http://revolutioninspain.blogspot.com/2012/01/la-masa-borrega.html
La masa borrega son aquellos cuarentones que se sientan en torno a una mesa, botellín en mano, y que se quejan del gobierno. ''Yo votaré al PP, a ver si arreglan la cosa''. La masa borrega son millones de jóvenes y no tan jóvenes llorando de emoción cuando once tipos ganan un partido de fútbol en el país con más desigualdades del mundo desarrollado. Pero, según Shakira, ''esto es África''. Lo dice mientras baila con unos felices negritos en lo que parece propaganda colonialista. La masa borrega es aquella adolescente que, ocupada con su Blackberry, no sabría responder a la pregunta ¿qué es el capitalismo? ¿qué es el neoliberalismo? ¿qué es el FMI? ni a la de ¿quién fue Santiago Carrillo?. ''Un asesino, ¿no?'' repetirán algunas, adoctrinadas por sus abuelos.
No pediré perdón a la masa borrega por mis siguientes observaciones en primer lugar porque son ciertas y en segundo porque ningún miembro de la masa borrega leerá nunca esto.
Las funciones de la masa borrega son cuatro: callar, trabajar, consumir y votar (cada cuatro años).
Quién dice callar dice no pensar. La burguesía puede permitirse darle un respiro a la censura literaria porque antes ha creado una enorme masa de ignorantes que ni tan siquiera sabrían decir quién es Karl Marx. Por eso precisamente hay libertad de pensamiento, y a veces de información: porque a un burro le puedes decir que vive en un sistema absurdamente injusto, que existen alternativas y que hay que luchar por alcanzarlas, pero lo mejor que te puedes esperar es una respuesta del tipo: Tú lo que quieres es que nos muramos de hambre como en Cuba, ¿no?. O algo así como: El mundo es así y no puede cambiarse, demos gracias por haber nacido en un lugar del primer mundo. Pero lo más usual sería que el borrego se encogiese de hombros y te dijese que no sabe de política.
Quién dice trabajar dice ser explotado. La masa borrega suele ir directa a los trabajos más duros y peor pagados, y cómo tampoco piensan, no serán conscientes de que una huelga o un boicot les podría sacar de su desdicha. Tampoco piensan lo suficiente como para organizarse, ni lo ven como algo útil.
Quién dice consumir dice ser esclavo. Esclavo de la moda, de la publicidad, del qué dirán... ¿Cuanto habrán derrochado los borregos, adoctrinados por la televisión, en ropa de marca? ¿Cuantos iPhones y Blackberrys fabricadas por esclavos chinos habrán comprado? La publicidad en ese sentido lo tiene bastante fácil: basta con poner a un par de mujeres increíblemente atractivas al lado del producto para que este sea comprado en masa.
Quién dice votar dice sentirse parte del sistema. En una democracia burguesa se dan dos funciones: por un lado, la clase especializada, los hombres responsables, ejercen la función ejecutiva, lo que significa que piensan, entienden y planifican los intereses ''comunes''; por otro, el rebaño desconcertado también con una función en la democracia, que consiste en ser espectadores en vez de miembros participantes de forma activa. Pero, dado que estamos hablando de una democracia, estos últimos llevan a término algo más que una función: de vez en cuando gozan del favor de liberarse de ciertas cargas en la persona de algún miembro de la clase especializada; en otras palabras, se les permite decir queremos que seas nuestro líder, o, mejor, queremos que tú seas nuestro líder, y todo ello porque estamos en una democracia y no en un estado totalitario. Pero una vez se han liberado de su carga y traspasado ésta a algún miembro de la clase especializada, se espera de ellos que se apoltronen y se conviertan en espectadores de la acción, no en participantes. Esto es lo que ocurre en una democracia que funciona como Dios manda.
La masa borrega es, simplemente, lo que impide el progreso. No son ellos los culpables, si no el sistema capitalista que les necesita. No puede uno quejarse del porcentaje alto de abstencionistas ni de que el PP haya ganado las elecciones sin pararse a pensar que existe un grupo manipulado e idiotizado sin el cual el sistema caería. La única manera de erradicar completamente a este grupo, a la masa borrega, es mediante una educación pública de calidad, que venga acompañada por unos medios de comunicación que no busquen el beneficio si no el adoctrinar en principios justos y por una ciudadanía concienciada de qué es bueno y qué es malo, de qué es lógico y qué no lo es. Evidentemente, en un sistema capitalista -por muy socialdemocrata que sea- esto es literalmente imposible.
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La masa borrega son aquellos cuarentones que se sientan en torno a una mesa, botellín en mano, y que se quejan del gobierno. ''Yo votaré al PP, a ver si arreglan la cosa''. La masa borrega son millones de jóvenes y no tan jóvenes llorando de emoción cuando once tipos ganan un partido de fútbol en el país con más desigualdades del mundo desarrollado. Pero, según Shakira, ''esto es África''. Lo dice mientras baila con unos felices negritos en lo que parece propaganda colonialista. La masa borrega es aquella adolescente que, ocupada con su Blackberry, no sabría responder a la pregunta ¿qué es el capitalismo? ¿qué es el neoliberalismo? ¿qué es el FMI? ni a la de ¿quién fue Santiago Carrillo?. ''Un asesino, ¿no?'' repetirán algunas, adoctrinadas por sus abuelos.
No pediré perdón a la masa borrega por mis siguientes observaciones en primer lugar porque son ciertas y en segundo porque ningún miembro de la masa borrega leerá nunca esto.
Las funciones de la masa borrega son cuatro: callar, trabajar, consumir y votar (cada cuatro años).
Quién dice callar dice no pensar. La burguesía puede permitirse darle un respiro a la censura literaria porque antes ha creado una enorme masa de ignorantes que ni tan siquiera sabrían decir quién es Karl Marx. Por eso precisamente hay libertad de pensamiento, y a veces de información: porque a un burro le puedes decir que vive en un sistema absurdamente injusto, que existen alternativas y que hay que luchar por alcanzarlas, pero lo mejor que te puedes esperar es una respuesta del tipo: Tú lo que quieres es que nos muramos de hambre como en Cuba, ¿no?. O algo así como: El mundo es así y no puede cambiarse, demos gracias por haber nacido en un lugar del primer mundo. Pero lo más usual sería que el borrego se encogiese de hombros y te dijese que no sabe de política.
Quién dice trabajar dice ser explotado. La masa borrega suele ir directa a los trabajos más duros y peor pagados, y cómo tampoco piensan, no serán conscientes de que una huelga o un boicot les podría sacar de su desdicha. Tampoco piensan lo suficiente como para organizarse, ni lo ven como algo útil.
Quién dice consumir dice ser esclavo. Esclavo de la moda, de la publicidad, del qué dirán... ¿Cuanto habrán derrochado los borregos, adoctrinados por la televisión, en ropa de marca? ¿Cuantos iPhones y Blackberrys fabricadas por esclavos chinos habrán comprado? La publicidad en ese sentido lo tiene bastante fácil: basta con poner a un par de mujeres increíblemente atractivas al lado del producto para que este sea comprado en masa.
Quién dice votar dice sentirse parte del sistema. En una democracia burguesa se dan dos funciones: por un lado, la clase especializada, los hombres responsables, ejercen la función ejecutiva, lo que significa que piensan, entienden y planifican los intereses ''comunes''; por otro, el rebaño desconcertado también con una función en la democracia, que consiste en ser espectadores en vez de miembros participantes de forma activa. Pero, dado que estamos hablando de una democracia, estos últimos llevan a término algo más que una función: de vez en cuando gozan del favor de liberarse de ciertas cargas en la persona de algún miembro de la clase especializada; en otras palabras, se les permite decir queremos que seas nuestro líder, o, mejor, queremos que tú seas nuestro líder, y todo ello porque estamos en una democracia y no en un estado totalitario. Pero una vez se han liberado de su carga y traspasado ésta a algún miembro de la clase especializada, se espera de ellos que se apoltronen y se conviertan en espectadores de la acción, no en participantes. Esto es lo que ocurre en una democracia que funciona como Dios manda.
La masa borrega es, simplemente, lo que impide el progreso. No son ellos los culpables, si no el sistema capitalista que les necesita. No puede uno quejarse del porcentaje alto de abstencionistas ni de que el PP haya ganado las elecciones sin pararse a pensar que existe un grupo manipulado e idiotizado sin el cual el sistema caería. La única manera de erradicar completamente a este grupo, a la masa borrega, es mediante una educación pública de calidad, que venga acompañada por unos medios de comunicación que no busquen el beneficio si no el adoctrinar en principios justos y por una ciudadanía concienciada de qué es bueno y qué es malo, de qué es lógico y qué no lo es. Evidentemente, en un sistema capitalista -por muy socialdemocrata que sea- esto es literalmente imposible.
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