Fuente: https://tiempobrero.blogspot.com/2020/06/origenes-de-la-teoria-del-socialismo-en.htmlOrígenes de la teoría del socialismo en un sólo país
En este artículo, examinamos los orígenes de la teoría del “socialismo en algunos, o incluso en un sólo país capitalista tomado de forma aislada”. Tal esfuerzo es necesario para contrarrestar la recurrente leyenda, creada y difundida por el trotskismo, de que tal teoría habría sido creada por Stalin en 1924, así como de que servía como expresión de la estrechez nacional de una creciente burocracia soviética conservadora. Este estudio nos revela que esta teoría ya estaba presente en la respuesta de los bolcheviques a la traición de los partidos socialdemócratas europeos al ideal de la revolución proletaria, lo que se produjo poco después del estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 (que los bolcheviques denunciaron como la guerra imperialista). La incomprensión de Trotsky, o incluso su negativa a aceptar esta concepción leninista, nos muestra que su ruptura con el menchevismo fue parcial, además de indicarnos la comprensión ultraizquierdista que tenía del proceso revolucionario mundial. Para ser breves, emplearemos el término “socialismo en un solo país” en lugar de “socialismo en algunos, o incluso en un sólo país tomado de forma aislada”.
Esta fue, de hecho, la más disputa más amarga en la historia del movimiento revolucionario marxista. En los debates que giraban en torno a la propia naturaleza del proceso revolucionario mundial, se trataba el papel que debe ser desempeñado por el socialismo, en caso de que este obtuviese la victoria solamente en algunos o incluso un sólo país capitalista. Creada principalmente en el conflicto entre Lenin y las corrientes oportunistas de la socialdemocracia, esta cuestión, más tarde, se transfiguraría en la disputa entre Stalin y Trotsky. ¿Pero por qué tal debate era tan central? La respuesta pertenece al tiempo, y puede ser encontrada en la naturaleza de la época en la que surgió.
El Partido Bolchevique, bajo la dirección de Lenin, fue el único partido de la Segunda Internacional Socialista que defendió una acción revolucionaria después del estallido de la Primera Guerra Mundial. Los demás partidos de la Internacional -cuyo Partido más notable era el socialdemócrata alemán- traicionaron la lucha por la revolución proletaria y por el socialismo al apoyar sus propias burguesías en la guerra de las potencias imperialistas. Comprometidos por su traición y expuestos ante los obreros avanzados, estos revisionistas, anteriormente ocultos, enemigos de la revolución de la clase trabajadora, necesitaban buscar justificaciones teóricas para su traición. Al peinar ciertas obras de Marx y Engels, encontraron lo que buscaban: el socialismo, decían, se debe dar a nivel internacional; o el socialismo será internacional, o no será nada.
Esto no pasaba, sin embargo, de una parodia del marxismo, que aunque pareciese muy válida para muchos profesores universitarios, dificilmente serviría para el liderazgo de las clases revolucionarias. Lo que los oportunistas buscaban era una mera justificación “marxista” para traicionar a la clase trabajadora y apoyar a sus respectivas burguesías en la guerra interimperialista. Su principal argumento era, sin embargo, que no habían traicionado al socialismo y a la revolución porque “ambos tendrían, por su propia naturaleza, que suceder a nivel internacional, a partir de la unión de los “trabajadores del mundo“. ¿Marx no había dicho esto, y Engels no tenía la misma opinión? ¿Cómo pueden los leninistas acusarnos de traicionar al socialismo si nos basamos en el autor más sagrado de los autores sagrados del marxismo?” Los oportunistas concluían: “El socialismo jamás sería posible en el aislamiento, en un sólo país“. De esta forma, los oportunistas buscaron y “encontraron” justificación en los escritos de los creadores del socialismo científico. Pero, debemos recordar aquí lo dicho: “hasta el propio diablo puede citar las escrituras”.
Lo que los oportunistas de la II Internacional no entendían era que el capitalismo había sufrido tranformaciones significativas desde los tiempos Marx y Engels. En su época pre-imperialista, este había llegado a su fase monopolista, es decir, imperialista. El capitalismo en ascensión se convertía en el capitalismo en decadencia: el imperialismo se convertiría en el capitalismo “moribundo” (Lenin). De esta forma, antes de este período de desarrollo, ni Marx ni Engels podían imaginar la posibilidad del socialismo en un sólo país, enfatizando correctamente que la transición al socialismo sólo sería posible si se diera en diversos países. Sin embargo, las cosas cambiarían a partir de la ascensión de las formas monopolistas e imperialistas del capitalismo. El imperialismo intensificaba las leyes del desarrollo desigual, incluso bajo las bases de una nivelación. Esto fue la intensificación de las leyes del desarrollo desigual bajo el imperialismo, que sirvió para transformar las perspectivas de la revolución internacional. Y fue el propio Lenin quien asumió la tarea de demostrar esta nueva fase del capitalismo, así como las consecuencias que tendría para la revolución mundial.
Lenin nos enseñó que éste desarrollo del capitalismo dio:
“origen a las guerras imperialistas, que minan las fuerzas del imperialismo y hace posible romper la cadena imperialista en su punto más débil”. (J. Stalin : Works 18, p 168; Reimpreso por Red Star Press, Londres, 1976)
Así, Lenin concluyó:
“El desarrollo económico y político es una ley absoluta del capitalismo. Por lo tanto, la victoria del socialismo es posible en algunos o incluso en un país capitalista, tomado de forma aislada“. (V.I. Lenin: Selected Works, Eng. Ed. Vol.5, p.141; citado en Stalin, ibid p.169…)
Con este razonamiento, Lenin respondió a los oportunistas y socialchovinistas de la Segunda Internacional, que, habiendo llevado a la clase trabajadora a comenzar la Primera Guerra Imperialista, buscaban a toda costa ocultar su traición con citas de Marx y Engels, con pasajes que reflejaban las perspectivas de un momento completamente diferente. En otras palabras, Lenin decía a los social-traidores: “ustedes no pueden utilizar la vieja máxima de que el “socialismo debe ser internacional” sólo para justificar su traición contra la clase obrera”. El imperialismo había modificado la naturaleza del proceso revolucionario mundial en el sentido de hacer las revoluciones y el socialismo posibles en algunos o incluso en un solo país. Bajo la mirada de los traidores, Lenin se convirtió en un “revisionista” por no entender el marxismo como un dogma, sino como un método de reflexión y acción.
Para consolidar su nueva posición aún más firmemente, Lenin señaló que:
“El desarrollo del capitalismo avanza de manera extremadamente desigual en los diferentes países. Esto no se puede dar de manera diferente bajo el sistema de producción de mercancías. De ello se desprende, indescutiblemente, que la victoria del socialismo no puede ocurrir simultáneamente en todos los países. El socialismo alcanzará la victoria primero en uno o algunos países, mientras los demás permanecerán por algún tiempo burgueses o pre-burgueses“. (V.I. Lenin, “Programa Militar de la Revolución Proletaria“, en: Obras Completas, tomo 29, pág 325..)
Lenin prosigue este pasaje explicando las contradicciones que surgirían entre los países socialistas y los estados atrasados, lo que podría conducir a la guerra, que por la parte de los países socialistas sería una guerra justa y legítima. Lo que Lenin buscaba demostrar era que las concepciones marxistas desarrolladas en el período pre-imperialista del capitalismo (de que el socialismo en un solo país sería imposible, y que, por lo tanto, su victoria debería ocurrir simultáneamente en todos los países capitalistas avanzados) ya no eran válidas. Tampoco eran válidos los intentos del ala derecha de la socialdemocracia de ocultarse detrás de la tésis de la “imposibilidad del socialismo en un solo país” para justificar su negativa a dirigir la lucha para derrocar al capitalismo y guiar la lucha para la construcción el socialismo en sus respectivos países.
Al defender la posibilidad del socialismo en un sólo país o en algunos países, Lenin se involucraría en una lucha colosal con los oportunistas y derechistas de la socialdemocracia, que para salvar su reputación se oponían al socialismo en un solo país. Por encima de todo, no era por casualidad que, si no todos, la mayoría de estos líderes provenían de los países capitalistas avanzados. La sola idea de tomar el poder en Rusia en 1917 era para ellos algo opuesto a la comprensión libresca que tenían del marxismo. Su negativa a dirigir la lucha por el socialismo en aquel momento estaba justificada por la idea de que el socialismo “o será internacional o no será nada“. Su crítica a los bolcheviques era que Rusia estaba materialmente atrasada para el socialismo, lo que era verdad, pero semejante argumento no justificaba la negativa a dar pasos hacia la eliminación del atraso, lo que podría haber sido más sencillo si los oportunistas no hubiesen traicionado la lucha por el socialismo en los países avanzados.
Es importante que entendamos aquí, que Lenin desarrolló el pensamiento marxista de acuerdo a los desarrollos sufridos por el capitalismo, lo que también llevó al desarrollo de la teoría marxista del proceso revolucionario. La antigua concepción pre-imperialista de que el socialismo tendría que darse obligatoriamente a nivel internacional, dio lugar a una nueva teoría marxista-leninista de que el socialismo era posible en uno o en varios países en un momento dado del proceso revolucionario mundial. Con esto, Lenin no sólo desarrolló la teoría revolucionaria marxista, sino que también tuvo éxito en exponer a los oportunistas y derechistas que se oponían a la teoría del socialismo en algunos o en un único país que esto era una dura demostración de su traición en la negativa a liderar la lucha por el socialismo en sus propios países después de la desintegración de la guerra imperialista.
Vemos, así, que la lucha de Lenin para defender la teoría del socialismo en algunos o un sólo país era parte de la contradicción entre las líneas oportunistas y revolucionarias. La línea revolucionaria defendió que el socialismo sería posible incluso en un sólo país, mientras que los oportunistas continuaron basándose en nociones anticuadas sobre el capitalismo pre-imperialista, que, a pesar de que fuesen correctas en su tiempo, se habían vuelto inválidas por el reciente desarrollo del capitalismo, su forma monopolista e imperialista. En el corazón de esta lucha entre la revolución y el oportunismo surgiría la figura de Trotsky, quien durante largo tiempo titubeó entre las dos alas de la socialdemocracia rusa, los bolcheviques y los mencheviques, habiendo, en general, colaborando con los segundos contra los primeros. La posición que Trotsky defendería en el Partido Bolchevique era un medio compromiso entre el leninismo y el oportunismo. En aquel momento, Trotsky apoyaba la consigna “Estados Unidos de Europa”, de la cual Lenin discrepaba fuertemente. Para Lenin, esta consigna no tenía en cuenta la ley del desarrollo desigual, pudiendo servir de nuevo para que el ala derecha de la socialdemocracia evitase la lucha por el poder en sus respectivos países; además, tal consigna tenía para Lenin un tono eurocéntrico. Para exponer la limitación de esta concepción, Lenin la contrapuso a la consigna “Estados Unidos del Mundo”, que aunque era preferible, la propuesta era aplicada al socialismo en lugar del capitalismo. La principal debilidad de esta última propuesta para Lenin era que:
“Sin embargo, como consigna independiente, la de los Estados Unidos del Mundo dudosamente sería justa. Primero, porque su surgimiento sólo sería posible con el socialismo y, en segundo lugar, porque podría erróneamente interpretado, llevando a creer que la victoria del socialismo en un solo país es imposbile, además de poder llevar a equívocos en cuanto a las relaciones de este país con los demás“. (V. Lenin: “The United States of Europe’ Slogan“; Selected Works, Eng. Ed., Vol. 5; p. 141; August 1915)
En este pasaje, Lenin polemizaba contra los “Estados Unidos de Europa”, apoyado de Trotsky, buscando una propuesta alternativa y llegando a la conclusión de que ambos estaban en contra de la teoría del desarrollo del socialismo en un sólo país, como parte del proceso revolucionario mundial. Podemos entender la conclusión de Lenin si recordamos que estaba luchando contra el ala derechista del movimiento socialista, que recientemente había traicionado la lucha por el socialismo basándose en la imposibilidad del socialismo en un solo país.
Parece obvio que Trotsky no puede discernir la relación entre la defensa que Lenin hacía de su nueva teoría sobre la posibilidad del socialismo en algunos o en un sólo país, y la lucha que llevaba a cabo contra el ala derecha de la Internacional Socialista, que ocultaba su oportunismo y su traición a la clase obrera, es decir, su incapacidad para dirigir la lucha por el socialismo en sus respectivos países, ocultándose detrás de la concepción anticuada de que el socialismo sólo sería posible en el plano internacional. Esta incapacidad de Trotsky para entender la relación entre defender el socialismo en un sólo país como parte de la lucha mundial y la lucha contra el oportunismo era informar de los pronunciamientos más nuevos de Trotsky. Trotsky respondió a la crítica de Lenin de sus “Estados Unidos de Europa”, en un artículo donde exponía su propia visión del proceso revolucionario mundial, argumentando que:
“El único argumento histórico más o menos concreto frente a la teoría de los Estados Unidos de Europa fue formulado en la Swiss Sotsial-Democrat (en aquellos tiempos, el órgano central de los Bolcheviques) en la siguiente frase: “el desarrollo económico y político desigual es una ley absoluta del capitalismo”. De ahí, la Swiss Sotsial-Democrat llega a la conclusión de que la victoria del socialismo es posible en un sólo país, y que por lo tanto no habría motivo para colocar la creación de los Estados Unidos de Europa como condición para la dictadura del proletariado en cada país asilado… Que ningún país debe “esperar” por otros en su lucha revolucionaria es un argumento elemental, útil y necesario para reiterar la idea de que una acción internacional simultánea no debe ser sustituída por la idea de una inactividad internacional simultánea. Sin esperar por los demás, comenzaremos a llevar a cabo la lucha con total confianza de que nuestra iniciativa dará ímpetu a las otras luchas en los demás países, porque si esto no ocurre, no hay esperanza -desde una perspectiva histórica y desde la importancia teórica-, de que, por ejemplo, una Rusia pudiese mantenerse frente a una Europa conservadora, o que una Alemania socialista pudiese sobrevivir aislada en un mundo capitalista“. (Trotsky: Works Vol 3 part 1; PP.89-90 ..:también citado en Stalin: Obras 8, p. 336).
Esta fue la respuesta de Trotsky a la teoría de Lenin sobre la posibilidad del socialismo en un sólo país, como parte del proceso revolucionario mundial. Estaba en contra de cualquier cosa con tal de “ganar tiempo”, o retrasar la revolución en cada país, lo que lo pone en contradicción con los dirigentes de la derecha del movimiento socialista, pero al mismo tiempo, él no creía que el socialismo se pudiese mantener en Rusia o Alemania, por ejemplo, ante una Europa conservadora. Y esto fue, de hecho, lo que ocurrió en la Unión Soviética, donde el socialismo resistió. La supervivencia de la Unión Soviética hasta su liquidación final por los revisionistas que tomaron el control del PCUS nos sirve para refutar este pronóstico de Trotsky. Así que, por un lado Trotsky se oponía a la postergación de la revolución en cada país, por otra parte se opuso ferozmente a la tesis leninista sobre la posibilidad del socialismo en un sólo país, como parte de la lucha más amplia por la revolución internacional.
Al no entender, o incluso al rechazar claramente la posición leninista de que el socialismo sería posible en un sólo o unos pocos países (tesis fundada en la ley del desarrollo desigual), Trotsky jamás podría discernir que la lucha por el socialismo en un sólo país, como parte del proceso revolucionario mundial, era parte integrante de la lucha de Lenin contra los oportunistas de derecha y el socialchovinismo hacia el movimiento socialista internacional.
Esta incapacidad por parte de Trotsky llevaría más tarde al trotskismo a desempeñar un papel contrarrevolucionario en la Unión Soviética después de la muerte de Lenin en 1924.
Trotsky se unió al Partido Bolchevique en 1917, incluso oponiéndose a la teoría leninista de que el socialismo era posible en un sólo país. Después de afiliarse al Partido, Trotsky trató de no oponerse abiertamente a Lenin en esta cuestión. Sin embargo, tras la muerte de Lenin, Trotsky trató de afirmar su posición contraria a Lenin, dirigiendo sus críticas a Stalin. Trotsky fue tan lejos que llegó a decir que Stalin había creado tal teoría, cuando cualquier comunista sabe que ésta había sido formulada por el propio Lenin. De esta forma, la “Escuela Trotskista de Falsificación” fue responsable del mayor fraude teórico jamás perpetrado dentro del movimiento revolucionario de la clase obrera. La leyenda de que Stalin fue el autor de la teoría del socialismo en un sólo país, ya sea producto de la ignorancia o de una mentira consciente, es repetida en todo tipo de literatura sobre la Revolución Rusa producida por los movimientos trotskistas.
Por lo tanto, en el VII Pleno del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista (22 noviembre-16 diciembre, 1926), Stalin señala en su réplica en la discusión sobre el “desvio socialdemócrata en nuestro partido”:
“La manera en que yo entiendo la cuestión es que ahora Trotsky se levanta contra la teoría de Lenin, pero como combatir a Lenin abiertamente sería un negocio arriesgado, decidió llevar a cabo esta lucha bajo la apariencia de combatir una “teoría” de Stalin. De esta forma, Trotsky quiere hacer más fácil su lucha contra el leninismo, disfrazando su lucha con la crítica a la teoría de Stalin“. (Stalin: Obras, p.121; Reimpresión por Red Star Press, Londres).
Después de haber pasado toda la vida al lado de los oportunistas, Trotsky nunca entendió el arte de llevar a cabo una lucha basada en principios, sin tener que recurrir a trucos baratos y oportunistas. Por lo tanto, Stalin recordó a los comunistas que:
“…Observamos que la declaración de Trotsky acerca de la “teoría de Stalin” es una estratagema, un truco, un truco cobarde y fallido, diseñado para ocultar su lucha contra la teoría de la victoria aislada del socialismo en los países, una lucha que comenzó en 1915 y se extiende hasta nuestros días. Si esta artimaña de Trotsky es o no, un signo de honestidad, que lo decidan los camaradas“. (Stalin, ibid.)
Lo más sorprendente es que Trotsky pensó que podía huír con semejante truco del más importante plan político de la clase obrera, la vanguardia comunista, ¡y aún se hace pasar por leninista! Después de unirse a los bolcheviques, Trotsky no consideró que semejante truco sería prudente, o en otras palabras, Trotsky carecía de argumentos que pudiese oponer a esta parte primordial del leninismo, y decidió ocultar su lucha contra el leninismo presentándola como una lucha contra Stalin, lo que demuestra que Trotsky era motivado principalmente por motivos oportunistas.
Así como el ala derechista denunció la teoría de Lenin como “revisionismo”, para enmascarar su traición a la clase obrera al atacar a la posibilidad de construir el socialismo en sus países, en aquel momento Trotsky denunciaba a Stalin por inventar una teoría revisionista llamada “socialismo en un sólo país”, teoría que a su vez expresaba las tendencias conservadoras de la burocracia soviética.
A inclinarse hacia el menchevismo en la cuestión del socialismo en un sólo país, la cual Trotsky oponía mecánicamente a la revolución mundial, Trotsky sería castigado después de conducir el desvío socialdemócrata en el Partido Comunista. Así como los líderes oportunistas de la II Internacional, Trotsky se oponía a la posibilidad de construir el socialismo en un sólo país, aunque por diferentes razones. Mientras que los oportunistas de derecha trataban de justificar su traición al socialismo en sus países por su rechazo al socialismo en cada país, Trotsky lucharía contra el socialismo en un sólo país porque lo veía contrario a la idea de la revolución internacional. La consecuencia lógica es que tanto los derechistas de la Internacional como el ultraizquierdista Trotsky, defendieron posiciones que negaban cualquier posibilidad de construir el socialismo en países aislados. En cuanto a los derechistas, esta era la razón que impedía la conquista del poder en sus respectivos países, para los ultraizquierdistas el socialismo sería imposible en un sólo país, y jamás ocurriría sin la revolución mundial.
La extrema izquierda y la derecha del movimiento socialista se unieron en oposición a la teoría leninista de la posibilidad de consolidar el socialismo en un sólo país, como parte del proceso revolucionario mundial. De esta forma, con respecto a la Unión Soviética, el pasado menchevique de Trotsky se reconciliaría con él. Situándose a la “izquierda”, los trotskistas comenzarían a desempeñar un papel importante para la burguesía al hacer propaganda de la imposibilidad del socialismo en la Unión Soviética, visto que su ruidosa denuncia del leninismo sólo serviría para desmoralizar al movimiento comunista y a la clase obrera, minando la confianza los trabajadores, al mismo tiempo que impulsaba la confianza de la burguesía soviética en la restauración del capitalismo.
Si el socialismo jamás fuese alcanzado en la Unión Soviética, en la ausencia de revoluciones en otros países, la contrarrevolución y la restauración del capitalismo no estarían muy lejos.
Aunque siempre utilizó un disfraz de “izquierda”, el papel objetivo desempeñado por el trotskismo fue debilitar la confianza de la clase obrera en los comunistas soviéticos con su rechazo a la teoría de Lenin en cuanto a la posibilidad de desarrollar el socialismo en la Unión Soviética. La línea política de Trotsky era la línea de la contrarrevolución soviética. Stalin asumiría la defensa de la teoría de Lenin, y la oposición de Trotsky a esta teoría lo situaría objetivamente al lado de la contrarrevolución, es decir, en la trinchera de todos los anti-socialistas que trataron de desacreditar a la Revolución Rusa bajo el principio ideológico de que el socialismo jamás se construiría en un país aislado. Esta campaña de desmoralización tuvo algún efecto, claramente demostrado en gente como Zinoviev y Kamenev, que a pesar de haber defendido el leninismo de las desviaciones de Trotsky, se convirtieron, por razones oportunistas y sectarias, en herramientas de la campaña trotskista contra el leninismo.
Conclusión
La teoría de Lenin, que comprendía la posibilidad de la victoria del socialismo en un sólo país como parte del proceso revolucionario internacional, se originó a partir de un desarrollo de la teoría marxista de la revolución, y fue parte de los avances teóricos que se produjeron como consecuencia de la transformación del capitalismo pre-imperialista en capitalismo imperialista. Tal desarrollo intensificaba los efectos de la ley del desarrollo desigual, lo que llevó a las potencias imperialistas a enfrentamientos cada vez más constantes por los mercados y las materias primas. Las guerras emprendidas por tales conflictos debilitaban el imperialismo, creando la posibilidad de romper los eslabones más débiles de la cadena imperialista. A su vez, esta situación creaba oportunidades favorables a la victoria aislada del socialismo en los países. El estallido de la primera guerra imperialista expuso la completa podredumbre de los dirigentes de la Segunda Internacional, comprometidos con el oportunismo y el socialchovinismo. Estos traidores de la clase obrera y del socialismo trataban de justificar su traición a la revolución y su incapacidad para liderar la lucha por el poder basado en principios teóricos e ideológicos que hicieron posible pensar en el socialismo a escala mundial. Utilizando citas de Marx y Engels sobre la naturaleza internacionalista del derrocamiento del capitalismo, la socialdemocracia ignoraba el cambio experimentado por el capitalismo, desde su era pre-imperialista al capitalismo imperialista. La lucha de Lenin para sustentar la teoría de que el socialismo sería factible en tan sólo unos pocos o incluso un sólo país era dirigida a estos oportunistas, que se escondian detrás del carácter internacionalista del socialismo para justificar su traición a la clase obrera. Oponiéndose a luchar por el socialismo en sus propios países, justificaban su traición oponiéndose a la posibilidad del socialismo en países aislados. En otras palabras, los socialdemócratas europeos contraponían el socialismo en un solo país a la naturaleza internacional del socialismo.
En su lucha por mantener que sería posible desarrollar el socialismo por primera vez en alguna parte del mundo, como parte del proceso revolucionario mundial, Lenin criticaba la consigna trotskista de los “Estados Unidos de Europa”. Lo contraponía a los “Estados Unidos del Mundo”, rechazándolo también porque dicha propuesta se mezclaba con el socialismo y llevaba a la idea errónea de que el socialismo sería imposible en países aislados. Trotsky respondió a la crítica de Lenin de agosto de 1915 afirmando que, aunque los socialistas no debían esperar la revolución en otros países, la dictadura del proletariado jamás resistiría frente a la Europa conservadora. Incluso mostrándose en desacuerdo con la teoría de Lenin, Trotsky se unió a los bolcheviques en 1917 y trató de no exponer sus diferencias abiertamente al principio, pero después de la muerte de Lenin, pasó a oponerse abiertamente a la teoría de éste. Por razones sectarias comenzó a actuar de manera oportunista, dirigiendo su antagonismo a la figura de Stalin en lo que sería la mayor falsificación política en la historia del movimiento revolucionario, la afirmación de que Stalin era el creador del socialismo en un sólo país, es una leyenda repetida por los trotskistas hasta la actualidad. Este oportunismo fue completamente revelado por Stalin en su lucha contra la oposición liderada por Trotsky en la Unión Soviética. La consecuencia de la oposición de Trotsky a la teoría de Lenin fue su acercamiento al campo de aquellos que sólo buscaban desmoralizar a los comunistas y a la clase obrera bajo el argumento de que el socialismo sería imposible en la Unión Soviética. Dado que esta era la posición de la burguesía y de los mencheviques, ansiosos por desacreditar a cualquier persona que luchara por el socialismo, el trotskismo se colocó al mismo lado de los contrarrevolucionarios burgueses, pero buscaba atacar a la revolución por la “izquierda”. Por lo tanto, queda claro que en su oposición a Lenin, el trotskismo desempeñó -y sigue desempeñando- un papel reaccionario. El significado que tuvo el trotskismo después de la muerte de Lenin en 1924, no se puede encontrar en su oposición “de izquierda” a la teoría leninista del proceso revolucionario mundial, pero si en su papel con el fin de socavar la confianza de los elementos revolucionarios y socialistas en una plataforma que permitiese pensar en la construcción del socialismo en la Unión Soviética como algo viable. El PCUS caracterizó la posición de Trotsky como una desviación socialdemócrata debido a que su negación del socialismo en un sólo país era la misma que la de los estratos mencheviques. Sin lugar a dudas, las opiniones expresadas por Trotsky sirven sólo a los intereses de los elementos capitalistas, ávidos de una posible restauración de este en los primeros años después de la Revolución Rusa.
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En este artículo, examinamos los orígenes de la teoría del “socialismo en algunos, o incluso en un sólo país capitalista tomado de forma aislada”. Tal esfuerzo es necesario para contrarrestar la recurrente leyenda, creada y difundida por el trotskismo, de que tal teoría habría sido creada por Stalin en 1924, así como de que servía como expresión de la estrechez nacional de una creciente burocracia soviética conservadora. Este estudio nos revela que esta teoría ya estaba presente en la respuesta de los bolcheviques a la traición de los partidos socialdemócratas europeos al ideal de la revolución proletaria, lo que se produjo poco después del estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 (que los bolcheviques denunciaron como la guerra imperialista). La incomprensión de Trotsky, o incluso su negativa a aceptar esta concepción leninista, nos muestra que su ruptura con el menchevismo fue parcial, además de indicarnos la comprensión ultraizquierdista que tenía del proceso revolucionario mundial. Para ser breves, emplearemos el término “socialismo en un solo país” en lugar de “socialismo en algunos, o incluso en un sólo país tomado de forma aislada”.
Esta fue, de hecho, la más disputa más amarga en la historia del movimiento revolucionario marxista. En los debates que giraban en torno a la propia naturaleza del proceso revolucionario mundial, se trataba el papel que debe ser desempeñado por el socialismo, en caso de que este obtuviese la victoria solamente en algunos o incluso un sólo país capitalista. Creada principalmente en el conflicto entre Lenin y las corrientes oportunistas de la socialdemocracia, esta cuestión, más tarde, se transfiguraría en la disputa entre Stalin y Trotsky. ¿Pero por qué tal debate era tan central? La respuesta pertenece al tiempo, y puede ser encontrada en la naturaleza de la época en la que surgió.
El Partido Bolchevique, bajo la dirección de Lenin, fue el único partido de la Segunda Internacional Socialista que defendió una acción revolucionaria después del estallido de la Primera Guerra Mundial. Los demás partidos de la Internacional -cuyo Partido más notable era el socialdemócrata alemán- traicionaron la lucha por la revolución proletaria y por el socialismo al apoyar sus propias burguesías en la guerra de las potencias imperialistas. Comprometidos por su traición y expuestos ante los obreros avanzados, estos revisionistas, anteriormente ocultos, enemigos de la revolución de la clase trabajadora, necesitaban buscar justificaciones teóricas para su traición. Al peinar ciertas obras de Marx y Engels, encontraron lo que buscaban: el socialismo, decían, se debe dar a nivel internacional; o el socialismo será internacional, o no será nada.
Esto no pasaba, sin embargo, de una parodia del marxismo, que aunque pareciese muy válida para muchos profesores universitarios, dificilmente serviría para el liderazgo de las clases revolucionarias. Lo que los oportunistas buscaban era una mera justificación “marxista” para traicionar a la clase trabajadora y apoyar a sus respectivas burguesías en la guerra interimperialista. Su principal argumento era, sin embargo, que no habían traicionado al socialismo y a la revolución porque “ambos tendrían, por su propia naturaleza, que suceder a nivel internacional, a partir de la unión de los “trabajadores del mundo“. ¿Marx no había dicho esto, y Engels no tenía la misma opinión? ¿Cómo pueden los leninistas acusarnos de traicionar al socialismo si nos basamos en el autor más sagrado de los autores sagrados del marxismo?” Los oportunistas concluían: “El socialismo jamás sería posible en el aislamiento, en un sólo país“. De esta forma, los oportunistas buscaron y “encontraron” justificación en los escritos de los creadores del socialismo científico. Pero, debemos recordar aquí lo dicho: “hasta el propio diablo puede citar las escrituras”.
Lo que los oportunistas de la II Internacional no entendían era que el capitalismo había sufrido tranformaciones significativas desde los tiempos Marx y Engels. En su época pre-imperialista, este había llegado a su fase monopolista, es decir, imperialista. El capitalismo en ascensión se convertía en el capitalismo en decadencia: el imperialismo se convertiría en el capitalismo “moribundo” (Lenin). De esta forma, antes de este período de desarrollo, ni Marx ni Engels podían imaginar la posibilidad del socialismo en un sólo país, enfatizando correctamente que la transición al socialismo sólo sería posible si se diera en diversos países. Sin embargo, las cosas cambiarían a partir de la ascensión de las formas monopolistas e imperialistas del capitalismo. El imperialismo intensificaba las leyes del desarrollo desigual, incluso bajo las bases de una nivelación. Esto fue la intensificación de las leyes del desarrollo desigual bajo el imperialismo, que sirvió para transformar las perspectivas de la revolución internacional. Y fue el propio Lenin quien asumió la tarea de demostrar esta nueva fase del capitalismo, así como las consecuencias que tendría para la revolución mundial.
Lenin nos enseñó que éste desarrollo del capitalismo dio:
“origen a las guerras imperialistas, que minan las fuerzas del imperialismo y hace posible romper la cadena imperialista en su punto más débil”. (J. Stalin : Works 18, p 168; Reimpreso por Red Star Press, Londres, 1976)
Así, Lenin concluyó:
“El desarrollo económico y político es una ley absoluta del capitalismo. Por lo tanto, la victoria del socialismo es posible en algunos o incluso en un país capitalista, tomado de forma aislada“. (V.I. Lenin: Selected Works, Eng. Ed. Vol.5, p.141; citado en Stalin, ibid p.169…)
Con este razonamiento, Lenin respondió a los oportunistas y socialchovinistas de la Segunda Internacional, que, habiendo llevado a la clase trabajadora a comenzar la Primera Guerra Imperialista, buscaban a toda costa ocultar su traición con citas de Marx y Engels, con pasajes que reflejaban las perspectivas de un momento completamente diferente. En otras palabras, Lenin decía a los social-traidores: “ustedes no pueden utilizar la vieja máxima de que el “socialismo debe ser internacional” sólo para justificar su traición contra la clase obrera”. El imperialismo había modificado la naturaleza del proceso revolucionario mundial en el sentido de hacer las revoluciones y el socialismo posibles en algunos o incluso en un solo país. Bajo la mirada de los traidores, Lenin se convirtió en un “revisionista” por no entender el marxismo como un dogma, sino como un método de reflexión y acción.
Para consolidar su nueva posición aún más firmemente, Lenin señaló que:
“El desarrollo del capitalismo avanza de manera extremadamente desigual en los diferentes países. Esto no se puede dar de manera diferente bajo el sistema de producción de mercancías. De ello se desprende, indescutiblemente, que la victoria del socialismo no puede ocurrir simultáneamente en todos los países. El socialismo alcanzará la victoria primero en uno o algunos países, mientras los demás permanecerán por algún tiempo burgueses o pre-burgueses“. (V.I. Lenin, “Programa Militar de la Revolución Proletaria“, en: Obras Completas, tomo 29, pág 325..)
Lenin prosigue este pasaje explicando las contradicciones que surgirían entre los países socialistas y los estados atrasados, lo que podría conducir a la guerra, que por la parte de los países socialistas sería una guerra justa y legítima. Lo que Lenin buscaba demostrar era que las concepciones marxistas desarrolladas en el período pre-imperialista del capitalismo (de que el socialismo en un solo país sería imposible, y que, por lo tanto, su victoria debería ocurrir simultáneamente en todos los países capitalistas avanzados) ya no eran válidas. Tampoco eran válidos los intentos del ala derecha de la socialdemocracia de ocultarse detrás de la tésis de la “imposibilidad del socialismo en un solo país” para justificar su negativa a dirigir la lucha para derrocar al capitalismo y guiar la lucha para la construcción el socialismo en sus respectivos países.
Al defender la posibilidad del socialismo en un sólo país o en algunos países, Lenin se involucraría en una lucha colosal con los oportunistas y derechistas de la socialdemocracia, que para salvar su reputación se oponían al socialismo en un solo país. Por encima de todo, no era por casualidad que, si no todos, la mayoría de estos líderes provenían de los países capitalistas avanzados. La sola idea de tomar el poder en Rusia en 1917 era para ellos algo opuesto a la comprensión libresca que tenían del marxismo. Su negativa a dirigir la lucha por el socialismo en aquel momento estaba justificada por la idea de que el socialismo “o será internacional o no será nada“. Su crítica a los bolcheviques era que Rusia estaba materialmente atrasada para el socialismo, lo que era verdad, pero semejante argumento no justificaba la negativa a dar pasos hacia la eliminación del atraso, lo que podría haber sido más sencillo si los oportunistas no hubiesen traicionado la lucha por el socialismo en los países avanzados.
Es importante que entendamos aquí, que Lenin desarrolló el pensamiento marxista de acuerdo a los desarrollos sufridos por el capitalismo, lo que también llevó al desarrollo de la teoría marxista del proceso revolucionario. La antigua concepción pre-imperialista de que el socialismo tendría que darse obligatoriamente a nivel internacional, dio lugar a una nueva teoría marxista-leninista de que el socialismo era posible en uno o en varios países en un momento dado del proceso revolucionario mundial. Con esto, Lenin no sólo desarrolló la teoría revolucionaria marxista, sino que también tuvo éxito en exponer a los oportunistas y derechistas que se oponían a la teoría del socialismo en algunos o en un único país que esto era una dura demostración de su traición en la negativa a liderar la lucha por el socialismo en sus propios países después de la desintegración de la guerra imperialista.
Vemos, así, que la lucha de Lenin para defender la teoría del socialismo en algunos o un sólo país era parte de la contradicción entre las líneas oportunistas y revolucionarias. La línea revolucionaria defendió que el socialismo sería posible incluso en un sólo país, mientras que los oportunistas continuaron basándose en nociones anticuadas sobre el capitalismo pre-imperialista, que, a pesar de que fuesen correctas en su tiempo, se habían vuelto inválidas por el reciente desarrollo del capitalismo, su forma monopolista e imperialista. En el corazón de esta lucha entre la revolución y el oportunismo surgiría la figura de Trotsky, quien durante largo tiempo titubeó entre las dos alas de la socialdemocracia rusa, los bolcheviques y los mencheviques, habiendo, en general, colaborando con los segundos contra los primeros. La posición que Trotsky defendería en el Partido Bolchevique era un medio compromiso entre el leninismo y el oportunismo. En aquel momento, Trotsky apoyaba la consigna “Estados Unidos de Europa”, de la cual Lenin discrepaba fuertemente. Para Lenin, esta consigna no tenía en cuenta la ley del desarrollo desigual, pudiendo servir de nuevo para que el ala derecha de la socialdemocracia evitase la lucha por el poder en sus respectivos países; además, tal consigna tenía para Lenin un tono eurocéntrico. Para exponer la limitación de esta concepción, Lenin la contrapuso a la consigna “Estados Unidos del Mundo”, que aunque era preferible, la propuesta era aplicada al socialismo en lugar del capitalismo. La principal debilidad de esta última propuesta para Lenin era que:
“Sin embargo, como consigna independiente, la de los Estados Unidos del Mundo dudosamente sería justa. Primero, porque su surgimiento sólo sería posible con el socialismo y, en segundo lugar, porque podría erróneamente interpretado, llevando a creer que la victoria del socialismo en un solo país es imposbile, además de poder llevar a equívocos en cuanto a las relaciones de este país con los demás“. (V. Lenin: “The United States of Europe’ Slogan“; Selected Works, Eng. Ed., Vol. 5; p. 141; August 1915)
En este pasaje, Lenin polemizaba contra los “Estados Unidos de Europa”, apoyado de Trotsky, buscando una propuesta alternativa y llegando a la conclusión de que ambos estaban en contra de la teoría del desarrollo del socialismo en un sólo país, como parte del proceso revolucionario mundial. Podemos entender la conclusión de Lenin si recordamos que estaba luchando contra el ala derechista del movimiento socialista, que recientemente había traicionado la lucha por el socialismo basándose en la imposibilidad del socialismo en un solo país.
Parece obvio que Trotsky no puede discernir la relación entre la defensa que Lenin hacía de su nueva teoría sobre la posibilidad del socialismo en algunos o en un sólo país, y la lucha que llevaba a cabo contra el ala derecha de la Internacional Socialista, que ocultaba su oportunismo y su traición a la clase obrera, es decir, su incapacidad para dirigir la lucha por el socialismo en sus respectivos países, ocultándose detrás de la concepción anticuada de que el socialismo sólo sería posible en el plano internacional. Esta incapacidad de Trotsky para entender la relación entre defender el socialismo en un sólo país como parte de la lucha mundial y la lucha contra el oportunismo era informar de los pronunciamientos más nuevos de Trotsky. Trotsky respondió a la crítica de Lenin de sus “Estados Unidos de Europa”, en un artículo donde exponía su propia visión del proceso revolucionario mundial, argumentando que:
“El único argumento histórico más o menos concreto frente a la teoría de los Estados Unidos de Europa fue formulado en la Swiss Sotsial-Democrat (en aquellos tiempos, el órgano central de los Bolcheviques) en la siguiente frase: “el desarrollo económico y político desigual es una ley absoluta del capitalismo”. De ahí, la Swiss Sotsial-Democrat llega a la conclusión de que la victoria del socialismo es posible en un sólo país, y que por lo tanto no habría motivo para colocar la creación de los Estados Unidos de Europa como condición para la dictadura del proletariado en cada país asilado… Que ningún país debe “esperar” por otros en su lucha revolucionaria es un argumento elemental, útil y necesario para reiterar la idea de que una acción internacional simultánea no debe ser sustituída por la idea de una inactividad internacional simultánea. Sin esperar por los demás, comenzaremos a llevar a cabo la lucha con total confianza de que nuestra iniciativa dará ímpetu a las otras luchas en los demás países, porque si esto no ocurre, no hay esperanza -desde una perspectiva histórica y desde la importancia teórica-, de que, por ejemplo, una Rusia pudiese mantenerse frente a una Europa conservadora, o que una Alemania socialista pudiese sobrevivir aislada en un mundo capitalista“. (Trotsky: Works Vol 3 part 1; PP.89-90 ..:también citado en Stalin: Obras 8, p. 336).
Esta fue la respuesta de Trotsky a la teoría de Lenin sobre la posibilidad del socialismo en un sólo país, como parte del proceso revolucionario mundial. Estaba en contra de cualquier cosa con tal de “ganar tiempo”, o retrasar la revolución en cada país, lo que lo pone en contradicción con los dirigentes de la derecha del movimiento socialista, pero al mismo tiempo, él no creía que el socialismo se pudiese mantener en Rusia o Alemania, por ejemplo, ante una Europa conservadora. Y esto fue, de hecho, lo que ocurrió en la Unión Soviética, donde el socialismo resistió. La supervivencia de la Unión Soviética hasta su liquidación final por los revisionistas que tomaron el control del PCUS nos sirve para refutar este pronóstico de Trotsky. Así que, por un lado Trotsky se oponía a la postergación de la revolución en cada país, por otra parte se opuso ferozmente a la tesis leninista sobre la posibilidad del socialismo en un sólo país, como parte de la lucha más amplia por la revolución internacional.
Al no entender, o incluso al rechazar claramente la posición leninista de que el socialismo sería posible en un sólo o unos pocos países (tesis fundada en la ley del desarrollo desigual), Trotsky jamás podría discernir que la lucha por el socialismo en un sólo país, como parte del proceso revolucionario mundial, era parte integrante de la lucha de Lenin contra los oportunistas de derecha y el socialchovinismo hacia el movimiento socialista internacional.
Esta incapacidad por parte de Trotsky llevaría más tarde al trotskismo a desempeñar un papel contrarrevolucionario en la Unión Soviética después de la muerte de Lenin en 1924.
Trotsky se unió al Partido Bolchevique en 1917, incluso oponiéndose a la teoría leninista de que el socialismo era posible en un sólo país. Después de afiliarse al Partido, Trotsky trató de no oponerse abiertamente a Lenin en esta cuestión. Sin embargo, tras la muerte de Lenin, Trotsky trató de afirmar su posición contraria a Lenin, dirigiendo sus críticas a Stalin. Trotsky fue tan lejos que llegó a decir que Stalin había creado tal teoría, cuando cualquier comunista sabe que ésta había sido formulada por el propio Lenin. De esta forma, la “Escuela Trotskista de Falsificación” fue responsable del mayor fraude teórico jamás perpetrado dentro del movimiento revolucionario de la clase obrera. La leyenda de que Stalin fue el autor de la teoría del socialismo en un sólo país, ya sea producto de la ignorancia o de una mentira consciente, es repetida en todo tipo de literatura sobre la Revolución Rusa producida por los movimientos trotskistas.
Por lo tanto, en el VII Pleno del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista (22 noviembre-16 diciembre, 1926), Stalin señala en su réplica en la discusión sobre el “desvio socialdemócrata en nuestro partido”:
“La manera en que yo entiendo la cuestión es que ahora Trotsky se levanta contra la teoría de Lenin, pero como combatir a Lenin abiertamente sería un negocio arriesgado, decidió llevar a cabo esta lucha bajo la apariencia de combatir una “teoría” de Stalin. De esta forma, Trotsky quiere hacer más fácil su lucha contra el leninismo, disfrazando su lucha con la crítica a la teoría de Stalin“. (Stalin: Obras, p.121; Reimpresión por Red Star Press, Londres).
Después de haber pasado toda la vida al lado de los oportunistas, Trotsky nunca entendió el arte de llevar a cabo una lucha basada en principios, sin tener que recurrir a trucos baratos y oportunistas. Por lo tanto, Stalin recordó a los comunistas que:
“…Observamos que la declaración de Trotsky acerca de la “teoría de Stalin” es una estratagema, un truco, un truco cobarde y fallido, diseñado para ocultar su lucha contra la teoría de la victoria aislada del socialismo en los países, una lucha que comenzó en 1915 y se extiende hasta nuestros días. Si esta artimaña de Trotsky es o no, un signo de honestidad, que lo decidan los camaradas“. (Stalin, ibid.)
Lo más sorprendente es que Trotsky pensó que podía huír con semejante truco del más importante plan político de la clase obrera, la vanguardia comunista, ¡y aún se hace pasar por leninista! Después de unirse a los bolcheviques, Trotsky no consideró que semejante truco sería prudente, o en otras palabras, Trotsky carecía de argumentos que pudiese oponer a esta parte primordial del leninismo, y decidió ocultar su lucha contra el leninismo presentándola como una lucha contra Stalin, lo que demuestra que Trotsky era motivado principalmente por motivos oportunistas.
Así como el ala derechista denunció la teoría de Lenin como “revisionismo”, para enmascarar su traición a la clase obrera al atacar a la posibilidad de construir el socialismo en sus países, en aquel momento Trotsky denunciaba a Stalin por inventar una teoría revisionista llamada “socialismo en un sólo país”, teoría que a su vez expresaba las tendencias conservadoras de la burocracia soviética.
A inclinarse hacia el menchevismo en la cuestión del socialismo en un sólo país, la cual Trotsky oponía mecánicamente a la revolución mundial, Trotsky sería castigado después de conducir el desvío socialdemócrata en el Partido Comunista. Así como los líderes oportunistas de la II Internacional, Trotsky se oponía a la posibilidad de construir el socialismo en un sólo país, aunque por diferentes razones. Mientras que los oportunistas de derecha trataban de justificar su traición al socialismo en sus países por su rechazo al socialismo en cada país, Trotsky lucharía contra el socialismo en un sólo país porque lo veía contrario a la idea de la revolución internacional. La consecuencia lógica es que tanto los derechistas de la Internacional como el ultraizquierdista Trotsky, defendieron posiciones que negaban cualquier posibilidad de construir el socialismo en países aislados. En cuanto a los derechistas, esta era la razón que impedía la conquista del poder en sus respectivos países, para los ultraizquierdistas el socialismo sería imposible en un sólo país, y jamás ocurriría sin la revolución mundial.
La extrema izquierda y la derecha del movimiento socialista se unieron en oposición a la teoría leninista de la posibilidad de consolidar el socialismo en un sólo país, como parte del proceso revolucionario mundial. De esta forma, con respecto a la Unión Soviética, el pasado menchevique de Trotsky se reconciliaría con él. Situándose a la “izquierda”, los trotskistas comenzarían a desempeñar un papel importante para la burguesía al hacer propaganda de la imposibilidad del socialismo en la Unión Soviética, visto que su ruidosa denuncia del leninismo sólo serviría para desmoralizar al movimiento comunista y a la clase obrera, minando la confianza los trabajadores, al mismo tiempo que impulsaba la confianza de la burguesía soviética en la restauración del capitalismo.
Si el socialismo jamás fuese alcanzado en la Unión Soviética, en la ausencia de revoluciones en otros países, la contrarrevolución y la restauración del capitalismo no estarían muy lejos.
Aunque siempre utilizó un disfraz de “izquierda”, el papel objetivo desempeñado por el trotskismo fue debilitar la confianza de la clase obrera en los comunistas soviéticos con su rechazo a la teoría de Lenin en cuanto a la posibilidad de desarrollar el socialismo en la Unión Soviética. La línea política de Trotsky era la línea de la contrarrevolución soviética. Stalin asumiría la defensa de la teoría de Lenin, y la oposición de Trotsky a esta teoría lo situaría objetivamente al lado de la contrarrevolución, es decir, en la trinchera de todos los anti-socialistas que trataron de desacreditar a la Revolución Rusa bajo el principio ideológico de que el socialismo jamás se construiría en un país aislado. Esta campaña de desmoralización tuvo algún efecto, claramente demostrado en gente como Zinoviev y Kamenev, que a pesar de haber defendido el leninismo de las desviaciones de Trotsky, se convirtieron, por razones oportunistas y sectarias, en herramientas de la campaña trotskista contra el leninismo.
Conclusión
La teoría de Lenin, que comprendía la posibilidad de la victoria del socialismo en un sólo país como parte del proceso revolucionario internacional, se originó a partir de un desarrollo de la teoría marxista de la revolución, y fue parte de los avances teóricos que se produjeron como consecuencia de la transformación del capitalismo pre-imperialista en capitalismo imperialista. Tal desarrollo intensificaba los efectos de la ley del desarrollo desigual, lo que llevó a las potencias imperialistas a enfrentamientos cada vez más constantes por los mercados y las materias primas. Las guerras emprendidas por tales conflictos debilitaban el imperialismo, creando la posibilidad de romper los eslabones más débiles de la cadena imperialista. A su vez, esta situación creaba oportunidades favorables a la victoria aislada del socialismo en los países. El estallido de la primera guerra imperialista expuso la completa podredumbre de los dirigentes de la Segunda Internacional, comprometidos con el oportunismo y el socialchovinismo. Estos traidores de la clase obrera y del socialismo trataban de justificar su traición a la revolución y su incapacidad para liderar la lucha por el poder basado en principios teóricos e ideológicos que hicieron posible pensar en el socialismo a escala mundial. Utilizando citas de Marx y Engels sobre la naturaleza internacionalista del derrocamiento del capitalismo, la socialdemocracia ignoraba el cambio experimentado por el capitalismo, desde su era pre-imperialista al capitalismo imperialista. La lucha de Lenin para sustentar la teoría de que el socialismo sería factible en tan sólo unos pocos o incluso un sólo país era dirigida a estos oportunistas, que se escondian detrás del carácter internacionalista del socialismo para justificar su traición a la clase obrera. Oponiéndose a luchar por el socialismo en sus propios países, justificaban su traición oponiéndose a la posibilidad del socialismo en países aislados. En otras palabras, los socialdemócratas europeos contraponían el socialismo en un solo país a la naturaleza internacional del socialismo.
En su lucha por mantener que sería posible desarrollar el socialismo por primera vez en alguna parte del mundo, como parte del proceso revolucionario mundial, Lenin criticaba la consigna trotskista de los “Estados Unidos de Europa”. Lo contraponía a los “Estados Unidos del Mundo”, rechazándolo también porque dicha propuesta se mezclaba con el socialismo y llevaba a la idea errónea de que el socialismo sería imposible en países aislados. Trotsky respondió a la crítica de Lenin de agosto de 1915 afirmando que, aunque los socialistas no debían esperar la revolución en otros países, la dictadura del proletariado jamás resistiría frente a la Europa conservadora. Incluso mostrándose en desacuerdo con la teoría de Lenin, Trotsky se unió a los bolcheviques en 1917 y trató de no exponer sus diferencias abiertamente al principio, pero después de la muerte de Lenin, pasó a oponerse abiertamente a la teoría de éste. Por razones sectarias comenzó a actuar de manera oportunista, dirigiendo su antagonismo a la figura de Stalin en lo que sería la mayor falsificación política en la historia del movimiento revolucionario, la afirmación de que Stalin era el creador del socialismo en un sólo país, es una leyenda repetida por los trotskistas hasta la actualidad. Este oportunismo fue completamente revelado por Stalin en su lucha contra la oposición liderada por Trotsky en la Unión Soviética. La consecuencia de la oposición de Trotsky a la teoría de Lenin fue su acercamiento al campo de aquellos que sólo buscaban desmoralizar a los comunistas y a la clase obrera bajo el argumento de que el socialismo sería imposible en la Unión Soviética. Dado que esta era la posición de la burguesía y de los mencheviques, ansiosos por desacreditar a cualquier persona que luchara por el socialismo, el trotskismo se colocó al mismo lado de los contrarrevolucionarios burgueses, pero buscaba atacar a la revolución por la “izquierda”. Por lo tanto, queda claro que en su oposición a Lenin, el trotskismo desempeñó -y sigue desempeñando- un papel reaccionario. El significado que tuvo el trotskismo después de la muerte de Lenin en 1924, no se puede encontrar en su oposición “de izquierda” a la teoría leninista del proceso revolucionario mundial, pero si en su papel con el fin de socavar la confianza de los elementos revolucionarios y socialistas en una plataforma que permitiese pensar en la construcción del socialismo en la Unión Soviética como algo viable. El PCUS caracterizó la posición de Trotsky como una desviación socialdemócrata debido a que su negación del socialismo en un sólo país era la misma que la de los estratos mencheviques. Sin lugar a dudas, las opiniones expresadas por Trotsky sirven sólo a los intereses de los elementos capitalistas, ávidos de una posible restauración de este en los primeros años después de la Revolución Rusa.
Cada día me pregunto si Trosky no fue, en realidad, un agente del OSS (precursor de la posterior CIA) estadounidense
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» "La concepción de Lenin sobre el socialismo en un solo país: los orígenes" - texto publicado por el blog Crítica Marxista-Leninista en junio de 2013 - contiene link a un texto de Erik Van Ree del año 2010.
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