Siete mil millones de razones
texto escrito por Wilfo publicado en la web de Iniciativa Comunista en noviembre de 2011
"El malthusianismo es la ideología por antonomasia del imperialismo” Juan Manuel Olarieta.
texto escrito por Wilfo publicado en la web de Iniciativa Comunista en noviembre de 2011
"El malthusianismo es la ideología por antonomasia del imperialismo” Juan Manuel Olarieta.
El pasado mes de octubre, la División de Población de la Organización de Naciones Unidas (ONU) nos informaba de un dato interesante en lo referido al tema demográfico mundial, al anunciar el nacimiento del humano número 7.000 millones.
Inmediatamente, todas las alarmas se pusieron en marcha y el viejo fantasma del maltusianismo (que nos alertaba de la carestía de alimentos a medida que aumentaba la población), volvió a ensombrecer en las cabezas y las mentes calenturientas de todo el mundo. Algunas publicaciones, afirmaban, de hecho que “más que ser una celebración, el acontecimiento ha sido motivo de inquietud y discusión”.
Inmediatamente saltan todas las alarmas y las viejas teorías imperialistas del maltusianismo han reaparecido; falta de abastecimiento, bajos recursos, crisis alimentarias, crisis económicas…nuevamente han saltado a la palestra. Nuevamente, los gurús del imperialismo vuelven a repetirnos hasta la saciedad que el avance de la humanidad supone una traba, un lastre, un problema difícil de resolver.
Y nos vuelven a decir, como nos decía Malthus a inicios de la edad contemporánea, básicamente, que no hay recursos para todos, que el mundo se agota, que el planeta no da para más y que es imposible seguir abasteciendo a todos los siete mil millones de personas.
Sin embargo, ante estas afirmaciones, yo me hago dos preguntas;
Primero, ¿Realmente no hay recursos para todos? , ¿Realmente nos morimos de hambre? Es curioso que, mientras pienso en un mundo apocalíptico tal y como nos lo dibujan algunos, y que perfectamente podría encajar en cualquier telediario victimista de intereconomia, no puedo evitar mirar la lista Forbes.
Si, ya saben, aquella maravillosa lista de privilegiados, la de los mas ricos del mundo. Pienso en estas teorías y me saltan a los ojos unos datos muy curiosos; Carlos Slim, 74 billones de dólares. Bill Gates, 56 billones de dólares. Warren Buffett, 50 billones. Amancio Ortega, 31 billones de dólares….y así podríamos seguir.
En el estado español, también podemos identificar claramente a los millonarios, a aquellos que se están llenando los bolsillos a pitote mientras tenemos 5 millones de parados; Amancio Ortega, Juan Roig, las Koplowitz, Florentino Pérez, o nuestro buen amigo Emilio Botín, el mismo que se llena cada año los bolsillos a rabiar mientras exige al gobierno recortes sociales a los trabajadores.
Como vemos, un atajo de ladrones, de explotadores y de sinvergüenzas que, realmente, marcan la agenda política de sus respectivos países, de forma que, indistintamente del partido que este gobernando, son ellos quienes son los dueños y amos del mundo, ellos quienes deciden la economía y la política del país y ellos quienes deciden que se debe hacer en todo momento, ejemplificando mejor que de ninguna otra manera la dictadura criminal que los pueblos del mundo sufren a manos de estos parásitos sociales capitalistas, a los que se debería barrer de forma enérgica de todo el mundo a través del único mecanismo efectivo que ha conocido la historia; la dictadura revolucionaria del proletariado.
Ahora bien, ¿tampoco habrá recursos para ellos en esta crisis mundial demográfico-económica? ¿No será mas bien, que si hay recursos en este mundo, indistintamente del numero de habitantes, y que son mas bien unos pocos ladrones, sinvergüenzas y explotadores los que están expoliando como delincuentes a los países, robando los recursos a la población y empobreciendo a cientos de miles de personas mientras unos pocos se llevan toda la pasta?
Otro ejemplo; en Irlanda, el 1% de la población controla el 34% de la riqueza del país. Y casualmente Irlanda es uno de los recientes países más críticos económicamente de la UE. Pero seguro que ese 1% no pasa hambre, ni crisis.
Segundo, si en efecto estuviéramos en una crisis demográfica, como decía Malthus, con exceso de población, ¿Cuál es la solución entonces? ¿Reducir la población? No es casualidad que, como dice Juan Manuel Olarieta, el maltusianismo fuera la ideología preferida, junto al malinterpretado darwinismo social, del nazismo y del fascismo durante el siglo XX para barrer a millones de personas de la superficie del planeta, obteniendo, del ideólogo imperialista Malthus, la coartada perfecta.
Para todos estos personajillos, la solución es la misma que en la época de Malthus; para obtener mas recursos, que unos pocos ricos de unos pocos países enriquecidos, sigan explotando económica, social, laboral y territorialmente a una amplia mayoría de pobres y de países del mundo, seguir, pues, ahondando en la explotación de clases y en el neocolonialismo.
Y es que algunos aun no se han enterado, o no quieren enterarse de que va la película.
El problema no son los siete mil millones de personas, como tampoco lo son los alimentos.
El problema es ese 1% de personas que en Irlanda lo controlan todo.
El problema son esos 10 billonarios más ricos del mundo, que entre ellos en total concentran 400 billones de dólares. 400 billones en manos de 10 personas, y mientras tanto estos sinvergüenzas se atreven a decirnos que hay demasiada población, y que los recursos del planeta no son suficientes. Desde luego debe haber suficientes recursos cuando solo 10 personas consiguen sumar todo ese dineral.
El problema, como dice Alberto Acevedo (del periódico socialista colombiano “voz”), mas bien radica en la injusta distribución de la riqueza en el mundo, y no tanto en la escasez de alimentos. ¿O acaso alguien piensa que alguno de esos 10 billonarios explotadores va a pasar hambre alguna vez en su vida?
En un mundo de cada vez mayor prosperidad en todos los campos tecnológicos y productivos, las cifran son muy claras. El mismo autor señala que las exportaciones mundiales se multiplicaron por cinco, con casi 4000 billones el año pasado.
Por lo tanto, la producción cada vez es mayor, mientras que el problema es que estos recursos, en realidad se concentra en unas pocas manos, o en unos pocos países, como EE.UU., Japón o la UE (los modernos puntales del imperialismo mundial, que controlan hoy el mismo mundo que controlaban los países imperialistas en la época de Malthus), mientras amplísimas zonas de Asia, África o Latinoamérica, se mueren de hambre, expoliados por sus respectivas burguesías millonarias y por la acción neocolonialista de alguno de estos nuevos puntales imperialistas mundiales.
No es, además, ninguna casualidad, que sean precisamente en esas tres regiones globales enriquecidas donde se concentren, que cosas, todos esos multimillonarios mundiales, que concentran, a su vez, la mayor parte de la riqueza de esos respectivos países.
Por lo tanto, la noticia de que la población mundial suba a siete mil millones de personas, si no nos provoca alegría, al menos si nos debería provocar una cosa; ganas de luchar, ganas de combatir y ganas de mandar al estercolero de la historia a todos estos sinvergüenzas que no hacen si no enriquecerse año tras año con los recursos de todo el mundo, con el esfuerzo y con la explotación de la clase trabajadora de todo el mundo, que cada día se empobrece mas y mas.
Y es que si en algo coinciden todos estos explotadores y parásitos sociales es en su interés por expoliar el mundo, indistintamente de donde se encuentren.
Tenemos siete mil millones de razones (aunque quizá habría que restarle 10 0 12 menos) para pelear por un mundo mas justo, igualitario, donde la riqueza se distribuya de forma igualitaria entre todos, donde no existen ricos ni pobres, un mundo donde 10 billonarios no se lleven la riqueza multimillonaria de todo el mundo, un mundo donde el nacimiento de un ser humano no sea motivo de tristeza o preocupación si no de alegría y de ganas de luchar y seguir mejorando.
Tenemos, por lo tanto, un mundo que ganar.
Inmediatamente, todas las alarmas se pusieron en marcha y el viejo fantasma del maltusianismo (que nos alertaba de la carestía de alimentos a medida que aumentaba la población), volvió a ensombrecer en las cabezas y las mentes calenturientas de todo el mundo. Algunas publicaciones, afirmaban, de hecho que “más que ser una celebración, el acontecimiento ha sido motivo de inquietud y discusión”.
Inmediatamente saltan todas las alarmas y las viejas teorías imperialistas del maltusianismo han reaparecido; falta de abastecimiento, bajos recursos, crisis alimentarias, crisis económicas…nuevamente han saltado a la palestra. Nuevamente, los gurús del imperialismo vuelven a repetirnos hasta la saciedad que el avance de la humanidad supone una traba, un lastre, un problema difícil de resolver.
Y nos vuelven a decir, como nos decía Malthus a inicios de la edad contemporánea, básicamente, que no hay recursos para todos, que el mundo se agota, que el planeta no da para más y que es imposible seguir abasteciendo a todos los siete mil millones de personas.
Sin embargo, ante estas afirmaciones, yo me hago dos preguntas;
Primero, ¿Realmente no hay recursos para todos? , ¿Realmente nos morimos de hambre? Es curioso que, mientras pienso en un mundo apocalíptico tal y como nos lo dibujan algunos, y que perfectamente podría encajar en cualquier telediario victimista de intereconomia, no puedo evitar mirar la lista Forbes.
Si, ya saben, aquella maravillosa lista de privilegiados, la de los mas ricos del mundo. Pienso en estas teorías y me saltan a los ojos unos datos muy curiosos; Carlos Slim, 74 billones de dólares. Bill Gates, 56 billones de dólares. Warren Buffett, 50 billones. Amancio Ortega, 31 billones de dólares….y así podríamos seguir.
En el estado español, también podemos identificar claramente a los millonarios, a aquellos que se están llenando los bolsillos a pitote mientras tenemos 5 millones de parados; Amancio Ortega, Juan Roig, las Koplowitz, Florentino Pérez, o nuestro buen amigo Emilio Botín, el mismo que se llena cada año los bolsillos a rabiar mientras exige al gobierno recortes sociales a los trabajadores.
Como vemos, un atajo de ladrones, de explotadores y de sinvergüenzas que, realmente, marcan la agenda política de sus respectivos países, de forma que, indistintamente del partido que este gobernando, son ellos quienes son los dueños y amos del mundo, ellos quienes deciden la economía y la política del país y ellos quienes deciden que se debe hacer en todo momento, ejemplificando mejor que de ninguna otra manera la dictadura criminal que los pueblos del mundo sufren a manos de estos parásitos sociales capitalistas, a los que se debería barrer de forma enérgica de todo el mundo a través del único mecanismo efectivo que ha conocido la historia; la dictadura revolucionaria del proletariado.
Ahora bien, ¿tampoco habrá recursos para ellos en esta crisis mundial demográfico-económica? ¿No será mas bien, que si hay recursos en este mundo, indistintamente del numero de habitantes, y que son mas bien unos pocos ladrones, sinvergüenzas y explotadores los que están expoliando como delincuentes a los países, robando los recursos a la población y empobreciendo a cientos de miles de personas mientras unos pocos se llevan toda la pasta?
Otro ejemplo; en Irlanda, el 1% de la población controla el 34% de la riqueza del país. Y casualmente Irlanda es uno de los recientes países más críticos económicamente de la UE. Pero seguro que ese 1% no pasa hambre, ni crisis.
Segundo, si en efecto estuviéramos en una crisis demográfica, como decía Malthus, con exceso de población, ¿Cuál es la solución entonces? ¿Reducir la población? No es casualidad que, como dice Juan Manuel Olarieta, el maltusianismo fuera la ideología preferida, junto al malinterpretado darwinismo social, del nazismo y del fascismo durante el siglo XX para barrer a millones de personas de la superficie del planeta, obteniendo, del ideólogo imperialista Malthus, la coartada perfecta.
Para todos estos personajillos, la solución es la misma que en la época de Malthus; para obtener mas recursos, que unos pocos ricos de unos pocos países enriquecidos, sigan explotando económica, social, laboral y territorialmente a una amplia mayoría de pobres y de países del mundo, seguir, pues, ahondando en la explotación de clases y en el neocolonialismo.
Y es que algunos aun no se han enterado, o no quieren enterarse de que va la película.
El problema no son los siete mil millones de personas, como tampoco lo son los alimentos.
El problema es ese 1% de personas que en Irlanda lo controlan todo.
El problema son esos 10 billonarios más ricos del mundo, que entre ellos en total concentran 400 billones de dólares. 400 billones en manos de 10 personas, y mientras tanto estos sinvergüenzas se atreven a decirnos que hay demasiada población, y que los recursos del planeta no son suficientes. Desde luego debe haber suficientes recursos cuando solo 10 personas consiguen sumar todo ese dineral.
El problema, como dice Alberto Acevedo (del periódico socialista colombiano “voz”), mas bien radica en la injusta distribución de la riqueza en el mundo, y no tanto en la escasez de alimentos. ¿O acaso alguien piensa que alguno de esos 10 billonarios explotadores va a pasar hambre alguna vez en su vida?
En un mundo de cada vez mayor prosperidad en todos los campos tecnológicos y productivos, las cifran son muy claras. El mismo autor señala que las exportaciones mundiales se multiplicaron por cinco, con casi 4000 billones el año pasado.
Por lo tanto, la producción cada vez es mayor, mientras que el problema es que estos recursos, en realidad se concentra en unas pocas manos, o en unos pocos países, como EE.UU., Japón o la UE (los modernos puntales del imperialismo mundial, que controlan hoy el mismo mundo que controlaban los países imperialistas en la época de Malthus), mientras amplísimas zonas de Asia, África o Latinoamérica, se mueren de hambre, expoliados por sus respectivas burguesías millonarias y por la acción neocolonialista de alguno de estos nuevos puntales imperialistas mundiales.
No es, además, ninguna casualidad, que sean precisamente en esas tres regiones globales enriquecidas donde se concentren, que cosas, todos esos multimillonarios mundiales, que concentran, a su vez, la mayor parte de la riqueza de esos respectivos países.
Por lo tanto, la noticia de que la población mundial suba a siete mil millones de personas, si no nos provoca alegría, al menos si nos debería provocar una cosa; ganas de luchar, ganas de combatir y ganas de mandar al estercolero de la historia a todos estos sinvergüenzas que no hacen si no enriquecerse año tras año con los recursos de todo el mundo, con el esfuerzo y con la explotación de la clase trabajadora de todo el mundo, que cada día se empobrece mas y mas.
Y es que si en algo coinciden todos estos explotadores y parásitos sociales es en su interés por expoliar el mundo, indistintamente de donde se encuentren.
Tenemos siete mil millones de razones (aunque quizá habría que restarle 10 0 12 menos) para pelear por un mundo mas justo, igualitario, donde la riqueza se distribuya de forma igualitaria entre todos, donde no existen ricos ni pobres, un mundo donde 10 billonarios no se lleven la riqueza multimillonaria de todo el mundo, un mundo donde el nacimiento de un ser humano no sea motivo de tristeza o preocupación si no de alegría y de ganas de luchar y seguir mejorando.
Tenemos, por lo tanto, un mundo que ganar.