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    contactos.filosofia de la conexion

    Nestor Estebenz Nogal
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    Mensaje por Nestor Estebenz Nogal Lun Jul 26, 2010 10:34 pm

    Contactos. Filosofía de la conexión humana.nestorestebenz
    La de “amistad” es una palabra demasiado compleja y extrema para utilizarla como una categoría universal en la que meter las relaciones personales más o menos intensas y de una cierta duración. Hay otras palabras mas apropiadas para referir las conexiones con las demás. El argot popular las ha ido divulgando. Los chicos y chicas de las cuadrillas se trata(ba)n de colegas o de tíos y tías. En algunos ambientes de politica conspirativa se utiliza la denominación de camarada para referirse a quien supuestamente está militando por un mismo proyecto de renovación social o bajo el palio de una misma sigla. En ambientes profesionales se habla de “colaborador” para sustituir la de empleado. Una generalidad válida a todos ellos es el de contactos. Toda relación humana pasa por el contacto mientras que no todo contacto da lugar a una relación extensa. Lo que define una relación o lo que la invalida es la frecuencia de contacto. Si no la hay, el contacto queda reducido a un episodio puntual. Al rescatarlo lo que toca decir en el prolegómeno es el ámbito en el que fue establecido para ayudar al recuerdo. Uno no se puede fiar de la memoria humana, ni de la propia ni mucho menos de la ajena. Garantizarla pasa por apuntes y notas adjuntas, de lo contrario muchos de los nombres no usados se diluyen en un magma difuso. La mayoría de los contactos que se les pide asdecuadamente, la forma de contactar se monta con la sana y venerable intención de realizarlos. La practica diaria con sus embrollos y golosinas que quitan tanto tiempo demoran esta clase de deseos hasta fosilizarlos. Eso explica que cada humano tenga mas contactos que habilidades para gestionarlos y tratarlos. Es uno de los lujos o consecuencias de la sociedad de masas.
    La asistencia a determinados congresos o encuentros rellena las agendas de contactos. Todo el mundo ofrece o pide sus direcciones, ahora emails y números de móviles, antiguamente direcciones postales y teléfonos fijos. Todavía ha quedado un deje reactivo de esa demanda. Se piden o se dan tarjetas con los datos sin saber muy bien para qué pero se hace como un ritual de deferencia o como una inercia mecánica. Antes había llegado a guardar cientos de tarjetas en tarjeteros o cajas, ahora apenas guardo alguna ya que el mejor modo de localizar a alguien es con una base de datos digitalizada y ordenada convenientemente no con ficheros de papel. En una de las ocasiones que me hice imprimir una tirada de tarjetas de presentación(unas mil) me costó varios años deshacerme de ellas. Entretanto varié mi email sobreimpreso y me costó tenerlo que reescribir cada vez que daba una. Inferí el destino de la mayor parte de ellas: el olvido o la papelera. He conocido personas que en lugar de mandar imprimir sus tarjetas las han hecho manualmente personificándolas y dándoles un aire artístico. Encomiable. El gesto de darse la tarjeta de presentación es un gesto un tanto obsoleto en los tiempos en que todo el mundo anda sobrado de gente y en los que sabemos que nadie busca a nadie salvo para asuntos muy puntuales y temas de negocio o de interés muy coyunturales. La excepción a esto es o sería la de la amistad que da sostén a relaciones más o menos longevas. La mejor tarjeta de presentación, entiendo, es aquella en la que solo figura el nombre y apellidos, añadir cualquier otra cosa como datos de localización, cargo gerencial o profesión, es acompañarla de una información categorial que no tiene porque interesar a quien se le da y de interesarle se le puede adjuntar con otra que leve todo eso escrito. Una presentación es una presentación que sirve para el protocolo de la deferencia de nombrarse el uno al otro. Cuando en un un primer contacto la otra persona presentada te cambia el nombre, no una sino varias veces, olvidando fijarlo en su memoria además de quedar dibujado como no atento es un mal pronóstico de futuro. Conozco personas que nunca se han aprendido mi nombre a pesar de los años de relación (entre ellos mi hermano, mi único hermano, y mi madre, mi única madre). Como que eso lo he citado en otras partes puede ser considerado como algo que me ha afectado. Efectivamente, me ha afectado. Ahora cuando alguien se equivoca con mi nombre porque no lo retiene no ya en la primera ronda sino tampoco en las dos siguientes , al referirme a él también uso el nombre con el que se equivoca para resaltar 1/ su equivocación y 2/ que yo tambien puedo equivocarse voluntariamente como réplica y protesta.
    Los contactos, aún siendo efímeros o muy puntuales (una comida, un cóctel, una coincidencia en el rellano, otra en el párking o en la calle...) traen consigo toda una filosofía: la que reconoce la transitoriedad humana y las no posibilidades de ir mucho mas allá de la conversación superficial o profesional especializada en un buen numero de ocasiones. Prefiero la cruda verdad de tener contactos o un contacto que aparte de ocupar un espacio gráfico en una agenda o en un archivo no ocupa más energía que esa que contar con una amistad, ( supuesta por supuesto) que a la hora de la verdad demuestra con creces que nunca fue mas que un contacto efímero y olvidadizo. A cada cual en la organización de sus recursos o relaciones humanas (según lo digan las empresas o los individuos). Evidentemente, los humanos somos mucho mas que meros contactos de interés mutuo, pero esa es una hipótesis por demostrar en la mayoría de las situaciones. La amistad ni se concede ni se decreta, se construye. Es un proceso largo en el que una o las dos partes abandonan por cansancio o kao técnico. Un kao técnico es un golpe bajo que se recibe al constatar que el otro no está a la altura de lo esperad o simplemente es un traidor que estaba en espera para la escena que mas le convenía. La amistad no es una inversión pero sí funciona con la base de una expectativa. Eso es lo que la complica más ya que la recomendación psicoterapéutica elemental es la de no esperar demasiado, por no decir nada, de nadie y cargar con las consecuencias de los reveses en caso de hacerlo. Entender el significado en toda su extensión de esta advertencia puede costar unas cuantas décadas. Una vez asumida al completo se hacen balances con gozo de como una misma clase de reveses que en sus primeras versiones. Años atrás, eran profundas heridas de las que costaba reponerse en sus siguientes versiones no son más que episodios que anecdotizar. Un desplante es siempre un desplante y no es cuestión de poner la otra mejilla para repetir de lo mismo pero hay que contar con el personal que no hará otra cosa que desplantarte. Eso de que todo el mundo es bueno y quien no lo es es porque no le dejan, es pura mentira. Ni todo el mundo es bueno ni quien no lo es no necesita factores de presión externos para no serlo. Crudo, sí, muy crudo.
    La definición mas vaga de la amistad es la de alguien que sigue estando ahí, a tu alcance, por lejos que esté geográficamente, y que está por encima de las diferencias que os separan persistiendo una energía cariñosa. Tampoco me pelearé a muerte por este criterio ya que es lo suficientemente laxo como para que quepan muchos matices.
    Las maneras de denominar al otro son múltiples, generalizando la gama de posibilidades para eludir la específicamente de amistad. Ésta se reserva para muy pocas personas y cuando no es así: cuando se refiere a muchas es posible que la palabra sea desautorizado por el optimismo de quien la usa. La denominación contacto es infinitamente mas honesta. Refiere mas que una relación a la posibilidad de tener una, o mas exactamente a una relación en permanente suspenso salvo para los momentos concretos en que necesita ser contactada. Al poco tiempo de moverse uno por el mundo o por mas de una latitud en los tiempos modernos uno/a tiene tal volumen de contactos que su problema logístico es recordar quien es quien y donde lo ha conocido y bajo qué palio.
    En una agenda de contactos, profesionales o personales, hay la representación cuantificada y nombrada, de la especie humana en sus personalidades y conductas concretas. En cierta manera es el listado de los sujetos de una muestra en la que el investigador es tambien sujeto investigado en la o las listas ajenas de las que pueda participar.
    Para algunas profesiones tener una base cuantiosa de contactos da la oportunidad a tener una cartera de clientes. En cierta ocasión que pasamos un fin de semana en casa de una amiga1 (palabra aquí mal usada, por supuesto) de mi amante aprovechó el rato de la cena para hacer propaganda de la casa comercial para la que trabajaba vendiendo fabulosas baterías de acero inoxidable de cocina y de altos precios. Me pareció de muy mal gusto que sacara el tema pero nosotros no fuimos suficientemente hábiles para pasar a hablar de climatología, industria turística o gastronomía o cualquier otro tema absurdo para el momento pero con los que se rellenan las sobremesas.
    Cuando alguien te dice de ir a casa de unos amigos conviene que hagas tus averiguaciones a priori sobre el enmarcamiento de esa amistad así predefinida. Tú, como segundo de a bordo, no tienes porque preocuparte pero cualquier clase de tensión que pueda haber entre el anfitrión y tu enlace que te ha llevado hasta él te puede perjudicar. Un buen criterio de aventurero es no esperar demasiado de nadie, ya lo he dicho y lo redigo por repetido, tampoco de la estabilidad de las situaciones. Lo más constante de la existencia es la variación. Lo es por lo que hace al carácter inestable de la climatología pero también al carácter inestable de los individuos. En catalán hay una expresión muy ilustrativa por lo que hace a los imprevistos de personalidad: “està de mala lluna”. Literalmente: está de mala luna. Se conoce la influencia de la luna en el mantenimiento del equilibrio de la tierra y en varios de sus procesos naturales, los mas conocidos los de las mareas y en el desarrollo de la vegetación. También en la sensibilidad humana. Individuos en pleno shock ansioso que incluso se lo reconocen y saben que no pueden hacer nada para no explotar ya declaran que no pueden aspirar a ser algo mas que contactos puntuales o no aceptados mas que para eso para paladares exigentes. Y al revés: ni quien tiene mas fuelle y capacidad de acogida puede integrarlo todo, es decir a aceptar a todos los demás en todos sus registros de locuras. Si se define a priori ese criterio-magno por lo que hace al potencial de los demás uno se evita muchísimos problemas derivados de las excesivas expectancias. Por otra parte lo que hace a una expectancia en excesiva es la afirmación y confirmación del otro en que se puede contar con el/ella sin que eso sea cierto. Cada cual tiene que optar y saber hasta que punto puede confiar y en quien sin dejar de prever que el otro falla de múltiples maneras: retirándose de un proyecto de investigación apalabrado, no viniéndote a recoger al aeropuerto o retirándose de su interés manifiesto por ti. Cuanto mas se cuente con los distintos registros de posibilidades mas fácil será asumirlas cuando sucedan pasando de un estado de alianza a uno de no alianza sin vivir esa transición desde ninguna clase de herida a pesar del altercado logístico que suponga.
    La recurrencia de la conexión humana es que va reproduciendo una tipología de actitudes cambiando las fisonomías de los individuos y las coordenadas. Es el teatro de una mismas escenas en distintos escenarios con unos mismos personajes con distintos actores. Lo interesante de su previsión es que los guiones se van repitiendo en una ley de eterno retorno de los hechos y dentro de ellos los debates, las incomprensiones, las confusiones y los desengaños. La vida social es tan previsible que lleva al punto de saturación, es decir, del asqueo. Terricabras refiere que la sociedad que se ha montado está basada en la simpatía pero no en la profundidad. En cuanto se profundiza en las relaciones -añado- sobrevienen los episodios de simpatía. Tener al otro en el estado categorial del contacto es lo más honesto posible. En cuanto desaparece su necesidad de rescate simplemente no hay que alimentarlo con una filfa relacionaria para mantener una entelequia comunicacional que tampoco es tal. Como se ha recogido antes, esa necesidad tampoco tiene porqué experimentarse ni una sola vez. He asistido cuantiosas veces a encuentros en los que la gente se da una lista de emails y quedan en reencontrarse para no volver a hacerlo nunca jamas salvo los menos en una proporción estadística ínfima. Una filosofía de la conexión dúctil y fluida permite tener un comportamiento mucho mas abierto que una noción proselitista de la relación con los demás para ficharlos para causas inexcusables. El militantismo va en contra de las conexiones extensas mientras que la libertad de fluencia tolera hasta cierto punto que cada cual siga el curso de su evolución personal por lento y desastrado que sea. Claro que lo segundo puede confundirse con las actitudes conservadoras que llegan a perdonar lo imperdonable y a ocultar pasados biográficos mezquinos. Suponemos que es mejor una existencia que organiza el multicontacto que no la que se enmatoja con la misma relación binomial toda la vida, pero a la hora de hacer números son muy pocos los contactos que se mantuvieron como relaciones continuas dejando un poso de sabiduría y compartiendo un compromiso con la militancia real para cambiar las cosas del mundo. Las biografías dan vueltas en torno a nombres eje durante temporadas intensas tras las cuales pasan a la lista de los contactos. Si eso se prevé a priori cuando sucede no hay porque interpretarlo como una tragedia sino como una remodelacion del puzzle de multiples piezas configuradas por humanos.

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