Murió el Comandante de boina roja
Por Vladimir, militante de Iniciativa Comunista
Murió el Comandante. Su revolución de boinas rojas, misiones barriales y socialismo del siglo XXI puso a Venezuela en el mapa, despertó a las mayorías de un continente saqueado y desesperanzado y sirvió de detonante para la irrupción de gobiernos progresistas por toda América Latina. De pronto la historia avanzaba, los pueblos estaban vivos y en marcha y tenían su futuro en sus manos.
De origen humilde, raza mestiza y vocación popular, todo un intruso en el coto privado de la oligarquía dominante de dentista en Miami y cuentas en Suiza que lo odió hasta el delirio, bufoneado por el colonialismo mediático que logró sortear, se convirtió en la bestia negra de la administración yanki y sus lacayos que lo intentaron todo.
Incomprendido también por una parte de la izquierda intelectual y euro céntrica de cafetín que se apuntó desde el principio al circo de la ridiculización y denostado por otra dogmática y de un revolucionarismo de catecismo que nunca tendrá que responsabilizarse de nada, no se dejó amilanar y a cada golpe militar, patronal o internacional respondió con la profundización de las reformas económicas, las misiones sociales y la integración regional, en el camino de construcción de un modelo de socialismo real luego imperfecto, que alimente y emancipe a hombres y mujeres y de un nuevo orden internacional ajeno a Washington y al FMI, superador de sus crisis estructurales, saqueos y guerras imperialistas.
Cristiano, bolivariano, socialista ecléctico, estudioso y observador agudo de verbo poético y discurso improvisado difícil de encajar, revolucionario carismático y singular, fue el padre y el centro de una revolución que derivó en popular y que ahora le llora y entierra pero que debe sobrevivirle. Los enemigos del avance popular, ayer desconcertados por tantas derrotas, hoy se van a lanzar de nuevo a la tarea del desgaste y deslegitimación del gobierno legítimo con su objetivo de clase siempre declarado de frenar y revertir el proceso social en marcha y recuperar sus privilegios.
La dirigencia bolivariana y las organizaciones populares tienen la tarea ineludible de recomponerse, mantener la unidad que encarnaba su presidente y superar la ausencia de un líder irrepetible para afrontar y construir el futuro, un comandante que se mantendrá en nuestros corazones y que no volverá a nacer porque no ha muerto, estará vivo en nuestras luchas.
¡Gracias y hasta siempre Comandante!
¡Hasta la victoria siempre!!
Por Vladimir, militante de Iniciativa Comunista
Murió el Comandante. Su revolución de boinas rojas, misiones barriales y socialismo del siglo XXI puso a Venezuela en el mapa, despertó a las mayorías de un continente saqueado y desesperanzado y sirvió de detonante para la irrupción de gobiernos progresistas por toda América Latina. De pronto la historia avanzaba, los pueblos estaban vivos y en marcha y tenían su futuro en sus manos.
De origen humilde, raza mestiza y vocación popular, todo un intruso en el coto privado de la oligarquía dominante de dentista en Miami y cuentas en Suiza que lo odió hasta el delirio, bufoneado por el colonialismo mediático que logró sortear, se convirtió en la bestia negra de la administración yanki y sus lacayos que lo intentaron todo.
Incomprendido también por una parte de la izquierda intelectual y euro céntrica de cafetín que se apuntó desde el principio al circo de la ridiculización y denostado por otra dogmática y de un revolucionarismo de catecismo que nunca tendrá que responsabilizarse de nada, no se dejó amilanar y a cada golpe militar, patronal o internacional respondió con la profundización de las reformas económicas, las misiones sociales y la integración regional, en el camino de construcción de un modelo de socialismo real luego imperfecto, que alimente y emancipe a hombres y mujeres y de un nuevo orden internacional ajeno a Washington y al FMI, superador de sus crisis estructurales, saqueos y guerras imperialistas.
Cristiano, bolivariano, socialista ecléctico, estudioso y observador agudo de verbo poético y discurso improvisado difícil de encajar, revolucionario carismático y singular, fue el padre y el centro de una revolución que derivó en popular y que ahora le llora y entierra pero que debe sobrevivirle. Los enemigos del avance popular, ayer desconcertados por tantas derrotas, hoy se van a lanzar de nuevo a la tarea del desgaste y deslegitimación del gobierno legítimo con su objetivo de clase siempre declarado de frenar y revertir el proceso social en marcha y recuperar sus privilegios.
La dirigencia bolivariana y las organizaciones populares tienen la tarea ineludible de recomponerse, mantener la unidad que encarnaba su presidente y superar la ausencia de un líder irrepetible para afrontar y construir el futuro, un comandante que se mantendrá en nuestros corazones y que no volverá a nacer porque no ha muerto, estará vivo en nuestras luchas.
¡Gracias y hasta siempre Comandante!
¡Hasta la victoria siempre!!