Hola camaradas, quisiera conocer su opinión sobre este "concepto" de "comunismo", que se esta difundiendo en el movimiento zeitgeist.
El siguiente texto pertence a la guia de "preguntas Frecuentes" sobre el proyecto venus elaborada por Jacque Fresco.
P. ¿Cómo se diferencia una economía basada en recursos del comunismo?
R. Comparar al comunismo con una economía basada en recursos es un craso error. El comunismo sigue basándose en el dinero, los bancos, el ejército, las prisiones, los líderes carismáticos, la estratificación social y los oficiales elegidos para mantener las tradiciones comunistas y su adoctrinamiento. Por el contrario, el objetivo principal de una economía basada en recursos es superar la necesidad de utilizar dinero. El comunismo es un sistema político dirigido por una forma de ideología, la cual no se relaciona necesariamente con las necesidades del hombre y los recursos del medioambiente. Es importante señalar que, sin importar si el sistema social es fascista, socialista, capitalista o comunista, el mecanismo que subyace sigue siendo el mismo; el dinero, el empleo remunerado y la competencia. No hay mayores diferencias entre el capitalismo y el comunismo, ambos enfoques no son más que dos caras de una misma “moneda”. La China Comunista no es menos capitalista que los Estados Unidos. La única diferencia es el grado en el cual el Estado interviene en las empresas. La realidad es que el “monetarismo”, por así llamarlo, es el verdadero mecanismo que guía los intereses de todos los países del planeta. La perspectiva fundamental es que el interés personal y la competencia llevan a la prosperidad social, ya que el acto de competir crea incentivos que motivan a la gente a perseverar. No obstante, de lo que no se habla, es que una economía basada en la competencia invariablemente lleva a la corrupción estratégica, la consolidación del poder, la acumulación de riqueza y la estratificación social; a la parálisis tecnológica, al abuso laboral y, por último, a una forma encubierta de dictadura gubernamental de la elite más poderosa.
A pesar de que Marx fue un hombre brillante para su época, no previó las ventajas de una economía basada en recursos. Si bien ofreció una dirección nueva y audaz para su época, no fue nada visionario en cuanto a lo que podía ser logrado con la tecnología aplicada con genuina preocupación por la humanidad y el medioambiente. No ponderó el real impacto que tendría para crear abundancia y liberar a los seres humanos de sus monótonas y agobiantes rutinas. Al igual que sus contemporáneos, Marx aceptó la necesidad de contar con dinero para comer, sin ver la inherente inhumanidad de este solo acto.
El comunismo no eliminó la escasez ni tenía un modelo o método para producir abundancia.
La producción a partir de maquinaria dominará en el futuro, en lugar del empleo de nuestros enclenques músculos –la mano de obra. El comunismo no tiene un modelo o un método para sacar adelante sus ideales y al igual que el fascismo, el capitalismo y el socialismo, terminará siendo un fracaso en la historia como experimento social. Términos como proletariado, revolución, mano de obra, huelga o sindicatos quedarán obsoletos, pues no tendrán razón de ser. Serán estudiados como subproductos de la insuficiencia; sinónimos de servilismo pagado, uniformidad y falsos adoctrinamientos; totalmente irrelevantes, anacrónicos e inútiles para la construcción de un futuro más sensato que permita efectivamente un real y pleno desarrollo personal.
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P. ¿Cómo se diferencia una economía basada en recursos del comunismo?
R. Comparar al comunismo con una economía basada en recursos es un craso error. El comunismo sigue basándose en el dinero, los bancos, el ejército, las prisiones, los líderes carismáticos, la estratificación social y los oficiales elegidos para mantener las tradiciones comunistas y su adoctrinamiento. Por el contrario, el objetivo principal de una economía basada en recursos es superar la necesidad de utilizar dinero. El comunismo es un sistema político dirigido por una forma de ideología, la cual no se relaciona necesariamente con las necesidades del hombre y los recursos del medioambiente. Es importante señalar que, sin importar si el sistema social es fascista, socialista, capitalista o comunista, el mecanismo que subyace sigue siendo el mismo; el dinero, el empleo remunerado y la competencia. No hay mayores diferencias entre el capitalismo y el comunismo, ambos enfoques no son más que dos caras de una misma “moneda”. La China Comunista no es menos capitalista que los Estados Unidos. La única diferencia es el grado en el cual el Estado interviene en las empresas. La realidad es que el “monetarismo”, por así llamarlo, es el verdadero mecanismo que guía los intereses de todos los países del planeta. La perspectiva fundamental es que el interés personal y la competencia llevan a la prosperidad social, ya que el acto de competir crea incentivos que motivan a la gente a perseverar. No obstante, de lo que no se habla, es que una economía basada en la competencia invariablemente lleva a la corrupción estratégica, la consolidación del poder, la acumulación de riqueza y la estratificación social; a la parálisis tecnológica, al abuso laboral y, por último, a una forma encubierta de dictadura gubernamental de la elite más poderosa.
A pesar de que Marx fue un hombre brillante para su época, no previó las ventajas de una economía basada en recursos. Si bien ofreció una dirección nueva y audaz para su época, no fue nada visionario en cuanto a lo que podía ser logrado con la tecnología aplicada con genuina preocupación por la humanidad y el medioambiente. No ponderó el real impacto que tendría para crear abundancia y liberar a los seres humanos de sus monótonas y agobiantes rutinas. Al igual que sus contemporáneos, Marx aceptó la necesidad de contar con dinero para comer, sin ver la inherente inhumanidad de este solo acto.
El comunismo no eliminó la escasez ni tenía un modelo o método para producir abundancia.
La producción a partir de maquinaria dominará en el futuro, en lugar del empleo de nuestros enclenques músculos –la mano de obra. El comunismo no tiene un modelo o un método para sacar adelante sus ideales y al igual que el fascismo, el capitalismo y el socialismo, terminará siendo un fracaso en la historia como experimento social. Términos como proletariado, revolución, mano de obra, huelga o sindicatos quedarán obsoletos, pues no tendrán razón de ser. Serán estudiados como subproductos de la insuficiencia; sinónimos de servilismo pagado, uniformidad y falsos adoctrinamientos; totalmente irrelevantes, anacrónicos e inútiles para la construcción de un futuro más sensato que permita efectivamente un real y pleno desarrollo personal.
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