Desde el New York Times, a El País la nueva literatura “del cambio” la escriben los de “arriba” para garantizarse que, una vez más, el pueblo desorientado y sin dirección política le llena las plazas a la burguesía.
Empiezo a escribir estas líneas horas antes de la celebración de la primera manifestación internacional de repulsa al orden establecido que, ¡curiosamente!, está siendo convocada masivamente por todos los medios de comunicación y propaganda de la burguesía. Desde el New York Times, a El País la nueva literatura “del cambio” la escriben los de “arriba” para garantizarse que, una vez más, el pueblo desorientado y sin dirección política le llena las plazas a la burguesía.
En un descarnado escenario mundial de la lucha de clases en el que más de mil millones de personas pasan hambre, se invaden países y se cometen genocidios sin consecuencia política y legal alguna y en el que la clase obrera, los sectores populares y la juventud del orbe están condenados por el capitalismo a la pauperización perdiendo uno a uno todos los derechos civiles, sociales y laborales alcanzados en décadas de dura lucha, una de las pocas cosas positivas que se encuentra en la batalla política y de ideas que se está librando es que la realidad acaba poniendo a cada uno en su lado de la barricada.
Cuando allá por el 1.848 Marx y Engels escribían en el Manifiesto Comunista que “Toda la Historia de la sociedad humana, hasta el día, es una historia de lucha de clases” marcaron con claridad el camino de la liberación para las masas explotadas y oprimidas del mundo. Desde entonces el movimiento obrero lleva más de 150 años tejiendo de Norte a Sur y de Este a Oeste del Planeta el hilo rojo de la lucha de clases y de la confrontación irreconciliable entre sus intereses y los de la burguesía. Ahora, en 2.011 cuando la evidencia de la crisis estructural capitalista hace que este sistema senil y en descomposición se muestre más incapaz que nunca “para seguir gobernando la sociedad e imponiendo a ésta por norma las condiciones de su vida como clase”(Manifiesto Comunista) se hace más necesario que nunca que las organizaciones obreras (partidos y sindicatos) tracemos con claridad las líneas de intervención política que permitan superar el actual escenario de la lucha de clases en el que la ofensiva corresponde, casi en exclusiva, a la oligarquía. La cosa es muy clara, si las condiciones objetivas de la dominación oligárquica demuestran que los “de arriba” no pueden seguir manteniendo su dominación sin grandes dosis de violencia y explotación, se trata de, entre otras muchas cosas, armar de forma urgente las condiciones subjetivas para que “los de abajo” no quieran seguir viviendo bajo esas condiciones. Por eso en este momento el programa de las organizaciones obreras y las palabras de sus dirigentes cobran tanta importancia. Cada palabra, cada propuesta será determinante a la hora de enhebrar en la conciencia de los explotados y explotadas el hilo rojo. Vivimos en un periodo innegable de crisis estructural sistémica y, si nuestra responsabilidad histórica – al menos de los que nos llamamos comunistas -, es conducirla a un episodio de crisis general que, como decía Lenin, " reduzca a la impotencia al gobierno y haga posible su rápido derrocamiento por los revolucionarios”, no podemos permitir que, en nombre de la “izquierda” y el “anticapitalismo”, se mienta a la clase obrera y a los sectores populares poniéndoles sobre la mesa la oportunidad de buscar una salida que tenga por finalidad mejorar sus condiciones de vida dentro del capitalismo.
Y fieles a su papel desde 1914, las organizaciones reformistas del estado español se han lanzado de cabeza a escenificar un acuerdo electoral caracterizado en exclusiva por la aceptación del marco de dominación burgués como único espacio desde el que buscar las vías de superación de la situación de constante deterioro de las condiciones materiales de vida y pérdida de derechos de los “de abajo”. La unidad electoral de IU con ICV, EUiA, CHA, Els Verds PV, Batzarre, Canarias por la Izquierda, Federación Los Verdes…. que en palabras de Miguel Reneses de IU “es la unidad de la izquierda transformadora, federalista y verde”, es un ejemplo de esto, de cómo se renuncia de forma definitiva a trabajar por la transformación radical de la sociedad convirtiendo a la clase obrera en clase dominante y en el poder y se sigue tratando de humanizar un capitalismo que, en su última fase de desarrollo imperialista, no tiene ninguna posibilidad de mostrarse y actuar de forma distinta a la que nos muestra todos los días recortando derechos, invadiendo países y saqueando los recursos naturales.
Se convierten en parte del engaño que aun hoy ciega a las masas oprimidas y, no sé si voluntaria o involuntariamente, pero desde luego con altas dosis de oportunismo, son cómplices activos de una estrategia de más envergadura que, entre otras muchas cosas, está consiguiendo poner a disposición de la oligarquía mundial las energías movilizadoras del pueblo trabajador.
El reto al que nos enfrentamos hoy los revolucionarios y las revolucionarias es demostrarle a la mayoría social que este capitalismo es el único posible, que no hay capitalismo bueno y que la única salida favorable será la que se oriente de forma directa hacia la consecución del Socialismo aquí y ahora, no sólo como necesidad apremiante de los explotados/as, sino también como urgencia para asegurar la supervivencia de la Vida y el Planeta
Y en ese deber y en ese compromiso deberíamos encontrarnos todas las personas que nos llamamos comunistas; levantando la alternativa clasista y confrontando con todos los proyectos que, desde el interclasismo, sólo plantean correcciones para superar la crisis que ellos llaman financiera y de la que, negándole su carácter estructural, pretenden responsabilizar a unos cuantos banqueros “avariciosos”. Reivindicar la defensa del “estado del bienestar” y políticas keynesianas a lo Obama, como hace Cayo Lara, no se sustenta en ningún análisis serio, ni tiene base material alguna que la respalde, pero mucho menos aun decir que “al Socialismo se puede llegar con la Constitución Española” como recientemente afirmó en las Palmas de G.C. el candidato de IU a la Presidencia del Gobierno. Esto sólo es jugar al engaño y volver a darle nuevas oportunidades al capitalismo para perpetuar su dominación. Me cuesta mucho entender que pueda haber un/a comunista defendiendo ese programa.
El ejemplo es Grecia, donde el KKE y el PAME, en su decidida batalla por construir el Socialismo como única respuesta posible a la agresión que padece ese pueblo, nos lanza un desesperado llamamiento a los pueblos de Europa a levantarnos y a ponerle fin a esta espiral de violencia oligárquica que dirige la U.E. Así, luchando contra la UE y no forjando alianzas con los que la defienden, es como se levanta la conciencia del pueblo. Denunciamos que la alianza en el estado español del PIE y Partido Verde Europeo (de la que sólo se queda fuera tácticamente Equo) se presente como la alternativa política de la “izquierda transformadora”. Esta alianza con los que aplauden los bombardeos de la OTAN en Libia y lideran en el Parlamento europeo las denuncias contra la Revolución cubana, no es transformadora de nada y sólo es una renovada válvula de escape para el sistema.
Para los y las comunistas y para todas las personas que trabajamos por una salida clasista a la crisis en el camino al Socialismo, sólo hay una respuesta posible:
TODO PARA LA CLASE OBRERA.
Acabo de escribir estas líneas 48 horas después de las grandes manifestaciones del 15-O y aun los medios del sistema se hacen eco de las “magníficas demostraciones ciudadanas”. Cuando pasen 72 horas o más y abandonen la cobertura ¿qué poso organizativo quedará entre la clase obrera, los sectores populares y la juventud? Me temo que sólo la frustración y la desolación.
Julio Díaz. Comité Ejecutivo del PCPE
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Empiezo a escribir estas líneas horas antes de la celebración de la primera manifestación internacional de repulsa al orden establecido que, ¡curiosamente!, está siendo convocada masivamente por todos los medios de comunicación y propaganda de la burguesía. Desde el New York Times, a El País la nueva literatura “del cambio” la escriben los de “arriba” para garantizarse que, una vez más, el pueblo desorientado y sin dirección política le llena las plazas a la burguesía.
En un descarnado escenario mundial de la lucha de clases en el que más de mil millones de personas pasan hambre, se invaden países y se cometen genocidios sin consecuencia política y legal alguna y en el que la clase obrera, los sectores populares y la juventud del orbe están condenados por el capitalismo a la pauperización perdiendo uno a uno todos los derechos civiles, sociales y laborales alcanzados en décadas de dura lucha, una de las pocas cosas positivas que se encuentra en la batalla política y de ideas que se está librando es que la realidad acaba poniendo a cada uno en su lado de la barricada.
Cuando allá por el 1.848 Marx y Engels escribían en el Manifiesto Comunista que “Toda la Historia de la sociedad humana, hasta el día, es una historia de lucha de clases” marcaron con claridad el camino de la liberación para las masas explotadas y oprimidas del mundo. Desde entonces el movimiento obrero lleva más de 150 años tejiendo de Norte a Sur y de Este a Oeste del Planeta el hilo rojo de la lucha de clases y de la confrontación irreconciliable entre sus intereses y los de la burguesía. Ahora, en 2.011 cuando la evidencia de la crisis estructural capitalista hace que este sistema senil y en descomposición se muestre más incapaz que nunca “para seguir gobernando la sociedad e imponiendo a ésta por norma las condiciones de su vida como clase”(Manifiesto Comunista) se hace más necesario que nunca que las organizaciones obreras (partidos y sindicatos) tracemos con claridad las líneas de intervención política que permitan superar el actual escenario de la lucha de clases en el que la ofensiva corresponde, casi en exclusiva, a la oligarquía. La cosa es muy clara, si las condiciones objetivas de la dominación oligárquica demuestran que los “de arriba” no pueden seguir manteniendo su dominación sin grandes dosis de violencia y explotación, se trata de, entre otras muchas cosas, armar de forma urgente las condiciones subjetivas para que “los de abajo” no quieran seguir viviendo bajo esas condiciones. Por eso en este momento el programa de las organizaciones obreras y las palabras de sus dirigentes cobran tanta importancia. Cada palabra, cada propuesta será determinante a la hora de enhebrar en la conciencia de los explotados y explotadas el hilo rojo. Vivimos en un periodo innegable de crisis estructural sistémica y, si nuestra responsabilidad histórica – al menos de los que nos llamamos comunistas -, es conducirla a un episodio de crisis general que, como decía Lenin, " reduzca a la impotencia al gobierno y haga posible su rápido derrocamiento por los revolucionarios”, no podemos permitir que, en nombre de la “izquierda” y el “anticapitalismo”, se mienta a la clase obrera y a los sectores populares poniéndoles sobre la mesa la oportunidad de buscar una salida que tenga por finalidad mejorar sus condiciones de vida dentro del capitalismo.
Y fieles a su papel desde 1914, las organizaciones reformistas del estado español se han lanzado de cabeza a escenificar un acuerdo electoral caracterizado en exclusiva por la aceptación del marco de dominación burgués como único espacio desde el que buscar las vías de superación de la situación de constante deterioro de las condiciones materiales de vida y pérdida de derechos de los “de abajo”. La unidad electoral de IU con ICV, EUiA, CHA, Els Verds PV, Batzarre, Canarias por la Izquierda, Federación Los Verdes…. que en palabras de Miguel Reneses de IU “es la unidad de la izquierda transformadora, federalista y verde”, es un ejemplo de esto, de cómo se renuncia de forma definitiva a trabajar por la transformación radical de la sociedad convirtiendo a la clase obrera en clase dominante y en el poder y se sigue tratando de humanizar un capitalismo que, en su última fase de desarrollo imperialista, no tiene ninguna posibilidad de mostrarse y actuar de forma distinta a la que nos muestra todos los días recortando derechos, invadiendo países y saqueando los recursos naturales.
Se convierten en parte del engaño que aun hoy ciega a las masas oprimidas y, no sé si voluntaria o involuntariamente, pero desde luego con altas dosis de oportunismo, son cómplices activos de una estrategia de más envergadura que, entre otras muchas cosas, está consiguiendo poner a disposición de la oligarquía mundial las energías movilizadoras del pueblo trabajador.
El reto al que nos enfrentamos hoy los revolucionarios y las revolucionarias es demostrarle a la mayoría social que este capitalismo es el único posible, que no hay capitalismo bueno y que la única salida favorable será la que se oriente de forma directa hacia la consecución del Socialismo aquí y ahora, no sólo como necesidad apremiante de los explotados/as, sino también como urgencia para asegurar la supervivencia de la Vida y el Planeta
Y en ese deber y en ese compromiso deberíamos encontrarnos todas las personas que nos llamamos comunistas; levantando la alternativa clasista y confrontando con todos los proyectos que, desde el interclasismo, sólo plantean correcciones para superar la crisis que ellos llaman financiera y de la que, negándole su carácter estructural, pretenden responsabilizar a unos cuantos banqueros “avariciosos”. Reivindicar la defensa del “estado del bienestar” y políticas keynesianas a lo Obama, como hace Cayo Lara, no se sustenta en ningún análisis serio, ni tiene base material alguna que la respalde, pero mucho menos aun decir que “al Socialismo se puede llegar con la Constitución Española” como recientemente afirmó en las Palmas de G.C. el candidato de IU a la Presidencia del Gobierno. Esto sólo es jugar al engaño y volver a darle nuevas oportunidades al capitalismo para perpetuar su dominación. Me cuesta mucho entender que pueda haber un/a comunista defendiendo ese programa.
El ejemplo es Grecia, donde el KKE y el PAME, en su decidida batalla por construir el Socialismo como única respuesta posible a la agresión que padece ese pueblo, nos lanza un desesperado llamamiento a los pueblos de Europa a levantarnos y a ponerle fin a esta espiral de violencia oligárquica que dirige la U.E. Así, luchando contra la UE y no forjando alianzas con los que la defienden, es como se levanta la conciencia del pueblo. Denunciamos que la alianza en el estado español del PIE y Partido Verde Europeo (de la que sólo se queda fuera tácticamente Equo) se presente como la alternativa política de la “izquierda transformadora”. Esta alianza con los que aplauden los bombardeos de la OTAN en Libia y lideran en el Parlamento europeo las denuncias contra la Revolución cubana, no es transformadora de nada y sólo es una renovada válvula de escape para el sistema.
Para los y las comunistas y para todas las personas que trabajamos por una salida clasista a la crisis en el camino al Socialismo, sólo hay una respuesta posible:
TODO PARA LA CLASE OBRERA.
Acabo de escribir estas líneas 48 horas después de las grandes manifestaciones del 15-O y aun los medios del sistema se hacen eco de las “magníficas demostraciones ciudadanas”. Cuando pasen 72 horas o más y abandonen la cobertura ¿qué poso organizativo quedará entre la clase obrera, los sectores populares y la juventud? Me temo que sólo la frustración y la desolación.
Julio Díaz. Comité Ejecutivo del PCPE
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