EN RESPUESTA A UNIÓN PROLETARIA
octubre 24, 2011 por PCE (m-l)
Hemos recibido un virulento libelo de UP, en el que se arremete directamente contra la política de nuestro partido en el terreno de la unidad de los comunistas.
No lo vamos responder porque, como sus propios autores reconocen, venimos exponiendo nuestra política y criticando las posiciones del revisionismo, en los más diversos documentos; y lo seguiremos haciendo, aunque, desde luego, no será UP quien dicte nuestra agenda y establezca nuestras prioridades en el debate que se desarrolla en el campo de los comunistas.
Bien es verdad que nosotros solemos referirnos en términos genéricos a las desviaciones revisionistas, porque entendemos que no se trata tanto de combatir a tal o cual organización concreta, sino las posiciones generales y las contradicciones que se ventilan en el campo de los comunistas, que, contra lo que afirma UP, lejos de atemperarse, se agudizan conforme la crisis actual se profundiza y saca a la luz la esencia de clase de cada fuerza política. Un ejemplo perfecto de que entre las fuerzas que nos reclamamos comunistas continúan existiendo muy serias diferencias ideológicas y de que el revisionismo sigue contaminando con sus desviaciones el campo, lo encontramos en la virulencia de su escrito.
Y es que ellos, autoproclamados defensores de la unidad y del purismo, arremeten públicamente y con saña contra nuestro Partido, con el que durante dos años compartieron un proceso de unidad:
Dicen en su libelo que se han visto obligados a airear públicamente sus diferencias con nosotros, precisamente para definir mejor los términos en los que se plantea la unidad en el campo comunista que, en su opinión (y en la nuestra) requiere generosidad, humildad y equilibrio en las valoraciones entre las distintas corrientes. Ahora bien, no nos consta que hayan criticado en los mismos términos y con las mismas (malas) formas a ninguna otra fuerza de las autodenominadas comunistas. Quizá se deba a que, después de todo como decimos, las corrientes (digamos “sensibilidades” para seguir la meliflua terminología actual) entre los comunistas, no existen, pero, como las meigas: haberlas, haylas. Y por ese motivo, a ellos les cuesta tanto ver la viga (sus profundas desviaciones, eclecticismo y oportunismo) en el ojo del campo de los jruchovistas modernos o de los maoístas, con los que comparten lo sustancial de sus análisis y tan poco motejar de Hoxistas las tesis contrarias.
En cualquier caso, nuestro Partido, continuará definiendo su política táctica y defendiendo lo que considera principios del leninismo, frente a las desviaciones revisionistas, cuando lo considere oportuno. Dicho de otra forma, insistimos: a estas alturas, no va a ser UP la que dicte nuestra agenda de prioridades.
Por eso, no vamos a responder la catarata de tópicos del escrito, sus afirmaciones unilaterales y eclécticas, mentiras y tergiversaciones que descontextualizan y falsean nuestras posiciones, porque ya lo hacemos en nuestros artículos y documentos, a los que dirigimos a los lectores.
No obstante y como el libelo en cuestión acusa abiertamente a nuestro Partido de haber roto el proceso de unidad entre nuestras dos organizaciones, tachando sin disimulo como sectarias y dogmáticas a nuestras posiciones, publicamos seguidamente, el comunicado que en su día (hace casi dos años) envió nuestro Comité Central a UP, en respuesta a otro escrito provocador de esta organización. En él explicábamos de manera sucinta, nuestra visión del proceso en su conjunto.
De esta forma esperamos dejar claro que si bien es cierto que, a la vista está, nuestras posiciones son hoy absolutamente irreconciliables, siempre hemos respetado hasta el final, los compromisos contraídos con ellos.
Esta es la carta:
<<Estimados camaradas:
Nuestro Comité Central ha tomado nota, con verdadero pesar y estupor, del contenido de vuestra carta: su tono, a menudo sarcástico, y sus numerosos reproches, apoyados en interpretaciones sesgadas, cuando no deformaciones de los hechos, se compadece mal con el propósito que exponéis en vuestro primer párrafo: “…aclarar algunos posibles malentendidos y retomar nuestra discusión de una manera directa…y acordar una posición marco satisfactoria para ambas partes”.
Por eso, en lugar de responder punto por punto a vuestra larga carta, hemos optado por exponer de la manera más sucinta posible, nuestra visión del desarrollo del proceso de debate unitario entre nuestras dos organizaciones, pues de esa manera podréis tener nuestra visión global del mismo.
En primer lugar, queremos recordaros que las organizaciones que participamos en la reconstrucción del PCE (m-l) en Octubre de 2.006, llevamos mucho tiempo realizando esfuerzos para fomentar el debate entre las fuerzas comunistas: nuestro propio proceso de unidad es la mejor prueba de ello. Uno de los últimos ejemplos de estos esfuerzos fue la realización de los Encuentros Estatales m-l, al segundo de los cuales, a propuesta nuestra, fuisteis invitados a participar. Como también sabéis, el tercer encuentro no se ha celebrado, y no precisamente por nuestra oposición, sino por la negativa de la otra organización con la que habíamos acordado su realización. Estos debates nos han permitido a todos, al menos delimitar cuales son las cuestiones que nos separan, lo que no es poco, y, por tanto, determinar los puntos que deben ser objeto de debate preferente entre los comunistas
Vosotros aseguráis que: “…no es menos cierto que (los comunistas españoles) coincidimos en la mayor parte de nuestras propuestas políticas…” Nosotros, por el contrario, precisamente porque ya tenemos una rica experiencia, sabemos que el largo dominio del revisionismo moderno, en una de sus versiones más agresivas, el carrillismo, en el campo del comunismo español, ha traído como consecuencia la existencia de numerosas deformaciones sobre cuestiones ideológicas y políticas básicas: modelo de partido, táctica, trabajo en los frentes de masas, posición frente al problema nacional, etc. Es por ello, que consideramos que la unidad de los comunistas debe ser el producto de un debate de principios y no de una decisión administrativa; un debate sin concesiones, que debe presidir en todo momento la franqueza y la lealtad.
Respecto al proceso unitario entre nuestras dos organizaciones
No aceptamos vuestra insistencia en limitar nuestros planteamientos a aportar “…la experiencia de Albania socialista y de los partidos que la sostuvisteis”; nos consideramos capacitados y legitimados para analizar las experiencias del conjunto de procesos de construcción socialistas que se han dado en la historia reciente y de apreciar también sus limitaciones. De hecho, a pesar de lo que sostenéis, nunca nos ha condicionado la adscripción de cada fuerza a alguna de las corrientes del movimiento comunista enfrentadas, particularmente tras el XX Congreso del PCUS. La mejor prueba de ello, insistimos, es que cuatro organizaciones de orígenes distintos, hemos sido capaces de confluir en el mismo Partido.
Ahora bien, como sabéis, nosotros siempre hemos distinguido entre el debate general entre las fuerzas que nos consideramos comunistas, incluso con aquellas con las que nos separan profundas divergencias, en busca al menos de la clarificación de las posiciones de cada una (y de las divergencias), y el que mantenemos con organizaciones a las que nos une una mayor identidad ideológica y táctica.
Por esa razón, aplicando nuestra propia experiencia práctica, os planteamos iniciar un proceso más avanzado de discusión entre nuestras dos organizaciones, dirigido a la unidad orgánica.
Que vosotros compartíais ese criterio, quedó de manifiesto con la aceptación de nuestra propuesta de firmar un comunicado conjunto, que ambas organizaciones publicamos en 2.008. En él, señalábamos nuestro mutuo compromiso: “…a dar continuidad al proceso iniciado en 2.002 por el CEOC, hasta culminarlo con la reconstitución bolchevique del PCE” e indicábamos a renglón seguido nuestra disposición a avanzar hacia la unidad orgánica entre ambas organizaciones. Es decir: dejábamos claro que nuestro debate se inscribía en un proceso encaminado a la unidad, lo que lo diferenciaba, en esencia, del que ambas partes pudiéramos tener con otras fuerzas del campo comunista. Así al menos, lo entendimos nosotros.
A raíz de ese acuerdo, coincidimos en preparar la celebración de una Conferencia entre nuestras dos organizaciones para debatir los puntos que ambas partes considerábamos determinantes en la discusión: táctica del Partido en el terreno de la Unidad Popular y muy en concreto el papel de la lucha por la III República Popular y Federativa; definición de campo socialista y papel de la CIPOML como referencia internacional de los mls españoles y el modelo de Partido.
¿Por qué una Conferencia? Porque entendíamos que se trataba de avanzar de una forma efectiva y visible en el proceso unitario, entre otras cosas, para servir de acicate a los comunistas de otras organizaciones y sin organizar, probando en la práctica que no solo es necesario, sino posible la unidad orgánica. La conferencia permitía enmarcar la discusión entre nosotros, en este proceso. Si no fuera así, ¿como diferenciar nuestro debate, dirigido a la unidad, respecto de las discusiones doctrinales que pudiéramos llevar con otras fuerzas?
Finalmente, nos propusisteis transformar la Conferencia inicialmente prevista, en una reunión de cuadros, argumentando que ello os permitiría conocer la opinión de los cuadros de nuestra organización y determinar si el proceso estaba “lo suficientemente maduro” como para encarar la unidad. Aceptamos la propuesta, a pesar de que no compartíamos, como os señalamos, esta decisión, por considerarla un paso atrás respecto de lo ya avanzado (hasta tal punto era un retroceso que ni siquiera planteasteis elaborar conclusiones comunes, lo que suponía un nivel de debate inferior al de los Encuentros Estatales).
Después de varias reuniones, llegamos al acuerdo de enmarcar el encuentro en un proceso de unidad orgánica, determinar los tres puntos a debate y, por último, centrarlo, más que en el debate teórico, en la búsqueda de un método (una “hoja de ruta”, decíamos) que nos permitiera superar lo secundario, al tiempo que el Partido se dotaba de instrumentos para hacer frente a las posibles modificaciones que pudieran producirse en el futuro inmediato, tanto en el terreno nacional, como en el internacional. Este acuerdo, se plasmó en una nota interna que distribuimos a los militantes de nuestras respectivas organizaciones
Con el tiempo quedó claro que el principal punto de discrepancia entre nosotros era la posición sobre la caracterización como socialistas de las diversas experiencias revolucionarias y antiimperialistas que se dan en la actualidad. ¿Por qué consideramos que es un debate secundario? Precisamente porque, aunque coincidíamos (o así parecía) en lo esencial: papel del jruchovismo, y algunas deformaciones de la ideología ml: teoría de los tres mundos, doctrina Huche, etc, que sirven para delimitar la orientación ideológica ml, dentro de la confusión que se da en la actualidad en el campo de los comunistas, debemos contar con una realidad: durante un periodo de tiempo muy dilatado, en el campo comunista, se ha dado un proceso de separación orgánica en distintas corrientes; por ello, no es posible entrar a zanjar esta cuestión, (que, por otra parte, es una tarea de largo alcance y de enfoque colectivo, que hoy por hoy no estamos en condiciones de abordar de una forma definitiva) sin correr el riesgo de abandonar el trabajo práctico y dificultar la confluencia de los comunistas, al considerar esencial una cuestión en la que confluyen incluso aspectos “emocionales”, de experiencia, militancia y vivencia personal.
Por eso, os propusimos llegar a un acuerdo, sobre todo, en una definición básica de lo que entendemos por socialismo, que fuera aceptable para ambas partes y acordar los mecanismos que permitieran al partido responder a los acontecimientos cambiantes en el ámbito internacional, de forma que no se atara las manos.
Este criterio quedaba definido de esta forma en la comunicación interna que repartimos en nuestras organizaciones: Se plantea, pues, la necesidad de organizar una reunión de cuadros de UP y PCE (m-l), en la que se aborden las principales discrepancias o diferencias, siempre con el ánimo de resolver los problemas y evitar enquistarnos en ellos, lo que llevaría a la paralización del proceso unitario en curso… Debemos tener claro, pues, que junto a una gran flexibilidad para no cegarse con problemas no vitales, no colocar en primer plano cuestiones secundarias, no de primera importancia, es preciso referirnos continuamente al centralismo democrático”
¿Es igual como se enfoque el debate? Evidentemente no, si el debate se enmarca en un proceso de unidad, las discrepancias se plantean con el objetivo de superarlas de la única forma posible: determinando el acuerdo en lo esencial y ajustándonos al debate interno, de acuerdo a lo principio de centralismo democrático, en la solución de las discrepancias futuras.
Por eso, cuando leímos vuestros documentos, decidimos anular el encuentro. ¿Cual fue la razón?: A la vista de alguna de las posiciones expresadas en ellos (incluido un tono que en ocasiones parecía buscar abiertamente la confrontación abierta) y habida cuenta vuestra actitud de los últimos meses, que no entramos a valorar, porque ya lo hicimos en su momento y repetirlo ahora, nos desviaría de lo esencial, quedaba aclarada vuestra duda y nuestro error de apreciación: el proceso no estaba lo suficientemente maduro.
Esta decisión la criticáis en vuestro escrito en estos términos: “¿por qué anticipar que nuestras posiciones respectivas no pueden conciliarse? Es más, ¿por qué no intentar conciliarlas, llegar a una posición única, mediante la discusión?” Y más adelante remacháis, en tono abiertamente provocador: ¿Por qué entonces, habéis abortado el debate programado con UP precisamente con los mismos pretextos que reprocháis a esos “otros”.
No os equivoquéis: no huimos de ningún debate, tened por seguro que cuando proceda debatiremos abiertamente todas las cuestiones, incluida esta. Pero no estamos dispuestos a aceptar ninguna imposición en un debate que se suponía pretendía limar aspectos secundarios para centrarnos en lo esencial y avanzar hacia la unidad. ¿Exageramos al hablar de imposiciones?
Os indicamos a continuación, a modo de ejemplo, el penúltimo párrafo de vuestro documento titulado: ¿Por qué los marxistas-leninistas debemos reconocer que existen países socialistas en la actualidad y apoyarlos como tal?:
“Dicho esto, nuestra posición mínima para poder alcanzar la unificación orgánica con el PCE(m-l) es, ante todo, que éste renuncie a la afirmación de su Línea Política, según la cual “en la actualidad, no existen países intrínsecamente socialistas”.Esto, en nuestra opinión, da a entender que son países socialistas solamente en apariencia y que, por lo tanto, no sólo no son socialistas, sino que engañan a las masas fingiendo que lo son” (las negritas y subrayado son nuestros). Sinceramente camaradas, si no es esto, ¿qué entendéis vosotros por una imposición intolerable en un debate abierto?
Por último, queremos responder a las propuestas con las que finalizáis vuestro escrito.
Nos pedís en primer lugar que: “os respondamos, con argumentos, qué podemos aceptar y que no de las posiciones de UP en la unidad de acción y en el debate destinado a solucionar las diferencias entre nuestras organizaciones”
Dejando de lado la impertinencia de pedirnos una respuesta “con argumentos” (¿qué otro tipo de respuesta conocéis?, otra cuestión es que nuestros argumentos os parezcan bien o no, os convezcan, o no), ¿os parece razonable el método que nos proponéis, para acordar cuestiones que, al parecer, no se han podido acordar en dos años? ¿Debemos olvidar que entre nosotros estaba en marcha un proceso de unidad orgánica y empezar de nuevo? Si es así, simplemente, no nos parece seria vuestra propuesta.
Sí, por el contrario, seguís considerando que es posible y necesaria la unidad entre nuestras dos organizaciones, insistimos en que lo razonable, es diferenciar nuestro debate del que podamos mantener con otras fuerzas y trazarnos como objetivo el logro de acuerdos en las cuestiones fundamentales, y el establecimiento de un método para solventar las discrepancias secundarias , que permita al Partido adecuar sus respuestas concretas al avance del proceso de discusión y a los cambios en los procesos políticos, tanto nacionales, como internacionales.
Si lo que os preocupa, es que se produzca un alejamiento entre nosotros en la unidad de acción práctica, perded cuidado, porque por nuestra parte, mantenemos la voluntad de trabajar en la medida en que sea posible con vosotros, en los frentes de masas en los que coincidimos.
Por último, respecto a vuestras propuestas 2,3 y 4, como sabéis, nuestro Partido ha entrado en un periodo congresual en el que estamos empeñados en debatir en profundidad sobre nuestra intervención entre las masas, y nuestras alternativas frente a los desafíos que plantea la situación política nacional e internacional, para situar al conjunto de nuestra organización en las mejores condiciones de hacer frente a las luchas por venir, orientándolas en un sentido revolucionario.
Este debate congresual es nuestra prioridad y va a ocupar todas nuestras fuerzas los próximos meses, de modo que el resto de vuestras propuestas, enmarcadas en una discusión doctrinal con otras organizaciones del campo comunista, no podemos atenderlas con la debida intensidad.
Esperamos con estas líneas, haber contribuido a aclarar, una vez más, nuestra posición, ayudando a recuperar, cuando sea posible, un proceso unitario que nos parece muy necesario.
Recibid un fraternal saludo del CC del PCE (m-l)>>
Empezábamos entonces nuestro proceso congresual que culminó con la celebración en Octubre de 2.010 del segundo Congreso desde nuestra reconstrucción. Unas semanas antes, UP nos propuso participar en nuestros debates congresuales: aunque nuestro Partido invita a participar con todos los derechos, menos, obviamente el de voto, a representantes de los Partidos hermanos de la CIPOML, rechazamos cortésmente su “peculiar” propuesta, por razones evidentes, dada la nueva situación de nuestro proceso de unidad (también contó el hecho de que nunca fuésemos invitados a su conferencia, ni siquiera al acto de clausura de ella).
Sí fueron invitados a la sesión de clausura del Congreso (en ella participaron entre otras delegaciones, la Embajada de Cuba, el Frente Popular de Liberación de Palestina -FPLP- y el Frente POLISARIO, con sendos saludos, aplaudidos con entusiasmo por los delegados). Por supuesto no acudieron, ni disculparon su ausencia.
Eso sí, unos días antes publicaban en su página web un “saludo” al Congreso lleno, como parece normal en ellos, de reproches y “paternales” consejos. Realmente, esta actitud nos parece una grosería, por cuanto los saludos en los Congresos (nuestros y de otras fuerzas) suelen sujetarse a unas elementales normas de cortesía, entre las que no se incluye, desde luego, el publicar con anterioridad su contenido, en los medios propios de propaganda. Claro que esta cuestión formal, les parecerá a nuestro “revolucionarios del papel” un melindre pequeño burgués de nuestro Partido.
Desde entonces, en al menos tres ocasiones en las que hemos coincidido, les hemos pedido que concertaran un día para explicarles las conclusiones de nuestro congreso. Hasta ahora.
Esta es la historia del proceso de unidad entre nuestras organizaciones.
¿La conclusión?: con amigos así, quién necesita enemigos.
24 de octubre de 2011
Secretariado del CC del PCE (m-l)
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octubre 24, 2011 por PCE (m-l)
Hemos recibido un virulento libelo de UP, en el que se arremete directamente contra la política de nuestro partido en el terreno de la unidad de los comunistas.
No lo vamos responder porque, como sus propios autores reconocen, venimos exponiendo nuestra política y criticando las posiciones del revisionismo, en los más diversos documentos; y lo seguiremos haciendo, aunque, desde luego, no será UP quien dicte nuestra agenda y establezca nuestras prioridades en el debate que se desarrolla en el campo de los comunistas.
Bien es verdad que nosotros solemos referirnos en términos genéricos a las desviaciones revisionistas, porque entendemos que no se trata tanto de combatir a tal o cual organización concreta, sino las posiciones generales y las contradicciones que se ventilan en el campo de los comunistas, que, contra lo que afirma UP, lejos de atemperarse, se agudizan conforme la crisis actual se profundiza y saca a la luz la esencia de clase de cada fuerza política. Un ejemplo perfecto de que entre las fuerzas que nos reclamamos comunistas continúan existiendo muy serias diferencias ideológicas y de que el revisionismo sigue contaminando con sus desviaciones el campo, lo encontramos en la virulencia de su escrito.
Y es que ellos, autoproclamados defensores de la unidad y del purismo, arremeten públicamente y con saña contra nuestro Partido, con el que durante dos años compartieron un proceso de unidad:
Dicen en su libelo que se han visto obligados a airear públicamente sus diferencias con nosotros, precisamente para definir mejor los términos en los que se plantea la unidad en el campo comunista que, en su opinión (y en la nuestra) requiere generosidad, humildad y equilibrio en las valoraciones entre las distintas corrientes. Ahora bien, no nos consta que hayan criticado en los mismos términos y con las mismas (malas) formas a ninguna otra fuerza de las autodenominadas comunistas. Quizá se deba a que, después de todo como decimos, las corrientes (digamos “sensibilidades” para seguir la meliflua terminología actual) entre los comunistas, no existen, pero, como las meigas: haberlas, haylas. Y por ese motivo, a ellos les cuesta tanto ver la viga (sus profundas desviaciones, eclecticismo y oportunismo) en el ojo del campo de los jruchovistas modernos o de los maoístas, con los que comparten lo sustancial de sus análisis y tan poco motejar de Hoxistas las tesis contrarias.
En cualquier caso, nuestro Partido, continuará definiendo su política táctica y defendiendo lo que considera principios del leninismo, frente a las desviaciones revisionistas, cuando lo considere oportuno. Dicho de otra forma, insistimos: a estas alturas, no va a ser UP la que dicte nuestra agenda de prioridades.
Por eso, no vamos a responder la catarata de tópicos del escrito, sus afirmaciones unilaterales y eclécticas, mentiras y tergiversaciones que descontextualizan y falsean nuestras posiciones, porque ya lo hacemos en nuestros artículos y documentos, a los que dirigimos a los lectores.
No obstante y como el libelo en cuestión acusa abiertamente a nuestro Partido de haber roto el proceso de unidad entre nuestras dos organizaciones, tachando sin disimulo como sectarias y dogmáticas a nuestras posiciones, publicamos seguidamente, el comunicado que en su día (hace casi dos años) envió nuestro Comité Central a UP, en respuesta a otro escrito provocador de esta organización. En él explicábamos de manera sucinta, nuestra visión del proceso en su conjunto.
De esta forma esperamos dejar claro que si bien es cierto que, a la vista está, nuestras posiciones son hoy absolutamente irreconciliables, siempre hemos respetado hasta el final, los compromisos contraídos con ellos.
Esta es la carta:
<<Estimados camaradas:
Nuestro Comité Central ha tomado nota, con verdadero pesar y estupor, del contenido de vuestra carta: su tono, a menudo sarcástico, y sus numerosos reproches, apoyados en interpretaciones sesgadas, cuando no deformaciones de los hechos, se compadece mal con el propósito que exponéis en vuestro primer párrafo: “…aclarar algunos posibles malentendidos y retomar nuestra discusión de una manera directa…y acordar una posición marco satisfactoria para ambas partes”.
Por eso, en lugar de responder punto por punto a vuestra larga carta, hemos optado por exponer de la manera más sucinta posible, nuestra visión del desarrollo del proceso de debate unitario entre nuestras dos organizaciones, pues de esa manera podréis tener nuestra visión global del mismo.
En primer lugar, queremos recordaros que las organizaciones que participamos en la reconstrucción del PCE (m-l) en Octubre de 2.006, llevamos mucho tiempo realizando esfuerzos para fomentar el debate entre las fuerzas comunistas: nuestro propio proceso de unidad es la mejor prueba de ello. Uno de los últimos ejemplos de estos esfuerzos fue la realización de los Encuentros Estatales m-l, al segundo de los cuales, a propuesta nuestra, fuisteis invitados a participar. Como también sabéis, el tercer encuentro no se ha celebrado, y no precisamente por nuestra oposición, sino por la negativa de la otra organización con la que habíamos acordado su realización. Estos debates nos han permitido a todos, al menos delimitar cuales son las cuestiones que nos separan, lo que no es poco, y, por tanto, determinar los puntos que deben ser objeto de debate preferente entre los comunistas
Vosotros aseguráis que: “…no es menos cierto que (los comunistas españoles) coincidimos en la mayor parte de nuestras propuestas políticas…” Nosotros, por el contrario, precisamente porque ya tenemos una rica experiencia, sabemos que el largo dominio del revisionismo moderno, en una de sus versiones más agresivas, el carrillismo, en el campo del comunismo español, ha traído como consecuencia la existencia de numerosas deformaciones sobre cuestiones ideológicas y políticas básicas: modelo de partido, táctica, trabajo en los frentes de masas, posición frente al problema nacional, etc. Es por ello, que consideramos que la unidad de los comunistas debe ser el producto de un debate de principios y no de una decisión administrativa; un debate sin concesiones, que debe presidir en todo momento la franqueza y la lealtad.
Respecto al proceso unitario entre nuestras dos organizaciones
No aceptamos vuestra insistencia en limitar nuestros planteamientos a aportar “…la experiencia de Albania socialista y de los partidos que la sostuvisteis”; nos consideramos capacitados y legitimados para analizar las experiencias del conjunto de procesos de construcción socialistas que se han dado en la historia reciente y de apreciar también sus limitaciones. De hecho, a pesar de lo que sostenéis, nunca nos ha condicionado la adscripción de cada fuerza a alguna de las corrientes del movimiento comunista enfrentadas, particularmente tras el XX Congreso del PCUS. La mejor prueba de ello, insistimos, es que cuatro organizaciones de orígenes distintos, hemos sido capaces de confluir en el mismo Partido.
Ahora bien, como sabéis, nosotros siempre hemos distinguido entre el debate general entre las fuerzas que nos consideramos comunistas, incluso con aquellas con las que nos separan profundas divergencias, en busca al menos de la clarificación de las posiciones de cada una (y de las divergencias), y el que mantenemos con organizaciones a las que nos une una mayor identidad ideológica y táctica.
Por esa razón, aplicando nuestra propia experiencia práctica, os planteamos iniciar un proceso más avanzado de discusión entre nuestras dos organizaciones, dirigido a la unidad orgánica.
Que vosotros compartíais ese criterio, quedó de manifiesto con la aceptación de nuestra propuesta de firmar un comunicado conjunto, que ambas organizaciones publicamos en 2.008. En él, señalábamos nuestro mutuo compromiso: “…a dar continuidad al proceso iniciado en 2.002 por el CEOC, hasta culminarlo con la reconstitución bolchevique del PCE” e indicábamos a renglón seguido nuestra disposición a avanzar hacia la unidad orgánica entre ambas organizaciones. Es decir: dejábamos claro que nuestro debate se inscribía en un proceso encaminado a la unidad, lo que lo diferenciaba, en esencia, del que ambas partes pudiéramos tener con otras fuerzas del campo comunista. Así al menos, lo entendimos nosotros.
A raíz de ese acuerdo, coincidimos en preparar la celebración de una Conferencia entre nuestras dos organizaciones para debatir los puntos que ambas partes considerábamos determinantes en la discusión: táctica del Partido en el terreno de la Unidad Popular y muy en concreto el papel de la lucha por la III República Popular y Federativa; definición de campo socialista y papel de la CIPOML como referencia internacional de los mls españoles y el modelo de Partido.
¿Por qué una Conferencia? Porque entendíamos que se trataba de avanzar de una forma efectiva y visible en el proceso unitario, entre otras cosas, para servir de acicate a los comunistas de otras organizaciones y sin organizar, probando en la práctica que no solo es necesario, sino posible la unidad orgánica. La conferencia permitía enmarcar la discusión entre nosotros, en este proceso. Si no fuera así, ¿como diferenciar nuestro debate, dirigido a la unidad, respecto de las discusiones doctrinales que pudiéramos llevar con otras fuerzas?
Finalmente, nos propusisteis transformar la Conferencia inicialmente prevista, en una reunión de cuadros, argumentando que ello os permitiría conocer la opinión de los cuadros de nuestra organización y determinar si el proceso estaba “lo suficientemente maduro” como para encarar la unidad. Aceptamos la propuesta, a pesar de que no compartíamos, como os señalamos, esta decisión, por considerarla un paso atrás respecto de lo ya avanzado (hasta tal punto era un retroceso que ni siquiera planteasteis elaborar conclusiones comunes, lo que suponía un nivel de debate inferior al de los Encuentros Estatales).
Después de varias reuniones, llegamos al acuerdo de enmarcar el encuentro en un proceso de unidad orgánica, determinar los tres puntos a debate y, por último, centrarlo, más que en el debate teórico, en la búsqueda de un método (una “hoja de ruta”, decíamos) que nos permitiera superar lo secundario, al tiempo que el Partido se dotaba de instrumentos para hacer frente a las posibles modificaciones que pudieran producirse en el futuro inmediato, tanto en el terreno nacional, como en el internacional. Este acuerdo, se plasmó en una nota interna que distribuimos a los militantes de nuestras respectivas organizaciones
Con el tiempo quedó claro que el principal punto de discrepancia entre nosotros era la posición sobre la caracterización como socialistas de las diversas experiencias revolucionarias y antiimperialistas que se dan en la actualidad. ¿Por qué consideramos que es un debate secundario? Precisamente porque, aunque coincidíamos (o así parecía) en lo esencial: papel del jruchovismo, y algunas deformaciones de la ideología ml: teoría de los tres mundos, doctrina Huche, etc, que sirven para delimitar la orientación ideológica ml, dentro de la confusión que se da en la actualidad en el campo de los comunistas, debemos contar con una realidad: durante un periodo de tiempo muy dilatado, en el campo comunista, se ha dado un proceso de separación orgánica en distintas corrientes; por ello, no es posible entrar a zanjar esta cuestión, (que, por otra parte, es una tarea de largo alcance y de enfoque colectivo, que hoy por hoy no estamos en condiciones de abordar de una forma definitiva) sin correr el riesgo de abandonar el trabajo práctico y dificultar la confluencia de los comunistas, al considerar esencial una cuestión en la que confluyen incluso aspectos “emocionales”, de experiencia, militancia y vivencia personal.
Por eso, os propusimos llegar a un acuerdo, sobre todo, en una definición básica de lo que entendemos por socialismo, que fuera aceptable para ambas partes y acordar los mecanismos que permitieran al partido responder a los acontecimientos cambiantes en el ámbito internacional, de forma que no se atara las manos.
Este criterio quedaba definido de esta forma en la comunicación interna que repartimos en nuestras organizaciones: Se plantea, pues, la necesidad de organizar una reunión de cuadros de UP y PCE (m-l), en la que se aborden las principales discrepancias o diferencias, siempre con el ánimo de resolver los problemas y evitar enquistarnos en ellos, lo que llevaría a la paralización del proceso unitario en curso… Debemos tener claro, pues, que junto a una gran flexibilidad para no cegarse con problemas no vitales, no colocar en primer plano cuestiones secundarias, no de primera importancia, es preciso referirnos continuamente al centralismo democrático”
¿Es igual como se enfoque el debate? Evidentemente no, si el debate se enmarca en un proceso de unidad, las discrepancias se plantean con el objetivo de superarlas de la única forma posible: determinando el acuerdo en lo esencial y ajustándonos al debate interno, de acuerdo a lo principio de centralismo democrático, en la solución de las discrepancias futuras.
Por eso, cuando leímos vuestros documentos, decidimos anular el encuentro. ¿Cual fue la razón?: A la vista de alguna de las posiciones expresadas en ellos (incluido un tono que en ocasiones parecía buscar abiertamente la confrontación abierta) y habida cuenta vuestra actitud de los últimos meses, que no entramos a valorar, porque ya lo hicimos en su momento y repetirlo ahora, nos desviaría de lo esencial, quedaba aclarada vuestra duda y nuestro error de apreciación: el proceso no estaba lo suficientemente maduro.
Esta decisión la criticáis en vuestro escrito en estos términos: “¿por qué anticipar que nuestras posiciones respectivas no pueden conciliarse? Es más, ¿por qué no intentar conciliarlas, llegar a una posición única, mediante la discusión?” Y más adelante remacháis, en tono abiertamente provocador: ¿Por qué entonces, habéis abortado el debate programado con UP precisamente con los mismos pretextos que reprocháis a esos “otros”.
No os equivoquéis: no huimos de ningún debate, tened por seguro que cuando proceda debatiremos abiertamente todas las cuestiones, incluida esta. Pero no estamos dispuestos a aceptar ninguna imposición en un debate que se suponía pretendía limar aspectos secundarios para centrarnos en lo esencial y avanzar hacia la unidad. ¿Exageramos al hablar de imposiciones?
Os indicamos a continuación, a modo de ejemplo, el penúltimo párrafo de vuestro documento titulado: ¿Por qué los marxistas-leninistas debemos reconocer que existen países socialistas en la actualidad y apoyarlos como tal?:
“Dicho esto, nuestra posición mínima para poder alcanzar la unificación orgánica con el PCE(m-l) es, ante todo, que éste renuncie a la afirmación de su Línea Política, según la cual “en la actualidad, no existen países intrínsecamente socialistas”.Esto, en nuestra opinión, da a entender que son países socialistas solamente en apariencia y que, por lo tanto, no sólo no son socialistas, sino que engañan a las masas fingiendo que lo son” (las negritas y subrayado son nuestros). Sinceramente camaradas, si no es esto, ¿qué entendéis vosotros por una imposición intolerable en un debate abierto?
Por último, queremos responder a las propuestas con las que finalizáis vuestro escrito.
Nos pedís en primer lugar que: “os respondamos, con argumentos, qué podemos aceptar y que no de las posiciones de UP en la unidad de acción y en el debate destinado a solucionar las diferencias entre nuestras organizaciones”
Dejando de lado la impertinencia de pedirnos una respuesta “con argumentos” (¿qué otro tipo de respuesta conocéis?, otra cuestión es que nuestros argumentos os parezcan bien o no, os convezcan, o no), ¿os parece razonable el método que nos proponéis, para acordar cuestiones que, al parecer, no se han podido acordar en dos años? ¿Debemos olvidar que entre nosotros estaba en marcha un proceso de unidad orgánica y empezar de nuevo? Si es así, simplemente, no nos parece seria vuestra propuesta.
Sí, por el contrario, seguís considerando que es posible y necesaria la unidad entre nuestras dos organizaciones, insistimos en que lo razonable, es diferenciar nuestro debate del que podamos mantener con otras fuerzas y trazarnos como objetivo el logro de acuerdos en las cuestiones fundamentales, y el establecimiento de un método para solventar las discrepancias secundarias , que permita al Partido adecuar sus respuestas concretas al avance del proceso de discusión y a los cambios en los procesos políticos, tanto nacionales, como internacionales.
Si lo que os preocupa, es que se produzca un alejamiento entre nosotros en la unidad de acción práctica, perded cuidado, porque por nuestra parte, mantenemos la voluntad de trabajar en la medida en que sea posible con vosotros, en los frentes de masas en los que coincidimos.
Por último, respecto a vuestras propuestas 2,3 y 4, como sabéis, nuestro Partido ha entrado en un periodo congresual en el que estamos empeñados en debatir en profundidad sobre nuestra intervención entre las masas, y nuestras alternativas frente a los desafíos que plantea la situación política nacional e internacional, para situar al conjunto de nuestra organización en las mejores condiciones de hacer frente a las luchas por venir, orientándolas en un sentido revolucionario.
Este debate congresual es nuestra prioridad y va a ocupar todas nuestras fuerzas los próximos meses, de modo que el resto de vuestras propuestas, enmarcadas en una discusión doctrinal con otras organizaciones del campo comunista, no podemos atenderlas con la debida intensidad.
Esperamos con estas líneas, haber contribuido a aclarar, una vez más, nuestra posición, ayudando a recuperar, cuando sea posible, un proceso unitario que nos parece muy necesario.
Recibid un fraternal saludo del CC del PCE (m-l)>>
Empezábamos entonces nuestro proceso congresual que culminó con la celebración en Octubre de 2.010 del segundo Congreso desde nuestra reconstrucción. Unas semanas antes, UP nos propuso participar en nuestros debates congresuales: aunque nuestro Partido invita a participar con todos los derechos, menos, obviamente el de voto, a representantes de los Partidos hermanos de la CIPOML, rechazamos cortésmente su “peculiar” propuesta, por razones evidentes, dada la nueva situación de nuestro proceso de unidad (también contó el hecho de que nunca fuésemos invitados a su conferencia, ni siquiera al acto de clausura de ella).
Sí fueron invitados a la sesión de clausura del Congreso (en ella participaron entre otras delegaciones, la Embajada de Cuba, el Frente Popular de Liberación de Palestina -FPLP- y el Frente POLISARIO, con sendos saludos, aplaudidos con entusiasmo por los delegados). Por supuesto no acudieron, ni disculparon su ausencia.
Eso sí, unos días antes publicaban en su página web un “saludo” al Congreso lleno, como parece normal en ellos, de reproches y “paternales” consejos. Realmente, esta actitud nos parece una grosería, por cuanto los saludos en los Congresos (nuestros y de otras fuerzas) suelen sujetarse a unas elementales normas de cortesía, entre las que no se incluye, desde luego, el publicar con anterioridad su contenido, en los medios propios de propaganda. Claro que esta cuestión formal, les parecerá a nuestro “revolucionarios del papel” un melindre pequeño burgués de nuestro Partido.
Desde entonces, en al menos tres ocasiones en las que hemos coincidido, les hemos pedido que concertaran un día para explicarles las conclusiones de nuestro congreso. Hasta ahora.
Esta es la historia del proceso de unidad entre nuestras organizaciones.
¿La conclusión?: con amigos así, quién necesita enemigos.
24 de octubre de 2011
Secretariado del CC del PCE (m-l)
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