Juguetes Soviéticos fue la primera película de animación de la Unión Soviética (en realidad, un cortometraje de menos de 11 minutos). Dziga Vertov, su creador y director en 1924, describió la lucha de clases que llevó a la clase trabajadora y campesina a hacerse con el poder en Rusia en octubre de 1917 (7 de noviembre de 1917 en nuestro calendario occidental), y nos muestra sus logros sociales. Nos presenta al capitalista tal y como sigue siendo hoy, más allá de sus descomunales proporciones corporales, rodeado de comida y bienes robados del trabajo ajeno, y capaz de comprar voluntades gracias a su innoble riqueza.
La deshumanización del prototipo capitalista se muestra crudamente ante el obrero consciente, que comprende rápidamente que lo que de verdad se esconde tras el capitalismo personalizado es un verdadero cerdo, ante cuya barbarie solo cabe una opción, el socialismo. El primer personaje que aparece y hace frente al problema del capitalismo es el obrero que intentará pisotear (literalmente en el video) la riqueza capitalista mediante los impuestos para el estado. Ante la imposibilidad de realizar tal empresa en solitario, se une a él un campesino y en fraternal unión se fusionan para devolver al pueblo lo que le pertenece. La unión de ambas clases muestra la necesidad de caminar socialmente juntos hacia un mismo objetivo, derrotar al capitalismo, pues el capitalismo es la expoliación del pueblo. Cuando la riqueza robada por los capitalistas pasa a manos de sus productores, la clase obrera y campesina, pasa al “Banco del pueblo” donde, siguiendo la enseñanza marxista, a través de la economía planificada hará que beneficie a todo el pueblo.
En la historia de Vertov, también se critica el papel de la iglesia al servicio del estado burgués; no sirve que sea invocada por el proletariado, pues solo sirve al capital. Es preciso tener en cuenta la iglesia ortodoxa en Rusia es una de las fuerzas profundas de la sociedad, y la principal obstrucción para la consecución del hombre soviético. El Ejército Rojo aparece como el tercer elemento sobre el que se sustenta el poder del obrero, los soldados obedecen al obrero comunista, y la unidad del ejército y el pueblo es esencial para acabar con los opositores del estado socialista.
La oposición entre la colectividad como factor de estabilidad, justicia y en última instancia felicidad contra la ideología del beneficio individual marca la dirección social del estado bolchevique recién nacido. Refuerza el fin último que persigue el Partido de Lenin: la toma del poder por parte del proletariado para, finalmente, llegar al comunismo, un mundo sin explotación del hombre por el hombre.