The Red Hammer escribió:Pues eso, leyendo al camarada Tachanka (que por cierto, en muchas cosas difiero con él, pero es un placer leerle) y también al camarada JoseKRK creo recordar, me ha surgido una duda, y así de paso trasladamos el debate que estaban teniendo los camaradas a este hilo.
¿Fue adecuada la táctica de los Frentes Populares en su día? ¿Por qué?. ¿Es la táctica adecuada a utilizar hoy en día? ¿Por qué?. ¿Qué otro modelo táctico podríamos incluir en oposición a este (algo así como el tema de los partisanos?)? ¿Por qué?
Disculpen si mis preguntas vienen dadas desde la ignorancia, pero fue un tema que me interesó bastante, y como yo en este foro lo que más hago es leer que escribir, cuando me surgen dudas abro un hilo para que los camaradas debatan entre ellos.
Salud!.
Me alegro de que disfrutes leyendo mis mensajes (al menos alguien los lee...
).
Como RDC ya ha desarrollado en gran parte la cuestión (y me parece acertado su análisis), y en lo fundamental estoy de acuerdo con él, voy a tratar de añadir algunos ejemplos bastante desconocidos, y hacer una interpretación general del tema, que si puedo, ampliaré tras informarme en aquellos aspectos que desconozco.
No podemos entender la creación de los frentes populares, es decir, el paso de la ofensiva a la defensiva por parte del movimiento comunista internacional, sin tener en cuenta el nacimiento del fascismo (los que actualmente siguen revindicando el "Frente Popular" como estrategia revolucionaria para los partidos comunistas actuales, poniendo como excusa cualquier mínimo componente reaccionario o que no satisfaga la utópica democracia burguesa plena, como puede ser la monarquia, o el gobierno de los partidos conservadores burgueses, no hacen más que enarbolar la bandera de la absoluta degeneración revisionista del discurso frentepopulista). Los comunistas del VII congreso de la tercera internacional entendieron el fascismo como una nueva amenaza, burguesa, sí, pero diferente a todas las que hasta ahora habían enfrentado, capaz de aplastar partidos comunistas teoricamente fuertes como el alemán. El partido comunista alemán interpretaba que su principal rival eran los socialfascistas (socialdemócratas) antes que los nazis, y la Internacional achacaría a esta postura su derrota y desaparición práctica con la represión nazi, pero estando los socialdemócratas completamente deslegitimados de cara a las masas la postura comunista alemana era adecuada. No tenían en cuenta en la Internacional que el Partido Comunista alemán aún no se había recuperado del intento revolucionario espartaquista, ni de las profundas divisiones en el mismo, exportadas a través de la Internacional por el PCUS y su voluntad de limpiar todos los partidos europeos de las influencias de los distintos rivales políticos (Bujarin, Kamenev, Zinoviev...), con sucesivas expulsiones y escisiones. Es decir, el Partido Comunista Alemán, aunque fuerte y con apoyos entre las masas, no estaba en su mejor momento.
Pues bien, Dimitrov y el VII Congreso interpretaban que el fascismo era la dictadura terrorista de los elementos de la burguesia financiera, y atribuían todo su éxito entre las masas pequeño-burguesas y los elementos atrasados del proletariado a la pura retórica demagógica de los nazis. Mezclaba así un análisis materialista, y otro que no era tal. La retórica era importante en el triunfo nazi, pero sin un componente de clase distinto, dicha retórica no habría ido más allá. Es decir, el fascismo no era la dictadura abierta de la burguesia financiera en solitario, sino que más bien era la movilización por parte de la gran burguesia de todas sus fuerzas sociales, de todas las fuerzas sociales de la reacción. Y dicha movilización, no era posible sin concesiones a la pequeña burguesia y a la aristocracia obrera, sin representar sus intereses mejor aún que la democracia burguesa, donde estos sectores, que en gran parte antes apoyaban a los partidos socialdemócratas, se sentían traicionados y defraudados por la absoluta dejación de la socialdemocracia a los intereses del gran capital, ya que en Alemania, sería la socialdemocracia la que gestionase no solo la derrota en la guerra imperialista, sino la posterior represión del proletariado revolucionario, la hiperinflacción de los precios, el desempleo y la crisis económica, siempre con medidas que hoy serían calificadas de "recortes" o "antipopulares".
La evidencia de esto, del conjunto de "intereses sociales" que representa el fascismo, está en las propias SA nazis, exponente radical de la pequeña burguesia "revolucionaria" y abiertamente anti-aristocrática, que Hitler se ve obligado a reprimir por mandato de sus amos burgueses. Igualmente, las formas de ordenación del trabajo asalariado que se dieron en el fascismo, como el corporativismo, beneficiaban a la pequeña y mediana burguesia, mientras esclavizaban al proletariado.
La burguesia, en definitiva, entendió la crisis de legitimidad de su hegemonia a través de la democracia burguesa incluso antes que los comunistas, y en su reacción estuvo dispuesta a hacer concesiones a la pequeña burguesia y la aristocracia obrera para decantar en la pugna con el proletariado revolucionario a estas clases "intermedias" de su lado.
Por tanto, si la socialdemocracia representaba el oportunismo, el fascismo era un oportunismo extremo, que no se habría materializado de no ser por el apoyo de la burguesia, a la cual un parlamento con una amplia presencia de los comunistas, y que era incapaz de reprimir el crecimiento y auge de estos y su poderosa influencia sobre el movimiento obrero, había dejado de ser util como forma de dominación hegemónica sobre las demás clases. Y si esto había sido así, es justamente por la acción de los comunistas, por su auge revolucionario. Es decir, el fascismo era la consecuencia del éxito revolucionario del comunismo. No es de extrañar, que surgiera precisamente en países con partidos comunistas influyentes. Por tanto, el fascismo es un movimiento de reacción, no consiste en una ofensiva burguesa, sino en una postura defensiva.
La VII internacional no supo interpretar este hecho; que la burguesia europea, como bestia herida, se lanzaba a la desesperada contra el proletariado revolucionario. Por tanto, no tocaba pasar a la defensiva, sino dar el golpe de gracia a dicha burguesia, y en abierta guerra revolucionaria contra el estado burgués, decantar a las clases intermedias (el campesinado y la pequeña burguesia) de su lado. Lo que está claro, es que los comunistas, si seguían en la postura de oposición pasiva, tenía a estas clases perdidas, y la incapacidad absoluta de defenderse de la represión estatal.
El auge del fascismo evidenciaba la buena dirección revolucionaria del movimiento comunista. La democracia burguesa, como decía Lenin, era el mejor medio de dominación del capital, y por tanto, el recurso al fascismo, significaba el reconocimiento de fracturas en el armazón social del capitalismo y de la dictadura de la burguesia. Dimitrov se centra en el aspecto de "superestructura" del fascismo, o mejor dicho, la forma de gobierno distinta que este representa, olvidando que tanto democracia burguesa como fascismo son dos formas de dictadura de la misma burguesia, y el recurso al segundo una prueba de debilidad.
A este análisis erroneo del significado histórico del fascismo, se unían algunos "mitos" no probados: - Que era imposible el desarrollo del Partido Comunista en un clima de terror represivo fascista. Dicha afirmación no tenía en cuenta un clima represivo y de terror bastante similar durante el zarismo, y pese al cual, sería en ese clima de terror represivo donde surgiera el primer país socialista y triunfara la revolución proletaria. También, durante la SGM, las victorias partisanas en el Norte de Italia contra los fascistas, en Yugoslavia o en Grecia, evidencian nuevamente la falsedad de dicho dogma.
- Que el fascismo solo podía ser combatido con éxito "antes" de su acceso al gobierno. Por este motivo, los Partidos Comunistas se plegaran a la alianza con la socialdemocracia y los partidos progresistas de la burguesia, renunciando a la revolución, con el único fin de evitar el "triunfo" electoral de los fascistas y su acceso al gobierno.
Dichas alianzas, además de dar alas al revisionismo, se saldaron siempre con derrotas, siendo incapaces de cumplir su fin, ya que allí donde la burguesia se decantó con el fascismo, este triunfó igualmente, con o sin gobierno de frente popular. Pues estas "alianzas parlamentarias" partían de un tremendo error; el poder del "fascismo" no residía en el parlamento, no necesitaba del triunfo electoral que tuvo en Alemania con Hitler, sino que residía en los elementos armados y movilizados de la propia burguesia, tanto dentro como fuera de su Estado. En una nueva desviación revisionista, los partidos comunistas confundieron de nuevo "gobierno parlamentario" con Estado, y pensaron que ocupando los "gobiernos" evitaban la reacción fascista del estado burgués contra las masas proletarias.
El caso más sonado de esta error fue el español; tras arduos esfuerzos por defender la democracia burguesa y la alianza y unidad con los socialdemócratas en el frente popular por parte del Partido Comunista, renunciando a su propio programa revolucionario para ello, resultó que no habían conseguido nada, que la burguesia recurrió cuando le interesó al fascismo igualmente, y que el mismo Estado que se empeñaban en gobernar fue la principal arma de la burguesia (el ejército republicano golpista), y ante esa reacción, prácticamente sus únicas fuerzas, o al menos más fiables, estaban donde siempre estuvieron, en las milicias proletarias y sindicales. El frente popular no había servido para nada, había ahogado al proletariado revolucionario, dado riendas al revisionismo dentro del partido, y puesto al proletariado a luchar en una guerra entre dos facciones de la burguesia, dos modelos diferentes pero similares de dictadura de la burguesia.
No muy distinto fue el ejemplo francés, que pese a que la burguesia francesa no "necesitaba del fascismo" para derrotar la proletariado, el Partido comunista renuncia a la revolución y se alia con la socialdemocracia, que bajo el gobierno de Leon Blum hace algunas reformas "obreristas", pero igualmente reprime al movimiento obrero y sus huelgas. ¡Comunistas reprimiendo movilizaciones obreras desde el Estado burgués! El frente popular, tras "reprimir" al proletariado, cumplida su función burguesa, se disuelve en 1937, apenas un año después de su ascenso al gobierno. Sus éxitos son nulos, y los comunistas quedan en parte desprestigiados de cara a las masas obreras. Anteriormente, el mismo frente popular francés, se niega a vender armas al frente popular español, en clara prueba de "internacionalismo proletario" (lease la ironia). Derrotada la Francia burguesa en la guerra, el gobierno no tiene problema en presentar la rendición (y anteriormente, en esperar a que "Alemania atacase la URSS" mientras permanecían a la defensiva) ante los nazis, y la burguesia francesa, los "militares" del ejército francés, no ven mayor problema en cambiar de amos y colaborar con el fascismo desde Vichy.
- Que la alianza y "unidad" con la socialdemocracia podría balancear las fuerzas para la derrota del fascismo. Dicha unidad demostró siempre ser falsa, quebradiza, engañosa, y sin horizontes, y a la hora de la verdad, era el proletariado el único que dotaba de fuerza a esa alianza, el que ponía la carne de cañón y la capacidad organizativa, sin obtener nada a cambio. En el movimiento partisano francés, los comunistas ponían los heroes, y la burguesia nacionalista se llevaba el triunfo y la gloria. Pese a que prácticamente solo los comunistas presentaron una resistencia importante a los nazis, estos, de motu propio, compartieron su éxito con las fuerzas de la burguesia nacional, como hicieron igualmente en Grecia e Italia, poniéndose al servicio de "gobiernos en el exilio" con nula capacidad en los países ocupados y nulo apoyo social. Los comunistas liberaron europa, y se la regalaron a otra facción de la burguesia (nacionalista u oportunista-socialdemócrata), que en pocos días no tuvo problemas en "reconciliarse" con sus hermanos (aquellos que habían apoyado el fascismo) y juntos reprimir a los que días antes eran "luchadores antifascistas por la libertad", y ahora "rojos subersivos". Ya lo escenificó Churchill, cuando insinuaba que "Los fascistas del futuro, se llamarán a sí mismos antifascistas", es decir, ya estaba sentando las bases ideológicas para la represión de sus aliados durante la guerra.
Es decir, en todos los casos, la "unidad con la socialdemocracia" no aumentó la fuerza del antifascismo, ya que la burguesia progresista o bien no tenía capacidad movilizadora en un conflicto abierto, o bien buscaba la rendición a la primera oportunidad (como en España durante la guerra) o traicionaba a los comunistas cuando pintaban bastos (golpe de Casado en España, rendición de Francia y gobierno del Mariscal Petain...). Las traiciones no terminan ahí, y podríamos extenderlas a la reclusión de los republicanos (y especialmente los comunistas) españoles en campos de concentración de la Francia del frente popular tras la caída del norte peninsular. Parece que el proletariado revolucionario se metió en la guerra con la simple voluntad de elegir quien le iba a encarcelar.
En cuanto al aspecto internacional de estas fuerzas durante la IIGM, no debería olvidarse que Francia, donde efimeramente gobernara un frente popular, mientras estaba en guerra declarada contra Alemania (en 1939, guerra de baja intensidad), mandó tropas junto a los británicos para apoyar a los finlandeses en la "guerra de invierno" que mantenían con la URSS. Y mientras, los comunistas seguían apoyando a un gobierno en el que ya no tenían parte ni voz alguna, en su guerra contra el "fascismo", haciendo gala de un sociachobinismo pasmante; apoyaban a un gobierno que le hacía la guerra a la URSS.
- Que el nacionalismo nazi era solo retórico, cuando en realidad respondía al conflicto imperialista no resuelto existente aún en Europa, una especie de segunda edición de la primera guerra mundial entre británicos y alemanes. Por tanto, ese "ansia" de evitar una posible alianza entre las "democracias" y el fascismo alemán e italiano contra la URSS, se basaba en un análisis erroneo de la postura nazi alemana, entendiendo que sus discursos expansionistas y cargados de ataques a sus vecinos capitalistas, y no solo a la URSS, eran pura reótira, cuando en verdad eran la evidencia palpable del irreconciliable conflicto entre ambas alianzas imperialistas, conflicto que solo podía resolverse mediante la guerra, y en el cual era Gran Bretaña como potencia económica decadente pero militarmente poderosa, más que Alemania, el principal interesado en la guerra entre ambas. La URSS intentó a través de los frentes populares asegurarse la alianza, o al menos la neutralidad, de las democracias occidentales, cuando dichas democracias habrían sido igualmente abiertamente hostiles con el resurgimiento del capitalismo alemán.
- Que lo fundamental era la derrota militar del fascismo (con lo cual se asumía que la revolución proletaria mundial debía ponerse a la defensiva) y no su derrota ideológica, que por tanto supondría también la derrota de la burguesia. Como movimiento reaccionario, el fascismo surgue ante la "tendencia revolucionaria" del proletariado comunista, y el peligro que esto representaba para la hegemonia burguesa y su estado. Los frentes populares buscaban la derrota militar del fascismo (con la acumulación de fuerzas, sean países democráticos en guerra con los estados fascistas, sean fuerzas electorales y sociales en pugna con el ascenso del fascismo), renunciando para ello a la revolución, y por tanto, a la causa (la pretensión revolucionaria) de que las clases burguesas abrazaran el fascismo. Al final, la derrota militar del fascismo no la llevarían a cabo los frentes populares (Francia es derrotada sin apenas esfuerzo por Alemania, poniendo todas sus colonias y recursos al servicio de los nazis durante la guerra), sino la URSS, y otras democracias occidentales sin frente popular alguno (Reino Unido y EEUU), mientras que en los movimientos partisanos, el "frente popular" ponía los objetivos y la ideología, y los comunistas los muertos.
El fascismo sería derrotado militarmente, pero triunfo ideológicamente: en cuanto el interés de la burguesia (conservar su hegemonia y derrotar la tendencia revolucionaria de la clase obrera) sería satisfecho por sus propios enemios, por el proletariado y los partidos comunistas, que sin ser derrotados o aniquilados aceptan la renuncia a la revolución, y volver a la "situación inicial" (la democracia burguesa) y por tanto aceptar un dominio más hegemónico y eficaz de la burguesia (el fascismo no es un dominio "eficaz" en cuanto que está basado por completo en la represión, el terror y la fuerza armada, y no en la dominación ideológica). Los Partidos Comunistas abiertamente revisionistas de toda Europa son los hijos legítimos de este triunfo ideológico de la burguesia a través de la amenaza fascista; por salvar a la desesperada el "presente", los comunistas vendieron el futuro de la revolución.
En resumen, tenemos que el fascismo tenía una capacidad de movilización social mayor que la expresada por Dimitrov, ya que, al igual que el frente popular representaba las enormes concesiones del proletariado revolucionario a la socialdemocracia (aristocracia obrera y pequeña burguesia, así como elementos atrasados del proletariado), el fascismo también representaba ciertas concesiones de la gran burguesia a la aristocracia obrera y la pequeña burguesia, con la diferencia, de que el fascismo, a la vez, pretendía aplastar a la clase obrera, y los frentes populares no pretendían hacer lo propio con la burguesia.
Además, la alianza con otras "clases populares" que pretedían ser los frentes populares, además de realizarse en torno a los programas reformiastas de la socialdemocracia, abandonando los PCs por completo su propio prgrama revolucionario para convertirse en muleta electoral de los socialdemócratas, se hacían en torno a la unidad, perdiendo el proletariado su independencia política, y no en torno a la revolución, como afirmaba Lenin. Es decir, la revolución obliga a la pequeña burguesia a decantarse entre la dictadura del proletariado, ya en marcha a través de los soviets, y la de la burguesia, agonizante en los restos de su Estado. Sin embargo, el frente popular, solo daba a elegir entre dos dictaduras burguesas, y por tanto consistía en una derrota anunciada del proletariado, fue rápida y terrible como en España, o lenta y degenerativa como en Italia, donde el PCI inicia una caida sin pausa hacia el revisionismo oportunista más insultante.
Como colofón a este desarrollo general de la idea, que espero y deseo se discuta y critique, debo añadir un ejemplo desconocido; el del frente popular chileno entre los años 1938 y 1941, que también nace ante un incierto y debil peligro de "ascenso fascista" y termina como empezo, con la simple "ruptura" por parte de los socialdemócratas de la alianza electoral que habían establecido con los comunistas, por presiones del imperialismo norteamericano. Posteriormente, renuevan la alianza en 1946, y participan con varios ministros en el gobierno (burgués), pero para entonces ya estabamos en la guerra fria, EEUU llama al presidente del gobierno socialdemócrata (el mismo que apoyaran y para el que pidieran el voto los comunistas chilenos), y le pone las cosas claras, a lo que el cual, en ciega obedencia, no tiene problemas en acatar, y pasa de gobernar en "frente popular" con los comunistas, a prohibir el PCCh, persiguir a sus miembros y meterlos en campos de concentración. Vaya, parece que la VI internacional y el Partido Comunista alemán no estaban tan equivocados cuando calificaban a los socialdemócratas de socialfascistas. Cuando uno juega al parlamentarismo burgués, la burguesia pone las normas, y te puede sacar de la partida en cualquier momento de una patada en el culo. Es una partida amañada, que el proletariado siempre pierde.
Dicho todo esto, lo de si considero adecuada la aplicación de los frentes populares actualmente, creo que la respuesta es más que clara. En la primera pregunta acepto el debate, en la segunda, solo un revisionista defendería que sin "amenaza fascista" (y que no me digan que el viejo senil Borbón es una "amenaza fascista") los frentes populares tienen alguna validez; es decir, el plegarse al programa reformista socialdemócrata, la pérdida de independencia política del proletariado, el abandono de la senda revolucionaria, y el cretinismo parlamentario, y todo ello, sin ni si quiera un Hitler que nos mande a Mathausen.
Y repito; el fascismo triunfó ideológicamente, consiguió los objetivos que se había marcado la burguesia: la liquidación del proletariado revolucionario, aunque dicha liquidación no fue como la planearon (física), sino ideológica, en el sentido de que sería llevada a cabo por los propios PCs, y el medio para dicha liquidación fueron los frentes populares.