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    Libro: Stalin y la lucha por la reforma democrática - Grover Furr (2005)

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    Mensaje por Leningrad Miér Sep 16, 2009 10:48 am

    Interesante artículo, aunque un poco largo.

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    Mensaje por DP9M Miér Ago 04, 2010 5:20 pm

    Stalin y la lucha por la reforma democrática

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    GROVER FURR
    Universidad Estatal de Montclair, Nueva Jersey

    Traducido y difundido por:

    Primera Parte

    Capítulo 1º

    Introducción
    Este artículo destaca los intentos de José Stalin, desde los años 30 hasta su muerte, para democratizar el gobierno de la Unión Soviética.
    Esta afirmación, y el artículo, sorprenderá a muchos, y escandalizará a algunos. De hecho, mi sorpresa ante los resultados de esta investigación me llevó a escribir este artículo. He sospechado durante mucho tiempo que la versión tipo "guerra fría" de la historia soviética tenía serios agujeros. Pero así todo, no estaba preparado para la magnitud de las falsedades de las que he tenido conocimiento.
    Esta historia es bien conocida en Rusia, en donde el respeto e incluso la admiración de Stalin es común. Yuri Zhukov, el principal historiador ruso que avanzó el paradigma de "Stalin, demócrata", y cuyos trabajos son la mas importante fuente individual aun cuando no la única para este artículo, es una figura principal, relacionada con la Academia de Ciencias. Sus trabajos son ampliamente conocidos.
    Sin embargo, esta historia, y los hechos que la apoyan, son virtualmente desconocidos fuera de Rusia, en donde el paradigma de la Guerra Fría "Stalin, malvado" domina tanto lo publicado que los trabajos aquí citados aún están escasamente nombrados.
    Por ello, muchas de las fuentes secundarias usadas en el artículo, así como las fuentes secundarias, desde luego, sólo son accesibles en la lengua rusa.
    Este artículo no solamente informa a los lectores de nuevos hechos, y de sus interpretaciones sobre la historia de la U.R.S.S. Es más bien un intento de llevar a los lectores no-rusos el resultado de nuevas investigaciones, basadas en los archivos soviéticos, sobre el periodo de Stalin y sobre el mismo Stalin. Los hechos discutidos en el mismo son compatibles con determinado rango de paradigmas históricos soviéticos, en la medida en que ayudan a desechar un determinado número de otras interpretaciones. Serán inaceptables por completo (e incluso escandalosos) para aquellos cuyas perspectivas políticas e históricas se basan en unas nociones erróneas y basadas en la Guerra Fría sobre el "totalitarismo" soviético y el "terror" estalinista.
    La interpretación kruscheviana de Stalin como un ser hambriento de poder, traidor al legado de Lenin, se creó para que se ajustara a las necesidades de la nomenklatura del Partido Comunista en los años 50. Pero enseña parecidos muy cercanos y comparte muchas premisas con el discurso canónico sobre Stalin heredado de la Guerra Fría, que estuvo al servicio del deseo de las elites capitalistas de presentar las luchas por el comunismo, o cualquier lucha de la clase obrera por el poder, como un camino que dirige necesariamente a algún tipo de horror.
    Se ajusta también a la necesidad del troskismo de argumentar que la derrota de Trotsky, el "revolucionario auténtico", sólo pudo venir de la mano de un dictador que, se supone, violó cada uno de los principios por los que lucho la Revolución. Kruschevistas, anti-comunistas de la Guerra Fría, y los paradigmas trostkistas sobre la historia soviética son similares en su dependencia de una demonización de Stalin, de su liderazgo, y de la URSS durante su mandato.
    La visión sobre Stalin presentada en este ensayo es compatible con otros paradigmas históricos contradictorios. Las interpretaciones comunistas anti-revisionistas y post-maoístas de la historia soviética contemplan a Stalin como un heredero lógico y creativo del legado de Lenin, si bien fracasado en ciertos aspectos. Igualmente muchos nacionalistas rusos, que difícilmente aprobarían los logros de Stalin en tanto comunista, le respetan como el responsable de convertir a Rusia en una potencia industrial y militar. Stalin es para todos ellos una figura esencial, si bien en formas muy distintas.
    Este trabajo no intenta "rehabilitar" a Stalin. Estoy de acuerdo con Yuri Zhukov cuando escribe:
    "Debo sinceramente decir que me opongo a la rehabilitación de Stalin, porque me opongo a las rehabilitaciones en general. Nada ni nadie en la historia debe de ser rehabilitado, sino que debemos descubrir la verdad, y decirla. Sin embargo, desde los tiempos de Kruschev las únicas víctimas de las represiones de Stalin de las que habremos oído hablar son aquellos que tomaron parte en ellas, o que las facilitaron, y quien no se opuso a ellas". (Zhukov, KP Nov. 21 02)
    Tampoco deseo yo sugerir que, en el caso de que Stalin hubiera conseguido todas las metas, los muchos y variados problemas de la construcción del socialismo y del comunismo hubieran sido resueltos.
    A lo largo del periodo que este ensayo analiza, el liderazgo de Stalin se preocupó no solo de potenciar la democracia en el gobierno del estado, sino de favorecer también la democracia interna en el Partido. Este punto, importante y relacionado, requiere un estudio por separado, y no es el punto central de este ensayo. A pesar de que el concepto de "democracia" es conocido, pudiera tener un significado diferente en el contexto de un partido guiado por el centralismo democrático, formado por miembros voluntarios, que en el contexto de un gran estado de ciudadanos en el cual no pueden darse por supuestas bases de consenso político.
    Este artículo se ha basado en fuentes de primera mano siempre que ha sido posible. Pero descansa mas sólidamente en los trabajos académicos de historiadores rusos que tienen acceso a documentos no publicados, ó muy recientemente publicados, de los archivos soviéticos. Muchos documentos soviéticos de gran importancia solo son accesibles a académicos con acceso privilegiado. Muchos otros permanecen completamente secuestrados y "clasificados", incluyendo mucho del archivo personal de Stalin, los materiales pre-judiciales de investigación de los procesos de Moscú de 1936-1938, los materiales de investigación sobre el affaire Tukhachevskii de 1937, y muchos otros.
    Yuri Zhukov describe la situación archivística de la siguiente manera:
    Con el principio de la perestroika, uno de cuyos slogans era glasnost... el archivo del Kremlin, antes cerrado a los investigadores, se liquidó. Sus contenidos empezaron a ser trasladados [a varios archivos públicos G.F.]. Este proceso comenzó, pero no se completó. Sin ninguna publicidad o explicación de ningún tipo, en 1996 los materiales más importantes y esenciales fueron reclasificados otra vez, escondidos en el archivo del Presidente de la Federación Rusa. Pronto quedaron claras las razones para esta operación a escondidas: permitió la resurrección de uno de los dos viejos y lamentables mitos (6).
    Zhukov se refiere con esto a "Stalin el malvado" y "Stalin el gran líder". Solo el primero de estos mitos es familiar a los lectores de la historiografía occidental y anti-comunista. Pero ambas escuelas están bien representadas en Rusia y la Comunidad de Estados Independientes.
    Uno de los libros de Zhukov, base de mucho contenido de este artículo, se titula Inoy Stalin "Un Stalin diferente", "diferente" de los mitos, más cerca de la verdad, basado en los recientemente documentos de archivo desclasificados. Su cubierta presenta una fotografía de Stalin y frente a ella, la misma fotografía en negativo: su opuesto. Solo en raras ocasiones usa Zhukov fuentes de segunda mano. En su mayoría cita documentos de archivo no publicados, o recientemente desclasificados y publicados. El cuadro que describe de la política del Politburo de 1934 a 1938 es muy diferente de todo aquello que tenga que ver con los mitos que rechaza.
    Zhukov acaba su Introducción con estas palabras:
    “No alardeo de haber dado final a la tarea, o de incontrovertibilidad. Intento solo una tarea, evitar puntos de vista preconcebidos, evitar los dos mitos; intentar reconstruir el pasado, una vez muy conocido, pero ahora olvidado intencionalmente, deliberadamente no nombrado, ignorado por todos.”
    Siguiendo a Zhukov, este artículo también intenta mantenerse al margen de ambos mitos.
    Bajo estas condiciones cualquier conclusión debe quedar como un intento. He probado a usar de una manera sensata todos los materiales, ya fueran de primera mano o secundarios. A fin de procurar no interrumpir el texto he colocado las fuentes de referencia al final de cada párrafo. He utilizado las clásicas notas numeradas a pié de página cuando he creído que se necesitaban notas mas largas y aclaratorias.
    La investigación que este artículo resume tiene importantes consecuencias para aquellos de nosotros que queremos llevar adelante un análisis de clase de la historia, incluyendo la historia de la Unión Soviética.
    Uno de los mejores investigadores norteamercianos del periodo de Stalin en la URSS, J. Arch Getty, ha denominado la investigación histórica realizada durante el periodo de la Guerra Fria "productos propagandísticos", "investigación" que no merece ni la crítica ni la corrección de algunas de sus partes, pero que debe de ser hecha de nuevo desde el principio (4). Coincido con Getty, pero debiera añadirse que esta investigación tendenciosa, "política" y deshonesta se sigue produciendo hoy en día.
    El paradigma Guerra Fría-Khruschevita ha sido el punto de vista dominante de la historia de los "años de Stalin". La investigación que tratamos aquí puede ayudar a una aclaración de la materia, "un principio desde el mismo principio". La verdad que al final surge tendrá también un gran significado para el proyecto marxista de comprender el mundo para cambiarlo, de la construcción de una sociedad sin clases de justicia económica y social.
    En la sección final del ensayo he subrayado algunas áreas para posterior investigación sugerida por los resultados del artículo.

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    Una nueva Constitución

    En Diciembre de 1936 el 8º Congreso Extraordinario de los Soviets aprobó el borrador de la nueva constitución soviética. Convocó una votación secreta y unas elecciones abiertas. (Zhukov, Inoy 307-9)
    Se admitieron candidatos no solo del Partido Bolchevique -denominado entonces Partido Comunista de la Unión (bolchevique)- sino también de otros grupos de ciudadanos, basados en la residencia, afiliación (tales como grupos religiosos), u organizaciones de empresa. Esto nunca se llevó a cabo. Nunca hubo elecciones abiertas.
    Los aspectos democráticos de la Constitución se incluyeron ante la expresa insistencia de Joseph Stalin. Junto a sus más cercanos colaboradores en el Politburó del Partido Bolchevique, Stalin luchó tenazmente para mantener este proyecto (Getty, "State"). El, y ellos, cedieron sólo cuando se enfrentaron al rechazo total por parte del Comité Central del Partido, y ante el pánico que rodeó el descubrimiento de serias conspiraciones, en colaboración con el fascismo alemán y japonés para derrocar el gobierno soviético.
    En Enero de 1935 el Politburó asignó el trabajo de delinear los contenidos de una nueva constitución a Avel Ynukidze (6) quien, algunos meses mas tarde, volvió con una sugerencia de elecciones abiertas. Casi inmediatamente, el 25 de Enero de 1935, Stalin expresó su desacuerdo con la propuesta de Yenukidze, insistiendo en elecciones secretas (Zhukov, Inoy 116-21).
    Stalin hizo público este desacuerdo de una manera muy notoria en Marzo de 1936, durante una entrevista con el magnate de la prensa americana Roy Howard. Stalin declaró que la Constitución soviética que todas las votaciones serian secretas. El voto tendría una base de igualdad, teniendo el mismo valor el voto de un campesino que el de un obrero (7); una base territorial, como en Occidente, en vez de acuerdo con el status, como en la época zarista, o lugar de empleo.; y directo: todos los Soviets se elegirian por los ciudadanos, no por representantes indirectos. (Entrevista Stalin-Howard, Zhukov, Repressii" 5-6).
    Stalin: "Adoptaremos probablemente nuestra nueva constitución a finales de este año. La comisión encargada de redactarla esta trabajando y terminará pronto su trabajo. Como ya se ha anunciado, de acuerdo con la nueva constitución, el sufragio será universal, igual, directo y secreto". (Entrevista Stalin-Howard 13).
    Y lo más importante es que Stalin declaró que en todas las elecciones participarían diferentes fuerzas políticas:
    “Usted ahora está confundido por el hecho de que solo un partido se presentará a las elecciones. Y no puede ver como una contienda electoral puede tener lugar en estas condiciones. Evidentemente, los candidatos serán presentados no solo por el Partido Comunista, sino por toda clase de organizaciones públicas, ajenas al Partido. Y tenemos centenares de ellas. No tenemos partidos en liza más que en la medida en que tenemos una clase capitalista en lucha con una clase trabajadora que es explotada por los capitalistas. Nuestra sociedad consiste exclusivamente de trabajadores libres del campo y de la ciudad; trabajadores, campesinos e intelectuales. Cada una de estas capas tienen sus especiales intereses y los expresan a través de las numerosas organizaciones que existen.” (13-14)
    Diferentes organizaciones ciudadanas presentarían candidatos que competirían con los candidatos del Partido Comunista. Stalin declaró a Howard que los ciudadanos tacharían los nombres de todos los candidatos excepto de aquellos a quienes votaran.
    También apoyó la importancia de unas elecciones en competencia para luchar contra la burocracia:
    “Usted podría pensar que no se darán elecciones. Pero las habrá, y preveo campañas muy movidas. No son pocas las instituciones en nuestro país que funcionan mal. Se dan casos en que este o aquel gobierno local no son capaces de satisfacer esta o aquella de las variadas y crecientes necesidades de los trabajadores de la ciudad y del campo. ¿Ha construido una buena escuela o no? ¿Ha mejorado las condiciones de vivienda? ¿Es usted un burócrata? ¿Ha contribuido usted a hacer más eficaz nuestro trabajo y nuestras vidas mas cultivadas? Así serán los criterios con los que millones de electores medirán lo adecuado de los candidatos, rechazarán los no aptos, suprimirán sus nombres de las listas de candidatos y favorecerán y elegirán a los mejores. Si, las campañas electorales serán reñidas, y girarán en torno a numerosos y agudos problemas, sobre todo de naturaleza práctica, de primera importancia para el pueblo. Nuestro nuevo sistema electoral reforzará todas las instituciones y organizaciones y las obligará a mejorar su trabajo. El sufragio universal, igualitario, directo y secreto será un látigo en manos del pueblo contra los órganos gubernamentales que funcionen mal. En mi opinión, la nueva constitución soviética será la constitución más democrática del mundo” (15).
    A partir de este punto, Stalin y los miembros del Politburó más cercanos a él, Vyacheslav Molotov y Andrei Zhadanov se declararon a favor de elecciones abiertas y secretas en todas las discusiones dentro del liderazgo del Partido. (Zhukov, Inoy, 207-10; Entrevista Stalin-Howard).
    Stalin también insistió en el hecho de que muchos ciudadanos soviéticos, que habían sido privados de sus derechos, los recuperarían. Esto incluía miembros de las clases explotadoras tales como terratenientes, y aquellos que habían luchado contra los bolcheviques durante la Guerra Civil de 1918-1921, los conocidos como "guardias blancos", así como aquellos condenados por algunos crímenes (como hoy en día en los EEUU). Los grupos mas importantes y probablemente mas numerosos entre los lishentsy ("despojados") fueron dos: los "kulaks", los principales objetivos durante los movimientos por la colectivización, unos años antes, y los que habían violado la "ley de los tres oídos" (Cool que habían robado propiedades estatales, a menudo cereal, a veces simplemente para evitar el hambre. (Zhukov, Inoy 187)
    Estas reformas electorales hubieran sido innecesarias, excepto si la dirección estalinista quería cambiar los modos en que era gobernada la Unión Soviética. Lo que perseguían era sacar al Partido Comunista de la dirección directa de la Unión Soviética.
    Durante la Revolución Rusa y los críticos años que siguieron, la URSS había sido gobernada por una jerarquía electa de "soviets" ("consejos"), del nivel local hasta el nacional, con el Soviet Supremo como la sección legislativa, el Consejo de Comisarios del Pueblo como el ejecutivo, y el Secretario de este Consejo como cabeza del Estado. Pero en realidad, a todos los niveles, la elección de estos había estado en manos del Partido bolchevique. Hubo elecciones, pero el nombramiento directo por parte de los líderes del Partido, denominada "cooptación" era también habitual. Incluso las elecciones fueron controladas por el Partido, ya que nadie podía optar a presentarse a menos que contara con la aprobación de los dirigentes del Partido.
    Esto para los bolcheviques era lógico. Era la forma que la dictadura del proletariado tomaba en las condiciones históricas específicas en la Unión Soviética revolucionaria y post-revolucionaria. Bajo la Nueva Política Económica, o NEP, (9), el trabajo y las capacidades de los explotadores se necesitaron. Pero solamente en orden a ponerse al servicio de la dictadura del proletariado, del socialismo. No se permitió reconstruir las relaciones capitalistas mas allá de ciertos límites, ni recuperar poder político.
    Durante los años 20 y principios de los 30 el Partido bolchevique reclutó miembros entre la clase trabajadora de forma intensa. Hacia el fin de los años 20 la mayoría de los miembros del Partido eran trabajadores y un alto porcentaje de los trabajadores estaban en el Partido. Este reclutamiento masivo y los grandes proyectos de educación política tuvieron lugar simultáneamente a las tremendas tensiones del primer Plan quinquenal, la industrialización a marchas forzadas, y la colectivización en gran medida forzada de granjas individuales, a colectivas (kolkhoz) o soviéticas (sovkhoz). La dirección bolchevique fue tan sincera en su intento de proletarizar el Partido como exitosa en los resultados (Rigby, 167-8; 184; 199).
    Stalin y sus seguidores dentro del Politburó dieron determinados motivos para respaldar su voluntad de democratizar la Unión Soviética. Esas razones refuerzan la creencia de esa dirección de que un nuevo estado de socialismo se había alcanzado.
    La mayor parte de los campesinos estaban en granjas colectivas. Con un descenso mensual de granjas individuales, la dirección estalinista pensó que, objetivamente, los campesinos ya no constituían una clase socio-económica independiente. Los campesinos eran más parecidos que diferentes a los trabajadores.
    Stalin argumentaba que, con el rápido crecimiento de la industria soviética, y sobre todo con la clase obrera controlando el poder político a través del Partido bolchevique, la palabra "proletariado" ya no era adecuada. "Proletariado", declaró Stalin, define la clase trabajadora bajo una explotación capitalista, o trabajando bajo relaciones capitalistas de producción, tales como las existentes durante los primeros doce años de la Unión Soviética, especialmente durante la NEP. Pero una vez abolida la explotación directa de los trabajadores por los capitalistas para beneficio, la clase trabajadora no debiera de ser llamada "proletariado".
    Según este punto de vista, los explotadores de trabajo ajeno ya no existían. Los trabajadores, que ahora dirigían el país en su propio interés a través del Partido Bolchevique, no eran ya el clásico proletariado. Por tanto, la "dictadura del proletariado" ya no era un concepto pertinente. Esas condiciones nuevas suponían un nuevo tipo de estado. (Zhukov, Inoy, 231; 292; Stalin, "Borrador" 800-1).

    Notas
    1 La versión de León Trotsky de la historia soviética precedió a la de Khruschev, y se ensambla con esta última como una especie de versión "izquierdista", a pesar de su falta de prestigio fuera de los círculos trotskistas. Tanto la versión trotskista como la khruchevista vierten una imagen extremadamente negativa de Stalin; el término "demonizar" no es ninguna exageración. Sobre Trotsky, ver McNeal.
    2 El extendido uso del término "terror" para caracterizar el periodo de historia soviética desde más o menos mediados de 1937 hasta 1939-40 puede achacarse a una aceptación acrítica del tendencioso y poco fiable trabajo de 1973 "El Gran Terror". El término es tan inexacto como polémico. Ver "Fear and Belief in the URSS's Gran Terror: Response a Arrest, 1935-1939, Slavic Reviw 45 (1986), 213-214. Thurston replicó y criticó el intento de Conquest de defender el término en "On Desk-Bound Parochialism, Commonsense Perspectives, and Lousy Evidence: A Reply to Robert Conquest." Slavic Review 45 (1986), 238-244. Ver también "Social Dimensions of Stalinist Rule: Humor and Terror in the USSR, 1935-1941." de Thurston,"Social Dimensions of Stalinist Rule: Humor and Terror in the USSR, 1935-1941." Journal of Social History 24, No. 3 (1991) 541-562; Life and Terror Ch. 5, 137-163.
    3 El pensamiento marxista-leninista rechaza la "democracia representativa" capitalista por constituir esencialmente una cortina de humo para el control de las élites. Muchos pensadores políticos no-marxistas están de acuerdo con ello. Por ejemplo, ver Lewis H. Lapham (editor de Harper's Magazine), "Lights, Camera, Democracy! On the conventions of a make-believe republic," Harper's Magazine, Agusto 1996, 33-38.
    4 Citado por Yuri Zhukov "Zhupel Stalina", Komsomolskaia Pravda Nov. 5 2002. El profesor Getty me ha confirmado esto en un e-mail.
    5 El nombre del Partido fue cambiando en 1952 a Partido Comunista de la Unión Soviética.
    6 Yenukidze, un viero revolucionario, paisano georgiano y amigo de Stalin, ocupo durante largo tiempo una posición preeminente en el Gobierno soviético, y nunca ha sido relacionado con ninguno de los grupos de oposición en los años 20. En esta época estaba al mando de la Guardia del Kremlin. Al cabo de unos pocos meses fue uno de los primeros en ser denunciado como miembro de un plan para un "golpe de mano" contra el liderazgo de Stalin. Zhukov (KP, 14 de Nov. 2002) indica que esto debió de ser especialmente irritante para Stalin.
    7 La II Parte, Capítulo 3, Artículo 9 de la Constitución soviética de 1924, vigente en este momento, dio a los habitantes de las ciudades una elevadísima influencia social; un delegado soviético por cada 25.000 votantes urbanos, y un delegado por cada 125.000 votantes del campo. Esto estaba de acuerdo con el muy superior apoyo al socialismo por parte de los trabajadores, y con el concepto marxista del estado como dictadura del proletariado.
    8 Esto, de hecho, no es una ley, sino "una decisión del Comité Ejecutivo, y el Consejo de Comisarios Populares", y, por lo tanto, de las áreas legislativa y ejecutiva del gobierno. El hecho de que sea llamada "ley" incluso en el ámbito académico demuestra que la mayoría de los que se refieren a ella ni siquiera lo han leído. Está impreso en Tragediia Sovetskoy Derevni. Kollektivizatsiia I Raskulachivanie. Documenty I Materialy. 1927-1939. Tom 3. Konets 1930-1933 (Moscow: ROSSPEN, 2001), No. 160, pp. 453-4, y en Sobranie zakonov i rasporiazhenii Raboche-Krest'ianskogo Pravitel'stva SSSR, chast' I, 1932, pp. 583-584. Mis agradecimientos al Dr. G•bor T. Rittersporn por esta última cita.
    9 Para reconstruir la economía lo más rápidamente posible tras la devastación de la Guerra Civil y la consiguiente hambruna, los bolcheviques permitieron cierto florecimiento del capital y favorecieron ciertos negocios privados, siempre bajo el control gubernamental. Es lo que se denominó la Nueva Política Económica (NEP)

    Imagen

    Capítulo 2 º

    La lucha contra la burocracia


    El liderazgo estalinista también estaba preocupado por el papel del Partido en este nuevo estadio del socialismo. El mismo Stalin planteó la lucha contra el "burocratismo" con gran fuerza desde una fecha tan temprana como su Informe al 17ª Congreso del Partido en Enero de 1934. (*10). Stalin, Molótof y otros denominaron al nuevo sistema electoral un "arma contra la burocratización".
    Los líderes del Partido controlaban el gobierno, tanto decidiendo quien entraba en los Soviets como ejerciendo diversas formas de fiscalización o revisión sobre lo que los ministerios hacían. Dirigiéndose al 7º Congreso de los Soviets el 6 Febrero de 1935, Molotov dijo que las elecciones secretas "golpearán con gran fuerza a los elementos burocráticos y les propinarán un util shock". El informe de Yenukidze no recomendaba, ni indicaba, elecciones secretas ni la ampliación de los derechos civiles. (Stalin, Informe al 17º Congreso del P.C.; Zhukov, Inoy 124).
    Los ministros y sus gabinetes tenían que saber sobre los asuntos de los que se encargaban, si querían ser eficaces en la producción. Esto significaba educación, y también conocimientos técnicos en su campo. Pero los líderes del Partido a menudo hicieron sus carreras solamente mediante una ascensión por los escalones del Partido. No se necesitaba ningún conocimiento técnico para esta clase de ascenso. Más bien se requerían criterios políticos. Estos funcionarios del Partido ejercieron el control, pero les faltaban los conocimientos prácticos que en teoría les hubieran facilitado una buena supervisión. (Stalin-Howard Entrevista, Zhukov, Inoy, 305; Zhukov, "Represii" 6.
    Esto es, en apariencia, lo que la dirección de Stalin entendía por "burocratismo". A pesar de contemplarlo como algo peligroso -en lo que coincidían con toda la corriente marxista- no lo consideraban inevitable. Más bien pensaron que podría ser derrotado modificando el papel del Partido en una sociedad socialista.
    El concepto de democracia que Stalin y sus seguidores en la dirección del Partido deseaban aplicar en la Unión Soviética incluía un cambio cualitativo en el papel del Partido bolchevique en el seno de la sociedad.
    Aquellos documentos que fueron puestos a disposición de los investigadores nos permiten comprender que ya hacia el fin de la década de los 30 se llevaron a cabo algunos intentos de separación entre el Partido y el Estado, y de poner límites de una forma sustancial al papel del Partido en la vida del país. (Zhukov, Tayny Cool
    Stalin y los suyos continuaron la lucha contra la oposición de otros elementos en el Partido bolchevique, resueltamente, pero con cada vez menos posibilidades de victoria, hasta la muerte de Stalin en 1953. La decisión de Lavrentii Beria de continuar esta lucha parece ser la auténtica causa de su muerte a manos de Khruschev y otros, bien en forma judicial, mediante un proceso basado en acusaciones inventadas en Diciembre de 1953 , o bien -como muchas pruebas sugieren- mediante el simple asesinato, en Junio de ese mismo año.
    El Artículo 3 de la Constitución de 1936 manifiesta: "En la URSS todo el poder pertenece a los trabajadores de la ciudad y del campo, representado por los Soviets de Diputados Obreros". El Partido Comunista se menciona en el Artículo 126 como " la vanguardia de la clase obrera en la lucha por reforzar y desarrollar el sistema socialista, y es el núcleo dirigente de todas las organizaciones de trabajadores, tanto estatales como públicas". En otras palabras, El Partido dirigía 'organizaciones', pero no los órganos legislativos o ejecutivos del Estado. (Constitución de 1936; Zhukov, Tayny 29-30).
    Parece ser que Stalin creyó que una vez apartado el Partido del control directo sobre la sociedad, su papel debiera quedar limitado a la agitación y a la propaganda, y a la participación en la selección de cuadros. ¿Qué hubiera significado esto? Tal lo vez algo como lo siguiente.
    - El Partido regresaría a su función esencial de ganar a la gente para los ideales del comunismo.
    - Esto significaría el fin de las sinecuras y de los chollos, y la vuelta al estilo de trabajo duro y dedicación desprendida que caracterizó a los bolcheviques durante el zarismo, la Revolución y la Guerra Civil, el período de la NEP y el durísimo período de los planes de industrialización y colectivización. Durante estos períodos la militancia en el Partido, para la mayoría, significó trabajo duro y sacrificios, a menudo entre gente ajena al Partido, mucha de la cual era hostil a los bolcheviques. Era tarea necesaria para obtener una base real entre las masas. (Zhukov, KP Nov. 13 02; Mukhin, Ubiytvo).
    Stalin insistía en que los comunistas tenían que ser gente acostumbrada al trabajo duro, cultos, capaces de hacer una contribución positiva a la producción y a la creación de la sociedad comunista. Así mismo Stalin fue un infatigable estudioso. (*11).
    Resumiendo, las pruebas indican que Stalin consideraba al nuevo sistema electoral apropiado para cumplir los siguientes objetivos:
    - Asegurar que la dirección de la producción y en general de la sociedad soviética estaba en manos de gente técnicamente preparada;
    - Detener la degeneración del Partido bolchevique, y hacer regresar a los militantes del Partido, especialmente a sus líderes, a sus funciones primarias: protagonizar el liderazgo en lo político y en lo moral, mediante el ejemplo y la persuasión al resto de la sociedad;
    - Reforzar el trabajo del Partido entre las masas;
    - Ganar el apoyo de los ciudadanos para el gobierno;
    - Crear las bases para una sociedad sin clases y comunista.

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    La derrota de Stalin


    A lo largo de 1935, bajo el mandato de Andrei Vyshinski, Fiscal Jefe de la URSS, muchos ciudadanos que se habían exiliado, habían sido encarcelados y -lo más importante para nuestro propósito- privados del derecho de voto, volvieron a recuperar sus derechos. Centenares de miles de antiguos kulaks, granjeros ricos que eran la diana de la colectivización, y aquellos que habían sido encarcelados o se habían exiliado por oponerse a la colectivización de una u otra forma, fueron liberados. Vyshinski criticó duramente a la NKVD (Comisariado Popular para Asuntos Internos), incluyendo la seguridad interior, por "la cantidad de toscos errores y equivocaciones" en la deportación de casi 12.000 personas de Leningrado tras el asesinato de Kirov en Diciembre de 1934. Declaró que en adelante el NKVD no podría detener a nadie sin la previa autorización del fiscal. La población con derecho a voto aumentó en centenares de miles de personas que tenían motivos para pensar que el Estado y el Partido les había tratado injustamente (Thurston 6-9; Zhukov, KP Nov 14. 19 02 Zhukov, Inoy 187; Zhukov, "Represii" 7)
    Originalmente, la intención de Stalin para la nueva Constitución no incluía elecciones con participación de todas las fuerzas políticas. Lo declaró en su entrevista con Roy Howard el 1 de Marzo de 1936. En el Pleno del Comité Central de Junio de 1937, Yakovlev -uno de los miembros del C.C. que, junto con Stalin, más había trabajado en el borrador de la nueva Constitución (Zhukov, Inoy 223)- dijo que la sugerencia de elecciones abiertas fue hecha por el mismo Stalin. Esta sugerencia parece haber encontrado con una amplia, si bien si bien no expresa, oposición por parte de los líderes regionales del Partido, los Primeros Secretarios, o la "partitocracia", como Zhukov los llama. Tras la entrevista con Howard no existió ni siquiera un apoyo nominal para la declaración de Stalin sobre elecciones abiertas en los principales periódicos, la mayoría de los cuales bajo el control directo del Politburó. Pravda publicó sólo un artículo, el 10 de Marzo, y no mencionó el tema de las elecciones.
    De lo anterior deduce Zhukov:
    Ésto solo podía significar una cosa. No solamente el "amplio liderazgo" (los Primeros Secretarios regionales) sino por lo menos una parte del aparato del Comité Central, la Agitprop bajo Stetskii y Tal, no aceptaron las innovaciones de Stalin, y no quisieron aprobar, ni siquiera de una manera puramente nominal, las elecciones, un peligro para muchos que, como se deducía de aquellas palabras de Stalin que Pravda subrayó, amenazaba la posición y el poder de los Primeros Secretarios, los Comités Centrales de los partidos comunistas de las nacionalidades, y los comités regionales, de ciudad, de óblast, y de áreas. (Inoy 211)
    Los Secretarios del Partido mantenían los cargos, de los cuales no hubieran podido ser despojados por derrotas en cualesquiera elecciones en las que participasen. Pero el inmenso poder local del que disfrutaban procedía principalmente del control del Partido sobre cada uno de los aspectos del aparato económico y del aparato estatal: koljoses, fabricas, educación, ejército. El nuevo sistema electoral hubiera privado a estos Primeros Secretarios de sus posiciones automáticas como delegados en los Soviets, y de su posibilidad de elegir a su vez a otros delegados. Su derrota o la de "sus" candidatos (los candidatos del Partido) en las elecciones a los soviets serían, efectivamente, un referéndum sobre su labor. Un Secretario cuyos candidatos fuesen derrotados en las elecciones por candidatos no pertenecientes al Partido sería evidenciado como alguien con débiles lazos con las masas. Durante las campañas, los candidatos opositores iban a hacer con toda seguridad temas centrales de cualquier corrupción, autoritarismo o incompetencia que observaran entre los cargos del Partido. Los candidatos derrotados demostrarían tener serias debilidades como comunistas, y esto les llevaría probablemente a ser reemplazados. (Zhukov KP Nov. 13 02; Inoy 226; cf. Getty, "Excesses" 122-3)
    Los líderes veteranos del Partido eran usualmente militantes con muchos años a sus espaldas, veteranos de los peligrosos días del zarismo, de la Revolución, de la Guerra Civil y de la colectivización, cuando ser comunista estaba cargado de peligros y dificultades. Muchos tenían una escasa educación académica. En contraste con Stalin, Kirov o Beria, parece que la mayoría de ellos no tenían muchas ganas o les era imposible el "rehacerse a si mismos" a través de la autoeducación. (Mukhin, Ubiystvo 37; Dimitrov 33-4; Stalin, Zastol'nye 235-6).
    Todos aquellos hombres eran desde antiguo los apoyos de las políticas de Stalin. Habían llevado a cabo la dura colectivización del campesinado, durante la cual centenares de miles habían sido deportados. Durante los años 1932 y 1933 mucha gente, tal vez tres millones de personas, murieron por una hambruna que no fue responsabilidad de nadie, pero que hizo más severa para el campesinado la expropiación y la colectivización de cereal, a fin de alimentar a las ciudades, o murieron en las rebeliones armadas campesinas (que también causaron muchas víctimas entre los bolcheviques). Estos líderes del Partido habían estado al frente de la industrialización acelerada, también bajo unas duras condiciones de vivienda, insuficiente alimentación y falta de cuidados médicos, una paga escasa y pocas cosas para comprar con ese dinero. (Tauger; Anderson & Silver; Zhukov, KP Nov. 13 02).
    Ahora, llegaban unas elecciones, en las cuales aquellos privados del derecho a voto por haberse posicionado en el lado equivocado de las políticas soviéticas volvían a disponer de ese derecho. Es probable que muchos temieran que esa gente votara contra sus candidatos, o contra cualquier candidato bolchevique. En ese caso, iban a ser degradados, o algo peor. Iban a conseguir algún puesto en el Partido, o -peor aún- algún trabajo. La nueva Constitución "de Stalin" garantizaba a cada soviético el derecho a un trabajo, con atención médica, pensiones, educación, etc. Pero estos hombres (prácticamente, todos eran hombres) estaban acostumbrados al poder y a los privilegios, todo ello amenazado por una derrota de sus candidatos en las elecciones. (Zhukov, KP Nov. 13 02; 1936 Const., Ch. X; cf. Getty, "Excesses" 125, sobre la importancia del sentimiento religioso en el país)
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    Mensaje por Maqui Miér Ago 04, 2010 5:38 pm

    Buenísimo libro, lo recomiendo encarecidamente.
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    Mensaje por rojo95 Mar Abr 12, 2011 6:14 pm

    Perdona camarada, dice que no es válido, disculpa las molestias.
    Un saludo
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    Mensaje por morcate Mar Ago 16, 2011 12:28 am

    dejo un trabajo de Grover Furr sobre las reformas durante la epoca de Stalin [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
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    Mensaje por Francesc 57 Lun Sep 19, 2011 8:35 pm

    Es curioso ver lo que puedes aprender leyendo este libro. En el XX congreso Khruschev denunció a Stalin como asesino y otra serie de mentiras y falsedades, sin embargo no dijo que él mismo fue un auténtico criminal:
    Mientras Nikita Khruschev, que en 1937 había pedido competencias para poder ejecutar a 20.000 personascuando era jefe del Partido en Muscú, fue trasladado a Ucrania, donde, en el plazo de un mes, exigió poderes para reprimir a 30.000 personas.
    ...El deseo de desviar la atención y las culpas de sí mismo y de los Primeros Secretarios fue uno de los objetivos de las mentiras contenidas en su 'informe secreto'.
    ...Todavía el 1 de febrero de 1956, antes de cuatro semanas de su discurso secreto al XX Congreso del Partido, aún se refería Khurshev a Yezhov como 'inocente sin duda alguna, un hombre honrado'."
    Ver para creer, o mejor dicho, leer para creer.

    :stalin::lenin:sovflag:
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    Mensaje por GAZGRAFF Sáb Abr 14, 2012 4:05 am

    Tengo una duda, es un solo libro o varios tomos??
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    Mensaje por ajuan Jue Dic 06, 2012 6:26 pm

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    Mensaje por pedrocasca Dom Dic 16, 2012 9:48 pm

    Stalin y la lucha por la reforma democrática, de Grover Furr:

    se puede descargar desde los enlaces:

    en buen formato pdf - 67 páginas:

    [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

    Stalin y la lucha por la reforma democrática: breve estudio sobre Stalin realizado por el Profesor Grover Furr de la Universidad Estatal de Montclair, Nueva Jersey. Digitalizado en dos partes por el PCE (m-l):

    parte 1ª - 27 páginas: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

    parte 2ª - 15 páginas: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

    (ambos alojadores de ficheros pueden solicitar tener cuenta en ellos)

    [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]


    Última edición por pedrocasca el Lun Dic 17, 2012 11:11 am, editado 1 vez
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    Mensaje por ajuan Dom Dic 16, 2012 10:57 pm

    Gracias Pedrocasca me lo voy a bajar.
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    Mensaje por PattoDiVarsavia Jue Ene 17, 2013 5:13 am

    gracias camaradas. alguien tiene algun otro libro de Grover Furr?
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    Mensaje por granados Jue Ene 17, 2013 11:59 am

    en la página web COMUNIDADE STALINE, puede descargrase desde hace unos días su libro"Kruschev lied"(Kruschev mintió) en la edición inglesa. salud.
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    Mensaje por luchapr Jue Feb 14, 2013 12:43 am

    En este foro se sugieren libros pero me molesta que en las librerías o en lugares en la Internet para comprar libros se haga difícil conseguirlos pero los libros que critican al comunismo las escuelas lo usan como referencia en la clase de historia. Me gusta leerlos digital mente pero prefiero tenerlos en mano para poder darselos a otras personas y no puedo creer como se censuran.
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    Mensaje por granados Vie Feb 15, 2013 8:41 pm

    Carta de grover furr al marxista italiano Domenico Losurdo, a proposito de su polémica con el falsificador anticomunista Nicolas Werth.

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    Mensaje por granados Jue Abr 18, 2013 9:39 pm

    Nuevo artículo de Grover furr respondiendo a Rajimwale,un trotskista indio en una importante revista de izquierdas de ese pais asiático:

    [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

    Mainstream, VOL LI, No 16, April 6, 2013

    Rajimwale Duped by
 Anticommunist Falsehoods

    COMMUNICATION

    Grover Furr’s book, Khurshchev Lied: The Evidence That Every “Revelation” of Stalin’s (and Beria’s) Crimes in Nikita Khrushchev’s Infamous “Secret Speech” to the 20th Party Congress of the Communist Party of the Soviet Union on February 25, 1956 is Provably False, was reviewed by Anil Rajimwale in Mainstream (August 4, 2012) under the headling: “A Pathetic Defence of Stalinist Repressions”. Thereafter Grover Furr wrote a response to the book review that was carried as ‘Communication’ in Mainstream (October 27, 2012). Rajimwale replied to Furr in Mainstream (November 10, 2012) to which Furr’s rejoinder is being published belatedly (due to unavoidable problems of space constraint) now. In his reply to my response concerning my book Khrushchev Lied (Mainstream, November 10, 2012) Anil Rajimwale makes two basic assumptions: (1) that my book, Khrushchev Lied, defends what he calls “Stalin’s crimes”; (2) that the persons he names as victims of “repression” were innocent

    Both of these assumptions are false, as is virtually every assertion in Rajimwale’s reply. I will respond to both of Rajimwale’s assumptions in turn.

    1. My Book

    Let us be clear: My book Khrushchev Lied does not “defend” anyone or anything. It is a book about Khrushchev’s Secret Speech. In it I examine the 61 accusations (often mistakenly called “revelations”) of crimes that, according to Khrushchev, Stalin and Lavrentii Beria supposedly committed. I study each one of them in the light of the many documents from the former Soviet archives that are now available.

    The evidence is clear: in 60 of the 61 cases, Khrushchev lied. (In the 61st case I could neither confirm nor disprove what Khrushchev claimed.)

    Rajimwale does not disagree with any of my conclusions. In fact, he does not even address any of them. Nor does he claim that Khrushchev was telling the truth. Instead, he falsely accuses me of defending what he calls “Stalin’s repre-ssions” and thanks Mainstream for “starting some kind of debate on the Stalin question”.

    But why is there a “Stalin question”? During the 1930s Leon Trotsky accused Stalin of falsely repressing Bolshevik leaders. We know now that Trotsky was lying. He was indeed in a secret terrorist bloc of other oppositionists that did murder Leningrad Party Chairman Sergei Kirov in December 1934 and that he was plotting to murder Stalin and others, and conspiring with Germany and Japan.

    We know this today. I have written a number of scholarly articles demonstrating this. All are linked on my Home Page: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] montclair. edu/ furrg/ My book on the Kirov murder, which discusses these issues further, will be published in 2013 in English and in Russian.

    But few on the Left paid any attention to Trotsky. “The Stalin question” exists mainly because of Nikita Khrushchev’s determined attempts to portray Stalin as a monster, first in his “Secret Speech” to the 20th Party Congress in February 1956, and then at the 22nd Party Congress of October 1961.

    Between 1961 and his removal in October 1964 Khrushchev sponsored a large number of fraudulent books and articles blaming Stalin
for massive illegal repressions and many other crimes. These books and articles were eagerly studied by anticommunists and capitalist intelligence agencies around the world.

    Brezhnev stopped the Khrushchev-era demonisation of Stalin. But he did not expose it as false. Instead the Stalin years were treated with silence. This facilitated the renewed attack on them under Mikhail Gorbachev. In their virulence and mendacity Gorbachev’s attacks on Stalin exceeded even Khrushchev’s falsifications. They too have been repeated and elaborated.

    The result of all this is the “history” of the Soviet Union that is presented as “truthful” today. The problem is: this “history” is false, based upon lies and forgeries. Documents from the former Soviet archives are now allowing us to begin to cut through the fog of falsehoods, dispel the virtual demonisation of Stalin, and begin to see the lineaments of the truthful history of the first workers’ state.

    For many in and around the communist movement, this is all “a bit too much”. Many honest people have formed their lifetime political commitments on the basis of Khrushchev’s revelations. Khrushchev claimed that socialism had survived “Stalin’s horrors” and was on the road to self-correction. Millions believed him. From 1987 on Gorbachev made the same claim: “We are going back to Lenin, back to the real road to socialism!”—a road that led through yet another period of vehement attacks on Stalin and the Stalin period.

    We can see now how wrong this was. The Soviet Union did not correct itself, like a ship that had strayed from its course. Rather, under Gorbachev it went further and further “off course”—and then “sank”—vanished completely.

    To this day the falsified “history” of the Soviet Union during the Stalin period that is the legacy of the Khrushchev and Gorbachev eras remains the “mainstream” history. One or another version of this utterly false history is promulgated by both anticommunists and Trotskyists. Tragically, it is also accepted with little criticism by a great many Communists and others who wish to devote their lives to the fight for a better world.

    This is terrible! Why? Because this “anti-Stalin” view of Soviet history blackens the noble ideal of communism in the eyes of millions of people. It demoralises those who should be inspired. It gives aid and comfort to the supporters of capitalist exploitation, who say: “See? The fight for communism leads only to mass murder.”

    Most serious of all: It is false. We will never discover what the Communists of the Soviet Union in Stalin’s day did that was correct, and what they did that was in error, unless we have a true history of that period, an understanding of what really did, in fact, happen.

    Rajimwale’s outline of what he believes were “repressions by Stalin” is completely false. He is not wrong to be concerned about illegal repressions. He is correct to reject the “cult of the great man” around Stalin. As I demonstrate in my book Khrushchev Lied, Stalin himself rejected this disgusting “cult” while Khrushchev was one of its most fervent practitioners.

    Rajimwale is wrong in accepting the Trotsky -Khrushchev-Gorbachev-Cold War anticommu-nist “anti-Stalin” paradigm of Soviet history. It is false, from beginning to end. And he is wrong too in repeating its lies.

    Soviet history must be completely rewritten, from the beginning, in the light of the documen-tary evidence we now possess. My book Khrushchev Lied is a contribution to this end, a start in the task of discovering, and then learning from, the history of the Soviet Union, the first workers’ state.

    2. The Question of Repressions

    About the Moscow Trials Rajimwale states:

    • “The accused were given no chance to defend themselves…”

    False. For example, Genrikh Iagoda, Aleksei Rykov, and Nikolai Bukharin spent much of their testimony rejecting and denying certain of the charges against them, while admitting other very serious crimes.

    • No “documents been made public that defend the point of view of the accused…”

    False. We have extensive statements by, for example, Zinoviev, Kamenev, Iagoda, and Bukharin denying their guilt. Later, faced by the evidence against them, they changed their pleas to guilty.

    • “…the charges themselves were fabricated.”

    False. There has never been any evidence of this. How, then, can Rajimwale make such an assertion?

    On the contrary: we have a great deal of evidence, including evidence from outside the USSR, that the charges against the major defendants were true.

    • Rajimwale states that I “admit that millions of people and prominent leaders were repressed, harassed, tortured and killed”.

    False. My book is about Khrushchev’s Secret Speech, not the question of mass repressions.

    We now know that Nikolai Ezhov illegally murdered hundreds of thousands of Soviet citizens in order to create discontent and further his own plan to seize power. Ezhov’s henchmen used torture. For these crimes they were investigated, arrested, prosecuted, and many of them sentenced to death.

    (I have one article on this subject: “The Moscow Trials and the ‘Great Terror’ of 1937-1938: What the Evidence Shows”. A link to it may be found on my Home Page.)

    Rajimwale names 11 prominent Party figures who, he says, were “victims of repression”. Of these:

    • Ordzhonikidze was never repressed at all. On the contrary, he strongly supported the prosecution of Iurii Piatakov, a senior figure in Ordzhonikidze’s Ministry.

    • Rokossovsky was indeed arrested, impri-soned, and beaten by Ezhov’s men. After Beria had replaced Ezhov, Rokossovsky was released at the request of Stalin and Marshal Timoshenko and restored to his previous rank. He went on to be one of the most successful Soviet commanders.

    In 1962 Khrushchev asked Rokossovsky to write a negative article about Stalin. Rokossovsky replied: “Nikita Sergeevich, I consider comrade Stalin a saint!” and refused to join a toast with Khrushchev, who the next day removed him as Deputy Minister for Defence.

    • Marshal Zhukov was not repressed but demoted for stealing—keeping huge amounts of booty from Germany for himself. We have the documents where Zhukov admits doing this and vows to reform.

    • Rajimwale names Bukharin, Zinoviev, Kamenev, Trotsky, Bliukher, Tomsky, Rykov. Under Gorbachev all (except Trotsky) were declared “innocent”. But we now have excellent evidence that they were guilty of conspiring against the Soviet Government.

    Thanks to evidence released over the last 30 years, we now know that Trotsky was lying all through the 1930s. He was indeed in a bloc with other oppositionists.

    Rajimwale claims that Bukharin was “tortu-red”. On the contrary: Stephen Cohen, the world’s expert on Bukharin and someone who despises Stalin, long ago concluded that Bukharin was not tortured.

    We possess excellent evidence today that Bukharin was guilty of at least what he confessed to—conspiring to murder Stalin and overthrow the Soviet Government.

    We have excellent evidence too that Bukharin was guilty of another crime to which he did not confess: knowledge that Ezhov was a conspirator and was “repressing”—killing—many innocent persons in pursuit of his conspiracy. Had Bukharin revealed this it is probable that the hundreds of thousands whom Ezhov and his men illegally killed might have been saved.

    All the above will be new to Mainstream’s readers and to Rajimwale. For decades we have all been bombarded—indeed, “brainwashed” is not too strong a term—with the false anti-communist interpretation of Soviet history that had its origins in Trotsky and which was adopted and elaborated by Khrushchev and Gorbachev, and overtly anticommunist writers, both Russian and Western.

    Since the end of the Soviet Union in 1991 the deliberate falsification of Soviet history, and especially of the Stalin period, has increased in intensity.

    However, we now have a great many documents from former Soviet archives. Much is still being withheld by the Russian authorities, while it is both difficult and very expensive to gain access even to those documents which have been declassified but not yet published.

    Yet more than enough has been published to permit honest, objective researchers to disprove many of the grossest anticommunist falsifications. Many of these falsifications are intended to further demonise Joseph Stalin.

    The larger target of the anticommunists is the goal of eliminating exploitation of man by man—capitalism. Any reform, any intervention by the state to lighten the dependence of working people upon their employers is branded “socialism” and is said to be the first step on the slippery slope to “Stalinism” and the murder of millions. It is a shame that many persons, like Rajimwale, who want to further the struggle for a better world, are duped by anticommunist falsehoods.

    Though Trotsky came first, Khrushchev was by far the most influential anticommunist of the 20th century. His “Secret Speech” remains the cornerstone of the demonised view of Soviet history that dominates mainstream (as well as Trotskyist) history and that Rajimwale’s essay reflects. My book demolishes Khrushchev’s lies in that speech.

    I have written much more research, some with my valued Moscow colleague, Vladimir Bobrov. Except for the books, all of it may be downloaded from my Home Page, [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

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    Mensaje por granados Mar Abr 23, 2013 8:39 pm

    artículíto de Furr acerca de la deportación de Chechenos en el 1944, totalmente justificado,ya que con el atentado de Boston los medios se han puesto a decir majaderías.... ¡no si a lo mejor resulta que estos chavales bostonianos estaban traumatizados por lo que stalin les hizo a sus bisabuelos pronazis!

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    Mensaje por AlejoSola Jue Ago 01, 2013 2:08 am

    Muy buen aporte camarradas.
    Gracias a todos.
    Salud!
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    Mensaje por lolagallego Mar Nov 24, 2020 4:09 pm

    Por si alguien quiere descargarse este artículo de Grover Furr en 104 páginas de buen formato pdf:

    ►Stalin y la lucha por la reforma democrática - año 2005

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