Kropotkin nació en Moscú el 9 de diciembre de 1842, en el seno de una familia noble. Su padre, el príncipe Alexei Petrovich Kropotkin, era dueño de grandes extensiones de tierra en tres provincias, y disponía de unos 1200 siervos. Por línea paterna su linaje se trazaba hasta los Rurik; su madre, Yekaterina Nikolaevna Sulima, era hija de un general ruso.
Por orden del zar Nicolás I a los doce años ingresó al Cuerpo de Pajes en San Petersburgo, la academia militar más selecta de Rusia, que suministraba al imperio sus asesores y funcionarios de élite. Si bien Kropotkin detestaba la disciplina militar de la escuela, su formación académica fue intensiva, recibiendo una educación racionalista y liberal,2 con un fuerte énfasis en las ciencias.3
[editar] Explorador y geógrafo
Finalizada su preparación, sirvió en el Ejército ruso desde 1862 hasta 1867. Durante este periodo, fue comisionado a una expedición a Siberia como parte de su servicio militar. Kropotkin decidió partir hacia ese destino, -pudiendo elegir uno más cómodo- para alejarse de la vida de la corte capitalina, que le resultaba desagradable y opresiva. Partió hacia su destino en Irkutsk el 24 de junio de 1862, y fue nombrado ayudante de campo del general Kukel; finalmente se asentaron en la aldea de Chitá, la capital regional.4
Los cinco años que pasé en Siberia fueron para mi muy instructivos respecto al carácter y la vida humanos. Me vi puesto en contacto con hombres de todas las condiciones, los mejores y los peores; aquellos que se encontraban en la cúspide de la sociedad y los que vegetaban en su mismo fondo; esto es, los vagabundos y los llamados criminales empedernidos. Tuve sobradas ocasiones para observar los hábitos y costumbres de los campesinos en su labor diaria, y aun más, para apreciar lo poco que la administración oficial podía hacer en su favor, aun cuando se hallara animada de las mejores intenciones.
Su principal tarea fue hacer una evaluación del cruel sistema penitenciario siberiano para su reforma, que lo impresionó profundamente al revelarle las deficiencias de la burocracia estatal y la corrupción administrativa, así como le permitió observar las primeras formas de cooperación directa y autónoma entre campesinos y cazadores.5 En Siberia conoció al poeta ruso Mikhail Larionovich Mikhailov, que había sido condenado a trabajos forzados por sus ideas revolucionarias, que lo introdujo a las ideas anarquistas, recomendándole la lectura de Proudhon.6 Estos años en Siberia fueron determinantes para la posterior evolución ideológica de Kropotkin:
Aun cuando no formulé entonces mis observaciones en términos análogos a los usados por los partidos militantes, puedo decir ahora que perdí en Siberia toda la fe que antes pudiera haber tenido en la disciplina del Estado, preparándose así el terreno para convertirme en anarquista.
P. Kropotkin; Memorias de un revolucionario.
Entre 1864 y 1866 realizó varias exploraciones en el territorio inexplorado de Manchuria. La última expedición fue la más fructífera en el aspecto científico, abarcando la región montañosa del norte de Siberia entre los ríos Lena y Amur. Esta empresa proporcionó conocimientos científicos de gran valor: ayudó a conocer mejor la estructura geográfica de la región siberiana; el descubrimiento de restos fósiles contribuyó a elaborar su posteriores teorías glaciares; se enriqueció el conocimiento sobre la fauna siberiana, proporcionando datos a Kropotkin sobre el apoyo mutuo (o cooperación intraespecífica) y el altruismo en sociedades animales; y por último, se descubrió la ruta desde Chitá y la región del lago Baikal hasta la tundra del norte.7
Una insurrección de prisioneros polacos en Siberia y su cruel represión por parte de las autoridades zaristas, causaron que Piotr Kropotkin y su hermano, Alejandro, decidieran abandonar el servicio militar. Regresó a San Petersburgo en 1867, ingresó en la Universidad y presentó a la Sociedad Geográfica Rusa un informe sobre su expedición de Vitim, que fue publicado y le valió una medalla de oro. Fue nombrado secretario de la sección de Geografía Física de la Sociedad Geográfica rusa. Exploró los glaciares de Finlandia y Suecia en nombre de la mencionada agrupación desde 1871 hasta 1873. Su trabajo más importante en esta época fue el estudio de la estructura orográfica de Asia, donde refutó las hipótesis de tipo conjetural basadas en el modelo alpino propuestas por Alexander von Humboldt. Aunque posteriormente otros investigadores descubrieron estructuras más complejas, las líneas generales del enfoque que ideó Kropotkin se han mantenido vigentes hasta la actualidad.8 Otro trabajo de gran importancia fue el informe que escribió sobre los resultados de su expedición a Finlandia. En 1874 dio una conferencia en la que expuso su teoría según la cual la capa de hielo de la glaciación había alcanzado el centro de Europa; una idea que iba en contra de la sabiduría convencional de la época. Su proposición generó una polémica, que finalizó con su posterior aceptación por la comunidad científica.9 Finalmente, la tercera gran contribución de Kropotkin a la teoría de la ciencia geográfica fue su hipótesis sobre la desecación de Eurasia como consecuencia del retroceso de la glaciación de la era precedente. Todas estas ideas fueron concebidas cuando aún no había llegado a cumplir 30 años, lo cual hacía presuponer un gran futuro como investigador. El prestigio de su obra geográfica fue tan considerable que fue propuesto como presidente de la sección de Geografía Física de la Sociedad Geográfica Rusa.10 Pero Kropotkin no aceptó el nombramiento, porque su interés se había volcado hacia las actividades revolucionarias:
En el otoño de 1871, hallándome ocupado en Finlandia, caminando lentamente a pie hacia la costa, a lo largo del ferrocarril recientemente construido, observando atentamente los parajes donde primero debieron aparecer las muestras inequívocas de la primitiva extensión del mar, que siguió al período glacial, recibí un telegrama de la susodicha corporación, en el que se me decía: "El Consejo os ruega aceptéis el cargo de secretario de la Sociedad." Al mismo tiempo, el secretario saliente me suplicaba encarecidamente que prestara buena acogida a la proposición.
Dibujo de la fortaleza de Skanslandet en Sveaborg, Helsingfors, hecho por Kropotkin como parte de su investigación en Finlandia.
Se habían realizado mis esperanzas; pero al mismo tiempo, otras ideas y otras aspiraciones habían invadido mi pensamiento. Después de meditar detenidamente sobre lo que debería contestar, telegrafié: "Gracias encarecidas; pero no puedo aceptar".
P. Kropotkin, Memorias de un revolucionario
Pensamientos revolucionarios
Mientras realizaba estas investigaciones, también se dedicó a estudiar los escritos de los principales teóricos de la política, y comenzó a solidarizarse con las penosas condiciones de los campesinos. Las propias observaciones, la experiencia directa y su íntimo contacto con la miseria y la pobreza del campesinado ruso y finlandés, durante su labor científica como explorador, fueron las causas que impulsaron a Kropotkin a abandonar la actividad científica:11
¿Pero qué derecho tenía yo a estos goces de un orden elevado, cuando todo lo que me rodeaba no era más que miseria y lucha por un triste bocado de pan, cuando por poco que fuese lo que yo gastase para vivir en aquel mundo de agradables emociones, había por necesidad de quitarlo de la boca misma de quienes cultivaban el trigo y no tenían suficiente pan para sus hijos? De la boca de alguien ha de tomarse forzosamente, puesto que la agregada producción de la humanidad permanece aún tan limitada... Por eso contesté negativamente a la Sociedad Geográfica.
P. Kropotkin, Memorias de un revolucionario
La herencia recibida a la muerte de su padre le proporcionó el acceso a copiosos recursos económicos, que le permitieron realizar un viaje a Europa occidental de tres meses de duración. en En febrero de 1872, partió de San Petersburgo rumbo a Zúrich, (Suiza), para conocer de primera mano la situación del movimiento obrero europeo.11 Allí contactó con el grupo de exiliados rusos que estaban fuertemente influenciados por las ideas de Bakunin. Entre estos se encontraban su parienta Sofía Nicolaevna Lavrov, Nadeshdna Smezkaia y Mikhail Sazhin (un discípulo de Bakunin más conocido como Armand Ross).12 En Ginebra se incorporó como miembro a la Primera Internacional. En primer lugar visitó y contactó con los sectores marxistas, en especial al grupo ruso dirigido por Nicolai Utin. Pero no aprobaba el tipo de socialismo ni el estilo político que impulsaban en la Primera Internacional. Tras cinco semanas de conocer al sector marxista, muy contrariado por el comportamiento oportunista de sus dirigentes, decidió conocer a los grupos de la tendencia bakuninista.13 14 El anarquista Nicolai Zhukovski le recomendó abandonar Ginebra y viajar al Jura, donde el movimiento era más fuerte. Kropotkin estudió el programa más radicalizado de la Federación del Jura en Neuchâtel y pasó largo tiempo en compañía de sus más prominentes miembros, adoptando definitivamente la visión anarquista.15 Allí visitó a James Guillaume -compañero, amigo y posteriormente biógrafo de Bakunin- con quien trabó amistad. A comienzos de mayo ya estaba de vuelta en Rusia. Una vez en San Petersburgo retomó sus investigaciones geográficas, y tomó parte activa como propagandista revolucionario vinculado al Círculo Tchaicovsky, invitado por el geógrafo Dimitri Klements.16
Mientras tanto, Kropotkin continuó sus trabajos de investigación en Finlandia y sus colaboraciones con la Sociedad Geográfica. En San Petersburgo, asistía a las reuniones nocturnas del Círculo Tchaicovsky disfrazado de campesino y con el nombre falso de Borodin.11 17 Por ese entonces muchos de sus compañeros habían sido detenidos por la policía zarista.
Durante los dos años de que vengo hablando se hicieron muchas detenciones, tanto en San Petersburgo como en provincias. No se pasaba un mes sin que experimentáramos la pérdida de alguno, o supiéramos que ciertos miembros de este o aquel grupo provincial habían desaparecido. Hacia fines de 1873, los arrestos se hicieron cada vez más frecuentes. En noviembre, uno de nuestros principales centros, situado en un barrio extremo de la capital, fue invadido por la policía. Perdimos a Peróvskaia y tres amigos más, teniendo que suspender todas nuestras relaciones con los obreros de este arrabal. Fundamos un nuevo punto de reunión más a las afueras todavía, pero pronto hubo que abandonarlo. La policía extremó la vigilancia, y la presencia de un estudiante en los barrios de los trabajadores era al punto advertida, circulando espías entre los obreros, a quienes no se perdía de vista. Dimitri, Klementz, Serguéi y yo, con nuestras zamarras y nuestro aspecto de campesinos, pasamos inadvertidos, y continuamos frecuentando el terreno vigilado por el enemigo; pero ellos, cuyos nombres habían adquirido gran notoriedad en dichos barrios, eran objeto de todas las pesquisas; y si hubieran sido hallados casualmente en uno de los registros nocturnos en casa de algún amigo, en el acto los hubieran arrestado.
P. Kropotkin, Memorias de un revolucionario
A fines de 1873, al día siguiente de rechazar la presidencia de la Sociedad Geográfica, Kropotkin fue arrestado por la policía.18
La noche se pasó sin novedad. Eché una ojeada a mis papeles, destruí todo lo que pudiera comprometer a alguien, arreglé mis efectos y me dispuse a marchar (...) y bajé rápidamente, saliendo de la casa. A la puerta no había más que un coche de punto; monté en él, y el conductor me llevó al Nevsky Prospekt. Al principio nadie nos perseguía, y me consideré a salvo; pero a poco observé que venía otro carruaje a todo correr tras el nuestro, y habiendo tenido que moderar su marcha el caballo que nos conducía, aquél nos tomó la delantera. En él vi con sorpresa a uno de los dos tejedores que habían sido detenidos, acompañado de otra persona. Me hizo señas con la mano, como si tuviera algo que decirme, y yo ordené al cochero que parara. Tal vez -pensé- haya sido puesto en libertad y tenga algo importante que comunicarme. Pero tan pronto como nos detuvimos, el que acompañaba al tejedor -era un policía- gritó: "¡Señor Borodin, príncipe Kropotkin, quedáis detenido!" Hizo seña a los guardias, que tanto abundan en las principales calles de San Petersburgo, y al mismo tiempo saltó a mi coche y me mostró un papel con el sello de la policía de la capital, diciendo al mismo tiempo: "Tengo orden de conduciros ante el gobernador general para que deis una explicación."
P. Kropotkin, Memorias de un revolucionario
Trasladado a las oficinas de la policía política secreta, la Sección Tercera, fue interrogado durante algunos días. Su detención causó sensación en San Petersburgo, además de la irritación del emperador, ya que Kropotkin había sido durante mucho tiempo su ayudante personal. Fue encarcelado en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo en una celda solitaria, oscura y húmeda. Los notables de la Sociedad Geográfica, sus amigos y en especial su hermano Alejandro intervinieron en su favor para que se le permitiese continuar con sus investigaciones geográficas, por lo que pudo acceder a libros, papel y lápices. A principios de 1875 su hermano fue detenido por el régimen zarista por escribir una carta a Piotr Lavrovich Lavrov.19 La detención de su hermano y la desarticulación de los círculos revolucionarios -se hicieron unas 2000 detenciones- produjeron un fuerte derrumbe psicológico en Kropotkin. También se produjo un colapso físico causado por el escorbuto.
En marzo de 1876 lo trasladaron a la cárcel de San Petersburgo, donde las condiciones de vida eran más insalubres aún que en la fortaleza, aunque allí había muchas más facilidades para recibir visitas y romper el aislamiento. Pero su deterioro físico se acentuó haciendo peligrar su vida, por lo que los médicos prescribieron su traslado al hospital contiguo a la Prisión Militar de San Petersburgo. El cambio a un ambiente aireado, iluminado y limpio, con una mejor alimentación, favorecieron la recuperación de su salud. Mientras tanto, sus amigos comenzaron a pergeñar planes para su escape de la prisión.20 Después de varios preparativos, acordando un sistema de señales con el exterior, Kropotkin escapó corriendo a través del patio de la prisión al que concurría a practicar sus ejercicios diarios, al abrirse el portón para dar paso a los carros de los proveedores de leña. Perseguido por los guardias montó a un coche que lo esperaba y se perdió en la multitud.
Vi con terror que el carruaje se hallaba ocupado por un hombre vestido de paisano y con gorra militar, que estaba sentado sin volver la cabeza hacia mí. Mi primera impresión fue que había sido vendido. Los compañeros me decían en su última carta: "Una vez en la calle, no os entreguéis; no os faltarán amigos que os defiendan en caso de necesidad". Yo no quería saltar al coche, si estaba ocupado por un enemigo; pero al acercarme a aquél, noté que el individuo tenía patillas rubias muy parecidas a las de uno de mis mejores amigos, que, aunque no pertenecía a nuestro círculo, me profesaba verdadera amistad, a la que yo correspondía, y en más de una ocasión pude apreciar su valor admirable, y hasta qué punto se volvían hercúleas sus fuerzas en los momentos de peligro. ¿Será posible -decía yo- que sea él? Y estaba a punto de pronunciar su nombre, cuando, conteniéndome a tiempo, toqué las palmas, sin dejar de correr, para llamarle la atención. Entonces se volvió hacia mi y supe quién era. "¡Subid, subid pronto!" -gritó con voz terrible, y después, dirigiéndose al cochero revólver en mano, añadió-: "¡Al galope, al galope, u os salto la tapa de los sesos!" El caballo, que era un excelente animal, comprado expresamente para el caso, salió en el acto galopando. Una multitud de voces resonaban a nuestra espalda, gritando: "¡Paradlos! ¡Detenedlos!" en tanto que mi amigo me ayudaba a ponerme un elegante abrigo y un claque.
P. Kropotkin. Memorias de un revolucionario.
Después de refugiarse momentáneamente en una casa, cambió sus ropas y fue llevado a una barbería, donde afeitaron su copiosa barba. Luego partieron hacia un paseo muy concurrido de San Petersburgo y cenaron a la vista de todo el mundo en un restaurante de moda, ocultándose finalmente en un pueblito de las afueras. Mientras tanto, las fuerzas de seguridad registraban las casas de sus amigos, sin encontrar pistas. Vestido como oficial militar, Kropotkin se dirigió hacia el pequeño puerto de Vaasa, en el golfo de Botnia, embarcando rumbo a Suecia y continuando hacia Noruega. Desde allí tomó un buque británico hacia el puerto de Hull, Inglaterra.
[editar] El largo exilio
En los primeros días de agosto de 1876, Kropotkin desembarcó en Hull, con el nombre falso de "Alexis Lavashov". Se estableció en Edimburgo, pero pronto se mudó a Londres, donde tenía más recursos para ganarse la vida. Comenzó a colaborar con las publicaciones The Time y la prestigiosa Nature, entablando amistad con el subdirector de la revista, James Scott Keltie. Paralelamente retomó contacto epistolar con James Guillaume, residente en Suiza, quien lo contactó con el bakuninista Paul Robin, que alcanzó celebridad como reformador sexual, y que propiciaba un control de la natalidad y la eliminación de la prostitución. Kropotkin y Robin tuvieron debates y discusiones sobre temáticas sociales, revelándose una faceta puritana en el pensamiento del ex-príncipe ruso.
Después de un corto período en Inglaterra, se estableció en Suiza, llegando a Neuchatel en diciembre de 1876, donde se incorporó a la Federación del Jura. Allí conoció a Carlo Cafiero y Errico Malatesta, los dos miembros más prominentes de la sección italiana de la Internacional. Decidido a establecerse en el continente, realizó un breve viaje a Inglaterra para arreglar cuestiones laborales con le revista Nature, partiendo el 23 de enero hacia Ostende y de alí a Verviers (Bélgica), para intentar organizar al movimiento local, pero la defección de su amigo Paul Brousse llevó a Kropotkin a continuar hasta Ginebra. Allí se reunió con su viejo amigo, Dimitri Klemetz, y se contactó en Vevey con el célebre geógrafo anarquista Eliseo Reclus. Junto a Brousse, y con la intención de influir clandestinamente en otras regiones desde Suiza, lanzó un periódico anarquista en francés (L'Avant Garde) relativamente exitoso y otro en alemán (Arbeiterzeitung), que redundó en un fracaso y dejó de salir algunos meses después. Kropotkin se trasladó a Verviers, en Bélgica, para participar del último congreso de la de la sección bakuninista en la Primera Internacional, donde actuó como delegado de los rusos en el exilio y llevó a cabo la tarea de redactar las actas del congreso. Debido a rumores de que sería detenido, tuvo que abandonar el congreso, embarcando desde Amberes hacia Londres.
A continuación, viajó a Francia, contactándose con Andrea Costa, prosiguiendo los estudios sobre la Revolución francesa que había iniciado en Londres. Las actividades clandestinas de Kropotkin llamaron la atención policial a principios de 1878, por lo que tuvo que retornar a Ginebra a fines de abril. Poco después visitó España, para interiorizarse de la situación del movimiento, visita que le causó una fuerte impresión al conocer un movimiento anarquista de masas, regresando en agosto a Ginebra.22 Inmediatamente participó de un congreso de grupos anarquistas suizos en Friburgo, donde se evidenció la sensible decadencia de la Federación del Jura. El 8 de octubre de 1878 contrajo matrimonio con la joven rusa emigrada Sofía Ananiev. El 10 de diciembre las autoridades suizas clausuraron L'Avant Garde, y luego detuvieron a Brousse por poco tiempo. Iniciaron un nuevo periódico que continuase al anterior, y el 22 de febrero apareció Le Révolté, que debido a falta de participantes era redactado casi por entero por Kropotkin. El periódico fue un éxito, y para abril de 1879 contaba con 550 suscriptores, lo que les permitió comprar a crédito su propia imprenta propia, fundando la Imprimerie Jurassienne.23
[editar] Teórico y Propagandista
Desde las páginas de Le Révolté, Kropotkin presentó las primeras formulaciones del anarcocomunismo, su principal aporte a la ideología anarquista. El primer artículo sobre el tema apareció el 1 de diciembre y se titulaba La idea anarquista desde el punto de vista de su realización práctica. Afirmaba allí que la revolución debía basarse en las federaciones de comunas locales y los grupos independientes, evolucionando la sociedad desde una etapa colectivista de apropiación de los medios de producción por las comunas, hacia el comunismo.24 Durante 1880, invitado por Eliseo Reclus a colaborar en su Geografía Universal, Piotr y Sofía se trasladaron a Clarens.
Aquí, con el concurso de mi mujer, con quien solía discutir sobre todos los acontecimientos y los trabajos realizados, y que ejercía una severa crítica literaria sobre estos últimos, fue donde produje lo mejor que hice para el Révolté, entre lo cual se encuentra el llamamiento A los jóvenes, que tanta aceptación halló en todas partes. En una palabra, en este lugar eché los cimientos y tracé las líneas generales de todo lo que escribí más adelante. En Clarens, además del trato con Eliseo Reclus y Lefrançais, que desde entonces he cultivado siempre, me hallaba en íntimas relaciones con los obreros, y aunque trabajaba bastante en la geografía todavía me era dado contribuir en mayor escala que de ordinario a la propaganda anarquista.
P. Kropotkin; Memorias de un revolucionario.
En marzo de 1881 su amigo Stepniak le comunicó la noticia del asesinato del zar Alejandro II, por miembros del grupo Naródnaya Volia. La represión sobre el movimiento revolucionario, con la ejecución de su ex-compañera del Círculo Tchaicovsky, Sofía Verovskaya, indignó a Kropotkin, que imprimió un folleto La verdad sobre las ejecuciones en Rusia y fue orador en actos de protesta. La policía ginebrina lo interrogó, pero finalmente decidió no arrestarlo. El 10 de julio partió hacia París y luego rumbo a Londres, para asistir como delegado al Congreso Socialista Revolucionario Internacional. Debido a la pobreza de Kropotkin, su amigo y compañero Varlaam Nikolaevich Cherkesov, realizó una colecta para pagar su viaje. En una carta a Malatesta, Kropotkin explicaba sus dificultades económicas:25
Le Révolté y todo lo demás me ocupan normalmente una semana, de modo que me quedan dos semanas por mes en las que he de ganar 150 a 200 francos para nosotros dos, 50 francos para Robert, otros 40 para los rusos, 30 para correspondencia, de 10 a 15 para papel, etc; en total más de 350 francos.
P. Kropotkin
Kropotkin participó del congreso en Londres, pero terminó decepcionado por el tono caótico de las discusiones y porque finalmente no se trató el tema por el que se había convocado: la conformación de una nueva Internacional. Permaneció en Inglaterra durante un mes y regresó a Suiza. A poco de volver, fue expulsado por el gobierno suizo debido a las presiones del Imperio ruso. Abandonó Ginebra el 30 de agosto y se estableció en el pueblito francés de Thonon, al otro lado del lago Lemán. La redacción de Le Révolté quedó a cargo de Herzig y Dumartheray, aunque Kropotkin seguiría colaborando desde el exterior. Allí permanecieron dos meses hasta que Sofía terminó sus estudios de bachillerato en Ginebra.
En noviembre de 1881 viajó con su esposa a Inglaterra, brindando algunas conferencias en su tránsito hacia París, donde contactó con Jean Grave. En Inglaterra no tuvo muchos contactos con anarquistas, con excepción de Malatesta, Cafiero y Eliseo Reclus, cuando pasaron por la isla. Durante 1882 trabó amistad con los marxistas ingleses Ernest Belfort Bax y H. M. Hyndman; este último le presentó a James Knowles, editor de The Nineteenth Century, publicación con la que colaboraría por tres décadas. Siguió escribiendo para Nature, The Times y The Fortnightly Review, además de hacerlo para la Enciclopedia Británica. En Le Révolté publicó dos artículos de trascendencia: La ley y la autoridad y Gobierno revolucionario. Durante su estancia en Inglaterra se involucró mucho con la situación de Rusia, y la expuso en clubes de obreros, en algunos mítines que organizó junto a Tchaicovsky; luego exponían el ideario anarquista. Si bien la concurrencia era escasa, esta situación cambió al visitar los círculos de mineros en Escocia, donde sus exposiciones atraían a multitud de obreros.
La atmósfera deprimente y apática de Londres impulsó al matrimonio a regresar a Francia, donde el movimiento anarquista estaba floreciente y activo, arribando a Thonon el 26 de octubre. Allí dieron alojamiento a un joven hermano de Sofía, agonizante a causa de la tuberculosis. Las actividades revolucionarias en Lyon, donde había unos 3000 anarquistas activos, los desórdenes provocados por la crisis de la industria sedera y algunos conatos de violencia, fueron la excusa para arrestar a Kropotkin, que nada tenía que ver con los disturbios, junto a sesenta anarquistas. El 21 de diciembre de 1882 Kropotkin fue detenido por la policía, horas después de la muerte de su joven cuñado. Durante el entierro, Reclús y otros anarquistas movilizaron a los campesinos de la zona, como forma de protesta por las detenciones.
El gobierno francés deseaba hacer de aquello uno de esos grandes procesos que causan fuerte impresión en el país; pero no había medio de envolver a los anarquistas presos en la causa de las explosiones, pues hubiera sido necesario concluir por llevarlos ante un jurado que, probablemente, nos habría absuelto, y en consecuencia, se adoptó la maquiavélica política de perseguirnos por haber pertenecido a la Asociación Internacional de los Trabajadores. Hay en Francia una ley, votada inmediatamente después de la caída de la Comuna, por la cual se puede hacer comparecer a cualquiera ante un juez de instrucción, por haber pertenecido a dicha sociedad. El máximo de la pena es de cinco años, y el gobierno tiene siempre la seguridad de que el tribunal ordinario le dejará complacido.
P. Kropotkin, Memorias de un revolucionario
Prisión en Francia
Fue acusado de pertenecer a la Internacional, y sentenciado a cinco años de prisión y 1000 francos de multa por sus actividades anarquistas; fue la condena más severa de todas. La prensa independiente, incluso hasta el moderado Journal des Economistes, protestó contra las condenas criticando a los magistrados por condenarlos sin fundamentos. Los anarquistas, en especial Bernard, Gautier y Kropotkin, aprovecharon el juicio para dar publicidad a sus ideas pronunciando encendidos discursos.
Fue trasladado de Lyon a la prisión de Clairvaux, en la vieja abadía de San bernardo, donde se se le dio estatus de prisionero político. Durante este período siguió escribiendo para la Geografía Universal y la Enciclopedia Británica, además de continuar sus contribuciones con The Nineteenth Century, destacándose el artículo What Geography ought to be.26 Las condiciones de detención no fueron esta vez tan sufridas como cuando estuvo prisionero en Rusia, ya que las autoridades les permitían cultivar verduras, jugar a los bolos y trabajar en un taller de encuadernación. Kropotkin aprovechaba el tiempo para dar clases de idiomas, matemáticas, física y cosmografía a los otros reclusos. Podían escribir y recibir cartas, bajo un régimen de censura. Podían recibir libros y revistas, pero no periódicos, mucho menos de tendencia socialista.
Kropokin recibió desde París la preocupación de la Academia Francesa de Ciencias, que se ofreció a enviarle libros para sus investigaciones; desde Inglaterra también se escucharon muestras de solidaridad, redactándose un petitorio en su favor, firmado por 15 profesores universitarios, los directivos del Museo Británico, la Sociedad Real de Minas, la Royal Geographical Society, la Enciclopedia Británica, y nueve periódicos ingleses, además de personalidades como William Morris, Patrick Geddes y Alfred Russel Wallace. El petitorio fue presentado al ministro francés de Justicia por el escritor Victor Hugo, rechazando la petición.27 Hacia fines de 1883 Kropotkin contrajo malaria, enfermedad endémica de la región, comprometiendo su salud durante algunos meses.28 Mientras tanto, Reclús reunió los artículos de Kropotkin para Le Révolté en un volumen que se publicó en París en noviembre de 1885, titulado Palabras de un rebelde.
Las peticiones de libertad presionaron tanto al gobierno francés que el primer ministro Freycinet se vio obligado a declarar que "razones diplomáticas impiden la liberación de Kropotkin", generando una reacción mayor de la opinión pública al admitir las exigencias del Zar en la política interior de Francia. El gobierno francés no tuvo más remedio que perdonar a los detenidos y liberarlos el 15 de enero de 1886.29 Kropotkin y Sofía, quebrados económicamente se trasladaron a París, donde pudieron obtener medios de subsistencia más adecuados. Para prevenir una posible deportación a Rusia por parte del gobierno francés, Kropokin decidió establecerse en Inglaterra, no sin pronunciar el 28 de febrero de 1886, en la víspera de su partida, el discurso El anarquismo y su lugar en la evolución socialista ante varios miles de personas.
Sus experiencia vividas como prisionero en Rusia y Francia, provocaron en Kropotkin su rechazo hacia toda forma de encarcelamiento como forma de recuperación social y moral de los detenidos. Posteriormente estas impresiones se volcarían en un texto publicado en Inglaterra en marzo de 1887, En las prisiones rusas y francesas. La primera edición de este libro fue comprada por los agentes del gobierno ruso para impedir su difusión, logrando destruir la mayor parte de los ejemplares. Finalmente se reeditó años después.
...he podido convencerme a mi mismo de que, en cuanto a sus efectos sobre el preso y sus resultados para la sociedad en general, las mejores prisiones reformadas -sean o no celulares- son tan malas, o aún peores, que las sucias cárceles antiguas. Ellas no mejoran al preso; por el contrario, en la inmensa y abrumadora mayoría de casos, ejercen sobre ellos los efectos más lamentables. El ladrón, el estafador y el granuja que han pasado algunos años en un penal, salen de él más dispuestos que nunca a continuar por el mismo camino, hallándose mejor preparados para ello, habiendo aprendido a hacerlo mejor, estando más enconados contra la sociedad y encontrando una justificación más sólida de su rebeldía contra sus leyes y costumbres, razón por la cual tienen, necesaria e inevitablemente, que caer cada vez más hondo en la sima de los actos antisociales que por primera vez le llevaron ante los jueces.
P. Kropotkin; Memorias de un revolucionario
Por orden del zar Nicolás I a los doce años ingresó al Cuerpo de Pajes en San Petersburgo, la academia militar más selecta de Rusia, que suministraba al imperio sus asesores y funcionarios de élite. Si bien Kropotkin detestaba la disciplina militar de la escuela, su formación académica fue intensiva, recibiendo una educación racionalista y liberal,2 con un fuerte énfasis en las ciencias.3
[editar] Explorador y geógrafo
Finalizada su preparación, sirvió en el Ejército ruso desde 1862 hasta 1867. Durante este periodo, fue comisionado a una expedición a Siberia como parte de su servicio militar. Kropotkin decidió partir hacia ese destino, -pudiendo elegir uno más cómodo- para alejarse de la vida de la corte capitalina, que le resultaba desagradable y opresiva. Partió hacia su destino en Irkutsk el 24 de junio de 1862, y fue nombrado ayudante de campo del general Kukel; finalmente se asentaron en la aldea de Chitá, la capital regional.4
Los cinco años que pasé en Siberia fueron para mi muy instructivos respecto al carácter y la vida humanos. Me vi puesto en contacto con hombres de todas las condiciones, los mejores y los peores; aquellos que se encontraban en la cúspide de la sociedad y los que vegetaban en su mismo fondo; esto es, los vagabundos y los llamados criminales empedernidos. Tuve sobradas ocasiones para observar los hábitos y costumbres de los campesinos en su labor diaria, y aun más, para apreciar lo poco que la administración oficial podía hacer en su favor, aun cuando se hallara animada de las mejores intenciones.
Su principal tarea fue hacer una evaluación del cruel sistema penitenciario siberiano para su reforma, que lo impresionó profundamente al revelarle las deficiencias de la burocracia estatal y la corrupción administrativa, así como le permitió observar las primeras formas de cooperación directa y autónoma entre campesinos y cazadores.5 En Siberia conoció al poeta ruso Mikhail Larionovich Mikhailov, que había sido condenado a trabajos forzados por sus ideas revolucionarias, que lo introdujo a las ideas anarquistas, recomendándole la lectura de Proudhon.6 Estos años en Siberia fueron determinantes para la posterior evolución ideológica de Kropotkin:
Aun cuando no formulé entonces mis observaciones en términos análogos a los usados por los partidos militantes, puedo decir ahora que perdí en Siberia toda la fe que antes pudiera haber tenido en la disciplina del Estado, preparándose así el terreno para convertirme en anarquista.
P. Kropotkin; Memorias de un revolucionario.
Entre 1864 y 1866 realizó varias exploraciones en el territorio inexplorado de Manchuria. La última expedición fue la más fructífera en el aspecto científico, abarcando la región montañosa del norte de Siberia entre los ríos Lena y Amur. Esta empresa proporcionó conocimientos científicos de gran valor: ayudó a conocer mejor la estructura geográfica de la región siberiana; el descubrimiento de restos fósiles contribuyó a elaborar su posteriores teorías glaciares; se enriqueció el conocimiento sobre la fauna siberiana, proporcionando datos a Kropotkin sobre el apoyo mutuo (o cooperación intraespecífica) y el altruismo en sociedades animales; y por último, se descubrió la ruta desde Chitá y la región del lago Baikal hasta la tundra del norte.7
Una insurrección de prisioneros polacos en Siberia y su cruel represión por parte de las autoridades zaristas, causaron que Piotr Kropotkin y su hermano, Alejandro, decidieran abandonar el servicio militar. Regresó a San Petersburgo en 1867, ingresó en la Universidad y presentó a la Sociedad Geográfica Rusa un informe sobre su expedición de Vitim, que fue publicado y le valió una medalla de oro. Fue nombrado secretario de la sección de Geografía Física de la Sociedad Geográfica rusa. Exploró los glaciares de Finlandia y Suecia en nombre de la mencionada agrupación desde 1871 hasta 1873. Su trabajo más importante en esta época fue el estudio de la estructura orográfica de Asia, donde refutó las hipótesis de tipo conjetural basadas en el modelo alpino propuestas por Alexander von Humboldt. Aunque posteriormente otros investigadores descubrieron estructuras más complejas, las líneas generales del enfoque que ideó Kropotkin se han mantenido vigentes hasta la actualidad.8 Otro trabajo de gran importancia fue el informe que escribió sobre los resultados de su expedición a Finlandia. En 1874 dio una conferencia en la que expuso su teoría según la cual la capa de hielo de la glaciación había alcanzado el centro de Europa; una idea que iba en contra de la sabiduría convencional de la época. Su proposición generó una polémica, que finalizó con su posterior aceptación por la comunidad científica.9 Finalmente, la tercera gran contribución de Kropotkin a la teoría de la ciencia geográfica fue su hipótesis sobre la desecación de Eurasia como consecuencia del retroceso de la glaciación de la era precedente. Todas estas ideas fueron concebidas cuando aún no había llegado a cumplir 30 años, lo cual hacía presuponer un gran futuro como investigador. El prestigio de su obra geográfica fue tan considerable que fue propuesto como presidente de la sección de Geografía Física de la Sociedad Geográfica Rusa.10 Pero Kropotkin no aceptó el nombramiento, porque su interés se había volcado hacia las actividades revolucionarias:
En el otoño de 1871, hallándome ocupado en Finlandia, caminando lentamente a pie hacia la costa, a lo largo del ferrocarril recientemente construido, observando atentamente los parajes donde primero debieron aparecer las muestras inequívocas de la primitiva extensión del mar, que siguió al período glacial, recibí un telegrama de la susodicha corporación, en el que se me decía: "El Consejo os ruega aceptéis el cargo de secretario de la Sociedad." Al mismo tiempo, el secretario saliente me suplicaba encarecidamente que prestara buena acogida a la proposición.
Dibujo de la fortaleza de Skanslandet en Sveaborg, Helsingfors, hecho por Kropotkin como parte de su investigación en Finlandia.
Se habían realizado mis esperanzas; pero al mismo tiempo, otras ideas y otras aspiraciones habían invadido mi pensamiento. Después de meditar detenidamente sobre lo que debería contestar, telegrafié: "Gracias encarecidas; pero no puedo aceptar".
P. Kropotkin, Memorias de un revolucionario
Pensamientos revolucionarios
Mientras realizaba estas investigaciones, también se dedicó a estudiar los escritos de los principales teóricos de la política, y comenzó a solidarizarse con las penosas condiciones de los campesinos. Las propias observaciones, la experiencia directa y su íntimo contacto con la miseria y la pobreza del campesinado ruso y finlandés, durante su labor científica como explorador, fueron las causas que impulsaron a Kropotkin a abandonar la actividad científica:11
¿Pero qué derecho tenía yo a estos goces de un orden elevado, cuando todo lo que me rodeaba no era más que miseria y lucha por un triste bocado de pan, cuando por poco que fuese lo que yo gastase para vivir en aquel mundo de agradables emociones, había por necesidad de quitarlo de la boca misma de quienes cultivaban el trigo y no tenían suficiente pan para sus hijos? De la boca de alguien ha de tomarse forzosamente, puesto que la agregada producción de la humanidad permanece aún tan limitada... Por eso contesté negativamente a la Sociedad Geográfica.
P. Kropotkin, Memorias de un revolucionario
La herencia recibida a la muerte de su padre le proporcionó el acceso a copiosos recursos económicos, que le permitieron realizar un viaje a Europa occidental de tres meses de duración. en En febrero de 1872, partió de San Petersburgo rumbo a Zúrich, (Suiza), para conocer de primera mano la situación del movimiento obrero europeo.11 Allí contactó con el grupo de exiliados rusos que estaban fuertemente influenciados por las ideas de Bakunin. Entre estos se encontraban su parienta Sofía Nicolaevna Lavrov, Nadeshdna Smezkaia y Mikhail Sazhin (un discípulo de Bakunin más conocido como Armand Ross).12 En Ginebra se incorporó como miembro a la Primera Internacional. En primer lugar visitó y contactó con los sectores marxistas, en especial al grupo ruso dirigido por Nicolai Utin. Pero no aprobaba el tipo de socialismo ni el estilo político que impulsaban en la Primera Internacional. Tras cinco semanas de conocer al sector marxista, muy contrariado por el comportamiento oportunista de sus dirigentes, decidió conocer a los grupos de la tendencia bakuninista.13 14 El anarquista Nicolai Zhukovski le recomendó abandonar Ginebra y viajar al Jura, donde el movimiento era más fuerte. Kropotkin estudió el programa más radicalizado de la Federación del Jura en Neuchâtel y pasó largo tiempo en compañía de sus más prominentes miembros, adoptando definitivamente la visión anarquista.15 Allí visitó a James Guillaume -compañero, amigo y posteriormente biógrafo de Bakunin- con quien trabó amistad. A comienzos de mayo ya estaba de vuelta en Rusia. Una vez en San Petersburgo retomó sus investigaciones geográficas, y tomó parte activa como propagandista revolucionario vinculado al Círculo Tchaicovsky, invitado por el geógrafo Dimitri Klements.16
Mientras tanto, Kropotkin continuó sus trabajos de investigación en Finlandia y sus colaboraciones con la Sociedad Geográfica. En San Petersburgo, asistía a las reuniones nocturnas del Círculo Tchaicovsky disfrazado de campesino y con el nombre falso de Borodin.11 17 Por ese entonces muchos de sus compañeros habían sido detenidos por la policía zarista.
Durante los dos años de que vengo hablando se hicieron muchas detenciones, tanto en San Petersburgo como en provincias. No se pasaba un mes sin que experimentáramos la pérdida de alguno, o supiéramos que ciertos miembros de este o aquel grupo provincial habían desaparecido. Hacia fines de 1873, los arrestos se hicieron cada vez más frecuentes. En noviembre, uno de nuestros principales centros, situado en un barrio extremo de la capital, fue invadido por la policía. Perdimos a Peróvskaia y tres amigos más, teniendo que suspender todas nuestras relaciones con los obreros de este arrabal. Fundamos un nuevo punto de reunión más a las afueras todavía, pero pronto hubo que abandonarlo. La policía extremó la vigilancia, y la presencia de un estudiante en los barrios de los trabajadores era al punto advertida, circulando espías entre los obreros, a quienes no se perdía de vista. Dimitri, Klementz, Serguéi y yo, con nuestras zamarras y nuestro aspecto de campesinos, pasamos inadvertidos, y continuamos frecuentando el terreno vigilado por el enemigo; pero ellos, cuyos nombres habían adquirido gran notoriedad en dichos barrios, eran objeto de todas las pesquisas; y si hubieran sido hallados casualmente en uno de los registros nocturnos en casa de algún amigo, en el acto los hubieran arrestado.
P. Kropotkin, Memorias de un revolucionario
A fines de 1873, al día siguiente de rechazar la presidencia de la Sociedad Geográfica, Kropotkin fue arrestado por la policía.18
La noche se pasó sin novedad. Eché una ojeada a mis papeles, destruí todo lo que pudiera comprometer a alguien, arreglé mis efectos y me dispuse a marchar (...) y bajé rápidamente, saliendo de la casa. A la puerta no había más que un coche de punto; monté en él, y el conductor me llevó al Nevsky Prospekt. Al principio nadie nos perseguía, y me consideré a salvo; pero a poco observé que venía otro carruaje a todo correr tras el nuestro, y habiendo tenido que moderar su marcha el caballo que nos conducía, aquél nos tomó la delantera. En él vi con sorpresa a uno de los dos tejedores que habían sido detenidos, acompañado de otra persona. Me hizo señas con la mano, como si tuviera algo que decirme, y yo ordené al cochero que parara. Tal vez -pensé- haya sido puesto en libertad y tenga algo importante que comunicarme. Pero tan pronto como nos detuvimos, el que acompañaba al tejedor -era un policía- gritó: "¡Señor Borodin, príncipe Kropotkin, quedáis detenido!" Hizo seña a los guardias, que tanto abundan en las principales calles de San Petersburgo, y al mismo tiempo saltó a mi coche y me mostró un papel con el sello de la policía de la capital, diciendo al mismo tiempo: "Tengo orden de conduciros ante el gobernador general para que deis una explicación."
P. Kropotkin, Memorias de un revolucionario
Trasladado a las oficinas de la policía política secreta, la Sección Tercera, fue interrogado durante algunos días. Su detención causó sensación en San Petersburgo, además de la irritación del emperador, ya que Kropotkin había sido durante mucho tiempo su ayudante personal. Fue encarcelado en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo en una celda solitaria, oscura y húmeda. Los notables de la Sociedad Geográfica, sus amigos y en especial su hermano Alejandro intervinieron en su favor para que se le permitiese continuar con sus investigaciones geográficas, por lo que pudo acceder a libros, papel y lápices. A principios de 1875 su hermano fue detenido por el régimen zarista por escribir una carta a Piotr Lavrovich Lavrov.19 La detención de su hermano y la desarticulación de los círculos revolucionarios -se hicieron unas 2000 detenciones- produjeron un fuerte derrumbe psicológico en Kropotkin. También se produjo un colapso físico causado por el escorbuto.
En marzo de 1876 lo trasladaron a la cárcel de San Petersburgo, donde las condiciones de vida eran más insalubres aún que en la fortaleza, aunque allí había muchas más facilidades para recibir visitas y romper el aislamiento. Pero su deterioro físico se acentuó haciendo peligrar su vida, por lo que los médicos prescribieron su traslado al hospital contiguo a la Prisión Militar de San Petersburgo. El cambio a un ambiente aireado, iluminado y limpio, con una mejor alimentación, favorecieron la recuperación de su salud. Mientras tanto, sus amigos comenzaron a pergeñar planes para su escape de la prisión.20 Después de varios preparativos, acordando un sistema de señales con el exterior, Kropotkin escapó corriendo a través del patio de la prisión al que concurría a practicar sus ejercicios diarios, al abrirse el portón para dar paso a los carros de los proveedores de leña. Perseguido por los guardias montó a un coche que lo esperaba y se perdió en la multitud.
Vi con terror que el carruaje se hallaba ocupado por un hombre vestido de paisano y con gorra militar, que estaba sentado sin volver la cabeza hacia mí. Mi primera impresión fue que había sido vendido. Los compañeros me decían en su última carta: "Una vez en la calle, no os entreguéis; no os faltarán amigos que os defiendan en caso de necesidad". Yo no quería saltar al coche, si estaba ocupado por un enemigo; pero al acercarme a aquél, noté que el individuo tenía patillas rubias muy parecidas a las de uno de mis mejores amigos, que, aunque no pertenecía a nuestro círculo, me profesaba verdadera amistad, a la que yo correspondía, y en más de una ocasión pude apreciar su valor admirable, y hasta qué punto se volvían hercúleas sus fuerzas en los momentos de peligro. ¿Será posible -decía yo- que sea él? Y estaba a punto de pronunciar su nombre, cuando, conteniéndome a tiempo, toqué las palmas, sin dejar de correr, para llamarle la atención. Entonces se volvió hacia mi y supe quién era. "¡Subid, subid pronto!" -gritó con voz terrible, y después, dirigiéndose al cochero revólver en mano, añadió-: "¡Al galope, al galope, u os salto la tapa de los sesos!" El caballo, que era un excelente animal, comprado expresamente para el caso, salió en el acto galopando. Una multitud de voces resonaban a nuestra espalda, gritando: "¡Paradlos! ¡Detenedlos!" en tanto que mi amigo me ayudaba a ponerme un elegante abrigo y un claque.
P. Kropotkin. Memorias de un revolucionario.
Después de refugiarse momentáneamente en una casa, cambió sus ropas y fue llevado a una barbería, donde afeitaron su copiosa barba. Luego partieron hacia un paseo muy concurrido de San Petersburgo y cenaron a la vista de todo el mundo en un restaurante de moda, ocultándose finalmente en un pueblito de las afueras. Mientras tanto, las fuerzas de seguridad registraban las casas de sus amigos, sin encontrar pistas. Vestido como oficial militar, Kropotkin se dirigió hacia el pequeño puerto de Vaasa, en el golfo de Botnia, embarcando rumbo a Suecia y continuando hacia Noruega. Desde allí tomó un buque británico hacia el puerto de Hull, Inglaterra.
[editar] El largo exilio
En los primeros días de agosto de 1876, Kropotkin desembarcó en Hull, con el nombre falso de "Alexis Lavashov". Se estableció en Edimburgo, pero pronto se mudó a Londres, donde tenía más recursos para ganarse la vida. Comenzó a colaborar con las publicaciones The Time y la prestigiosa Nature, entablando amistad con el subdirector de la revista, James Scott Keltie. Paralelamente retomó contacto epistolar con James Guillaume, residente en Suiza, quien lo contactó con el bakuninista Paul Robin, que alcanzó celebridad como reformador sexual, y que propiciaba un control de la natalidad y la eliminación de la prostitución. Kropotkin y Robin tuvieron debates y discusiones sobre temáticas sociales, revelándose una faceta puritana en el pensamiento del ex-príncipe ruso.
Después de un corto período en Inglaterra, se estableció en Suiza, llegando a Neuchatel en diciembre de 1876, donde se incorporó a la Federación del Jura. Allí conoció a Carlo Cafiero y Errico Malatesta, los dos miembros más prominentes de la sección italiana de la Internacional. Decidido a establecerse en el continente, realizó un breve viaje a Inglaterra para arreglar cuestiones laborales con le revista Nature, partiendo el 23 de enero hacia Ostende y de alí a Verviers (Bélgica), para intentar organizar al movimiento local, pero la defección de su amigo Paul Brousse llevó a Kropotkin a continuar hasta Ginebra. Allí se reunió con su viejo amigo, Dimitri Klemetz, y se contactó en Vevey con el célebre geógrafo anarquista Eliseo Reclus. Junto a Brousse, y con la intención de influir clandestinamente en otras regiones desde Suiza, lanzó un periódico anarquista en francés (L'Avant Garde) relativamente exitoso y otro en alemán (Arbeiterzeitung), que redundó en un fracaso y dejó de salir algunos meses después. Kropotkin se trasladó a Verviers, en Bélgica, para participar del último congreso de la de la sección bakuninista en la Primera Internacional, donde actuó como delegado de los rusos en el exilio y llevó a cabo la tarea de redactar las actas del congreso. Debido a rumores de que sería detenido, tuvo que abandonar el congreso, embarcando desde Amberes hacia Londres.
A continuación, viajó a Francia, contactándose con Andrea Costa, prosiguiendo los estudios sobre la Revolución francesa que había iniciado en Londres. Las actividades clandestinas de Kropotkin llamaron la atención policial a principios de 1878, por lo que tuvo que retornar a Ginebra a fines de abril. Poco después visitó España, para interiorizarse de la situación del movimiento, visita que le causó una fuerte impresión al conocer un movimiento anarquista de masas, regresando en agosto a Ginebra.22 Inmediatamente participó de un congreso de grupos anarquistas suizos en Friburgo, donde se evidenció la sensible decadencia de la Federación del Jura. El 8 de octubre de 1878 contrajo matrimonio con la joven rusa emigrada Sofía Ananiev. El 10 de diciembre las autoridades suizas clausuraron L'Avant Garde, y luego detuvieron a Brousse por poco tiempo. Iniciaron un nuevo periódico que continuase al anterior, y el 22 de febrero apareció Le Révolté, que debido a falta de participantes era redactado casi por entero por Kropotkin. El periódico fue un éxito, y para abril de 1879 contaba con 550 suscriptores, lo que les permitió comprar a crédito su propia imprenta propia, fundando la Imprimerie Jurassienne.23
[editar] Teórico y Propagandista
Desde las páginas de Le Révolté, Kropotkin presentó las primeras formulaciones del anarcocomunismo, su principal aporte a la ideología anarquista. El primer artículo sobre el tema apareció el 1 de diciembre y se titulaba La idea anarquista desde el punto de vista de su realización práctica. Afirmaba allí que la revolución debía basarse en las federaciones de comunas locales y los grupos independientes, evolucionando la sociedad desde una etapa colectivista de apropiación de los medios de producción por las comunas, hacia el comunismo.24 Durante 1880, invitado por Eliseo Reclus a colaborar en su Geografía Universal, Piotr y Sofía se trasladaron a Clarens.
Aquí, con el concurso de mi mujer, con quien solía discutir sobre todos los acontecimientos y los trabajos realizados, y que ejercía una severa crítica literaria sobre estos últimos, fue donde produje lo mejor que hice para el Révolté, entre lo cual se encuentra el llamamiento A los jóvenes, que tanta aceptación halló en todas partes. En una palabra, en este lugar eché los cimientos y tracé las líneas generales de todo lo que escribí más adelante. En Clarens, además del trato con Eliseo Reclus y Lefrançais, que desde entonces he cultivado siempre, me hallaba en íntimas relaciones con los obreros, y aunque trabajaba bastante en la geografía todavía me era dado contribuir en mayor escala que de ordinario a la propaganda anarquista.
P. Kropotkin; Memorias de un revolucionario.
En marzo de 1881 su amigo Stepniak le comunicó la noticia del asesinato del zar Alejandro II, por miembros del grupo Naródnaya Volia. La represión sobre el movimiento revolucionario, con la ejecución de su ex-compañera del Círculo Tchaicovsky, Sofía Verovskaya, indignó a Kropotkin, que imprimió un folleto La verdad sobre las ejecuciones en Rusia y fue orador en actos de protesta. La policía ginebrina lo interrogó, pero finalmente decidió no arrestarlo. El 10 de julio partió hacia París y luego rumbo a Londres, para asistir como delegado al Congreso Socialista Revolucionario Internacional. Debido a la pobreza de Kropotkin, su amigo y compañero Varlaam Nikolaevich Cherkesov, realizó una colecta para pagar su viaje. En una carta a Malatesta, Kropotkin explicaba sus dificultades económicas:25
Le Révolté y todo lo demás me ocupan normalmente una semana, de modo que me quedan dos semanas por mes en las que he de ganar 150 a 200 francos para nosotros dos, 50 francos para Robert, otros 40 para los rusos, 30 para correspondencia, de 10 a 15 para papel, etc; en total más de 350 francos.
P. Kropotkin
Kropotkin participó del congreso en Londres, pero terminó decepcionado por el tono caótico de las discusiones y porque finalmente no se trató el tema por el que se había convocado: la conformación de una nueva Internacional. Permaneció en Inglaterra durante un mes y regresó a Suiza. A poco de volver, fue expulsado por el gobierno suizo debido a las presiones del Imperio ruso. Abandonó Ginebra el 30 de agosto y se estableció en el pueblito francés de Thonon, al otro lado del lago Lemán. La redacción de Le Révolté quedó a cargo de Herzig y Dumartheray, aunque Kropotkin seguiría colaborando desde el exterior. Allí permanecieron dos meses hasta que Sofía terminó sus estudios de bachillerato en Ginebra.
En noviembre de 1881 viajó con su esposa a Inglaterra, brindando algunas conferencias en su tránsito hacia París, donde contactó con Jean Grave. En Inglaterra no tuvo muchos contactos con anarquistas, con excepción de Malatesta, Cafiero y Eliseo Reclus, cuando pasaron por la isla. Durante 1882 trabó amistad con los marxistas ingleses Ernest Belfort Bax y H. M. Hyndman; este último le presentó a James Knowles, editor de The Nineteenth Century, publicación con la que colaboraría por tres décadas. Siguió escribiendo para Nature, The Times y The Fortnightly Review, además de hacerlo para la Enciclopedia Británica. En Le Révolté publicó dos artículos de trascendencia: La ley y la autoridad y Gobierno revolucionario. Durante su estancia en Inglaterra se involucró mucho con la situación de Rusia, y la expuso en clubes de obreros, en algunos mítines que organizó junto a Tchaicovsky; luego exponían el ideario anarquista. Si bien la concurrencia era escasa, esta situación cambió al visitar los círculos de mineros en Escocia, donde sus exposiciones atraían a multitud de obreros.
La atmósfera deprimente y apática de Londres impulsó al matrimonio a regresar a Francia, donde el movimiento anarquista estaba floreciente y activo, arribando a Thonon el 26 de octubre. Allí dieron alojamiento a un joven hermano de Sofía, agonizante a causa de la tuberculosis. Las actividades revolucionarias en Lyon, donde había unos 3000 anarquistas activos, los desórdenes provocados por la crisis de la industria sedera y algunos conatos de violencia, fueron la excusa para arrestar a Kropotkin, que nada tenía que ver con los disturbios, junto a sesenta anarquistas. El 21 de diciembre de 1882 Kropotkin fue detenido por la policía, horas después de la muerte de su joven cuñado. Durante el entierro, Reclús y otros anarquistas movilizaron a los campesinos de la zona, como forma de protesta por las detenciones.
El gobierno francés deseaba hacer de aquello uno de esos grandes procesos que causan fuerte impresión en el país; pero no había medio de envolver a los anarquistas presos en la causa de las explosiones, pues hubiera sido necesario concluir por llevarlos ante un jurado que, probablemente, nos habría absuelto, y en consecuencia, se adoptó la maquiavélica política de perseguirnos por haber pertenecido a la Asociación Internacional de los Trabajadores. Hay en Francia una ley, votada inmediatamente después de la caída de la Comuna, por la cual se puede hacer comparecer a cualquiera ante un juez de instrucción, por haber pertenecido a dicha sociedad. El máximo de la pena es de cinco años, y el gobierno tiene siempre la seguridad de que el tribunal ordinario le dejará complacido.
P. Kropotkin, Memorias de un revolucionario
Prisión en Francia
Fue acusado de pertenecer a la Internacional, y sentenciado a cinco años de prisión y 1000 francos de multa por sus actividades anarquistas; fue la condena más severa de todas. La prensa independiente, incluso hasta el moderado Journal des Economistes, protestó contra las condenas criticando a los magistrados por condenarlos sin fundamentos. Los anarquistas, en especial Bernard, Gautier y Kropotkin, aprovecharon el juicio para dar publicidad a sus ideas pronunciando encendidos discursos.
Fue trasladado de Lyon a la prisión de Clairvaux, en la vieja abadía de San bernardo, donde se se le dio estatus de prisionero político. Durante este período siguió escribiendo para la Geografía Universal y la Enciclopedia Británica, además de continuar sus contribuciones con The Nineteenth Century, destacándose el artículo What Geography ought to be.26 Las condiciones de detención no fueron esta vez tan sufridas como cuando estuvo prisionero en Rusia, ya que las autoridades les permitían cultivar verduras, jugar a los bolos y trabajar en un taller de encuadernación. Kropotkin aprovechaba el tiempo para dar clases de idiomas, matemáticas, física y cosmografía a los otros reclusos. Podían escribir y recibir cartas, bajo un régimen de censura. Podían recibir libros y revistas, pero no periódicos, mucho menos de tendencia socialista.
Kropokin recibió desde París la preocupación de la Academia Francesa de Ciencias, que se ofreció a enviarle libros para sus investigaciones; desde Inglaterra también se escucharon muestras de solidaridad, redactándose un petitorio en su favor, firmado por 15 profesores universitarios, los directivos del Museo Británico, la Sociedad Real de Minas, la Royal Geographical Society, la Enciclopedia Británica, y nueve periódicos ingleses, además de personalidades como William Morris, Patrick Geddes y Alfred Russel Wallace. El petitorio fue presentado al ministro francés de Justicia por el escritor Victor Hugo, rechazando la petición.27 Hacia fines de 1883 Kropotkin contrajo malaria, enfermedad endémica de la región, comprometiendo su salud durante algunos meses.28 Mientras tanto, Reclús reunió los artículos de Kropotkin para Le Révolté en un volumen que se publicó en París en noviembre de 1885, titulado Palabras de un rebelde.
Las peticiones de libertad presionaron tanto al gobierno francés que el primer ministro Freycinet se vio obligado a declarar que "razones diplomáticas impiden la liberación de Kropotkin", generando una reacción mayor de la opinión pública al admitir las exigencias del Zar en la política interior de Francia. El gobierno francés no tuvo más remedio que perdonar a los detenidos y liberarlos el 15 de enero de 1886.29 Kropotkin y Sofía, quebrados económicamente se trasladaron a París, donde pudieron obtener medios de subsistencia más adecuados. Para prevenir una posible deportación a Rusia por parte del gobierno francés, Kropokin decidió establecerse en Inglaterra, no sin pronunciar el 28 de febrero de 1886, en la víspera de su partida, el discurso El anarquismo y su lugar en la evolución socialista ante varios miles de personas.
Sus experiencia vividas como prisionero en Rusia y Francia, provocaron en Kropotkin su rechazo hacia toda forma de encarcelamiento como forma de recuperación social y moral de los detenidos. Posteriormente estas impresiones se volcarían en un texto publicado en Inglaterra en marzo de 1887, En las prisiones rusas y francesas. La primera edición de este libro fue comprada por los agentes del gobierno ruso para impedir su difusión, logrando destruir la mayor parte de los ejemplares. Finalmente se reeditó años después.
...he podido convencerme a mi mismo de que, en cuanto a sus efectos sobre el preso y sus resultados para la sociedad en general, las mejores prisiones reformadas -sean o no celulares- son tan malas, o aún peores, que las sucias cárceles antiguas. Ellas no mejoran al preso; por el contrario, en la inmensa y abrumadora mayoría de casos, ejercen sobre ellos los efectos más lamentables. El ladrón, el estafador y el granuja que han pasado algunos años en un penal, salen de él más dispuestos que nunca a continuar por el mismo camino, hallándose mejor preparados para ello, habiendo aprendido a hacerlo mejor, estando más enconados contra la sociedad y encontrando una justificación más sólida de su rebeldía contra sus leyes y costumbres, razón por la cual tienen, necesaria e inevitablemente, que caer cada vez más hondo en la sima de los actos antisociales que por primera vez le llevaron ante los jueces.
P. Kropotkin; Memorias de un revolucionario