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    "Los marxistas y la religión" - breve texto de Claudia Cinatti incluido en "Islam político, antiimperialismo y marxismo" - publicado en Revista Herramienta/CEPRID en julio de 2007

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    pedrocasca
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    "Los marxistas y la religión" - breve texto de Claudia Cinatti incluido en "Islam político, antiimperialismo y marxismo" - publicado en Revista Herramienta/CEPRID en julio de 2007  Empty "Los marxistas y la religión" - breve texto de Claudia Cinatti incluido en "Islam político, antiimperialismo y marxismo" - publicado en Revista Herramienta/CEPRID en julio de 2007

    Mensaje por pedrocasca Mar Mayo 28, 2013 2:36 pm

    Los marxistas y la religión

    texto de Claudia Cinatti*** incluido en "Islam político, antiimperialismo y marxismo" - publicado en Revista Herramienta/CEPRID en julio de 2007

    El marxismo tiene como base filosófica el materialismo dialéctico, que al decir de Lenin "hizo suyas plenamente las tradiciones históricas del materialismo del siglo XVIII en Francia y de Feuerbach (primera mitad del siglo XIX) en Alemania, del materialismo incondicionalmente ateo y decididamente hostil a toda religión."[20] Esta tradición materialista desenmascaró el carácter ilusorio y el rol ideológico de la religión, que si bien es creada por el hombre, transforma a éste en su creación. Para Marx, este hombre que crea el pensamiento religioso no es abstracto, sino que vive en una sociedad y un estado concreto, por lo tanto, la religión es producto de esas relaciones sociales y políticas históricamente concretas, es la "interpretación general de este mundo, su lógica en forma popular, su ‘point d’honneur’ espiritualista, su exaltación, su sanción moral, su solemne complemento, su consuelo y justificación universal" [21]. Por esto mismo es para Marx el "opio del pueblo". En consecuencia, como plantea Lenin "el marxismo considera siempre que todas las religiones e iglesias modernas, todas y cada una de las organizaciones religiosas, son órganos de la reacción burguesa llamados a defender la explotación y a embrutecer a la clase obrera" [22].

    Sin embargo, los marxistas no luchamos contra la religión desde una perspectiva anticlerical liberal, que le da un valor positivo absoluto a lo secular. Para un intelectual ilustrado la persistencia de las ideas religiosas en amplios sectores del movimiento de masas se explicará esencialmente por su ignorancia o su atraso. Para los marxistas en cambio,

    la raíz más profunda de la religión en nuestros tiempos es la opresión social de las masas trabajadoras, su aparente impotencia total frente a las fuerzas ciegas del capitalismo, que cada día, cada hora causa a los trabajadores sufrimientos y martirios mil veces más horrorosos y salvajes que cualquier acontecimiento extraordinario, como las guerras, los terremotos, etc. [23]

    Porque la religión no es más que la visión invertida de la sociedad y surge de las relaciones sociales materiales, la lucha contra la religión no puede ser un combate ideológico y abstracto, sino que "hay que vincular esta lucha a la actividad práctica concreta del movimiento de clases, que tiende a eliminar las raíces sociales de la religión." [24]

    Cuando tomaron el poder en 1917 los bolcheviques se enfrentaron con el problema práctico de sostener una alianza con los pueblos musulmanes oprimidos por la autocracia zarista en el que la cuestión nacional se presentaba bajo la forma religiosa. Como plantea el historiador E. Carr, el poder soviético pasó de tener una idea vaga de que se trataba de pueblos oprimidos que esperaban ser liberados de los mullahs, a sorprenderse al "descubrir que, si bien la influencia del islam sobre los pueblos nómadas y sobre algunas partes de Asia central era poco más que nominal, permanecía en cambio en otros sitios como una institución tenaz y vigorosa, que ofrecía una resistencia mucho más feroz que la de la Iglesia Ortodoxa a las nuevas creencias y prácticas. En las regiones en que era fuerte -notablemente en el norte del Cáucaso- la religión musulmana era una institución social, legal y política tanto como religiosa que regulaba el modo de la vida diaria de sus miembros casi en cada detalle. Los imanes y los mullahs eran jueces, legisladores, maestros e intelectuales, al mismo tiempo que jefes políticos y militares"[25].

    El atraso de estas regiones remotas del ex imperio ruso no se debía a la religión de sus habitantes, sino a las relaciones sociales semifeudales que caracterizaban mayormente a las zonas campesinas-sean musulmanas u ortodoxas- del territorio.

    El 24 de noviembre de 1917, el gobierno soviético emitió un llamado "A todos los obreros musulmanes de Rusia y el Este" donde planteaba

    "Musulmanes de Rusia, tártaros del Volga y de Crimea, kirguises (es decir, kazajos) y sartos de Siberia y del Turkestán, turcos y tártaros de Tanscaucasia, chechenos y montañeses del Cáucaso y todos aquellos cuyas mezquitas y oratorios han sido destruidos, cuyas creencias y costumbres han sido atropelladas bajo la bota de los zares y de los opresores de Rusia. Desde ahora vuestras creencias y costumbres, vuestras instituciones nacionales y culturales son libres e inviolables. Organizad vuestra vida nacional en completa libertad. Tenéis el derecho de hacerlo. Sabed que vuestros derechos, como los de todos los pueblos de Rusia, están bajo la poderosa salvaguardia de la Revolución y sus organismos, los soviets de obreros, soldados y campesinos. Prestad vuestro apoyo a esta Revolución y a su gobierno. [26]"

    Aunque la relación de la III Internacional con los pueblos musulmanes y sus líderes nacionalistas fue contradictoria (baste recordar el Congreso de Bakú de 1920), la política del gobierno soviético revolucionario hacia éstos sigue siendo un ejemplo de cómo la clase obrera puede ganarse como aliados a las masas populares oprimidas.

    Indudablemente, la agudización de la lucha de clases en el Medio Oriente -esencialmente como lucha antimperialista y/o de liberación nacional- acompañado por el ascenso del islamismo militante, plantea una situación altamente contradictoria para los marxistas. Desde hace años existe una polarización en las filas de la izquierda, en particular de los grupos del trotskismo europeo, en torno a qué política plantear hacia esas organizaciones, dando lugar a dos posiciones que, en nuestra opinión, son equivocadas. Por un lado, están quienes dándole un valor absoluto al carácter reaccionario de la religión -manifestado en la opresión hacia las mujeres, el rechazo y la persecución a la izquierda marxista, la imposición de valores morales rigurosos, entre otros elementos ciertos.- anteponen la defensa del "laicismo" casi como un principio, adoptando así una posición "democratista" abstracta. La tendencia opuesta es a considerar a los movimientos islamistas en sí mismos como "progresivos" y "antimperialistas", por ser expresión política de las masas más explotadas y oprimidas.

    Varios factores (de los cuales no podemos dar cuenta en estas líneas) se combinan para explicar el ascenso del islamismo político, desde las tradiciones culturales y nacionales hasta elementos histórico-políticos que han marcado al mundo árabe y musulmán. Sin embargo, desde el punto de vista de la lucha de clases, uno de los elementos fundamentales ha sido el retroceso de la clase obrera mundial en las últimas décadas, que ha impedido que sus sectores más avanzados, tanto en los países centrales como en el mundo semicolonial, presenten una alternativa para los pueblos oprimidos por el imperialismo. Esto se ha visto en las movilizaciones contra la guerra de Irak que, a pesar de su masividad, mayormente no han contado con acciones obreras contundentes que pudieran detener los engranajes de la maquinaria bélica mediante la huelga general o el sabotaje. El otro aspecto que creemos decisivo en el fortalecimiento de los grupos islamistas de los últimos años, es la crisis de la perspectiva socialista y el internacionalismo obrero. Creemos que estos elementos, de superar el estado actual, podrán influir en los futuros procesos de radicalización política de sectores que en los países oprimidos enfrenten al imperialismo. Esa es nuestra apuesta estratégica.
    Notas:

    [20] V. Lenin, "Actitud del partido obrero hacia la religión", 1909.

    [21] K. Marx, Introducción ala crítica dela Filosofía del Derecho de Hegel, Buenos Aires, Editorial Claridad, 1987, pág. 7.

    [22] V. Lenin, op cit.

    [23] Idem.

    [24] Ibid.

    [25] Carr, E.H. Historia de la Rusia Soviética. La revolución bolchevique (1917-1923) 1. Madrid, Alianza Editorial, 1973, pág.343.

    [26] Idem pág. 336.


    Última edición por pedrocasca el Mar Mayo 28, 2013 2:43 pm, editado 1 vez
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    Mensaje por pedrocasca Mar Mayo 28, 2013 2:37 pm

    El texto completo de Claudia Cinatti*** se puede leer en tres mensajes en el tema:

    "Islam político, antiimperialismo y marxismo" - texto de Claudia Cinatti - publicado en Revista Herramienta/CEPRID en julio de 2007

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    ***Claudia Cinatti es integrante del staff de las revistas Estrategia Internacional y Lucha de Clases. Miembro del Consejo Asesor del Instituto del Pensamiento Socialista Karl Marx. Artículo escrito para Herramienta.

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