¿Feminismo? ¿masculinismo?
texto publicado en el blog Sinónimo de rojo en 2010
tomado del blog Pueblo Aragonés en 2012 (en el blog original hay algunas imágenes)
SOBRE EL FEMINISMO
texto publicado en el blog Sinónimo de rojo en 2010
tomado del blog Pueblo Aragonés en 2012 (en el blog original hay algunas imágenes)
SOBRE EL FEMINISMO
Soy feminista.
Y tengo que empezar así y dejarlo claro con absoluta determinación. Con orgullo y sin complejos. Porque puedo asumir el discurso feminista en términos comparativos al de un democráta, al de una persona progresista.
Esta entrada está inspirada por un pequeño debate que tuve con un colega, motivado por una profesora de la facultad que muestra sin tapujos sus ideas feministas, sobre el debate he de decir que fue bastante estéril y confuso, así que no entraré en ulteriores detalles ni conclusiones sobre el .
El problema del feminismo hoy es que nadie sabe a ciencia cierta qué es, y yo suelo comenzar, tajante, diciendo que toda mujer debería ser "feminista", ¿porqué? pues por que el hecho de no serlo (o rechazarlo) es tan contradictorio como ser un Rey anti-monárquico, es tirar piedras contra tu propio tejado, y sin embargo, no es ésta la percepción que se tiene del mismo, sino que se ve como una postura radical, de mari-machos trasnochadas, de hippiosas absurdas, de mujeres desquiciadas.
¿Cómo se puede estar tan errado?
Para saber qué es el feminismo, hay que hacer una distinción entre el feminismo en sí, y el denominado "hembrismo". El hembrismo es un término muy poco usado (convenientemente) y que realmente poca gente conoce, lo cual resulta bastante triste, así que dedicaré la entrada a desgranarlo brevemente.
La mayoría de la gente piensa que el feminismo es la contrapartida del machismo, es decir, entendemos como machismo aquellas posturas ideológicas que presuponen un dominio del hombre por encima de la mujer, y que ergo incentivan el patriarcado, por su parte, el feminismo sería entendido como aquellas ideas que fortalecen la idea de la superioridad de la mujer sobre el hombre, y que tratan de imponer una sociedad matriarcal.
Esto es rotundamente falso, la contrapartida exacta del machismo es ese término que usé un poco antes: hembrismo, es decir, el hembrismo es una práctica ideológica sexista de opresión de la mujer sobre el hombre, exacto, machismo a la inversa.
El feminismo, en cambio, es algo completamente diferente, el feminismo es una forma de pensamiento que pretende la EQUIPARACIÓN y la IGUALACIÓN de la mujer con el hombre, es decir, el feminismo critica las desigualdades que se dan en las mujeres respecto al hombre, el feminismo no es por lo tanto, una creencia de superioridad, no son feministas aquellas mujeres que dicen que los hombres no servimos para nada (es una postura hembrista) o que tratan a los hombres como basura.
Un feminista es aquel que está en contra del machismo. De la misma manera que demócrata es aquel que está en contra de las dictaduras y el pacifista es aquel que está en contra de la guerra. Es, por lo tanto, no sólo es una idea sana, progresista, y que todos aquellos que se consideren de izquierdas deberian tener en cuenta, sino que además es una corriente que necesita dignificación y veracidad.
Hoy en día, pensarán muchos hombres y mujeres, que el feminismo en nuestras sociedades "igualitarias" es un absurdo. Ni mucho menos. Las mujeres todavía tienen que aguantar muchísimas desigualdades, como las diferencias de salarios, como la discriminación laboral cuando el patrón considera que le resulta más eficaz una persona que no tenga que estar de baja X meses por un embarazo, los techos de cristal existentes y que impiden a las mujeres alcanzar determinados puestos de trabajo, y un largo etcétera.
Con esta entrada pretendo borrar algunos tópicos entorno al feminismo, e incluso recomiendo un uso más normalizado del término. Yo lo digo con orgullo: soy feminista.
SOBRE EL MASCULINISMO
En sintonía con mi anterior entrada, he decidido dedicar ésta a un concepto novedoso que hasta hace muy poco desconocía, y me gustaria compartirlo puesto que se me antoja realmente interesante.
En mi anterior entrada aclaré que el feminismo no era lo contrario a machismo, y que el término que se le contraponía era el de "hembrismo". Pues ahora quiero aclarar un nuevo concepto que supone el equivalente en los hombres del feminismo, el masculinismo.
Ésta surgió como un movimiento social que, más que contrariar al feminismo, ponía sobre el tapete las cuestiones de desigualdad que hoy en día registran el hombre en ciertos ámbitos, uno de sus primeros téoricos fue un socio de Karl Marx: Ernest Belford Bax, escribió un libro titulado "El fraude del feminismo", en el que especulaba sobre las teorías hembristas y sobre ciertas actitudes de crítica radical al hombre.
Su evolución natural encontró cierta efervescencia en la época de los 70 y los 80, y en los 90 empiezan a adquirir una relativa importancia. Tiene también dos corrientes, una conservadora que es anti-feminista y otra progresista que es complementaria a los movimientos a favor de la mujer.
El masculinismo dice que se producen situaciones de desigualdad tanto derivados de la mujer hacia al hombre como del hombre hacia sí mismo. El masculinismo exige equiparación en temas en los que se ve especialmente afectado. Y a todos se nos vendrá a la cabeza el tema de las separaciones, de la custodio de los niños, de la pensión que parte del hombre.
A nadie se le escapa que en estas cuestiones la legislación es claramente favorable a la mujer, sufriendo el hombre una suerte de yugo femenino que drena sus recursos, en cuestiones de pago de pensiones, el hombre, que a duras penas tiene derechos en la custodia, se ve obligado a pagar pensiones que a veces no puede permitirse, anulando su independencia y forzándole a volver a casa con sus padres, otro ejemplo es que en nuestro código penal los hombres sufren mayores condenas de carcel que las mujeres, puesto que son sometidas a una serie de agravantes. Otro ejemplo se encuentra en las condiciones más duras de acceso a determinados oficios, como el ejército o el cuerpo de policia, la violencia doméstica contra el hombre, el gasto desigual en la sanidad femenina respecto a la masculina (grandes subvenciones para la investigación y tratamiento del cáncer de mama y subvenciones discretas para el cáncer de próstata), en definitiva, los ejemplos son muchos.
Luego, el masculinismo también plantea una nueva visión del varón, de lo que nos convierte en hombres, haciendo especial incapié en torno a los tópicos que configuran el sexo masculino. La idea del hombre que oculta sus sentimientos, del macho ibérico, violento y patriarcal, que también reproduce estereotipos en el sexo femenino: la mujer ama de casa, protectora, sentimental, romántica.
Supone no sólo un replanteamiento de lo que es ser hombre, sino además buscar razones a determinados problemas sociales que afectan más a los hombres que a las mujeres. Un ejemplo claro está en el desproporcionado número de hombres indigentes, a esto se alude como causa común la incapacidad del hombre para tejer redes sociales de apoyo fuertes, además del cliché de tratar de salir del bache por uno mismo, mientras que las mujeres son capaces de conseguir multiples apoyos mediante sus lazos fraternales y está además más capacitada para tragar ese "orgullo varonil" de la independencia y buscar su propio bienestar.
El tema tiene muchísima miga y el blog no da para tanto, así que os recomiendo que visitéis páginas en google y en la wikipedia para saber más sobre este interesante movimiento social.
Os dejo con una frase de un teórico actual del movimiento masculinista Warren Farrel: "Cuando las mujeres se resisten a casarse con un hombre, lo llamamos independencia. Cuando un hombre se resiste a casarse con una mujer, lo llamamos miedo al compromiso."
Y tengo que empezar así y dejarlo claro con absoluta determinación. Con orgullo y sin complejos. Porque puedo asumir el discurso feminista en términos comparativos al de un democráta, al de una persona progresista.
Esta entrada está inspirada por un pequeño debate que tuve con un colega, motivado por una profesora de la facultad que muestra sin tapujos sus ideas feministas, sobre el debate he de decir que fue bastante estéril y confuso, así que no entraré en ulteriores detalles ni conclusiones sobre el .
El problema del feminismo hoy es que nadie sabe a ciencia cierta qué es, y yo suelo comenzar, tajante, diciendo que toda mujer debería ser "feminista", ¿porqué? pues por que el hecho de no serlo (o rechazarlo) es tan contradictorio como ser un Rey anti-monárquico, es tirar piedras contra tu propio tejado, y sin embargo, no es ésta la percepción que se tiene del mismo, sino que se ve como una postura radical, de mari-machos trasnochadas, de hippiosas absurdas, de mujeres desquiciadas.
¿Cómo se puede estar tan errado?
Para saber qué es el feminismo, hay que hacer una distinción entre el feminismo en sí, y el denominado "hembrismo". El hembrismo es un término muy poco usado (convenientemente) y que realmente poca gente conoce, lo cual resulta bastante triste, así que dedicaré la entrada a desgranarlo brevemente.
La mayoría de la gente piensa que el feminismo es la contrapartida del machismo, es decir, entendemos como machismo aquellas posturas ideológicas que presuponen un dominio del hombre por encima de la mujer, y que ergo incentivan el patriarcado, por su parte, el feminismo sería entendido como aquellas ideas que fortalecen la idea de la superioridad de la mujer sobre el hombre, y que tratan de imponer una sociedad matriarcal.
Esto es rotundamente falso, la contrapartida exacta del machismo es ese término que usé un poco antes: hembrismo, es decir, el hembrismo es una práctica ideológica sexista de opresión de la mujer sobre el hombre, exacto, machismo a la inversa.
El feminismo, en cambio, es algo completamente diferente, el feminismo es una forma de pensamiento que pretende la EQUIPARACIÓN y la IGUALACIÓN de la mujer con el hombre, es decir, el feminismo critica las desigualdades que se dan en las mujeres respecto al hombre, el feminismo no es por lo tanto, una creencia de superioridad, no son feministas aquellas mujeres que dicen que los hombres no servimos para nada (es una postura hembrista) o que tratan a los hombres como basura.
Un feminista es aquel que está en contra del machismo. De la misma manera que demócrata es aquel que está en contra de las dictaduras y el pacifista es aquel que está en contra de la guerra. Es, por lo tanto, no sólo es una idea sana, progresista, y que todos aquellos que se consideren de izquierdas deberian tener en cuenta, sino que además es una corriente que necesita dignificación y veracidad.
Hoy en día, pensarán muchos hombres y mujeres, que el feminismo en nuestras sociedades "igualitarias" es un absurdo. Ni mucho menos. Las mujeres todavía tienen que aguantar muchísimas desigualdades, como las diferencias de salarios, como la discriminación laboral cuando el patrón considera que le resulta más eficaz una persona que no tenga que estar de baja X meses por un embarazo, los techos de cristal existentes y que impiden a las mujeres alcanzar determinados puestos de trabajo, y un largo etcétera.
Con esta entrada pretendo borrar algunos tópicos entorno al feminismo, e incluso recomiendo un uso más normalizado del término. Yo lo digo con orgullo: soy feminista.
SOBRE EL MASCULINISMO
En sintonía con mi anterior entrada, he decidido dedicar ésta a un concepto novedoso que hasta hace muy poco desconocía, y me gustaria compartirlo puesto que se me antoja realmente interesante.
En mi anterior entrada aclaré que el feminismo no era lo contrario a machismo, y que el término que se le contraponía era el de "hembrismo". Pues ahora quiero aclarar un nuevo concepto que supone el equivalente en los hombres del feminismo, el masculinismo.
Ésta surgió como un movimiento social que, más que contrariar al feminismo, ponía sobre el tapete las cuestiones de desigualdad que hoy en día registran el hombre en ciertos ámbitos, uno de sus primeros téoricos fue un socio de Karl Marx: Ernest Belford Bax, escribió un libro titulado "El fraude del feminismo", en el que especulaba sobre las teorías hembristas y sobre ciertas actitudes de crítica radical al hombre.
Su evolución natural encontró cierta efervescencia en la época de los 70 y los 80, y en los 90 empiezan a adquirir una relativa importancia. Tiene también dos corrientes, una conservadora que es anti-feminista y otra progresista que es complementaria a los movimientos a favor de la mujer.
El masculinismo dice que se producen situaciones de desigualdad tanto derivados de la mujer hacia al hombre como del hombre hacia sí mismo. El masculinismo exige equiparación en temas en los que se ve especialmente afectado. Y a todos se nos vendrá a la cabeza el tema de las separaciones, de la custodio de los niños, de la pensión que parte del hombre.
A nadie se le escapa que en estas cuestiones la legislación es claramente favorable a la mujer, sufriendo el hombre una suerte de yugo femenino que drena sus recursos, en cuestiones de pago de pensiones, el hombre, que a duras penas tiene derechos en la custodia, se ve obligado a pagar pensiones que a veces no puede permitirse, anulando su independencia y forzándole a volver a casa con sus padres, otro ejemplo es que en nuestro código penal los hombres sufren mayores condenas de carcel que las mujeres, puesto que son sometidas a una serie de agravantes. Otro ejemplo se encuentra en las condiciones más duras de acceso a determinados oficios, como el ejército o el cuerpo de policia, la violencia doméstica contra el hombre, el gasto desigual en la sanidad femenina respecto a la masculina (grandes subvenciones para la investigación y tratamiento del cáncer de mama y subvenciones discretas para el cáncer de próstata), en definitiva, los ejemplos son muchos.
Luego, el masculinismo también plantea una nueva visión del varón, de lo que nos convierte en hombres, haciendo especial incapié en torno a los tópicos que configuran el sexo masculino. La idea del hombre que oculta sus sentimientos, del macho ibérico, violento y patriarcal, que también reproduce estereotipos en el sexo femenino: la mujer ama de casa, protectora, sentimental, romántica.
Supone no sólo un replanteamiento de lo que es ser hombre, sino además buscar razones a determinados problemas sociales que afectan más a los hombres que a las mujeres. Un ejemplo claro está en el desproporcionado número de hombres indigentes, a esto se alude como causa común la incapacidad del hombre para tejer redes sociales de apoyo fuertes, además del cliché de tratar de salir del bache por uno mismo, mientras que las mujeres son capaces de conseguir multiples apoyos mediante sus lazos fraternales y está además más capacitada para tragar ese "orgullo varonil" de la independencia y buscar su propio bienestar.
El tema tiene muchísima miga y el blog no da para tanto, así que os recomiendo que visitéis páginas en google y en la wikipedia para saber más sobre este interesante movimiento social.
Os dejo con una frase de un teórico actual del movimiento masculinista Warren Farrel: "Cuando las mujeres se resisten a casarse con un hombre, lo llamamos independencia. Cuando un hombre se resiste a casarse con una mujer, lo llamamos miedo al compromiso."