En todo momento en este mensaje me refiero a la intervención del forero gazte. El primer comentario de esta página del hilo, me parece un despróposito, y voy a intentar explicar porque creo que lo es.
Lo de Italia y lo de Grecia, podría ser, pero el resto no tiene sentido ninguno.
gazte escribió:en la europa en la que estaba el ejercito rojo eso acabo desembocando en 'revoluciones' hechas desde arriba a imagen y semejanza de la urss de stalin.
hubo otros sitios como grecia o china donde no resultaron esas negociaciones, y acabaron en guerra, china victoriosa para el proletariado, grecia no.
Creo que de esto ya se deduce el conocimiento que pueda tenerse del período histórico.
Afirmar que la República Popular de Polonia, la República Popular de Rumanía, la República Democrática Alemana, la República Popular de Hungría o la República Socialista de Checoslovaquia eran "revoluciones" hechas desde arriba a imagen y semejanza de la URSS de Stalin, demuestra varias cosas:
1) Que no se tiene ni idea de como funcionaba la URSS del período.
2) Que se tiene aún menos idea de que particularidades diferenciaban a cada una de estas repúblicas populares entre sí, y como funcionaban sus sistemas políticos, ni que influencia tenían sus facciones políticas, de hecho el funcionamiento de algunas no solo difería del de la URSS, sino que diferían entre sí. Se permitían tener sus propias variaciones políticas y económicas, que se ven si se estudia esto seriamente, lo otro es más propio que el paradigma liberal de los "satélites" de Moscú.
3) Que se es incapaz de comprender el período histórico, el apoyo que tenían las distintas resistencias en los diversos países, y las alternativas que había.
Por otra parte en la revolución china si que hubo trato y cesiones a la pequeña burguesía y con otros sectores de la burguesía, aunque siempre con la estrategia clara y con posiciones difereciadas entre la burguesía (no recalcitrante y recalcitrante), relación con el KMT, etc , y además en China también estuvo presente el Ejército Rojo (el RKKA soviético).
De hecho las negociaciones de China fueron a una escala mayor durante el Frente antijaponés, obviando el período de los pactos con el KMT (luego abandonados coherentemente tras las traiciones), etc. La estrategia china del Frente Único Antijaponés precisamente fue la alianza con sectores amplios de la burguesía nacional, sobre todo la pequeña burguesía urbana. Es táctica y no estrategia, y me parece que fue adecuado al período, pero es sumamente incoherente criticar el frentepopulismo de la Komintern y no el proceder de los revolucionarios chinos en el uso de pactos con la burguesía (si se puede hacer una crítica así considerando el frentepopulismo como estrategia y no como táctica, pero creo que a veces se subestima a los partidos comunistas porque no se especifica que sea una estrategia, de hecho países liberados por el ejército rojo acaban teniendo sistema de producción socialista en la posguerra). Respecto a China:
Mao escribió:
3. Desarrollar las fuerzas progresistas significa: expandir las fuerzas del proletariado, el campesinado y la pequeña burguesía urbana; engrosar audazmente las filas del VIII Ejército y del Nuevo g. Cuerpo de Ejército; establecer en amplia escala bases de apoyo democráticas antijaponesas; extender a todo el país las organizaciones del Partido Comunista; desarrollar en escala nacional los movimientos de masas de los obreros, campesinos, jóvenes, mujeres y niños; ganarse a los intelectuales en todo el país, y desplegar entre las grandes masas populares el movimiento por un régimen constitucional como una lucha por la democracia. Sólo desarrollando gradualmente las fuerzas progresistas, se podrá impedir el empeoramiento de la situación, la capitulación y la ruptura, y echar así las bases indestructibles para la victoria de la Guerra de Resistencia. Pero el desenvolvimiento de las fuerzas progresistas implica un serio proceso de lucha, en el cual hay que mantener una contienda implacable no sólo contra los imperialistas japoneses y los colaboracionistas chinos, sino también contra los recalcitrantes. Pues estos últimos se oponen al desarrollo de las fuerzas progresistas, mientras los elementos intermedios se muestran escépticos. A menos que luchemos firmemente contra los recalcitrantes y obtengamos resultados tangibles, no podremos resistir su presión ni disipar las dudas de los elementos intermedios, y entonces, no habrá manera de desarrollar las fuerzas progresistas.
4. Ganarse a las fuerzas intermedias significa ganarse a la burguesía media, a los shenshi sensatos y a los grupos con fuerzas locales. Ellos pertenecen a tres categorías distintas, pero en las condiciones actuales, todos forman parte del sector intermedio. Por burguesía media se entiende la burguesía nacional, distinta de la burguesía compradora, o gran burguesía. Tiene contradicciones de clase con los obreros y no consiente la independencia de la clase obrera; sin embargo, debido a que sufre la opresión del imperialismo japonés en las zonas ocupadas, y está sometida a las restricciones de los grandes terratenientes y la gran burguesía en las regiones dominadas por el Kuomintang, todavía quiere resistir al Japón y además pretende conseguir su cuota de Poder. En cuanto a la resistencia al Japón, está en favor de la unidad para la resistencia y, con respecto a la lucha por el poder político, apoya el movimiento por un régimen constitucional e intenta alcanzar sus propios fines explotando las contradicciones entre los progresistas y los recalcitrantes. Este es un estrato social al que es necesario ganarnos. Los shenshi sensatos constituyen el ala izquierda de la clase terrateniente, es decir, son aquellos terratenientes con cierto tinte burgués, y su actitud política es más o menos la misma de la burguesía media. Aunque tienen contradicciones de clase con los campesinos, también se encuentran en contradicción con los grandes terratenientes y la gran burguesía. No apoyan a los recalcitrantes, y de igual modo intentan aprovecharse de nuestras contradicciones con éstos para lograr sus propios fines políticos. De ninguna manera debemos pasar por alto a estos elementos; debemos adoptar la política de ganárnoslos. Los grupos con fuerzas locales son de dos tipos: los que dominan permanentemente ciertas zonas, y aquellos que poseen tropas "heterogéneas" pero no dominan ninguna zona. Si bien estos grupos están en contradicción con las fuerzas progresistas, a su vez lo están con la política seguida por el actual Gobierno Central del Kuomintang de beneficiarse a expensas de los demás; igualmente buscan explotar nuestras contradicciones con los recalcitrantes para alcanzar sus propios fines políticos. Sus jefes pertenecen, en su mayoría, a la clase de los grandes terratenientes y a la gran burguesía y, por eso, aunque estos grupos a veces se manifiestan progresistas en la Guerra de Resistencia, no tardan en volver a su posición reaccionaria; empero, a causa de sus contradicciones con las autoridades centrales del Kuomintang, pueden tomar una actitud neutral en nuestra lucha contra los recalcitrantes, siempre que adoptemos hacia ellos una política acertada. Nuestra política con respecto a estas tres categorías de fuerzas intermedias es ganarlas para nuestro lado. Sin embargo, esta política no sólo es diferente de la de ganarnos al campesinado y a la pequeña burguesía urbana, sino que también varía para cada categoría de esas fuerzas. Mientras el campesinado y la pequeña burguesía urbana deben ser ganados como aliados fundamentales, las fuerzas intermedias deben serlo como aliados contra el imperialismo. Entre estas fuerzas intermedias, la burguesía media y los shenshi sensatos pueden unirse a nosotros en la resistencia al Japón y asimismo en el establecimiento del Poder democrático antijapones, pero tienen miedo a la revolución agraria. En la lucha contra los recalcitrantes, algunos de ellos pueden participar hasta cierto punto, otros pueden observar una neutralidad benévola, y los demás, mantener una neutralidad forzosa. En cambio, los grupos con fuerzas locales, a pesar de unirse a nosotros en la resistencia al Japón, no pueden sino observar una neutralidad temporal en aquella lucha y no están dispuestos a establecer junto con nosotros el Poder democrático, ya que ellos mismos pertenecen a la clase de los grandes terratenientes y a la gran burguesía. Las fuerzas intermedias tienden a la vacilación terminarán por diferenciarse inevitablemente; teniendo en cuenta su actitud vacilante, debemos persuadirlas y criticarlas en forma adecuada.
Ganarnos a las fuerzas intermedias es una tarea de extremada importancia en el período del frente único antijaponés, pero, sólo dadas ciertas condiciones, podrá ser llevada a Feliz término. Ellas son: 1) que poseamos fuerza suficiente; 2) que respetemos sus intereses, y 3) que realicemos una lucha resuelta contra los recalcitrantes y obtengamos una victoria tras otra. Sin estas condiciones, las fuerzas intermedias vacilarán, o incluso se convertirán en aliadas de los recalcitrantes en sus ataques contra nosotros, ya que éstos también hacen todo lo posible por ganárselas con el propósito de aislarnos. En China, las fuerzas intermedias tienen un peso considerable y pueden ser con frecuencia el factor decisivo en el desenlace de nuestra lucha contra los recalcitrantes. Por eso, debemos ser muy prudentes al tratarlas.
9. Nuestra propaganda debe hacerse conforme al siguiente programa:
1) Hacer realidad el Testamento del Dr. Sun Yat-sen, despertando a las masas populares para la resistencia común al Japón;
2) Poner en práctica el Principio del Nacionalismo, resistiendo firmemente al imperialismo japonés y luchando por la completa liberación de la nación china y la igualdad de derechos para todas las nacionalidades del país;
3) Llevar a efecto el Principio de la Democracia, asegurando al pueblo toda la libertad necesaria para resistir al Japón y salvar a la nación, permitiendo que el pueblo elija los organismos gubernamentales a todos los niveles y estableciendo el Poder democrático revolucionario de frente único nacional antijaponés;
4) Poner en práctica el Principio de la Vida del Pueblo, por medio de la abolición de los impuestos y contribuciones exorbitantes, reducción de los arriendos y los intereses, implantación de la jornada de ocho horas, desarrollo de la agricultura, la industria y el comercio, y mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo, y
5) Llevar a efecto la declaración de Chiang Kai-shek de que "cada uno, sea del Norte o del Sur, sea joven o viejo, tendrá el deber de resistir al Japón y defender la patria".
Estos son los puntos programáticos dados a conocer por el propio Kuomintang y constituyen el programa común del Kuomintang y el Partido Comunista. Pero, excepto la resistencia al Japón, el Kuomintang no puede, en el presente, aplicar ningún punto de este programa; sólo el Partido Comunista y las demás fuerzas progresistas pueden hacerlo. Este es un programa muy simple y ampliamente conocido por el pueblo; sin embargo, muchos comunistas no saben aún utilizarlo como arma para movilizar a las masas populares y aislar a los recalcitrantes. En lo sucesivo, debemos tener presentes en todo momento los cinco puntos de este programa y divulgarlos por medio de proclamas, manifiestos, octavillas, artículos, discursos, declaraciones, etc. En las regiones dominadas por el Kuomintang, éste no es sino un programa de propaganda; en cambio, allí donde se encuentran el VIII Ejército y el Nuevo 4.ƒ Cuerpo de Ejército, es ya un programa de acción. Trabajando en conformidad con este programa, actuamos de manera legal, y son los recalcitrantes los que proceden de manera ilegal cuando se oponen a que lo cumplamos. Para la etapa de la revolución democrático-burguesa, este programa del Kuomintang es, en lo fundamental, igual al nuestro; sin embargo, la ideología del Kuomintang es completamente distinta de la del Partido Comunista. Es este programa común de la revolución democrática lo que debemos llevar a efecto, y nunca podemos aceptar la ideología del Kuomintang.
Es de
Problemas tácticos actuales en el Frente Único antijaponés, de marzo de 1940.
De:
Obras escogidas de Mao Tse-Tung, Tomo II. , Ediciones en lenguas extranjeras, Pekín, 1976. pp.441-448.
Obviando la ayuda activa soviética en otros campos varios también reconocida en aquellos tiempos por los comunistas chinos, los soviéticos tuvieron su importancia en China. En la Operación Tormenta de Agosto (a partir de agosto de 1945) el ejército del Kwangtung (unos 940.000 hombres) , la élite del ejército imperial de Japón fue barrida por el ER, junto con el ejército del Estado títere de Manchukuo y auxiliares coreanos de los imperialistas japoneses (es una campaña poco conocida por lo general, pero de gran magnitud, desde el punto de vista de la historia militar es impresionante la efectividad de esta campaña relámpago en un territorio tan grande y con terrenos tan accidentados como Manchuria, el Norte de la península coreana, etc , y sobre todo en tan poco tiempo, dura días.). Los frentes del ejército rojo Transbaikal y el 1º y 2º Frente del Lejano Oriente , en 10 días * derrotaron a numerosas fuerzas, avanzaron en multitud de frente a una velocidad espectacular y aseguraron los núcleos de población más importantes. El equipo capturado se entregó a las fuerzas comunistas chinas. El terreno capturado por el ER supuso cerca de millón y medio de km2 al finalizar la campaña y el correspondiente a China (la campaña fue más amplia) se devolvió a los revolucionarios chinos en 1948. Esto no resta para nada mérito ni muchísimo menos a los comunistas chinos, pero la intervención del Ejército Rojo de la URSS en la Segunda Guerra Mundial, no es algo exclusivo de Europa. Y de cierta forma, si que aparece el Ejército Rojo.
Resumiendo no veo nada fundamentada esta intervención del forero gazte.
El resto del hilo me parece muy interesante, aunque mi posición es bastante cercana a la de otros participantes, y por ahora no creo que pueda aportar nada muy significativo.
*del 8 al 18 de agosto de 1945, la capitulación oficial de las fuerzas japonesas en Manchuria no fue radiada hasta el 19 de agosto, pese a ello hubo unidades japonesas que continuaron resistiendo todo el mes.