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. Pseudodemocracia.Néstor Estebenznotas
La democracia formal de estado que vino a justificar el mercado neoliberal ya fue discutida desde los estertores de la última dictadura. De eso hace más de 30 años. Durante estas décadas, la alternancia en el poder de la bipolaridad prevista, ha convencido a la mayoría de las masas irresolutas. Que por fin empiecen a darse cuenta de las falacias del poder dentro del capitalismo, y no de un régimen político u otro según el gobierno de tanda, va a favor de la conciencia general aunque sea en contra del poder adquisitivo dada la desorganización reinante. Tras tanto tiempo de monocultivo del ladrillo se tenía que pagar caro por esa dedicación obsesiva a una producción innecesaria. Como cualquier otro stock cuando el silo está lleno a rebosar no se le puede continuar cargando. El sistema (el de la capital y el de la codicia) desde luego está periclitado, lleva tanto tiempo extinguiéndose que muchos creyeron que no sobreviviría al siglo XX, al hacerlo su potencial de desastre no ha parado de aumentar. Hay que acabar el sistema antes que el sistema siga acabando con nosotros por la vía de la depauperación y de las desgracias, pero ¿cómo definir un sistema alternativo en una época de descredito de todas las revoluciones realizadas sin excepción? No será con otro gestor gubernamental sin cambiar el fondo de las cosas que se va a salir de crisis y de impasse sino con iniciativas autogestionarias desde la base primera de la sociedad. Hay que repensar los excesos en el gasto energético y los puestos de trabajo en propiedad, tocaría repartir el potencial creativo y regular las demandas asi como cubrir equitativamente las necesidades. No hay una formula científica para esto ni un plan seguro. Lo que sí sabemos es que en épocas de penurias y crisis sigue habiendo quienes se enriquecen a costa de que otros sean los más desfavorecidos y desgraciados de la sociedad. Mientras no haya ejes de intervención que limiten el lucro e impidan la irracionalidad seguiremos sentados sobre peligros barriles de nitroglicerina.
De todas las leyes (normativas, regulaciones y decretos) dentro de un código que no para de modificarse hay que entender su ambivalencia. Hay leyes de igualación de derechos (los equiparables entre hombres y mujeres, el acceso de los gay al matrimonio, la adopción monoparental,…) que se pueden juzgar como positivas y avanzadas sin olvidar que la perspectiva final sea la de superar su marco legal haciéndolo superfluo. La abolición del matrimonio es para una sociedad que haya interiorizado antes la libertad sentimental y sexual.
El estado del bienestar en Europa no era una promesa sostenible a perpetuidad en un sistema basado en la especulación y en el caos de los mercados. Tarde o temprano ,los distintos aparatos de dirección política tenían que poner freno. (Era una cuestión de previsión numérica, un simple cálculo aritmético: presupuesto disponible en función del PIB dividido por necesidades). Están en eso. Establecer un relación ciudadana-parasitaria en relación a un estado paterno es una parodia del niño que jamás se emancipa del hogar paterno porque es lo que le sale más barato. La prerrogativa no es lo que hace el estado por la sociedad sino lo que hace cada individuo para sí mismo y para ella. Eso guarda una analogía con el famoso slogan de J.F.Kenedy: no pidas lo que te tiene que dar América sino pregúntate lo que puedes hacer por tu país. Si bien el grito pudiera estar inspirado en un acto demagógico, colocar el centro de energía en el individuo y no en un aparato de estado es una buena pauta de registro mental porque coloca la iniciativa en cada sujeto en lugar de convertirlo en un ente pasivo dependiente de los avatares históricos.
En una realidad compleja cada una de sus problemáticas lleva a una multifactorialidad causal. Por lo que hace a la pseudodemocracia de los países que han adoptado la estructura parlamentario-delegada, con leyes electorales discriminatorias o ventajistas, cabe compararla a las formas de lucha que pretenden una democracia alternativa e integral. La pregunta es ¿qué es peor una pseudodemocracia que no da voz a todas las voces y maneras educadas de ser dichas o las posiciones antisistema que presionan continuamente para que el discurso se ajuste a quien marca las líneas de una cancha? En una multitud de espacios de conspiración antisistema a falta de inspiración mejor con conceptos renovados y maneras de tratar las discusiones con mas frescura, antes o después se acude a una fuerza de exclusión. La literatura revolucionaria no es el campo reservado a los porteadores de todas las consignas que empiezan con un “abajo” (abajo el capitalismo, abajo la globalización, abajo la sociedad de clases,…) sino que es un campo abierto a propuestas de nuevo cuño que desbloqueen repeticiones de catecismos decimonónicos. Entre otras, otro modo de metodologizar, nombrar y argumentar. Siempre hay quien se pierde en las reuniones y no se entera de qué va la película sea porque es el durmiente de la última fila o todo le suena a vocabulario mezclado de un diccionario deshilachado. Paciencia, hay segundas y múltiples oportunidades para reenganchar a quienes se rezagan si es lo que quieren. Entre tanto, la discusión se ha colocado en otro lugar y ese otro lugar ya no está para decirle al loro de la terraza que siga repitiendo fórmulas clásicas (dictadura del proletariado, conciencia de clase,…) que demostraron su error y fatalidad histórica, prefiriendo mantener la observación critica desde una posición más austera. Menos confrontacionista pero intelectualmente más apasionada. Todo critico de los críticos puede salir mal parado. A.Nin fue asesinado por el PCUS por ordenes de soviéticas y en esos tres niveles se utilizaba un mismo lenguaje comunista. El POUM sacrificial concienció la criminalización que se le hizo a sus verdades. Esta forma de escribir la historia sigue siendo la predominante. Lo que no es aceptado o sencillamente entendido porque no se le sabe seguir la discusión es excluido. La historia humana es la historia de la exclusión continua de sus prosas, de los relatos y versiones que o no se entienden o no se sabe intervenir en ellos. Ese no es un problema lingüístico sino de la perversión que los usuarios hacen del lenguaje. Por lo que hace a las dificultades de lenguaje comunista, es decir a su fracaso y a su no vigencia, se debe en gran parte a su estalinización y a su maoísmo posterior. No es que la idea de la sociedad sin clases no siga siendo brillante pero es tan pretérita como a principios del XIX, mucho peor, antes no habían los medios económicos para conseguirla, ahora habiéndolos sigue estando mas lejos como perspectiva histórica que antes. Ese reconocimiento puede colocar una buena premisa para la cooperación. La de habla como yo o sino habla en otra parte es propio de resoluciones monocromáticas. En una conocida teoría de psicología social, la de Festinger, ya se demuestra que la comunicación humana es un proceso interesado en la aceptación social (la de formar parte de los demás, de sus maneras y ritos) en tant oque el refrendo de un valor es tomado por el refrendo de los otros. Esa teoría, conocida por disonancia cognitiva, es una de las teorías de la motivación según la cual hay una tendencia a la eliminación de las diferencias que se tienen con los demás aún a costa de distorsionar la verdad y la realidad. El pensante independiente no puede caer en el ultimátum y en el chantaje de imperativos en cuanto al modo de hablar, de ser y de pensar. Detrás de cada formalista hay un pequeño o gran tirano que lo que desea es oír su propia voz o sus réplicas o un tipo de lenguaje que le suene a su familia de vocablos. A la pseudodemocracia de los modelos estatales deficitarios por la representación social no se puede ignorar la pseudodemocracia de orden distinto pero no mejor de algunos que se oponen a aquella sin aceptar las diferencias en sus latitudes. Llevada la contradicción a su máximo punto de radicalidad siempre aparece quien se otorga la propiedad de un espacio y expulsa, reprime o encarcela a quien es distinto: sea por su acento, sus ideas, su modo de hablar distinto, su inclinación sexual o el color de su piel. El problema de decirle a alguien ¡vete! no es tanto a quien echas (encontrará otros sitios donde vehicular sus opiniones) sino a los contenidos con los que te cierras en banda entender. Al menos la pseudodemocracia oficial no llega a esos niveles de ridículo.
Ni los países que trataron de imponer o avanzar en el socialismo en un solo país (pretensión que quedó en vana) ni los que no trataron de hacerlo no pueden dar lecciones de grandes logros democráticos aunque estos apelen continuamente a que son estados de derecho y aquellos a que es necesario un periodo de represión de la vieja clase dominante para su triunfo. Han ido pasando las décadas y demostrándose que las geopolíticas en las que se escinde el planeta no significa que una parte del mundo sea la alternativa ideal al resto. Más bien lo que nos encontramos son diversas formas de opresión y desastres con las libertades sometidas. La gerontocracia de Corea del Norte y una tentativa en la misma dirección del castrismo cubano, indican algo aun peor que las antiguas monarquías, en tanto que descansan sobre una total falta de confianza en el mismo aparato de poder. La superación de las pseudodemocracias en una perspectiva de democracia integral pasa por un mundo en el que se implemente una metodología de sinergias entre diferentes opciones. La mente humana aún está lejos de esta capacidad y la multidivisión de intereses tan opuestos en una sociedad internacional escindida sigue dando prioridad al reparto de la geografía antes que a la felicidad humana. Dividir el mundo entre países buenos y países malos no aclara nada, es mejor no tirar bengalas y discriminar lo menos malo de lo peor.
La democracia formal de estado que vino a justificar el mercado neoliberal ya fue discutida desde los estertores de la última dictadura. De eso hace más de 30 años. Durante estas décadas, la alternancia en el poder de la bipolaridad prevista, ha convencido a la mayoría de las masas irresolutas. Que por fin empiecen a darse cuenta de las falacias del poder dentro del capitalismo, y no de un régimen político u otro según el gobierno de tanda, va a favor de la conciencia general aunque sea en contra del poder adquisitivo dada la desorganización reinante. Tras tanto tiempo de monocultivo del ladrillo se tenía que pagar caro por esa dedicación obsesiva a una producción innecesaria. Como cualquier otro stock cuando el silo está lleno a rebosar no se le puede continuar cargando. El sistema (el de la capital y el de la codicia) desde luego está periclitado, lleva tanto tiempo extinguiéndose que muchos creyeron que no sobreviviría al siglo XX, al hacerlo su potencial de desastre no ha parado de aumentar. Hay que acabar el sistema antes que el sistema siga acabando con nosotros por la vía de la depauperación y de las desgracias, pero ¿cómo definir un sistema alternativo en una época de descredito de todas las revoluciones realizadas sin excepción? No será con otro gestor gubernamental sin cambiar el fondo de las cosas que se va a salir de crisis y de impasse sino con iniciativas autogestionarias desde la base primera de la sociedad. Hay que repensar los excesos en el gasto energético y los puestos de trabajo en propiedad, tocaría repartir el potencial creativo y regular las demandas asi como cubrir equitativamente las necesidades. No hay una formula científica para esto ni un plan seguro. Lo que sí sabemos es que en épocas de penurias y crisis sigue habiendo quienes se enriquecen a costa de que otros sean los más desfavorecidos y desgraciados de la sociedad. Mientras no haya ejes de intervención que limiten el lucro e impidan la irracionalidad seguiremos sentados sobre peligros barriles de nitroglicerina.
De todas las leyes (normativas, regulaciones y decretos) dentro de un código que no para de modificarse hay que entender su ambivalencia. Hay leyes de igualación de derechos (los equiparables entre hombres y mujeres, el acceso de los gay al matrimonio, la adopción monoparental,…) que se pueden juzgar como positivas y avanzadas sin olvidar que la perspectiva final sea la de superar su marco legal haciéndolo superfluo. La abolición del matrimonio es para una sociedad que haya interiorizado antes la libertad sentimental y sexual.
El estado del bienestar en Europa no era una promesa sostenible a perpetuidad en un sistema basado en la especulación y en el caos de los mercados. Tarde o temprano ,los distintos aparatos de dirección política tenían que poner freno. (Era una cuestión de previsión numérica, un simple cálculo aritmético: presupuesto disponible en función del PIB dividido por necesidades). Están en eso. Establecer un relación ciudadana-parasitaria en relación a un estado paterno es una parodia del niño que jamás se emancipa del hogar paterno porque es lo que le sale más barato. La prerrogativa no es lo que hace el estado por la sociedad sino lo que hace cada individuo para sí mismo y para ella. Eso guarda una analogía con el famoso slogan de J.F.Kenedy: no pidas lo que te tiene que dar América sino pregúntate lo que puedes hacer por tu país. Si bien el grito pudiera estar inspirado en un acto demagógico, colocar el centro de energía en el individuo y no en un aparato de estado es una buena pauta de registro mental porque coloca la iniciativa en cada sujeto en lugar de convertirlo en un ente pasivo dependiente de los avatares históricos.
En una realidad compleja cada una de sus problemáticas lleva a una multifactorialidad causal. Por lo que hace a la pseudodemocracia de los países que han adoptado la estructura parlamentario-delegada, con leyes electorales discriminatorias o ventajistas, cabe compararla a las formas de lucha que pretenden una democracia alternativa e integral. La pregunta es ¿qué es peor una pseudodemocracia que no da voz a todas las voces y maneras educadas de ser dichas o las posiciones antisistema que presionan continuamente para que el discurso se ajuste a quien marca las líneas de una cancha? En una multitud de espacios de conspiración antisistema a falta de inspiración mejor con conceptos renovados y maneras de tratar las discusiones con mas frescura, antes o después se acude a una fuerza de exclusión. La literatura revolucionaria no es el campo reservado a los porteadores de todas las consignas que empiezan con un “abajo” (abajo el capitalismo, abajo la globalización, abajo la sociedad de clases,…) sino que es un campo abierto a propuestas de nuevo cuño que desbloqueen repeticiones de catecismos decimonónicos. Entre otras, otro modo de metodologizar, nombrar y argumentar. Siempre hay quien se pierde en las reuniones y no se entera de qué va la película sea porque es el durmiente de la última fila o todo le suena a vocabulario mezclado de un diccionario deshilachado. Paciencia, hay segundas y múltiples oportunidades para reenganchar a quienes se rezagan si es lo que quieren. Entre tanto, la discusión se ha colocado en otro lugar y ese otro lugar ya no está para decirle al loro de la terraza que siga repitiendo fórmulas clásicas (dictadura del proletariado, conciencia de clase,…) que demostraron su error y fatalidad histórica, prefiriendo mantener la observación critica desde una posición más austera. Menos confrontacionista pero intelectualmente más apasionada. Todo critico de los críticos puede salir mal parado. A.Nin fue asesinado por el PCUS por ordenes de soviéticas y en esos tres niveles se utilizaba un mismo lenguaje comunista. El POUM sacrificial concienció la criminalización que se le hizo a sus verdades. Esta forma de escribir la historia sigue siendo la predominante. Lo que no es aceptado o sencillamente entendido porque no se le sabe seguir la discusión es excluido. La historia humana es la historia de la exclusión continua de sus prosas, de los relatos y versiones que o no se entienden o no se sabe intervenir en ellos. Ese no es un problema lingüístico sino de la perversión que los usuarios hacen del lenguaje. Por lo que hace a las dificultades de lenguaje comunista, es decir a su fracaso y a su no vigencia, se debe en gran parte a su estalinización y a su maoísmo posterior. No es que la idea de la sociedad sin clases no siga siendo brillante pero es tan pretérita como a principios del XIX, mucho peor, antes no habían los medios económicos para conseguirla, ahora habiéndolos sigue estando mas lejos como perspectiva histórica que antes. Ese reconocimiento puede colocar una buena premisa para la cooperación. La de habla como yo o sino habla en otra parte es propio de resoluciones monocromáticas. En una conocida teoría de psicología social, la de Festinger, ya se demuestra que la comunicación humana es un proceso interesado en la aceptación social (la de formar parte de los demás, de sus maneras y ritos) en tant oque el refrendo de un valor es tomado por el refrendo de los otros. Esa teoría, conocida por disonancia cognitiva, es una de las teorías de la motivación según la cual hay una tendencia a la eliminación de las diferencias que se tienen con los demás aún a costa de distorsionar la verdad y la realidad. El pensante independiente no puede caer en el ultimátum y en el chantaje de imperativos en cuanto al modo de hablar, de ser y de pensar. Detrás de cada formalista hay un pequeño o gran tirano que lo que desea es oír su propia voz o sus réplicas o un tipo de lenguaje que le suene a su familia de vocablos. A la pseudodemocracia de los modelos estatales deficitarios por la representación social no se puede ignorar la pseudodemocracia de orden distinto pero no mejor de algunos que se oponen a aquella sin aceptar las diferencias en sus latitudes. Llevada la contradicción a su máximo punto de radicalidad siempre aparece quien se otorga la propiedad de un espacio y expulsa, reprime o encarcela a quien es distinto: sea por su acento, sus ideas, su modo de hablar distinto, su inclinación sexual o el color de su piel. El problema de decirle a alguien ¡vete! no es tanto a quien echas (encontrará otros sitios donde vehicular sus opiniones) sino a los contenidos con los que te cierras en banda entender. Al menos la pseudodemocracia oficial no llega a esos niveles de ridículo.
Ni los países que trataron de imponer o avanzar en el socialismo en un solo país (pretensión que quedó en vana) ni los que no trataron de hacerlo no pueden dar lecciones de grandes logros democráticos aunque estos apelen continuamente a que son estados de derecho y aquellos a que es necesario un periodo de represión de la vieja clase dominante para su triunfo. Han ido pasando las décadas y demostrándose que las geopolíticas en las que se escinde el planeta no significa que una parte del mundo sea la alternativa ideal al resto. Más bien lo que nos encontramos son diversas formas de opresión y desastres con las libertades sometidas. La gerontocracia de Corea del Norte y una tentativa en la misma dirección del castrismo cubano, indican algo aun peor que las antiguas monarquías, en tanto que descansan sobre una total falta de confianza en el mismo aparato de poder. La superación de las pseudodemocracias en una perspectiva de democracia integral pasa por un mundo en el que se implemente una metodología de sinergias entre diferentes opciones. La mente humana aún está lejos de esta capacidad y la multidivisión de intereses tan opuestos en una sociedad internacional escindida sigue dando prioridad al reparto de la geografía antes que a la felicidad humana. Dividir el mundo entre países buenos y países malos no aclara nada, es mejor no tirar bengalas y discriminar lo menos malo de lo peor.
