http://www.cubaperiodistas.cu/noticias/octubre11/03/09.htm
El precio de expresar opiniones en Estados Unidos
La Primera Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos estipula que el Congreso no puede prohibir la libertad de expresión o de prensa, entre otras tantas. No obstante, una ley no escrita del sistema, últimamente impone reservas.
Lo afirma Danny Schechter, cineasta independiente, bloguero y crítico. “No hay tolerancia a cualquier desviación de la línea oficial, por muy orgullosos que estemos de la libertad de expresión, aquí en Estados Unidos. Al decir algo incorrecto, uno puede tener problemas como ya ha pasado a muchos artistas, músicos, ahora es Tony.”
El icónico cantante, pacifista y veterano de la Segunda Guerra Mundial Tony Bennett recibió severas críticas por haber sugerido en un programa de radio que Washington provocó los ataques terroristas del 11 de septiembre. Y enseguida ofreció explicaciones extensas en un show televisivo.
“Pido disculpas si mis declaraciones dieron a entender otra cosa fuera de la expresión de mi amor por mi país”, dijo Bennet.
La destacada reportera Helen Thomas que pasó más de medio siglo trabajando en la Casa Blanca, también se vio obligada a pedir disculpas después de decir que los israelíes deberían desocupar la tierra de los palestinos. Pero a diferencia de la estrella musical, ella fue despedida.
“Hoy en día todos pierden su trabajo por decir lo que piensan. Se puede hablar libremente sobre el presidente estadounidense, pero una palabra acerca de Israel te hace automáticamente antisemita”,dijo Thomas.
Y no sólo lo dicho en público sino hasta lo escrito en blogs y diferentes redes sociales le puede costar el puesto a los periodistas.
Después de 20 años en la CNN, la editora de Asuntos de Oriente Medio Octavia Nasr tuvo que abandonar la cadena por comentar en Twitter que respetaba al difunto clérigo de Hezbolá con la ocasión de su muerte.
Para el canciller venezolano, Nicolás Maduro, el impacto de esta herramienta habitual usada dentro de las corporaciones mediáticas, traspasa sus fronteras.
“Enfrentamos una dictadura mediática internacional, si en el mundo existe algo que se pueda denominar dictadura, es lo que las grandes cadenas de televisión y prensa europea y estadounidense imponen”,señala Maduro.
Los grandes medios de comunicación no perdonan términos medios. Y aunque digan adiós tan fácilmente a sus redactores y periodistas por ejercer derechos personales y profesionales, lo más importante es que con ellos, no se despidan también de los principales valores democráticos.
El precio de expresar opiniones en Estados Unidos
La Primera Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos estipula que el Congreso no puede prohibir la libertad de expresión o de prensa, entre otras tantas. No obstante, una ley no escrita del sistema, últimamente impone reservas.
Lo afirma Danny Schechter, cineasta independiente, bloguero y crítico. “No hay tolerancia a cualquier desviación de la línea oficial, por muy orgullosos que estemos de la libertad de expresión, aquí en Estados Unidos. Al decir algo incorrecto, uno puede tener problemas como ya ha pasado a muchos artistas, músicos, ahora es Tony.”
El icónico cantante, pacifista y veterano de la Segunda Guerra Mundial Tony Bennett recibió severas críticas por haber sugerido en un programa de radio que Washington provocó los ataques terroristas del 11 de septiembre. Y enseguida ofreció explicaciones extensas en un show televisivo.
“Pido disculpas si mis declaraciones dieron a entender otra cosa fuera de la expresión de mi amor por mi país”, dijo Bennet.
La destacada reportera Helen Thomas que pasó más de medio siglo trabajando en la Casa Blanca, también se vio obligada a pedir disculpas después de decir que los israelíes deberían desocupar la tierra de los palestinos. Pero a diferencia de la estrella musical, ella fue despedida.
“Hoy en día todos pierden su trabajo por decir lo que piensan. Se puede hablar libremente sobre el presidente estadounidense, pero una palabra acerca de Israel te hace automáticamente antisemita”,dijo Thomas.
Y no sólo lo dicho en público sino hasta lo escrito en blogs y diferentes redes sociales le puede costar el puesto a los periodistas.
Después de 20 años en la CNN, la editora de Asuntos de Oriente Medio Octavia Nasr tuvo que abandonar la cadena por comentar en Twitter que respetaba al difunto clérigo de Hezbolá con la ocasión de su muerte.
Para el canciller venezolano, Nicolás Maduro, el impacto de esta herramienta habitual usada dentro de las corporaciones mediáticas, traspasa sus fronteras.
“Enfrentamos una dictadura mediática internacional, si en el mundo existe algo que se pueda denominar dictadura, es lo que las grandes cadenas de televisión y prensa europea y estadounidense imponen”,señala Maduro.
Los grandes medios de comunicación no perdonan términos medios. Y aunque digan adiós tan fácilmente a sus redactores y periodistas por ejercer derechos personales y profesionales, lo más importante es que con ellos, no se despidan también de los principales valores democráticos.