"RESOLUCION SOBRE ALGUNOS PROBLEMAS CONCERNIENTES
A LAS COMUNAS POPULARES"
Adoptada por la Sexta Reunión Plenaria del Comité central,
elegido en el Octavo Congreso del Partido Comunista de China.
(l0 de diciembre de 1958).
En 1958 surgió un nuevo tipo de organismo social, fresco como
el sol de la mañana, en el ancho horizonte de Asia Oriental.
Esta es la comuna popular a gran escala en las áreas rurales de
nuestro país, que combina la industria, la agricultura, el comercio,
la educación y los asuntos militares, y unifica la dirección
política administrativa y la dirección comunal. Desde su primera
aparición, las comunas populares han despertado, con su inmensa
vitalidad, un gran interés.
El movimiento de formación de comunas populares creció
muy rápidamente. Dentro de los escasos meses que comenzaron
en el verano de 1958,más de 740 mil cooperativas de producción
agrícola, respondiendo a la demanda entusiasta de las grandes
masas campesinas, se reorganizaron a sí mismas en más de 26
mil comunas populares. Más de 120 millones de familias, o sea,
más del 99% de las familias campesinas chinas de las diferentes
nacionalidades, se han unido en las comunas populares. Esto
muestra que el surgimiento de las comunas populares no es algo
fortuito; es el resultado del desarrollo económico y político de
nuestro país. el resultado de la campaña de rectificación socialista
conducida por el partido. el resultado de la línea general
del Partido para la construcción socialista y el gran salto adelante
de la construcción socialista en 1958.
Aunque las comunas populares rurales fueron establecidas
hace muy poco tiempo, las grandes masas campesinas tienen ya
conciencia de los beneficios obvios que les han traído. La fuerza
de trabajo y los medios de producción pueden ser dispuestos
y manejados a mayor escala que antes, de un modo unificado,
que garantice un empleo de ellos más racional y efectivo y, en
consecuencia, que facilite más el desarrollo de la producción.
Bajo una dirección unificada de la comuna, la industria, la agri-
cultura (incluyendo labranza, silvicultura, crianza de animales,
ocupaciones auxiliares y pesca), el comercio, la educación y los
asuntos militares han sido estrechamente coordinados y rápidamente
desarrollados. En particular, miles y decenas de miles de
pequeñas fábricas han crecido como hongos en las áreas rurales.
Para satisfacer la urgente demanda de las amplias masas,
las comunas han puesto en marcha un gran número de comedores
comunales, casas-cuna, kindergartens, "hogares dignos
para ancianos" y otras instituciones de bienestar colectivo, que
han liberado particularmente y por completo a las mujeres de
los trabajos de la cocina que las agobiaron durante milenios,
llevando a sus rostros amplias sonrisas. Como resultado de las
abundantes cosechas, muchas comunas han instituido un método
de distribución que combina el sistema de sueldos con el sistema
de suministros gratuitos; las masas de campesinos, hombres
y mujeres, han comenzado a recibir sus sueldos y aqueJlas
familias que en el pasado vivían permanentemente afligidas por
el pan de cada día, por la leña para el fuego, el arroz, el aceite.
sal, salsa de saja, vinagre y legumbres, ahora "pueden comer sin
pagar". En otras palabras, cuentan con la más importante y más
cierta forma de seguro social para los campesinos, todas éstas
son novedades que hacen época. El nivel de vida de los campesinos
ha sido mejorado y ellos saben, por experiencia práctica y
por las perspectivas del desarrollo de las comunas, que vivirán
mucho mejor todavía en el futuro.
El desarrollo del sistema de comunas populares rurales tiene
un significado aún más profundo y de más largos alcances.
Ha mostrado al pueblo de nuestro país el camino de la gradual
industrialización de las áreas rurales; el camino de la gradual
transición de la propiedad colectiva a la propiedad de todo el
pueblo en la agricultura; el camino de la gradual transición del
principio socialista "a cada uno según su trabajo" al principio
comunista "a cada uno según sus necesidades"; el camino que
gradualmente disminuirá y finalmente eliminará las diferencias
entre ciudad y campo, entre obrero y campesino, y entre el trabajo
intelectual Y el trabajo manual; y el camino para disminuir
paulatinamente y eliminar al fin las funciones internas
del Estado.
Todo esto ha demostrado la corrección y la significación
histórica de la resolución sobre el establecimiento de comunas
populares en las áreas rurales, aprobada sobre la base del poder
creador de las masas, por el Buró Político del Comité Central del
Partido Comunista de China, en su reunión de Beidajó, en agosto
de 1958. La comuna popular se ha convertido hoy en norma general
en todas las áreas rurales habitadas por las distintas nacionalidades
de nuestro país (a excepción del Tibet y algunas otras
zonas). También han empezado algunos experimentos en las
ciudades. En el futuro, las comunas populares urbanas, de for-
mas que se acomoden a los rasgos específicos de las ciudades,
llegarán también a ser instrumentos para la transformación de
las viejas ciudades y la construcción de las nuevas ciudades so-
cialistas; llegarán a ser los organizadores unificados de la producción,
los cambios y la distribución y de la subsistencia y
bienestar del pueblo; llegarán a constituir organismos sociales
que combinen la industria, la agricultura, el comercio, la educación
y los asuntos militares, organismos en los cuales estarán
integrados la administración de gobierno y el manejo de las comuna.
Hay, sin embargo, ciertas diferencias entre la ciudad y
el campo.
En primer lugar, las condiciones de la ciudad son más complejas
que las del campo.
En segundo lugar, la propiedad socialista de todo el pueblo
es Ya la forma primordial de propiedad en las ciudades, donde
las fábricas, organismos estatales y escuelas, bajo la dirección
de la clase obrera, han llegado ya a una alta organización de
acuerdo con los principios socialistas (organización que no
abarca, sin embargo, a algunos miembros de las familias de obreros
y empleados). Por consiguiente, el desarrollo de las comunas
populares en las ciudades no puede dejar de plantear exigencias
diferentes de las que caracterizan a las áreas rurales.
En tercer lugar, la ideología burguesa prevalece todavía bastante
entre muchos capitalistas e intelectuales en las ciudades;
ellos aún tienen recelos ante el establecimiento de las comunas
y tenemos, pues, que esperarlos un poco.
En consecuencia, debemos continuar haciendo experimentos,
y como regla general, no apresurarnos a establecer comunas
populares a gran escala en las ciudades. Particularmente en las
ciudades grandes este trabajo debe ser postergado, excepto en
las necesarias medidas preparatorias. Las comunas populares
deberán ser establecidas a gran escala en las ciudades sólo después
de haber obtenido ricas experiencias y cuando los escépticos
y vacilantes hayan sido convencidos.
Las comunas populares rurales ya establecidas no han tenido
tiempo para consolidar su organización, perfeccionar sus
sistemas de trabajo ni resolver sistemáticamente los nuevos problemas
relativos a la producción, distribución, subsistencia, bienestar,
manejo y administración, que han surgido del establecimiento
de las comunas. Esto se debe a que las comunas sólo fueron
creadas hace muy poco tiempo y la mayor parte de ellas, inmediatamente
después de su establecimiento, se lanzaron al pesado
tn,bajo de la cosecha de otoño, el arado y la siembra y a la
campaña nacional del hierro y el acero. Es aún una experiencia
insuficiente en el manejo exitoso y el desarrollo de las comunas
populares. La apreciación sobre ciertos problemas traerá inevitables
discrepancias. Las tareas urgentes del día consisten en
lograr rápidamente una unidad de puntos de vista en las comunas,
entre todos los miembros del Psartido, y entre todo el pueblo,
reforzar la dirección sobre las comunas, reajustar y consolidar
su organización, definir y perfeccionar sus sistemas de trabajo
y mejorar la organización de 1a producción y de la vida en las
comunas. Deben hacerse esfuerzos efectivos para fortalecer estas
comunas ya creadas; así ellas estarán en condiciones de llevar
a cabo cada vez más exitosamente la gran misión de promover
el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de
producción.
II
La comuna popular es la unidad básica de la estructura social
socialista de nuestro país, unidad básica que combina la
industria, la agricultura, el comercio, la educación y los asuntos
militares; al mismo tiempo es la organización básica del poder
del Estado socialista. La teoría marxista-leninista y la experiencia
inicial de las comunas populares en nuestro país nos capacitan
para prever hoy que las comunas populares acelerarán el
ritmo de nuestra construcción socialista y constituyen la mejor
forma de realizar en nuestro país las dos transiciones siguientes:
Primero, la transición de la propiedad colectiva a propiedad
de todo el pueblo, en el campo, y
segundo, la transición de la sociedad socialista a la sociedad
comunista en nuestro país. También puede preverse que en
la futura sociedad comunista las comunas populares continuarán
siendo la unidad básic5, de nuestra estructura social.
De ahora en adelante, la tarea que enfrenta el pueblo de
nuestro país consiste en: a través de una forma de organización
social como las comunas populares y basado en la línea general
para la construcción socialista entregada por el Partido, desarrollar
las fuerzas productivas sociales a alta velocidad, adelantar
la industrialización del país, la industrialización de las comunas
y 1a mecanización y electrificación de la agricultura;
efectuar la gradual transición de la propiedad socialista colecti-
va a la propiedad socialista de todo el pueblo, para realizar
completamente así la propiedad de todo el pueblo en la economía
socialista de nuestro país, transformando gradualmente a
nuestro país en una gran tierra socialista con industria, agricultura,
ciencia y cultura de alto desarrollo moderno. Durante este
proceso, los elementos del comunismo obligadamente crecerán
de un modo paulatino, aportando la base de las condiciones materiales
y espirituales para la transición del socialismo al comunismo.
Es ésta una tarea gigantesca y extremadamente compleja.
A la luz de las experiencias ya conseguidas y de las condiciones
concretas que hoy existen en nuestro país, es posible que la
propiedad socialista de todo el pueblo pueda ser realizada cabalmente
en una fecha un poco cercana, pero no será muy pronto.
Aunque el paso a que avanzamos es bastante rápido, tomará aún
un tiempo más bien largo realizar a gran escala la industrialización
de nuestro país, la industrialización de las comunas, la mecanización
y electrificación de la agricultura y la construcción
de un país socialista con industria, agricultura, ciencia y cultura
de elevado desarrollo moderno. El proceso completo tomará
quince, veinte o más años, a contar de ahora.
Los imperialistas y aquellos que repiten sus palabras dirán
que éste es un período demasiado breve para que nosotros construyamos
una industria, agricultura, ciencia y cultura de elevado
desarrollo moderno y que no seremos capaces de alcanzar
nuestro objetivo. Ya hemos tenido que oír muchas veces canciones
semejantes y no hay para qué ocuparse de ellas; los hechos
se han encargado de derrotar a estas gentes una y otra vez. Pero
habrá otras personas que digan que este período es demasiado
largo. Son gentes bien intencionadas, de nuestras propias filas,
pero demasiado precipitadas. Creen que la construcción de una
industria de elevado desarrollo moderno, etc., la cabal realización
de la propiedad socialista de todo el pueblo y aun el logro
del comunismo, son cosas muy fáciles. Piensan que la propiedad
en las comunas populares rurales es ya hoy de naturaleza
de propiedad de todo el pueblo y que muy pronto, o aun ahora,
podrán dejar de lado el principio socialista "a cada uno según
su trabajo" y adoptar el principio comunista "a cada uno según
sus necesidades". En consecuencia, les es difícil comprender por
qué el sistema, socialista tendrá que seguir vigente un tiempo
tan largo. Sus puntos de vista son, por cierto, errores que deben
ser aclarados.
Debe quedar en claro que el cambio de las cooperativas de
producción agrícola a comunas populares, la transición de la
propiedad socialista colectiva a propiedad socialista de todo el
pueblo y la transición del socialismo al comunismo son procesos
interrelacionados, pero al mismo tiempo diferentes el uno del
otro.
En primer lugar, el cambio de las cooperativas de producción
agrícola a comunas populares ha extendido y promovido
la propiedad colectiva ya existente y llevado a ésta algunos elementos
de la propiedad de todo el pueblo. Pero esto no quiere decir
que la propiedad colectiva en el campo haya sido transforma-
da en propiedrad de todo el pueblo. Todo el campo de China
se ha convertido en comunas populares, pero tendrá que transcurrir
un tiempo antes de que la propiedad de todo el pueblo sea
alcanzada a través de las áreas rurales del país.
Es verdad que el establecimiento de las comunas populares
ha aportado ciertos elementos de propiedad de todo el pueblo a
la economía de la propiedad colectiva. Esto se debe a que las
comunas populares rurales y los organismos básicos del poder
del Estado se han combinado en uno; a que bancos, almacenes
y algunas otras empresas de propiedad de todo el pueblo, que
existían originalmente en el campo, han sido colocados bajo el
manejo de las comunas; a que las comunas han tomado parte
en el establecimiento de ciertas empresas en las industrias y en
otras construcciones que son por su naturaleza propiedad de todo
el pueblo; a que en muchos distritos se han formado federaciones
distritales de comunas, que al ejercer la dirección unificada
sobre todas las comunas populares de dichos distritos, tienen
poder para destinar cierta parte de la energía humana y
de los recursos materiales y financieros de las comunas a emprender
la construcción en todo el distrito o aun a escala mayor
(esto se ha iniciado en muchas zonas), etc. Pero en los días que
corren, los medios de producción y los productos de las comunas
populares rurales son aún, en lo fundamental, propiedad colectiva
de las comunas y difieren de aquellos de las empresas del
Estado, que pertenecen a todo el pueblo. Ambas, la propiedad
colectiva y la propiedad de todo el pueblo, son formas socialistas
de propiedad; pero la última es más avanzada que la primera,
porque el Estado, representante de todo el pueblo, puede hacer
directamente una distribución unificada y racional de los medios
de producción y de los productos de las empresas de propiedad
de todo el pueblo, de acuerdo con los requerimientos de la economía
nacional como un todo, mientras esto no puede ser realizado
por empresas de propiedad colectiva, incluídas las comunas
populares rurales ya existentes. Decir que la propiedad en
las comunas populares, tal como hoy existe en el campo, es ya
propiedad de todo el pueblo, no está de acuerdo con la realidad.
Para promover gradualmente la transición de la propiedad
colectiva a propiedad de todo el pueblo, cada distrito deberá establecer,
por lo general, su federación de comunas. En los años
venideros y sobre la base de un enérgico desarrollo de 1<.producción
y de la elevación de la conciencia política de la gente,
estas federaciones darán los pasos adecuados para incrementar
gradualmente la proporción de sus medios de producción de propiedad
de todo el pueblo y la proporción de sus productos sometidos
a la distribución unificada por el Estado; y, cuando las
condiciones maduren, para pasar de la propiedad colectiva a la
propiedad de todo el pueblo. Si no se dan oportunamente los
pasos para promover y completar este cambio y si la propíedad
colectiva existente es conservada intacta indefinidamente, como
resultado de que los miembros de la comuna limitan su
atención a los objetivos relativamente estrechos de los intereses
de su colectividad, los continuos desarrollos de las fuerzas
sociales de producción y los continuos aumentos de la conciencia
política de la gente se verán frenados. Esto no es correcto.
Sin embargo, hay que establecer que la propiedad colectiva desempeña
aún un papel positivo, actualmente, en el desarrollo
de la producción en las comunas populares rurales. El momento
oportuno en que debe efectuarse la transición de la propiedad
colectiva a La propiedad de todo el pueblo, estará determinado
por factores objetivos -el nivel de desarrollo de la producción
y el nivel de conciencia política de la gente- y no llegará en un
momento o en otro, determinado por nuestros deseos subjetivos.
Por lo tanto, solamente después de un tiempo considerable, esta
transición podrá realizarse a escala nacional, por etapas y
grupos. Aquellos que no aciertan a comprender esto y al confundir
el establecimiento de las comunas populares con la realización
de la propiedad de todo el pueblo, realizan impetuosos
intentos por abolir la propiedad colectiva prematuramente en
el campo, y tratan de cambiarla con precipitación a propiedad
de todo el pueblo, no están haciendo las cosas correctamente y
por lo tanto no pueden tener éxito.
Además, el cambio de la propiedad socialista colectiva a
propiedad socialista de todo el pueblo no es lo mismo que pasar
del socialismo al comunismo. Ni mucho menos pasar de las cooperativas
de producción agrícola a las comunas populares es lo
mismo que pasar del socialismo al comunismo. El cambio del socialismo
al comunismo requerirá mucho más tiempo que el cambio
de la propiedad socialista colectiva a la propiedad socialista
de todo el pueblo.
En verdad, el sistema de suministros gratuitos adoptado por
las comunas populares contiene los primeros brotes del principio
comunist5. "a cada uno según sus necesidades"; la política
adoptada por las comunaspopu1ares de establecer la industria
y la agricultura simultáneamente y combinándolas ha trazado
un camino que reduce l<..s diferencias entre ciudad y campo y
entre obreros y campesinos; cuando las comunas populares rurales
hayan pasado de la propiedad socialista colectiva a la
propiedad socialista de todo el pueblo, estos factores comunistas
crecerán mucho más. Todo esto debe ser reconocido. Además,
con productos sociales cada vez más abundantes, gracias a los
continuos avances de la industria y la agricultura en el campo
de todo el país; con el gradu5.l crecimiento cada vez mayor de
la proporción de suministros gratuitos, dentro del sistema de
distribución de las comunas populares; y el nivel de suministros
gratuitos elevado paulatinamente; con la constante elevación
del nivel de conciencia comunista de le. gente; con el progreso
permanente de la educación de todo el pueblo, la gradual reducción
de las diferencias entre el trabajo intelectual y el trabajo físico
y la gradual disminución de las funciones internas del poder
del Estado, etc., las condiciones para la transición al comunismo
madurarán también gradualmente. No es adecuado, por
cierto, descuidar o E un impedir el curso de este desarrollo, relegando
el comunismo a un futuro lejano.
No obstante, todos los marxistas deben reconocer juiciosamente
que la transición del socialismo al comunismo es un proceso
de desarrollo bastante largo y complicado y que a través de
todo este proceso la sociedad es aun socialista en su naturaleza.
La sociedad socialista y la, sociedad comunista son dos etapas
marcadas por diferentes grados en el desarrollo económico. El
principio socialista es "de cada uno según su capacidad, a cada
uno según su trabajo"; el principio comunista es "de cada uno
según su capacidad, a cada uno según sus necesidades". El sistema
comunista de distribución es más racional, pero sólo puede
ser puesto en práctica cuando existe una gran abundancia de
productos sociales. Si falta esta condición, ninguna negación
del principio "a cada uno según su trabajo" podrá impedir que
se enfríe el entusiasmo por el trabajo de la gente y, en consecuencia,
es desventajosa para el desarrollo de la producción y
el incremento de los productos sociales, y por tanto, para favorecer
la realización del comunismo. Por esta razón, en los ingresos
de los miembros de la comuna, 1a parte formada por el sueldo
que ganan de acuerdo con el trabajo realizado, debe tener
un importante lugar por un largo periodo, y aun, durante un
cierto lapso, ocupar el primer lugar. Para estimular el entusiasmo
en el trabajo de los miembros de la comuna y también para
facilitarles la satisfacción de sus múltiples necesidades cotidianas
las comunas deben hacer lo posible por aumentar gradualmente
los sueldos de sus miembros y, durante los años venideros,
aumentarlos a un ritmo más rápido que la porción de sus
ingresos que se les da en forma de suministros gratuitos. Aun
después de la transición de propiedad colectiva a propiedad de
todo el pueblo, las comunas populares tendrán que conservar
durante un período histórico necesario el principio "a cada uno
según su trabajo", debido al hecho de que no habrá todavia una
cantidad suficiente de productos sociales para realizar el comunismo.
Cualquier intento de negar prematuramente el principio
de "a cada uno según su trabajo", es decir, cualquier intento de
entrar por la fuerza al comunismo, cuando las condiciones no
están maduras, representa indudablemente un concepto utópico
que no puede triunfar.
Tanto la transición de la propiedad socialista colectiva a la
propiedad socialista de todo el pueblo como la transición del socialismo
al comunismo, deben depender de cierto nivel de desarrollo
de las fuerzas productivas. Las relaciones de producción
deben encuadrarse en la naturaleza de las fuerzas productivas
y solamente cuando las fuerzas productivas lleguen en su desarrollo
a ciertas etapas, se producirán determinados cambios alrededor
de las relaciones de producción; esto es un principio
fundamental del marxismo. Nuestros camaradas deben tener en
mente la idea de que el actual nivel de desarrollo de las fuerzas
productivas en nuestro país es, a pesar de todo, muy bajo aún.
Tres años de dura batalla, más varios años de trabajo enérgico,
pueden producir un gran cambio en la faz económica del pais.
Pero aun entonces, habrá todavía una distancia considerable
que recorrer para alcanzar la meta de un alto grado de industrialización
de todo el país y de mecanización y electrificación
de la agricultura; y quedará una distancia aun más larga antes
de alcanzar los objetivos de una enorme abundancia de produc-
tos sociales, de un gran alivio en el trabajo y de una fuerte reducción
de las horas de labor. Sin todo esto, es ciertamente imposible
hablar de haber alcanzado la suprema etapa de desarrollo
en la sociedad humana -el comunismo. Por consiguiente,
ya que somos partidarios de la causa del comunismo, debemos
primero consagrarnos a desarrollar nuestras fuerzas productivas
y trabajar enérgicamente para cumplir nuestro plan de industrialización
socialista. No hay que hacer declaraciones sin fundamento
de que las comunas populares en el campo "realizarán inmediatamente
la propiedad de todo el pueblo", ni menos que "pasarán
de inmediato al comunismo", etc. Hacer tal cosa es no sólo una
expresión de precipitación, sino algo que rebajará considerablemente
las normas del comunismo en las mentes de la gente,
distorsionará el gran ideal del comunismo, vulgarizándolo, estimulará
las tendencias pequeño-burguesas hacia el igualitarismo y
afectará negativamente el desarrollo de la construcción socialista.
Sobre el problema de la transición del socialismo al comunismo,
no debemos marcar el paso en la etapa socialista, pero
tampoco caer en los sueños utópicos de ahorrarnos la etapa
socialista, saltando por encima de ella a la etapa comunista.
Propugnamos la teoría marxista-leninista de la revolución ininterrumpida;
sostenemos que no existe ni puede admitirse que
exista una "Gran Muralla China" entre la revolución democrática
y la revolución socialista y entre el socialismo y el comunismo.
Propugnamos al mismo tiempo la teoría maraxista-leninista
del desarrollo de Ir. revolución por etapas; sostenemos que
las distintas etapas de desarrollo reflejan los cambios cualitativos
de las cosas y fenómenos y que estas etapas, diferentes en
calidad, no deben ser confundidas. El Buró Político del Comité
Central puntualizó claramente en agosto, en su Resolución sobre
el establecimiento de comunas populares en las áreas rura-
les: en el caso de las comunas populares "la transición de la
propiedad colectiva a propiedad de todo el pueblo es un proceso
cuya consumación puede tomar poco tiempo -tres o cuatro
años en algunos lugares- o ser más larga -cinco o seis años
o aun más- en otras partes. Aun con la consumación de esa
transición las comunas populares, como la industria de propiedad
del Estado, son todavía de carácter socialista, en los cuales
prevalece el principio de "de cada uno según su capacidad, a
cada uno según su trabajo". Algunos años después que los productos
sociales hayan crecido considerablemente, que la conciencia
y la moralidad comunistas de todo el pueblo hayan sido
conducidas a un alto grado; la educación universal instituída
y desarrollada; las diferencias entre obrero y campesino, entre
ciudad y campo, entre trabajo intelectual y trabajo físico
-herencias de la vieja sociedad que inevitablemente tendremos
que arrastrar durante el período socialista- y los remanentes
de derechos burgueses desiguales, que son los reflejos de esas
diferencias, hayan desaparecido gradualmente; y la función del
Estado se limite a proteger al país de agresiones externas y no
desempeñe ningún papel interior; sólo entonces la sociedad china
entrará en la era del comunismo, en la cual el principio "de
cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesidades"
será puesto en práctica, Para aclarar conceptos errói1eos
hoy existentes sobre las comunas populares y asegurar un desarrollo
sano del movimiento de las comunas populares, una amplia,
repetida publicidad y educación basadas en este punto de
vista marxista-leninista debe ser llevada adelante seriamente, a
través de todo el Partido y entre todo el pueblo de China.
III
Las comunas populares deben planificar su producción,
cambios, consumo y acumulAción. Sus planes deben estar subordinados
a los planes del Estado y a la administración del Estado.
Al mismo tiempo que elaboran sus planes, las comunas populares
deben desarrollar cAbalmente sus propios rasgos característicos
y su propia iniciativa.
El desenvolvimiento de la producción es la clave de la consolidación
y elevación de las comunas populares. La política correcta
de las comunas populares para desarrollar la producción
debe ser: asegurar el desenvolvimiento simultáneo de la industria
y la agricultura y producir para su propio consumo y al
mismo tiempo para intercambios, de acuerdo con los principios
de la planificación unificada del Estado, de adaptación a las
condiciones locales y del funcionamiento industrioso y económico
de las comunas. En cada aspecto de la producción y construcciones
básicas debe observarse una rigurosa economía; deben
llevarse bien las cuentas; y 1:0. mano de obra y recursos materiales
y financieros tienen que ser empleados del modo más
racional posible; los costos de producción, reducidos; los gastos,
rebajados, y los ingresos, aumentados; y el derroche y los gastos
superfluos de ciertos funcionarios de las comunas -que se
notan después de las cosechas abundantes- deben ser prevenidos
y resistidos.
En la producción agrícola, la arada superficial, el cultivo
descuidado y la "amplia superficie con pequeño rendimiento"
deben ser gradualmente reemplazados por la ~rada profunda,
el cultivo intensivo y la "pequeña superficie con gran rendimiento".
Hay que practicar la labranza tan meticulosamente
como la horticultura y mecanizar y electrificar la producción
agrícola para producir un gran aumento en el rendimiento por
unidad de superficie y en la productividad del trabajo, para reducir
gradualmente el área de cultivo Y la mano de obra dedicada
a la agricultura. Debemos hacer cuanto podamos para alcanzar
un promedio anual de dos o tres mil jines o una a una
y media toneladas de grano per cápita, dentro de un plazo re-
lativamente breve. A medida que se resuelve el problema de los
granos, debe aumentarse paulatinamente la proporción del total
de la producción agrícola ocupada por el algodón, lino y yute,
seda, saja, plantas oleaginosas y sacarinas, té, tabaco, plantas
medicinales y otros cultivos industriales. Además hay que
prestar gran atención a1 aceleramiento del desarrollo de la silvicultura,
cría de animales, labores agrícolas anexas y pesca.
En resumen, como en el frente de la industria, una gran revolución
debe ser llevado adelante en todos los frentes de la agricultura,
silvicultura, cría de animales, labores agrícolas anexas
y pesca, para transformar así definitivamente lo. faz de la agricultura.
En el pasado la gente se lamentaba frecuentemente por
nuestra "superpoblación" y la cantidad relativamente pequeña
de tierras aptas para la labranza. Pero esta idea ha sido aplasta-
da por los resultados de nuestra abundante cosecha de 1%8.
Sólo si popularizamos seriamente las ricas experiencias conseguidas
en la obtención de altos rendimientos mediante la arada
profunda, cultivo intensivo, fertilización capa tras capa y siembra
raciónalmente apretada, se encontrará que la superficie de
la tierra arable no es tan pequeña, sino muy vasta, y que el problema
no es de superpoblación, sino de escasez de mano de obra.
Esto traerá un cambio muy grande. En los próximos años. de
acuerdo con las condiciones locales, trataremos de reducir gradualmente
el área de siembra agrícola, por ejemplo, hasta alrededor
de un tercio de lo que es ahora. Parte de la tierra rescatadas.
en esta forma se dedicará a barbechos rotativos, en que se
cultivarán ,pastos y abonos vegetales; el resto podrá ser usado
para forestación, estanques y extensos cultivos de flores, arbustos
y árboles que conviertan a toda nuestra tierra, con sus llanuras,
colinas y aguas, en un jardín. Esto podrá: primero, economizar
en gran escala el empleo de agua, fertilizantes y mano
de obra en la labranza e incrementar considerablemente la fertilidad
del suelo; segundo, aprovechar por entero montañas,
aguas, hierbas y árboles y desarrollar a gran escala el manejo
conjunto de la agricultura, silvicultura, cría de animales, tareas
agrícolas anexas y pesca; tercero, transformar el paisaje
natural y embellecer el país entero. Esto constituye un eS1Jléndido
ideal que puede realizarse. Las comunas populares a través
del país deben trabajar para alcanzar este objetivo.
Las comunas populares deben consagrarse a la industria en
gran forma. El desarrollo de 1::" industria por las comunas populares
no sólo acelerará el proceso de la industrialización de
todo el país, sino que también fomentará la realización de la
propiedad de todo el pueblo en los distritos rurales y reducirá
las diferenci:;s entre la ciudad y el campo. De acuerdo con las
diversas condiciones de cada comuna popular, una ,parte apropiada
de la fuerza de trabajo deberá ser transferida, paso a ps.-
so, de la agricultura a la industria, para desarrollar así, confor-
me al plan, la producción de fertilizantes, insecticidas, aperos y
máquinas agrícolas y materiales de construcción; la elaboración
y utilización múltiple de productos agrícolas; la fabricación de
azúcar, textiles y papel; la explotación de la minería, metalurgia,
fuerza eléctricas y otras industrias livianas y pesadas. La
producción industrial en las comunas populares debe estar estrechamente
vinculada a la producción agrícola; debe antes que
nada, servir al desarrollo de la agricultura y a la mecanización
y electrificación de la agricultura; al mismo tiempo debe ser
útil para suplir las demandas de artículos de consumo de los
miembros de las comunas populares y atender a las grandes industrias
del país y al mercado socialista. Los principios de adaptación
a las condiciones locales y la obtención de materias primas
locales deben tenerse en alta consideración; para evitar el
aumento de los costos y el derroche de la fuerza de trabajo, las
industrias no deben ser establecidas en lugares donde no existen
materias primas o donde éstas tengan que ser transportadas
desde muy lejos. En lo que se refiere a las técnicas de producción,
hay que seguir el principio de ligar las artesanias con
la industria mecanizada y los métodos autóctonos con los modernos
métodos de producción. Todas las industrias artesanales
que tengan buenos fundamentos y perspectivas de expansión
deben continuar siendo desarrolladas y gradualmente dotadas
de las necesarias transformaciones técnicas. Las industrias mecanizadas
deben también hacer uso cabal de los métodos autóctonos,
así como del hierro, acero, máquinas-herramientas, otras
materias primas y equipos producidos por sistemas autóctonos;
gradualmente deberán avanzar de lo autóctono a lo moderno,
de lo pequeño a lo grande y del bajo al alto nivel.
Sea en la industria o la agricultura, las comunas populares
deben desarrollar la producción tanto para su propio uso, que
satisfaga directamente sus propias necesidades, como también
desarrollar artículos de comercio en la escala más amplia posible.
Cada comuna popular, de acuerdo con sus propias características
y bajo guía del Estado, debe establecer la necesaria división
del trabajo en la producción e intercambio de mercancías
con otras comunas populares y empresas del Estado. Sólo
por este camino la economía de toda nuestra sociedad puede
progresar a un ritmo más rápido y cada comuna obtener, a través
del intercambio, la maquinaria y equipo necesarios para la
mecanización y electrificación de la la branza, así como los bienes
de consumo y dinero en efectivo necesarios para proveer las
necesidades de los miembros de la comuna, pagar sus sueldos y
posibilitar el aumento de estos sueldos paso a paso. Pará asegurar
el cumplimiento de los planes de intercambio, hay que
establecer un extenso sistema de contratos entre el Estado y las
comunas y entre las comunas mismas.
Es preciso subrayar que, durante el curso de un período histórico
necesario, la producción de artículos de comercio por las
comunas populares y el intercambio de ellos entre el Estado y
las comunas mismas, deben ser ampliamente desarrollados. Tales
producción e intercambio de artículos de comercio son diferentes
de los del capitalismo, porque son conducidos por un camino
planificado, sobre la base de la propiedad socialista pública,
y no en forma anárquica, sobre la base de la propiedad
privada capitalista. El desarrollo permanente de la producción
de bienes de comercio y la permanente adhesión al principio de
"a cada uno según su trabajo" son dos importantes cuestiones
de principios en la expansión de la economía socialista. Todo
el Partido debe tener un& comprensión uniforme de ellas. Algunos,
intentando "entrar al comunismo" prematuramente, han
tratado de abolir demasiado temprano la producción e intercambio
de productos de comercio y anular en una etapa también
demasiado anticipada el papel positivo de los productos de
comercio, del valor, dinero y precios. Tal línea de pensamiento
es dañina para el desarrollo de la construcción socialista y, en
consecuencia, es incorrecta.