El progreso científico-técnico ha promovido una serie de tendencias que caracterizan todas las esferas de la práctica social. Figuran entre ellas la unión de la ciencia con la práctica, el cambio de la correlación de las funciones que cumple el hombre: su liberación cada vez mayor de las funciones de ejecución, el crecimiento ininterrumpido de la importancia de las funciones de dirección y, por último, la automatización: tipos nuevos de actividad humana se transfieren cada vez más a las máquinas.
Estas tendencias se manifiestan igualmente en la instrucción -una de las esferas de actividad humana-, concretándose en la idea de la enseñanza programada. En realidad la esencia de la idea de la enseñanza programada, promovida por B. F. Skinner, consiste en el llamamiento a elevar la eficacia de la dirección del proceso de estudio utilizando los logros de la psicología experimental y las máquinas de enseñanza.
La optimación de la dirección del proceso de estudio del hombre constituye el contenido y, al mismo tiempo, el objetivo de la enseñanza programada. La psicología y la técnica modernas son medios para alcanzar este objetivo. [...]