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    NAZITROLLADAS- EL mito de la economía del III Reich.

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    Mensaje por DP9M Mar Jun 21, 2011 10:34 pm





    Veo muy importante desarrollar material que desmienta todas esa mitologia que idealiza al NAZISO desde la propaganda Occidental y que reproducen sin ningún tipo de vergüenza .


    Empecemos sobre esa supuesta "economia" del Reich;  Dejare recopilación de otros foros e iremos desarrollando un analisis y argumentando varios aspectos.

    Ya sabeis, el fascismo se cura con cultura:



    Libro relacionado de interes:
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    Última edición por SS-18 el Mar Jul 19, 2011 5:25 pm, editado 1 vez
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    NAZITROLLADAS- EL mito de la economía del III Reich. Empty Re: NAZITROLLADAS- EL mito de la economía del III Reich.

    Mensaje por kosolapov Mar Jun 21, 2011 10:48 pm

    Muy buen hilo, sí señor. Se ha dicho mucho que era una economía maravillosa. Tan maravillosa que tuvieron que conquistar casi toda Europa y usar a millones de personas como esclavas para mantenerla en pie. Pero lo primero a desmentir es que era una economía socialista, y nos ayudará a ello Santiago Armesilla:
    Primera parte: "Hace unos cuantos años, haciendo un estudio de la Alemania Nazi me encontré en la ENCICLOPEDIA LAROUSSE, Edición de 1995, una muy interesante información sobre la economía del Tercer Reich, que copié íntegramente para un trabajo. Creo que, en estos momentos actuales, cuando la economía neoclásica intenta hacernos creer que socialismo es sinónimo de estatalización, y que Hitler es tan socialista como Marx -eso dicen estos "revisionistas históricos"-, la verdad ha de ser reivindicada para combatir de verdad tanto a sus absurdos razonamientos como a sus demenciales "refutaciones" "científicas".

    Este texto es importante para desacreditar a los revisionistas económicos neoliberales que equiparan fascismo y nazismo con comunismo, y meten al mismo saco económico tanto a los rojos como a los nazis. Aquí se demuestra la lógica capitalista e imperialista de la economía nacionalsocialista.

    La política económica del Estado nacionalsocialista tuvo como objetivo prioritario la protección y el fomento del GRAN CAPITAL MONOPOLISTA, y así se manifestó en la mayoría de sus medidas políticas. En este sentido pueden distinguirse dos tipos de medidas: las destinadas a la obtención de mercados para el capital en el interior del país y las tendentes a obtenerlos fuera (política de comercio exterior y economía de guerra). El problema central con que se enfrentaba la economía alemana estribaba en las limitaciones de su mercado interior; ello obligó al capital monopolista alemán a orientar sus perspectivas hacia el exterior, las cuales culminaron con la Segunda Guerra Mundial (hay que destacar que cuando el Partido Nacionalsocialista llegó al poder en Alemania, la situación económica del país podía resumirse de la siguiente forma: 6 millones de parados y, en relación con 1929, un descenso del 35% en los salarios nominales, del 40% en los precios agrícolas y del 35% en los precios industriales al por mayor. A pesar de estos índices, Alemania continuaba considerándose la segunda potencia mundial).

    LA INTERVENCIÓN DEL ESTADO EN LA ECONOMÍA QUEDÓ RELEGADA DE HECHO A AQUELLOS CAMPOS QUE LOS GRANDES MONOPOLIOS DESATENDÍAN. En el interior de la empresa los derechos de los capitalistas en lo referente a la organización material de la producción no fueron alterados, mientras que los derechos de los trabajadores fueron mermados con la disolución de los sindicatos y la creación del Frente Alemán del Trabajo. En las relaciones de las empresas con el resto de la economía las medidas fueron más diversas según los campos:

    1)Absoluta libertad de despido.

    2) Libertad para la compra de maquinaria y materias primas, si bien sujeta a cierto número de limitaciones causadas por el proteccionismo, la utilización prioritaria de las materias primas en la industria de guerra y la prohibición de incrementar los precios (medidas derivadas de la concepción de la crisis ecnonómica como un fenómeno esencialmente monetario).

    3) Libertad para la instalación de industrias, su compra y su venta.

    4) Numerosas limitaciones a las inversiones, provocadas tanto para impedir el desarrollo de la competencia como con el fin de preservar los beneficios de los carteles en un momento de crisis.La limitación de las inversiones tuvo su expresión oficial en la Ley de 15 de Julio de 1933, llamada "de los carteles obligatorios", con lo cual los Konzerns consigueiron obligar a los empresarios independientes a integrarse en los cárteles existentes o en los de nueva creación. Al mismo tiempo, EL ESTADO CREÓ KONZERNS TANTO CON EL OBJETO DE SUPLANTAR A LA INICIATIVA PRIVADA ALLÍ DONDE ÉSTA NO VEÍA POSIBILIDADES DE BENEFICIO, COMO DE PREPARAR AL PAÍS PARA LA ECONOMÍA DE GUERRA. Entre los Konzernes estatales más importantes destacaron Brabag, fundado en 1934 para la fabricación de gasolina partiendo del lignito, en el que fueron obligadas a participar todas las empresas del sector, y Kontinental Öl A.G.

    5) Fijación de precios de venta, con el objeto de evitar la baja de los beneficios y frenar la inlfación que impediría la creación de una sólida economía de guerra.

    6) Libertad absoluta de las empresas en lo referente a sus relaciones financieras. LA INTERVENCIÓN A FAVOR DE LOS INTERESES DEL GRAN CAPITAL QUEDÓ REFORZADA POR LA REPRIVATIZACIÓN DE EMPRESAS QUE HABÍAN PASADO A CONTROL ESTATAL Y QUE VOLVÍAN A SER EMPRESAS RENTABLES POR LA VENTA DE LA GRAN MAYORÍA DE LAS ACCIONES BANCARIAS COMPRADAS POR EL ESTADO A RAÍZ DEL "CRACK" FINANCIERO Y POR EL DESARROLLO DEL SECTOR PÚBLICO EN AQUELLOS SECTORES NECESARIOS PARA LA ECONOMÍA DE GUERRA.

    Resumiendo, la economía nazi es CAPITALISTA IMPERIALISTA 100% CON INTERVENCIÓN DEL ESTADO EN FAVOR DEL GRAN CAPITAL MONOPOLISTA Y ORIENTADA A LA GUERRA. Ni Keynesianismo, ni socialismo, ni pajas mentales propias del que "tu y yo lo sabíamos".

    Hay muchísimos Estados que intervienen más o menos en la economía, que no son liberales, pero que desde luego su intervencionismo no es de tipo socializante. Es más, un Estado capitalista no tiene por qué estar comandado por liberales confesos. El Estado Absolutista ya era capitalista, el Estado fascista es capitalista e imperialista, el Reich de Guillermo I y Bismarck no era liberal pero sí imperialista y capitalista, al igual que todas las potencias que lucharon en la Primera Guerra Mundial. Resumiendo, no es necesario ser liberal para ser capitalista, pero sí es necesario ser capitalista para ser liberal.

    Hay muchas formas de capitalismo, y el capitalismo monopolista es una de ellas. No se crean ustedes que sólo el capitalismo salvaje actual ha sido la única forma que ha habido de economía de mercado, por el amor de Dios.

    Así que, por favor, vayan ustedes a las fuentes históricas oficiales y no se crean ni la propaganda pseudoizquierdista -por llamarla de alguna manera a esa bazofia reaccionaria- de los neonazis y fascistas, ni a las mentiras del revisionismo ideológico neoliberal. Hay montones de libros sobre el nazismo y su economía esperando ser abiertos en las bibliotecas de medio mundo. Y algunos son libros muy antiguos."
    Segunda parte: "Hace poco, en un foro de internet, tras exponer lo que era la economía nazi puesta en práctica en la Alemania de los años 30, un liberal me respondió con esta frase:

    "Somos socialistas, somos enemigos del sistema capitalista actual que lleva a la explotación del económicamente débil" A. Hitler

    Debido a la peculiar memoria histórica de algunos que escriben por la red de vez en cuando, es conveniente que recordemos algunas de las perlas de Adolf Hitler y Benito Mussolinni acerca del socialismo y de las clases sociales, mientras esos "trolls" se empeñan en hacer creer a la gente que Hitler era tan rojo como la pasionaria y que tanto Hitler como, digamos, Angela Davis, defienden lo mismo y buscan la misma meta (sic).

    Es curioso cómo los que fervientemente defienden el carácter socialista del fascismo sean tanto los liberales como los fascistas. Es una de tantas cosas que tienen ellos en común.

    A diferencia de nuestro amigo liberal, las frases puestas a continuación vienen con referencia y cita, por si alguien las quiere consultar, ya que lo mejor para acabar con una falacia es aportar datos científicos. El liberal no puso referncia ninguna, ya que se limita al copypaste de una frase que leyó por internet y que pone en todos los foros y blogs que estima oportuno para combatir a los "enemigos de la libertad".

    "La doctrina judía del marxismo rechaza el principio aristocrático de la naturaleza y antepone la cantidad numérica y su peso inerte al privilegio sempiterno de la fuerza y del poder"

    Adolf Hitler, "Mein Kampf", página 69.

    "Es necesario exterminar sin piedad a los instigadores de este linaje" (Refiriendose al marxismo)

    Adolf Hitler, "Mein Kampf", página 185.

    "Ustedes, señores, están convencidos de que la economía alemana ha de levantarse sobre la idea de la propiedad privada. Pero ustedes sólo podrán sustentar en la práctica esta idea de la propiedad privada si la misma está fundamentada lógicamente de alguna forma. Esta idea ha de extraer su justificación ética de la visión de la necesidad natural... Es necesario por lo tanto fundamentar estas formas tradicionales que se han de conservar, de forma que puedan considerarse como absolútamente necesarias, lógicas y justas. Y aquí tengo que decir que la propiedad privada sólo se puede justificar en el plano ético y moral si parte del presupuesto de que las prestaciones de los individios son distintas... Pero, admitido esto, es un disparate afirmar que en el terreno económico hay diferencias de valor, pero no así en el terreno político. Es absurdo construir la vida económica sobre la idea del rendimiento, del valor personal y, por consiguiente, en la práctica sobre la autoridad de la personalidad, y negar esta autoridad de la personalidad en el terreno político y poner en su sitio la ley de la mayoría, la democracia... En el terreno económico, el equivalente de la democracia política es el comunismo"

    Discurso pronunciado por Hitler el 27 de enero de 1932 en el Düsseldorfer Industrieklub, en M. Domarus (ed.), "Hitler , Reden Und Proklamationen 1932-1945, vol. 1, Würzburg, 1962, páginas 68 y siguentes, sobre todo páginas 72 y 87.

    Es curioso como estos planteamientos se parecen sobremanera a los expuestos años más tarde por el ideólogo liberal Friedrich August Von Hayek, Premio Nobel de Economía y asesor económico del fascista Augusto Pinochet -algo que los liberales intentan ocultar por todos los medios con mayor o menor fortuna-, ya que predicó que la democracia no era necesaria para la libertad económica ya que, por encima del "ideal democrático", para Hayek está el "ideal liberal" (Hayek 1959: 103 y 104). Tampoco la democracia puede ampliarse a las principales organizaciones económicas, administrativas y educacionales, pues por su naturaleza éstas son jerárquicas, y su democratización es imposible (Hayek 1959). Todo sistema democrático que no se adecué a estas exigencias se opone a un orden liberal, y se convierte en un “camino de servidumbre” a un sistema totalitario (Hayek 1944), o en una “democracia totalitaria” (Talmon 1951); y es legítimo luchar contra ella y derrocarla (Hayek 1945 y 1980). Para Hayek es preferible un autoritarismo inspirado en los verdaderos principios liberales que una democracia ilimitada, basada en atavismos primitivos como la búsqueda de la justicia social, la disminución de las desigualdades socioeconómicas, y la distribución democrática del producto (Hayek 1978).

    En el modelo neoliberal, la democracia debe ser limitada, restringida y protegida. Existen principios e instituciones que no pueden ser modificados por la voluntad política mayoritaria de los ciudadanos, si la elite, o las minorías de poder, se opusieran a su modificación. Es decir, se niega el principio de mayoría y se otorga a la minoría un poder de veto. El pluralismo político debe ser restringido, excluyendo o limitando a los sectores políticos antisistémicos; por lo tanto, es legítimo intervenir en “el mercado político”.

    El modelo neoliberal contiene, explícitamente, al igual que el fascismo, una “utopía política” (Hayek 1978). Es decir, este modelo no sólo plantea una teoría radicalmente economicista y conservadora de la democracia, desde la cual realiza una crítica radical de las democracias parlamentarias, sino que ofrece un diseño político institucional irrealizable que pretende hacer real su modelo teórico. La utopía de democracia de Hayek es simple. Habría un sistema bicameral, en el cual una de las cámaras se asemejaría a los actuales parlamentos en los sistemas parlamentarios. Esta estaría formada por representantes políticos elegidos por todos los ciudadanos. Esta cámara nombraría un Primer Ministro que con su gabinete ejercería el poder ejecutivo gobernando y haciendo cumplir las leyes. Sin embargo, estos parlamentarios no tendrían ninguna función legislativa.

    Esta sería tarea exclusiva de la otra cámara. Sus miembros no podrían pertenecer a un partido político, sino que serían “una muestra representativa del pueblo, si fuera posible hombres y mujeres particularmente respetados por su propiedad y sabiduría, pero no delegados que buscan cuidar los intereses de sus electores” (1978: 92). Para asegurar su independencia no serían reelegibles, y ejercerían su cargo por un largo período, por ejemplo, quince años. Todos podrían elegir mediante su voto a estos legisladores, pero sólo serían elegibles, mediante un censo, los que pertenecen a la categoría de “el hombre más exitoso de su clase” (Ibid). Este sistema podría ser considerado una modalidad de democracia censataria (Vergara 1999). Hayek está conciente que este diseño institucional difiere de lo que se llama democracia: “sugiero que deberíamos llamar a dicho sistema demarquía, un sistema en que el demos no tendría poder bruto” (Ibid: 92).

    Más cosas en común entre liberalismo y fascismo. Su autor cree que sólo los que han sido exitosos “en los asuntos ordinarios de la vida” poseen el saber necesario para legislar. Esta creencia se funda en su teoría de las masas y las elites. Los neoliberales rechazan el principio de la igualdad de los seres humanos. Creen que la mayoría está movida por atavismos primitivos y, por ello, es incapaz de comprender “las leyes abstractas que rigen la vida social”, especialmente el respeto a los contratos y al derecho de propiedad, y la capacidad de competir eficientemente. Debido a esto, “son insuficientemente civilizados”, y su capacidad de adaptación al mercado es limitada (Hayek 1978). Constituyen la mayoría de los perdedores o semiperdedores en la competencia. En contraste, las elites están constituidas por la minoría que posee en plenitud las capacidades intelectuales y de carácter de que carecen las masas, y por ello manifiestan una excelente capacidad de adaptación al mercado que se manifiesta en su éxito económico (Hayek 1978 y Vergara 1984). En una sociedad de mercado libre las desigualdades socioeconómicas son de origen natural. Como puede verse, el saber político par excellance es el económico (Vergara 1999). Hayek cree que esta propuesta institucional aseguraría la plena realización del estado de derecho, pues la legislación que se dicte satisfaría los requisitos señalados y estimularía la competencia económica, la que producirá, necesariamente, el bienestar de todos. Asimismo, produciría la concordancia o subordinación de la política al mercado, evitando el riesgo del intervencionismo económico y de la democracia ilimitada.

    Sigamos con más citas de Hitler, ese fascista procapitalista:

    "... una organización animada por el más elevado sentimiento nacional, construída sobre la idea de una autoridad absoluta de la dirección en todos los campos; a todos los niveles: el único partido que ha superado en sí mismo, sin dejar resto alguno, no sólo la idea del internacionalismo, sino también la de la democracia, que en toda su organización sólo reconoce los criterios de la responsabilidad, del orden y de la obediencia, y que introduce con ello por primera vez, en la vida política de Alemania, un organismo de millones de hombres construido de acuerdo con el principio de rendimiento"

    Domarus, Opus Citatum.

    "Las proporciones y el ritmo de la revalorización militar de nuestras fuerzas nunca serán lo bastante grande y lo bastante rápido. Es un error capital creer que se puede llegar a un compromiso o a un arreglo con otras necesidades vitales en estos puntos... Por consiguiente, establezco el siguiente programa: I. El Ejército Alemán tiene que estar a punto para entrar en combate en el plazo de cuatro años. II. La Economía alemana tiene que estar en condiciones de afrontar la guerra en el plazo de cuatro años"

    Adolf Hitler, en "Hitlers Denkschrift Zum Vierjahresplan", editado y prolongado por W. Treue, en "Vierteljahereshefte Fur Zeitgeschichte", fascísulo número 2, de 1955; la memoria fue impresa por Hofer, en las páginas 84 y siguientes, en el documento número 43.

    ¿ Y qué hay del padre del fascismo y avatar espiritual de Hitler, el ex-socialdemócrata y posteriormente líder reaccionario Benito Mussolinni ?

    Otra cita de "Il Popolo D'Italia", órgano de expresión de la Italia Fascista, del 9 de octubre y del 24 de octubre de 1921 (citado según Tasca, en páginas 194 y siguientes), afirmaba:

    "Nosotros nos diferenciamos inconciliablemente de todas las sectas socialistas, pues rechazamos todo internacionalismo, sea cual fuere, toda intervención del Estado en asuntos económicos".

    Pero hay más:

    "Decir que exista también en Italia un peligro bolchevique significa tomar por realidad algunos absurdos temores. El bolchevismo está derrotado"

    Benito Mussolinni también en "Il Popolo D'Italia" del 2 de julio de 1921, citado por Tasca (página 367).

    "El Imperialismo es la base de la vida de todo pueblo que tiende a extenderse económica y espiritualmente"

    Benito Mussolinni, "Discorsi Politici", página 64 y siguientes (citado según Tasca, página 62).

    "En el campo de la política colonial es necesario reivindicar los derechos y la necesidad de la nación"

    Benito Mussolinni, en "Il Popolo D'Italia", del 3 de julio de 1920 (citado según Tasca, página 162).

    "... afirmamos... que la verdadera historia del capitalismo empieza ahora, pues el capitalismo empieza ahora, pues el capitalismo no es únicamente un sistema de opresión, sino asimismo una selección de valores, una coordinación de jerarquías, un sentido con un desarrollo superior de las responsabilidades individiales"

    Benito Mussolinni, "Scritti E Discorsi II: La Rivoluzione Fascista", citado según J. Agnoli en "Die Bürgerliche Gesellschaft Un Ihr Staat", en "Das Argument", número 41, diciembre de 1966, página 460.

    "Si llego al poder, volveré la ametralladora contra los fascistas si no se someten a la cordura"

    Benito Mussolinni en conversación sostenida con en el verano de 1921 con los jefes del liberalismo italiano (citado según Tasca, página 177).

    "La conquista de las colonias para la patria sólo será posible mediante una colaboración entre el capital y el trabajo organizado de acuerdo con el espíritu fascista"

    Rossini, jefe de los sindicatos fascistas -sindicatos corporativos verticales típicos del fascismo, inspirados en los gremios medievales-, en la primavera de 1926 (citado según Slobodskoj, páginas 82 y siguientes).

    "La iniciativa privada en el campo de la producción es el instrumento más eficaz y útil de la nación. El empresario es el organizador de la empresa al que sólo el Estado Fascista puede exigir responsabilidades"

    Carta del Trabajo del 21 de abril de 1927 en Italia (citado en Niederer "Der Ständestaat des Faschismus", Munich-Leipzig, 1932, página 179).

    Por si no quedaba claro, los padre del fascismo niegan la economía planificada en favor del capital monopolista. Si esto es socialismo, Richard Nixon era maoísta.

    Algo que sí es cierto es que el NSDAP tuvo un ala izquierda anticapitalista, encabezada por los hermanos Otto y Gregor Strasser, que, casualidad, fueron excluídos del Partido Nazi en el verano de 1930, tres años antes de que Hitler tomara el poder. Gregor Strasser fue asesinado por sicarios nazis y Otto emigró a Canadá. Por su parte, la faz anticapitalista del fascismo italiano, representada por Italo Balbo, también fue eliminada en 1923, cuando Balbo se exilió en Estados Unidos y mediante la depuración y expulsión de más de 30.000 miembros ordinarios del partido y de 2000 funcionarios del Partido, todo esto ante el temor de una "segunda Marcha Sobre Roma". Estos detalles los liberales o bien los desconocen (demostrando una vez más sus limitados conocimientos de historia, que han de ser muy nulos para ser Pío Moa y César Vida los máximos representantes del historicismo liberal español), o simplemente nos les conviene decir la verdad.

    Creo que con estas citas es suficiente para contestar al "troll" liberal. Si alguen quiere saber más sobre los diferentes tipos de "socialismo" que no son socialismo, que se lea el Manifiesto Comunista, el capítulo dedicado a la "LITERATURA SOCIALISTA Y COMUNISTA", en los que diferencian y desenmascaran claramente a los socialismos no socialistas: El socialismo reaccionario (socialismo feudal, socialismo pequeñoburgués, El socialismo alemán o "verdadero" socialismo), el socialismo burgués o conservador y el socialismo y el comunismo crítico-utópico. Un texto más serio y tremendamente adelantado a su tiempo que, casualidad, los liberales intentan silenciar.

    También es recomendable "Liberalismo y Fascismo", de Kuhnl (1956).

    Gracias, una vez más, a los liberales, por hacer que nos riamos tanto con ellos. "
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    Mensaje por DP9M Mar Jun 21, 2011 11:43 pm

    La Economía en el Tercer Reich



    Una revisiòn sobre el rumbo econòmico del Tercer Reich. Una de las políticas del gobierno nazi fue ocuparse de la regulación de los precios de bienes y servicios, a conciencia de que tal intervención permitiría no sólo ejercer a plenitud, sino también acentuar progresivamente, el dominio económico del Estado sobre la sociedad. Ya lo decía Herman Goering, principal administrador de la economía de compulsión nazi: “Controlar precios y salarios, implica no sólo controlar el trabajo de la gente, sino también sus propias vidas”.

    Los nazis acabaron conquistando el apoyo de la mayoría de los alemanes (clase obrera incluida). al presentarse con un programa tan popular como decidido, Los judíos sirvieron como chivo expiatorio tanto de la derrota en la guerra como de la crisis económica. Además al prometer a los tenderos, a los abogados, a los médicos, etc., la eliminación de los competidores judíos los nazis dispararon la codicia de mucha gente y supieron capitalizar el odio y el resentimiento contra una minoría fácilmente identificable. Es curioso que la minoría judía jamás fue identificada racialmente –desde luego no había bases fisiológicas que lo permitieran-, sino a través del examen de los registros públicos que desde mucho tiempo atrás se llevaban separadamente para anotar los nacimientos, matrimonios y fallecimientos de los fieles de las diversas religiones. El empobrecimiento de la clase media durante la hiperinflación, el desempleo generado por la crisis del 29 y el miedo al bolchevismo sólo contribuyeron al triunfo del nazismo en la medida en que las ideas nacionalistas y socialistas, enormemente populares previamente, fueron aceptadas en esos momentos de desorientación y crisis como panacea impostergable.

    Congelación

    En noviembre de 1936 -tres años antes de provocar la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)-, el régimen nazi decretó la congelación de todos los precios, tanto regulados como libres, vigentes en Alemania hasta el mes anterior. Tal operación de manipulación y control se conoce como “economía de compulsión nazi” y fue congruente con el hecho de que, desde un comienzo, buena parte de la economía del Tercer Reich fue orientada hacia el armamentismo.

    Entre los principales elementos de sustentación conceptual y funcional de la Economía de Compulsión Nazi cabe mencionar los siguientes:

    1. El objetivo principal fue el de crear las bases para la construcción de la economía de guerra que sirviera de soporte fundamental al proyecto totalitario, expansionista y belicista de Hitler. Pero el resultado concomitante que se logró fue también importante para el régimen: Como producto de su ejecución, toda la economía alemana pasó a estar al servicio de los designios políticos del Führer, que incluían por supuesto su concepción de la guerra como el medio de hacer realidad sus delirios totalitarios, belicistas y expansionistas.

    2. Por lo dicho antes, para el régimen nazi el control de precios, más que consistir en una medida de mero carácter coyuntural, constituía un elemento estructural fundamental de su proyecto totalitario a lo interno de Alemania, y belicista y expansionista como objetivo fundamental de su política exterior.

    3. En virtud de los amplios, profundos y severos efectos que la economía de compulsión habría de tener sobre la sociedad alemana, el régimen nazi prestó especial atención a su formulación como política, a la organización de su aplicación y al diseño de los aspectos concretos de su ejecución, creando para el soporte de esta última medidas draconianas contra la resistencia de cualquier sector afectado.

    4. Toda la gestión gubernamental realizada en función de la economía de compulsión fue enmascarada por los nazis con lemas o consignas de pretender “proteger” y “favorecer” al pueblo alemán. Con similar máscara se encubrió la verdadera naturaleza y propósito fundamental de su régimen (totalitarismo implacable), embanderándolo con el hermoso nombre de “nacional socialista” (elevado patriotismo con acendrada sensibilidad social).

    La Compulsión Sistemática



    El 26 de noviembre de 1.936, la Administración del III Reich decretó la congelación en el nivel existente el 17 de octubre de ese mismo año, de todos los precios "administrados" o libres, existentes en Alemania. Dicha medida no era más que el colofón del proceso de "domesticación de precios" que venía sufriendo Alemania desde la llegada al poder de los nazis casi cuatro años antes.

    La Zwangswirtschaft o economía de compulsión nazi acabaría pasado a la historia por su sistemática y elaborada naturaleza, así como por las draconianas medidas que acompañaron su aplicación. Nunca antes y quizás tampoco nunca después, había visto el mundo algo similar. La explicación seguramente se encuentra en el hecho de que para los nacionalsocialistas el control de los precios no tenía la consideración de una medida coyuntural, sino que estaba enraizada en su proyecto político totalitario y belicista. Como confesaba Herman Goering, el principal administrador de la Zwangswirtschaft junto a Hjalmar Schacht y Walter Funk, en 1946 a un corresponsal americano: "Controlar los precios y salarios, implica no sólo controlar el trabajo de la gente, sino también sus propias vidas. Ningún país puede conformarse sólo con hacer parte del trabajo."

    En efecto, Hitler se valió de la economía de compulsión para construir la economía de guerra que constituía el núcleo central de su programa. La enorme cantidad de recursos que los nazis necesitaban vampirizar de la economía alemana, iba a ser obtenida mediante el viejísimo procedimiento de imprimir papel moneda para el gobierno en grandes cantidades. Incluso la gente poco versada en economía sabe que dichas prácticas producen la subida generalizada de los precios, por el desajuste entre una demanda incrementada y una oferta constreñida por limitaciones de naturaleza más poderosa que la disponibilidad de tinta papel y sello.

    Los nazis tenían claro que tras la experiencia de la hiperinflación alemana del 23, con la gente especialmente sensibilizada a los incrementos de precios, estas prácticas inflacionistas podían significar una creciente impopularidad. Es por ello que Schacht comienza a establecer sucesivamente precios máximos sobre aquellos artículos que van viéndose afectados por la inflación. Una vez que el gobierno se embarca en controlar precios, el proceso de compulsión ya no se detiene. La combinación de más dinero en las manos del gobierno y del público, con los precios invariables tipificados para algunos productos, hace que la oferta ya no pueda satisfacer a todos aquéllos que están dispuestos a pagar el precio que se pide. Aparecen así sucesivamente las colas, los desabastecimientos, la acumulación por parte de los consumidores de cualquier producto que tienen la suerte de encontrar en las tiendas, se tenga o no necesidad perentoria de él y finalmente el racionamiento. El economista francés Jacques Rueff relataba con una anécdota cómo funcionaba la política económica alemana: "Durante mi visita a Schacht le comunicaron que ya no era posible encontrar bañeras en ninguna tienda. Bien, dijo Schacht, mañana publicaremos en el Boletín Oficial su racionamiento."

    Pero si por el lado de la demanda, los precios máximos creaban desequilibrios, por el lado de la oferta, los efectos eran todavía más devastadores. El establecimiento de precios máximos se produjo inicialmente en el área donde las quejas de la población eran más intensas (bienes de consumo de gran demanda), mientras que el precio aún no controlado de los factores que servían para su producción, iba incrementándose y situando en pérdidas a los empresarios de estos sectores. Con el fin de escapar de la quiebra, los productores redujeron la calidad de los productos primero y comenzaron a abandonar la producción, después. Para evitarlo, el control de precios se extendió a los factores productivos. Posteriormente, en aras de evitar la desviación de estos factores hacia otros sectores donde los precios de consumo no estaban controlados y por tanto el margen entre costes congelados y precios en aumento era más atractivo, los controles de precios y también los racionamientos, fueron extendiéndose prácticamente a todos los bienes y servicios fueran de consumo, capital, materias primas o trabajo.



    Paradojas del destino, conviene señalar que Schacht vio enormemente facilitada su labor por el legado económico que recibió de las políticas socialdemócratas de la República Weimar. Por ejemplo, cuando los nazis alcanzaron el gobierno se encontraron con un sistema bancario ya nacionalizado de facto, que utilizaron a su antojo para generar el crédito inflacionario. La "nacionalización" había sido resultado del proceso de rescate de la maltrecha banca alemana con fondos públicos inyectados a cambio de masivas participaciones en el capital de dichos bancos. Igualmente, los nazis heredaron una industria cartelizada por las regulaciones que permitiría controlar los precios a gran escala, un fortísmo poder sindical que ya impedía la negociación laboral al margen del síndicato y un sistema de arbitraje gubernamental en caso de discrepancias entre sindicatos y empresas, que en realidad significaba la posibilidad de fijar los salarios "políticamente". Con dicho instrumental, en muy poco tiempo toda la economía alemana pasó a servir los designios políticos de Hitler.

    Cambiar la naturaleza de las acciones humanas y por tanto las leyes de la economía es algo que no está en manos de un gobierno, por muy poderoso que éste sea y por mucha violencia que utilice. Ni siquiera los nazis pudieron evitar que apareciesen uno tras otro, todos los efectos que inevitablemente acaban acompañando a la inflación reprimida mezclada con socialismo. Aparecieron los mercados negros y la corrupción de los burócratas que asignaban y desviaban factores productivos para atender dichos mercados. Un fenómeno bien ilustrado por ejemplo en La lista de Schindler. Es curioso advertir que entre los factores que se desviaban estaba la mano de obra esclava y es que, la existencia de ésta, es requisito imprescindiblle para hacer funcionar una economía socialista en la que los salarios no pueden subir y atraer a los trabajadores a las ocupaciones más necesarias, aunque estas sean desagradables. Apareció así, el fenómeno de la militarización del trabajo del que había hablado Marx y ya había implementado Trotski.

    La uniòn de dos poderes


    Como siempre que se imponen los controles de precios, se generalizó el trueque y también la venta de "paquetes de productos" que mezclaban productos con precio controlado con otros de precio libre, sobre los que se producía la negociación. Reisman relata en The Vampire Economy, con una anécdota, cómo fijaba sus precios un pequeño criador de cerdos. El cerdo se vendía como era obligatorio al precio establecido por las autoridades. Nuestro hombre exigía sin embargo, como condición para la venta, la adquisición al mismo tiempo de un perro por un precio que poco tenía que ver con el valor del can, pero sí mucho con el valor real del puerco. El comprador solía abandonar el perro a pocos kilometros y éste acaba reuniéndose con su dueño, listo para entrar en una nueva operación.

    Lejos de constituir el peor aspecto del problema, los mercados negros sirvieron para evitar el caos absoluto de los desabastecimientos. Eso sí, a costa de convertir a millones de personas decentes, en infractores de la ley. En sus etapas finales, la economía alemana absolutamente devastada por la guerra, se encontraba con paradojas como que, en medio de un hambre generalizada, un sombrero (sin precio controlado) costaba millones de veces más que una hogaza de pan (sobre la que sí existía precio máximo).

    La Economía Suiza colaboró con el Nazismo



    Los industriales y empresarios de las ramas de la electricidad y de ferrocarriles contribuyeron con las potencias del Eje. “Muchos industriales suizos desarrollaron durante el nazismo buenas relaciones con Alemania, con lo que colaboraron al despegue de la economía de ese país y, de esa manera, sostuvieron al régimen nazi”, destacan las investigaciones del grupo de historiadores e investigadores.

    Medio centenar de especialistas, reunidos bajo la égida de François Bergier estudian desde 1996 el papel que jugó Suiza durante la Segunda Guerra Mundial. En particular, el volumen y destino de los bienes que transitaron por este país antes y después de la guerra (en la época del nacional-socialismo).

    Para algunos dirigentes de empresas suizas no constituyó una preocupación el hecho de emplear trabajadores forzados en sus filiales alemanas. Esas empresas se plegaron a la política racista de los nazis reemplazando a sus dirigentes judíos por ‘arios’. El informe sobre la industria química demuestra, sin embargo, las diferencias de actitudes según las firmas.

    El grupo financiero de Basilea, Interhandel, antigua filial del gigante químico alemán IG Farben, absorbido por la UBS en 1967, es un caso particular. Las pesquisas que lo abordaron dan cuenta de una serie de indicios en torno a una estrecha colaboración con el sector empresarial nazi durante la guerra.

    El suministro de energía eléctrica representa una de las principales colaboraciones de la economía suiza al Tercer Reich. Las investigaciones en esta área muestran, sin embargo, que la Confederación Helvética rehusó incrementar el abastecimiento a pesar de las crecientes demandas alemanas durante la guerra.

    El tránsito ferroviario a través de Suiza constituye otro servicio prestado a las naciones del Eje. Alemania pudo de esa manera entregar grandes cantidades de carbón a Italia, sin excluir el tránsito del material bélico. El estudio sobre el particular pone también de relieve que más de 180.000 trabajadores italianos fueron llevados a Alemania a través de Suiza.

    Esos transportes se suspendieron luego de la ocupación de la península en 1943.
    De acuerdo con otro informe, el sistema de compensación ‘clearing’ aplicada por el reglamento de intercambios comerciales suizos con Alemania e Italia permitió a esos países financiar sus compras, en particular las militares, sin tener que recurrir a sus reservas de divisas.

    En efecto, durante la guerra, Suiza otorgó a esos países créditos ‘clearing’ por un total de 1,3 mil millones de francos. En compensación, las empresas suizas podían exportar sin riesgo.

    Suiza sirvió también de puente para los bienes culturales procedentes de Alemania y de los territorios ocupados. El reporte respectivo indica no obstante, que Suiza acogió más objetos de arte que sus propietarios legítimos querían salvar (bienes en fuga), que obras robadas por los nazis (bienes espoleados).

    Un estudio realizado por la Universidad de Zúrich muestra que la prensa suiza de la época casi no criticó los lazos económicos con Alemania. Tampoco el asunto de los refugiados fue considerado como un problema político y los ocho periódicos analizados apenas le dieron un trato marginal.

    La mayor parte de las personas que desempeñaron algún papel durante esa época no actuaron por convicción ideológica, según reveló el presidente de la Comisión, Jean-Francois Bergier en su introducción.

    Los empresarios suizos tenían en cuenta la suerte de sus negocios ante la perspectiva incierta de la post-guerra. Señala que son pocos aquellos que amasaron un verdadero “provecho de la guerra”.

    Subrayó asimismo que los compromisos contraídos por los dirigentes suizos públicos o privados, no modificaron la determinación nacional de independencia, democracia y federalismo. Por el contrario, añadió, se observó, desde una política pragmática, y en medio de equilibrios precarios, una garantía de esos valores.


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    NAZITROLLADAS- EL mito de la economía del III Reich. Empty Re: NAZITROLLADAS- EL mito de la economía del III Reich.

    Mensaje por Shenin Miér Jun 22, 2011 3:54 am

    La oposición obrera en la Alemania nazi
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    Mensaje por DP9M Lun Jul 04, 2011 5:18 pm

    Hola a todos.

    Lo de la reserva de Oro equivalente a la moneda en circulación simplemente no es cierto, la moneda en la practica nuna fue convertible en su valor nominal en el metal precioso que representaba -es más ni siquiera en la edad media cuando la moneda era metalica y de oro, siempre existía un valor nominal de cuenta y un valor real de la moneda en metalico (generalmente inferior al de cuenta)- (1).

    Por otra parte en la práctica los sistemas económicos del periodo de entreguerra no utilizaban exclusivamente el patron oro, ni mucho menos la convertibilidad moneda-oro, es más, no sólo habia sistemas duales oro-plata, sino que habia algunos basados exclusivamente en la plata.

    En este sentido el tipo de cambio que se fijaba entre las monedas NO representaba las reservas de oro de un estado, sino que respondia a la política económica dada de un gobierno, y a unos intereses particulares concretos, además despúes de 1929 la practica totalidad de los estados que aun la mantenián abandonaron la convertibilidad moneda-oro temporal o definitivamente. (2)

    Las únicas monedas que en la practica eran teóricamente convertibles en oro eran las que actuaban como moneda reserva, es decir, antes de 1914 la libra esterlina, y despúes de 1945 el dólar (3).

    Por otra parte conviene recordar que el patro de referencia que se utilce en una moneda NO tiene nada que ver con la actividad financiera o bancaria -desde 1971 no existe la convertibilidad Dolar-Oro y eso no afecta para nada a la actividad de los bancos-.

    La moneda cifra un valor teórico o de cambio, y es un instrumento para agilizar las transciones comerciales, sin que sea estrictamente preciso que represente nada más allá de un valor de cuenta.

    Tambíen conviene recordar que en toda la teória económica, desde ADan Smith a David Ricardo, llegando a Stigliz o Phelps, los bienes, y la moneda es uno de ellos, no representan más que una cantidad de trabajo.

    Con lo cual el fundamento real para afirmar que un estado queria implantar el trabajo como patro de referencia en 1933, y que esto "no conevia a los banqueros del mundo" es, por decir algo, escaso.

    El trabajo, en última instancia, siempre fue el patron de referencia de la moneda, ya fuera por el trabajo preciso para obtener la cantidad de metal necesario para acuñarla, o como referencia del trabajo que se precisaba para elaborar unos bienes que se podián adquirir con la cantidad de moneda de cuenta que se representaba.

    Saludos a todos.

    (1) Ver al respecto, por ejemplo, MANARELLA, G (1993), [/i]El gobierno de la moneda, Barcelona, Critica, o su monumental obra sobre la historia económica y monetaria de Europa.

    (2) El ultimo Estado en hacerlo definitivamente fue EE.UU. en 1971 debido al pool del oro provocado por la Francia de De Gaulle.

    (3) Sobre los efectos de la falta de moneda reserva, la falta de alguien que asumiese la financión del sistema mundial de intercambio de divisas y el abandono progresivo del patron oro en el periodo de entreguerras ver, por ejemplo, KINDLEBERGUER, P (1992),Problemas Históricos e interpretaciones económicas, Barcelona, Critica.


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    Mensaje por DP9M Lun Jul 04, 2011 5:28 pm

    Alemania era un pais en la ruina económica antes de 1933 y en 1939 era una superpotencia mundial cierto. Pero era una potencia mundial con los pies de barro, endeudada hasta las cejas, y económicamente obligada a ir a la guerra.

    Hitler NO levantó Alemania. El "milagro" económico alemán de los años 30 era sólo un BLUFF, sólo apariencia. Lo único que Hitler hizo fue robar a unos para contentar a otros. Primero robo a los judios alemanes (+200.000 personas) después invadió la zona del RIN, después consiguó anexoniarse Austria 1938, Checoslovaquia, etc. Y con todo lo que iba robando lo repartía entre los que el consideraba verdaderos alemanes, dandoles trabajo, etc. Es cierto que el nivel de vida de una familia de clase media alemana en el verano de 1939 era altísimo, pero en realidad Hitler endeudó el país. Por eso invadió Polonia en 1939, por que para mantener ese alto nivel de vida que había conseguido robando, necesitaba seguir robando a otros paises. Si Hitler no hubiera comenzado la Guerra Mundial, Alemania hubiera entrado en bancarrota en 1940.

    LO QUE HIZO HITLER ECONÓMICAMENTE FUE UNA CHAPUZA, lo puede hacer cualquier chorizo de tres al cuarto.

    Editado por el Moderador

    Es lo que suelen hacer este tipo de políticos populistas cuyas políticas conducen a la ruina económica de cualquier pais a largo plazo.

    En 1939, Hitler sólo tenía 2 opciones: O ir a la guerra, o empezar a reducir el nivel de vida de los alemanes. Como esto ultimo lo tenía descartado se decantó por la guerra.

    Saludos
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    NAZITROLLADAS- EL mito de la economía del III Reich. Empty Re: NAZITROLLADAS- EL mito de la economía del III Reich.

    Mensaje por DP9M Lun Jul 04, 2011 5:35 pm

    ¡Hola a todos!

    sopas escribió:
    Los origenes socialistas del nazismo son bien conocidos. Ernst Roehm quería incluso disolver el ejército y sustituirlo por un ejercito popular con sus SA, quería una segunda revolución en Alemania, pero por ahi Hitler no tragó por que necesitaba al Heer de su lado y por eso ordenó su arresto y posterior ejecución.


    El Partido Nacional Socialista Alemán, desde su fundación, sólo tuvo de "socialismo" el nombre y un programa político que, una vez en el poder, jamás se llevó a la práctica en cuanto a sus propuestas de "socialismo". El añadido del término "socialista" no fue más que un movimiento táctico para atraer al partido a la clase obrera.

    Pero mal iremos en la deriva de este hilo si no aclaramos previamente los conceptos, para no desvirtuarlos o inventarles nuevos significados.

    Ya se ha dicho anteriormente, pero ahora lo matizo. El socialismo, como doctrina, propugna la propiedad pública de los "medios de producción, de cambio y de distribución, generalmente basada en el control del poder político por parte del proletariado y en contraposición con el individualismo de raíz burguesa" (Larousse). Y en economía política: "Modo de producción basado en el carácter social de las fuerzas productivas, en el cual los trabajadores, como productores inmediatos, dominan sus condiciones de existencia y, en primer lugar, los medios de producción y sus productos" (Larousse).

    Estas definiciones son sencillas pero esclarecedoras. Cierto que no hay que ser economista para dar una opinión sobre economía, pero es conveniente ser un poco más prudente a la hora de sentenciar sobre temas que no dominamos.

    Saludos cordiales
    José Luis

    Atentos al dato:


    Se me olvidaba una cuestión.

    Si Hitler hubiese defendido una política económica socialista en sus conversaciones privadas de enero de 1933 con los representantes políticos de los partidos conservadores y nacionalistas alemanes (lease von Papen y Hugenberg, fundamentalmente), que repesentaban a su vez al mundo de la gran industria y las finanzas, digo que si abogara por eso, entonces jamás habría llegado a Canciller de Weimar. Y si ya como Canciller del Reich hubiera intentado aplicar una política económica socialista, incluso después de haber prohibido los partidos políticos y sindicatos existentes en Weimar, sería automáticamente eliminado por Hindenburg y el Reichswehr, que tenían todo el apoyo de la clase dominante.

    La política económica que aplicó el régimen nazi entre 1933-1939, con ser intervencionista, no tuvo un ápice de socialista, en el sentido propio del término.


    Saludos cordiales
    José Luis
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    Mensaje por DP9M Lun Jul 25, 2011 1:15 am

    3) La economía nazi de preguerra no tuvo nada de socialista en el sentido puro del término. Hitler estuvo limitado en todo tiempo por los problemas económicos que en el plano interno se derivaban de una dinámica económica capitalista. Si analizamos su política de rearme, que fue su absoluta prioridad, veremos que tuvo que supeditarse a problemas similares a los de las economías e industrias de países capitalistas liberales, mutatis mutandis (es decir, sin problemas de parlamentos, partidos políticos y sindicatos obreros). Y siendo Alemania como era un país totalmente dependiente del exterior para la obtención de materias primas estratégicas necesarias para su rearme (petróleo y demás materias primas como manganeso, hierro, caucho, etc.), dependía absolutamente del estado de su balanza de pagos para conseguir las divisas necesarias para poder importar y pagar esos productos.

    Evidentemente, Alemania no practicó, voluntariamente, una economía de mercado libre, donde la relación de la oferta y la demanda marcan los precios y su evolución, sino que impuso mecanismos reguladores que eran completamente extraños a las economías liberales. Y en su mercado exterior limitó las importaciones todo lo que le fue permitiendo la situación (impulsando el incremento de la producción sintética interna de productos como la gasolina y el caucho), mientras que subvencionó sus exportaciones (que eran urgentemente necesarias por la cuestión de divisas). Sólo que los mercados exteriores, especialmente Estados Unidos, reaccionaron gravando o limitando, como respuesta, las importaciones de Alemania.

    Pero tanto en su política económica interior como exterior, el régimen nazi primó (y de que manera) la explotación de recursos productivos por la industria de propiedad privada (se hicieron auténticas fortunas ya antes de la guerra), independientemente de que el principal cliente de esas industrias fuese el propio estado. Y en todo ese proceso de marcación de prioridades económicas (rearme), obtención de sus recursos, contratación y explotación no existe rastro alguno de socialismo económico.

    En cuanto a las comparaciones que preguntas, obviando que Estados Unidos era una democracia liberal y Alemania un estado totalitario, la economía nazi se vio limitada por cuestiones más propias de las economías liberales (consumo interno) que de la economía de la Unión Soviética.


    Si las economías de libre mercado existieron alguna vez en la realidad, desde luego el Tercer Reich era una de ellas, y no más intervercionista que algunas que observamos como paradigmas de los sistemas del capitalismo liberal -EE.UU., Gran Bretaña-.

    Otra cosa totalmente diferente es que desde la tradición historiográfica anglosajona hagan verdaderas piruetas conceptuales para tratar de demostrar que bajo en nazismo no existía ni el capitalismo ni la libre empresa.


    Respecto a la emisión de deuda, entre 1937 y 1939 el gobierno alemán en la práctica doblo la cantidad de papel moneda en circulación para financiarse. Esto, naturalmente, causa los problemas inflacionistas que eran previsibles.

    No es que no se pueda demostrar que Alemania caminaba con paso firme hacia el colapso, es que el 1938 en la práctica la economía Alemana ya estaba colapsada.

    La única forma que encontro el estado de finananciarse fue devaluando su moneda, y obligando a sus provedoder a coger el 40% del importe de los pedidos en deuda con un rendimiento fijo, que a su vez se devaluava por la incesante emisión de moneda.

    El milagro económico alemán en la practica se limito a una política pseudokeynesinista, basada en el endeudamiento progresivo y la devaluación de la moneda, que además tuvo el efecto de reducir el paro a practicamente el 0%, lo que para una economía que en el fondo es capitalista es un efecto nada deseable, pues provoca una rigidez estructural incompatble con el traslado d emano de obra a los sectores donde es precisa.

    Se puede decir, sin termo a equivocarse, que la economía alemana combinaba lo peor de las economías planificadas y lo peor de las economías de mercado -o al menos algunos de sus efectos menos beneficiosos-.
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    Mensaje por El_Indiferente Sáb Jul 30, 2011 1:36 am

    Hay varios puntos que quiero destacar respecto a tu interesante planteamiento, camarada:

    1.- Lo de nacional socialismo ya me parece una contradicción entre términos porque uno no puede limitar el socialismo a lo nacional. Socialista es aquel que aboga por el bienestar y la igualdad de todos los ciudadanos del mundo y no se limita a unas arbitrarias demarcaciones que pretenden encerrar una determinada conciencia dentro de unas fronteras. Desde luego, el híbrido hitleriano de nacional socialismo es un invento fruto de la borrachera mental del irracional nacionalismo germano de principios del siglo XX y sólo podía tener una corta vida, hecho que está de sobra documentado históricamente ya que el nacional socialismo fue un período muy breve en la historia de Alemania, aunque curiosamente uno de los más notorios. Y es uno de los más notorios porque al mundo capitalista le interesa que sea así, le interesa vincular el socialismo con el nazismo, aunque ambos movimientos tengan muy poco, por no decir nada, en común.

    2.- La Alemania nazi era una sociedad tremendamente militarística. El desempleo fue desapareciendo gracias a la industria militar, amén de la erosión de las libertades civiles más elementales contra las minorías o los sectores improductivos de la población. Pero para seguir por ese camino, Hitler necesitaba nuevas conquistas y, sobre todo, nuevos recursos naturales. Rusia es una tierra muy rica en gas natural y otras fuentes energéticas, sobre las que Hitler ya había puesto el ojo mucho antes de ese pacto de no agresión con Stalin. Era sólo cuestión de tiempo que Hitler decidiera invadir Rusia. ¿Por qué? Porque las sociedades militarísticas (y esto lo podemos ver hoy en Estados Unidos) necesitan de guerras y enemigos para pervivir. De lo contrario se desmontan. Cada Presidente de Estados Unidos que ha estado en la Casa Blanca, por mucho Premio Nobel de la Paz que haya recibido, ha iniciado siempre una nueva guerra en algún rincón del planeta. La Alemania nazi era casi un calco de los actuales Estados Unidos militarísticamente hablando. Se tenía que expandir para sobrevivir. Y al expandirse tenía que agredir para tomar a la fuerza el patrimonio de otros pueblos soberanos. Por tanto, el militarismo lleva a la ruptura de los tratados de paz, a la agresión y a la invasión de territorios soberanos y legítimos en pos de implantar un colonialismo económico por parte de la potencia agresora.

    3.- La Alemania nazi era, y esto lo digo de manera completamente objetiva, mucho más capitalista que socialista. De hecho, el Estado alemán otorgó grandes facilidades a muchas industrias alemanas para que reclutaran mano de obra barata (polacos, checos, judíos...). El Estado alemán nunca protegió los derechos de esos trabajadores. Es más, fueron tratados como esclavos. No tenían derechos, algo que está en concordancia con el liberalismo económico. Lo mismito que hacen las empresas que imponen leyes de libre comercio. Eso lleva a una explotación salvaje de los trabajadores que acaban siendo mera mercancia en manos de los jefes. A cambio de esto, muchos de los grandes capitalistas, como la familia Krupp, recibieron tratos especiales por parte del gobierno nazi, amén de todo tipo de privilegios. No sé si habéis visto ¨La lista de Schindler¨, la famosa película de Steven Spielberg, curiosamente en ella, los norteamericanos, sin darse cuenta probablemente, nos revelaron como los empresarios, los capitalistas vivían en una relación simbiótica casi perfecta con el Estado alemán, siendo el caso de Schindler precisamente una de las pocas excepciones que hubo como el mismo director norteamericano reconoció públicamente.
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    Mensaje por alguien Lun Nov 28, 2011 7:47 pm

    Gran post, se ve que a la escuela de dictadores del gran capital les van mucho los "milagros económicos" que según "las conspiraciones judeo-bolcheviques" son auténticos batacazos económicos.

    Había trabajos muy extensos y documentados sobre este tema en la antigua RDA. No sé si se llegó a traducir a otros idiomas la obra de Jürgen Kuczynski, pero sería bastante interesante echarle un vistazo si se llegó a traducir a otros idiomas.
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    Mensaje por Revolucionario89 Mar Ene 31, 2012 3:06 am

    esta un poco pasado el tema, pero me gustaria preguntaros por otto strasser? dicen que era el ala-izquierda del NSADP, en un libro afirma, que hitler habia traicionado las raizes socialistas del partido.en la famosa noche de los cuchillos largos asesinaron al hermano de otto, gregor strasser.tambien se dice que goebbels, era ,en un principio, de esa corriente strasseriana pero que acavo declinandose por el entorno mas burges y antisemita de goring(yonki de la morfina) y himmler ( creia ser la reencarnacion de Heinrich «el Cazador», fundador de la estirpe real de Sajonia, vamos, un xalao).quizas, el partido nazi, habia tenido un principio socialista pero lo tomaron una pandilla de locos y se acabo desmadrando la cosa????no se pero nunca he entendido por que se llamava partido nacional-SOCIALISTA y no de otra forma como los fascistas italianos??


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    Mensaje por Revolucionario89 Mar Ene 31, 2012 3:15 am

    Otto Strasser (I): El Espíritu de la Economía



    Nosotros somos socialistas, enemigos mortales del sistema capitalista actual y sus modos económicos de explotación, con su injusticia del sistema de asalariados, con su inmoral valoración del ser humano según sus propiedades y riquezas en lugar de según su servicio y responsabilidad.

    Nosotros estamos decididos a destruir este sistema del modo que sea necesario.

    Y respecto a esto, no es en absoluto suficiente el substituir un sistema económico por otro – sino que lo que es absolutamente necesario por encima de todo es un absoluto cambio de mentalidad. La mentalidad que debe ser superada, es la mentalidad materialista.

    ¡Debemos alcanzar una mentalidad económica totalmente nueva! – un pensamiento que se libere de los conceptos actuales, cuyas raíces se hallan en el dinero, la posesión, la rentabilidad y una falsa idea del éxito.

    Es característico del marxismo, el falso socialismo, que su orden de ideas sea exactamente el mismo que el del capitalismo, por ello los considero desde hace algunos años y ya para siempre a ambos unidos en espíritu, sólo diversos en su diseño.

    El Socialismo Nacional, (N.d.E.: transcripción literal del original) directamente originario de la vida orgánica, destruye las mentirosas palabras de una teoría ajena al mundo así como también los conceptos sin vida de una moribunda civilización.

    Nosotros debemos aprender, que en la economía de un pueblo la cosa no depende de la rentabilidad, ni del beneficio, sino sólo y exclusivamente de la cobertura de las necesidades de cada uno de los miembros de ese pueblo. Ésta y no otra cosa es la tarea de la economía de la Nación.

    Nosotros debemos aprender que los conceptos como “economía mundial” – “balanza de pagos” – “nivel de exportaciones”, son únicamente conceptos de una época que se apaga, que desde ya hace demasiado tiempo llevan hacia el absurdo, pues chocan directamente contra lo que hay de eterno en la vida orgánica, que ha nacido EXCLUSIVAMENTE de especulaciones y no de la TIERRA. También debemos aprender que es un engaño, cuando la producción especuladora crea necesidades artificiales, ficticias, mediante reclamos y estímulos –esto es una burla al trabajo de las personas y sus vidas.

    La excitada avidez acrecienta las exigencias, las acrecentadas exigencias multiplican la esclavitud humana, la cual es una esclavitud mental que ha tomado posesión de la vida en el lugar del alma. ¿Qué saben todavía los hombres actuales sobre lo que significa vivir? Ellos corren y se ajetrean, se torturan, se esfuerzan, se esclavizan como los remeros de las galeras – todo para llevar una vida cuya vacuidad, cuyo vacío, es indescriptiblemente cruel.

    Y la cuestión no es relativa al excedente (sobreproducción), tal y como afirma el marxismo, sino al alma de las personas. Y la producción, la economía, tiene aquí sólo una tarea: cubrir las necesidades económicas de cada persona del pueblo, y la negación de los bienes que sólo existen a causa de necesidades artificialmente creadas, con la negación también de la esclavitud de la “Rentabilidad y Beneficio”.
    ¡Nosotros debemos aprender que el trabajo es más que la propiedad, que el servicio es más que el dividendo!

    Es la más funesta herencia del sistema económico capitalista, el que la medida del valor de todas las cosas sea el dinero, la propiedad, la posesión. El hundimiento, la disolución de los pueblos es la consecuencia directa del uso de esta falsa escala de valores, pues la elección según las propiedades es el enemigo mortal de la raza, de la sangre y de la vida auténtica.

    Nosotros nunca hemos dejado duda alguna en que nuestro socialismo nacional rompe con este privilegio de la posesión y que la liberación del trabajador alemán debe extenderse en su participación en la ganancia, su participación en la propiedad y su participación en el servicio.

    Pero significaría volver a usar la vieja vara de medir si lo dejásemos aquí y no se iniciara también la necesaria revolución de las mentes, que nos libere de la mentalidad del sistema materialista actual.

    Nosotros ponemos conscientemente el valor del servicio por encima del valor de la propiedad, ¡el valor del servicio es el único valor que realmente reconocemos! Nosotros ponemos el servicio en el punto central y no los dividendos.

    ¡Del mismo modo consideramos que la responsabilidad es la coronación de las aspiraciones humanas, nunca las riquezas o el lujo!

    Esta es la nueva cosmovisión, la nueva religión de la economía y con ella se establecerá el final del cruel gobierno del becerro de oro y las diferencias de los seres humanos y de los derechos – serán sólo las diferencias del servicio, diferencias en el grado de responsabilidad; diferencias, en fin, que provienen de Dios y son sagradas.


    Última edición por Revolucionario89 el Mar Ene 31, 2012 3:27 am, editado 1 vez
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    Mensaje por Revolucionario89 Mar Ene 31, 2012 3:17 am

    Otto Strasser (II) : Los socialistas abandonan el NSDAP


    Lectores, camaradas ¡¡Amigos!!

    Con profunda preocupación hemos contemplado en los últimos meses la evolución del NSDAP y con creciente recelo nos hemos visto forzados a observar cómo cada vez más a menudo y en cuestiones cada vez más importantes el partido entra en conflicto con la idea esencial del nacionalsocialismo.

    En numerosas cuestiones de política exterior, de política interior y, sobretodo, de política económica, ha ido tomando el partido un posicionamiento que cada vez con mayor dificultad puede considerarse acorde con el espíritu de los 25 puntos , en los cuales nosotros vemos el único (y exclusivo) programa del partido. Y todavía mucho más que eso ha pesado el creciente aburguesamiento del partido, una primacía de los intereses tácticos sobre los principios fundamentales, y la preocupante caciquización del apartado del partido, el cual cada vez más se ha convertido en la meta del movimiento y ha puesto sus intereses por encima de las exigencias programáticas de la Causa.

    Nosotros habíamos comprendido y comprendemos aún al nacionalsocialismo como un movimiento conscientemente antiimperialista, cuyo nacionalismo se centra en la conservación y protección de la vida y el desarrollo de la Nación Alemana, sin ninguna clase de tendencias dominantes sobre otros pueblos y tierras.

    Para nosotros había sido y sigue siendo aún, la negación del intervencionismo contra Rusia del capitalismo internacional y del imperialismo occidental, una exigencia esencial resultante tanto de nuestra ideología fundamental como de la necesidad de una política exterior propiamente alemana. Alrededor de esto, hemos considerado las posturas de la dirección del partido cada vez más abiertamente favorables a una guerra de intervención, como contraria a la causa Nacionalsocialista y a las necesidades de una política exterior alemana.

    Para nosotros había sido y sigue siendo todavía la solidaridad con el pueblo indio en su lucha por su libertad del yugo inglés y la explotación capitalista una necesidad, la cual se resulta del hecho de que para una política de liberación alemana, cada debilitamiento de los poderes tras el Pacto de Versalles es favorable, así como la afirmación por la lucha de cualquier pueblo oprimido contra la explotación de los usurpadores, ya que es consecuencia forzada de nuestra idea del nacionalismo, que el derecho a la autoafirmación de cada pueblo a su manera, lo que nosotros exigimos para nosotros, también corresponda a los demás pueblos y naciones.

    En este aspecto para nosotros el concepto liberal de las “bendiciones de la cultura (civilizadora)” nos es completamente desconocido.


    Nosotros habíamos sentido por lo tanto la política de la dirección del NSDAP, la cual a menudo tomó partido por el imperialismo británico contra la libertad de la India, contrario a los intereses esenciales del Nacionalsocialismo.

    Nosotros habíamos entendido y seguimos entendiendo al Nacionalsocialismo según toda su naturaleza, como un movimiento alemán, cuya labor en el interior del Estado no es únicamente es la creación de una Gran Alemania Popular, con el rechazo de pequeños estados separados y privilegios particulares basados en criterios dinásticos, religiosos o puramente arbitrarios (¡Intervención Napoleónica!) los que impiden la reunificación de todas las fuerzas nacionales, imprescindibles para la liberación y la autodeterminación de Alemania. Nosotros hemos sentido por lo tanto la cada vez más abierta toma de posición de la dirección del partido a favor de este sistema de estados y privilegios particulares, cuya salvación e incluso ampliación fue proclamada como una tarea propiamente del Nacionalsocialismo, como perjudicial tanto para los intereses del Estado como enemiga de la idea de una gran unidad alemana.

    Nosotros habíamos entendido y seguimos entendiendo al Nacionalsocialismo como un movimiento republicano, en el que existe tan poco espacio para la monarquía hereditaria como para cualquier otro privilegio que no descanse en el servicio a la Nación.

    Nosotros habíamos visto y seguimos viendo en él el movimiento revolucionario que busca acabar con el Estado autoritario del mismo modo que con la democracia formal, y que ve su meta para el Estado es un modelo estatal orgánico de auténtica democracia germánica. Nosotros habíamos sentido por lo tanto que los intencionados claroscuros entre republicanismo y monarquismo de la dirección del partido son un lastre; y el excesivo culto por el autoritarismo fascista, como se manifiesta cada vez con mayor fuerza en los puestos oficiales del partido, verdaderamente como un peligro para el movimiento y un crimen contra la causa.

    Nosotros hemos considerado y seguimos considerando al Nacionalsocialismo ante todo como el gran antídoto del capitalismo, el cual pone en práctica la idea del socialismo verdadero (aquel que está libre de la corrupción marxista) que lleva a la economía común de una Nación para el bien de esta Nación y rompe con el ese sistema de gobierno del dinero sobre el trabajo que impide el natural desarrollo de los pueblos y la verdadera creación de una economía popular.

    Para nosotros el socialismo significa economía de necesidad en interés de la totalidad de los productores, participando en la posesión, dirección y ganancias de toda la economía de la Nación, es decir, la quiebra del monopolio de la propiedad del sistema capitalista actual, y ante todo la quiebra del monopolio de su poder de decisión, actualmente ligado a la propiedad.

    Nosotros hemos notado por lo tanto, y en contra del espíritu original de los 25 puntos, que las formulaciones de nuestra voluntad socialista quedan cada vez más descoloridas desde la dirección; y las múltiples atenuaciones de las exigencias socialistas del programa (considérese por ejemplo el punto 17) que se han tomado, como una falta contra el espíritu y el programa del Nacionalsocialismo original, algo contra lo cual desde hace años hemos estado luchando con nuestra labor de enfatizar las exigencias socialistas del programa.

    Nosotros habíamos sensibilizado y seguimos sensibilizando al Nacionalsocialismo conforme a su esencia, como el enemigo tanto de la burguesía capitalista como del marxismo internacional y vemos su tarea en la superación de ambos, a partir del hecho de que el sentimiento genuino socialista está unido en el marxismo a sus falsas enseñanzas del materialismo y del internacionalismo, y la burguesía, el de por sí correcto sentimiento nacionalista está unido a las falsas enseñanzas del racionalismo liberal y el capitalismo, y ambas fuerzas esenciales y acertadas (nacionalismo y socialismo) estarán condenadas a permanecer infructuosas en sus nefastas alianzas para la Nación y para la Historia.

    Nosotros hemos visto y seguimos viendo por ello en nuestra lucha contra el Marxismo y contra el Capitalismo ninguna diferencia esencial, pues el liberalismo (y materialismo) existente en ambos es nuestro enemigo por igual.

    Nosotros consideramos por tanto que las consignas de lucha de la actual dirección del NSDAP siempre en una sola dirección, “contra el marxismo”, como insuficientes y vemos en medida creciente que en todo ello existe un guiño de simpatía a la burguesía, que bajo las mismas consignas defiende sus intereses particulares y capitalistas, con los los que nosotros no hemos tenido ni tendremos nada en común.

    Reforzados, subrayados y patentes se hicieron estos temores de naturaleza fundamental al comprobar las preocupaciones sobre las vías tácticas tomadas por la actual dirección del partido.

    Desde siempre nos ha llenado de pesar y malestar, el que Adolf Hitler se haya explicado siempre tan a menudo en los círculos directores del empresariado y a los grandes capitalistas sobre los motivos y vías del NSDAP, pero (casi) nunca se ha tomado la molestia de hacer lo mismo con los círculos directores de los trabajadores y campesinos. Nosotros consideramos que el sentimiento resultante de ello, el de que el Nacionalsocialismo está más cerca de los primeros círculos que de los segundos, como un gran obstáculo. Tanto más cuando la franqueza nuestra voluntad socialista, debería excluir cualquier clase de entendimiento con esos círculos para los cuales la defensa de sus intereses capitalistas siempre será más importante que la realización de las metas nacionales y colectivas, sobretodo cuando esta realización tiene al Socialismo como premisa.

    Por los mismos motivos hemos visto con creciente preocupación la estrecha relación de la dirección con Hugenberg y con el Partido Nacional del Pueblo Alemán (DNVP), y en parte también con los “Cascos de Acero” (Stahlhelm)y los llamados “patriotas alemanes”, porque todos estos hechos –aún cuando por el bien del pueblo pueden ser aceptables en sus fines tácticos–, parecen hechos expresamente para dar una equivocada imagen de nuestro movimiento.

    Como punto fundamental del carácter revolucionario del Nacionalsocialismo ha estado siempre y sigue estando para nosotros el rechazo frontal de cualquier clase de política de compromiso y/o coalición, pues toda coalición sólo puede servir a los intereses del sistema (y orden) establecido, el sistema de la explotación capitalista, y por lo tanto contrario a la libertad nacional.

    Se nos muestra según la esencia del Nacionalsocialismo y su tarea, la realización de la Revolución Alemana, que es simplemente imposible elevar la consigna de “entremos en el Estado”, al cual todavía no hace dos años, con los “Cascos de Acero”, hemos combatido con toda la crudeza de la voluntad revolucionaria.

    La decisión de la dirección del partido de llevar a cabo una coalición con partidos burgueses en Thüringen, ha sacudido con fuerza nuestra fe en que nuestra idea de la esencia y tarea del Nacionalsocialismo, que tanto en el programa como en la actividad del partido fueron expresados hasta ahora, puede seguir siendo sostenida. Nuestros reproches fueron dejados sin respuesta por la dirección. En ello se ha situado el NSDAP en la misma situación que el SPD tras el 1918, cuando tomaron la decisión de ir junto a los enemigos de su voluntad político-económica, acabando con ello, forzosamente, traicionando sus metas originales. Con implacables consecuencias se ha realizado en el NSDAP la misma línea de traiciones a los fundamentos, como se muestra en su rebaja de los impuestos a particulares, el aumento de los alquileres y otras muchas políticas realizadas en Thüringen.

    La objeción de que el peligro de la persecución estatal obligue a tamaños sacrificios de las convicciones, no es sólo inexacta, como la prohibición en Baviera y en Prusia muestran, sino socava ante todo el carácter y el valor del movimiento, pues con este argumento de la cobardía toda traición puede quedar cubierta. Mientras que para nosotros toda táctica debe encontrar su fin en los fundamentos, la dirección del partido ha abandonado cada vez más a menudo y en cada vez aspectos más decisivos las cuestiones esenciales del Nacionalsocialismo por consideraciones tácticas.

    Junto con el aburguesamiento del partido ha venido también un creciente caciquismo que ha acabado por tomar formas estremecedoras. No sólo los llamados altos dirigentes de las SA sino, en creciente medida, también los funcionarios políticos del partido se han desarrollado según su actitud y su forma de vida de un modo, que se encuentra en contradicción tanto con las leyes internas de nuestro movimiento revolucionario como con las mínimas exigencias de un carácter honrado. La -entre tanto- casi general dependencia material directa o indirecta de los funcionarios del partido y su líder, ha dejado aparecer una tamaña atmósfera de indignidad, que hace virtualmente imposible la reivindicación de cualquier opinión independiente; asimismo ha llevado las cosas a un estado de corrupción material e ideal, que no se puede conseguir ayuda sin el apoyo de toda la organización (estructura) del partido. Los numerosos desacuerdos y problemas con los conflictos personales dentro del partido tienen aquí su más profunda y esencial causa.

    Este desarrollo que nosotros aquí observamos con creciente preocupación, en los campos de fundamentos, tácticas y organización del partido, nos ha visto en cada hora del los últimos años como los primeros, profundos y severos enemigos y denunciantes. Los cinco años de “cartas nacionalsocialistas” (nationalsozialistischen Briefe), dan aquí un claro testimonio, tanto en la opinión personal como expresada, que hemos tomado sin consideración a las presiones y tentaciones llegadas desde arriba. En ninguna hora hemos tomado en cuenta la posibilidad de variar nuestros posicionamientos por motivos oportunistas, y en numerosas ocasiones nos hemos encontrado ante la cuestión de si debíamos tomar una manifestación pública de nuestra disconformidad con la dirección del partido en sus duros choques con la esencia del Nacionalsocialismo.

    El que no hayamos hecho esto hasta el día de hoy se debe a que la dirección del partido no había renegado del programa de los 25 puntos abiertamente, y también porque confiábamos en que el espíritu revolucionario que vive sobretodo en los militantes base de las SA podría vencer sobre las actitudes de una dirección caciquista.

    Esta esperanza se ha hecho vana con el último acto de voluntad de la dirección del partido.

    A través de una carta de Adolf Hitler del 30 de Junio, el Gauleiter de Berlín fue forzado a llevar a cabo una limpieza sin contemplaciones de todos los “bolcheviques de salón” del partido.

    Junto con esta exhortación fue decretada la exclusión de todos los militantes reconocidos o sospechosos de ser socialistas revolucionarios.

    Con ello quedó pronunciado el definitivo divorcio del NSDAP con las metas y exigencias de una Revolución Alemana, y también de los puntos socialistas del programa original.

    Como firmes, indoblegables, partidarios del Nacionalsocialismo, como ardientes luchadores de la Revolución Alemana, rechazamos este falseamiento del carácter revolucionario, de la Voluntad Socialista y de los fundamentos esenciales del Nacionalsocialismo y permaneceremos al margen del NSDAP convertido en ministerial, y siendo lo que siempre fuimos:



    ¡¡Nacionalistas revolucionarios!!



    4 de julio de 1930


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    NAZITROLLADAS- EL mito de la economía del III Reich. Empty Re: NAZITROLLADAS- EL mito de la economía del III Reich.

    Mensaje por Andres.alcala Sáb Abr 14, 2012 3:19 pm

    Me recuerda de un niñato muy chulo que iba de comunista, cuando era mas que un chulo de barrio, se metía con todo el mundo y decía que los nazis eran socialistas por decirse Nacional-Socialista.

    De hecho que el nazismo alemán era un capitalismo super-agresivo basado en el genocidio y etnocidio...

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    Mensaje por nunca Miér Jul 11, 2012 5:34 pm

    LA ECONOMÍA DE LA ALEMANIA NAZI, (Santiago Armesilla, agosto de 2006)

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    Hace unos cuantos años, haciendo un estudio de la Alemania Nazi me encontré en la ENCICLOPEDIA LAROUSSE, Edición de 1995, una muy interesante información sobre la economía del Tercer Reich, que copié íntegramente para un trabajo. Creo que, en estos momentos actuales, cuando la economía neoclásica intenta hacernos creer que socialismo es sinónimo de estatalización, y que Hitler es tan socialista como Marx -eso dicen estos "revisionistas históricos"-, la verdad ha de ser reivindicada para combatir de verdad tanto a sus absurdos razonamientos como a sus demenciales "refutaciones" "científicas".

    Este texto es importante para desacreditar a los revisionistas económicos neoliberales que equiparan fascismo y nazismo con comunismo, y meten al mismo saco económico tanto a los rojos como a los nazis. Aquí se demuestra la lógica capitalista e imperialista de la economía nacionalsocialista.

    La política económica del Estado nacionalsocialista tuvo como objetivo prioritario la protección y el fomento del GRAN CAPITAL MONOPOLISTA, y así se manifestó en la mayoría de sus medidas políticas. En este sentido pueden distinguirse dos tipos de medidas: las destinadas a la obtención de mercados para el capital en el interior del país y las tendentes a obtenerlos fuera (política de comercio exterior y economía de guerra). El problema central con que se enfrentaba la economía alemana estribaba en las limitaciones de su mercado interior; ello obligó al capital monopolista alemán a orientar sus perspectivas hacia el exterior, las cuales culminaron con la Segunda Guerra Mundial (hay que destacar que cuando el Partido Nacionalsocialista llegó al poder en Alemania, la situación económica del país podía resumirse de la siguiente forma: 6 millones de parados y, en relación con 1929, un descenso del 35% en los salarios nominales, del 40% en los precios agrícolas y del 35% en los precios industriales al por mayor. A pesar de estos índices, Alemania continuaba considerándose la segunda potencia mundial).

    LA INTERVENCIÓN DEL ESTADO EN LA ECONOMÍA QUEDÓ RELEGADA DE HECHO A AQUELLOS CAMPOS QUE LOS GRANDES MONOPOLIOS DESATENDÍAN. En el interior de la empresa los derechos de los capitalistas en lo referente a la organización material de la producción no fueron alterados, mientras que los derechos de los trabajadores fueron mermados con la disolución de los sindicatos y la creación del Frente Alemán del Trabajo. En las relaciones de las empresas con el resto de la economía las medidas fueron más diversas según los campos:

    1)Absoluta libertad de despido.

    2) Libertad para la compra de maquinaria y materias primas, si bien sujeta a cierto número de limitaciones causadas por el proteccionismo, la utilización prioritaria de las materias primas en la industria de guerra y la prohibición de incrementar los precios (medidas derivadas de la concepción de la crisis ecnonómica como un fenómeno esencialmente monetario).

    3) Libertad para la instalación de industrias, su compra y su venta.

    4) Numerosas limitaciones a las inversiones, provocadas tanto para impedir el desarrollo de la competencia como con el fin de preservar los beneficios de los carteles en un momento de crisis.La limitación de las inversiones tuvo su expresión oficial en la Ley de 15 de Julio de 1933, llamada "de los carteles obligatorios", con lo cual los Konzerns consigueiron obligar a los empresarios independientes a integrarse en los cárteles existentes o en los de nueva creación. Al mismo tiempo, EL ESTADO CREÓ KONZERNS TANTO CON EL OBJETO DE SUPLANTAR A LA INICIATIVA PRIVADA ALLÍ DONDE ÉSTA NO VEÍA POSIBILIDADES DE BENEFICIO, COMO DE PREPARAR AL PAÍS PARA LA ECONOMÍA DE GUERRA. Entre los Konzernes estatales más importantes destacaron Brabag, fundado en 1934 para la fabricación de gasolina partiendo del lignito, en el que fueron obligadas a participar todas las empresas del sector, y Kontinental Öl A.G.

    5) Fijación de precios de venta, con el objeto de evitar la baja de los beneficios y frenar la inlfación que impediría la creación de una sólida economía de guerra.

    6) Libertad absoluta de las empresas en lo referente a sus relaciones financieras. LA INTERVENCIÓN A FAVOR DE LOS INTERESES DEL GRAN CAPITAL QUEDÓ REFORZADA POR LA REPRIVATIZACIÓN DE EMPRESAS QUE HABÍAN PASADO A CONTROL ESTATAL Y QUE VOLVÍAN A SER EMPRESAS RENTABLES POR LA VENTA DE LA GRAN MAYORÍA DE LAS ACCIONES BANCARIAS COMPRADAS POR EL ESTADO A RAÍZ DEL "CRACK" FINANCIERO Y POR EL DESARROLLO DEL SECTOR PÚBLICO EN AQUELLOS SECTORES NECESARIOS PARA LA ECONOMÍA DE GUERRA.

    Resumiendo, la economía nazi es CAPITALISTA IMPERIALISTA 100% CON INTERVENCIÓN DEL ESTADO EN FAVOR DEL GRAN CAPITAL MONOPOLISTA Y ORIENTADA A LA GUERRA. Ni Keynesianismo, ni socialismo, ni pajas mentales propias del que "tu y yo lo sabíamos".

    Hay muchísimos Estados que intervienen más o menos en la economía, que no son liberales, pero que desde luego su intervencionismo no es de tipo socializante. Es más, un Estado capitalista no tiene por qué estar comandado por liberales confesos. El Estado Absolutista ya era capitalista, el Estado fascista es capitalista e imperialista, el Reich de Guillermo I y Bismarck no era liberal pero sí imperialista y capitalista, al igual que todas las potencias que lucharon en la Primera Guerra Mundial. Resumiendo, no es necesario ser liberal para ser capitalista, pero sí es necesario ser capitalista para ser liberal.

    Hay muchas formas de capitalismo, y el capitalismo monopolista es una de ellas. No se crean ustedes que sólo el capitalismo salvaje actual ha sido la única forma que ha habido de economía de mercado, por el amor de Dios.

    Así que, por favor, vayan ustedes a las fuentes históricas oficiales y no se crean ni la propaganda pseudoizquierdista -por llamarla de alguna manera a esa bazofia reaccionaria- de los neonazis y fascistas, ni a las mentiras del revisionismo ideológico neoliberal. Hay montones de libros sobre el nazismo y su economía esperando ser abiertos en las bibliotecas de medio mundo. Y algunos son libros muy antiguos.

    El Baul de los recuerdos del "socialismo" fascista y la reacción liberal.

    Hace poco, en un foro de internet, tras exponer lo que era la economía nazi puesta en práctica en la Alemania de los años 30, un liberal me respondió con esta frase:

    "Somos socialistas, somos enemigos del sistema capitalista actual que lleva a la explotación del económicamente débil" A. Hitler

    Debido a la peculiar memoria histórica de algunos que escriben por la red de vez en cuando, es conveniente que recordemos algunas de las perlas de Adolf Hitler y Benito Mussolinni acerca del socialismo y de las clases sociales, mientras esos "trolls" se empeñan en hacer creer a la gente que Hitler era tan rojo como la pasionaria y que tanto Hitler como, digamos, Angela Davis, defienden lo mismo y buscan la misma meta (sic).

    Es curioso cómo los que fervientemente defienden el carácter socialista del fascismo sean tanto los liberales como los fascistas. Es una de tantas cosas que tienen ellos en común.

    A diferencia de nuestro amigo liberal, las frases puestas a continuación vienen con referencia y cita, por si alguien las quiere consultar, ya que lo mejor para acabar con una falacia es aportar datos científicos. El liberal no puso referncia ninguna, ya que se limita al copypaste de una frase que leyó por internet y que pone en todos los foros y blogs que estima oportuno para combatir a los "enemigos de la libertad".

    "La doctrina judía del marxismo rechaza el principio aristocrático de la naturaleza y antepone la cantidad numérica y su peso inerte al privilegio sempiterno de la fuerza y del poder"

    Adolf Hitler, "Mein Kampf", página 69.

    "Es necesario exterminar sin piedad a los instigadores de este linaje" (Refiriendose al marxismo)

    Adolf Hitler, "Mein Kampf", página 185.

    "Ustedes, señores, están convencidos de que la economía alemana ha de levantarse sobre la idea de la propiedad privada. Pero ustedes sólo podrán sustentar en la práctica esta idea de la propiedad privada si la misma está fundamentada lógicamente de alguna forma. Esta idea ha de extraer su justificación ética de la visión de la necesidad natural... Es necesario por lo tanto fundamentar estas formas tradicionales que se han de conservar, de forma que puedan considerarse como absolútamente necesarias, lógicas y justas. Y aquí tengo que decir que la propiedad privada sólo se puede justificar en el plano ético y moral si parte del presupuesto de que las prestaciones de los individios son distintas... Pero, admitido esto, es un disparate afirmar que en el terreno económico hay diferencias de valor, pero no así en el terreno político. Es absurdo construir la vida económica sobre la idea del rendimiento, del valor personal y, por consiguiente, en la práctica sobre la autoridad de la personalidad, y negar esta autoridad de la personalidad en el terreno político y poner en su sitio la ley de la mayoría, la democracia... En el terreno económico, el equivalente de la democracia política es el comunismo"

    Discurso pronunciado por Hitler el 27 de enero de 1932 en el Düsseldorfer Industrieklub, en M. Domarus (ed.), "Hitler , Reden Und Proklamationen 1932-1945, vol. 1, Würzburg, 1962, páginas 68 y siguentes, sobre todo páginas 72 y 87.

    Es curioso como estos planteamientos se parecen sobremanera a los expuestos años más tarde por el ideólogo liberal Friedrich August Von Hayek, Premio Nobel de Economía y asesor económico del fascista Augusto Pinochet -algo que los liberales intentan ocultar por todos los medios con mayor o menor fortuna-, ya que predicó que la democracia no era necesaria para la libertad económica ya que, por encima del "ideal democrático", para Hayek está el "ideal liberal" (Hayek 1959: 103 y 104). Tampoco la democracia puede ampliarse a las principales organizaciones económicas, administrativas y educacionales, pues por su naturaleza éstas son jerárquicas, y su democratización es imposible (Hayek 1959). Todo sistema democrático que no se adecué a estas exigencias se opone a un orden liberal, y se convierte en un “camino de servidumbre” a un sistema totalitario (Hayek 1944), o en una “democracia totalitaria” (Talmon 1951); y es legítimo luchar contra ella y derrocarla (Hayek 1945 y 1980). Para Hayek es preferible un autoritarismo inspirado en los verdaderos principios liberales que una democracia ilimitada, basada en atavismos primitivos como la búsqueda de la justicia social, la disminución de las desigualdades socioeconómicas, y la distribución democrática del producto (Hayek 1978).

    En el modelo neoliberal, la democracia debe ser limitada, restringida y protegida. Existen principios e instituciones que no pueden ser modificados por la voluntad política mayoritaria de los ciudadanos, si la elite, o las minorías de poder, se opusieran a su modificación. Es decir, se niega el principio de mayoría y se otorga a la minoría un poder de veto. El pluralismo político debe ser restringido, excluyendo o limitando a los sectores políticos antisistémicos; por lo tanto, es legítimo intervenir en “el mercado político”.

    El modelo neoliberal contiene, explícitamente, al igual que el fascismo, una “utopía política” (Hayek 1978). Es decir, este modelo no sólo plantea una teoría radicalmente economicista y conservadora de la democracia, desde la cual realiza una crítica radical de las democracias parlamentarias, sino que ofrece un diseño político institucional irrealizable que pretende hacer real su modelo teórico. La utopía de democracia de Hayek es simple. Habría un sistema bicameral, en el cual una de las cámaras se asemejaría a los actuales parlamentos en los sistemas parlamentarios. Esta estaría formada por representantes políticos elegidos por todos los ciudadanos. Esta cámara nombraría un Primer Ministro que con su gabinete ejercería el poder ejecutivo gobernando y haciendo cumplir las leyes. Sin embargo, estos parlamentarios no tendrían ninguna función legislativa.

    Esta sería tarea exclusiva de la otra cámara. Sus miembros no podrían pertenecer a un partido político, sino que serían “una muestra representativa del pueblo, si fuera posible hombres y mujeres particularmente respetados por su propiedad y sabiduría, pero no delegados que buscan cuidar los intereses de sus electores” (1978: 92). Para asegurar su independencia no serían reelegibles, y ejercerían su cargo por un largo período, por ejemplo, quince años. Todos podrían elegir mediante su voto a estos legisladores, pero sólo serían elegibles, mediante un censo, los que pertenecen a la categoría de “el hombre más exitoso de su clase” (Ibid). Este sistema podría ser considerado una modalidad de democracia censataria (Vergara 1999). Hayek está conciente que este diseño institucional difiere de lo que se llama democracia: “sugiero que deberíamos llamar a dicho sistema demarquía, un sistema en que el demos no tendría poder bruto” (Ibid: 92).

    Más cosas en común entre liberalismo y fascismo. Su autor cree que sólo los que han sido exitosos “en los asuntos ordinarios de la vida” poseen el saber necesario para legislar. Esta creencia se funda en su teoría de las masas y las elites. Los neoliberales rechazan el principio de la igualdad de los seres humanos. Creen que la mayoría está movida por atavismos primitivos y, por ello, es incapaz de comprender “las leyes abstractas que rigen la vida social”, especialmente el respeto a los contratos y al derecho de propiedad, y la capacidad de competir eficientemente. Debido a esto, “son insuficientemente civilizados”, y su capacidad de adaptación al mercado es limitada (Hayek 1978). Constituyen la mayoría de los perdedores o semiperdedores en la competencia. En contraste, las elites están constituidas por la minoría que posee en plenitud las capacidades intelectuales y de carácter de que carecen las masas, y por ello manifiestan una excelente capacidad de adaptación al mercado que se manifiesta en su éxito económico (Hayek 1978 y Vergara 1984). En una sociedad de mercado libre las desigualdades socioeconómicas son de origen natural. Como puede verse, el saber político par excellance es el económico (Vergara 1999). Hayek cree que esta propuesta institucional aseguraría la plena realización del estado de derecho, pues la legislación que se dicte satisfaría los requisitos señalados y estimularía la competencia económica, la que producirá, necesariamente, el bienestar de todos. Asimismo, produciría la concordancia o subordinación de la política al mercado, evitando el riesgo del intervencionismo económico y de la democracia ilimitada.

    Sigamos con más citas de Hitler, ese fascista procapitalista:

    "... una organización animada por el más elevado sentimiento nacional, construída sobre la idea de una autoridad absoluta de la dirección en todos los campos; a todos los niveles: el único partido que ha superado en sí mismo, sin dejar resto alguno, no sólo la idea del internacionalismo, sino también la de la democracia, que en toda su organización sólo reconoce los criterios de la responsabilidad, del orden y de la obediencia, y que introduce con ello por primera vez, en la vida política de Alemania, un organismo de millones de hombres construido de acuerdo con el principio de rendimiento"

    Domarus, Opus Citatum.

    "Las proporciones y el ritmo de la revalorización militar de nuestras fuerzas nunca serán lo bastante grande y lo bastante rápido. Es un error capital creer que se puede llegar a un compromiso o a un arreglo con otras necesidades vitales en estos puntos... Por consiguiente, establezco el siguiente programa: I. El Ejército Alemán tiene que estar a punto para entrar en combate en el plazo de cuatro años. II. La Economía alemana tiene que estar en condiciones de afrontar la guerra en el plazo de cuatro años"

    Adolf Hitler, en "Hitlers Denkschrift Zum Vierjahresplan", editado y prolongado por W. Treue, en "Vierteljahereshefte Fur Zeitgeschichte", fascísulo número 2, de 1955; la memoria fue impresa por Hofer, en las páginas 84 y siguientes, en el documento número 43.

    ¿ Y qué hay del padre del fascismo y avatar espiritual de Hitler, el ex-socialdemócrata y posteriormente líder reaccionario Benito Mussolinni ?

    Otra cita de "Il Popolo D'Italia", órgano de expresión de la Italia Fascista, del 9 de octubre y del 24 de octubre de 1921 (citado según Tasca, en páginas 194 y siguientes), afirmaba:

    "Nosotros nos diferenciamos inconciliablemente de todas las sectas socialistas, pues rechazamos todo internacionalismo, sea cual fuere, toda intervención del Estado en asuntos económicos".

    Pero hay más:

    "Decir que exista también en Italia un peligro bolchevique significa tomar por realidad algunos absurdos temores. El bolchevismo está derrotado"

    Benito Mussolinni también en "Il Popolo D'Italia" del 2 de julio de 1921, citado por Tasca (página 367).

    "El Imperialismo es la base de la vida de todo pueblo que tiende a extenderse económica y espiritualmente"

    Benito Mussolinni, "Discorsi Politici", página 64 y siguientes (citado según Tasca, página 62).

    "En el campo de la política colonial es necesario reivindicar los derechos y la necesidad de la nación"

    Benito Mussolinni, en "Il Popolo D'Italia", del 3 de julio de 1920 (citado según Tasca, página 162).

    "... afirmamos... que la verdadera historia del capitalismo empieza ahora, pues el capitalismo empieza ahora, pues el capitalismo no es únicamente un sistema de opresión, sino asimismo una selección de valores, una coordinación de jerarquías, un sentido con un desarrollo superior de las responsabilidades individiales"

    Benito Mussolinni, "Scritti E Discorsi II: La Rivoluzione Fascista", citado según J. Agnoli en "Die Bürgerliche Gesellschaft Un Ihr Staat", en "Das Argument", número 41, diciembre de 1966, página 460.

    "Si llego al poder, volveré la ametralladora contra los fascistas si no se someten a la cordura"

    Benito Mussolinni en conversación sostenida con en el verano de 1921 con los jefes del liberalismo italiano (citado según Tasca, página 177).

    "La conquista de las colonias para la patria sólo será posible mediante una colaboración entre el capital y el trabajo organizado de acuerdo con el espíritu fascista"

    Rossini, jefe de los sindicatos fascistas -sindicatos corporativos verticales típicos del fascismo, inspirados en los gremios medievales-, en la primavera de 1926 (citado según Slobodskoj, páginas 82 y siguientes).

    "La iniciativa privada en el campo de la producción es el instrumento más eficaz y útil de la nación. El empresario es el organizador de la empresa al que sólo el Estado Fascista puede exigir responsabilidades"

    Carta del Trabajo del 21 de abril de 1927 en Italia (citado en Niederer "Der Ständestaat des Faschismus", Munich-Leipzig, 1932, página 179).

    Por si no quedaba claro, los padre del fascismo niegan la economía planificada en favor del capital monopolista. Si esto es socialismo, Richard Nixon era maoísta.

    Algo que sí es cierto es que el NSDAP tuvo un ala izquierda anticapitalista, encabezada por los hermanos Otto y Gregor Strasser, que, casualidad, fueron excluídos del Partido Nazi en el verano de 1930, tres años antes de que Hitler tomara el poder. Gregor Strasser fue asesinado por sicarios nazis y Otto emigró a Canadá. Por su parte, la faz anticapitalista del fascismo italiano, representada por Italo Balbo, también fue eliminada en 1923, cuando Balbo se exilió en Estados Unidos y mediante la depuración y expulsión de más de 30.000 miembros ordinarios del partido y de 2000 funcionarios del Partido, todo esto ante el temor de una "segunda Marcha Sobre Roma". Estos detalles los liberales o bien los desconocen (demostrando una vez más sus limitados conocimientos de historia, que han de ser muy nulos para ser Pío Moa y César Vida los máximos representantes del historicismo liberal español), o simplemente nos les conviene decir la verdad.

    Creo que con estas citas es suficiente para contestar al "troll" liberal. Si alguen quiere saber más sobre los diferentes tipos de "socialismo" que no son socialismo, que se lea el Manifiesto Comunista, el capítulo dedicado a la "LITERATURA SOCIALISTA Y COMUNISTA", en los que diferencian y desenmascaran claramente a los socialismos no socialistas: El socialismo reaccionario (socialismo feudal, socialismo pequeñoburgués, El socialismo alemán o "verdadero" socialismo), el socialismo burgués o conservador y el socialismo y el comunismo crítico-utópico. Un texto más serio y tremendamente adelantado a su tiempo que, casualidad, los liberales intentan silenciar.

    También es recomendable "Liberalismo y Fascismo", de Kuhnl (1956).

    Gracias, una vez más, a los liberales, por hacer que nos riamos tanto con ellos.


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    Mensaje por DeGaulle Miér Nov 13, 2013 9:22 pm

    Me gusta esa frase: "el fascismo se cura con cultura".
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    Mensaje por Admin Dom Feb 14, 2021 3:02 pm

    Edite el primer mensaje linkeando un libro de la bibloteca que trata sobre la economia del Tercer Reich. Si alguien encuentra mas libros que me lo diga y lo linkeare.

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