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    Coronavirus o reingeniería social a escala planetaria - Luis Bonilla-Molina - Rebelion, marzo de 2020

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    RioLena
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    argentina - Coronavirus o reingeniería social a escala planetaria - Luis Bonilla-Molina - Rebelion, marzo de 2020 Empty Coronavirus o reingeniería social a escala planetaria - Luis Bonilla-Molina - Rebelion, marzo de 2020

    Mensaje por RioLena Mar Mar 17, 2020 6:57 pm

    Coronavirus o reingeniería social a escala planetaria

    Luis Bonilla-Molina

    fuente:
    Rebelion - 17/03/2020


    Preámbulo

    Nuestro modelo societal capitalista se estructuró alrededor de la producción de mercancías y el consumo, con una epistemología derivada de la primera y segunda revolución industrial. Lo que llamamos pensamiento moderno adquirió forma cotidiana a partir del uso del desarrollo científico y tecnológico para nuestra realidad inmediata, así como con los requerimientos para el impulso de una aceleración de la innovación de esta ciencia y tecnología.

    La escuela y la universidad adquirieron especial relevancia como potenciales generadores del conocimiento y la formación profesional indispensables para la gobernanza (ciudadanía, consumo, hegemonía ideológica), pero esencialmente para la dinamización de esta aceleración de la innovación. La escuela y la universidad jugaban un papel adicional de contención de los más chicos y jóvenes, mientras, el padre primero, y luego también las madres se incorporaban al mundo del trabajo. Los salarios usados para el consumo, cada vez más precario, cerraban el círculo de la sociedad capitalista de la primera y segunda revolución industrial.

    El encuentro humano articulaba y expresaba el consumo, sus modalidades y nuevas expectativas. Basta ver toda la publicidad del siglo XX para darnos cuenta que encuentro humano, mercancías y consumo formaban la triada cotidiana de la sociedad capitalista.

    La escuela y la universidad contribuyeron a la aceleración de la innovación científica y tecnológica que demandaba el capitalismo, hasta que en los sesenta del siglo XX ocurrió el desembarco de la tercera revolución industrial. Este nuevo periodo generó una nueva fase de concentración del esfuerzo orientado a la aceleración de la innovación, ahora relocalizados en laboratorios privados. Esto se debió a dos grandes agendas, la primera elevar la eficacia entre costos y resultados y segundo, soslayar los controles éticos pues mucho del esfuerzo investigativo estaba orientado al complejo industrial militar (guerra bacteriológica, genoma humano, armamento con soporte informático, biología digital, conocimiento profundo y control de la mente humana, entre otros). Con la llegada de la globalización económica y la mundialización cultural de los ochenta, pero muy especialmente en los noventa, una parte importante de los(as) científicos universitarios pasan a trabajar en laboratorios privados o bajo la tutela y juramento de secreto impuesto por las grandes corporaciones.  

    La escuela y la universidad no lograron captar la nueva dinámica a pesar que surgieron múltiples voces que alertaron sobre algunas de las expresiones de esta nueva realidad. Era mucho lo que el capitalismo informático de la tercera revolución industrial requería cambiar; pasar del modelo disciplinar a un enfoque transdisciplinario resultaba un giro de ciento ochenta grados en las rutinas, performances y estructuras institucionales y, las instituciones educativas lejos de movilizarse se paralizaron. Hablaron mucho de transdisciplinariedad, pero siguieron operando sobre una lógica disciplinar ya obsoleta para el gran capital

    Desprovistas de una mirada de lucha de clases, las dinámicas institucionales de las escuelas y universidades no fueron capaces de captar que el movimiento incesante constituye una característica de las resistencias anticapitalistas. Consideraron que eran útiles como venían trabajando y que ahora habían surgido nuevas instituciones que harían lo que ellas no estaban dispuestas a hacer. Este fue un error estratégico porque no percibieron que estaban dejando en manos de otros el epicentro del conocimiento vinculado a la aceleración de la innovación.

    La convergencia de los conocimientos científicos y tecnológicos de última generación (genoma humano, nanotecnología, conexión 5G, inteligencia artificial, big data, robótica, neuronas digitales, biología digital) abrieron paso a la construcción de un curso hacia la cuarta revolución industrial.

    Pero la cuarta revolución demanda una nueva estructura social, derivada del nuevo modelo de producción en ciernes y de las dinámicas de trabajo y consumo que de ello se generen. Ahora se trata de un giro de trescientos sesenta grados, pero es espiral ascendente y con tendencia concéntrica, que implica modificar todas las estructuras sociales existentes. El capitalismo cognitivo del siglo XXI se abría paso y consolidaba.

    En múltiples artículos y conferencias de los últimos años insistí en trabajar varios escenarios y análisis proyectivos de la cuarta revolución industrial. Uno de ellos, con mayores probabilidades teóricas colocaba a la casa como el epicentro del trabajo, el consumo, la educación y la gobernabilidad. Pero ello implicaba un proceso de reeducación sin precedentes, algo que no era fácil instrumentar para una reingeniería social de tal magnitud.

    El problema es que el desembarco de la cuarta revolución industrial está a la vuelta de la esquina; entonces para el capital se trataba de resolver una ecuación tan compleja en el corto plazo, mientras que para muchas de las resistencias anticapitalistas este debate les solía resultar un ejercicio de ciencia ficción.  La realidad nos demostraría que para el capitalismo cualquier barrera es posible derrumbarla.

    Coronavirus: la pandemia del miedo

    De pronto, irrumpe en el escenario una pandemia con impacto profundo en toda la sociedad global, el coronavirus. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) “los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. En los humanos, se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS). El coronavirus que se ha descubierto más recientemente causa la enfermedad por coronavirus COVID-19. La COVID-19 es la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más recientemente. Tanto el nuevo virus como la enfermedad eran desconocidos antes de que estallara el brote en Wuhan (China) en diciembre de 2019.” (OMS, 2019)

    Ya la humanidad había presenciado con temor el surgimiento de pandemias como el H1N1 y la epidemia de Ebola (1976-2016), con brotes intermitentes. Sin embargo, ninguna de ellas había alcanzado la diseminación del Coronavirus. No voy a entrar en el debate respecto a su es un virus de mutación natural o fue creado en laboratorio, porque no dispongo de los elementos de convicción suficientes para afirmar ni lo uno ni lo otro. Lo que si es cierto que en menos de tres meses más de ciento veinticinco países sufrieron el impacto del virus.

    Pero ahí comienzan las explicaciones que construyen una nueva hegemonía social. Se señala que el Coronavirus se extiende fundamentalmente por el relacionamiento humano y al entrar en contacto con superficies donde este depositada de manera residual la cepa del virus. Se culpa a los viajeros, especialmente de vuelos aéreos y los cruceros, de ser los trasmisores y difusores del virus.

    La sociedad capitalista del siglo XX e inicios del XXI había convertido en un derecho civilizatorio la movilidad humana, por lo que restringirla se convertía en un problema. De pronto el coronavirus hace posible lo impensable, el temor a viajar se va instalando en el imaginario colectivo social y el número de viajeros cae drásticamente hasta que no solo es esperado, sino exigido, que en cientos de países se prohíba viajar. No movernos del lugar pareciera ser el meta mensaje.

    Del terror a viajar se pasa al horror por el contacto humano, como si el vecino, el amigo, la persona que encontramos en el metro, el autobús o la calle fuera un potencial vector, un peligro para nuestra salud. Los cimientos de la vieja sociabilidad de la primera, segunda e incluso de la tercera revolución industrial se ven cuestionados. La deshumanización adquiere una nueva escala y el desencuentro se convierte en un “acto responsable”. Se naturaliza el desencuentro humano.  Podemos vivir sin estar en contacto con los otros y otras pareciera ser el mensaje que se instala en la civilización humana.

    El horror causado por los miles de muertos en todo el orbe hace que sectores populares y la clase media invoquen medidas autoritarias de control. Se eclipsa la noción democrática de la toma de decisiones por una apelación colectiva a la “manus military”. Los estados de alerta, emergencia y de suspensión de garantías se hacen “inevitables” y surge el primer Estado de sitio planetario. El autoritarismo emerge con base social, el fascismo tecnológico de la cuarta revolución industrial es un rio desbocado que se abre paso.

    Los y las trabajadores habíamos construido una identidad de nuestra labor que nos hacía imprescindibles y de pronto encontramos que la sociedad puede marchar, con un nuevo modelo de organización, sin muchos de los trabajos a los cuales estamos acostumbrados se realicen. Cobran sentido posible y práctico las afirmaciones de Klaus Snowb, creador del Foro Mundial de Davos, respecto a que el desembarco de la cuarta revolución industrial traería millones de desempleos en el mundo, porque muchos de los trabajos que veníamos realizando, asociados al mundo del trabajo y el consumo en las tres revoluciones industriales precedentes ya no tendrían razón de ser. Se construye la hegemonía social respecto a que muchos trabajos son prescindibles.

    Durante semanas, la sociedad comienza a reordenarse desde la casa. Se educa o expande el consumo “online” o el “Delivery”. Se promueve con hechos la nueva educación para el consumo. Millones de seres humanos entran en contacto acelerado con algo que aún les resultaba etéreo e incómodo, el nuevo modelo de consumo en casa.

    El sueño dorado del capitalismo cognitivo del siglo XXI se muestra en la cotidianidad. Millones de seres humano son lanzados a la educación en casa, una nueva experiencia que parecía imposible cuando solo unos años atrás comenzamos a señalarlo como un Apagón Pedagógico Global (APG), un escenario factible para la reingeniería social en ciernes. Ya académicos como Norman Antonio Boscán y Jesús Alemancia comenzaron a exponer sus implicaciones en sociedades como la panameña. Para poder concretar el salto, se ensayan plataformas y propuestas, mientras las familias aprenden colectivamente que es posible educar en casa, sin el acompañamiento de docentes, creando confusión sobre las diferencias entre enseñar a aprender y recibir información.    

    El miedo le construyó condiciones de posibilidad a un nuevo paradigma social. El miedo cohesionó mentalidades y forzó a ver nuevos caminos de cruce entre aceleración de la innovación y modelo de organización societal. Mientras tanto, en las élites superestructurales de poder, la pugna interburguesa continua con dos escenarios posibles: guerra para resolver las diferencias o integración del capital trasnacional para dar paso al nuevo imperio tricéfalo extraterritorial. Veremos en los próximos meses y años (¿) el curso de esta puja.  

    Todo lo anterior dejará una huella imborrable en la epistemología ciudadana de los individuos de una sociedad cada vez más mundializada culturalmente, en la cual la diversidad es suprimida, considerada una anormalidad, creándose superfluos estereotipos de simulación de esas diversidades.

    Después de la crisis una nueva hegemonía capitalista se habrá instalado

    Es previsible que en meses se supere la pandemia del Coronavirus. El modelo de control ensayado por China moldeará el curso de la resolución de esta crisis colectiva en materia de salud.  

    Todo vivirá la apariencia de volver a la “normalidad” pero ya no seremos los mismos. La hegemonía sobre una nueva forma de construir las sociedades del capitalismo de la cuarta revolución industrial será ya no utopía, sino algo posible para miles de millones de hombres y mujeres en todo el planeta.  

    La nueva normalidad estará preñada de certezas sobre la necesidad de repensar la casa, como escenario de vida, trabajo, educación, salud, seguridad y gobernabilidad. El mundo se nos hará incontrolable y la tranquilidad de lo que podemos moldear tendrá en la casa un espacio privilegiado.

    Seguramente vendrán nuevas crisis y otras formas de consolidar la hegemonía para la nueva sociedad, pero la semilla del “nuevo” modelo capitalista ha sido sembrado. Es hora que las resistencias anticapitalistas se atrevan a pensar esta nueva realidad, que ya no es un teorema, sino que se nos ha mostrado como una realidad concreta.

    Epílogo: la era de la singularidad está cerca, en la frontera final de la cuarta revolución industrial

    Entre la primera revolución industrial y el cambio drástico que implica la cuarta revolución industrial mediaron dos siglos. Esto nos puede dar la falsa certeza que habrá que adaptarnos a lo nuevo porque esto nos marcará para el resto de nuestras vidas.

    Nada más alejado de la realidad. Si observamos la línea de aceleración de la innovación científica tecnológica podremos ver con claridad como el nuevo quiebre se plantea en cualquier momento a partir del año 2045, es decir, solo veinticinco años adelante.

    A esta nueva ruptura y crisis civilizatoria Kurzweil (2012) le ha dado el nombre de “era de la singularidad”, que no es otra cosa que el advenimiento de una sociedad en la cual la fusión de vida biológica y tecnología será un fenómeno a gran escala. Pero dejemos eso para otro artículo.

    Todo ello nos plantea a quienes nos ubicamos en el plano de las resistencias anticapitalistas, desafíos, tareas y debates. La explotación del hombre por el hombre no desaparecerá por el contrario adquirirá nuevas y terribles expresiones. Los y las revolucionarios, debemos como lo hizo Marx, desde lo concreto del presente anticipar el mañana con propuestas alternativas.

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    argentina - Coronavirus o reingeniería social a escala planetaria - Luis Bonilla-Molina - Rebelion, marzo de 2020 Empty Re: Coronavirus o reingeniería social a escala planetaria - Luis Bonilla-Molina - Rebelion, marzo de 2020

    Mensaje por DeGaulle Dom Abr 19, 2020 1:20 pm

    RioLena escribió:
    Coronavirus o reingeniería social a escala planetaria

    Luis Bonilla-Molina

    fuente:
    Rebelion - 17/03/2020


    Preámbulo

    Nuestro modelo societal capitalista se estructuró alrededor de la producción de mercancías y el consumo, con una epistemología derivada de la primera y segunda revolución industrial. Lo que llamamos pensamiento moderno adquirió forma cotidiana a partir del uso del desarrollo científico y tecnológico para nuestra realidad inmediata, así como con los requerimientos para el impulso de una aceleración de la innovación de esta ciencia y tecnología.

    La escuela y la universidad adquirieron especial relevancia como potenciales generadores del conocimiento y la formación profesional indispensables para la gobernanza (ciudadanía, consumo, hegemonía ideológica), pero esencialmente para la dinamización de esta aceleración de la innovación. La escuela y la universidad jugaban un papel adicional de contención de los más chicos y jóvenes, mientras, el padre primero, y luego también las madres se incorporaban al mundo del trabajo. Los salarios usados para el consumo, cada vez más precario, cerraban el círculo de la sociedad capitalista de la primera y segunda revolución industrial.

    El encuentro humano articulaba y expresaba el consumo, sus modalidades y nuevas expectativas. Basta ver toda la publicidad del siglo XX para darnos cuenta que encuentro humano, mercancías y consumo formaban la triada cotidiana de la sociedad capitalista.

    La escuela y la universidad contribuyeron a la aceleración de la innovación científica y tecnológica que demandaba el capitalismo, hasta que en los sesenta del siglo XX ocurrió el desembarco de la tercera revolución industrial. Este nuevo periodo generó una nueva fase de concentración del esfuerzo orientado a la aceleración de la innovación, ahora relocalizados en laboratorios privados. Esto se debió a dos grandes agendas, la primera elevar la eficacia entre costos y resultados y segundo, soslayar los controles éticos pues mucho del esfuerzo investigativo estaba orientado al complejo industrial militar (guerra bacteriológica, genoma humano, armamento con soporte informático, biología digital, conocimiento profundo y control de la mente humana, entre otros). Con la llegada de la globalización económica y la mundialización cultural de los ochenta, pero muy especialmente en los noventa, una parte importante de los(as) científicos universitarios pasan a trabajar en laboratorios privados o bajo la tutela y juramento de secreto impuesto por las grandes corporaciones.  

    La escuela y la universidad no lograron captar la nueva dinámica a pesar que surgieron múltiples voces que alertaron sobre algunas de las expresiones de esta nueva realidad. Era mucho lo que el capitalismo informático de la tercera revolución industrial requería cambiar; pasar del modelo disciplinar a un enfoque transdisciplinario resultaba un giro de ciento ochenta grados en las rutinas, performances y estructuras institucionales y, las instituciones educativas lejos de movilizarse se paralizaron. Hablaron mucho de transdisciplinariedad, pero siguieron operando sobre una lógica disciplinar ya obsoleta para el gran capital

    Desprovistas de una mirada de lucha de clases, las dinámicas institucionales de las escuelas y universidades no fueron capaces de captar que el movimiento incesante constituye una característica de las resistencias anticapitalistas. Consideraron que eran útiles como venían trabajando y que ahora habían surgido nuevas instituciones que harían lo que ellas no estaban dispuestas a hacer. Este fue un error estratégico porque no percibieron que estaban dejando en manos de otros el epicentro del conocimiento vinculado a la aceleración de la innovación.

    La convergencia de los conocimientos científicos y tecnológicos de última generación (genoma humano, nanotecnología, conexión 5G, inteligencia artificial, big data, robótica, neuronas digitales, biología digital) abrieron paso a la construcción de un curso hacia la cuarta revolución industrial.

    Pero la cuarta revolución demanda una nueva estructura social, derivada del nuevo modelo de producción en ciernes y de las dinámicas de trabajo y consumo que de ello se generen. Ahora se trata de un giro de trescientos sesenta grados, pero es espiral ascendente y con tendencia concéntrica, que implica modificar todas las estructuras sociales existentes. El capitalismo cognitivo del siglo XXI se abría paso y consolidaba.

    En múltiples artículos y conferencias de los últimos años insistí en trabajar varios escenarios y análisis proyectivos de la cuarta revolución industrial. Uno de ellos, con mayores probabilidades teóricas colocaba a la casa como el epicentro del trabajo, el consumo, la educación y la gobernabilidad. Pero ello implicaba un proceso de reeducación sin precedentes, algo que no era fácil instrumentar para una reingeniería social de tal magnitud.

    El problema es que el desembarco de la cuarta revolución industrial está a la vuelta de la esquina; entonces para el capital se trataba de resolver una ecuación tan compleja en el corto plazo, mientras que para muchas de las resistencias anticapitalistas este debate les solía resultar un ejercicio de ciencia ficción.  La realidad nos demostraría que para el capitalismo cualquier barrera es posible derrumbarla. lol!

    Coronavirus: la pandemia del miedo

    De pronto, irrumpe en el escenario una pandemia con impacto profundo en toda la sociedad global, el coronavirus. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) “los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. En los humanos, se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS). El coronavirus que se ha descubierto más recientemente causa la enfermedad por coronavirus COVID-19. La COVID-19 es la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más recientemente. Tanto el nuevo virus como la enfermedad eran desconocidos antes de que estallara el brote en Wuhan (China) en diciembre de 2019.” (OMS, 2019)

    Ya la humanidad había presenciado con temor el surgimiento de pandemias como el H1N1 y la epidemia de Ebola (1976-2016), con brotes intermitentes. Sin embargo, ninguna de ellas había alcanzado la diseminación del Coronavirus. No voy a entrar en el debate respecto a su es un virus de mutación natural o fue creado en laboratorio, porque no dispongo de los elementos de convicción suficientes para afirmar ni lo uno ni lo otro. Lo que si es cierto que en menos de tres meses más de ciento veinticinco países sufrieron el impacto del virus.

    Pero ahí comienzan las explicaciones que construyen una nueva hegemonía social. Se señala que el Coronavirus se extiende fundamentalmente por el relacionamiento humano y al entrar en contacto con superficies donde este depositada de manera residual la cepa del virus. Se culpa a los viajeros, especialmente de vuelos aéreos y los cruceros, de ser los trasmisores y difusores del virus.

    La sociedad capitalista del siglo XX e inicios del XXI había convertido en un derecho civilizatorio la movilidad humana, por lo que restringirla se convertía en un problema. De pronto el coronavirus hace posible lo impensable, el temor a viajar se va instalando en el imaginario colectivo social y el número de viajeros cae drásticamente hasta que no solo es esperado, sino exigido, que en cientos de países se prohíba viajar. No movernos del lugar pareciera ser el meta mensaje.

    Del terror a viajar se pasa al horror por el contacto humano, como si el vecino, el amigo, la persona que encontramos en el metro, el autobús o la calle fuera un potencial vector, un peligro para nuestra salud. Los cimientos de la vieja sociabilidad de la primera, segunda e incluso de la tercera revolución industrial se ven cuestionados. La deshumanización adquiere una nueva escala y el desencuentro se convierte en un “acto responsable”. Se naturaliza el desencuentro humano.  Podemos vivir sin estar en contacto con los otros y otras pareciera ser el mensaje que se instala en la civilización humana.

    El horror causado por los miles de muertos en todo el orbe hace que sectores populares y la clase media invoquen medidas autoritarias de control. Se eclipsa la noción democrática de la toma de decisiones por una apelación colectiva a la “manus military”. Los estados de alerta, emergencia y de suspensión de garantías se hacen “inevitables” y surge el primer Estado de sitio planetario. El autoritarismo emerge con base social, el fascismo tecnológico de la cuarta revolución industrial es un rio desbocado que se abre paso.

    Los y las trabajadores habíamos construido una identidad de nuestra labor que nos hacía imprescindibles y de pronto encontramos que la sociedad puede marchar, con un nuevo modelo de organización, sin muchos de los trabajos a los cuales estamos acostumbrados se realicen. Cobran sentido posible y práctico las afirmaciones de Klaus Snowb, creador del Foro Mundial de Davos, respecto a que el desembarco de la cuarta revolución industrial traería millones de desempleos en el mundo, porque muchos de los trabajos que veníamos realizando, asociados al mundo del trabajo y el consumo en las tres revoluciones industriales precedentes ya no tendrían razón de ser. Se construye la hegemonía social respecto a que muchos trabajos son prescindibles.

    Durante semanas, la sociedad comienza a reordenarse desde la casa. Se educa o expande el consumo “online” o el “Delivery”. Se promueve con hechos la nueva educación para el consumo. Millones de seres humanos entran en contacto acelerado con algo que aún les resultaba etéreo e incómodo, el nuevo modelo de consumo en casa.

    El sueño dorado del capitalismo cognitivo del siglo XXI se muestra en la cotidianidad. Millones de seres humano son lanzados a la educación en casa, una nueva experiencia que parecía imposible cuando solo unos años atrás comenzamos a señalarlo como un Apagón Pedagógico Global (APG), un escenario factible para la reingeniería social en ciernes. Ya académicos como Norman Antonio Boscán y Jesús Alemancia comenzaron a exponer sus implicaciones en sociedades como la panameña. Para poder concretar el salto, se ensayan plataformas y propuestas, mientras las familias aprenden colectivamente que es posible educar en casa, sin el acompañamiento de docentes, creando confusión sobre las diferencias entre enseñar a aprender y recibir información.    

    El miedo le construyó condiciones de posibilidad a un nuevo paradigma social. El miedo cohesionó mentalidades y forzó a ver nuevos caminos de cruce entre aceleración de la innovación y modelo de organización societal. Mientras tanto, en las élites superestructurales de poder, la pugna interburguesa continua con dos escenarios posibles: guerra para resolver las diferencias o integración del capital trasnacional para dar paso al nuevo imperio tricéfalo extraterritorial. Veremos en los próximos meses y años (¿) el curso de esta puja. study :antina:  

    Todo lo anterior dejará una huella imborrable en la epistemología ciudadana de los individuos de una sociedad cada vez más mundializada culturalmente, en la cual la diversidad es suprimida, considerada una anormalidad, creándose superfluos estereotipos de simulación de esas diversidades.

    Después de la crisis una nueva hegemonía capitalista se habrá instalado

    Es previsible que en meses se supere la pandemia del Coronavirus. El modelo de control ensayado por China moldeará el curso de la resolución de esta crisis colectiva en materia de salud.  

    Todo vivirá la apariencia de volver a la “normalidad” pero ya no seremos los mismos. La hegemonía sobre una nueva forma de construir las sociedades del capitalismo de la cuarta revolución industrial será ya no utopía, sino algo posible para miles de millones de hombres y mujeres en todo el planeta.  

    La nueva normalidad estará preñada de certezas sobre la necesidad de repensar la casa, como escenario de vida, trabajo, educación, salud, seguridad y gobernabilidad. El mundo se nos hará incontrolable y la tranquilidad de lo que podemos moldear tendrá en la casa un espacio privilegiado.

    Seguramente vendrán nuevas crisis y otras formas de consolidar la hegemonía para la nueva sociedad, pero la semilla del “nuevo” modelo capitalista ha sido sembrado. Es hora que las resistencias anticapitalistas se atrevan a pensar esta nueva realidad, que ya no es un teorema, sino que se nos ha mostrado como una realidad concreta.

    Epílogo: la era de la singularidad está cerca, en la frontera final de la cuarta revolución industrial

    Entre la primera revolución industrial y el cambio drástico que implica la cuarta revolución industrial mediaron dos siglos. Esto nos puede dar la falsa certeza que habrá que adaptarnos a lo nuevo porque esto nos marcará para el resto de nuestras vidas.

    Nada más alejado de la realidad. Si observamos la línea de aceleración de la innovación científica tecnológica podremos ver con claridad como el nuevo quiebre se plantea en cualquier momento a partir del año 2045, es decir, solo veinticinco años adelante.

    A esta nueva ruptura y crisis civilizatoria Kurzweil (2012) le ha dado el nombre de “era de la singularidad”, que no es otra cosa que el advenimiento de una sociedad en la cual la fusión de vida biológica y tecnología será un fenómeno a gran escala. Pero dejemos eso para otro artículo.

    Todo ello nos plantea a quienes nos ubicamos en el plano de las resistencias anticapitalistas, desafíos, tareas y debates. La explotación del hombre por el hombre no desaparecerá por el contrario adquirirá nuevas y terribles expresiones. Los y las revolucionarios, debemos como lo hizo Marx, desde lo concreto del presente anticipar el mañana con propuestas alternativas.


    Muy buen artículo.
    Te lo subrayo y coloreo para facilitar su lectura.
    :stalinaproved:
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    argentina - Coronavirus o reingeniería social a escala planetaria - Luis Bonilla-Molina - Rebelion, marzo de 2020 Empty Lo que la televiSión del capitalismo no te cuenta sobre la PLANdemia del CORTINAvirus

    Mensaje por Dragon Rojo Vie Jul 03, 2020 8:00 am

    Coincido con los camaradas que dicen que la PLANdemia del CONTROLAvirus es una farsa creada por la oligarquía financiera para reciclar el capitalismo como único sistema hegemónico de dominación mundial pese a que está demostrado que es un sistema desigual y por tanto obsoleto.
    ¿Cómo hace la lumpenburguesía capitalista globalizada para imponer paquetazos de ajuste, tarifazo, recesión, recortes de salario, destrucción de puestos de trabajo y recrudecimiento de la represión policial y control gubernamental sobre la clase trabajadora, y todo eso al mismo tiempo en todo el mundo sin que el pueblo note que no es culpa de un gobierno o nación sino del SISTEMA en general?¿Y como impone esa oligarquía financiera semejante régimen de represión capitalista multinacional sin que el pueblo salga a las calles a rebelarse en masas incontrolables y para colmo quedándose en casa aplaudiendo como focas a sus carceleros por cada nueva medida de austeridad que imponen los capitalistas en el poder?
    Y la respuesta es: Fácil: con un virus.

    Con el pretexto de la "lucha contra el terrorismo" se invaden naciones, y ahora con el pretexto de la "lucha contra el enemigo invisible" se impone este régimen de ingeniería social malthusiana a escala planetaria para opiar al pueblo y hacerles creer que los gobiernos burgueses nos dejan sin trabajo y nos vigilan con cyberpatrullaje pero todo lo hacen "para cuidarnos": esos mismos burgueses a los que nunca les importaron los muertos de hambre, de frío, de enfermedades como la simple gripe estacional que cada invierno mata millones mas que este "nuevo coronavirus", y que sin embargo a la burguesía jamás le importó un comino todas las vidas obreras y lumpeproletarias que se pierden cada día por no contar con el sustento mas básico que todo ser humano debería tener en este planeta pero que en el "maravilloso" mundo capitalista solo una casta lo tiene; a esos mismos burgueses que no les importa matar de hambre y matar con guerras a medio mundo, ahora resulta que les importan los muertos por coronavirus que no llegan ni al 2% de la población... y las masas alienadas se lo tragan, se creen ciegamente y sin cuestionar cada palabra que sale de los medios de desinformaSión del capitalismo, porque todos los gobiernos "de izquierda" o "de derecha" son solo falsa disidencia de un mismo sistema: el capitalismo, y esa elite financiera de oligarcas propietarios de los bancos y entidades financieras multinacionales planificaron todo ésto para justificar el resteo financiero de 2021 (ya lo anunció el World Economic Forum):
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    Ese mismo Foro de Davos es el que financió junto a la FundaSión Bill & Melinda Gates el autodenominado por ellos "Evento 201" que fue un simulacro de pandemia por coronavirus anunciado en New York dos meses ANTES de que apareciera el primer caso de COVID-19 en Wuhan:
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    Un memorandum interno del Ministerio del Interior del gobierno alemán fue filtrado y menciona que la pandemia por coronavirus es una falsa alarma mundial:
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    Personalmente me choca mucho ver como la izquierda "progre" (desde socialdemócratas hasta trotskystas, pero también partidos que dicen ser "maoístas" o "stalinistas" pero en realidad son revisionistas que forman alianzas con los socialdemócratas y keynesianos) no dicen ni una palabra sobre todo esto, y por culpa del silencio cómplice de esa izquierda "deconstruída" es que el tema del origen verdadero de la pandemia y la creación artificial del virus terminan quedando en manos de la ultraderecha o el tercerposicionismo que es justo lo que el capitalismo necesita para acusar de "neonazis" y "conspiranoicos" a todos aquellos que denuncien que la pandemia es una cortina de humo para justificar la "gobernanza global" de la elite financiera capitalista. Por ende insisto: no es que ésto sea una "teoría de conspiración de derecha", sino que ese es el lugar en el que el sistema pretende encasillarlo, y gran parte de esa responsabilidad es culpa de la izquierda progre por estar masturbandose con pañuelitos verdes y banderitas de colores en vez de hacer un análisis materialista sobre la farsa del cortinavirus desde una perspectiva marxista, como muchas webs antifascistas lo han estado haciendo:
    [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
    Acá vemos un buen ejemplo de los abusos policiales cometidos bajo el pretexto de "violar la cuarentena" (y nótese que con la excusa de la "pandemia" se ha cerrado el poder judicial, así que no hay Habeas Corpus, es un toque de queda dictatorial disfrazado de medida sanitaria):
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    [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
    El filósofo marxista italiano Diego Fusaro también viene denunciando que la falsa pandemia del coronavirus es un "capitalismo terapéutico" (o sea, globalización capitalista desmesurada impuesta bajo excusa sanitaria fabricada):
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    Y si les parece "conspiranoia" la idea de que el bioterrorismo mediático sobre el coronavirus es llevar a la gente a un frenesí por la vacuna de patentes privadas que anuncian como "salvación" y que en realidad será el caballo de Troya para inocular chips de rastreo a toda la población, lamento informarles dos cosas: la primera, que esta tecnología ya existe desde hace años (Barbie Franco, la esposa trofeo del abogado mediático Fernando Burlando es la mas famosa en Argentina de entre los que se sometieron a la inyección del chip de rastreo), y la segunda: a confesión de parte, relevo de pruebas: el propio Bill Gates y sus empresas Microsoft (software) y GAVI (vacunas) están unidas junto a la Fundación Rockefeller y otros lobbies empresariales en lo que ellos han dado de llamar "ID2020", lo que confiesan es un programa de inoculación masiva de chips de "identidad digital" para toda la población mundial (no es "teoría de conspriación", estos mismos burgueses lo publican sin tapujos en su sitio web oficial): [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

    Mas allá de que no coincido para nada con la línea editorial kirchnerista del periodista Tomás Méndez, no obstante nobleza obliga y hay que reconocer que el tipo no es ningun "teórico de la conspiración", y tampoco es ningún "fascista hitleriano antisemita", sin embargo fue brutalmente censurado por el lobby sionista de la DAIA y la feminazi abortera Victoria Tonta (titular del INADI, organismo "progre" encargado de censurar a quien se oponga a la "ideología de género", y como vemos el INADI y su sospechosa titular pertenecen al mismo gobierno K al que Mendez defendía trabajando en el canal C5N conocido por su sesgo editorial oficialista, y sin embargo el sionismo censuró a Tomás Méndez por revelar el origen capitalista del coronavirus, donde se encuentran desde conocidos burgueses yankis como Bill Gates hasta los nefastos banqueros sionistas Rothschild, Rockefeller y Soros, usureros prestamistas detrás de todas las maquinaciones imperialistas):
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    Mas allá de las opiniones de cada quien acerca de si Aleksandr Lukashenko es comunista o si dejó de serlo, lo que no podemos negar es que nunca fue un "conspiranoico terraplanista" ni nada por el estilo, y es éste presidente bielorruso formado en el sistema soviético el que denuncia que la plandemia del controlavirus es una farsa creada por las élites globalistas de occidente para remodelar el nuevo orden mundial:
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    Y acá lo vemos a Lukashenko denunciando que el FMI impone la cuarentena como requisito para otorgar préstamos a las naciones (o sea que las cuarentenas no son medidas sanitarias, son medidas económicas para provocar la quiebra de las naciones y justificar devaluaciones, ajuste, tarifazos, recortes, y endeudamiento con el FMI y el Banco Mundial):
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    Y si todavía alguien se come el cuento de que "porque un chino se comió un murciélago se enfermó toda la humanidad" (como si los chinos no comieran murciélagos desde hace eones sin que la humanidad corriera peligro ¬¬), pues acá lo tenemos al mismísimo Premio Nobel que descubrió el VIH, diciendo que el SARS-CoV-2 (cepa del coronavirus que causa la enfermedad COVID-19) es un virus artificial creado en un laboratorio, y que en su núcleo contiene ARN del mismísimo VIH (o sea: una quimera, cosa que la naturaleza no produce, es la mano del hombre, o mas bien del lobby de las transnacionales farmacéuticas o "Big Pharma"):
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    Para finalizar: Es notorio como Corea del Norte pese a estar pegado a China no tuvo NI UN SOLO CASO DE CORONAVIRUS mientras que Corea del Sur que no tiene fronteras con China sí fue uno de los países con mas contagios, lo que demuestra que las medidas socialistas son realmente sanitarias y preventivas, mientras que las medidas capitalistas son en realidad medidas de control poblacional autoritario y ajuste y recesión financiera programada, enmascarados con el cuento de la "lucha contra la pandemia":
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    Resumiendo, cabe preguntarse: ¿que es mas difícil de creer?:¿que los capitalistas inventaron otras de sus armas biológicas con fines espurios al servicio de la oligarquía financiera y la globalización del capitalismo?¿o que el desmadre mas grande de la historia a escala planetaria fue todo por un chino que se comió un murciélago y que los "salvadores de la humanidad" son los burgueses y sus medidas represivas que nos vienen jodiendo desde toda la vida?:
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    Yo solo presento la información, cada cual que saque sus propias conclusiones.
    Saludos!


    Última edición por Dragon Rojo el Vie Jul 03, 2020 8:46 am, editado 3 veces (Razón : ortografía)
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    argentina - Coronavirus o reingeniería social a escala planetaria - Luis Bonilla-Molina - Rebelion, marzo de 2020 Empty Re: Coronavirus o reingeniería social a escala planetaria - Luis Bonilla-Molina - Rebelion, marzo de 2020

    Mensaje por DP9M Vie Jul 03, 2020 5:09 pm

    Es una magufada estos comentarios.


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    argentina - Coronavirus o reingeniería social a escala planetaria - Luis Bonilla-Molina - Rebelion, marzo de 2020 Empty Re: Coronavirus o reingeniería social a escala planetaria - Luis Bonilla-Molina - Rebelion, marzo de 2020

    Mensaje por Máquina Dom Jul 05, 2020 11:22 am

    Dragon Rojo:

    Coincido con los camaradas que dicen que la PLANdemia del CONTROLAvirus es una farsa creada por la oligarquía financiera para reciclar el capitalismo como único sistema hegemónico de dominación mundial pese a que está demostrado que es un sistema desigual y por tanto obsoleto.

    Claro, han creado un virus para "reciclar" al capitalismo. No vuelva a decir nada por el estilo si no puede sustentarlo.

    Y si les parece "conspiranoia" la idea de que el bioterrorismo mediático sobre el coronavirus es llevar a la gente a un frenesí por la vacuna de patentes privadas que anuncian como "salvación" y que en realidad será el caballo de Troya para inocular chips de rastreo a toda la población, lamento informarles dos cosas: la primera, que esta tecnología ya existe desde hace años (Barbie Franco, la esposa trofeo del abogado mediático Fernando Burlando es la mas famosa en Argentina de entre los que se sometieron a la inyección del chip de rastreo), y la segunda: a confesión de parte, relevo de pruebas: el propio Bill Gates y sus empresas Microsoft (software) y GAVI (vacunas) están unidas junto a la Fundación Rockefeller y otros lobbies empresariales en lo que ellos han dado de llamar "ID2020", lo que confiesan es un programa de inoculación masiva de chips de "identidad digital" para toda la población mundial (no es "teoría de conspriación", estos mismos burgueses lo publican sin tapujos en su sitio web oficial): [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

    El tema de los chips de rastreo podía tener sentido en el Internet de los 90s, ahora lleva usted un rastreador en el bolsillo. Además, sea original, lo de los chips en la sangre es una teoría conspirativa viral que parte de no saber nada ni de vacunas ni de electrónica.

    Personalmente me choca mucho ver como la izquierda "progre" (desde socialdemócratas hasta trotskystas, pero también partidos que dicen ser "maoístas" o "stalinistas" pero en realidad son revisionistas que forman alianzas con los socialdemócratas y keynesianos) no dicen ni una palabra sobre todo esto, y por culpa del silencio cómplice de esa izquierda "deconstruída" es que el tema del origen verdadero de la pandemia y la creación artificial del virus terminan quedando en manos de la ultraderecha o el tercerposicionismo que es justo lo que el capitalismo necesita para acusar de "neonazis" y "conspiranoicos" a todos aquellos que denuncien que la pandemia es una cortina de humo para justificar la "gobernanza global" de la elite financiera capitalista.

    A mí me choca cómo, los descubridores de ésta estafa creen que la paralización parcial de la producción y del consumo en el mundo es un plan capitalista. Hay antecedentes sabiendo que para muchos conspiranoicos hay un plan de reducción de la población impulsado por las "élites"... es decir, las élites impulsan la reducción de mano de obra disponible y de consumidores de los productos, fantástico oiga.
    En éste caso las élites éstas, que normalmente compiten entre sí, se han puesto de acuerdo para darle el gusto a las empresas farmacéuticas sacrificando las ganancias de muchas otras.
    Aquí lo único deconstruido son los cerebros señor.

    Con el pretexto de la "lucha contra el terrorismo" se invaden naciones, y ahora con el pretexto de la "lucha contra el enemigo invisible" se impone este régimen de ingeniería social malthusiana a escala planetaria para opiar al pueblo

    Si ésto es cierto, ya está tardando en denunciarlo a tribunales internacionales, no sé qué hace perdiendo el tiempo en el Foro.


    Creo que todos estamos de acuerdo en que la diferencia entre lo que ha escrito y no escribir nada es la inversión de tiempo, la suya y la mía. El tiempo no se repone. Reserve sus teorías para un blog. No se lo voy a decir más veces, ya hubo bastante comprensión con usted, será expulsado si no se comporta.
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    argentina - Coronavirus o reingeniería social a escala planetaria - Luis Bonilla-Molina - Rebelion, marzo de 2020 Empty Re: Coronavirus o reingeniería social a escala planetaria - Luis Bonilla-Molina - Rebelion, marzo de 2020

    Mensaje por Dragon Rojo Mar Jul 07, 2020 3:41 am

    Máquina escribió: Dragon Rojo:

    Claro, han creado un virus para "reciclar" al capitalismo. No vuelva a decir nada por el estilo si no puede sustentarlo..

    Se ve que te falta comprensión de texto: lo que han creado para reciclar el capitalismo es la PLANdemia, no la vacuna, a la vacuna la crearon para aumentar el control sobre la población mediante el chipeo masivo a los ciudadanos, y sí lo he sustentado, te di nombres: Fundación Bill & Melinda Gates, Fundación Rockefeller, GAVI, Microsoft, programa ID2020, acá tenés su web oficial:
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    Acá tenes a los burgueses promocionandolo con bombos y platillos:
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    Y acá tenes un video de ellos mismos por si no te quedó claro:


    El tema de los chips de rastreo podía tener sentido en el Internet de los 90s, ahora lleva usted un rastreador en el bolsillo. Además, sea original, lo de los chips en la sangre es una teoría conspirativa viral que parte de no saber nada ni de vacunas ni de electrónica.

    Te acabo de responder lo del chip de rastreo en el punto anterior acá arriba, y no, no tiene mas sentido en los 90, tiene mas sentido ahora: todos sabemos gracias a Snowden y Assange que la CIA y la NSA espían los e-mails y celulares de toda la población: ahora van a espiar a la población misma, ¿queres viajar a Corea del Norte para estrechar lazos con los camaradas?: No será posible si la CIA te tiene agarrado de las pelotas: si te vacunas vas a tener el chip ID2020 metido en el cuerpo las 24 hs del día, van a saber todos tus movimientos, si sos un ciudadano "normal" (alienado) no te pasará nada, pero si sos un disidente comunista ya saben donde ir a buscarte para eliminarte (si ya mataron al camarada Iona Yakir antes de que pase ésto, imaginate lo que va a pasar después cuando todos los comunistas incautos que se tragaron el cuento de la "pandemia" vayan corriendo como ovejas al matadero a vacunarse contra una enfermedad que no es mas letal que una gripe común, y por tragarse el bioterrorismo mediático van a dejarse inocular con el GPS intravenoso que el imperialismo usará para geolocalizar a los "indeseados" que se opongan al sistema).

    ¿Sabes lo que es el "Transhumanismo"?¿crees que es un invento de los "conspiranoicos"? Lamento informarte que NO: ya de por sí el transgenerismo que tanto aman los LGTB es una forma de transhumanismo en referente a la sexualidad, pero no es el único transhumanismo posible, lo del chipeo a seres humanos para mantenerlos vigilados como a perros ya se hace desde hace bastante. Acá te dejo un artículo del diario capitalisa pro-yanki Clarín que no tiene nada de "consprianoico" porque es la voz oficial defensora del sistema, y te cuenta sobre una empresa de mi país que se jacta de ser la primera en haber traído a la Argentina esta tecnología del chip de rastreo inyectable:

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    Implantar chips a los trabajadores es justo lo que la burguesía capitalista multinazional siempre ha querido (y ya lo están haciendo):
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    A mí me choca cómo, los descubridores de ésta estafa creen que la paralización parcial de la producción y del consumo en el mundo es un plan capitalista. Hay antecedentes sabiendo que para muchos conspiranoicos hay un plan de reducción de la población impulsado por las "élites"... es decir, las élites impulsan la reducción de mano de obra disponible y de consumidores de los productos, fantástico oiga.
    En éste caso las élites éstas, que normalmente compiten entre sí, se han puesto de acuerdo para darle el gusto a las empresas farmacéuticas sacrificando las ganancias de muchas otras.
    Aquí lo único deconstruido son los cerebros señor.

    Lo único deconstruído son los cerebros de los creyentes en la "izquierda progre" que se tragaron el cuento de que "un chino se comió un murciélago, eso enfermó al mundo entero, y los salvadores son los gobiernos capitalistas y empresas privadas que quieren cuidarnos".
    Date cuenta que las élites son la casta superior de la burguesía capitalista multinacional, la oligarquía financiera de la que siempre ha hablado el Marxismo-Leninismo, ¿o realmente creías que un pequeño burgués con un kiosko es igual de poderoso e influyente que los Bill Gates, los Rockefeller y el Bnaco Mundial?. El paro generalizado por la pandemia es lo mismo que la crisis del 2008 de la Eurozona o la crisis del 2001 en Argentina, pero en todo el mundo al mismo tiempo, eso evidencia que lo que falla no es un gobierno de turno de una nación en particular sino que lo que falla es el sistema capitalista en su totalidad, ¿y como hace la burguesía para que el proletariado no se despierte y no se de cuenta que lo que falla es el sistema?: hechandole la culpa al virus, así por eso muchos "comunistas" anestesiados por la televisión del capitalismo se comieron el camelo de la "pandemia" y hoy defienden a empresarios como Bill Gates "que son filántropos que quieren ayudar a la humanidad buscando la vacuna", y así por eso no hay partido de izquierda aprovechando la crisis mundial para levantarse contra el Capital, sino que al contrario se quedan en casita aplaudiendo como focas a sus carceleros y teniendo fe en que una casta de burgueses a sueldo de esa elite empresarial multinacional va a venir a "salvarnos" dandonos la vacuna que tanto promociona Bill Gates en CNN (mismo burgués que fabricaba virus de computadora para venderte el antivirus, y ahora fabrica virus de verdad para venderte la vacuna).

    Si ésto es cierto, ya está tardando en denunciarlo a tribunales internacionales, no sé qué hace perdiendo el tiempo en el Foro.

    ¿A que tribunales queres denunciarlo?¿al corrupto tribunal de La Haya que nunca pone sanciones contra USA y contra I$raHell pese a sus sobrados crímenes de lesa humanidad?¿estás seguro que sos comunista?, digo, porque tu fe en los Mass Media, en Bill Gates, y en entidades de la globazliacion capitalista como La Haya me hacen pensar que estas hablando como un liberal o un progre posmoderno, y no como un marxista que descree del relato emitido por los voceros de la burguesía.


    Creo que todos estamos de acuerdo en que la diferencia entre lo que ha escrito y no escribir nada es la inversión de tiempo, la suya y la mía. El tiempo no se repone. Reserve sus teorías para un blog. No se lo voy a decir más veces, ya hubo bastante comprensión con usted, será expulsado si no se comporta.

    Lo peor de tu ingenuidad es que no te das cuenta que lo que yo he dicho no es una teoría propia de un blog sino un hecho comprobado: te di nombres de burgueses con nombre y apellido, como Bill Gates y la Fundacion Rockefeller, de sus aquelarres burgueses como el EVENT 201 y el programa ID2020, te di nombres de entidades financieras supranacionales como el World Economic Forum, y el FMI, presidentes como Lukashenko que denunciaron que el FMI impone la cuarentena como requisito para otorgar préstamos, y te di nombres de periodistas que fueron censurados como Tomás Méndez al que la entidad sionista argentina "DAIA" lo censuró por denunciar que los banqueros sionistas financiaron a Bill Gates para esta operación, por ende la información se puede corroborar (hasta te di enlaces a las fuentes originales), ahora si te hace mas feliz vivir en una mentira y queres creer que la mayor recesión de la historia fue por culpa de un murciélago y no por culpa de la globalización capitalista multinacional y la casta de burgueses supranacionales que controlan el sistema, entonces eso ya es culpa tuya por no hacer un análisis materialista de la historia y ser un conformista que se traga el relato que dice la televisión del capitalismo..
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    argentina - Coronavirus o reingeniería social a escala planetaria - Luis Bonilla-Molina - Rebelion, marzo de 2020 Empty PLANdemia del CONTROLAvirus: cortina de humo de la burguesía globalizada para encubrir la crisis capitalista mundial

    Mensaje por Dragon Rojo Vie Ago 14, 2020 5:35 am

    Buenas a todos, he vuelto a este hilo para no abrir otro, quería compartir con ustedes el análisis del camarada Gustavo Robles del Partido Comunista de los Trabajadores, dejo acá debajo el enlace al artículo original pero a continuación lo transcribo en caso de que Google lo censure con la excusa del "cyberpatrullaje" que está tan de moda en estos tiempos de "cuarentena" (y pensamiento hegemónico sobre el tema ¬¬).
    PD: Resalté los puntos mas importantes para facilitar la lectura:

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    CORONACRACIA Y PROFUNDIZACIÓN DE LA BARBARIE CAPITALISTA

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    A nueve meses del origen de la crisis del covid19 en China, y a cinco de la declaración de Pandemia por parte de la OMS, bien vale un repaso y algunas reflexiones al respecto.



    Estadísticas COVID19 al 1-8-20



    Mundo




    Población total:                  7.500.000.000 de personas

    Infectados covid19:                 17.991.501  “          “           (0,23% del total)

    Fallecidos covid19:                        687.718             “            (0,009%    “        )

    Tasa de mortalidad:                                   3,87%  (de cada 100 enfermos, fallecen 4)

                                                                        (se calcula que los infectados son tres veces más,

                                                                           por lo que esta tasa bajaría a poco más del 1%)





    En el mundo mueren 160.000 personas por día según la ONU, por causas generales

                                               2.600 son por covid19, el 1,6% del total

    Es decir que 157.400, el 98,4% de las personas mueren de cualquier otra cosa, menos de covid19



    Argentina




    Población total:                         45.000.000 de personas

    Infectados covid19:                          191.302 (0,42% del total)

    Fallecidos covid19:                               3.558 (0,007%     “        )



    En Argentina, sólo el año pasado, murieron 33.000 personas por GRIPE COMÚN y 44.000 a causa del tabaquismo, según el Ministerio de Salud

    Nadie hizo cuarentena por ello

    Según el mismo Ministerio, en 2018 murieron 342.000 personas en el país. Se puede deducir que en 2019 se rondó la misma cifra. Significan alrededor de 940 muertes diarias.

    Las 3.558 muertes por covid hasta hoy, significan el 1% de aquella cifra. Pero parece que sólo esas importan, y no el 99% restante.

    Lo que cabe preguntarse es qué pasa si no se consigue una vacuna eficaz para este virus. De hecho, esta enfermedad vino para quedarse, y habrá que convivir con ella por el resto de la historia humana.

    ¿Viviremos en cuarentena el resto de nuestras vidas entonces?

    ¿o habrá que extremar la imaginación para terminar con este absurdo encierro?

    ¿qué pasaría si se sucedieran –como se pronostica- pandemias letales de verdad, como lo fueron la Peste Negra, la Peste Azteca o la Gripe Española?

    Construir centenares de hospitales y formar muchos más profesionales para estar preparados para nuevas pandemias parece lo más coherente de aquí al futuro, aunque la burguesía mundial lo considere un gasto inútil porque en tiempos normales todos esos recursos permanecerían ociosos.

    El presidente Alberto Fernández dijo el viernes pasado (31-7-20), en su nuevo anuncio de extensión de la cuarentena que empezó el 20 de marzo y por ahora se extenderá hasta el 18 de agosto, que “la cuarentena es lo único efectivo que se puede hacer”, ante la enfermedad que ha afectado al 0,23% de la población mundial y al 0,42% de los argentinos, y que lo que él quiere es “cuidar las vidas” de los habitantes de este país. Esas mismas vidas que no cuida con el resto de las causas de muerte, que son infinitamente más que el coronavirus.

    ¿Por qué no se actúa igual ante el hambre entonces, consecuencia del sistema que lo produce, el capitalismo?

    El miedo que han instalado en la población a través de los medios es tan grande, que hasta en los sectores más combativos de la población, hasta en la izquierda llamada “revolucionaria”, ha calado de tal manera que se defenestra a cualquiera que opine distinto a lo establecido.

    El sólo hecho de exponer la contundencia de las cifras que figuran al principio de esta nota merece, por parte muchos “camaradas” el miserable tilde de “bolsonarista” o “trumpista”, desconociendo las distintas posturas ideológicas, la defensa de intereses absolutamente contrapuestos entre ellos y nosotros. Mientras las lacras de la derecha defienden la explotación y el saqueo capitalistas y les importa un bledo la vida de los trabajadores, a nosotros nos importan no sólo las vidas puestas en riesgo por el covid (el 1% del total), sino el 99% restante. Y mientras algunos “compañeros” y “camaradas” que cobran su salario puntualmente todos los meses, sólo ponen la mirada en los que tienen su misma condición, pero se olvidan o miran para otro lado ante la tremenda problemática que por ejemplo sufren más de 11 millones de trabajadores precarizados en Argentina, nosotros decimos que hay que tener política para TODOS los compañeros de clase. Debemos estar en contra de la explotación del trabajo, no del trabajo en sí.

    Lo cierto es que han logrado establecer que lo “políticamente correcto” es apoyar la cuarentena que el gobierno establece y pregona, junto con la progresía nacional, regional y mundial, y por qué no decirlo, los medios de comunicación, los laboratorios y los que manejan el sistema financiero imperialista (que son los que acumulan y/o acumularán pingües ganancias con la crisis), mientras los que nos oponemos “por izquierda” somos vistos como escoria funcionales a la derecha.

    Claro que los funcionales son los que en medio de la tormenta “coronada” miran para otro lado o no hacen nada ante la destrucción de los derechos laborales conseguidos con sangre de trabajadores a través de décadas de lucha proletaria. O los que reparten miseria mientras no tocan los intereses de los poderosos, o los que se resignan a ello.

    Es mentira lo expuesto por Alberto Fernández, acerca de que “no se puede hacer otra cosa” que la cuarentena. Se podría aclarar que la responsabilidad de la entrada del virus al país fue enteramente del gobierno, pues pudo haber prohibido el ingreso de los en su mayoría acomodados económicamente, que viajaron al exterior y lo introdujeron en nuestro suelo. También pudo haberlos forzado a hacer cuarentena en un “gueto” en todo caso; pero no lo hizo y los dejó circular, para luego rasgarse las vestiduras y “acuarentenar” a todo el mundo, sano o enfermo por igual, vallando sí las barriadas empobrecidas, imponiendo un control policíaco similar a un Estado de Sitio, donde hay que pedir permiso hasta para salir a trabajar.

    Trágica negligencia que produjo que el virus importado por los ricos, afectara más gravemente a los sectores populares.

    Si lo que prima es la vida sobre la economía (como corresponde), entonces hay que generar las condiciones básicas para la subsistencia digna de los que si no trabajan no comen. $10mil cada DOS MESES son una miseria y una humillación que no alcanza para nada (la canasta básica ronda los $60mil, según la junta interna del INDEC), mientras ofrece pagarle a los buitres lo que no debemos, cajonea el impuesto a la riqueza y desiste de “intervenir” (mucho menos expropiar) a un antro de corrupción como Vicentín.

    Pero además, debería:

    -no cobrar ningún tipo de impuesto a los asalariados, ni inmobiliario, ni provincial, ni municipal, ni al salario

    -no cobrar ningún servicio, ni luz, ni gas, ni agua, ni de comunicación, ni alquileres.

    -prohibir efectivamente los despidos, las suspensiones y los descuentos de salarios, so pena de encarcelamiento a todo patrón que incumpliera esas prohibiciones

    -prohibir los aumentos de precios, sobre todo en la canasta básica, so pena de encarcelamiento también a quienes irrespeten esa regla.

    -declarar un “perdón general” a todas las deudas de los trabajadores.



    Sin embargo, el gobierno hace todo al revés:

    -castiga a los trabajadores que salen a trabajar para poder llevar el pan a sus mesas

    -negocia con los acreedores externos el pago de una deuda ilegal, ilegítima, fraudulenta y por lo tanto odiosa.

    -deja que el empresariado haga y deshaga a su antojo, tal como queda explícito con los despidos, suspensiones y recortes salariales, y con los escandalosos viajes al exterior de la lacra Mauricio Macri, que se ríe de la cuarentena y el pueblo, aún estando procesado por la “justicia”. Lo hace Macri y todos los de su clase, por supuesto, sin recibir castigo alguno. La cuarentena, queda claro, es para los pobres. Los ricos pueden hacer lo que les plazca.



    No puede ser de otra manera, conociendo el entramado de intereses y de poder en el Sistema Capitalista, gobierne quien gobierne.

    La realidad es que una solución real para esta crisis pandémica y otras que vendrán y están en ciernes, está lejos de lo que se pueda realizar dentro del capitalismo. Es el capitalismo el que ha generado las condiciones para que esta pandemia, las que se avecinan y cualquier otro problema o crisis social no puedan resolverse sino agravarse, y tengan un tratamiento desigual según la clase a la que se pertenezca.



    Es el capitalismo el que ha decretado que la vejez “cuesta caro

    Es el capitalismo el que ha establecido que cuidar y curar la salud de las mayorías es antieconómico.

    Es el capitalismo el que considera un “gasto” construir hospitales y tener personal sanitario bien pago y con recursos e insumos.

    Es el capitalismo el que orada los salarios, porque afectan la tasa de ganancia de los empresarios.

    Es el capitalismo el que ha creado esta asqueante realidad, donde 10 familias reúnen la riqueza de la mitad de la población mundial, mientras millones mueren de hambre anualmente.



    Pero además, es el capitalismo, el modo de producción burgués, con su concentración industrial, financiera y administrativa, el que ha modelado la demencial distribución demográfica en todo el mundo, donde millones se hacinan en megalópolis que producen todo tipo de enajenaciones a quienes las habitan, y crean las condiciones necesarias y suficientes para que cualquier enfermedad contagiosa se transforme en epidemia y pandemia. Es evidente que hay que ir hacia otra distribución demográfica, una verdaderamente racional, pero eso no va a ser posible mientras exista el capitalismo.



    Está claro que el mundo debe cambiar, que se necesitan reglas completamente distintas a las hoy existentes, reglas que no permitan la aglomeración, ni la desigualdad, ni la injusticia, ni la propagación de las enfermedades… ni la explotación del ser humano por otro ser humano.



    Para ello hay que producir una verdadera revolución mundial, una que se base en un modo de producción que socialice la riqueza y no la concentre. Que distribuya la población y no la amontone.

    A eso algunos lo llamamos sociedad socialista, y aparece como la única alternativa para la Humanidad si es que quiere subsistir en las décadas y los siglos venideros.



    Gustavo Robles*

    1-8-20



    * Cofundador del Foro de Salud y Medioambiente de Avellaneda en el 2003 / Responsable de Relaciones Políticas del PCT / Miembro de la Dirección del Encuentro Socialista Antiimperialista
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    argentina - Coronavirus o reingeniería social a escala planetaria - Luis Bonilla-Molina - Rebelion, marzo de 2020 Empty Joel Flores, profesor de Historia en Buenos Aires publica artículo en La Razón Comunista criticando la cuarentena en Argentina

    Mensaje por Dragon Rojo Miér Ago 19, 2020 9:12 am

    Buenas a todos, camaradas, quiero compartir con ustedes el siguiente artículo del historiador Joel Flores de la UBA, publicado en "La Razón Comunista":
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    Argentina. ¿Hay vida después del Coronavirus?

    Por Joel Flores


    Resumen: A pesar de ser un tema de interés global del que ningún país se encuentra a salvo, el caso de la pandemia denominada Covid-19 plantea a cada pueblo del mundo una situación crítica que es, a la vez, una oportunidad. Como ocurre con toda crisis, de esta se sale fortalecido o bien se perece. Esto último aparece muy nítido en el caso de países que, como es el caso de Argentina, tienen una enorme potencialidad que permite imaginar una sociedad más justa y soberana por sus cuantiosas riquezas naturales y privilegiada posición geográfica. Sin embargo, por razones vinculadas a la dialéctica de Estados y de clases, se mantiene hace 200 años en la subordinación en tanto que Estado y, por ende, en el sometimiento de la clase productora por excelencia: la clase trabajadora. El contexto mundial de pandemia está siendo aprovechado para aplicar una reforma laboral de hecho en el país, mientras que se excluye y aísla pronunciadamente a los sectores de trabajadores que el modelo liberal, vigente en Argentina, desplaza a la marginalidad permanente. Por último, se presentan algunas ideas pragmáticas para el aprovechamiento de esta crisis en favor de la nación argentina y, en particular, de las masas trabajadoras que son, en definitiva, las únicas que pueden sacar a la patria de su situación semi-colonial.



    Palabras clave: Covid-19, OMS, soberanía, dialéctica de clases y de estados, insubordinación fundante.




    Introducción


    La crisis que se abre con la expansión de la pandemia del Covid-19 implica un salto en calidad respecto de las múltiples crisis ocurridas desde la vigencia del sistema capitalista y del sistema-mundo iniciado en los tiempos del descubrimiento de América.

    Es la primera crisis en la que, con total seguridad, podemos decir que todos y cada uno de los países del mundo están directamente afectados, con muertos en su haber y un dislocamiento general de sus estructuras sociales.

    Ni siquiera en la Segunda Guerra Mundial sucedió algo así, ya que muchos países apenas sí sintieron las consecuencias de aquellas batallas a nivel de sus economías, sistemas productivos, diplomacia, etcétera.

    Y es que la globalización ha cumplido su función de poner en contacto permanente, y sin barreras, cada rincón de este mundo. Un escenario ideal para la expansión de un virus que, creado o no, ha dado crédito a las palabras de un Bill Gates, quien dijo: "la próxima guerra se parecería mucho más a un virus que a una bomba atómica". [1]

    Pero este desarrollo económico y social, que se produjo durante el esplendor de la globalización, marca el comienzo del fin de ese modelo económico y hasta civilizatorio. Actualmente lo que ha demostrado esta crisis, es la profunda dominación del capital financiero internacional por encima de los Estados nacionales.




    I.- Donde manda capitán…

    En la mayoría de los países, que no están en condiciones de competir y/o resistir con los Estados poderosos del mundo, las funciones estatales -ejercidas durante siglos por los Estados-nación-, son claramente decididas en centros de poder que presentan una fachada de ser “multilaterales”; pero que, en realidad, tienen una base bien definida en aquellas entidades que centralmente los financian.

    Esto está clarísimo si vemos el reporte financiero de un organismo como la OMS, en donde descollan aportes como el de la fundación Bill y Melinda Gates (unos 600 millones de dólares). Gates no necesita mucha presentación: el multimillonario del internet y “filántropo”, hace años que se muestra preocupado por el “exceso poblacional” en el mundo y por curar enfermedades en los países menos desarrollados del mundo. [2]

    Además, destaca  la fundación Gavi (con participación de Gates también) para las vacunas, la cual aporta más de 200 millones de dólares al presupuesto anual de la OMS. Dicha fundación filantrópica se presenta del siguiente modo en su página oficial: “GAVI Alliance es una asociación público-privada con sede en Ginebra creada con el objetivo de mejorar la salud en los países más pobres del mundo. GAVI reúne a gobiernos de países en desarrollo y gobiernos de países donantes, la Organización Mundial de la Salud, el UNICEF, el Banco Mundial, la industria de vacunas en países tanto industrializados como en desarrollo, organismos técnicos y de investigación, la sociedad civil, la Fundación Bill y Melinda Gates, además de otros filántropos privados.” [3]

    Estos son aportes con fines especificados, es decir que estos capitales son los que, realmente, están decidiendo sobre la salud de miles de millones de personas en todo el mundo.

    Si además consideramos la quita por parte de EEUU de sus aportes a la OMS; vemos crecer abismalmente la parte con que los “mecenas privados” financian al organismo mundial de la salud.


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    II. Una reacción, solo aparente.




    Actualmente los Estados tienen que cerrarse sobre si mismos (sus fronteras, y actividades comerciales), como respuesta supuestamente natural, al pánico generado y parece que muchas personas están descubriendo la importancia de las herramientas que tiene un Estado para garantizar la vida, la dignidad y el progreso humanos.

    El liberalismo agonizante es un signo claro de estos tiempos de crisis, lo cual no significa que sea el sistema capitalista quien se halle en una crisis terminal, sino más bien que estamos ante un salto de calidad de dicho modo de producción.

    Ejemplos de ello son la “uberizacion” de parte de la economía o el trabajo a distancia, que permiten mayores niveles de explotación e informalidad en los trabajos. Algo que afecta de lleno en nuestro país, que cada vez ve más desdibujado su pasado de país donde los trabajadores teníamos organización y leyes, que amortiguaban la voracidad capitalista por aumentar la plusvalía.

    El capitalismo continúa desarrollando sus fuerzas productivas, y esto en sí mismo no es malo ni bueno. Los marxistas sabemos que todo modo de producción comienza a estar en condiciones de dar paso a uno nuevo, siempre y cuando haya agotado sus capacidades de desarrollo, no antes de eso.

    El sistema capitalista debe desarrollar su potencialidad productiva al máximo de sus posibilidades, es una ley histórica que aquellos que dirigen las riendas de China vienen aplicando conscientemente hace algunas décadas con resultados asombrosos. En general, el lejano Oriente se ha transformado en el principal motor de dicho desarrollo de las fuerzas productivas a nivel mundial.

    Algunos ejemplos relevantes provienen de ese oriente: países como Corea del Sur, Japón y, sobre todo, China; son una muestra cabal de la necesidad de tener un desarrollo industrial y de efectuar avances en ciencia y tecnología con desarrollo autónomo para poder sobrevivir a los tiempos que se nos vienen en todo el mundo.

    De esa manera, con la industria nacional se puede sostener un nivel de empleo acorde a la población, y con ciencia y tecnología se logran niveles de productividad que son condición sine qua non hoy para no quedar rezagados económica, tecnológica y culturalmente hablando.

    Por el contrario, el ocaso del Occidente se ve reflejado en los datos que presentan países como Francia, Italia o España. Tomando los datos oficiales, en España, con unos 29 mil fallecidos, en Italia 33 mil y en Francia otros 29 mil hasta el momento.

    Estos países no solo cuentan sus muertos de a miles, sino que además están viendo comprometerse sus economías, de manera que los terminan de situar como presa fácil del estado norteamericano. [4]

    Esto se hace muy patente cuando, desde el mes de marzo último, han desembarcado 30000 soldados norteamericanos en Europa a los fines de realizar ejercicios militares en plena pandemia. Todo un signo de los nuevos tiempos geopolíticos.

    Claramente se trata, para nuestro país, de no copiar recetas de países cuyos Estados y sociedades han demostrado no estar a la altura para poder sortear una crisis como la actual, tanto desde el punto de vista social y geopolítico, como desde el punto de vista antropológico.

    Desde el punto de vista social, estas sociedades han demostrado caer en la desesperación y el alarmismo. Desde el punto de vista antropológico, la pérdida de referencia espiritual y la alienación de tantos años de consumismo e individualismo, nos demuestra que estas sociedades no poseen sentido ni dirección claras.




    III.- Argentina (im)potencia.



    En el caso de nuestro país, aún navegamos a dos aguas entre lo que está caducando y lo que está naciendo: si bien hay un discurso oficial de "estado interventor", de supuestamente dar más importancia a la vida que a la economía, como si hubiera vida sin producción. Sabemos que el trabajo es parte esencial, constitutiva, de nuestro ser en el mundo; gracias a esta actividad es que llegamos a ser humanos. [5] (Engels, 1876)

    Lo real es que las medidas que se tomaron hasta el momento no salen del marco liberal, con ciertos tintes Keynesianos. Es decir, que un conjunto de medidas ineficaces que apuntarían a estimular la inversión, no es real si no hay capacidad de exportar ni de consumo interno. Los créditos no se otorgan y las inversiones son prácticamente inexistentes.

    Ante semejante contexto mundial, en que muchas relaciones (productivas, humanas, sociales, entre estados etc.) están como una moneda en el aire, se necesitan soluciones que partan de la base material concreta existente en cada país y, así también, en Argentina.

    Por ello, se puede afirmar que países como Argentina se encuentran ante la posibilidad histórica de subvertir su relación con otros Estados y poderes del mundo, a la vez que esto significaría, lógicamente, transformar las formas de relación social en lo interno y en su base, las relaciones sociales de producción.

    Este país se compone de un inmenso territorio relativamente muy deshabitado, bicontinental, bioceánico y con una cantidad de riquezas disponibles desaprovechadas; entre ellas ingentes riquezas disponibles en nuestro mar argentino. Pero nuestros puertos y medios de transporte marítimos están en manos de las multinacionales y el gobierno actual ha profundizado esa vía de entrega de soberanía y capacidad económica. [6]

    A decir verdad, sí están siendo aprovechadas estas ingentes riquezas naturales (y no naturales) por parte de quienes, literalmente, roban nuestros recursos de la manera más absurda. Por ejemplo en el mar argentino hay presencia permanente de pesqueros chinos, españoles, coreanos.

    La cuarentena está siendo muy bien aprovechada por quienes apetecen las riquezas naturales argentinas: unos 300 buques incursionan dentro de las 200 millas de exclusión argentinas, ante la impávida acción del Estado. ¿Sera que el coronavirus impide hacer valer nuestra soberanía sobre el mar? [7]

    Un producto “estrella” de la Argentina desde la década (menemista) de los 90, y en el siglo XXI, como lo es la soja, es controlado casi absolutamente por empresas como Cargill y COFCO. Esta última, controla los insumos, prefigura la oferta, organiza la demanda, monopoliza la comercialización, tiene los puertos, el transporte, factura como quiere y evade, descargando además, las retenciones al productor. Es necesario aclarar que, ni aún ante la emergencia de la pandemia se han afectado estos intereses; ni mucho menos, se llegó a discutir el tema del impuesto a las grandes fortunas.

    COFCO es la respuesta de China a Cargill, el gigante estadounidense de grano y carne. La empresa asiática fue, en sus orígenes, el brazo de Pekín para importar alimentos básicos cuando el país era pobre y estaba aislado.

    Pero el país de origen de COFCO, la República Popular China, que estaba relativamente pobre y aislado, salió de esa condición (básicamente) haciendo un uso inteligente de sus propias fuerzas y de la inversión extranjera. Obviamente que también planificó y planifica su economía pensando siempre en convertirse en un competidor mundial y en dar empleo a toda su enorme población. De esa manera, y por ser un país-civilización, es que alcanzó un nuevo umbral de poder mundial este país de 1400 millones de habitantes.

    Así como sucedió en China, se necesita romper con los patrones ideológicos que imponen los centros de poder. Patrones ideológicos según los cuales, si no seguimos el camino que nos indican los europeos o los norteamericanos, estaríamos condenados al fracaso.

    Hay que mencionar que, de todos los países que llegaron en una segunda o tercera instancia a desarrollarse (caso Alemania, EE.UU, Japón, más adelante China etc.) todos ellos lo hicieron luego de desobedecer las indicaciones liberales que se les daba.

    Además de la desobediencia ideológica, se necesita el impulso Estatal, considerado en términos de las políticas de autonomía y emancipación desde el centro de las decisiones de los Estados subordinados, los cuales deben fortalecerse y constituirse en los ejes de la estrategia de ruptura.

    Pero todo ello requiere lo que, en palabras de Marcelo Gullo, podemos denominar un proceso de “insubordinación fundante” [8] (Gullo, 2015). Lo cual, a su vez, implica una subversión de los marcos ideológicos impuestos en nuestro país desde hace décadas. Lamentablemente no es esto lo que está sucediendo en lo que va de esta crisis, que sobrevino durante los primeros meses del mandato presidencial de Alberto Fernández.

    En el caso de nuestro país, aún navegamos a dos aguas entre lo que está caducando y lo que está naciendo: si bien hay un discurso oficial de "Estado interventor" -de supuestamente dar más importancia a la vida que a la economía (como si hubiera vida sin producción)- lo real es que las medidas que se tomaron hasta el momento no salen del marco liberal con ciertos tintes Keynesianos.

    De hecho, se están perdiendo miles de puestos laborales y efectuando una "reforma laboral" sin debate parlamentario y sin disparar una sola bala de goma, por las protestas que no existen ya que las mayorías están recluidas.

    Podemos citar el emblemático caso de Techint, donde 1450 trabajadores pierden su fuente laboral, y donde la intervención Estatal fue que Fernández tratara de “hermano” a Paolo Rocca y que se consiguiera una mejora en la indemnización por despido.

    Hay que aclarar que este tipo de trabajadores son los principales generadores de “changas” para miles de personas excluidas del trabajo formal. Servicio doméstico, plomería, jardinería y un sinnúmero de pequeños comercios familiares dependen de la existencia del trabajo formal y de la capacidad de consumo de estos trabajadores que hoy son pasivos de este proceso de reforma laboral de hecho.

    La mayor intervención del Estado argentino ha pasado por ayudar a los “pobres” empresarios como Paolo Rocca y Magneto a pagar los salarios de sus trabajadores con dineros surgidos de la ANSES (Administración Nacional de Seguridad Social), en un claro traspaso de dineros que corresponden a sectores laborales hacia los empresarios más importantes del país.

    Empresas como Vicentin, Techint, Ledesma y Clarín accedieron al beneficio del programa ATP (Ayuda para el Trabajo y la Producción), el cual debería ser calificado como ayuda para explotadores y esclavistas.

    Esto último, lo decimos por las características de los actores empresariales mencionados, a los que se le suma la siguiente perla: accedió al programa ATP la empresa Cheeky, cuya propiedad es de la ex primera dama, esposa de Mauricio Macri, harto denunciada por explotación infantil en el trabajo.

    El decreto 376/20 otorgó al ANSES la responsabilidad de acreditar el salario del trabajador, mientras estas mismas empresas avanzan  en flexibilizar sus condiciones laborales, suspendiendo y despidiendo gente de su propio plantel

    Mientras esta reforma laboral de hecho se está produciendo, los gremios peronistas hacen la vista gorda y se reúnen en video conferencia con miembros del FMI.

    Como una ironía histórica, los “trabajadores” representantes de la C.G.T Confederación General de los Trabajadores, solo atinan hablar de un plan de viviendas para cuando pase la cuarentena y de la prohibición oficial de despidos injustificados (incumplida olímpicamente por los empresarios), pero nada dicen de los millones de trabajadores y sus familias sin un ingreso mensual ni trabajo en condiciones dignas. [9]



    En Argentina, alrededor del 60% del trabajo es informal, lo cual implica que esta cuarentena absoluta deja sin ingresos (o los disminuye brutalmente) a la mayoría de los trabajadores y sus familias. Hay que señalar que la mayor parte de estas familias viven en barrios precarios, en malas condiciones habitacionales y peores condiciones para solicitar un trabajo a una empresa por el solo hecho de vivir donde viven, en donde no resulta sencillo reinsertarse en el mundo laboral.

    Se puede rescatar que la medida de la cuarentena del día 20 de marzo (tomada tardíamente) fue positiva en las ciudades con más casos del virus, pero no así en más del 90 % del territorio nacional, donde es contraproducente. Para esa fecha había sólo 97 casos con solo 3 muertes.

    El error supremo fue instalar una cuarentena en todo el país con tan pocos casos concentrados en CABA (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), GBA (Gran Buenos Aires) y algunas localidades de la provincia de Chaco.

    Se extiende una medida de cuarentena tomada mucho antes del inicio del ciclo invernal. De esa manera, no se evita el crecimiento en el número de contagios (a fines de mayo comenzaron a crecer exponencialmente con la llegada del frío hasta llegar a contabilizar unas 500 muertes a fin de este mes), pero si se llegó a empobrecer más al país y, especialmente, a los sectores trabajadores sin inserción laboral legal.

    Una medida de cuarentena tomada bajo los parámetros de la OMS y extendida tanto en el tiempo, hace pensar en que sea la peor cuarentena del mundo. El resultado es que, inevitablemente, cuando se levanten las restricciones los contagios van a aumentar. Por tanto, tendremos contagios (inevitable) y un país empobrecido, un pueblo más en los márgenes del sistema productivo y una nación entregada a los mandatos de los organismos financieros internacionales.

    La medida drástica y copiada de lo que decidieron gobiernos en otras latitudes fue toda una “zoncera” en términos de Arturo Jauretche [10] (Jauretche , 1968). Querer hacer un calco de lo que se hace en Europa, cuando las condiciones de nuestro país son muy diferentes, revela la incapacidad de nuestros gobernantes de pensar y activar medidas creativas adecuadas a la situación particular en nuestro país.

    Paralizar el país entero (casi 4 millones de km2 y 45 millones de habitantes) implicó la necesidad de aumentar las "ayudas" o subsidios a una población siempre en creciente proceso de exclusión (al menos desde el golpe de Estado de 1976) del sistema productivo nacional, el cual viene arrastrando una incapacidad productiva de décadas.

    Pasados más de dos meses, de un total de diez millones de personas que solicitaron el ingreso familiar de emergencia (IFE), solo recibieron una sola cuota unos seis millones. Esta ayuda consiste en 10 mil pesos, cuando la canasta familiar se ubica en 60 mil pesos. Estamos hablando de que el 60% cobró un solo ingreso de diez mil pesos en dos meses de cuarentena. Esto solo puede dar lugar a un “sálvese quien pueda” con discurso de preocupación por los pobres.



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    La realidad es que al gobierno argentino le preocupa “guetizar” los barrios carenciados o “villas miseria”, los cuales son habitados por 5 millones de personas, creando ciudadanos de segunda, sin derecho a salir de sus barrios a trabajar o a buscar el trabajo que tanto escasea desde hace décadas. [11] [12]

    Esto hace que el país profundice su caída junto al liberalismo, ya que sigue entrampado en la lógica de la baja en la productividad -subsidios a los pobres- préstamos de la banca financiera internacional.




    IV.- ¿Y ahora que?



    Como toda crisis trae oportunidades, una política nacionalista debía (al 20/3) aislar las 3 zonas donde había menos de 100 contagiados en total y, a su vez, imprimirle la mayor fuerza a la producción interna (privada y pública) sin temor alguno a avanzar sobre aquellos empresarios que especulan con los precios y el hambre de los argentinos.

    Se tomó la desacertada decisión de imponer una cuarentena generalizada; la etapa más dura no era al inicio de decretada la cuarentena, sino entrado el frío invernal, cuando había que extremar los cuidados frente a un posible rebrote que afectaría por sobre todo a los más vulnerables -la villa 31, la 11/14, y otros barrios pobres del Gran Buenos Aires nos advierten un escenario-, erróneamente se va flexibilizando la cuarentena, porque lo cierto es que no hay viabilidad en que el pueblo se guarde en su casa cuando no tiene con que sostenerse en el día a día.

    En vez de transitar la senda de aumento de productividad y autonomía, se tomó más deuda del FMI, esta vez por 300 millones de dólares, cosa que es imposible de pagar para un país que no cesa de perder terreno en la producción a nivel global.

    Se podrían transformar distintos ámbitos productivos que hoy están paralizados como fábricas o laboratorios y poner a producir textiles, guantes, barbijos, máscaras, etc. Primero para la defensa nacional y, en caso de que sobre, para exportar.

    Cobrar conciencia de que la cuestión financiera que nos abrumó no es prioritaria, que se deben apuntar a desarrollar tecnologías de vanguardia, priorizar el mercado interno y sobre todo entender de una vez que no se puede seguir con política de promoción de empleos como hasta ahora porque el cambio productivo que resulte de esta crisis, produce una destrucción imparable, no de los bienes y servicios ofrecidos sino de los empleos necesarios para ello.

    La centralidad debe pasar por discutir que estamos en una Nación donde todos somos parte y los beneficios en el futuro no vendrán más por el trabajo individual sino por la producción colectiva altamente desarrollada. Es la histórica contradicción del sistema capitalista entre producción colectiva y apropiación individual.




    Notas y links:

    [1] [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
    [2] [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
    [3] [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
    [4] [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
    [5] El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, Engels, F; 1876.
    [6] [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
    [7] [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
    [8] La insubordinación fundante, Marcelo Gullo, Fundación Editorial El perro y la rana, Caracas, 2015.
    [9] [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
    [10] Manual de zonceras argentinas, Arturo Jauretche, Peña Lillo editor, Bs AS, 1968.
    [11] [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
    [12] [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]


    Bibliografía:

       Egido, José Antonio. El pájaro en la jaula. Cierzo Rojo, 2015.

       Stalin, José.  El marxismo y la cuestión nacional, 1913.

       Marx, Karl. Contribución a la crítica de la economía política, 1857.


    Sobre el autor:

    Joel Flores es profesor de Historia en Buenos Aires, Argentina.

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