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    Editorial Nacional del PRT de Argentina (Septiembre - Octubre) 2018

    Folk247
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    Editorial Nacional del PRT de Argentina (Septiembre - Octubre) 2018 Empty Editorial Nacional del PRT de Argentina (Septiembre - Octubre) 2018

    Mensaje por Folk247 Lun Nov 19, 2018 4:09 am


    El Combatiente Nº 82 - Editorial



    El beneficio que significó la desgravación impositiva a grandes grupos económicos concentrados, la quita de retenciones al agro, la minería y otras sectores fueron apuntados a desfinanciar al propio estado para crear las condiciones de una profundización del déficit fiscal, utilizado como argumento “lógico” para un salvaje ajuste en el que entraron, entre otras cosas, el aumento de tarifas entre un 400 y un 3.000% frente a un congelamiento salarial que no pudo contener ni esos aumentos ni los efectos de la inflación creciente.

    Y tras la desfinanciación del erario público vino el paso siguiente: caer en el Fondo Monetario Internacional, algo previsible si se considera que no es inocente, sino parte de un plan global pensado por la burguesía financiera imperialista como “salida” a SU crisis terminal. El FMI no vino con nada nuevo: desempolvó su “genérico”, el mismo que usó con Grecia, por ejemplo, y exigió un ajuste aún más salvaje.

    Muchos sostienen que “a Macri le va mal, le salen mal las cosas”, como si fuera una víctima con buenas intenciones, un maltratado al que le sale todo mal cuando aumenta el dólar de manera galopante. Eso es de una ingenuidad política preocupante porque se equivocan: a Macri y sus secuaces les va MUY BIEN. Ellos vinieron a saquearnos lo poco que nos quedaba, a vender las últimas baratijas de la abuela, decididos a que la crisis de súper producción del sistema capitalista la paguemos nosotros con la devaluación que implica el aumento de la moneda extranjera. Ellos son PARTE de la burguesía financiera imperialista, trabajan para ella y son PROPIETARIOS y aportan sus capitales a empresas globales. Son los administradores del estado burgués ahora atendido por sus propios dueños mayoritarios, los que hacen los suculentos negocios a costa del hambre del pueblo. Conforman la clase parásita, la de los bancos y financieras, la de las grandes empresas, la de las multinacionales mineras, la de los pools sojeros, la de la oligarquía de la bosta. Son los que sacan de aquí y ponen allá, un día en bonos, al siguiente en dólares y más tarde se benefician con las altas tasas de interés. Decir que todo el país sufre una crisis socio económica devastadora y que la situación puede agudizarse aún más es acertado pero, paradojalmente y a la vez, falaz y erróneo, pues la crisis no afecta a todas las capas de la sociedad por igual. La burguesía, la clase que dirige y sustenta el sistema capitalista, la que tiene el poder material, la que posee los medios de producción no sufre las consecuencias que surgen de este caos económico y financiero, pues ellos son los únicos beneficiados con esta debacle mientras nosotros, los verdaderos hacedores de las riquezas que acumulan nuestros explotadores, somos los que padecemos sus consecuencias con miseria, hambruna y muerte.

    Y a las Lagarde del mundo, del FMI o de cualquier organismo de crédito internacional no les interesa si el interlocutor para endeudar a un país a futuro es un payaso ridículo como Macri, quien no para de hacer papelones y de mostrar lo más indigno de un gusano que se arrastra. Ya tuvimos a uno que se ufanaba de las relaciones carnales, ahora tenemos a otro que pretende que nos enamoremos de nuestros esclavistas. “Debo confesar que con Christine hemos empezado una gran relación, que espero que funcione muy bien y que termine con toda la Argentina enamorada de Christine”. Se olvida Macri que este pueblo ODIA al FMI y todo aquél o aquélla que lo dirija, represente o lo mencione como salida. Se olvida Macri cuánto ha luchado este pueblo en contra de todo lo que implique sometimiento. Se olvida Macri que este pueblo fue el que menos toleró una dictadura militar sangrienta y genocida en Latinoamérica, que se la sacudió en siete años a fuerza de tesón y lucha. Se cree este señor que él es el elegido para ponernos de rodillas y entregarnos atados de pies y manos sin pelear. Tiene mala memoria el payaso del circo mayor y cómo él se postra ante “Christine”, mide el mundo con sus parámetros, cree que todos somos como él que es un inútil hasta para mantener las empresas de su padre enriquecido a costillas de los negocios con el estado.

    Y a Macri no le alcanzó el papelón de postrarse a los pies de Lagarde. En la asamblea de la ONU, ante cientos de jefes de estado, alineado con el gendarme del mundo y con el otro payaso, Donald Trump, se metió con los derechos humanos de Venezuela como si él fuera un pacifista y no el responsable político de la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado, de las persecuciones a trabajadores y activistas, de las represiones indiscriminadas, de los cacheos y averiguación de antecedentes de pasajeros en el transporte público, del gatillo fácil premiando a los pistoiluquis asesinos como Chocobar a quien recibió en la rosada como si fuera un héroe y no un asesino juzgado por un crimen. ¿Quién es Macri para pedirle a Maduro que “atienda la situación alimentaria de los desplazados”, cuando él es el responsable del crecimiento de la pobreza, de los recortes para jubilados y discapacitados, de los miles de despidos en hospitales y organismos públicos, del achicamiento de presupuesto para la salud, la educación y la contención social? Imaginamos cuánta gracia le habrá dado a Maduro y al resto del mundo. Macri es tan inútil que desconoce la soledad en que esos jefes de estado dejaron a Trump por repudio a sus políticas a nivel internacional.

    No sólo se entrometió en la política de otro país, lo cual ya es grave y vergonzoso, sino que arremetió contra Irán para quedar bien con Trump poniendo a la Argentina a tiro para ser, otra vez, escenario de atentados terroristas de falsa bandera, pergeñados por la CIA y el MOSSAD para fogonear un conflicto internacional en el que nuestro país NADA tiene que ver, dejándolo enfrentado, indirectamente, no sólo con el país persa, sino con sus poderosos aliados en el mundo, los cada vez en mayor ascenso a nivel internacional, militar y comercial, Rusia y China. Suponemos que deberá olvidarse de ir con la escupidera ante Putin y Xi Jinping.

    Para llegar gobernar hasta aquí el gobierno no se ha detenido en la promoción de bombas de humo mediáticas, de denuncia en denuncia, ha llevado a jueces cooptados a tomar medidas absurdas, como la búsqueda de los “bolsos” de Cristina, las fotocopias del cuadernito de un chofer y el uso y abuso de las prisiones preventivas. Sin embargo, en la gira presidencial no todo fueron bailecitos y declaraciones vergonzosas: la Asociación Americana de Juristas (AAJ) denunció a Macri ante la ONU por su política de sometimiento y vulneración de la independencia judicial, condenó la estigmatización de la Justicia Laboral y de los abogados laboristas, así como la persecución judicial a profesionales del derecho y activistas de derechos humanos. La AAJ reclamó la intervención del Relator Especial sobre la Independencia de Magistrados y Abogados de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Diego García-Sayán. La seria denuncia de la AAJ se da de bruces con las palabras de Macri pidiendo respeto por los derechos humanos al gobierno de Venezuela, deja en evidencia que los papelones fueron muchos y variados y que los cuestionamientos a su política no sólo son locales, sino también en foros internacionales. Y fue tanto el apriete que el propio Ministro de Justicia, Germán Garavano, ha tenido que salir al ruedo a criticar el abuso de las prisiones preventivas, pese al disgusto de su aliada Carrió que pidió, como siempre, otra estupidez: juicio político a un ministro, algo no contemplado en ninguna ley, pero cuyo escándalo contribuye a la bomba de humo con que pretenden entretenernos por unos días.

    La crisis de superproducción ha desestabilizado la estructura del sistema capitalista en el mundo, se viene abajo en picada. Nuestro país y este gobierno no están exentos de estrellarnos a nosotros como parte de ese sistema en crisis, lo que da pie, también, a que dentro del propio estado burgués se genere un caos político, de deslegitimación de sus propias reglas, impulsando contradicciones dentro del propio seno de su clase. La posibilidad de una cesación de pagos es una de esas tantas contradicciones. El gobierno se ve obligado a cumplir con los reclamos del FMI para que acepte otorgarle un nuevo préstamo que, mientras pueda, no saldará poniendo en riesgo los bolsillos de la clase dominante, sino que pagará a nuestra costa, profundizando el ajuste sobre trabajadores, jubilados y pobres. Por eso, para poder solventar las deudas que acumula el estado que ellos mismos quebraron, aún con las promesas que le hicieran a lo más rancio de la élite burguesa, han vuelto a reflotar el tema de los derechos de exportación y las retenciones, pese a los dolores de cabeza que les trae. Pero, hecha la trampa, hecha la ley: el gobierno en el anuncio de las metas de déficit planteó que las retenciones para cierto sector del campo -lo que plasma esa lucha interna de su clase- tendrán un tope en pesos, una cifra fija y no una cifra porcentual, lo que equivale a disminuir el monto de la retención. Aunque sea tenuemente, tener que meterle la mano en el bolsillo a su propia clase no es una demostración de fuerza. Por el contrario, es una muestra de la debilidad de la clase dominante a nivel mundial pues se ve forzada a aplicar medidas que no son beneficiosas para sus ganancias.

    En el caso de los ruralistas, el tope disminuirá a medida que se desvalorice la moneda nacional, bajando de este modo las retenciones a los exportadores, un guiño de parte del gobierno para dicho sector. Fue el propio Secretario de Gobierno de Agroindustria, Luis Miguel Etchevere, quien tranquilizó a sus amigos sojeros cuando les abrió los ojos: “Es un monto fijo que, de acuerdo a cómo evolucionan los precios o la inflación, se va a ir diluyendo”. A la inversa y proporcionalmente, los créditos para viviendas, UVA, atados al dólar y a la inflación, se elevan más a medida que aumenta la moneda extranjera. Esos créditos no son para los poderosos, sino para trabajadores y sectores medios de la sociedad. Mientras para unos inventan medidas que ya prevén que se transformarán en NADA, para los otros pergeñan créditos que los dejarán sin aliento y sin recursos para sostenerlos, habida cuenta del atraso salarial y el congelamiento de paritarias respecto de la creciente inflación. Las diferencias entre cómo se pergeñan las retenciones para los poderosos del campo y cómo se establecen las medidas que se aplican hacia los créditos de vivienda son uno de los ejemplos que describen claramente por qué sostenemos que la crisis económica no es devastadora para todos por igual.

    Durante estos casi tres años, Cambiemos ha provocado una inflación constante y descontrolada, de igual modo trepó el dólar, aumentado su valor en casi un 100% luego de la quita del cepo cambiario, por lo que han devaluado el peso con más velocidad y en mayor porcentaje que las devaluaciones ocurridas en el anterior gobierno. A través de las corridas bancarias dañaron el salario de los trabajadores pero acrecentaron de manera criminal sus arcas burguesas. Sus principales beneficiarios, precisamente, han sido los sectores exportadores del campo que, pese a que la sequía los golpeó pues perdieron parte de la cosecha de este año, recibirán más pesos por las ventas que realicen en dólares al exterior. Cuánto más alto esté el dólar, más pesos recibirán por sus cosechas. Y los otros directos beneficiados con las corridas bancarias son los bancos posicionados en dólares cuyos compromisos les demandarán menor erogación de pesos. La burguesía gana, los trabajadores y pobres perdemos.

    Este proyecto de la burguesía es un ensayo de laboratorio pergeñado a nivel mundial, que lleva a estancar la producción, precarizar nuestras relaciones de trabajo y deteriorar nuestro modo de vida. El proceso de estanflación (estancamiento con inflación), junto con el impacto de la apertura indiscriminada de importaciones, la suba del dólar y las tasas de interés, el incremento de los encajes bancarios, etc. estimulan el descenso del consumo y provocan una recesión que, sólo en lo que va del año, llevó a la caída de la actividad industrial en un 5.7%, según el INDEC, por lo que podemos estimar que esa cifra es mucho mayor.

    En las metas impuestas por el FMI está el remanido “achicamiento” del estado. En función de esa exigencia, Macri redujo el número de ministerios a los que transformó en secretarías, cuya implementación y fusión implica que se producirán 10.000 despidos más en los organismos públicos, que se sumarán a los 4.500 de los últimos tiempos. Desde su gestión, cuando con el falaz argumento de eliminar a los “ñoquis” comenzó con los masivos despidos de trabajadores del estado, hemos perdido la cuenta de cuántos miles de personas han sido expulsadas de sus puestos de trabajo. Macri, sus secuaces y la política que llevan a cabo son los abanderados de la desocupación: han producido la tasa más alta de los últimos doce años, un 9,6%, aumentando en un 3% la que ya había. Eso, sólo en dos años y medio de gestión.

    La degradación de ministerio a secretaría de los Ministerios de Trabajo, Salud, Cultura y Ciencia y Tecnología no sólo implican una reestructuración del aparato del estado, sino sus consecuentes recortes en presupuesto para cada área y un desamparo para la sociedad en muchos planos: en Trabajo se reflejará en una mayor precarización laboral, desamparo de los trabajadores ante las patronales y cercenamiento de las posibilidades sindicales; en Salud, afecta TODOS los programas nacionales que se articulan con las provincias para los sectores más vulnerables, el control y tratamiento de enfermedades infectocontagiosas como los programas de vacunas y atención del VIH y vulnera los derechos a la salud digna de todos los ciudadanos; en Cultura, la reducción no sólo de los programas vinculados con el arte, sino la protección de otras áreas no artísticas pero vinculadas con la preservación cultural del pueblo; en Ciencia y Tecnología la reducción de ingresantes al CONICET, el cierre de programas de investigación, el estrangulamiento de empresas de tecnología como ARSAT, VENG, FAdeA e INVAP, la cancelación de proyectos de desarrollo tecnológico autónomo como Arsat-3, la reducción de salarios, becas y subsidios para la investigación, el sometimiento de la investigación nacional a la producción de multinacionales, etc.

    Pese a la carta de todos los ministros de salud provinciales rechazando la eliminación del Ministerio de Salud, el tibio rechazo de la CGT a la eliminación del Ministerio de Trabajo, el repudio de los trabajadores de la cultura a la eliminación del Ministerio de Cultura y la lucha sostenida de los trabajadores y científicos en contra de la eliminación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Macri llevó a cabo el recorte, más allá de protestas y reclamos, como parte de su política “gestual” hacia su amada “Christine” y como supuesto ejemplo de austeridad. MIENTE una vez más, ni son gestos menores ni es austeridad, cumplió con una de las tantas condiciones que pactó con el FMI. A Macri y sus secuaces no les interesan ni nuestras condiciones dignas de trabajo ni nuestra salud ni la cultura ni, tampoco, los investigadores nacionales ni el crecimiento que implica para un país la investigación propia. A Macri tienen que darle los números para que, de una u otra manera, él y sus socios locales y foráneos puedan seguir haciendo negocios manteniendo su tasa de ganancia. Por eso no le va mal como tantos repiten sin pensar. Le va estupendamente, para esto se candidateó.

    Fue el propio Ministerio de Trabajo el que admitió que, en lo que va del año, los despedidos llegan a 106.000, aunque nosotros consideramos que su cifra es tan mentirosa como las que publica el INDEC. Basta con salir a la calle y ver que para 10 puestos de trabajo hay miles de oferentes. Si a este descalabro social le sumamos los tarifazos y la inflación, el panorama, para trabajadores y pobres, es desolador y desesperante. Ése es el contexto en el cual la CGT en franca descomposición y desaparición, llamó a un paro general que contó con un acatamiento aplastante a pesar de su carencia de legitimidad. La respuesta y lucha de los trabajadores no cesa: Télam, Radio Nacional, TDA, Ferrobaires, Yacimientos Río Turbio, Fabricaciones Militares, Astillero Rio Santiago, trabajadores viales, de la salud en general, INTI, Universidades Nacionales, Comisión Nacional de Energía Atómica, SUTEBA, entes cooperativos como las líneas para llamadas de emergencias y otras empresas, etc. son sólo algunas de los últimos tiempos porque, desde que comenzó a gobernar Cambiemos, no hubo ni un solo día que no contara con cientos de personas en las calles del país luchando en defensa de sus fuentes de trabajo, en contra de los tarifazos y de cualquier medida antipopular que nos perjudica y acorrala. Nunca, en nuestra historia, hubo tanta gente reclamando durante cada día de gobierno como en esos últimos dos años y medio de Macri y sus ladrones que ni siquiera se molestan en ponerse guantes blancos. Son directamente depredadores de una sociedad a la que descomponen minuto a minuto.

    Desde el norte, con los ingenios azucareros, hasta el sur con las fábricas de ensamblajes en Tierra del Fuego, los conflictos que la alianza del Pro con los radicales ha generado son combatidos por miles de pequeños focos de lucha y otros no tan pequeños como el de Rosario y el cordón industrial en huelga contra los mil despidos de los últimos dos años; el de los obreros de la construcción en Córdoba junto con los de calzado, con apoyo de las centrales sindicales de la provincia, exigiéndole a ese triunviro de burócratas de la CGT, desclasados y empresarios, Héctor Daer, J. C. Schmid y Carlos Acuña, que cumplan con sus responsabilidades y pongan en marcha un plan de lucha ya; el de pequeños pueblos como el de Roque Pérez donde se produjo el cierre de la avícola Criave de la que subsistían 3.000 familias tanto de obreros, como comercios derivados de su producción, un pueblo que cuenta con 12.000 habitantes, cuyo 20% se vio arrastrado con la quiebra de la avícola, se movilizan y repudian en la calle la política económica que los sume en la pobreza. Podríamos sumarle la lucha de los tareferos en Misiones, la de todos los docentes y alumnos de todas las ramas de la educación, la de los médicos y pacientes del hospital Posadas, la de las mujeres, y más, muchísimas más que deberíamos continuar enumerando pero que harían interminables estas líneas.

    Queremos destacar el ejemplo de lucha que demuestran los trabajadores del Astillero Rio Santiago y su rasgo más particular: no haber entrado en el juego de la violencia desorganizada para responder a las provocaciones que los personajes como la ministra de seguridad Bullrich y sus fuerzas represivas buscan generar, una tendencia que es más notable a medida que se van sucediendo los reclamos y las marchas multitudinarias. La clase obrera y los pobres organizados no están dispuestos a regalarle su sangre a la política de provocación represiva de una ministra sanguinaria, mentirosa y reaccionaria dispuesta a inventar enemigos como los mapuche para justificar lo que tanto desean en este gobierno: regar con sangre las calles del país como medida ejemplificadora.

    Y aunque el gobierno no ceja en su intento de amedrentar, como sucede en Moreno con los docentes, donde a una maestra la secuestraron y torturaron y a otras las balearon para acallarlas e impedir que terminen con las ollas populares, la realidad que forja el campo popular es la de la resistencia a brazo partido, la de la unidad en cada foco y lugar donde se entabla una lucha. Y no es nada casual que sea también en Moreno donde los vecinos comenzaron una campaña de resistencia civil en contra de los tarifazos de energía eléctrica y los cortes por falta de pago: más de 5.000 calcomanías pegadas en los medidores, donde se lee “Medidor protegido por los vecinos”, advierten de una movida vecinal de resistencia contra los cortes. Cuando llega la cuadrilla a cortar defienden al vecino entre todos e impiden el corte del suministro. La medida, que no sale en los programas de televisión, ya se ha extendido a otras localidades como Mar del Plata, Tigre y Temperley. Deberíamos tomar el ejemplo ante la canallada de este gobierno que ahora pretende que la deuda de 10.000 millones de pesos que las distribuidoras tienen con las productoras de gas la paguemos los usuarios en 24 cuotas mensuales. Esa es la última perlita del tarifazo.

    Como Marx anticipó, la burguesía es la forjadora de su propia destrucción, la que crea a su enterrador: el proletariado. En ese camino está nuestro pueblo, buscando las formas para defenderse. Nos falta convertir cada foco de descontento en uno solo, en un solo puño, en una sola mirada, en un solo cuerpo para dar la estocada que le ponga fin a la barbarie perversa de este gobierno que es, lejos, el peor que hemos tenido desde que echamos a la dictadura genocida.

    Ellos tirarán de la soga para ajustarnos hasta donde nosotros permitamos. Las condiciones objetivas están dadas, debemos resolver las subjetivas, pues depende absolutamente de nosotros comprender que esta debacle nos arrasa por igual, que la miseria es la que pergeñan para todos y hacia donde pretenden acorralarnos sin excepciones. Comprender que trabajadores y pobres estamos en la misma encrucijada es uno de los tantos lazos en los que debemos enfocarnos para plantearnos la total y firme unidad y organización del campo popular. Unificar las luchas hará nuestro golpe más fuerte y contundente. La nuestra es la lucha por la vida. La de ellos es la lucha más descarnada que viene por nuestra muerte. Así de simple, así de costoso, así de terminal. Es fundamental que podamos comprenderlo, que más rápido que tarde encontremos el camino generoso que nos permita dar un paso más hacia el fin de este plan sistemático de destrucción social.

    Podemos afirmar, sobre la base de los hechos, que la tendencia de este gobierno, al igual que todos en el mundo, es hacia mayores ajustes y mayor represión pero también la tendencia del campo popular es la de la movilización creciente, con mejores y más inteligentes métodos de lucha. Encontrar la unidad es nuestro último paso.

    Compañeros, a fortalecernos, a cuidarnos las espaldas unos con otros, a no regalar ni un palmo ni una gota de nuestra sangre. ¡A la lucha!


    AVOMPLA.

    Amanda Cánepa.
    7 de Octubre de 2018.

    PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LOS TRABAJADORES


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