LA “COMPETENCIA” Y LOS “INCOMPETENTES”.
Desde el punto de vista económico, la “competencia” significa rivalidad entre diversas empresas que participan en el mercado capitalista. En una lucha sin cuartel entre OFERTA y DEMANDA, cada una aplica sus mejores estrategias de forma que intentan minimizar costos y maximizar beneficios, pero en esa guerra es la clase trabajadora la que sale doblemente perjudicada, como mano de obra y como consumidores.
En situaciones de crisis y recesiones, cada empresario intenta mantenerse activo frente a otras empresas rivales que le hacen la “competencia”, pero al concurrir en el mercado a ofrecer sus productos o servicios, se enfrenta también al conjunto de consumidores que actúan buscando la mejor OFERTA para satisfacer su DEMANDA.
En esa lucha entre la oferta y la demanda, las economías de escala permiten obtener costes más bajos por unidad de producto, sobre todo en la época moderna de la robótica y las nuevas tecnologías, con lo cual sacan ventaja para destruir y eliminar a los “INCOMPETENTES” de sus competidores.
La “competencia” capitalista ha colapsado y los “incompetentes” de sus gestores se han quedado sin un paradigma claro a aplicar, agravada por la política de Trump que desató la guerra comercial elevando aranceles al comercio mundial, avanzando en la dinámica del “naZionalismo económico”.
En los sectores industriales podemos encontrar, una atomización empresarial de Pymes y Autónomos, donde, aparentemente, ejercen la “competencia” en la que creen los liberales, produciendo abundantes mercancías similares por sectores, que se ven obligados a competir para atraer a la clientela para sobrevivir, atrapados en los cierres de los mercados menguantes, agravado por la Pandemia Covid-19.
Cada día todos esos “Mercaderes” tratan de comprar lo más barato posible, con el mejor acabado y la última tecnología para intentar Vender con márgenes que aseguren sus ganancias, pero en realidad, esa “libre competencia” que quizás existió hace tiempo, en la actualidad está bastante adulterada como intentaremos explicar someramente en este breve articulo.
En momentos de recesión, cuando las ventas caen derrumbando los márgenes de beneficios, millones de empresas entran en pérdidas debido a la imposibilidad de ajustar los precios por la terrible “competencia”, aumentando el paro desaforadamente.
Muchas veces un menor coste de producción se debe por la necesidad a que les obligan las grandes superficies comerciales, que a través de una tendencia al monopolio, controlan los precios al por mayor, desde arriba, sofocando en la práctica la “libre competencia”, que ha sido eliminada por las potentes multinacionales, que practican la “libertad de importación y exportación” a gran escala, perturbando asimismo los mercados internos.
Esas potentes empresas multinacionales aparentemente “compiten” con otras, pero a veces llegan a manipular los precios, por ejemplo en el sector agropecuario. Los pequeños agricultores y ganaderos llevan años denunciando que están en pérdidas y que se verán abocados al cierre de sus empresas, habiendo tenido que saltar a la lucha con “tractoradas enormes”, lo que demuestra el colapso de la “libre competencia” capitalista, que en realidad se ha convertido en un timo, pues estos productores no pueden aumentar los precios de sus mercancias porque la “competencia” en realidad ya no existe para los de abajo y la “mano invisible de Adam Smith se ha descompuesto”.
El capitalismo en su fase imperialista multinacional impulsa el precio hacia abajo a las empresas menos eficientes, más débiles y atomizadas, que quedan al borde de la extinción; a su vez, grandes grupos financieros invierten en grandes consorcios agrícolas, comprando o alquilando grandes extensiones de terrenos en países con mano de obra más barata, como por ejemplo en Marruecos y otros países africanos.
Con relación al Estado español los salarios en algunos de esos países están en torno a 5 a 1 de media, o sea que en ese ejemplo de Marruecos, cuando bajo los invernaderos de Almería o Huelva se está pagando a 25 o 30 € de jornal diario, muy por debajo del SMI, en la otra orilla del Mediterráneo se paga en torno a 6 € al cambio.
Se ha iniciado ya un proceso de desmantelamiento de los grandes “mares de plástico” de Almería y se están trasladando los empresarios a países donde los salarios son todavía mucho más miserables que los que abonan aquí.
“China compra tierras en el extranjero de forma voraz. Desde 2010, las inversiones agrícolas fuera del país (hasta 2018) son de 94.000 millones de dólares.(…) el grupo de Shanghai CRED, asociado con un grupo minero, compró en 2016 en Australia el rancho más grande del mundo, S. Kidman & Co, dueño de 185.000 cabezas de ganado y del 2,5 % de las tierras agrícolas del país”. (diariovasco.com/internacional 24-2-18). También Bolsonaro en Brasil está vendiendo la Amazonía que es el pulmón del mundo a los magnates norteamericanos.
Están ya actuando esos grandes buitres financieros que no invierten nada más que en comprar o intercambiar cuotas de mercado, jugando en bolsa o evadiendo a Paraísos Fiscales, arrasando a los perdedores y comprando a precios de saldo sus negocios quebrados, que ellos mismos han llevado a la ruina con sus prácticas mafiosas, eliminando la “competencia por estrangulamiento”.
El capitalismo en esta recesión agónica, se ha convertido en una terrible maquinaria que es incapaz de explotar a esa gran masa del “ejército de reserva de mano de obra”, sino que los aplasta y los envía directamente al paro crónico y a la pobreza.
Esos grandes buitres empresariales eliminan la “competencia” reduciendo a cenizas a la clase trabajadora y al pequeño empresario, comprándole la chatarra sobrante, dejando una reguera de paro, para así continuar la acumulación y concentración de riquezas cada vez en menos manos, formando oligopolios que juegan en bolsa con las vidas de los seres humanos y que funcionan en la práctica como potentes monopolios.
En el sector financiero está ocurriendo también ese mismo proceso, pues el 95 % de las inversiones son dedicadas a la especulación bursátil y solamente un 5 % son inversiones productivas que crean puestos de trabajo y en esta recesión en la que hemos entrado se ha iniciado un peligroso proceso de “desinversión” que está aumentando el paro con el desmantelamiento de miles de empresas pequeñas y algunas no tan pequeñas.
Se da la paradoja que esos buitres que dominan la economía pueden subir los precios en plena “depresión” porque los consumidores, desorganizados y sin dirección suficiente para la lucha, no tenemos nada que hacer, por eso leemos historias en la que los ejecutivos, Jefes de Estados incluso, algunos de ellos jubilados, que han medrado durante años acumulando grandes fortunas, los mismos que han venido dominando el mundo, juegan al golf juntos, se van de vacaciones a sus islas privadas paradisíacas, o a hoteles de superlujo como el de Abu Dhabi donde cuesta 12.600 euros la noche, allí donde pernoctó “un español errante muy famoso, nacido en Italia, criado en Portugal y amaestrado en España por un Dictador” que puedes imaginar “presuntamente” a quien nos referimos.
También las comilonas de estos elementos “tragones”, (¿podría tomarse en el doble sentido?), son célebres porque teniendo en cuenta que un menú degustación en uno de esos Restaurantes, por ejemplo en el SUBLIMOTION, uno de los más caros del mundo, que está en Ibiza, supera los 1.600 euros el cubierto, aunque esta temporada no ha abierto porque el dichoso Covid-19 le ha estropeado el suculento negocio, pero en algunos periódicos declaraban que eran reuniones de trabajo para “levantar la economía”, pero no olvidaban acordar subir los precios de los productos de sus empresas cuando celebran que antes habían eliminado la “competencia”, aumentando las fusiones y su poderío de Mercaderes mafiosos.
Esa eliminación calculada de la “competencia” luego les viene impuesta a los “incompetentes políticos” cuyo cometido en realidad consiste en aplicar la hoja de ruta que les marcan esos “buitres carroñeros” de las finanzas, dirigidos desde el gobierno mundial en la sombra que es el Club Bilderberg, llamados antes “pájaros de mal agüero” o también “los fúnebres”, cuando venían cerrando empresas.
Para ejemplo tomemos el precio del petróleo: En su momento álgido alcanzó una cotización según la OPEP de 140,73 dólares/barril (3 julio 2008) bajando a un precio mínimo de 12,22 dólares el 22 de Abril de este año 2020. Cuando el petróleo se puso por las nubes, el precio de la gasolina lo aumentaban de inmediato cada vez que subía en la bolsa el barril. ¿Sabe alguien explicarnos si ha notado grandes bajadas de la gasolina que nos venden en las Estaciones de Servicios?
Hemos llegado a la fase de los Monopolios en la Economía, como explicara Marx y es ahora el fenómeno dominante que impide que se produzca a su vez el fenómeno de la DEFLACIÒN, que es el mecanismo que operaba cuando existía la “libre competencia” que los liberales todavía añoran pero que nunca volverá bajo este modelo capitalista corrupto, decadente, obsoleto y degenerado. Podría ocurrir lo contrario, con las inyecciones brutales para salvar el cadáver del capitalismo, que se produjese un proceso INFLACIONARIO que empobrecería todavía más a las masas hambrientas del mundo aumentando el nivel de pobreza y los conflictos sociales.
Si las masas no despiertan a la lucha, lo menos malo que podría ocurrir, si no mantenemos un Gobierno fuerte, que gire a la izquierda para los próximos años, es que podríamos caer en una “Recesión con Estancamiento”, que es uno de los escenarios que contemplan algunas escuelas económicas, pues esa situación en líneas capitalistas y desarrollado por gobiernos reaccionarios significaría una verdadera catástrofe para la clase trabajadora y los sectores más empobrecidos de esta sociedad.
Cualquier persona que quiera mejorar de verdad las condiciones de vida de los seres humanos, no podemos esperar con los brazos cruzados a que sean los otros los que vengan a dar soluciones a nuestros problemas. Nunca ha sido así y nunca lo será, sino que las izquierdas debemos confiar en nosotros mismos y buscar el mayor grado de unidad confiando solo en nuestras propias fuerzas, porque las derechas quieren seguir oprimiéndonos y explotándonos.
Solamente a través de la organización, la unidad y la movilización en defensa de nuestros derechos, entre la juventud, la clase trabajadora y las capas progresistas de esta sociedad, en una batalla constante para alcanzar la mayoría suficiente donde podamos ejercer nuestra inmensa fuerza democrática y participativa, podremos alcanzar un programa que nos haga avanzar hacia el socialismo científico que se base en la planificación científica de los recursos productivos de los pilares básicos de la economía, nacionalizando la Banca, los latifundios infrautilizados y ociosos y los grandes monopolios, para ponerlos a funcionar bajo control democrático de los trabajadores y poder “abrir las alamedas por donde transite el ser humano libre hacia una sociedad mejor”, donde tengamos como objetivo acabar con la división entre clases superando al capitalismo mafioso, para ejercer éticamente la igualdad de oportunidades para todos los seres humanos.
Debemos entender que mientras una pequeña MINORÍA monopolice la propiedad los grandes medios de producción, que ejercen una Dictadura Financiera contra la MAYORIA abrumadora que somos la clase trabajadoras y las capas medias, no podremos evitar que esas Grandes Mafias se sigan apropiando de toda la riqueza creada por el esfuerzo del mundo del trabajo, por lo que con estos elementos dominando el sistema es imposible que haya justicia, igualdad, libertad ni se ponga por delante de su lucro privado la vida y el bienestar de las personas para resolver antes los problemas sociales del ser humano.
Preciso es entender que ahora toca marchar hacia la unidad de toda la juventud estudiantil, junto a la clase trabajadora, los jóvenes, los pensionistas, los movimientos ecologistas y feministas y demás colectivos que están explotados en la fábrica, talleres, oficinas, sanitarios, maestros de escuelas y en cualquier puesto de trabajo, con salarios de miseria, o sufriendo la angustia del paro, para movilizarnos como clase trabajadora, uniéndonos en la lucha por una nueva sociedad, defendiendo el Socialismo Científico y la Democracia Plena y Participativa, (*) con la que podamos acabar para siempre con la pesadilla de la miseria, la explotación y la opresión de una clase sobre otra o un Estado que oprime a otro.
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Desde el punto de vista económico, la “competencia” significa rivalidad entre diversas empresas que participan en el mercado capitalista. En una lucha sin cuartel entre OFERTA y DEMANDA, cada una aplica sus mejores estrategias de forma que intentan minimizar costos y maximizar beneficios, pero en esa guerra es la clase trabajadora la que sale doblemente perjudicada, como mano de obra y como consumidores.
En situaciones de crisis y recesiones, cada empresario intenta mantenerse activo frente a otras empresas rivales que le hacen la “competencia”, pero al concurrir en el mercado a ofrecer sus productos o servicios, se enfrenta también al conjunto de consumidores que actúan buscando la mejor OFERTA para satisfacer su DEMANDA.
En esa lucha entre la oferta y la demanda, las economías de escala permiten obtener costes más bajos por unidad de producto, sobre todo en la época moderna de la robótica y las nuevas tecnologías, con lo cual sacan ventaja para destruir y eliminar a los “INCOMPETENTES” de sus competidores.
La “competencia” capitalista ha colapsado y los “incompetentes” de sus gestores se han quedado sin un paradigma claro a aplicar, agravada por la política de Trump que desató la guerra comercial elevando aranceles al comercio mundial, avanzando en la dinámica del “naZionalismo económico”.
En los sectores industriales podemos encontrar, una atomización empresarial de Pymes y Autónomos, donde, aparentemente, ejercen la “competencia” en la que creen los liberales, produciendo abundantes mercancías similares por sectores, que se ven obligados a competir para atraer a la clientela para sobrevivir, atrapados en los cierres de los mercados menguantes, agravado por la Pandemia Covid-19.
Cada día todos esos “Mercaderes” tratan de comprar lo más barato posible, con el mejor acabado y la última tecnología para intentar Vender con márgenes que aseguren sus ganancias, pero en realidad, esa “libre competencia” que quizás existió hace tiempo, en la actualidad está bastante adulterada como intentaremos explicar someramente en este breve articulo.
En momentos de recesión, cuando las ventas caen derrumbando los márgenes de beneficios, millones de empresas entran en pérdidas debido a la imposibilidad de ajustar los precios por la terrible “competencia”, aumentando el paro desaforadamente.
Muchas veces un menor coste de producción se debe por la necesidad a que les obligan las grandes superficies comerciales, que a través de una tendencia al monopolio, controlan los precios al por mayor, desde arriba, sofocando en la práctica la “libre competencia”, que ha sido eliminada por las potentes multinacionales, que practican la “libertad de importación y exportación” a gran escala, perturbando asimismo los mercados internos.
Esas potentes empresas multinacionales aparentemente “compiten” con otras, pero a veces llegan a manipular los precios, por ejemplo en el sector agropecuario. Los pequeños agricultores y ganaderos llevan años denunciando que están en pérdidas y que se verán abocados al cierre de sus empresas, habiendo tenido que saltar a la lucha con “tractoradas enormes”, lo que demuestra el colapso de la “libre competencia” capitalista, que en realidad se ha convertido en un timo, pues estos productores no pueden aumentar los precios de sus mercancias porque la “competencia” en realidad ya no existe para los de abajo y la “mano invisible de Adam Smith se ha descompuesto”.
El capitalismo en su fase imperialista multinacional impulsa el precio hacia abajo a las empresas menos eficientes, más débiles y atomizadas, que quedan al borde de la extinción; a su vez, grandes grupos financieros invierten en grandes consorcios agrícolas, comprando o alquilando grandes extensiones de terrenos en países con mano de obra más barata, como por ejemplo en Marruecos y otros países africanos.
Con relación al Estado español los salarios en algunos de esos países están en torno a 5 a 1 de media, o sea que en ese ejemplo de Marruecos, cuando bajo los invernaderos de Almería o Huelva se está pagando a 25 o 30 € de jornal diario, muy por debajo del SMI, en la otra orilla del Mediterráneo se paga en torno a 6 € al cambio.
Se ha iniciado ya un proceso de desmantelamiento de los grandes “mares de plástico” de Almería y se están trasladando los empresarios a países donde los salarios son todavía mucho más miserables que los que abonan aquí.
“China compra tierras en el extranjero de forma voraz. Desde 2010, las inversiones agrícolas fuera del país (hasta 2018) son de 94.000 millones de dólares.(…) el grupo de Shanghai CRED, asociado con un grupo minero, compró en 2016 en Australia el rancho más grande del mundo, S. Kidman & Co, dueño de 185.000 cabezas de ganado y del 2,5 % de las tierras agrícolas del país”. (diariovasco.com/internacional 24-2-18). También Bolsonaro en Brasil está vendiendo la Amazonía que es el pulmón del mundo a los magnates norteamericanos.
Están ya actuando esos grandes buitres financieros que no invierten nada más que en comprar o intercambiar cuotas de mercado, jugando en bolsa o evadiendo a Paraísos Fiscales, arrasando a los perdedores y comprando a precios de saldo sus negocios quebrados, que ellos mismos han llevado a la ruina con sus prácticas mafiosas, eliminando la “competencia por estrangulamiento”.
El capitalismo en esta recesión agónica, se ha convertido en una terrible maquinaria que es incapaz de explotar a esa gran masa del “ejército de reserva de mano de obra”, sino que los aplasta y los envía directamente al paro crónico y a la pobreza.
Esos grandes buitres empresariales eliminan la “competencia” reduciendo a cenizas a la clase trabajadora y al pequeño empresario, comprándole la chatarra sobrante, dejando una reguera de paro, para así continuar la acumulación y concentración de riquezas cada vez en menos manos, formando oligopolios que juegan en bolsa con las vidas de los seres humanos y que funcionan en la práctica como potentes monopolios.
En el sector financiero está ocurriendo también ese mismo proceso, pues el 95 % de las inversiones son dedicadas a la especulación bursátil y solamente un 5 % son inversiones productivas que crean puestos de trabajo y en esta recesión en la que hemos entrado se ha iniciado un peligroso proceso de “desinversión” que está aumentando el paro con el desmantelamiento de miles de empresas pequeñas y algunas no tan pequeñas.
Se da la paradoja que esos buitres que dominan la economía pueden subir los precios en plena “depresión” porque los consumidores, desorganizados y sin dirección suficiente para la lucha, no tenemos nada que hacer, por eso leemos historias en la que los ejecutivos, Jefes de Estados incluso, algunos de ellos jubilados, que han medrado durante años acumulando grandes fortunas, los mismos que han venido dominando el mundo, juegan al golf juntos, se van de vacaciones a sus islas privadas paradisíacas, o a hoteles de superlujo como el de Abu Dhabi donde cuesta 12.600 euros la noche, allí donde pernoctó “un español errante muy famoso, nacido en Italia, criado en Portugal y amaestrado en España por un Dictador” que puedes imaginar “presuntamente” a quien nos referimos.
También las comilonas de estos elementos “tragones”, (¿podría tomarse en el doble sentido?), son célebres porque teniendo en cuenta que un menú degustación en uno de esos Restaurantes, por ejemplo en el SUBLIMOTION, uno de los más caros del mundo, que está en Ibiza, supera los 1.600 euros el cubierto, aunque esta temporada no ha abierto porque el dichoso Covid-19 le ha estropeado el suculento negocio, pero en algunos periódicos declaraban que eran reuniones de trabajo para “levantar la economía”, pero no olvidaban acordar subir los precios de los productos de sus empresas cuando celebran que antes habían eliminado la “competencia”, aumentando las fusiones y su poderío de Mercaderes mafiosos.
Esa eliminación calculada de la “competencia” luego les viene impuesta a los “incompetentes políticos” cuyo cometido en realidad consiste en aplicar la hoja de ruta que les marcan esos “buitres carroñeros” de las finanzas, dirigidos desde el gobierno mundial en la sombra que es el Club Bilderberg, llamados antes “pájaros de mal agüero” o también “los fúnebres”, cuando venían cerrando empresas.
Para ejemplo tomemos el precio del petróleo: En su momento álgido alcanzó una cotización según la OPEP de 140,73 dólares/barril (3 julio 2008) bajando a un precio mínimo de 12,22 dólares el 22 de Abril de este año 2020. Cuando el petróleo se puso por las nubes, el precio de la gasolina lo aumentaban de inmediato cada vez que subía en la bolsa el barril. ¿Sabe alguien explicarnos si ha notado grandes bajadas de la gasolina que nos venden en las Estaciones de Servicios?
Hemos llegado a la fase de los Monopolios en la Economía, como explicara Marx y es ahora el fenómeno dominante que impide que se produzca a su vez el fenómeno de la DEFLACIÒN, que es el mecanismo que operaba cuando existía la “libre competencia” que los liberales todavía añoran pero que nunca volverá bajo este modelo capitalista corrupto, decadente, obsoleto y degenerado. Podría ocurrir lo contrario, con las inyecciones brutales para salvar el cadáver del capitalismo, que se produjese un proceso INFLACIONARIO que empobrecería todavía más a las masas hambrientas del mundo aumentando el nivel de pobreza y los conflictos sociales.
Si las masas no despiertan a la lucha, lo menos malo que podría ocurrir, si no mantenemos un Gobierno fuerte, que gire a la izquierda para los próximos años, es que podríamos caer en una “Recesión con Estancamiento”, que es uno de los escenarios que contemplan algunas escuelas económicas, pues esa situación en líneas capitalistas y desarrollado por gobiernos reaccionarios significaría una verdadera catástrofe para la clase trabajadora y los sectores más empobrecidos de esta sociedad.
Cualquier persona que quiera mejorar de verdad las condiciones de vida de los seres humanos, no podemos esperar con los brazos cruzados a que sean los otros los que vengan a dar soluciones a nuestros problemas. Nunca ha sido así y nunca lo será, sino que las izquierdas debemos confiar en nosotros mismos y buscar el mayor grado de unidad confiando solo en nuestras propias fuerzas, porque las derechas quieren seguir oprimiéndonos y explotándonos.
Solamente a través de la organización, la unidad y la movilización en defensa de nuestros derechos, entre la juventud, la clase trabajadora y las capas progresistas de esta sociedad, en una batalla constante para alcanzar la mayoría suficiente donde podamos ejercer nuestra inmensa fuerza democrática y participativa, podremos alcanzar un programa que nos haga avanzar hacia el socialismo científico que se base en la planificación científica de los recursos productivos de los pilares básicos de la economía, nacionalizando la Banca, los latifundios infrautilizados y ociosos y los grandes monopolios, para ponerlos a funcionar bajo control democrático de los trabajadores y poder “abrir las alamedas por donde transite el ser humano libre hacia una sociedad mejor”, donde tengamos como objetivo acabar con la división entre clases superando al capitalismo mafioso, para ejercer éticamente la igualdad de oportunidades para todos los seres humanos.
Debemos entender que mientras una pequeña MINORÍA monopolice la propiedad los grandes medios de producción, que ejercen una Dictadura Financiera contra la MAYORIA abrumadora que somos la clase trabajadoras y las capas medias, no podremos evitar que esas Grandes Mafias se sigan apropiando de toda la riqueza creada por el esfuerzo del mundo del trabajo, por lo que con estos elementos dominando el sistema es imposible que haya justicia, igualdad, libertad ni se ponga por delante de su lucro privado la vida y el bienestar de las personas para resolver antes los problemas sociales del ser humano.
Preciso es entender que ahora toca marchar hacia la unidad de toda la juventud estudiantil, junto a la clase trabajadora, los jóvenes, los pensionistas, los movimientos ecologistas y feministas y demás colectivos que están explotados en la fábrica, talleres, oficinas, sanitarios, maestros de escuelas y en cualquier puesto de trabajo, con salarios de miseria, o sufriendo la angustia del paro, para movilizarnos como clase trabajadora, uniéndonos en la lucha por una nueva sociedad, defendiendo el Socialismo Científico y la Democracia Plena y Participativa, (*) con la que podamos acabar para siempre con la pesadilla de la miseria, la explotación y la opresión de una clase sobre otra o un Estado que oprime a otro.
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