Acción Comunista Internacional

El mundo está cambiando. Antes de ser una frase retórica, este es un llamado de atención a los socialistas en todo el mundo frente a nuestro deber revolucionario ineludible. No conviene omitirse ante la oportunidad histórica que se nos presenta.

En el devenir del nuevo siglo presenciamos la decadencia del sistema capitalista en sucesivas crisis, cada vez más frecuentes y con resultados devastadores. En cada una de esas oportunidades el pueblo se ha manifestado masivamente en calles y plazas, en lugares tan distintos como Argentina, Francia, Grecia y, más recientemente, también en España. Todos gritamos y protestamos, pero pocos somos los que conocemos los males que nos afligen.

Todos esos levantamientos populares tienen algo en común: han estado sumamente desorganizados desde el punto de vista ideológico. Empezando por el «Argentinazo» de 2001 y llegando a la mal llamada «Revolución Española» del presente, fueron y son movimientos espontáneos que, si bien no han sido en vano, ni mucho menos, no lograron asimismo el cometido que es cambiar el sistema. No han estado ni cerca de hacerlo.

Es precisamente la falta de ideología definida lo que determina que movimientos como los arriba enumerados terminen diluyéndose a los pocos días o semanas. Su inconsistencia radica en la falta de un proyecto coherente, por lo que quedan truncados, invariablemente.

En un sistema capitalista como el actual, la tarea de construir una ideología revolucionaria —y de concienciar al pueblo de ella— corresponde a los socialistas. Es preciso que estemos presentes en la lucha ideológica y dialéctica, para coordinar los esfuerzos actualmente derrochados en movilizaciones populares que se estrellan en la nada. Es necesario que asumamos la responsabilidad por esas movilizaciones y que nos aseguremos que no se vayan disolviendo con el pasar de los días.

Esta tarea tan noble y a la vez tan dura, la de organizar la revolución en el cotidiano, otrora se llevó a cabo por los partidos políticos dichos de izquierda. Hoy por hoy, sin embargo, esos partidos han desaparecido, han cambiado de postura ideológica en lo esencial o se encuentran demasiado involucrados en los procesos electorales y por eso han sido negligentes de su deber primordial. En una palabra, han pasado de ser revolucionarios y se han hecho reformistas.

Ahora bien, en lugar de seguir reprochando a los partidos políticos por su apatía, por su desidia de los menesteres de revolución, es necesario comprender que los tiempos requieren nuevas formas de organización política que superen lo partidario y sus diferencias que parecen ser insalvables.

En consecuencia, Acción Comunista Internacional se funda en el día de la fecha como una asociación de carácter estrictamente político no partidario, donde aquellas personas de todo el amplio abanico de la izquierda (aún aquellas que pertenezcan a un determinado partido) podrán colaborar y aportar a la tarea de construir desde abajo la conciencia necesaria para una auténtica revolución, a la destrucción del imperio burgués y a la construcción de la sociedad socialista a escala mundial.

La asociación que se quiere lograr, al no ser partidaria, deberá, por lo tanto, fomentar la difusión de ideología revolucionaria, la educación y la formación de cuadros con plena conciencia de su rol político en la lucha del presente y en las que aún están por empezar.

Buenos Aires, 25 de mayo de 2011

valadares
IonaYakir
AK-47

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