No sólo se puede sino que se debe generalizar. La ciencia consiste en generalizar, en desplazarse de lo singular a lo general. El problema es sabér cómo y cuándo hay que generalizar.
La escolástica NO es teorizar sobre la existencia de dios sino en repetir un argumento mil veces para que parezca demostrado, convertirlo en referencia y fuente de autoridad por sí mismo o por la persona que lo invoca, porque tiene un título, porque es Premio Nóbel, porque dirige un laboratorio, etc.
En cualquier universidad del mundo la experiencia demuestra que la capacidad crítica de los estudiantes de ciencias naturales, sobre todo en relación con los de filosofía, historia o ciencias sociales, es prácticamente nula. No hay estudiante más servil y domesticado que el de matemáticas, física, ingeniería, etc. Lo primero que te enseña la universidad es a obedecer, a respetar a la autoridad y que los grandes científicos, como Newton, son un ejemplo a imitar, el ideal del genio inalcanzable, cuya autoridad no se puede poner en duda. De Aristóteles se puede dudar; de Newton en absoluto porque Aristóteles es un filósofo y Newton un científico. Ese es el esquema con el que funcionan la mayoría, especialmente estudiantes de ciencias "naturales" y ni siquiera son conscientes de que no son otra cosa que mano de obra barata.
Como ves, estoy generalizando y me quedo realmente sorprendido cuando veo a un científico, profesor de ciencias o estudiante de ellas con una mínima capacidad crítica.
Es lo contrario de lo que tú afirmas: como cualquier objeto en movimiento, el capital no tiene ninguna "condición de equilibrio" pues si lo tuviera no se movería. Marx no emplea dos tipos de métodos para dos tipos de objetos de investigación sino para el mismo objeto, que es el capital. Su objetivo no es ser más didáctico para el lector sino que cualquier objeto en movimiento no se puede explicar de otra manera.
Naturalmente que, en contra de lo que el burro de Newton pretendía ("yo no formulo hipótesis"), las hipótesis son fundamentales para la evolución de cualquier ciencia. Pero un materialista vulgar siempre tiene problemas con las hipótesis porque si ellas no proceden de la "realidad objetiva", según dicen, porque no están probadas, ¿de dónde proceden? ¿de la inspiración divina, como la música? Las hipótesis son lo que Marx llamaría "el lado activo del conocimiento". Demuestran que la ciencia no se basa en impresiones sensoriales sino que el intelecto busca, tiene iniciativa propia.
La conciencia no es ni puede ser todo; lo que yo sostengo es que forma una unidad en la que están muchas cosas distintas, muchos "reflejos", de los cuales lo racional, lo científico, los conocimientos son sólo una parte que sólo es relativamente separable de lo demás: lo inconsciente, lo irracional, lo emocional, etc. Tenemos dos hemisferios en nuestro cerebro, cada uno de los cuales está especializado en una de esas partes. Al mismo tiempo que están especializados, ambos hemisferios también están interconectados.
Tú, yo, los científicos, los poetas, los contables, etc., estamos condicionados por los intereses de la clase dominante en todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida: en el momento preciso de realizar una investigación y en el momento de ir al cine. Eso de que a tí no te condicionan "en absoluto" lo que investigas, cómo realizas esa investigación, "sin que ninguna instancia de poder me condicione", no te lo crees ni tú mismo. Lo que sucede es que no te lo cuestionas; no eres consciente de tus propios criterios. Como decía Engels, en nuestro comportamiento sólo vemos la voluntad, la decisión que tomamos, no los factores que nos llevan a tomarla. En estos casos es donde se aprecia la fuerza de la ideología dominante: cuando suponemos que nuestras decisiones son "nuestras", que nuestras ideas son "nuestras", etc., es decir, que somos originales, que se nos ha ocurrido a nosotros, o mejor dicho: a mí. Estamos condicionados por todo lo que nos rodea y ese condicionamiento es tanto más importante en cuanto que es inconsciente.
Es necesario acabar con la imagen virginal de la ciencia y los científicos. No se si todos los del mundo son esbirros al servicio de la "corriente oficial", como tú dices. Lo que se es lo siguiente: sólo en Estados Unidos hay un millón de personas incluidas en la categoría de "científicos" y el 70 por ciento de la inversión en ciencia procede del Pentágono; el resto procede de gigantescas multinacionales privadas y la última parte de un Estado imperialista. Esos son los que pagan la mayor parte de la ciencia que hoy se difunde en el mundo. Contéstate a tí mismo respecto a los esbirros.
A partir de los años 70 el estructuralismo se ha infiltrado en las filas marxistas, generando esa terminología de "superestructura" y demás, lo que da lugar a expresiones como la tuya de "ciencia burguesa" que un marxista no debería aceptar. La ciencia no es burguesa ni proletaria: es una expresión aproximada de la realidad objetiva.
La "superestructura" da la impresión de que las sociedades son como los edificios de varias plantas que se pueden recorrer por las escaleras. Eso no existe; tampoco existe una frontera definida entre la ciencia y la ideología, en un momento determinado; por eso ambas se influyen recíprocamente. La ideología es una "superestructura" tal y como se entiende hoy normalmente, es decir, un reflejo de la sociedad en la que vivimos. La ciencia es otra cosa, por más que esté estrechamente asociado a ella.
No se por qué te preocupas tanto: como tal, la ideología nunca se ha usado como elemento probatorio en ningún debate científico, que yo sepa, ni por parte de la burguesía, ni por parte del proletariado. Nadie reconoce estar argumentando ideológicamente; todos creen que lo que dicen es ciencia pura.
Dado que aquí se ha puesto el ejemplo de Galileo, podemos utilizarlo para entender las relaciones entre la ideología y la ciencia. En la Edad Media la enseñanza (de cualquier clase de conocimiento, también de ciencia) estaba en manos de la Iglesia, una situación que se ha mantenido hasta el siglo XX. Se hacía no sólo en escuelas sino en monasterios, libros, etc. Para poder impartir conocimientos, la Iglesia debía determinar qué era ciencia y qué no era ciencia. Por lo tanto, la Iglesia debía tener un criterio para considerar qué estaba demostrado y qué no estaba demostrado. Naturalmente, ese criterio estaba condicionado no sólo por la naturaleza religiosa de la Iglesia sino por el momento político, social, cultural, etc., es decir: era subjetivo. Dado que Galileo insistió en que la Tierra daba vueltas en torno al Sol y no al revés, se formó un tribunal para decidir si eso estaba demostrado o no. Después de escuchar a ambas partes, el tribunal votó y resolvió por mayoría (no por unanimidad) que no estaba demostrado lo que Galileo decía.
¿Por qué? Porque cualquiera que mire al cielo tiene la impresión (subjetiva) de que el Sol da vueltas en torno a la Tierra, una impresión (subjetiva) reforzada por el hecho de que cada uno de nosotros (como personas individuales, como pueblo, como país, como cultura) nos consideramos el centro del mundo, seamos conscientes de ello o no. No hay nada más difícil que romper una impresión (subjetiva) tan arraigada en la cultura mundial como es la de que la Tierra, mi país, mi pueblo y yo somos el centro del universo, para avanzar un paso adelante en la objetividad, que Galileo no pudo demostrar (o por lo menos convencer). Pero así es como la ciencia se abre camino en medio de las limitaciones, impresiones, sensaciones y subjetividades, lo cual a veces requiere siglos de progreso; no un único experimento, sino una acumulación de muchos de ellos.
La Iglesia fue un aparato de poder (económico, político e ideológico) del feudalismo. En cuanto a la enseñanza, la burguesía lo sustituyó por las universidades. Fue una avance: pasamos de la ideología feudal a la burguesa. Eso impulsó el progreso de la ciencia, que ahora está limitado por todas las concepciones burguesas (ideológicas) que rodean a la ciencia, de las cuales muchas veces ni siquiera somos conscientes y de las cuales pensamos incluso, como en tu caso, que no son ideología sino ciencia de verdad.
La ciencia, repito, no sólo no es un dispositivo de poder sino contra el poder. Lo que refuerza el poder es la ideología. Galileo (o sea, la ciencia) no reforzó el poder feudal de la Iglesia sino que lo socavó. Pero en aquel momento la Iglesia representaba a la mayoría de la opinión científica del momento: representaba a la ideología dominante que se hacía pasar por ciencia sobre la base de que Galileo no demostraba nada. La teoría de que el VIH existe y es la causa del SIDA, ¿es ciencia o ideología? ¿qué dice la opinión mayoritaria? ¿qué es lo que está demostrado y lo que no está demoestrado? ¿qué es lo que refuerza el poder económico y político establecido? ¿qué dice dicho poder establecido? ¿qué teoría difunden en las universidades? ¿cuántos libros hay en las facultades de medicina que se pronuncien contra la corriente dominante?
Tú nos aseguras que "dentro de los ámbitos de enseñanza de la ciencia existe la enseñanza crítica respecto a la ciencia dominante". Yo esoy harto de comprobar que eso no es cierto, que en las facultades que yo conozco ningún profesor de medicina alude siquiera a ninguna teoría crítica, ni sobre el SIDA ni sobre el sarampión, que en las de biología sólo se alude a Lamarck para insultarle, que en física no hay otra cosa que el bosón de Higgs, que no hay libros que se escapen del canon oficial y que todo lo que se diga es al margen y en contra de eso. Si tú has encontrado algo distinto, me alegro por tí. Yo vivo en España, el país de la Inquisición, que ha logrado convertir a sus ciudadanos en inquisidores, que ni piensan ni dejan que los demás piensen con su propia cabeza.
En la época en que escribieron Marx y Engels, afortunadamente, todavía la filosofía no estaba disociada de la ciencia. Efectivamente. El positivismo ha logrado disociar la ciencia de las buenas filosofías y asociarlas a las malas, como el propio positivismo, que es una pésima filosofía, hasta el punto de que los científicos consideran que ellos carecen de filosofía, porque les parecen "disquisiciones" que no están "demostradas". Por eso he dicho que si quieres saber lo que es el métoodo científico no le preguntes a un científico; no le preguntes lo que es el azar, ni lo que es el infinito, ni lo que es una inferencia lógica, ni lo que es una hipótesis, ni lo que es... Ahí están buena parte de los problemas de los científicos. Lo que tú consideras como una "buena delimitación" entre ciencia y filosofía es una chapuza que dura ya siglo y medio. También lo explicó Engels.
No puedo aceptar la mayor parte de los planteamientos que propones, pero que tengo que volver a resumir:
* la esencia de la conciencia no es el pensamiento sino otras cosas además del pensamiento
* el pensamiento tampoco es subjetivo sino objetivo y subjetivo a la vez
* lo que nos conecta con la realidad material no son sólo nuestras sensaciones (parte pasiva) sino la práctica (parte activa) fundamentalmente
* la conciencia refleja la materia a través de la práctica y también de las sensaciones
* la conciencia no se "aloja" en la materia sino que es indisociable de ella (de los órganos de los sentidos, del cerebro, del lenguaje, etc.)
* la conciencia no existe sin la materia: sin los órganos de los sentidos, el cerebro, el lenguaje, los libros, la televisión, el violín, etc.
* por lo tanto, la conciencia no tiene una existencia independiente (de la materia) y no se quién ha dicho aquí lo contrario
La ciencia no són sólo conocimientos, no son sólo metodologías, no son sólo demostraciones: la ciencia es una fuerza productiva. Sirve para comprender la realidad, pero sobre todo, en esta sociedad capitalista, sirve para obtener mayores plusvalías y para crear la bomba atómica. A la burguesía el conocimiento le importa una mierda si no va acompañado de una mayor explotación y sólo desarrolla la ciencia en la medida en que aumenta la explotación del proletariado. El resto es un camelo que cuentan los profesores universitarios para justificarse a sí mismos y para justificar lo que luego harán sus alumnos cuando se conviertan en mano de obra barata.
Si te lees el párrafo que has incluido de Engels verás que no hay ninguna clase de falsación; no me voy a cansar de repetir que el concepto de falsación es una estupidez. Engels está hablando de la práctica (de uso, de empleo, de proceder, de producir y de actos) y si hubieras recogido una cita más extensa del Prólogo verías que repite una cita de Goethe en la que afirma en alemán que "Al principio fue la acción", algo sobre lo que luego vuelve: "Los resultados de nuestros actos suministran la prueba de la conformidad de nuestras percepciones con la naturaleza objetiva de las cosas percibidas". Tampoco voy a insistir en la diferencia que hay entre "la falsación" y "nuestros actos".
Y ya que me preguntas qué es la práctica para mí, te diré que lo primero que hay que tener claro es que no está separada de la teoría, que ambas forman un unidad, que la teoría deriva de la práctica y, por lo tanto, no sólo se comprueba en la práctica, que la práctica es un contacto directo e indirecto, inmediato y mediato, con un aspecto de la realidad objetiva sobre la que el sujeto está actuando, que la práctica no es, pues, un contacto ocasional sino continuado y reiterado, que los experimentos científicos son una parte (pero no toda) la práctica, como se imaginan los científicos, y que la práctica es económica, política y científica, como ya he dicho antes. No hay un único experimento científico; los experimentos se deben reproducir, tanto en las mismas condiciones originales como en otras diferentes, se deben acumular, se deben unir a observaciones empíricas de campo, a desarrollos teóricos, a argumentos, a conceptos, a definiciones, a hipótesis, etc.
Eso es la ciencia y no "la falsación" de Popper.