Cuatro militantes de Juventudes Comunistas imputados por pegar carteles con el NO a la Constitución europea
Víctor Casco Ruiz / 11 mar 05
En los días previos al inicio del Referéndum sobre la Constitución Europea, ocho compañeros militantes de las Juventudes Comunistas de Extremadura (JCEX) en Olivenza, salieron a pegar unos carteles con un lema sencillo, claro, contundente: NO.
Decir NO al capitalismo, NO a un referéndum devenido en plebiscito, sin debate, sin análisis serio, decir NO en definitiva a un proyecto arropado y acunado por los poderes políticos y económicos de turno, se sigue pagando caro. Siempre se ha pagado caro rebelarse frente al poder establecido. Las convenciones y los rituales deben ser respetados escrupulosamente ¡Ay de aquellos que quieran seguir una senda distinta o, como en el mago de Oz, abandonen el camino amarillo para adentrarse en los bosques y valles!
Aquellos ocho compañeros, que han tenido la osadía de defender un pensamiento no oficial, fueron inmediatamente interceptados por la autoridad competente: ¿qué hacéis, qué pegáis, está permitido? A las frases de rigor, pronunciadas con la prepotencia convenida, sucede la denuncia ante el inmediato superior, el alcalde señor Rocha. Y el alcalde, viendo la oportunidad de dar una lección “a unos chavales” –seguro que piensa eso– que le vienen incordiando desde hace tiempo, decide llevar a los juzgados la afrenta de pegar mensajes que no concuerdan con el pensamiento único.
Delito electoral. Se ha pedido el NO antes de la campaña oficial. El juzgado cree conveniente llamar a declarar a quienes desde ese momento tienen el carácter de imputados. Ciertamente, el presidente del gobierno, ZP, estuvo saliendo durante meses con un Sí a sus espaldas... no pasa nada. El señor Blanco, la señora Fernández de la Vega, el señor Bono y toda la retahila de ministros también comparecían con el Sí. Aquí no hay delito, porque el delito no es anunciar una posición antes de la campaña, sino mantener una posición política contraria a lo que han dictaminado los correspondientes prebostes.
Julio E. Iglesias, Roberto Maestre, Luis Núñez y Julián Portillo, elegidos al azar entre los ochos, pueden convertirse en los cabeza de turco correspondientes para que sirvan de lección a todo aquel joven que quiera rebelarse. Se trata de generar miedo, ese miedo que siempre antecede al silencio o a esa frase terrible que alguna vez nuestras madres han pronunciado: hijo, no te metas en política, no te señales.
Cuando el 13 de marzo fueron denunciadas e imputadas 20 personas en Cáceres por el crimen de manifestarse delante de la sede el PP, militantes, alcaldes, concejales y diputados del PSOE salieron a la palestra para denunciar la actitud del Partido Popular y su escaso respeto a la democracia y a la libertad de expresión. Hoy callan porque ahora son ellos quienes deben velar porque la libertad de expresión y la democracia no sirvan de cobertura a quienes tengan la osadía de no aceptar lo políticamente correcto.
A pesar de todo el poder no siempre consigue sus objetivos. Pese a todo, siempre hay quienes deciden continuar y seguir adelante. Uno de esos militantes de las Juventudes Comunistas respondió hace poco “y seguiremos reincidiendo”. Magnífica respuesta. Extraordinario uso de la ironía, de esa fina ironía que permite desnudar al oponente y mostrarle tal cual es.
Hace unos días, leyendo un libro sobre la inquisición española, tuve la oportunidad de comprobar que incluso en el tormento del dolor uno puede rebelarse con ironía: en 1632, cuando a un trabajador textil las autoridades de la Santa Inquisición le preguntan si cree en Dios el contestó “que sí, e diziéndole qué es creer en Dios respondió que era comer bien, beber fresco e levantarse a las diez” (AHN Inq.,lib. 733, f.352).
No sé que pasará en los juzgados, pero sí se que hay que seguir rebelándose. Por eso debo anunciar a la autoridad pertinente que el 21 de enero en Cáceres y el miércoles 2 de febrero en Mérida yo también pegue carteles pidiendo el NO en período preelectoral.
* Víctor Manuel Casco Ruiz es Coordinador General de IU Extremadura
Víctor Casco Ruiz / 11 mar 05
En los días previos al inicio del Referéndum sobre la Constitución Europea, ocho compañeros militantes de las Juventudes Comunistas de Extremadura (JCEX) en Olivenza, salieron a pegar unos carteles con un lema sencillo, claro, contundente: NO.
Decir NO al capitalismo, NO a un referéndum devenido en plebiscito, sin debate, sin análisis serio, decir NO en definitiva a un proyecto arropado y acunado por los poderes políticos y económicos de turno, se sigue pagando caro. Siempre se ha pagado caro rebelarse frente al poder establecido. Las convenciones y los rituales deben ser respetados escrupulosamente ¡Ay de aquellos que quieran seguir una senda distinta o, como en el mago de Oz, abandonen el camino amarillo para adentrarse en los bosques y valles!
Aquellos ocho compañeros, que han tenido la osadía de defender un pensamiento no oficial, fueron inmediatamente interceptados por la autoridad competente: ¿qué hacéis, qué pegáis, está permitido? A las frases de rigor, pronunciadas con la prepotencia convenida, sucede la denuncia ante el inmediato superior, el alcalde señor Rocha. Y el alcalde, viendo la oportunidad de dar una lección “a unos chavales” –seguro que piensa eso– que le vienen incordiando desde hace tiempo, decide llevar a los juzgados la afrenta de pegar mensajes que no concuerdan con el pensamiento único.
Delito electoral. Se ha pedido el NO antes de la campaña oficial. El juzgado cree conveniente llamar a declarar a quienes desde ese momento tienen el carácter de imputados. Ciertamente, el presidente del gobierno, ZP, estuvo saliendo durante meses con un Sí a sus espaldas... no pasa nada. El señor Blanco, la señora Fernández de la Vega, el señor Bono y toda la retahila de ministros también comparecían con el Sí. Aquí no hay delito, porque el delito no es anunciar una posición antes de la campaña, sino mantener una posición política contraria a lo que han dictaminado los correspondientes prebostes.
Julio E. Iglesias, Roberto Maestre, Luis Núñez y Julián Portillo, elegidos al azar entre los ochos, pueden convertirse en los cabeza de turco correspondientes para que sirvan de lección a todo aquel joven que quiera rebelarse. Se trata de generar miedo, ese miedo que siempre antecede al silencio o a esa frase terrible que alguna vez nuestras madres han pronunciado: hijo, no te metas en política, no te señales.
Cuando el 13 de marzo fueron denunciadas e imputadas 20 personas en Cáceres por el crimen de manifestarse delante de la sede el PP, militantes, alcaldes, concejales y diputados del PSOE salieron a la palestra para denunciar la actitud del Partido Popular y su escaso respeto a la democracia y a la libertad de expresión. Hoy callan porque ahora son ellos quienes deben velar porque la libertad de expresión y la democracia no sirvan de cobertura a quienes tengan la osadía de no aceptar lo políticamente correcto.
A pesar de todo el poder no siempre consigue sus objetivos. Pese a todo, siempre hay quienes deciden continuar y seguir adelante. Uno de esos militantes de las Juventudes Comunistas respondió hace poco “y seguiremos reincidiendo”. Magnífica respuesta. Extraordinario uso de la ironía, de esa fina ironía que permite desnudar al oponente y mostrarle tal cual es.
Hace unos días, leyendo un libro sobre la inquisición española, tuve la oportunidad de comprobar que incluso en el tormento del dolor uno puede rebelarse con ironía: en 1632, cuando a un trabajador textil las autoridades de la Santa Inquisición le preguntan si cree en Dios el contestó “que sí, e diziéndole qué es creer en Dios respondió que era comer bien, beber fresco e levantarse a las diez” (AHN Inq.,lib. 733, f.352).
No sé que pasará en los juzgados, pero sí se que hay que seguir rebelándose. Por eso debo anunciar a la autoridad pertinente que el 21 de enero en Cáceres y el miércoles 2 de febrero en Mérida yo también pegue carteles pidiendo el NO en período preelectoral.
* Víctor Manuel Casco Ruiz es Coordinador General de IU Extremadura