Boskops: ¿homínidos que eran más inteligente que nosotros?:
Hola, abro este hilo para debatir sobre algo que me ha llamado mucho la atención, hablo del Hombre de Boskops, una raza extinta de homínidos que tenia una capacidad craneal un 30% mas grande que la nuestra, vale decir, que si nosotros tenemos 1.350 centimetros cubicos aprox. ellos tenían 1.750 como minimo y 2.000 como máximo. Se estima que el Hombre de Boskop tendria un CI de 150 en promedio, siendo el promedio de nosotros de 100, además tenían un rostro de facciones pedomórficas, es decir tenia rostro de niño, el rostro de un adulto promedio ocupa un tercio de su craneo, el rostro del Boskop ocupaba un quinto de este. Se desconoce en absoluto la causa de su extinción.
(fuente: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ).
“Algunas veces creo que mi cabeza es así de grande porque está llena de sueños”, decía John Merrick en la obra “El Hombre Elefante“. Podría haber estado hablando perfectamente de los Boskops, un grupo de humanos primigenios, casi olvidados, que vivieron en el sur de África hace entre 30.000 y 10.000 años. A juzgar por los fósiles que han llegado a nuestros días, los científicos creen que los Boskops eran similares a los humanos modernos, pero que tenían rostros más pequeños y de rasgos infantiles, y enormes cabezas con forma de melón que albergaban a un cerebro hasta un 30% más grande que el nuestro.
Esta posibilidad es la que ha fascinado al psiquiatra Gary Lynch y al científico cognitivo Richard Granger. “Al igual que nosotros somos más listos que los monos, probablemente los Boskops fueron más listos que nosotros”, especulan Lynch y Granger. Más intuitivos y reflexivos que los humanos modernos, con una memoria fantástica y una gran afición por los sueños, los Boskops podrían haber tenido “una vida mental interna literalmente más allá de cualquier cosa que podamos imaginar”. Lynch y Granger basan su caracterización de los Boskops en nuestro conocimiento actual sobre el modo en que funciona el cerebro humano, describiendo en detalle su fisiología y estructura y comparándolo con los cerebros de otros primates. Lynch y Granger exploran también lo que los grandes cerebros de los Boskops pueden decirnos sobre la evolución (¿Por qué no sobrevivieron?) y sobre el futuro de la inteligencia humana (¿podemos manipular nuestros cerebros para hacerlos mayores?). Estas cuestiones son tan interesantes, que sospecho que habrían llamado la atención de hasta el más estúpido de los Boskops.
Hola, abro este hilo para debatir sobre algo que me ha llamado mucho la atención, hablo del Hombre de Boskops, una raza extinta de homínidos que tenia una capacidad craneal un 30% mas grande que la nuestra, vale decir, que si nosotros tenemos 1.350 centimetros cubicos aprox. ellos tenían 1.750 como minimo y 2.000 como máximo. Se estima que el Hombre de Boskop tendria un CI de 150 en promedio, siendo el promedio de nosotros de 100, además tenían un rostro de facciones pedomórficas, es decir tenia rostro de niño, el rostro de un adulto promedio ocupa un tercio de su craneo, el rostro del Boskop ocupaba un quinto de este. Se desconoce en absoluto la causa de su extinción.
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“Algunas veces creo que mi cabeza es así de grande porque está llena de sueños”, decía John Merrick en la obra “El Hombre Elefante“. Podría haber estado hablando perfectamente de los Boskops, un grupo de humanos primigenios, casi olvidados, que vivieron en el sur de África hace entre 30.000 y 10.000 años. A juzgar por los fósiles que han llegado a nuestros días, los científicos creen que los Boskops eran similares a los humanos modernos, pero que tenían rostros más pequeños y de rasgos infantiles, y enormes cabezas con forma de melón que albergaban a un cerebro hasta un 30% más grande que el nuestro.
Esta posibilidad es la que ha fascinado al psiquiatra Gary Lynch y al científico cognitivo Richard Granger. “Al igual que nosotros somos más listos que los monos, probablemente los Boskops fueron más listos que nosotros”, especulan Lynch y Granger. Más intuitivos y reflexivos que los humanos modernos, con una memoria fantástica y una gran afición por los sueños, los Boskops podrían haber tenido “una vida mental interna literalmente más allá de cualquier cosa que podamos imaginar”. Lynch y Granger basan su caracterización de los Boskops en nuestro conocimiento actual sobre el modo en que funciona el cerebro humano, describiendo en detalle su fisiología y estructura y comparándolo con los cerebros de otros primates. Lynch y Granger exploran también lo que los grandes cerebros de los Boskops pueden decirnos sobre la evolución (¿Por qué no sobrevivieron?) y sobre el futuro de la inteligencia humana (¿podemos manipular nuestros cerebros para hacerlos mayores?). Estas cuestiones son tan interesantes, que sospecho que habrían llamado la atención de hasta el más estúpido de los Boskops.