Pasiones lingüísticas en UcraniaLas pasiones en torno a la nueva ley de la lengua en Ucrania exceden los marcos del debate parlamentario. La oposición convocó manifestaciones para impedir la aprobación de la norma que establece las bases de la política del Estado en este dominio. Desde anoche, los disconformes hacen piquetes frente a la Casa de Ucrania, en la parte céntrica de Kíev, y a partir de la madrugada los apoyan las regiones occidentales del país. Se registraron enfrentamientos con la policía
La escandalosa ley que concede el estatus de idioma regional a las lenguas habladas por las minorías étnicas de Ucrania fue aprobada, en último debate, por la Rada Suprema, en su sesión vespertina de ayer martes. La reunión fue `presidida por el vice speaker Adam Martinuk, quien propuso la votación del documento en debate final. La ley fue aprobada por mayoría de votos. La oposición denunció infracción del procedimiento, porque el respectivo punto faltaba en la agenda inicial de la reunión. Varios parlamentarios se declararon en huelga de hambre. Algunos se negaron a seguir participando en las labores del legislativo hasta el fin de este período de sesiones. La oposición organizó un piquete en el centro de Kíev.
La noche pasó relativamente en calma. Pero, al amanecer, se produjeron enfrentamientos con la policía. Los manifestantes arrojaron piedras y botellas de cóctel Molotov contra la Casa de Ucrania, donde iba a conceder una rueda de prensa el presidente de Ucrania, Víctor Yanukovich. La policía reaccionó utilizando gas lactrimógeno. Se registraron las primeras víctimas. Aparte de los llamamientos a defender la lengua ucraniana, se escucharon consignas más fuertes, como “¡Diputados sinvergüenzas!” y “Nos traicionaron, ¡ a las armas!”. La minoría opositora encontró un buen pretexto para hacerse recordar, el director adjunto del Centro de Estudios Ucranianos en la Universidad Lomonósov de Moscú, Bogdan Bezpalko:
—En esta situación, la oposición tiene un buen pretexto para recordar a la sociedad de su existencia y protestar contra el actual gobierno. A mi modo de ver, ésta es la razón principal de lo que sucede. En la práctica, la nueva ley aprobada por el parlamento no fortalece en absoluto la posición de la lengua rusa en Ucrania. La sitúa entre las demás lenguas de las minorías étnicas del país, como, por ejemplo, la roma o el eslovaco.
Esta ley, que tiene tanta repercusión, establece que la única lengua oficial en Ucrania es el ucraniano. Pero, al mismo tiempo, concede el estatus de idioma regional a las lenguas de minorías étnicas en las regiones donde éstas minorías constityan al menos el 10% de la población. En este caso, todos los documentos oficiales – actas legislativas, papeletas electorales, etc. – se traducirán automáticamente al idioma de la minoría étnica. A petición del ciudadano, su documento de identidad también podrá ser expedido en dos idiomas.
De acuerdo a la nueva ley, los idiomas de minorías étnicas en Ucrania son: el ruso, el bielorruso, el búlgaro, el armenio, el gagaúz, el judío, el tártaro de Crimea, el moldavo, el alemán, el griego, el polaco, el roma, el rumano, el eslovaco, el húngaro, el ruteno, el caraíta, y el crimchak. Todas estas lenguas pueden obtener el estatus de idioma regional. Pero la oposición habla fundamentalmente de la lengua rusa.
El estatus de la lengua rusa fue uno de los puntos clave entre las promesas electorales de Víctor Yanukovich. Ahora, la oposición busca aprovechar el mismo tema en beneficio propio, afirma el analista político ucraniano Rostislav Íshchenko:
—En su protesta histérica, la oposición parte de dos cosas fundamentales. De manera absolutamente irracional, está convencida de que cualquier paso que se de para elevar formalmente el estatus de la lengua rusa amenaza al Estado ucraniano. Y de manera perfectamente racional, entiende que el gobernante Partido de las Regiones está movilizando con esta decisión a sus potenciales electores. Y en un arrebato de histeria, también trata de movilizar a su propio electorado.
En cualquier momento, en Ucrania pueda estallar una crisis parlamentaria. El speaker de la Rada Suprema,Vladímir Litvín, que no estuvo presente durante la votación de la ley de la lengua, decidió renunciar. Su suplente Nikolay Tomenko anunció la intención de hacer lo mismo. En estas circunstancias, el presidente Víctor Yanukovich invitó a los dirigentes de la Rada Suprema y líderes de las facciones parlamentarias a examinar en conjunto la situación.
Fuente; La voz de Rusia