La compañera Cristina lo planteó descarnadamente hace unos pocos días, al inaugurar un hangar de Aerolíneas Argentinas: “Nadie pretende recibir las gracias, simplemente que defiendan lo que es de ustedes, porque el día que estose acabe, a los primeros que se llevan puestos es a los trabajadores argentinos, que se notifiquen todos de una vez por todas”. Es mucho lo que está en juego y la agresividad demostrada por el establishment tras el contundente resultado electoral, muestra la decisión del poder real de apelar a todas las formas de lucha para evitar que el camino de redistribución de la riqueza se consolide en la Argentina.El mundo es un tembladeral sacudido cada día con mayor virulencia por la crisis general del capitalismo. Los sucesos en una Europa ya en recesión evidencian los peligros de graves procesos de desestabilización política, económica y social como resultado del accionar del FMI y los grandes bancos, cuya única respuesta a la crisis es hambrear a los pueblos imponiendo el más crudo neoliberalismo. Al mismo tiempo, los sectores más aventureros del imperialismo
norteamericano intensifican sus intentos por imponer a sangre y fuego su debilitado dominio en el mundo. Una agresión primero sobre Siria y luego a Irán tendría consecuencias impredecibles para la humanidad, y es por eso que potencias como Rusia y China se han levantado para impedir un verdadero desastre, anunciando que no van a permitir nuevas aventuras fascistas. Argentina no es ajena a ese mundo. China ha comunicado la desaceleración de su economía para el próximo año y Brasil ya atraviesa una situación similar. Las últimas medidas del gobierno nacional anticipan este complejo panorama con unapreocupación esencial: ampliar la producción y el crecimiento, preservar las fuentes de trabajo y la capacidad de consumo de la población. El esquema de
subsidios a los servicios públicos jugó un rol fundamental durante estos ocho años facilitando un camino que pusiera la economía en movimiento y posibilitara la creación de empleo. Hoy es otra la situación. En los ’90 la factura de servicios representaba casi un tercio del salario, mientras que actualmente la electricidad -por citar un ejemplo- constituye el 1% de un salario promedio registrado. Lo que se plantea ahora es seguir protegiendo a aquellos sectores que todavía lo necesitan, y redireccionar esos recursos a las provincias y municipios para obra pública, infraestructura, viviendas, etc.
Esto permitió a la cadena nacional de medios privados congraciarse con la clase media anunciando “ajuste tras ajuste” por la quita de subsidios a las grandes empresas y a los barrios privados. Pretenden enrarecer el clima político, procurando llevar a la Argentina a la desinversión y al achicamiento. O con la agresiva operación que persigue reprivatizar Aerolíneas. Por eso será necesario comprender que el desafío principal es consolidar las conquistas alcanzadas y darles un andamiaje legal. El retorno al pasado neoliberal es una posibilidad siempre al acecho. Lo alertó Cristina en el mismo discurso antes mencionado: “Esta Presidenta no es eterna ni pretende serlo. No sea cosa que en algún momento en lugar de Doña Rosa venga alguna Doña Elena y piense que entonces el Estado es muy mal gestionador y la historia termine como empezó”.Nuestra respuesta a los peligros de la crisis es consolidar la integración continental. América Latina está dando un paso histórico con la creación de la CELAC, ya sin la injerencia de los yanquis. La UNASUR también se fortalece y se propone blindar a la región mediante el Banco del Sur y un paquete de medidas que profundizan la soberanía económica y comercial de nuestras naciones.Nos cabe redoblar el esfuerzo militante de esclarecimiento y organización para
vencer los obstáculos permanentes con los que nos vamos a encontrar. La derecha pretende rápidamente limar el enorme consenso alcanzado por Cristina y apuestan a sembrar confusión. La posibilidad de profundizar las transformaciones está sujeta a la correlación de fuerzas existente, y es por eso que debemos ser
capaces de privilegiar la unidad por sobre los hegemonismos y vanidades. ¡El 2012 tiene que ser año de la construcción del Frente Nacional, Popular y Democrático!
fuente: PCCE