El Comité Central de los Colectivos de Jóvenes Comunistas quiere expresar su total y absoluta solidaridad con el rapero leridano Pablo Hasél, víctima de una nueva embestida jurídico-policial que, en esta ocasión, tienen como objetivo el intimidar y el acallar la voz de aquellos que apuestan por una escena musical combativa y revolucionaria.
La intensificación del grado de represión que puede observarse actualmente en España, especialmente contra aquellos y aquellas declarados comunistas, alcanza cotas inusitadas. Trata a su vez de abarcar cada vez un mas amplio espectro, y llega hoy brutalmente a través de sus cínicas actuaciones hasta el mundo de la música haciendo uso de la Audiencia Nacional, un tribunal netamente político que mantiene viva la herencia de la judicatura franquista. Nunca veremos ser juzgados en sus salas a tantos grupos musicales nazi-fascistas que hacen de la música un instrumento para propagar su verborrea racista, pues están reservadas para aquellos y aquellas que aspiran a destruir el actual sistema de dominación capitalista. Es un imperativo moral para todo joven revolucionario el ejercer la solidaridad con los y las que hoy son victimas de la represión, y una necesidad política el organizarse para denunciarla y afrontarla. Solo de esa forma seremos capaces de no ceder ni un ápice ante ella.
Reiteramos nuestro apoyo y solidaridad al compañero Pablo Hasél, y exigimos de inmediato su puesta en libertad y la absolución de los cargos que le son imputados.
La intensificación del grado de represión que puede observarse actualmente en España, especialmente contra aquellos y aquellas declarados comunistas, alcanza cotas inusitadas. Trata a su vez de abarcar cada vez un mas amplio espectro, y llega hoy brutalmente a través de sus cínicas actuaciones hasta el mundo de la música haciendo uso de la Audiencia Nacional, un tribunal netamente político que mantiene viva la herencia de la judicatura franquista. Nunca veremos ser juzgados en sus salas a tantos grupos musicales nazi-fascistas que hacen de la música un instrumento para propagar su verborrea racista, pues están reservadas para aquellos y aquellas que aspiran a destruir el actual sistema de dominación capitalista. Es un imperativo moral para todo joven revolucionario el ejercer la solidaridad con los y las que hoy son victimas de la represión, y una necesidad política el organizarse para denunciarla y afrontarla. Solo de esa forma seremos capaces de no ceder ni un ápice ante ella.
Reiteramos nuestro apoyo y solidaridad al compañero Pablo Hasél, y exigimos de inmediato su puesta en libertad y la absolución de los cargos que le son imputados.