Engels. A 200 años de su nacimiento
Rob Sewell - noviembre 2020
—2 mensajes—
Al celebrar el 200º aniversario de Federico Engels, cofundador de las ideas del socialismo científico, junto con Carlos Marx, debemos aprovechar esta oportunidad para hablar sobre la vida de este gran hombre y sus maravillosas contribuciones. Si bien el marxismo lleva el nombre de Marx, no debemos olvidar nunca la contribución vital de Engels y el vínculo orgánico entre la vida de estos dos hombres. Sin duda, Engels poseía una mente enciclopédica que englobaba un conocimiento de campos tan diversos como la filosofía, la economía, la historia, la física, la filología y las ciencias militares. Su conocimiento de esto último le dio el apodo de «El General».
Con demasiada frecuencia, se considera que Engels desempeñó un papel secundario respecto a Marx. Si bien Marx fue un titán en todos los sentidos, Engels también fue clave en esta relación. Siendo extremadamente modesto, Engels siempre daba preferencia a Marx. Pero cuando leemos la voluminosa correspondencia entre los dos hombres, es de alto valor la destacada contribución del propio Engels. Junto con Marx fue un gigante político.
Infancia
Se han escrito varias biografías de la vida de Engels, algunas buenas y otras malas. Una de las últimas es la del pretencioso Tristan Hunt, titulada El comunista con levita, que se destaca por ser un relato particularmente malo de la vida de Engels.
Pero, ¿qué más podemos esperar de esas personas? Los historiadores burgueses tienen siempre listas sus hachas, especialmente cuando escriben sobre Marx y Engels. El mezquino Tristan Hunt no es una excepción. No tenemos nada que aprender de los chismes de tales pseudointelectuales.
Nacido en una familia de fabricantes textiles de Barmen en Renania, el joven Engels rompió con su origen de clase y se colocó del lado de la clase trabajadora. A partir de entonces, se dedicó a contribuir al derrocamiento del capitalismo y a la emancipación de la clase trabajadora. Junto con Marx, quien también provenía de un entorno burgués, se convirtió en uno de los más grandes dirigentes de la clase trabajadora.
Cuando tenía poco más de veinte años, Engels se «alineó abiertamente» con el cartismo revolucionario y escribió su famosa La situación de la clase obrera en Inglaterra. Hizo contacto directo con el movimiento obrero en Inglaterra y fue aquí donde Engels se convirtió en un comunista convencido.
En sus primeros escritos, aunque no totalmente completos, Engels, como escribió Marx, “ya había formulado ciertos principios generales del socialismo científico”.
Marx
Su encuentro y amistad con Marx comenzó en agosto de 1844. Esto condujo a una colaboración política y teórica de por vida, que iba a transformar el mundo. Como recordó Engels más tarde:
«Cuando volvimos a reunirnos en Bruselas, en la primavera de 1845, Marx, partiendo de los principios básicos arriba señalados, había desarrollado ya, en líneas generales, su teoría materialista de la historia, y nos pusimos a elaborar en detalle y en las más diversas direcciones la nueva concepción descubierta».
Esta colaboración fructificará en una serie de trabajos teóricos, como La Ideología alemana, y culminará unos años más tarde en El Manifiesto Comunista. En el proceso, los dos hombres lucharon contra otros que tenían todo tipo de ideas y nociones confusas.
“Es una vergüenza que uno tenga todavía que enfrentarse a tales tonterías”, escribió Engels. «No dejaré marchar a los muchachos hasta que haya despejado del campo a Grün [un socialista utópico] y les haya quitado las telarañas de la cabeza».
El estrecho vínculo y la relación entre los dos hombres se hicieron cada vez más íntimos. En palabras de Lenin:
“Las leyendas antiguas contienen muchos ejemplos conmovedores de amistad. El proletariado europeo puede decir que su ciencia fue creada por dos sabios y luchadores cuyas relaciones superan a todas las conmovedoras leyendas antiguas sobre la amistad entre los hombres».
Trotsky, que estudió todos los aspectos de la vida y la contribución de Engels, también proporcionó una evaluación adecuada del mismo:
“Engels es, sin duda, una de las personalidades más finas, mejor integradas y más nobles de la galería de los grandes hombres. Recrear su imagen sería una tarea gratificante. También es un deber histórico…
“¡Qué bien se complementan [Marx y Engels]! O más bien, con qué conciencia Engels se esfuerza por complementar a Marx; toda su vida se dedica a esta tarea. La considera su misión y encuentra en ella su satisfacción. Y esto sin una sombra de autosacrificio, siempre él mismo, siempre lleno de vida, siempre superior a su entorno y su época, con inmensos intereses intelectuales, con un verdadero fuego de genio siempre ardiendo en la fragua del pensamiento.
“En el contexto de su vida cotidiana, Engels gana tremendamente en estatura en comparación con Marx, aunque, por supuesto, la estatura de Marx no se ve disminuida en lo más mínimo por esto. Recuerdo que después de leer la correspondencia entre Marx y Engels en mi tren militar, le hablé a Lenin de mi admiración por la figura de Engels. Mi punto era este, que cuando se ve en su relación con el titán Marx, el fiel Federico gana en estatura, en lugar de disminuir.
“Lenin expresó su aprobación a esta idea con presteza, incluso con alegría. Amaba a Engels muy profundamente, y particularmente por su integridad de carácter y humanidad en general. Recuerdo cómo examinamos con cierta emoción un retrato de Engels cuando era joven, descubriendo en él los rasgos que se hicieron tan prominentes en su vida posterior.
“Cuando hayas tenido suficiente de la prosa de los Blums, los Cachin y los Thorezes [reformistas y estalinistas], cuando te hayas tragado hasta saciarte los microbios de la mezquindad y la insolencia, la obsequiosidad y la ignorancia, no hay mejor manera de limpiarse los pulmones que leyendo la correspondencia de Marx y Engels, tanto entre ellos como con otras personas. En sus alusiones y caracterizaciones epigramáticas, a veces paradójicas, pero siempre bien pensadas y al grano, ¡hay tanta instrucción, tanta frescura mental y aire de montaña! Siempre vivieron en las alturas».
Trotsky continúa:
“Los pronósticos de Engels son siempre optimistas. No pocas veces se adelantan al curso real de los acontecimientos. Pero, en general, ¿es posible hacer predicciones históricas que, para usar una expresión francesa, no quemen algunas de las etapas intermedias?
“En última instancia, Engels siempre tiene razón. Lo que dice en sus cartas a Madame. Wischnewetsky sobre el desarrollo de Inglaterra y los Estados Unidos se confirmó completamente solo en la época de la posguerra, cuarenta o cincuenta años después. ¡Pero ciertamente fue confirmado! ¿Quién, entre los grandes estadistas burgueses, tuvo siquiera un indicio de la situación actual de las potencias anglosajonas? Los Lloyd George, los Baldwin, los Roosevelt, por no hablar de los MacDonald, parecen incluso hoy (de hecho, hoy incluso más que ayer) como cachorros ciegos junto al viejo Engels con visión de futuro. ¡Y qué insensatos son todos estos Keynes para proclamar que los pronósticos marxistas han sido refutados!”. (Trotsky, Diario en el exilio, págs.27-29).
Materialismo
De jóvenes, tanto Marx como Engels fueron seguidores del gran filósofo alemán Hegel. Sus enseñanzas fueron sin duda revolucionarias. El método dialéctico de Hegel se convirtió en la piedra angular de su perspectiva, pero lo depuraron de idealismo y lo pusieron de pie. A través de Feuerbach, se volvieron materialistas. La filosofía materialista explica que la materia es lo primario y las ideas son un reflejo del mundo material.
Fueron los primeros en explicar que el socialismo no era una invención de los soñadores, sino que tenía sus raíces en el desarrollo de las fuerzas productivas y la lucha de clases. El socialismo por fin logró ser una ciencia. «Sin la filosofía alemana», explicó Engels, «el socialismo científico nunca habría existido».
Engels, en particular, contribuyó a la filosofía del marxismo en sus obras posteriores, a saber, Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana, Anti-Dühring y La dialéctica de la naturaleza.
Engels, junto con Marx, comprendió la importancia de la clase trabajadora. En su Situación de la clase obrera en Inglaterra, publicada en 1845, explica que el proletariado no es solo una clase que sufre, sino una clase que lucha por su propia emancipación. Su trabajo conjunto con Marx, El Manifiesto Comunista, hace realidad estas ideas.
Rob Sewell - noviembre 2020
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Al celebrar el 200º aniversario de Federico Engels, cofundador de las ideas del socialismo científico, junto con Carlos Marx, debemos aprovechar esta oportunidad para hablar sobre la vida de este gran hombre y sus maravillosas contribuciones. Si bien el marxismo lleva el nombre de Marx, no debemos olvidar nunca la contribución vital de Engels y el vínculo orgánico entre la vida de estos dos hombres. Sin duda, Engels poseía una mente enciclopédica que englobaba un conocimiento de campos tan diversos como la filosofía, la economía, la historia, la física, la filología y las ciencias militares. Su conocimiento de esto último le dio el apodo de «El General».
Con demasiada frecuencia, se considera que Engels desempeñó un papel secundario respecto a Marx. Si bien Marx fue un titán en todos los sentidos, Engels también fue clave en esta relación. Siendo extremadamente modesto, Engels siempre daba preferencia a Marx. Pero cuando leemos la voluminosa correspondencia entre los dos hombres, es de alto valor la destacada contribución del propio Engels. Junto con Marx fue un gigante político.
Infancia
Se han escrito varias biografías de la vida de Engels, algunas buenas y otras malas. Una de las últimas es la del pretencioso Tristan Hunt, titulada El comunista con levita, que se destaca por ser un relato particularmente malo de la vida de Engels.
Pero, ¿qué más podemos esperar de esas personas? Los historiadores burgueses tienen siempre listas sus hachas, especialmente cuando escriben sobre Marx y Engels. El mezquino Tristan Hunt no es una excepción. No tenemos nada que aprender de los chismes de tales pseudointelectuales.
Nacido en una familia de fabricantes textiles de Barmen en Renania, el joven Engels rompió con su origen de clase y se colocó del lado de la clase trabajadora. A partir de entonces, se dedicó a contribuir al derrocamiento del capitalismo y a la emancipación de la clase trabajadora. Junto con Marx, quien también provenía de un entorno burgués, se convirtió en uno de los más grandes dirigentes de la clase trabajadora.
Cuando tenía poco más de veinte años, Engels se «alineó abiertamente» con el cartismo revolucionario y escribió su famosa La situación de la clase obrera en Inglaterra. Hizo contacto directo con el movimiento obrero en Inglaterra y fue aquí donde Engels se convirtió en un comunista convencido.
En sus primeros escritos, aunque no totalmente completos, Engels, como escribió Marx, “ya había formulado ciertos principios generales del socialismo científico”.
Marx
Su encuentro y amistad con Marx comenzó en agosto de 1844. Esto condujo a una colaboración política y teórica de por vida, que iba a transformar el mundo. Como recordó Engels más tarde:
«Cuando volvimos a reunirnos en Bruselas, en la primavera de 1845, Marx, partiendo de los principios básicos arriba señalados, había desarrollado ya, en líneas generales, su teoría materialista de la historia, y nos pusimos a elaborar en detalle y en las más diversas direcciones la nueva concepción descubierta».
Esta colaboración fructificará en una serie de trabajos teóricos, como La Ideología alemana, y culminará unos años más tarde en El Manifiesto Comunista. En el proceso, los dos hombres lucharon contra otros que tenían todo tipo de ideas y nociones confusas.
“Es una vergüenza que uno tenga todavía que enfrentarse a tales tonterías”, escribió Engels. «No dejaré marchar a los muchachos hasta que haya despejado del campo a Grün [un socialista utópico] y les haya quitado las telarañas de la cabeza».
El estrecho vínculo y la relación entre los dos hombres se hicieron cada vez más íntimos. En palabras de Lenin:
“Las leyendas antiguas contienen muchos ejemplos conmovedores de amistad. El proletariado europeo puede decir que su ciencia fue creada por dos sabios y luchadores cuyas relaciones superan a todas las conmovedoras leyendas antiguas sobre la amistad entre los hombres».
Trotsky, que estudió todos los aspectos de la vida y la contribución de Engels, también proporcionó una evaluación adecuada del mismo:
“Engels es, sin duda, una de las personalidades más finas, mejor integradas y más nobles de la galería de los grandes hombres. Recrear su imagen sería una tarea gratificante. También es un deber histórico…
“¡Qué bien se complementan [Marx y Engels]! O más bien, con qué conciencia Engels se esfuerza por complementar a Marx; toda su vida se dedica a esta tarea. La considera su misión y encuentra en ella su satisfacción. Y esto sin una sombra de autosacrificio, siempre él mismo, siempre lleno de vida, siempre superior a su entorno y su época, con inmensos intereses intelectuales, con un verdadero fuego de genio siempre ardiendo en la fragua del pensamiento.
“En el contexto de su vida cotidiana, Engels gana tremendamente en estatura en comparación con Marx, aunque, por supuesto, la estatura de Marx no se ve disminuida en lo más mínimo por esto. Recuerdo que después de leer la correspondencia entre Marx y Engels en mi tren militar, le hablé a Lenin de mi admiración por la figura de Engels. Mi punto era este, que cuando se ve en su relación con el titán Marx, el fiel Federico gana en estatura, en lugar de disminuir.
“Lenin expresó su aprobación a esta idea con presteza, incluso con alegría. Amaba a Engels muy profundamente, y particularmente por su integridad de carácter y humanidad en general. Recuerdo cómo examinamos con cierta emoción un retrato de Engels cuando era joven, descubriendo en él los rasgos que se hicieron tan prominentes en su vida posterior.
“Cuando hayas tenido suficiente de la prosa de los Blums, los Cachin y los Thorezes [reformistas y estalinistas], cuando te hayas tragado hasta saciarte los microbios de la mezquindad y la insolencia, la obsequiosidad y la ignorancia, no hay mejor manera de limpiarse los pulmones que leyendo la correspondencia de Marx y Engels, tanto entre ellos como con otras personas. En sus alusiones y caracterizaciones epigramáticas, a veces paradójicas, pero siempre bien pensadas y al grano, ¡hay tanta instrucción, tanta frescura mental y aire de montaña! Siempre vivieron en las alturas».
Trotsky continúa:
“Los pronósticos de Engels son siempre optimistas. No pocas veces se adelantan al curso real de los acontecimientos. Pero, en general, ¿es posible hacer predicciones históricas que, para usar una expresión francesa, no quemen algunas de las etapas intermedias?
“En última instancia, Engels siempre tiene razón. Lo que dice en sus cartas a Madame. Wischnewetsky sobre el desarrollo de Inglaterra y los Estados Unidos se confirmó completamente solo en la época de la posguerra, cuarenta o cincuenta años después. ¡Pero ciertamente fue confirmado! ¿Quién, entre los grandes estadistas burgueses, tuvo siquiera un indicio de la situación actual de las potencias anglosajonas? Los Lloyd George, los Baldwin, los Roosevelt, por no hablar de los MacDonald, parecen incluso hoy (de hecho, hoy incluso más que ayer) como cachorros ciegos junto al viejo Engels con visión de futuro. ¡Y qué insensatos son todos estos Keynes para proclamar que los pronósticos marxistas han sido refutados!”. (Trotsky, Diario en el exilio, págs.27-29).
Materialismo
De jóvenes, tanto Marx como Engels fueron seguidores del gran filósofo alemán Hegel. Sus enseñanzas fueron sin duda revolucionarias. El método dialéctico de Hegel se convirtió en la piedra angular de su perspectiva, pero lo depuraron de idealismo y lo pusieron de pie. A través de Feuerbach, se volvieron materialistas. La filosofía materialista explica que la materia es lo primario y las ideas son un reflejo del mundo material.
Fueron los primeros en explicar que el socialismo no era una invención de los soñadores, sino que tenía sus raíces en el desarrollo de las fuerzas productivas y la lucha de clases. El socialismo por fin logró ser una ciencia. «Sin la filosofía alemana», explicó Engels, «el socialismo científico nunca habría existido».
Engels, en particular, contribuyó a la filosofía del marxismo en sus obras posteriores, a saber, Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana, Anti-Dühring y La dialéctica de la naturaleza.
Engels, junto con Marx, comprendió la importancia de la clase trabajadora. En su Situación de la clase obrera en Inglaterra, publicada en 1845, explica que el proletariado no es solo una clase que sufre, sino una clase que lucha por su propia emancipación. Su trabajo conjunto con Marx, El Manifiesto Comunista, hace realidad estas ideas.
Última edición por lolagallego el Miér Dic 16, 2020 9:17 pm, editado 1 vez