El fármaco estaba siendo comercializado por Roche desde 1998, es decir, que estuvo en el mercado durante 10 años.
Estaba contaminado por EMS (metanosulfonato de etilo), una sustancia cancerígena y teratógena.
Fue el inhibidor de proteasas más consumido por los seropositivos.
Nadie en España ha informado nunca del asunto; ni una nota en la prensa, ni un blog.
La información oficial de la OMS está en francés en este enlace:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Página oficial de la Agencia Española del Medicamento
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Lo que no dicen es que, además, el Neviracept en polvo contenía aspartamo, un edulcorante neurotóxico conocido en Europa como E-951 que la FDA legalizó en 1974 y que (((esto es sólo para conspiranoicos))) formaba parte integrante de algunas de las armas químicas del Pentágono.
Ante las evidencias científicas de la toxicidad del edulcorante, en octubre de 1980 la FDA bloqueó su distribución, pero la llegada de Reagan a la Casa Blanca al mes siguiente dio un giro a la situación porque GD Searle tenía la patente del aspartamo y Donald Rumsfeld (jefe del gabinete y secretario de Defensa) era presidente de GD Searle desde 1977. El presidente de la FDA fue destituido y en su lugar se nombró a Arthur Hull Hayes, uno de esos “científicos” al servicio de Rumsfeld, del Pentágono y, por lo tanto, de GD Searle. En julio de 1981 Hayes respaldó la comercialización del aspartamo en alimentos sólidos y en 1983 en bebidas gaseosas. Poco después debió renunciar a su cargo por aceptar sobornos de empresarios, pasando a formar parte de la empresa de relaciones públicas de GD Searle.
En 1985 Monsanto (la famosa multinacional de los transgénicos) compró el laboratorio y en 2000 pasó a manos de Merisant. Bajo diferentes marcas como “Natrén”, “Canderel”, “Nutrasweet”, “Equal”, “Spoonful” y otras, el aspartamo es el edulcorante habitual en más de 5.000 productos de alimentación y 500 dietéticos. Al continuar apareciendo pruebas de su carácter tóxico, en 1985 la FDA pidió al CDC que examinara las primeras 650 denuncias, que pronto se convirtieron en 10.000.
El dictamen reconoció que en la cuarta parte de los casos, los síntomas cesaban al dejar de ingerir aspartamo y recomenzaban al volver a tomarlo.
Pero la FDA saltó por encima del informe y el mismo día en que publicó su veredicto, Pepsi-Cola anunció la incorporación del edulcorante a su brebaje en una campaña publicitaria a escala mundial, obviamente preparada de antemano. Donald Kendal, presidente de Pepsi, había sido asesor de la Casa Blanca y era amigo personal de Rumsfeld (Pat Thomas: Aspartame. The shocking story of the world’s bestselling sweetener, en The Ecologist, 26 de setiembre de 2005, pgs. 35 y stes.).
Como tantas otras historias de corrupción, el aspartamo acabó en los tribunales. GD Searle fue denunciada judicialmente por manipular los informes científicos, pero quienes debían perseguir el delito, los fiscales Skinner y Conlon, también fueron sobornados con su nombramiento para altos cargos políticos. A Skinner le nombraron Secretario de Transportes y luego Jefe del Equipo de la Casa Blanca de Bush.
El expediente se cerró discretamente y Rumsfeld recibió una recompensa de 12 millones de dólares por sus habilidades burocráticas.
Lo público y lo privado siguieron siendo un único camino de doble dirección. Durante años, mientras Michael Friedman trabajó en la FDA rechazó miles de quejas de consumidores del aspartamo y luego fue nombrado vicepresidente de Monsanto.
Comprueben aquí cómo el Neviracept contiene aspartamo:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]