Fotografía obrera en el Reina Sofía

Crónica: CULTURA | EXPOSICIÓN

Fotografía obrera en el Reina Sofía
Más de mil documentos, desde fotografías, revistas, libros y películas han sido reunidos en esta exposición retrospectiva del movimiento de la fotografía obrera en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en Madrid.
ANA BORDERAS 04-04-2011





En la primera de las salas que ocupa esta muestra nos encontramos fotografías en las que aparecen retratados barrios obreros de Moscú, en 1930, o la imagen, en blanco y negro, de una familia proletaria rusa comiendo en su casa ...Estos documentos gráficos forman parte de un periodo que transcurre desde 1926 hasta 1932, en el que se produce una dialéctica entre Alemania y la Union Soviética, a través de dos emporios mediáticos, el del alemán Willi Müzednberg y el soviético Mijail Kolstov.

El segundo bloque de la exposición recorre la expansión del movimiento de la fotografía obrera por el centro, y norte de Europa, y por Norteamérica. Nos encontramos imágenes de Paul Strand y de Tina Modotti, entre otros. Las portadas de la revista alemana AIZ nos atraen por fotocomposiciones como la que muestra un grupo de adinerados brindando y a sus pies la imagen de un mendigo. AIZ titula: ¡ El champán es libre! Y la tercera fase de la muestra, que contempla de 1935 hasta el final de la guerra civil española exhibe el cambio en la estrategia del movimiento comunista internacional.

El comisario de la exposición, Jorge Ribalta, recuerda que "este movimiento de la fotografía obrera estuvo vinculado a los medios de comunicación y a los de propaganda de las redes comunistas. Contribuyó al arte proletario, a una producción poética y a una forma de creación artística dentro de los medios de producción". La exposición 'Una luz dura, sin compasión, el movimiento de la fotografía obrera, 1926-1939', coincide con la celebración de PhotoEspaña 2011, y se puede visitar desde el 6 de abril y hasta el 22 de agosto.

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Esperamos 04-04-2011 20:17:42h

Durante un breve tiempo tiempo, los trabajadores tuvimos la Historia en nuestras manos, ahora sólo somos meros espectadores de la misma; o peor, objeto de contemplación por nuestros explotadores en los museos; pero llegará, tarde o temprano, de nuevo el tiempo de la reparación y habremos aprendido algunas lecciones. Entonces saldremos de los museos y nuestros dueños temblarán, una vez más.