LA REVOLUCION EN LA INDIA. La esperanza naxalita para los oprimidos del mundo
(Informe en tres partes )
PARTE I
El Trueno de Primavera
En 1967, en la localidad de Naxalbari (Bengala Occidental), estalla la lucha armada dirigida por la fracción roja del Partido Comunista de la India (Marxista) (PCM). Miles de campesinos pobres sin tierra y obreros armados con lanzas y precarios fusiles, pero con la más alta ideología del proletariado, declararon la guerra al Viejo Estado Indio, a la clase terrateniente, a la burguesía india y a su amo imperialista. Todo ello ocurría en medio de una etapa fructuosa de la lucha de la clase obrera, en aquel tiempo el Partido Comunista de China liderado por el Presidente Mao Tse Tung desarrollaba con gran éxito la Gran Revolución Cultural Proletaria que llevaría a la sociedad china al socialismo.
La disposición del PCM de iniciar la guerra popular fue el resultado de la lucha de dos líneas dentro de la misma organización. Cuando se fundó el Partido Comunista de la India (PCI) en 1920, se adoptaron las posiciones de vanguardia del Partido Comunista de la Unión Soviética dirigidos por Lenin y Stalin; pero en tiempos de Kruschov, líder del revisionismo internacional, la línea del PCI fue desviada hacia posiciones oportunistas de derecha. Es así como los líderes del PCI abandonaron la causa de la revolución por el “camino parlamentario hacia la toma del poder”. Sin embargo hacia 1962, cuando el Presidente Mao Tse Tung dirige la lucha internacional contra el revisionismo kruschovista, la línea proletaria del PCI se desarrolla y ello termina con la separación y fundación del PCM en 1964. No obstante el PCM tampoco logró combatir al revisionismo en sus filas, por el contrario apostó por el camino electoral, incluso logró ganar las elecciones en el Estado de Bengala Occidental, abandonando sus principios revolucionarios.
Fue en este contexto que aparece la figura del camarada Charu Mazumdar quien desarrolla dentro del PCM una fracción roja y la lucha contra el revisionismo. Hacia 1965 las dos facciones del partido estaban muy diferenciadas, incluso había represión velada de parte del ala derecha. En 1967, fruto de la organización y lucha de la línea revolucionaria, estalla la guerra popular. La dirección seguida por la fracción roja incluía alianza de clases (obreros, campesinos, pequeña y mediana burguesía), aplicación de la Dictadura Conjunta para desarrollar la Revolución de Nueva Democracia contra terratenientes, burgueses nacionalistas y el imperialismo. En la primavera de aquel año se produjo el crecimiento más grande de la fracción roja del PCM, más de 15,000 campesinos se unieron a la organización revolucionaria. En muchos pueblos de Bengala Occidental se formaron comités campesinos, que luego se transformaron en guardias armadas. Se requisaron las tierras de los antiguos señores feudales donde en ellas sobrevivía el régimen de servidumbre, se quemaron todas las actas que habían utilizado para arrebatar la tierra a los campesinos, se dictaron sentencias de muerte a los terratenientes opresores. Así se estableció una administración paralela al Viejo Estado Indio.
La opresión que sufría el pueblo indio antes del inicio de la revolución era de las más abominables. Encuadrado en el tradicional sistema de castas (que aun sobrevive en lo que queda de la vieja sociedad india), el campo era un gobierno de terratenientes dueños de la vida del campesino sin tierra. Atados a la tierra del patrón, reducidos a la más humillante servidumbre y a la peor de las miserias, era normal que los campesinos se revelaran contra el patrón, pero la represión militar no se hacía esperar. Los pequeños propietarios de tierras tampoco escapaban del dominio feudal, pues apenas disponían de los recursos para hacer producir sus parcelas, siendo vulnerables a los efectos de la oferta y la demanda; situación que era bien aprovechada por los grandes terratenientes, que constituían la única fuente de financiamiento; estos negociaban con las hipotecas acrecentando sus tierras y dominios. Así la mayoría de pequeños tenedores de tierras eran absorbidos por el señor feudal y reducidos a arrendatarios, muchos de ellos se veían obligados a emigrar a la ciudad. La religión hindú justifica el sistema de castas, sus dogmas consideran la miseria de las grandes mayorías como un castigo por la mala conducta en una “vida anterior” y los privilegios de las castas superiores como “un derecho otorgado por los dioses”. La mujer tenía todo el peso de las tradiciones reaccionarias sobre sus hombros; además de ser condenadas a la ignorancia y el analfabetismo, casi siempre eran casadas a los 12 años. Cuando la guerra popular dio una salida a esta insoportable vida, muchos dieron la bienvenida a la revolución.
El apoyo popular hizo posible que en solo tres meses se revolucionara parte de la vieja sociedad india. Las organizaciones campesinas dirigidas por la fracción roja del PCM tomaron el poder en más de 2,000 pueblos de la región. La guerra popular atrajo a muchos millones de campesinos, proletarios revolucionarios que dirigieron batallas en el campo, las montañas y las ciudades, y a por lo menos un millón de estudiantes que se fueron al campo. Estremecieron a los terratenientes y capitalistas de la India y a sus amos imperialistas. Desafiaron todo lo reaccionario: las relaciones sociales semifeudales en el campo, la literatura, los prestamistas y los revisionistas soviéticos. Cuando el Secretario de Defensa estadounidense de esa época, Robert McNamara, aterrizó en Calcuta, una masiva manifestación en el aeropuerto, contra el imperialismo yanqui y en apoyo al pueblo vietnamita, lo obligó a alzar el vuelo inmediatamente.
La guerra popular también desenmascaró del todo a los revisionistas del PCI y PCM, cuando se pusieron abiertamente del lado de las autoridades centrales, que respondieron al movimiento con matanzas y terror en gran escala. Fue de este modo que la fracción roja dirigida por el camarada Charu Mazumdar junto a miles de verdaderos comunistas fundaron el Partido Comunista de la India (Marxista Leninista) en abril de 1969.
La contrarrevolución, desatada por el gobierno de Indira Gandhi y su amo imperialista, no escatimó esfuerzos en la represión y restauración de su antiguo poder, más de 10,000 campesinos, obreros y estudiantes revolucionarios fueron asesinados por las fuerzas armadas reaccionarias. Muchos más fueron encarcelados y torturados. En julio de 1972 fue arrestado el camarada Charu Mazumdar en Calcuta, siendo asesinado por la policía entre los días 27 y 28 del mismo mes, después de lo cual la revolución sufrió un serio revés. Hacia 1975 el naciente poder popular había sido reemplazado por el viejo poder burgués terrateniente. Pero los seguidores de Charu Mazumdar nunca dejaron de bregar por la continuación de la lucha armada.
A partir de entonces la palabra naxalita tiene para el pueblo indio un significado revolucionario, mientras que para los terratenientes y policías denota a todo campesino sin tierra o pobre que “tiene la osadía de caminar con la cabeza erguida y hablar como hombre”.
(Informe en tres partes )
PARTE I
El Trueno de Primavera
En 1967, en la localidad de Naxalbari (Bengala Occidental), estalla la lucha armada dirigida por la fracción roja del Partido Comunista de la India (Marxista) (PCM). Miles de campesinos pobres sin tierra y obreros armados con lanzas y precarios fusiles, pero con la más alta ideología del proletariado, declararon la guerra al Viejo Estado Indio, a la clase terrateniente, a la burguesía india y a su amo imperialista. Todo ello ocurría en medio de una etapa fructuosa de la lucha de la clase obrera, en aquel tiempo el Partido Comunista de China liderado por el Presidente Mao Tse Tung desarrollaba con gran éxito la Gran Revolución Cultural Proletaria que llevaría a la sociedad china al socialismo.
La disposición del PCM de iniciar la guerra popular fue el resultado de la lucha de dos líneas dentro de la misma organización. Cuando se fundó el Partido Comunista de la India (PCI) en 1920, se adoptaron las posiciones de vanguardia del Partido Comunista de la Unión Soviética dirigidos por Lenin y Stalin; pero en tiempos de Kruschov, líder del revisionismo internacional, la línea del PCI fue desviada hacia posiciones oportunistas de derecha. Es así como los líderes del PCI abandonaron la causa de la revolución por el “camino parlamentario hacia la toma del poder”. Sin embargo hacia 1962, cuando el Presidente Mao Tse Tung dirige la lucha internacional contra el revisionismo kruschovista, la línea proletaria del PCI se desarrolla y ello termina con la separación y fundación del PCM en 1964. No obstante el PCM tampoco logró combatir al revisionismo en sus filas, por el contrario apostó por el camino electoral, incluso logró ganar las elecciones en el Estado de Bengala Occidental, abandonando sus principios revolucionarios.
Fue en este contexto que aparece la figura del camarada Charu Mazumdar quien desarrolla dentro del PCM una fracción roja y la lucha contra el revisionismo. Hacia 1965 las dos facciones del partido estaban muy diferenciadas, incluso había represión velada de parte del ala derecha. En 1967, fruto de la organización y lucha de la línea revolucionaria, estalla la guerra popular. La dirección seguida por la fracción roja incluía alianza de clases (obreros, campesinos, pequeña y mediana burguesía), aplicación de la Dictadura Conjunta para desarrollar la Revolución de Nueva Democracia contra terratenientes, burgueses nacionalistas y el imperialismo. En la primavera de aquel año se produjo el crecimiento más grande de la fracción roja del PCM, más de 15,000 campesinos se unieron a la organización revolucionaria. En muchos pueblos de Bengala Occidental se formaron comités campesinos, que luego se transformaron en guardias armadas. Se requisaron las tierras de los antiguos señores feudales donde en ellas sobrevivía el régimen de servidumbre, se quemaron todas las actas que habían utilizado para arrebatar la tierra a los campesinos, se dictaron sentencias de muerte a los terratenientes opresores. Así se estableció una administración paralela al Viejo Estado Indio.
La opresión que sufría el pueblo indio antes del inicio de la revolución era de las más abominables. Encuadrado en el tradicional sistema de castas (que aun sobrevive en lo que queda de la vieja sociedad india), el campo era un gobierno de terratenientes dueños de la vida del campesino sin tierra. Atados a la tierra del patrón, reducidos a la más humillante servidumbre y a la peor de las miserias, era normal que los campesinos se revelaran contra el patrón, pero la represión militar no se hacía esperar. Los pequeños propietarios de tierras tampoco escapaban del dominio feudal, pues apenas disponían de los recursos para hacer producir sus parcelas, siendo vulnerables a los efectos de la oferta y la demanda; situación que era bien aprovechada por los grandes terratenientes, que constituían la única fuente de financiamiento; estos negociaban con las hipotecas acrecentando sus tierras y dominios. Así la mayoría de pequeños tenedores de tierras eran absorbidos por el señor feudal y reducidos a arrendatarios, muchos de ellos se veían obligados a emigrar a la ciudad. La religión hindú justifica el sistema de castas, sus dogmas consideran la miseria de las grandes mayorías como un castigo por la mala conducta en una “vida anterior” y los privilegios de las castas superiores como “un derecho otorgado por los dioses”. La mujer tenía todo el peso de las tradiciones reaccionarias sobre sus hombros; además de ser condenadas a la ignorancia y el analfabetismo, casi siempre eran casadas a los 12 años. Cuando la guerra popular dio una salida a esta insoportable vida, muchos dieron la bienvenida a la revolución.
El apoyo popular hizo posible que en solo tres meses se revolucionara parte de la vieja sociedad india. Las organizaciones campesinas dirigidas por la fracción roja del PCM tomaron el poder en más de 2,000 pueblos de la región. La guerra popular atrajo a muchos millones de campesinos, proletarios revolucionarios que dirigieron batallas en el campo, las montañas y las ciudades, y a por lo menos un millón de estudiantes que se fueron al campo. Estremecieron a los terratenientes y capitalistas de la India y a sus amos imperialistas. Desafiaron todo lo reaccionario: las relaciones sociales semifeudales en el campo, la literatura, los prestamistas y los revisionistas soviéticos. Cuando el Secretario de Defensa estadounidense de esa época, Robert McNamara, aterrizó en Calcuta, una masiva manifestación en el aeropuerto, contra el imperialismo yanqui y en apoyo al pueblo vietnamita, lo obligó a alzar el vuelo inmediatamente.
La guerra popular también desenmascaró del todo a los revisionistas del PCI y PCM, cuando se pusieron abiertamente del lado de las autoridades centrales, que respondieron al movimiento con matanzas y terror en gran escala. Fue de este modo que la fracción roja dirigida por el camarada Charu Mazumdar junto a miles de verdaderos comunistas fundaron el Partido Comunista de la India (Marxista Leninista) en abril de 1969.
La contrarrevolución, desatada por el gobierno de Indira Gandhi y su amo imperialista, no escatimó esfuerzos en la represión y restauración de su antiguo poder, más de 10,000 campesinos, obreros y estudiantes revolucionarios fueron asesinados por las fuerzas armadas reaccionarias. Muchos más fueron encarcelados y torturados. En julio de 1972 fue arrestado el camarada Charu Mazumdar en Calcuta, siendo asesinado por la policía entre los días 27 y 28 del mismo mes, después de lo cual la revolución sufrió un serio revés. Hacia 1975 el naciente poder popular había sido reemplazado por el viejo poder burgués terrateniente. Pero los seguidores de Charu Mazumdar nunca dejaron de bregar por la continuación de la lucha armada.
A partir de entonces la palabra naxalita tiene para el pueblo indio un significado revolucionario, mientras que para los terratenientes y policías denota a todo campesino sin tierra o pobre que “tiene la osadía de caminar con la cabeza erguida y hablar como hombre”.