Conferencia de prensa por discriminación ideológica del Dr. Fabián Harari en CONICET
Estimados:
Los invitamos a la conferencia de prensa donde se denunciará la discriminación y la persecución ideológica de la que fue objeto el Dr. Fabián Harari en el CONICET. La conferencia será el martes 27 a las 18hs en el Bauen (Av. Corrientes 1856, Capital).
Esperamos puedan asistir.
Para comunicarse:
Verónica Baudino (prensa): 1544141137
Fabián Harari: 1559938381
Adhesiones: info@razonyrevolucion.org
Persecución ideológica en CONICET: el caso Fabián Harari
Conferencia de prensa: Martes 27 de diciembre, 18 hs. Hotel Bauen, Av. Callao 360, Capital Federal
Participan:
Eduardo Grüner (Sociólogo - Docente de la UBA)
Eduardo Sartelli (Docente de la UBA- Director de Razón y Revolución)
Rubén Sobrero (Delegado del Ferrocarril Sarmiento)
Fabián Harari (Becario postdoctoral de CONICET - Docente de la UBA - Militante de Razón y Revolución)
Representantes de ATE
Representantes de AGD - UBA
Representantes del Frente de Izquierda
El objeto de la conferencia de prensa es denunciar la explícita discriminación y la persecución ideológica que se ejerció en el organismo público de investigación, el CONICET, hacia el Dr. Fabián Harari, en el marco de un proceso de expulsión de doctores del sistema y de cierre del acceso a la investigación. Sin ninguna clase de disimulo, en el dictamen de rechazo al ingreso a carrera, el jurado alega en tres ocasiones, como elemento negativo, el carácter de militante del Dr. Harari. Además, se omite alevosamente información vital para la evaluación. Se trata de un peligroso antecedente para la expulsión de científicos de acuerdo con criterios extraacadémicos como la militancia, la nacionalidad, el género o la preferencia sexual.
Para más información, enviamos nuestra denuncia pública.
CONICET: ajuste y persecución
Este año el organismo público de producción científica, CONICET, profundizó el ajuste que viene llevando contra los científicos. Esta vez, achicando la brecha para el ingreso de los becarios (trabajadores precarios) a carrera (planta permanente). A esta avanzada contra los trabajadores, se suma una persecución ideológica contra el marxismo, una conducta inadmisible de por sí, pero más aún en una dependencia estatal. Se trata de un asunto relevante, no solo porque desmiente toda la publicidad oficial sobre los “grandes logros” en materia de ciencia, sino porque marca una tendencia peligrosa para los investigadores y para todos los que nos consideramos parte de la izquierda en Argentina.
Luego de trabajar tres años en forma precaria, es decir, como becario, sin cobertura social, sin aportes jubilatorios y sin ningún tipo de estabilidad laboral, Fabián Harari, Doctor en Historia y docente de la UBA se presentó a concurso para el ingreso a carrera de investigador científico, que es la instancia por la que uno pasa “a planta”. El 8 de noviembre, le llegó el fallo de la Comisión de Ciencia Política, Derecho y Relaciones Internacionales con el rechazo al proyecto, que lo deja fuera del sistema. En el dictamen, se verifica un ensañamiento propio de quien desconoce la especialidad y, más grave aún, de quien se siente completamente impune para decir lo que se le ocurra.
En primer lugar, hubo un “error” preocupante. El doctorado es un requisito fundamental y sine qua non para entrar en carrera. Harari defendió su tesis doctoral el 19 de marzo y el 23 acercó el acta de defensa de tesis por mesa de entradas. Luego, la mandó escaneada por mail el 5 de abril. Sin embargo, la comisión reunida en agosto dictaminó: “no ha completado su Doctorado ni informa otro título de Posgrado. Por esta razón su formación de posgrado es insuficiente para desempeñarse en la CIC ”. Ante este dictamen Fabián Harari, se comunicó con el personal de CONICET para asegurarse de que los certificados correspondientes a su doctorado no hubiesen sido traspapelados, a lo que se le respondió que “su envío se registró en sistema en el mes de marzo de 2011” . Es decir, la tesis sí ingresó para ser evaluada y no se ha detectado error administrativo alguno. Por lo tanto, aparentemente fue la comisión la que omitió o directamente falseó en forma deliberada información fundamental. Todavía existiría la posibilidad de pensar que se trata de un error involuntario, sino fuera que a otro militante de Razón y Revolución, Tamara Seiffer, le ocurrió lo mismo, el mismo año en la misma comisión. A ella, la comisión evaluadora, no le consideró su doctorado concluido. Cabe señalar que la evaluación de ingreso a carrera del CONICET está siempre plagada de errores y arbitrariedades, pero dentro de todo el historial que hemos recogido no nos ha llegado información de postulantes a quienes se les desconociera el doctorado, es decir, el elemento central a evaluar. Que esto ocurra simultáneamente en la misma comisión a dos intelectuales marxistas que militan en la misma organización resulta por lo menos llamativo. Si a esto se añade que en el dictamen de uno de ellos explícitamente se pondera en forma negativa su condición militante, la persecución ideológica resulta evidente. En el dictamen de Fabián Harari, no en una, sino en tres ocasiones se señala dicha condición. La tercera alusión es la más preocupante y denota el criterio persecutorio, cuando al referirse a sus artículos dicen que:
“Si bien éstos parten de un buen conocimiento de la literatura y exhiben trabajo de investigación con fuentes primarias, tienen un tono excesivamente polémico y militante ajeno a las reglas del arte.”
Es decir, se reconoce que los artículos cumplen con los requisitos de una publicación científica, pero la condición de militante (y el tono correspondiente) de Fabián Harari parece bastar para descalificar el trabajo. Harari es militante de Razón y Revolución. No se entiende por qué eso puede ser motivo para negarle el acceso a la investigación. Se trata de un caso claro de persecución ideológica y política que no deberíamos dejar pasar. Un desconocimiento a la necesaria evaluación objetiva y un criterio ad hominem, reñido con la actividad científica.
Cabe destacar, que la persecución que denunciamos puede tener lugar por un sistema perverso que la permite. No existen criterios explícitos y menos permanentes para la evaluación de los postulantes. Cada año, cada comisión establece las condiciones para ingresar, en función de criterios que no se hacen públicos en su totalidad. Esto es particularmente cierto para el caso de la evaluación de las publicaciones. Un artículo publicado en una revista será muy importante, poco importante o no tendrá valor de acuerdo a la comisión y al año en que se presentó el expediente. Así, sin reglas claras, todo se resuelve en la arbitrariedad del jurado. Es necesario que se expliciten criterios claros.
A todo esto, si alguien intenta hacer un reclamo formal o una reconsideración del fallo, se le prohíbe presentarme en nuevas convocatorias mientras su reclamo no haya sido resuelto (CONICET, resolución 3199/2010). De esta manera, de acuerdo a una resolución claramente inconstitucional, quien se encuentra en la situación de protestar por la discriminación que ha sufrido, inmediatamente es sancionado. Cabe destacar que en un sistema fuertemente competitivo, con rígidos topes de edad para ingresar, para un científico presentar un recurso de este tipo puede significar quedarse fuera del sistema y perder la posibilidad de desempeñarse en la actividad para la cual se ha formado.
No por nada cuando el CONICET recibe una consulta sobre los mecanismos de reclamo, no dejan de recordarle al interesado, la existencia de esta cláusula y la inconveniencia de una apelación. De este modo, la consabida cláusula evita que se abra la boca y deja al jurado con total impunidad para decir lo que quiera. Hasta ahora, este mecanismo ha limitado a un mínimo los recursos presentados por los becarios que se desempañan como trabajadores precarizados del CONICET, pero es hora de que digamos algo al respecto. Es hora de que se derogue esta cláusula: los investigadores tenemos derecho a reclamar.
Frente a la publicidad de científicos “repatriados”, vemos que aquí se persigue y se expulsa del sistema a intelectuales que han dado muestra de su capacidad y esfuerzo. Incluso se los persigue por sus ideas. La mayoría de los doctores del país se está quedando fuera del sistema, porque el Estado no puede darles trabajo. Que quede claro: no piden ninguna dádiva, sino la posibilidad de trabajar de lo que saben y para lo gastaron tantas horas de estudio, de lectura, de escritura y para lo que, incluso, tuvieron que poner plata de su bolsillo. Como síntoma de esta creciente expulsión, este año el CONICET ha creado el “Programa de Inserción Laboral de Doctores” dentro de su oficina de Recursos Humanos. Este Programa ayuda a los científicos a confeccionar su CV y los asesora para mejorar su desempeño en entrevistas laborales. Quizás el próximo paso sea la confección de un padrón de instituciones extranjeras a donde ir a pedir trabajo. Una vergüenza.
El ajuste, ha agudizado las arbitrariedades presentes desde antes en el proceso de selección de los investigadores que ingresan a carrera de CONICET y esto, a su vez, ha generado casos de visible persecución ideológica. Los compañeros de ATE se han solidarizado y han escrito un comunicado de prensa por este problema y por el caso particular de Fabián Harari.http://www.anred.org/breve.php3?id_breve=6852 Apoyamos sus reivindicaciones y esperamos que otras organizaciones políticas y sindicales se expidan.
Tenemos que poner un límite al ajuste, a las arbitrariedades, al clientelismo y a la persecución ideológica. La posibilidad de desarrollar conocimiento no puede quedar en manos de unos pocos que se jactan de su macartismo.
Repudiamos profundamente la discriminación ideológica y política que se produce en las evaluaciones y que se hizo explícita en la de Fabian Harari
Exigimos a CONICET que se instrumente la explicitación de los criterios de evaluación de los antecedentes y proyectos para el ingreso a la carrera de investigador científico y la implementación de veedurías gremiales de los procesos de evaluación
Exigimos a CONICET la inmediata anulación de la normativa que impide la postulación al Ingreso a carrera a quienes hayan presentado un recurso ante la institución u otros organismos
Razón y Revolución