[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Darletis Leyva González
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Las Tunas.- Cuando anocheció este 27 de septiembre los cubanos experimentamos otra vez la sensación de sentirnos invitados a festejar en familia, entre vecinos, que a veces son más que familia, un especial aniversario de esa organización que nos abraza a todos por igual, los Comité de Defensa de la Revolución (CDR).
Y es que esta vez los CDR cumplen más de medio siglo de vida; 51 razones para estar de fiesta; y así de palabras parecería una cifra sencilla, si no se recordara que detrás de esas más de cinco décadas está todo el trabajo, el patriotismo, la abnegación y el entusiasmo de un pueblo que siempre, con la guardia en alto, ha dicho presente.
Cada 27 de septiembre toda Cuba se llena de modestos, pero sinceros adornos, de banderas, carteles y sobre todo de mucha alegría. En casi todos los barrios el típico fogón de leña, el caldero que facilita un vecino, la chispa de los más activos para hacer la recolecta de especias, viandas, algún aporte proteico, todo destinado a la auténtica y tradicional caldosa cubana.
La cuadra se acondiciona para a las 12:00 de la noche, entre aplausos, consignas, abrazos, y entonando las notas de nuestro Himno Nacional, dar la bienvenida a un nuevo aniversario cederista. Así esperamos en este archipiélago el 28 de septiembre, día de los CDR, porque para los cubanos esta es una lumbrera, que congrega a todos, desde el barrio citadino hasta el marginal, en aras de preservar y cuidar los logros de nuestra Revolución.
Es un festejo de este pueblo humilde al cual se asiste con beneplácito porque es el momento idóneo para echar un pasillo, tomarse unos traguitos, conversar un rato y reflexionar sobre los problemas que afectan a la comunidad.
Para nadie es secreto que en Cuba no son pocas las necesidades y vivimos momentos tensos, pero el entusiasmo no cae al suelo cuando se trata de defender conquistas que hemos construido con nuestras manos. Es indudable ese don exclusivo que tenemos los cubanos de ver la vida siempre del lado positivo, de sentir que podemos salir adelante, a pesar de todo.
No vacilamos en compartir nuestra sangre por un bien mayor; aportamos materias primas; renunciamos a las horas de sueño y velamos por la propiedad individual y colectiva; cotizamos; contribuimos, si se trata de aliviar la desdicha de alguno, aunque estemos escasos y no dudamos en acompañar al vecino en pérdidas familiares. Ahí está el barrio todo.
En estas acciones, profundamente humanas, está la labor de los CDR, uniendo lazos sentimentales, aparentemente invisibles, y en la defensa de lo logrado con tanto sacrificio.
El aniversario 51 de los Comité de Defensa de la Revolución nos llega con cambios importantes en la economía y en nuestro modo de vivir, pero la confianza de los cubanos de verdad, está en los principios que hemos defendido siempre con dignidad, altruismo, vergüenza y mucha perseverancia, que son los tesoros más preciados que se tienen hoy en cada cuadra, en cada barrio, de nuestro país.
Darletis Leyva González
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Las Tunas.- Cuando anocheció este 27 de septiembre los cubanos experimentamos otra vez la sensación de sentirnos invitados a festejar en familia, entre vecinos, que a veces son más que familia, un especial aniversario de esa organización que nos abraza a todos por igual, los Comité de Defensa de la Revolución (CDR).
Y es que esta vez los CDR cumplen más de medio siglo de vida; 51 razones para estar de fiesta; y así de palabras parecería una cifra sencilla, si no se recordara que detrás de esas más de cinco décadas está todo el trabajo, el patriotismo, la abnegación y el entusiasmo de un pueblo que siempre, con la guardia en alto, ha dicho presente.
Cada 27 de septiembre toda Cuba se llena de modestos, pero sinceros adornos, de banderas, carteles y sobre todo de mucha alegría. En casi todos los barrios el típico fogón de leña, el caldero que facilita un vecino, la chispa de los más activos para hacer la recolecta de especias, viandas, algún aporte proteico, todo destinado a la auténtica y tradicional caldosa cubana.
La cuadra se acondiciona para a las 12:00 de la noche, entre aplausos, consignas, abrazos, y entonando las notas de nuestro Himno Nacional, dar la bienvenida a un nuevo aniversario cederista. Así esperamos en este archipiélago el 28 de septiembre, día de los CDR, porque para los cubanos esta es una lumbrera, que congrega a todos, desde el barrio citadino hasta el marginal, en aras de preservar y cuidar los logros de nuestra Revolución.
Es un festejo de este pueblo humilde al cual se asiste con beneplácito porque es el momento idóneo para echar un pasillo, tomarse unos traguitos, conversar un rato y reflexionar sobre los problemas que afectan a la comunidad.
Para nadie es secreto que en Cuba no son pocas las necesidades y vivimos momentos tensos, pero el entusiasmo no cae al suelo cuando se trata de defender conquistas que hemos construido con nuestras manos. Es indudable ese don exclusivo que tenemos los cubanos de ver la vida siempre del lado positivo, de sentir que podemos salir adelante, a pesar de todo.
No vacilamos en compartir nuestra sangre por un bien mayor; aportamos materias primas; renunciamos a las horas de sueño y velamos por la propiedad individual y colectiva; cotizamos; contribuimos, si se trata de aliviar la desdicha de alguno, aunque estemos escasos y no dudamos en acompañar al vecino en pérdidas familiares. Ahí está el barrio todo.
En estas acciones, profundamente humanas, está la labor de los CDR, uniendo lazos sentimentales, aparentemente invisibles, y en la defensa de lo logrado con tanto sacrificio.
El aniversario 51 de los Comité de Defensa de la Revolución nos llega con cambios importantes en la economía y en nuestro modo de vivir, pero la confianza de los cubanos de verdad, está en los principios que hemos defendido siempre con dignidad, altruismo, vergüenza y mucha perseverancia, que son los tesoros más preciados que se tienen hoy en cada cuadra, en cada barrio, de nuestro país.