La trampa de la diversidad

    Mensaje por JoseKRK Dom Jul 22, 2018 3:27 pm

    Estando de acuerdo, salvo en algún que otro matiz poco importante, con el texto aportado, sin embargo considero que el problema no es esa supuesta "degeneración ideológica" de la Izquierda, esa supuesta pérdida de su orientación ideológica marxista, si no el creerse la mentira elaborada por la Izquierda (burguesa siempre) de que el Marxismo era su base ideológica, cuando sólo fue para ese sector "progresista" y "popular" de la pequeña y mediana burguesías una herramienta más para atraerse, en lo posible, el apoyo de amplios sectores populares de extracción proletaria en su lucha clasista burguesa por contener el avance de los otros sectores burgueses, que los relegan antes o después a la proletarización.

    En pocas palabras: la Izquierda ni es marxista, ni lo fue nunca. El Proletariado Revolucionario dejó de agruparse como "izquierda" desde la escisión bolchevique de la II Internacional, de la que brotó la forma nueva y superior de organización política del Proletariado: el Partido Obrero de Nuevo Tipo, leninista, cuya primera manifestación histórica fue el POSDR (b) y, poco después, el PC (b) y los diferentes Partidos Comunistas surgidos como secciones locales de la Internacional Comunista (la III Internacional).

    Desde el surgimiento del "bolchevismo", el Partido Obrero de Nuevo Tipo ha sido la única organización política de clase proletaria, de línea netamente proletaria, revolucionaria y Marxista, por mucho que los seguidores de la II Internacional se siguieran considerando "marxistas" y "Partidos Obreros de masas", mentira y confusión que ha seguido vigente hasta hoy en todo el mundo, prácticamente.

    El problema no es, pues y en mi opinión, la degenarción ideológica de "la Izquierda", que estuvo presente desde los tiempos de la II Internacional, con su reinterpretación democrático-burguesa del Marxismo, si no el que aún haya marxistas que crean que el futuro de la revolución proletaria está en manos de "la Izquierda", a la que habría que "reconducir" al Marxismo o "recuperarla" para él y así ir ganando cotas de poder a la Burguesía y a la "reacción"; en vez de darse cuenta que de la izquierda sólo se puede esperar lo que siempre ha dado: mistificación de la Ideología, de la Cosmovisión proletaria, el Marxismo, hoy día Marxismo-leninismo.

    El único partido del Proletariado como clase revolucionaria es el Partido Comunista, el verdadero Partido Leninista de Nuevo Tipo, y no el agruparse en torno "a la Izquierda", que siempre ha defendido y defenderá intereses de las capas burguesas en retroceso hacia la proletarización por el desarrollo del Capitalismo, hoy día plenamente asentado en su fase imperialista de desarrollo e imparable salvo por la acción revolucionaria del Proletariado organizado como Partido Comunista, lo que le convierte en Proletariado Revolucionario.

    Tontear con "la Izquierda" trae hoy lo que siempre trajo: traición a la causa proletaria. Una vez caido en bancarrota el "marxismo" hegemónco durante el siglo XX, lógico es que la izquierda se despoje de las vestiduras "marxistas" que portaba y opte por presentar otros proyectos e ideologías "progresistas" para atraerse apoyos de las masas populares trabajadoras, las más numerosas y las únicas verdaderamente activas y poductivas socialmente, las únicas no parasitarias.

    La izquierda nunca fue ni será proletaria, en definitiva; no fue, es ni será si no el ala izquierda de las fracciones de la burguesía aspirantes a salvar los muebles o a alzarse como fracción dominante, si puede ser. Y para ello, o apelan al "poder popular" o "de los trabajadores", o están más solas que la una. Pero esto no es nuevo. Es un poquito menos viejo sólo que el auge de la Burguesía como clase dominante.

    Los proletarios conscientes, han de dejar de depositar sus esperanzas en "la Izquierda" y velar, en cambio, por la constitución del Partido Obrero de Nuevo Tipo, por la fusión del Marxismo-leninismo con el movimiento proletario de masas, por dotar progresivamente de conciencia revolucionaria al movimiento de masas, sector a sector de esas masas proletarias, bajo la forma de Partido Comunista ejerciendo la Praxis Revolucionaria hasta el máximo posible en cada momento y lugar; esto es, para empezar por constituir el P.C., en vez de "apoyar" a la "izquierda" o aspirar a "recuperarla para el Marxismo", en el que NUNCA estuvo. La izquierda es mistificación del Marxismo y el uso instrumental del Proletariado para las capas burguesas en retroceso ante el empuje de la Gran Burguesía Financiera, hegemónica en esta etapa imperialista del Capitalismo, en la que vivimos desde finales del siglo XIX, en que se inició, aproxidamamente.

    Así por lo menos lo veo yo. La izquierda anda en lo de siempre: reinventar un supuesto "capitalismo justo", callando que lo que quieren es un Capitalismo bajo el dominio de esos burgueses de "izquierda" que ahora se comen ante todo sus mocos y están aterrorizados ante su más que amenazante inminente proletarización y dependencia de la Burguesía Financiera mundial. De ahí viene la exacerbación del individualismo, ante su temor de ser "disueltos" en la que ven como una impersonal y amorfa masa proletaria de esclavos al servicio de "los emprendedores".

    Y además está esa otra "izquierda", que es el discurso "progre" de los sectores dominantes de la Burguesía, de la Burguesía Financiera (imperialista). En ambos casos, es pura y dura ideología burguesa, de una u otra capa burguesa. En ningún caso se trata de nada favorable "al Proletariado", si no a su permanencia como tal clase proletaria en la realidad, en vez de avanzar en lograr su negación revolucionaria al erradicar toda clase social.

    Saludos.

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